Juegos en Hogwarts (1): Aceptando un desafío

Harry se ha enfrentado a muchas emociones fuertes... pero nunca a nada como esto. Un desafío, un reto, una decisión... esto es el pistoletazo de salida para que nuestros amigos puedan demostrar su astucia y... sus artes sexuales.

JUEGOS EN HOGWARTS (1): Aceptando un desafío

La comida había sido suculenta. Todo el comedor de Hogwarts había sido cuidadosamente decorado gracias a la magia del profesor y director de la escuela, Albus Dumbledore.

En realidad, no había nada que celebrar, era un día como otro cualquiera. Sin embargo, Dumbledore y los profesores principales de la escuela sopesaron que, después de tantos sucesos acaecidos en los años anteriores, no estaría de más intentar subir un poco el ánimo de los alumnos.

Harry pensaba exactamente lo mismo, quizás con más ganas, ya que fue protagonista siempre. Las pruebas para llegar hasta la piedra filosofal, la lucha contra el basilisco, los constantes ataques de los dementores de Azkaban, el enfrentamiento con Lord Voldemort en aquel oscuro cementerio… y el año pasado la trágica muerte de Sirius. Harry se apenaba cada vez que recordaba tan terrible suceso. Deseaba de todo corazón que este año se desarrollase sin más peligros que el de suspender los exámenes.

Como bien decía, la comida había sido estupenda (quizás un tanto pesada, ya que un surtido tan apetitoso como el que se presentó logra que nadie se le resista sin acabar lleno completamente).

Las primeras dos horas de la tarde eran libres para los alumnos de Hogwarts, que podían dedicarse a sus quehaceres: jugar Quidditch, pasear, echar la siesta… o incluso estudiar (aunque casi nadie excepto Hermione y un par de amigas suyas se dedicaban a esto último en estas horas).

Este día era muy caluroso; el sol se alzaba en lo alto y no corría nada de brisa, por lo que resultaba un tanto asfixiante estar al aire libre. Harry se encontraba en los jardines de Hogwarts, bajo la sombra de un roble. Cuando vivía con los Dursley, siempre les oía decir que los robles proyectaban una de las sombras más frescas que podía haber. Esta era la única vez que Harry les dio la razón (secretamente, por supuesto).

Con él se encontraban su inseparable amigo Ronald Weasley, que a pesar de la sombra le costaba respirar con normalidad; y Seamus Finnigan, que estaba algo mejor. Tenían una buena jarra de agua fría, necesaria para soportar esa temperatura.

- Y justo cuando comencé a correrme, se empezó a mover en círculos con mi polla dentro… UF, creo que jamás había sentido un orgasmo como ese… ¡¡¡fue alucinante!!!

Sí, este era el tema más recurrente: el sexo. Quien acababa de hablar era Seamus, quien suele comenzar casi siempre estas conversaciones. Si Harry y Ron se parasen a contar cuántas aventuras les narraba, probablemente empezarían a sospechar que fuese un poco fantasma .

- En serio, tíos; tenéis que probarlo la próxima vez que os lo montéis con alguna – continuó diciendo.

Ron parecía embobado, se estaba imaginando la escena y se estaba acalorando (por si no hiciese ya bastante calor en el ambiente).

- Vale, me has convencido, Seamus; en cuanto vuelva a la Madriguera y me vuelva a tirar a Fleur se lo comentaré .

Seamus miró a Ron y le dijo:

- ¿No crees que deberías tener un poco de cuidado, Ron? Como se entere tu hermano, te raja el cuello .

- Bah – respondió Ron - no se enterará. No sabes lo bien que se le da a Fleur el arte del disimulo. Si no fuera porque soy yo el susodicho amante, tampoco me enteraría de su engaño. – y se rió a carcajadas.

Entonces ambos miraron a Harry, que estaba totalmente callado y sonrojado.

- Bueno, Harry – dijo Seamus – y tú… ¿cómo te ha ido? Jenny, se llamaba ¿no? ¿Qué tal han sido esos polvos veraniegos?

Jenny era una muggle que Harry conoció en las vacaciones, durante un viaje al sur de Inglaterra. Habían hecho el amor noche tras noche durante los días que estuvo all텅. bueno…… al menos, eso fue lo que les contó Harry. En realidad, Harry era virgen, jamás había llegado a mayores con una chica: con Cho tan solo llegó a besarla, y con Jenny no pasaron de unos cuantos manoseos; Harry era demasiado tímido e indeciso en este ámbito.

