Juegos del destino. CAP. 2 - TEQUILA Y ... ¿SEXO?

Si el destino decide jugar contigo... ¿Qué harías? Amor, desamor, amigas, diversión, sexo, romances, historias... JUEGOS DEL DESTINO.

“Novia,  Victor, amigo, novia, ella, novia, Victor, mudado, juntos, casa…” Todas esas palabras pasaron por mi cabeza en una milésima de segundo sin dejarme pensar, hacer, ni decir nada.

Iker me miró y por mi cara al parecer se dio cuenta de que pasaba.

-Pues nada, ¡Daniel! Voy a ponerle el pijama a mi chica. – Dijo en tono de amenaza y me saco del ensimismamiento agarrándome por el brazo y encerrándome en mi cuarto.

Entró tras de mí, me miró, lo miré y eché a llorar.

-Es ella, ¿No? – Me susurró al oído mientras me abrazaba.

-Si… - Balbuceé.

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CAP. 2

Sentía como mi corazón latía fuertemente y mis lágrimas caían por toda mi cara…

-Eh cariño… Hagamos una cosa, salgamos, cenemos y propondré jugar a la botella, prometo que esta noche la besaras y saldrás de dudas. – Me dijo soltándome del abrazo.

-No tengo dudas, la quiero, me encanta, la necesito.

-Rach, ni la conoces…

-No me hace falta, la amo. – Lloré mas fuerte.

-Enamórate de otra, u otro… - Propuso. – Pero no me cuentes nada que me pongo celoso…

Me hacía reír cada vez que hacía como que era mi pareja, solía hacerlo para sacarme de apuros cuando salíamos.

-Si fuera tan fácil… - Le dije acercándome a su cara como para besarlo.

-Rach vamos a cenar.... – Interrumpió Bea, Dani la siguió, también nos vio.

-Dejémoslos… Lo siento Rach, prometo que la semana que viene salimos. Y tu Iker, calma… - Se disculpó Dani y cerró la puerta tras si.

Miré a Iker y nos echamos a reír.

-Y pensar que estoy enamorado de él. – Me confesó.

-¿Dani? ¡Mentira! ¿Cómo vas a estar enamorado de él?

-¿Cómo puedes estar tu enamorada de ella? – Me preguntó arqueando una ceja. – Pues igual cariño, igual.

-¿Salimos? – Pregunté armándome de valor.

-El principio duele un poco… Luego hasta te acostumbras. – Me dijo mientras abría la puerta.

Salí y entré al salón, estaban sentados alrededor de una mesa comiendo, solo había un hueco libre en el sofá, miré a Iker creyendo que iba a dar una carrera.

-Mi regazo también sirve. – Me dijo riendo.

Y así fue, evité mirarla a toda costa, y cené sentada en el regazo de Iker.

Pude ver como ella se levantó con Sonia y Bea para llevar todas las sobras y bolsas a la cocina para tirarlo.

-No te ha quitado ojo en todo el rato. – Me susurró Iker y lo miré extrañada.

-¿Con que empezamos? – Preguntó Sonia.

Iker y yo nos habíamos bebido tres cervezas durante la cena, él me paraba y me decía al oído que me controlara, cuando estaba haciendo lo mismo.

-¡Vodka! – Le dije poniéndome de pié.

Ella entró al salón, me miró, la miré.

-No nos han presentado, soy Rachel, estos… - Hice un gesto con las manos señalándolos a todos. - me llaman Rach. – Le dije sonriendo, más ella me miraba seria.

Pude notar como dudaba si hablar o no.

-Si, eh, yo soy Natalia. – Soltó al fin, y esbozó una amplia sonrisa de sus labios dejando mostrar parte de su dentadura, me acababa de robar el corazón.

Nos acercamos para darnos dos besos y al rozar su mejilla con la mía pude notar una especie de calambre, junto unas cosquillas en el estómago. Temblé un poco ante la sensación.  Nos dimos uno y al intentar el otro Dani pasó bruscamente cargado de vasos por detrás de mí provocando una casi caída. Ella me paró entre sus brazos.

Me quedé estática, estábamos demasiado cerca, impulsada por besarla por abrazarla y no soltarla nunca. Iker salió de la nada y me arrancó de sus brazos, justo en ese instante me cerciore de que la necesitaba cerca, muy cerca, necesitaba que me rozase con sus manos, y me hablara con esa dulce voz.

