Juegos eróticos (04: Depilación)

Continuan nuestras aventuras.......mmmmmmmm

Entro en el baño para coger las cosas que voy a necesitar, una maquinilla, un bote de espuma y una toalla.

Míralo por última vez, en mucho tiempo no lo volverás a verlo así. Primero vamos a mojarlo un poco.

Lo mojo con agua caliente, acariciándolo y sintiendo tus formas, humedeciendo con agua templada toda la zona, por supuesto con la mano desnuda, lo que puede decirse que es acariciarle todo el vientre, con dulzura, y las ingles, rozando levemente los labios de tu coñito que ya esta entreabierto por culpa un poco de la postura, las caricias, los nervios y sobre todo las dimensiones que estaba tomando tu clítoris.

Te tiendo sobre la cama, ocupándola a todo lo largo. Esto te va a gustar, pero disfrutaras más si conforme te toco te acaricias los pechos.

Cojo una maquinilla de afeitar, una toalla y un bote de espuma. Alguna gente esparce la espuma con una brocha, pero yo prefiero hacerlo con los dedos. Te gustara.

Te separo más las piernas y echo sobre una mano un buen pegote de espuma del bote. Con la otra la recojo y te cubro todo tu pubis, cuidándome de darte el máximo placer.

Te estas contorneando, además de mis caricias tu misma te acaricias los pechos y te pellizcabas los pezones.

Empiezo la delicada operación. Coloco unos dedos sobre la parte superior de la vagina y tenso tu piel. Mi cuchilla baja, hago una pasada sobre la parte superior,

zona muy cargada de vello y muy lisa. Mmmm, el sonido, es siempre tan excitante.

Contienes la respiración con las pasadas del metal sobre la parte más sensible de tu cuerpo. Respiras profundamente cuando la cuchilla termina su recorrido.

Solo he comenzado a depilar la parte superior de tu pubis, la zona más fácil. Pero además del sonido del rasurado estoy disfrutando al manejar con toda naturalidad tus partes más intimas.

Tu cuerpo se paraliza cada vez que inicio una nueva pasada. Te recorro una y otra vez con la cuchilla y en cada una de ellas te estremeces.

Para que su obra sea perfecta introduzco los dedos dentro de tu vulva para levantarla y poder afeitar bien los labios vaginales. No te lo esperabas y todo tu cuerpo se estremece al contacto con mis dedos.

Por fin, he afeitado todas tus partes intimas. He repasado varias veces cada centímetro de piel. Con la toalla procuro limpiar los restos de espuma y darte un poco de placer. Aquel bello pubis que durante años ha estado cubierto por una mata de pelo se descubre de nuevo radiante y atrayente.

He acabado, pero aun quedan restos de espuma que no he podido quitar con la toalla. Te tomo de la mano y te levanto para llevarte al cuarto de baño.

Te meto dentro de la bañera y cojo el extremo de la ducha....

Comprendes mis propósitos, abres los grifos y poniendo un pie en alto en el borde de la bañera abres completamente tus piernas. Tu abultada vagina sobresale aún más. Desnuda de todo resto de vello el agua que lanzo recorre toda tu piel, cae sobre la abertura de tu vagina y moja tus labios internos para perderse en la pila de la bañera. Ahora estos labios internos están perfectamente visibles, semiabiertos y atrayentes.

Te retuerces disfrutando del caudal de agua sobre tu sexo y de las caricias de tus senos. Con los ojos fuertemente cerrados te regocijas en tu placer olvidándote de mí.

Eres todo un espectáculo, una mujer con el sexo rasurado masturbándose ante el leve contacto con el agua que yo te proporciono.

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