Juegos en el centro comercial (II)

No aguantamos la calentura y me come la polla en un probador

Le avise a Paula que había pedido permiso en el trabajo e iba al centro comercial, que me esperara a comer. De camino al centro comercial me acorde que hay un sex shop. Llevaba un tiempo con una idea en la cabeza para hacer con Paula y ese era el mejor momento, así que pase a comprar una cosa.

Cuando llegue al centro comercial llame a Paula y esta me aviso que le esperara en el coche, así guardaba las bolsas que había comprado. Aparque, le dijo dónde estaba, y en 5 minutos llego al coche. Guardo las bolsas en el maletero y cuando me vio me dio un beso con lengua.

  • ¿Ansioso? – me pregunto mientras me agarraba un poco el paquete. Yo le devolví las caricias y le agarra el culo por debajo de la falda comprobando que seguía sin bragas. Afortunadamente desde donde estábamos en el parking no nos veía nadie

  • Mucho

  • Pues para bajar eso de ahí abajo te vas a tener que esperar a casa. Pero mientras te dejare jugar un poco

  • ¿Cuánto quieres jugar? – mientras le decía eso me puso cara extraña

  • ¿Qué te propones?

  • Te he comprado algo para hacer la tarde más divertida

Antes de llegar ya había abierto el juguete. Me lo saque del bolsillo y se lo di. Se trataba de un vibrador con control remoto que yo podía manejar desde el móvil.

  • Pero cariño, ¿qué es esto?

  • Es un vibrador con control remoto. Así cuando me vaya de viaje de trabajo podremos pasárnoslo bien juntos – dos días después me iba de viaje de trabajo

  • Hmm. Pues abra que probarlo

Como digo en el parking no había nadie, y al llevar falda y no llevar bragas Paula lo tenía fácil para meterse el juguetito. Se lo metió primero a la boca para lubricarlo y con un poco de esfuerzo porque era grande después se lo metió al coño, aunque no pude verlo. Mientras abría la app del móvil le dije.

  • Vamos a ver si funciona – y le di una pulsación muy ligera a intensidad lo más baja posible

No llegue a oír la vibración peor por el gemido de Paula quedo claro que funcionaba. Paula se me acerco, y tras morderme un poco la oreja me empezó a hablar al oído

  • Me lo dejo puesto, me encanta la idea, pero no te pases vale

Le volví a dar bastante bajo, esta vez un buen rato, y le replique

  • Es decir, que mi guarrilla, que hace una hora se ha corrido en el baño sin importarle que le oigan, ahora tiene miedo. Ya veremos lo que hago contigo – y seguido le bese con lengua mientras antes de apagarlo le di una sacudida más fuerte

Paula pego un respingo mientras le besaba pese a que no había llegado todavía ni a la mitad de la intensidad. Me pidió un momento que abriera el maletero del coche y saco de una bolsa el tanga que se había comprado. Le arranco la etiqueta y allí en el parking se lo puse y se puso también unas medias. Tampoco era cuestión de ir con el vibrador y sin bragas

Nos fuimos directos a un italiano a comer. Cuando nos sentamos estuvimos eligiendo el menú. La idea era compartir un par de platos, así que le deje encargada a Paula de decirle los platos al camarero mientras iba al baño. Realmente me quede en la puerta esperando. Esta quedaba a la espalda de Paula así que aunque no veía la cara de Paula podía saber cuándo estaba pidiendo al camarero.

Cuando Paula empezó a decirle al camarero los platos puse el vibrador al mínimo pero sin parar. Paro un segundo de hablar justo cuando le di al vibrador pero continúo hasta el final con normalidad. Cuando se fue el camarero aumente un poco la intensidad y empecé a ir hacia la mesa. Me encontré a Paula apretando la servilleta y con los ojos cerrados, ni se percató de que llegaba a la mesa. Le pegue un apretón al vibrador hasta más de la mitad, que incluso lo escuche y después lo apague. Paula abrió los ojos respirando profundamente y me vio con una sonrisa de oreja a oreja. Ambos nos mantuvimos un momento en silencio hasta que Paula empezó a hablar

  • Casi consigas que…uff…me corra – sonó entrecortada porque justo cuando empezaba a hablar le di un apretón hasta casi la mitad

  • Y aun no lo has probado a tope. No te preocupes que tú no terminas de comer sí que te corras

Mientras esperábamos a que nos sirvieran estuve jugando con la intensidad, y dejándole descansar de vez en cuando para que no se terminara de correr. Paula cada vez estaba más acalorada y tenía las mejillas rojas. De hecho se tuvo que quitar el jersey, quedándose con una camiseta de tirantes. En el proceso, sin haber comido nada, vi que además se había bebido un par de copas de vino blanco. Como siguiera así iba a acabar contentilla. En este rato además estuve jugando un poco para ver a partir de qué nivel se escuchaba el vibrador.

