Juegos del destino. CAP. 6 - HOSPITAL

Lo siento por la tardanza... Pero aquí está la continuacion :D Espero que os guste!!

Mi ángel se quedó blanca. Y se giró rápidamente.

-¿Os conocéis? – Preguntó.

-¿Qué? – Preguntó Bea atónita. - ¿Vosotras os conocéis?

Bea me miró y le sonreí, se conocían, ya no podía escaparse. Me acerqué a Bea.

-Es mi ángel. – Le susurré.

-Bea, Alicia, ¡Vamos! – Gritó una de las que estaban afuera.

“¿Alicia? ¿Cómo Alicia? No puede ser, la misma que hizo la fiesta no, Iker y Rubén no hacían mas que hablar de ella, diciendo que… Con tantas…. No, no puede ser” Pensé, el mundo se me acababa de venir abajo otra vez.

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-¡Mierda! – Gritó Alicia, mi ángel. – No digas mi nombre… - Terminó de decir casi en un susurro.

La miré quieta, mi cara estaría algo blanca, tenía el cuerpo cortado, notaba una presión muy extraña en el pecho y la cabeza.

-Rach… Rach ¿Qué te pasa? – Me preguntaba Bea, notaba su voz distante.

-Esta blanca. – Dijo la chica de la puerta. – Agarradla que se cae.

Comencé a sentirme lacia, sin fuerzas.

-Eh, chica… - Me agarró Alicia, intenté sonreír, mas no pude.

Todo negro.

-Se pondrá bien, ¿No? – Decía alguien, no tenía fuerzas para abrir los ojos y ver quien era. Las voces comenzaron a notarse más claras.

-¿Pero qué ha pasado? – Preguntó Sonia.

-Estábamos en la teteria y de repente comenzó a ponerse blanca, los labios morados y la mirada perdida, luego cayó, Alicia la agarró y perdió el conocimiento. – Explicó Bea.

Noté que alguien me agarraba la mano.

-Rach, Rach… - Entró diciendo Iker.

-Calla, aún no ha reaccionado. – Explicó Dani.

-¿Qué ha…? – Comenzó a decir Iker.

-Estábamos en la teteria y perdió el conocimiento… - Explicó Bea cansada ya de decirlo.

-Y, ¿Quién es ella? – Preguntó Víctor.

“Mierda, ¿Qué hace el aquí? ¿Estará también Natalia? ¿Y mi ángel, me habrá dejado sola?” En mi cabeza rondaban varias preguntas, pero aún no me encontraba con fuerzas suficientes.

-Soy Alicia. – Al fin, la escuché, no me había abandonado.

Noté como me soltó la mano, era ella la que me tenía agarrada la mano. Volvió a agarrármela.

-No entiendo… - Dijo.

Bea comenzó a reír un poco. Noté como me agarraba la mano con más fuerza, quizás no entendía el porque me tenía la mano agarrada. Yo tampoco lo entendía pero no quería que la soltase.

-¿Hace cuánto que no come bien? – Escuché decir a una voz desconocida.

-Varios días… - Dijo Sonia.

-Alguien debería vigilarla y que coma, si no puede volver a desmayarse. Tiene falta de nutrientes. – Explicó aquel extraño.

Comencé a abrir los ojos, mi mano fue apretada con más fuerza, noté un leve dolor a mitad del brazo, miré y tenía un gotero puesto, estaba en el hospital. Todos estaban allí, hasta Natalia, sentada con Víctor en unos sillones que había dentro. Alicia estaba a mi lado agarrándome la mano. Dani entró y me miró, fue el primero en verme despierta, puesto que todos estaban atentos al doctor.

-¿Cómo estás? – Me preguntó, todos me miraron corriendo.

-Me duele la cabeza. – Dije con voz apagada.

-Señorita, ¿se puede saber por qué no come? – Me preguntó aquella voz desconocida, era el doctor.

-Últimamente no tengo nada de apetito… - Expliqué.

-Te hemos tenido que suministrar un suero para que recobraras fuerzas. – Me dijo.