Pero claro, no se atrevió a confesarle eso a Ron y Seamus, más aún sabiendo cuánto se solían mofar ellos de ese tipo de actitudes.

- Sí, bueno… no estuvieron mal. Es muy excitante hacérselo con Jenny, ella sí que sabe cómo dar placer .

Para sus adentros, deseaba dos cosas: en primer lugar, que no le descubriesen las mentiras; y en segundo lugar, que jamás saliese ese asunto de ellos tres; pues lo último que quería era que llegase a oídos de Ginny, la hermana de Ron; que era la chica con quien realmente quería estar.

- Bueno, chicos – dijo Ron – creo que es hora de ir a clase.

Los tres se levantaron y se dirigieron a clase de Pociones (Harry y Ron, ya que Seamus no tenía esa clase), que era la única que tenían aquella tarde. La clase transcurrió sin ningún hecho relevante (aunque se hizo un poco larga y pesada).

Cuando terminó, caminaron ambos por el pasillo en dirección a la Sala Común, cuando se cruzaron con Seamus.

- Chicos – parecía acalorado – después de la cena subid a la Sala de los Menesteres. Hannah me ha dicho que acudamos los tres .

Hannah Abbott, más conocida secretamente entre los alumnos como la Calientapollas. Y el apodo no era para menos. Hannah se divertía enormemente poniendo cachondo a cuanto alumno se le pusiese por delante y, por supuesto, dejarle así. Caminaba en posturas sugerentes, enseñaba todo lo que pudiese a pesar del uniforme, dedicaba miradas pícaras y cargadas de sensualidad…… eso sumado a su largo pelo rubio su cuerpo delgado (pero no esquelético) y sus pechos (que si bien no podían considerarse como grandes, estaban muy bien colocados), no había alumno que no desease tirársela una y otra vez.

Sin embargo, se rumoreaba que había un alumno que sí tenía el privilegio de acostarse con ella siempre y cuando fuera Hannah quien lo desease. A cambio de su silencio, repetiría muchas más veces. Y ese premio sí parecía ser de los buenos, ya que jamás se descubrió quién era.

Ron y Harry quedaron desconcertados… ¿qué querría? Hannah casi nunca se dignaba a hablar y menos aún a citar a nadie.

Tras la cena, los tres subieron al séptimo piso, donde se hallaba la Sala de los Menesteres. Estaba claro que los tres deseaban averiguar qué quería, porque la puerta se adelantó a su búsqueda, apareciéndose rápidamente.

Entraron y lo que vieron les sorprendió. Estaban acostumbrados a ver una sala enorme y preparada para las intenciones del visitante, pero esta vez la sala era minúscula. Tendría poco más de 25 metros cuadrados. En el centro había una mesita redonda y a su alrededor 4 pequeños sillones que ocupaban poco espacio, aunque parecía cómodo. Una chimenea encendida en una de las paredes proporcionaba un cálido ambiente.

En una de las 4 butacas estaba sentada Hannah, sonriéndoles mientras entraban. Se sentaron todos, sin saber cómo romper el hielo.

Finalmente fue Seamus (cómo no) quien habló:

- Y bien, Hannah, ¿qué es lo que quieres? ¿Para qué nos has citado?

Hannah tomó la palabra.

- Bien chicos – dijo con una melodiosa y sugerente voz - creo que los tres conocéis muy bien mi fama ¿verdad?

Se miraron unos a otros, no se atrevían a responder, ya que no quedaban muy claras sus intenciones.

- Vale, veo que os sentís un poco desconcertados, así que no retrasaré más el motivo e iré al grano… ¿queréis follar conmigo?

Harry, que estaba bebiendo un poco de agua de una jarra que había en la mesa, no pudo evitar escupirla toda de repente, salpicando a los tres. Ron y Seamus hubieran hecho lo mismo si estuviesen bebiendo también. Les había pillado totalmente por sorpresa.

  • ¿ Lo dices…. lo dices en serio? – dijo Seamus.

- Pues claro – respondió Hannah – si quisiera únicamente calentaros, lo hubiera hecho como siempre sin tomarme tantas molestias ¿no creéis?

Pero no se fiaban mucho. La sonrisa pícara que no desaparecía de la cara de la rubia les hacía dudar.

- Je ¿y qué quieres de nosotros? – preguntó cauteloso Ron – Me cuesta creer que nos propongas eso así, sin más .

Hannah le miró divertida.

- Vaya, tenemos a un chico listo. Claro que quiero algo de vosotros, por supuesto. Quiero divertirme.