-¿Estas bien cariño? – Me preguntó a lo que yo asentí con la cabeza.

Natalia dudó que hacer, si hablar, o si ir a la cocina. Optó por irse.

Estuvimos bebiendo mientras charlábamos, en lo que ellos llevaban dos, Iker y yo llevábamos el doble.

-Tequila, quiero tequila. – Comenzó a decir Sonia, la cual no estaba acostumbrada a beber e iba algo contenta, admito que yo también lo estaba.

-Toma tu tequila. – La calló el novio riendo y dándole la botella. – Ahora corre y vete a dormir con él.

-En todo caso sería ella... – Dijo Bea riendo. – La botella. – Rio mas aún.

-Eeeeeel tequila. – Le dijo Sonia tambaleándose. – Y no os digo yo que haría con la botellita.

Iker le quitó la botella.

-¡Mía! – Gritó él al cogerla.

-¡Todo tuyo! – Le dijo Sonia. – Yo voy a por unas cosas que vamos a jugar a un juego.

-¡¡La botellaaaa!! – Gritó Iker.

-No. – Le cortó Sonia y se la quitó. – Tequila. – Soltó la botella de tequila en el centro de la mesa. – Sal. – Soltó nuestro salero. – Limón. – Puso una bolsa de limones y un cuchillo en la mesa. – Id cortándolos.

Dani los comenzó a cortar.

Me senté en la esquina del sofá, Iker se sentó a mi izquierda en el suelo para rodear la mesa. A mi derecha se sentó Bea, luego Dani, Víctor se acomodó junto a Natalia en un sillón. Sonia estaba de pié.

-Explico el juego. – Todos nos callamos y la miramos atentamente. – No es el normal, este es mas jodido, si no cumples bien te tienes que quitar una prenda. Eso lo decide el de tu izquierda, como también decide donde colocar la sal. Se gira la botella, imaginemos que le toca a Iker, y que le toca con Bea, la que decide su destino es Natalia ya que está a la izquierda de Iker, luego Bea girará la botella y quien salga será el siguiente. ¿Entendéis?

-Para estar borracha te has explicado muy bien. – Le dije mientras encendía unas velas y apagaba la luz. Todos rieron.

-Eh. – Dijo acercándose a Víctor. – Fuera, parejas juntas no, y menos a su izquierda. Al suelo. – Le quitó el sitio y se colocó en el centro quedando Víctor en el suelo.

Comenzamos cargando todos los vasos de chupito, nos preparamos una rodaja de limón y nos echamos sal en la mano, bebimos e hicimos el proceso normal una vez, para calentar motores.

-Empieza la mas joven. – Dijo Sonia.

Bea se dispuso a girar la botella, pero miró a Natalia y la soltó.

-¿Cuántos años tienes? – Le preguntó.

-Veinte. – Respondió. – Y él veinticinco.

-Gano, yo, diecinueve. – Dijo y levantó el brazo en señal de victoria.

Iker volvió a cargar todos los chupitos mientras Bea giraba la botella.

Le tocó con Iker, a la izquierda de Bea estaba yo. Cogí la sal, le levanté la camisa a Iker y se la eché por sus perfectos abdominales le metí el limón en la boca y comenzó el juego.

Bebió de un sorbo el chupito, le quitó la sal con la lengua y luego cogió el limón con la boca y se besaron tiernamente.

-Valido. – Reí. – Los besos justamente así, sin pasarse.

Iker giró la botella y le tocó con Víctor. Natalia estaba a la izquierda de Iker. Rió un poco, al parecer se le estaba subiendo el efecto del alcohol. Le colocó el limón en la boca y echó la sal en el cuello de su novio. Iker no lo dudó y jugó.

Víctor giró y le tocó con Dani. Se repitió el proceso anterior, limón sal en el cuello y un beso… ¿Tierno? No se dio por válido, se quitaron la camisa los dos.

Dani giró la botella, le toco con Sonia, su novia. Bea se acercó a Sonia y le quitó la camiseta le echó la sal  por todo el pecho. Y se repitió el proceso. El ambiente estaba empezando a caldearse.

Sonia giró la botella y le tocó conmigo.

-Esto era lo que yo quería. – Dijo abalanzándose sobre mí para intentar besarme.

-Espera, espera, espe… - Reí hasta que se quitó de encima.