-Me encargaré de que coma doctor. – Le dijo Sonia.

El doctor asintió y se fue de la habitación. Todo se quedó en silencio. Intercambiaron miradas.

-Que susto… - Suspiró mi ángel.

-Vale, ahora que está bien, explicadme, ¿Por qué Alicia te coge la mano? ¿De qué os conocéis? – Preguntó Iker.

Miré a Alicia, ella me sonrió, y le agarré la mano con todas las fuerzas que pude, que fueron pocas. Natalia se levantó y me fulminó con la mirada, primero a mí y luego a Alicia, la cual me miró desconcertada.

-Es una larga historia. – Dijo Alicia.

-La conocí una noche, que salí sola, la noche que me fui de casa, que estuvimos jugando con el tequila… ¿Te acuerdas? – Expliqué con cuidado.

-Claro, el ángel. – Dijo Iker, “mierda, ¿eres tonto?” Pensé si las miradas matasen la mía lo hubiera matado.- Ella es la que te quería presentar.

“¿No me digas?” Pensé.

Iker miró a Rubén.

Natalia se levantó.

-¿Está bien, no? Vámonos Víctor. – Dijo Natalia, Víctor la volvió a sentar y ella resopló.

-¿Ángel? – Preguntó Alicia.

-Claro, de alguna manera te tendría que llamar, hay que ver la manera que tienes ahora de deshacerte de los ligues, ¿Qué trola de “destino” es esa? – Rió Rubén.

Volví a sentirme imbécil, fui a soltarle la mano, pero ella no me dejó y me la agarró fuertemente.

-No es una trola, imbécil… Verdaderamente lo pensé. – Dijo poniéndose colorada.

-¿Qué pensaste? – Le pregunté.

-Que el destino volvería a unirnos, porque estamos destinadas a estar juntas… - Me dijo, y me besó con cuidado, como si fuera a romperme, casi solo rozó mis labios con los suyos.

Natalia salió de ahí y Víctor tras ella.

-Nos vamos, no sé qué le pasa, últimamente está muy rara. ¡Natalia espera! – Gritó Víctor para llamarla.

-¿Ella es Natalia? – Me preguntó  en un susurro Alicia, yo asentí y puso mala cara. - ¿Cómo te encuentras? – Me encantaba, era tan atenta.

-Mejor, gracias. – Le respondí sonriendo.

El doctor entró y miró el suero.

-Llamaré a una enfermera para que te lo quiten. Te voy a dar el alta, pero mas te vale comer, si no la próxima vez que vengas haré que te ingresen. – Me regañó.

-Comeré… - Le dije.

-La vigilaremos. – Añadió Alicia.

-¿Tú? – Preguntó Iker.

Alicia se encogió de hombros y volvió a mirarme para regalarme una de sus sonrisas, esas que me estaban volviendo loca.

El doctor me dio el alta a los pocos minutos. Y nos marchamos de allí, no sin antes volver a escuchar otra vez al doctor diciéndome que debía comer.

Me despedí de Alicia con un beso suave y tierno en los labios, me monté en el coche de Sonia y me dejó en casa para que descansara. Me subí al ascensor y mi móvil comenzó a sonar.

-¿Si? – Pregunté.

-¿Cómo sigues? – Me preguntó alguien al otro lado del auricular.

-¿Quién eres?

-Ni media hora y ya te has olvidado de mi. – Me dijo, no pude evitar soltar una leve sonrisa, era Alicia.

-No tonta… Voy a casa, estoy subiendo.

-¿Puedo pasar luego a verte? – Preguntó haciendo varias pausas en la pregunta, noté que le dio cosa preguntármelo.

-Puedes venir cuando quieras a verme. – Le respondí, noté como sonrió, no sé como, pero lo noté.

-Nos vemos luego, un beso. – Terminó de decir y colgó.

Bajé del ascensor, me dispuse a abrir la puerta y me sorprendí con alguien.

-¿Qué pasa? Ni que hubieras visto un fantasma. – Reprochó Natalia.