Cuando vino el camarero a traernos los platos lo puse al máximo nivel que había comprobado que no se escuchaba (aproximadamente la mitad) y lo deje un buen rato (hasta ahora siempre que lo había puesto a más del mínimo había sido solo un momento). Vi que Paula se mordía el labio y cerraba los ojos mientras apretaba los puños. Sin duda alguno se estaba corriendo

  • Estas hecha una guarrilla. No te da vergüenza correrte delante del camarero – le dije en cuanto este se fue

  • ¡Te voy a matar! Menuda idea la del juguetito

  • No me dirás que no te lo estás pasando bien

  • Hacia tiempo que no recordaba un orgasmo así. Pero esto de no tener el control me mata

  • De eso se trata. De que no tengas el control

  • ¿Y tú?, ¿cómo vas? – me dijo mientras levantaba el pie (se había quitado las zapatillas por lo que vi) hacia mi banco y apretaba sobre mi paquete. Por supuesto con todo el jueguecito la tenía dura

  • En cuanto te pille el juguetito te va a parecer eso, un juguete

  • Uyy que machote. Pero acuérdate que te he prohibido correrte hasta que lleguemos a casa

Estuvimos comiendo tranquilamente. De vez en cuando le iba pegando algún toquecito suave para mantener la calentura de Paula, pero muy suave. A mitad de comida Paula se fue al baño. Cuando estaba en el baño me sorprendió que me mandara un Whatsapp

Paula: No sabes cómo llevo las bragas y las medias de caladas. Ya te vale, ya he mojado dos bragas hoy

Yo: Y tienes algún problema con eso

Paula: Ninguno

Yo: Pues vamos a seguir jugando. Quítate el sujetador antes de salir

Paula: Ni de coña, con esta camiseta se me van a marcar mucho los pezones

Sabía que me iba a responder algo así. No sabía si al estar en el baño seguía con el vibrador puesto o no, y tampoco sabía si el Bluetouth llegaría hasta allí. En cualquier caso en cuando recibí el Whatsapp puse el vibrador a tope por primera vez y lo mantuve presionado durante 3 o 4 segundos.

Iba a escribirle por el Whatsapp cuando se me adelanto ella

Paula: Madre mía, casi me corro, eso era a tope?

Yo: Así es, y pienso ponértelo a tope hasta que tengas que gritar de placer, como no te quites el sujetador

Los dos sabíamos que era un juego. De hecho si no le parecía bien la idea no tenía más que quitarse el vibrador y apagarlo. Aun así un minuto después salió del baño. En cuanto cruzo la puerta (yo tenía visión directa a la puerta) puse el vibrador otra vez a la mitad. Vino caminando muy lentamente y algo encorvada. Cuando llego a la mesa lo puse todavía más fuerte. Se apoyó en mí y me clavo las uñas en el hombro. Claramente se estaba corriendo otra vez. Enseguida lo volví a apagar

  • Madre mía. Creo que es el 4º orgasmos del día – me dijo cuándo recupero el aliento y se pudo sentar. Me fije en ese momento que era verdad, con esa camiseta y sin sujetador marcaba los pezones a la perfección

Ya hasta el final estuvimos comiendo tranquilamente hablando de nuestras cosas. Solo le di al vibrador cuando el camarero claramente se le quedo mirando las tetas cuando fuimos a pagar.

Después nos fuimos a que Paula acabara las compras que quería hacer. Como hacia frio se puso el jersey encima de la camiseta, así que aunque iba sin sujetador la verdad es que si no te fijabas mucho era imperceptible. El rato que estuvimos de compras al ser entre semana y justo después de comer no había prácticamente nadie, así que tenía vía libre para jugar con ella sin ser muy descarados. De vez en cuando no nos veía nadie, y ya llevaba un rato sin darle y Paula no se lo esperaba, le daba una sacudida fuerte al vibrador. Un viaje que le di a tope incluso Paula pego un pequeño grito que más de uno en la tienda se tuvo que dar cuenta. También aproveche un par de veces para meterle mano, tanto para aprovechar y tocarle las tetas metiendo la mano por debajo del jersey, como para comprobar lo mojada que estaba metiendo la mano por debajo de la falda.