"Divertirme"… esa palabra podía sonar bien en cualquier boca… menos en la de Hannah.

- Veréis, quiero daros la oportunidad de que me folléis… pero os lo tendréis que ganar, claro .

- ¿Y qué sugieres? – dijo Seamus.

Hannah respondió:

- Un desafío… bueno, mejor dicho, varios desafíos. Mi intención es elegir a uno de vosotros para plantearle una serie de desafíos. Si esa persona los supera con éxito, ganará el derecho de pasar tres noches enteras conmigo y hacerme lo que quiera. ¿Qué os parece?

- Espera, espera – exclamó Ron - ¿uno? ¿Y los otros dos?

- Ahí está lo divertido – continuó diciendo – los otros dos tendrán la misión de lograr que no supere los desafíos. Si lo logran, ambos me podrán follar una vez cada uno.

- El premio es mayor para el que hace los desafíos – observó Ron.

- El chico listo vuelve a destacar… en efecto, pero también es el papel más difícil. Y bien… ¿aceptáis?

Los tres se miraron indecisos. ¿Y si Hannah luego no cumplía su parte del trato? Al fin y al cabo, era esa su forma de ser.

- Adivino lo que pensáis, creéis que no cumpliría mi promesa. Bien, para tranquilizaros, os diré que los cuatro firmaríamos un CLV.Sabéis lo que es ¿no?

  • Sí, claro – repuso Ron – mi padre los ha utilizado muchas veces en el Ministerio .

- Y… ¿qué es un CLV?

Quien había hablado era Harry, que hasta ahora no había abierto la boca. Ron le respondió:

- CLV son las siglas de Contrato de Lazo Vinculante. Es un tipo de contrato hechizado por un mago. Quienes lo firman están obligados a cumplir todas sus cláusulas. Cada cláusula cumplida se vuelve de color verde por efecto del hechizo y cada cláusula rota se vuelve de color rojo y aparece a su lado el nombre de quien la incumplió. Romper las condiciones de un CLV supone terribles consecuencias para el infractor. No peligrosas, pero sí extremadamente desagradables e incómodas… y a veces, dolorosas.

Hannah sonrió.

- Muy bien, Ron; veo que conoces muy bien el funcionamiento de un CLV. Bueno, os mostraré el CLV que sellará el juego; si estáis de acuerdo lo firmaréis todos. Si tan solo uno no está de acuerdo, los tres olvidaréis todo lo que hemos hablado aquí; de eso se encargará la Sala, a la que he ordenado borraros de la memoria estos momentos si no aceptáis.

Hannah sacó su varita e hizo aparecer sobre la mesa un pergamino largo escrito. Seamus lo cogió y lo leyó en voz alta.

CONTRATO DE LAZO VINCULANTE DE CLASE AC-2

Por el presente contenido del contrato se definen las condiciones a fijar y a la que se someterán los abajo firmantes, bajo pena de sufrir las consecuencias que este Contrato tenga a bien considerar en caso de incumplimiento, en función de la cantidad de cláusulas rotas y de la gravedad de la infracción.

El presente CLV será constituido por la firma de 4 magos, una hembra (en adelante, la Retadora) y tres varones; de los cuáles, uno llevará a cabo el desafío (en adelante, el Retado) y los otros dos llevarán a cabo la misión que se les encomiende (en adelante, los Opositores).

LA ELECCIÓN

La elección de los roles de los 3 varones se decidirá por azar, mediante el hechizo "Azarus Semper", que permitirá extraer un nombre de entre los candidatos. El candidato elegido se convertirá en el Retado y los otros dos en los Opositores.

MISIÓN DE LA RETADORA

La Retadora preparará una serie de desafíos de índole sexual en una lista y una serie de nombres de mujeres en otra lista distinta. La Retadora será la encargada de extraer, mediante sendos "Azarus Semper", la combinación de desafío + mujer en cada ronda del juego.

MISIÓN DEL RETADO

El Retado deberá cumplir en un plazo no superior a 3 días el desafío propuesto por la Retadora en cada ronda. Véanse las condiciones de desafío en el Anexo I del presente Contrato. Tan solo se permite un fracaso; si comete dos, el juego se dará por finalizado.

MISIÓN DE LOS OPOSITORES

Los opositores tratarán por todos los medios de impedir que el Retado alcance con éxito sus objetivos. Véanse las condiciones de oposición en el Anexo II del presente contrato.