-¿Qué quieres? – Pregunté muy seca.

-Hablar. – Me respondió, la miré a los ojos y pude notar su tristeza, en algún momento había estado llorando, tenía los ojos rojos e hinchados.

-Yo no quiero hablar. – “Y ahora que posiblemente tenga algo con Alicia, menos, ella no se merece que le haga daño.” Pensé.

-Por favor… - Suplicó.

Abrí la puerta y entré.

-¿No me invitas a pasar?

-No, vete de aquí, adiós.  – Le dije e intenté cerrar la puerta.

Agarró la puerta y me paró.

-No por favor, solo cinco minutos… - Insistió.

-Vete, no quiero volver a saber nada de ti, si nos vemos hablamos lo justo y necesario. – Terminé de decir y cerré la puerta.

Me apoyé en la puerta y me senté en el suelo, un par de minutos después pude escuchar como alguien lloraba al otro lado, me estaba partiendo el alma escucharla llorar. No podía soportar aquello y decidí abrir la puerta, ella me vio, se puso de pie corriendo y me abrazó fuertemente y rompió a llorar más fuerte aún en mi hombro, no podía verla así, respondí su abrazo.

-Ya… - Intenté calmarla.

-Te necesito… - Me susurró entre lágrimas.

Me separé de ella para mirarla a los ojos y pasar mi mano por su cara para limpiarle las lágrimas que caían por su rostro, cuando escuché abrir el ascensor.

-¿Rach? – Me preguntó Alicia.

“Mierda, mierda, mierda, mierda, que oportunas las dos, mierda, ¿Qué hago?” Pensé.

-Alicia… - Susurré, y ella volvió a montarse en el ascensor. – No, no te vallas, solo estaba, abrazándola. – Dije mientras me acercaba a ella y la paraba.

-Claro… -Comenzó a decir. – Eso hoy, ¿Mañana que será? Mira, prefiero no meterme donde no me llaman.

-No, Alicia, de verdad, quería que vinieras, quiero que estés aquí, ella ya se iba… - Me giré y miré a Natalia, la cual asintió con la cabeza y se montó en el ascensor.

-Ya me iba, es solo que tengo problemas con Víctor y ella esta siendo un gran apoyo… Lo siento… - Dijo intentando ayudarme, la miré dándole las gracias y se cerraron las puertas del ascensor.

-Rach, tengo que decirte alg… - Intentó decir Alicia.

-Ven, mejor dentro. – Dije tirando de ella hacia mi casa.

Entramos y la invité a sentarse en el sofá.

-¿Café? ¿Cerveza? ¿Zumo? ¿Agua? ¿Refresco? – Pregunté.

-Cerveza. – Respondió.

Fui a la nevera a por un par de cervezas y un abrebotellas y volví, las abrí y le tendí una.

-Gracias. – Dijo y le dio un sorbo largo.

-¿Qué me tenías que decir? –Pregunté un poco asustada.

-Seguramente… - Comenzó a decir mientras se sentaba mirando para mí. - …por Iker o Rubén no has oído hablar lo que se dice bien de mí… Lo admito, he estado con una, con otra, con otra… En fin, con muchas…

Yo asentí con la cabeza mientras ella volvía a darle otro sorbo a la cerveza solo que esta vez se tomó medio botellín, estaba nerviosa, se lo notaba.

-Pero… - Volvió a darle otro sorbo, y esta vez la acompañé yo dándole uno largo a la mía, me estaba asustando. - …contigo fue diferente… Te vi, te sentí, te… todo… No me gusta sentir esto y decidí apartarte de mi vida para evitar sentir más, cosa que sabía que sentiría si volvías a mirarme… - Se terminó la cerveza. – Y decidí que si el destino volvía a traerte a mí, lucharía por ti y por tener algo contigo, si te encontraba con novia, con novio o con lo que fuese...

Me estaba derritiendo. Me encantaba escucharla, me encantaba que me dijera esas cosas.

-Hace un momento te ibas a largar, cuando me has visto con Natalia… - Le dije.