En una de las ultimas tiendas estuvo mirándose Paula estuvo mirándose bikinis. De nuevo se repitió la historia de la playa, me dijo si le regalaba uno, que luego los disfrutaba yo, y yo le dije que con la condición que además de la braguita normal se comprara el tanga a juego. Después de los juegos de la playa del año anterior parecía que Paula estaba más dispuesta a enseñar en la playa, así que no solo se llevó al probador un par de tangas, sino que las braguitas que cogió a juego eran de tipo brasileñas.

Nos fuimos a los probadores y se metió en uno de ellos. Como a 4 probadores de distancia teníamos a un hombre de unos 35 años claramente esperando a que su pareja se probara algo. Yo me quede fuera, y para mi sorpresa en vez de avisarme para que entrara a verla salió un momento fuera del probador. Llevaba un bikini rojo y la parte de abajo era de las de tipo brasileño. Cuando salió me dio la mano y dio un par de vueltas para enseñarme todo el conjunto. El hombre que estaba en el pasillo de los probadores no perdía detalle, de hecho se escuchó a la chica que estaba dentro del probador decirle algo y tener que echarle la bronca porque el hombre no se enteraba.

  • ¿Qué te parece cariño? – me pregunto Paula. Y seguido me dio un beso

  • Me encanta ¿No te pruebas la otra parte de abajo?

  • No era mi talla. A ver con el otro conjunto

Y se metió para dentro del probador. Mientras entraba le di un azote en el culo que el hombre se quedó mirándolo.  Al rato salió otra vez del probador y volvió a hacer el mismo numerito de dar un par de vueltas para que tanto yo como el hombre la viéramos. La diferencia es que esta vez la parte de abajo era un tanga. El hombre otra vez se le quedo mirando, e incluso se tocó el paquete, gesto que según me confirmo más tarde Paula también se percató.

  • ¿Me lo compras cariño? – dijo Paula insinuándose

Mientras decía esto del otro probador salió la mujer. Vio a su pareja mirando fijamente a Paula y que esta estaba tan tranquila en tanga, y poniendo una cara de mala ostia agarro a su pareja del brazo y se lo llevo. En cuanto salieron del pasillo de los probadores nos empezamos a descojonar. Tras unos segundos le di un beso mientras le tocaba una teta por encima del bikini.

  • Te falta probártelo sin la parte de arriba para ver si te lo compro o no. Que en la playa no la vas a llevar

En cuanto le dije eso, en medio del pasillo se quitó la parte de arriba, la lanzo dentro del probador, y seguido me agarro de la camiseta y me metió al probador. En cuanto cerro la cortina la empuje contra el espejo del probador, y mientras le daba por detrás un beso en el cuello le baje el tanga y le empecé a meter un dedo (se había quitado el vibrador para probarse los bañadores), estaba realmente mojada.

  • Estas hecha una guarrilla, que vas provocando a todo el mundo – le dije al oido mientras le empezaba a meter un 2º dedo en el coño. De vez en cuando arrastraba un poco de flujo hacia el agujero del culo y tras rondas un poco con los dedos por el agujero volvía al coño

Mientras tanto Paula había echado la mano hacia atrás y me sobaba el paquete. En un momento dado me desabrocho el cinturón y me soltó el botón del pantalón, y metió la mano dentro del pantalón y del calzoncillo.

  • No sabes cómo me tiene guarrilla

Seguido volví a echar la mano hacia el agujero del culo, y esta vez sí que le metí un dedo, que con el flujo que había extendido hacia el culo entro como si nada. Sin sacar el dedo, con la mano que tenía libre eche la mano al bolso de Paula y cogí el vibrador. Se lo metí en la boca para que lo chupara un poco y seguido se lo puse en el coño, activándolo por ahora al mínimo.

