Juegos en el autobús
Siempre nos cuesta y disgusta esperar nuestro destino en el autobús, pero eso cambia cuand viajas con una buena compañía
Pipipipipipipipi .... De nuevo ese atronador sonido que marca el comienzo de un día, y lo que es peor una nueva semana, no sin un grandioso esfuerzo consigo despegar las sabanas de mi cuerpo, poniendome en pie, evitando todos los espejos hasta que me he lavado la cara. Lentamente me dirijo hacia la puerta , vestida ya con mi uniforme colegial, la falda algo mas corta de lo normal y la camisa un par de botones mas abierta, sonriendo me recojo la melena en una coleta mientras me dirijo a la puerta, por suerte a unos 20metros de mi puerta para el autobús queacarreara al colegio, este no tarda en llegar, y o tomo asiento donde siempre, ultima fila, la esquina derecha. Tras un par de paradas la sonrisa no se borra de mis labios, y esta se agranda aun mas cuando la ve entrar en el autobús, sin dudarlo clava su mirada en mi mientras paga el billete, nunca me decía si iba a viajar conmigo, rara era la mañana que no se quedara dormida, siempre tan despistada, pero ese día allí estaba, esperando por mi para elegir uno de los asientos, como siempre sin más importancia que la de viajar juntas. No tardamos mucho en acomodarnos, pues el lugar donde estudiábamos quedaba algo lejos como para ir agarrado de esas molestas barras que cubrían gran parte del espacio del autobús.Tampoco tardamos tiempo en besarnos, quizá breve, pero intenso, intenso como todo lo que nosotras hacíamos junto, y que por más tiempo que pasara no era más rutinario, si no más vivaz. Nos dijimos varias frases sin sentido, lo que era normal tan temprano, luego empezarían los momentos sin parar de hablar con miles de cosas que contarnos, a pesar de pasar todo el día hablando la una con la otra. De repente y sin que yo lo esperara, ella sonrió, sonrió de una manera que me hizo estremecer, no era una sonrisa normal, si no una de esas sonrisas que implica algo más, que nunca deja las cosas tal y como están. Sin esperarlo, su mano en mi rodilla, desnuda ya que el calor era suficiente como para no tener que llevar medias con el uniforme, acariciaba mi piel con delicadeza, pero a la vez con una intensidad que me hacía enloquecer poco a poco. Lo que más sobresalto me causó fue su rápida subida por mis muslos hasta tener su mano dentro de mi falda, eso me hizo suspirar con fuerza, casi sin darme cuenta de donde estaba, hasta que reaccioné abriendo los ojos.
Que haces? Hay gente..
- Mucho mas divertido ¿no crees? Relájate princesa.
Solamente, me dejé llevar con ella, en realidad era una situación que me hacía enloquecer, que tenía morbo, lo que ella no tardó en notar al acariciar mi sexo por encima de mi ropa interior, y notarlo algo humedecido, a lo que respondió de nuevo con una sonrisa pícara, mirando por la ventana, para disimular. Mi corazón comenzó a acelerar por si solo, sin pedir permiso, y yo empecé a perder la cordura, poco a poco, dejándome llevar por los movimientos de sus dedos, progresivamente mas rápidos, a la par que yo me seguía humedeciendo, mientras me mordía el labio, aguantando las ganas de jadear,o gemir.Lo que no me esperaba es que aquello fuera a más, pero sin mas preámbulos, apartó con sus dedos la tela de mis braguitas para acariciarme directamente con los mismos mi sexo, totalmente humedecido. Al notar sus dedos, fríos en comparación con mi cuerpo, me incliné hacia ella, llevando mi boca a su cuello, el cual comencé a lamer, y morder, sin poner mucho control en ello.
Seguidamente, introdujo dos de sus dedos en mi vagina, lo que me hizo estremecerme por completo y morder ahora su oreja, con fuerza, haciéndole suspirar a ella, entonces, susurré " me vas a matar.."
Pareció hacer caso omiso a mis palabras, riendo con suavidad, y moviendo dentro de mi los dedos con fuerza, con rapidez, buscando mas reacciones mías, que se convertían en largos suspiros, y mordiscos que callaban los gemidos que en otra situación saldrían de mi boca. Esto no quedó así si no que introdujo otro dedo mas, haciéndome morderle con mas ansias, dejando pequeñas marcas por su cuello, a las que no daba mas importancia en aquel momento, sabía que según mi excitación y el ritmo de ella no podría durar mucho mas. Ella parecía saber esto, pues miró de nuevo por la ventana y murmuró " Parece que estamos llegando, mi amor ", tras esto rió suavemente, y movió los dedos aún con más fuerza de lo que había hecho hasta ahora. Olas de calor inundaban mi cuerpo mientras sus incansables dedos se movían mas y mas rápido haciéndose temblar, a pesar detener mi boca contra su cuello, algún que otro gemido brotaba de mis labios de manera audible, pero en momento me daba igual, solo queríno parara parara mientras un tremendo orgasmo comenzaba a inundar mi cuerpo y su mano, sin ya recordar donde estaba emití un fuerte jadeo, apoyando mi cabeza en su hombro , respirando de manera agitada con los ojos fuertemente cerrados, notando como su mano abandonaba mi ropa interior y escuchando después su dulce voz susurrando:
-Princesa nuestra parada