-Es la única que me da miedo… Sé que con ella no puedo hacer nada… Aquella noche fue diferente a todas las demás, sentí por mi parte, tanto por la tuya algo que… Nunca había sentido y que solo desaparecía cuando la nombrabas, pero me volvías a mirar y desaparecía esa tristeza de tu cara.

Solté mi cerveza encima de la mesa y le quité la suya de las manos para ponerla al lado de la mía. Agarré su cara y me acerqué lentamente a sus labios para apretarlos suavemente contra los míos, con un ligero movimiento me senté encima de ella y abrí un poco mi boca para sentirla, y con toda la dulzura que pudo metió su lengua en mi boca para buscar la mía y acabar en una sensual pelea entre las dos, luchando por encontrarse dentro de nuestras bocas. Acaricié su cara y ella mi espalda, se levantó dio un par de pasos conmigo encima y miró al pasillo, luego me miró a mí, sabía que buscaba la habitación y se la señalé con la cabeza. Me resbalé un poco de su cuerpo y me apoyó contra la puerta mientras me besaba, apoyé mi mano en el manillar y la abrí, me acercó a la cama y me tiró en ella, continuó besándome me empujó hacia arriba para apoyar mi cabeza en la almohada y me besó más tiernamente que en ningún otro momento, con mucha suavidad, lentamente, pasó sus manos por mi cabeza, las bajó hasta mis manos, entrelazó sus dedos con los míos y las subió pasándolas por encima de mi cabeza para apoyarlas en la almohada sin soltármelas. Se sentó en mis piernas e hizo que me sentara en la cama, tirando de mis manos, volvió a besarme, solo que esta vez soltó mis manos para quitarme la camiseta, yo comencé a desabrocharle los botones de su camisa, llegué al pantalón y lo desabroché también, tiré hacia atrás y le quité la camisa, se recostó y le quité los pantalones seguidos de una hilera de besos por las piernas. Se acercó a mi y repitió mi proceso, solo que ella no dejaba lugar de mi cuerpo sin besar, me quitó los pantalones y volvió a mi boca, para acabar volviendo a echarme en la cama, se acercó a mi pecho y echó su cabeza para abrazarme, tiró de las sabanas y nos tapó. Me besó nuevamente, un beso suave y rápido, pero lo sentí como ningún otro, volvió a recostarse sobre mi pecho y cerró los ojos.

-Descansa princesa. – Me dijo, sonreí y cerré los ojos mientras le acariciaba el pelo.

Estaba casi dormida, pensando que todo era un sueño, me encantaba tenerla encima de mí, me encantaba que acariciara de esa manera mi cuerpo, me encantaban sus besos. De pronto sonó mi móvil, Alicia estiró el brazo por encima de mí y lo cogió de la mesa de noche que estaba al lado de la cama.

-Es un mensaje. – Me dijo sacándome de mi sueño.

-Léemelo. – Le dije sonriendo.

Alicia abrió el mensaje y lo leyó para si, resopló, se apartó de mí y me lo dio, miré la pantalla y leí mientras ella me miraba fijamente.

SMS: “Te he sacado de una buena con tu noviecita, ahora me gustaría poder tener una tarde contigo a solas, necesito que me escuches. Nos vemos.”

...Continuará...

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Lo siento por tardar en subir la continuación, prometo no volver a tardar tanto, es que ando liada con los estudios y demas... Espero que por esta tardanza no dejeis de leerme y de dejarme esos maravillosos comentarios que me soleis dejar, esos comentarios que me motivan cada vez que los leo, los esperaré en esta continuación y que me digais que os va pareciendo todo :D Voy con prisa y no tengo tiempo de contestar a los comentarios anteriores, me encanta hacerlo, pero no tengo tiempo y debía subir el capitulo ya que llevaba bastante tiempo sin subir nada, los comentarios que me dejéis prometo contestarlos junto a los del anterior en el proximo capitulo, que a mucha tardanza subiré la proxima semana.... Espero que os guste!! Besos!!! :D