Paula iba aumentando el ritmo de la mano y le tuve que agarrar con la mano libre de la muñeca para que parara porque si no me iba a correr. Cuando conseguí que parara (aunque seguía con la mano agarrándome la polla) le saque el dedo del culo y juntando el índice y el corazón empecé a hacer presión sobre el culo. Paula cerró los ojos y aguanto la respiración mientras presionaba, y justo cuando note como cerraba la mano sobre mi polla con más fuerza el esfínter cedió y poco a poco entraron los 2 dedos. Cuando los dos dedos ya habían entrado hasta la mitad Paula soltó aire, y mientras me agarraba la polla más suave reanudo la paja.

Le di medio minuto o así para que se fuera acostumbrando a los 2 dedos, ya que era la primera vez que le metía 2 dedos. En cuanto vi que se había acostumbrado empecé a meter y sacar despacio los dedos. Cada vez iban entrando más los dedos, hasta que finalmente entraron enteros. Al mismo tiempo fui aumentando la intensidad del vibrador hasta la mitad. Le seguí hablando al oído por si había entrado alguien en los probadores.

  • Te vas a volver a correr guarrilla

Paula no contestaba, tenía los ojos cerrados y se mordía el labio. Cuando le dije eso con la mano que tenía libre se empezó a frotar el clítoris.

  • Me corro, me corro, no pares – me dijo muy suavecito

De repente vi como soltó la mano que tenía en mi polla y se la metió a la boca mordiéndola. Estaba corriéndose y mientras le sacaba los dedos del culo le tuve que agarrar para que no se cayera. La corrida, había sido brutal, por las piernas le escurría flujo del coño La deje en el suelo (afortunadamente los probadores eran con puertas de madera hasta abajo y no con cortinas) a que se relajara

Paula continúo un par de minutos sentada en el suelo sin decir nada. De vez en cuando cerraba los ojos y se mordía el labio. Finalmente se sacó el vibrador, se me había olvidado por completo

  • Apaga ya eso

  • Ostia, lo siento se me había olvidado

  • Bueno, ¿y qué hacemos contigo? – me dijo mientras se ponía de rodillas, seguido me bajo los pantalones por completo

  • Pensaba que hasta casa nada

  • Buenooo, me acabas de dar uno de los mejores orgasmos que recuerdo. Creo que te voy a recompensar

Se levantó, dándome un beso en la punta de la polla mientras se levantaba. Después me dio un beso con lengua y me empezó a hablar al oído.

  • ¿Te vas a correr hoy en mi boquita?

Seguido se volvió a agachar, y poniéndose de cuclillas me empezó a chupar la polla poco a poco. Me estuvo pasando la lengua por toda la extensión de la polla y metiéndose solo el capullo y un poco más en la boca. Me chupo un momento los huevos y después volvió a subir y me volvió a decir al oído

  • Follame la boca y córrete

Seguido se puso de rodillas y se metió toda la polla en la boca aguantando unos segundos. Cuando se la saco le cogí del pelo, separándoselo de la boca. Empecé a follarle la boca metiéndole y sacándole rápido más de media polla. Así no iba a durar mucho pero creo que en ese momento poco me importaba.

En un momento que le deje respirar Paula me miro mientras seguía chupándomela, y me vio la cara de ir a correrme enseguida. De repente se chupo un dedo y para mi sorpresa empezó a presionar con él en mi ano mientras seguía chupándomela. Volvi a follarle un poco la boca y cuando me quise dar cuenta estaba a punto de correrme y con el dedo entero del culo.

Cuando ya no pude más le metí la polla hasta el fondo y empecé a correrme en su boca. Me tuve que morder un poco la mano para no hacer ruido. Después de todo el día la corrida fue bastante grande. Para el segundo chorro se le empezó a salir lefa por la comisura de los labios. Finalmente cuando me retire Paula tenía toda la barbilla llena de leche. Había sido una corrida impresionante

Mirándome mientras recuperaba el aliento Paula abrió la boca y dejo caer parte sobre sus tetas. Me enseño la lengua y aún tenía bastante cantidad en la boca. Para mi sorpresa, dado que era la primera vez que me dejaba correrme en su boca, de un trago lo que le quedaba se la trago.

Seguido Paula se limpió (menos mal que tenía pañuelos en el bolso, aun así cuando volvimos a casa su camiseta estaba manchada), nos vestimos y nos fuimos a pagar. A la salida de los probadores no sé si la que controlaba el número de prendas se daría cuenta, pero entre lo que tardamos y que seguro que algo de ruido hicimos nos dio mucha vergüenza.

Aun así había sido una experiencia supermorbosa.