Iker me levantó el vestido y me echó sal por todo el muslo, de una punta a la otra y me colocó el limón en la boca para que no pudiera decir nada.

-No te cortes, si lo que nosotras no hayamos hecho ya… En la ducha, en la cama, en el sofá… - Rió Sonia y se acercó a mi pierna.

Admito que notar su respiración tan cerca de mi sexo me excito bastante. Mi respiración se aceleró un poco. Se vino a mi boca me quitó el limón con la suya, lo cogió con su mano y me besó tiernamente. Noté como la respiración de Sonia era agitada y se entrecortaba. ¿Se abría excitado? Seguramente era el alcohol.

Todos nos miraban boquiabiertos.

-¿Echamos un polvo delante vuestra y nadie hace nada? – Dijo Sonia levantándose y riendo.

-Yo os hubiera parado. – Rió Bea. – Creo. – Todos reían.

-Pues me toca. – Dije colocándome bien el vestido. La botella giró. No podía ser con ella no, no podría soportarlo.

-Eh, fuera camiseta Natalia. – Le dijo Iker.

-No, eso no vale. – Dijo Bea. – Todos sin camiseta menos yo.

-Yo también la tengo puesta, pero me la quito eh. – Decía mientras se desabrochaba todos los botones y para quitársela y dejar al aire libre su escultural figura.

Bea lo siguió y se la quitó. Yo tenía vestido, no iba a quitármelo. Natalia acabó entre risas quitándose la camiseta. No podía mirarla, el alcohol hacía que sintiera unas ganas inmensas de tirarla allí mismo y hacerla mía, no sabía como iba a soportar lo que hiciese Iker.

Agarró el salero y le echó sal desde el canalillo del pecho hasta el cuello tocando el lóbulo de la oreja y le colocó el limón en la boca.

Opté por ni mirarla a la cara y con mucho cuidado, sin siquiera rozarla me coloqué encima suya en el sillón para quitarle la sal. Me acerqué a sus pechos y noté como al respirar la primera bocanada de aire la piel de Natalia se erizó y su respiración comenzó a acelerarse. Me gustó aquel gesto y le chupé toda la sal sin dejarme nada atrás, subiendo por el cuello y llegando a la oreja, su respiración estaba muy entrecortada, quedé encima de ella, mi cara muy cerca de la suya, agarré con mi boca el limón, lo chupé y lo escupí para dar paso al beso. La miré a los ojos, y pude ver miedo, yo los cerré y me acerqué poco a poco a su boca y justo antes de poder siquiera rozarla, giró la cara.

-N…No… - Me paró. – No puedo.

-Volved a hacerlo. – Pidió victor en un susurro casi inaudible.

-Error, fuera pantalones. Y tú, lo siento pero fuera el vestido. – Nos dijo Iker.

No me opuse, normas del juego, todos estaban casi igual. Me lo quité y mis ojos se fueron para Natalia, que curvas que perfección… Giró la botella. No podía ser el destino me estaba jugando una mala pasada, no soportaría tenerla encima. Estábamos las dos en ropa interior y acababa de tocarle conmigo. Pude ver como Víctor sonrió, le gustaba la idea de ver a su novia con otra chica.

Sonia estaba a la izquierda de ella, cogió un limón, me lo colocó en la boca y levantó del sofá a los demás para acabar tumbándome.

-De aquí a la cama… - Le dijo Dani a Sonia. Todos rieron.

Cogió el salero y vertió sal desde el muslo hasta el cuello, pasando por la barriga y el canalillo de los pechos. Cuando terminó miró a Natalia la cual estaba a punto de negarse.

-O lo haces o te quedas completamente desnuda. – Le advirtieron Iker y ella.

Se colocó como pudo en el sofá y me agarró las caderas al comenzar a quitarme la sal del muslo, lo hacía con mucho cuidado, tardaba varios segundos en ir quitándola centímetro a centímetro, me estaba haciendo sufrir, y creo que lo hacía a propósito. Llevaba poco mas de medio muslo y ya no podía mas. Se levantó para quitarse el pelo de la cara y al mirarme sonrió en señal de victoria y me fulminó con una picante e intensa mirada y siguió tomándose su tiempo.

-Yo voy a la cocina a echarme un poco de Ron. ¿Alguien quiere algo? – Preguntó Bea a todos, ninguno respondió. – ¿Bueno un cubo para las babas quizás? – Nadie le hizo caso, yo comencé a reírme. -  ¡Ya se! Hielo para que se os bajen las calenturas. Dijo mientras le daba con un cojín a Sonia.