DURACIÓN DEL JUEGO

El número de desafíos a superar es indeterminado. Cada uno de ellos se hará efectivo en el momento que la Retadora elija, siempre y cuando el lapso entre un desafío y otro no exceda las dos semanas. El presente Contrato decidirá en su momento cuándo finalizará el juego. En caso de agotarse los desafíos, la Retadora deberá preparar dos nuevas listas de desafíos y mujeres respectivamente.

RESULTADO DEL JUEGO

El juego podrá tener tres posibles resultados:

En caso de que el Retado supere con éxito todos y cada uno de los desafíos admitidos por el presente Contrato, tendrá derecho a disponer sexualmente de forma completa de la Retadora durante tres noches a determinar por la susodicha.

En caso de que el Retado fracase por mediación de los Opositores, éstos podrán mantener una relación sexual cada uno con la Retadora. Sin embargo, en este caso, será la Retadora quien indique qué podrán hacer y cómo deberán hacerlo. Esta relación no podrá durar más de media hora cada una.

En caso de que el Retado fracase por medios propios, sin la intervención directa de los Opositores, el juego será finalizado sin ninguna clase de premios.

ANEXO I: CONDICIONES DEL RETADO

A continuación se describen las condiciones bajo las cuales actuará el Retado:

El Retado dispondrá de un plazo de tres días completos a partir de la primera hora de la mañana del día siguiente a la elección del desafío. El tiempo restante lo podrá consultar en todo momento mediante el hechizo "Tempo Aktiv".

El Retado no podrá comunicar de forma voluntaria, directa o indirectamente, la existencia de este juego a ninguna persona (muggle, mago o cualquier otro tipo de ser animado) que no haya firmado el presente Contrato. Su incumplimiento constituye, a efectos de las consecuencias del Contrato, una infracción muy grave.

El Retado no podrá hacer uso de su varita ni de cualquier tipo de magia para el cumplimiento de los desafíos, a excepción de la magia necesaria para el normal desarrollo del curso académico, así como los hechizos mencionados en el presente Contrato y aquellos necesarios en caso de requerir una defensa contra algún tipo de peligro. Su incumplimiento supondrá una infracción cuya gravedad vendrá determinada por el tipo de hechizo lanzado y su intención.

Se establece como excepción al apartado "c", el uso de hechizos para la preparación de pociones, las cuáles sí se podrán utilizar para cumplir los objetivos de los desafíos.

El Retador podrá dar por válida cualquier acción que no conste como prohibida explícitamente en este Contrato.

El Retador se someterá antes del inicio del juego a una esterilización temporal a cargo de la Retadora, con el fin de evitar consecuencias del juego. Esta esterilización tendrá efecto hasta después de hacer efectivo el premio que corresponda, tras el cual se aplicará a cargo de la Retadora el hechizo inversor adecuado.

ANEXO II: CONDICIONES DE LOS OPOSITORES

A continuación se describen las condiciones bajo las cuales actuarán los Opositores:

Se establecen para los Opositores todas aquellas condiciones especificadas en los apartados "a","b", "c", "d" y "e" del Anexo I.

Los Opositores, en caso de resultar ganadores del juego, serán esterilizados de la misma forma que el Retador durante el cumplimiento del premio.

Los Opositores no podrán interactuar sexualmente con la mujer objetivo del desafío en vigor en cada ronda. Se permitirá cualquier otra interacción que no incumpla el resto de cláusulas, a condición de que no sea de índole sexual.

Los abajo firmantes aceptan vincularse mágicamente con todas las cláusulas de este contrato, aceptando también cualquier consecuencia derivada de su incumplimiento.

Firmado en Hogwarts por

Hembra : Varones:

Cuando lo terminó de leer, los tres estaban tenían ya una gran excitación encima.

- Y bien ¿aceptáis?

Seamus y Ron no lo dudaron: dijeron un SI al unísono que resonó en la pequeña sala en la que se había convertido la Sala de los Menesteres. Harry estaba dubitativo. Estaba deseando llevar a cabo ese juego, pero le daba algo de miedo, ya que era pasar de una situación de inactividad sexual casi plena (excluyendo el placer en solitario) a un reto extremadamente activo y posiblemente complicado.

Sin embargo, la vergüenza y el miedo de que descubriesen que había mentido todo este tiempo le llevaron a decir un tímido sí.

Entonces Hannah sacó su túnica y firmó el contrato; luego se la pasó a Seamus. Éste firmó con una rapidez inusitada. Después, Ron firmó con una sonrisa en la cara.

Era el turno de Harry. Se levantó sonrojado y con algo de tembleque y se dispuso a firmar. La firma no era muy legible debido a los nervios que lo invadían, pero el CLV debió aceptarla, ya que cuando terminó de escribir la cuarta y última firma, el pergamino emitió un potente resplandor que cegó a los cuatro.

Cuando cesó, el CLV se había convertido en 4 esferas de luz. Cada una impactó en el pecho de cada firmante, invadiendo por completo su cuerpo hasta desaparecer sin dejar señal.

- ¿Qué fue eso? – preguntó Harry.

- Un sistema de seguridad – respondió Hannah – cada vez que queráis consultar el CLV no tenéis más que estar solos y coger cualquier pergamino en blanco. Con tan solo apuntar vuestra varita hacia el pergamino y pensando fuertemente en el CLV, su texto aparecerá sobre él. Desaparecerá inmediatamente si dejáis de atender a él o si aparece alguien en ese momento. Ah, podéis consultarlo aunque estéis reunidos; la condición es que no haya nadie ajeno al CLV.

  • Y ahora – continuó Hannah – vamos a elegir quién será el Retado .

Escribió sobre otro pergamino los nombres de Harry, Ron y Seamus. Lo puso sobre la mesa y apuntó con su varita al tiempo que exclamaba: " AZARUS SEMPER ".

Del pergamino surgieron algunas chispas y, de repente, una pequeña explosión que casi no hizo ruido. De esa explosión salió volando un trozo de pergamino pequeño, el cuál cogió Hannah y dijo:

- El afortunado es…… HARRY POTTER .

Del pergamino original, el nombre de Harry estaba totalmente borrado, ya que se había transferido al trozo pequeño.

Ron y Seamus suspiraron decepcionados y Harry no sabía muy bien cómo sentirse.

- Tranquilos, chicos, recordad que aún podéis echarme un polvo… aunque no sean noches completas, seguro que os iríais satisfechos. Bien, y ahora id a descansar… mañana por la noche comenzará el primer desafío.

Se levantó y ellos también. Dijo de repente:

- Esperad… os voy a dar un pequeño adelanto…. tomadlo como un incentivo… quiero una competición fuerte… quiero divertirme.

Se acercó a Seamus y Harry vio cómo acercaba sus labios a los de él y lo besaba suavemente. Sin embargo, Seamus dio un pequeño respingo. Lo mismo hizo con Ron y éste también dio un respingo.

Se acercó pues a Harry y con una sonrisa, le besó. Pero en este caso introdujo ligeramente la lengua, como preludio de lo que podría ocurrir una vez finalizado el juego. Harry comprendió entonces el respingo de sus compañeros, ya que a la vez que lo besaba, su mano se posó sobre la entrepierna de Harry, provocándole una descarga de placer que le recorrió todo el cuerpo.

Tras ese episodio, los tres chicos se marcharon tremendamente excitados a la habitación de los chicos de Gryffindor, probablemente a masturbarse (cada uno por su cuenta, claro) para apaciguar el furor interno que Hannah había conseguido que les invadiese.

Hannah se quedó sola en la Sala de los Menesteres. Introdujo la mano derecha bajo su falda y tocó levemente su entrepierna. Se quedó dubitativa por unos instantes y acto seguido se quitó las bragas.

Las observó: estaban completamente empapadas. Las dejó en el suelo y salió de la Sala, haciendo un leve movimiento con su varita.

Dos minutos después, apareció por el solitario pasillo un alumno de Gryffindor, probablemente el afortunado de los rumores. Ella lo agarró sin mediar palabra de la corbata y lo metió en la Sala, la cual se había transformado para dejar paso a una habitación algo más amplia, con una gran cama roja en el centro, aunque sus bragas seguían tiradas en el mismo sitio donde las dejó.

Tiró literalmente al chico en la cama y se puso a horcajadas sobre su cara y, levantando su falda, dijo de forma imperativa:

- Cómemelo .

El alumno no se hizo de rogar. Sabía que, esa noche, su benefactora particular estaba especialmente excitaba, lo que auguraba una noche muy movidita.

Pero eso era solo el principio del disfrute aquel año….. al día siguiente comenzaría la emoción de verdad

Con este relato estreno mi participación en TodoRelatos. Actualmente dispongo de poco tiempo, por lo que los siguientes capítulos los iré redactando a medida que vaya pudiendo.

Espero que este relato sea el primero de una saga completa y espero que sea del disfrute de los lectores.

Lamento si no tiene la calidad que podría esperarse en esta web, pero es la primera vez que escribo un texto sobre este tema.