-Uf… - Resopló Sonia. Que calor por dios. – Las he visto mas rápidas.

-Así es mejor… - Susurró Natalia a la altura de mis caderas. Me estremecí, y no pude evitar soltar un leve gemido, que seguramente todos escucharon.

-¿T…Te…Te… Ayudo? – Le preguntó Tartamudeando Sonia a Natalia, la cual negó con la cabeza.

Era demasiado, notaba como mi sexo estaba muy húmedo y seguramente hinchado, pidiendo a gritos un buen rato.

-O las separa alguien o acabaran mal las dos… - Dijo Dani sin apartar la vista.

-Yo no voy a cometer esa locura, que acaben como quieran… - Víctor agarró un cojín y lo puso sobre sus piernas.

-Sonia, cariño, ¿vamos a tu cuarto? – Le pidió Dani a su novia, esta asintió y se dispuso a levantarse.

-No. – Los interrumpió Víctor. – Mi novia esta encima de ella, muy encima… - Esto último quedó en un susurro.

Acababa de recostarse encima de mí para quitarme la sal del cuello. Ejercía presión sobre mi sexo con su pierna sin que nadie se diese cuenta, estaba a punto, no paraba de ahogar gemidos apretando mis dientes. Nunca había sentido algo así, quería probar sus labios, cada vez quedaba menos.

Noté como alguien se levantó. Y fue a la cocina con Bea. Se escucharon susurros. Yo no podía no tenía mis sentidos a otra cosa que no fuera ella. Noté su respiración muy acelerada sobre mi, cada vez estaba mas acelerada. Cuando quedaba muy poco se movió para colocarse nuevamente bien el pelo y al volver a apoyarse, noté como ahogó ella un gemido en mi oído, pasó una pierna entre las dos mías y se apoyó completamente en mi pierna dejando que la suya se apoyase contra mí. Era imposible que estuviera haciendo eso ante todo el mundo. Comenzó a moverse, escupí el limón y la paré.

-¿Q… Qué ha…ces? ¿Es…tas loca? – Le dije.

-Cállate, no hay nadie. – Respondió, y se levantó un poco para dejarme ver que en la habitación no había nadie.

Me miró a los ojos y me acabó por derretir, volvió a bajar a mi cuello para seguir con lo que comenzó a hacer, más, la quité.

-No, no puedo, lo siento.  – Dije nerviosa mientras me incorporaba y me levantaba.

-¿Qué? – Preguntó extrañada. – No vamos a tardar nada. – Terminó de decir poniéndose de rodillas en el sofá y agarrándome por la cintura, intentó besarme, más, así no lo quería, no quería besarme con ella bajo los efectos del alcohol. Habíamos echo mucho mas, pero no, yo sentía por ella algo mas que un simple calentón.

-Lo siento. – Le respondí, y me coloqué el vestido.

-¿A dónde vas? – Me preguntó sentándose en el sofá, su mirada me producía ternura, parecía decepcionada.

-A tomar algo fuera, necesito un trago. – Terminé de decir y me largué de allí.

-¿Dónde está? – Escuché decir a Iker.

Corrí hacia el ascensor, bajé, me di cuenta de que había olvidado el móvil en casa, pero no quería subir, si lo hacía me volverían a fulminar a preguntas opté por ir a la parada de taxi que había cerca y me monté en uno.

-A party’s club. – Le dije al taxista.

No tardé mas de cinco minutos en llegar. Pagué y me bajé del taxi. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que en la acera de enfrente había un pub gay.

-¿Tienes dudas amor? – Me preguntó una chica. La miré corriendo. Era muy guapa, mas alta que yo se acercó a mi y me besó.

Un beso dulce, tierno, que se tornó a ardiente y fogoso.

-Veo que si, ¿Un trago?

Entramos al pub. Pedimos unas copas… No recordé nada más hasta la mañana siguiente cuando amanecí en una cama que no era la mía.

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Me alegra mucho que os gustara y acogierais tan bien la primera parte :D espero no defraudaros y que os guste esta continuación. Seguiré esperando vuestros comentarios y valoraciones mas que nada, ya que me motivan a seguir escribiendo, me gusta que os guste y que me comentéis y valoreis asi de bien, muchisimas gracias de verdad, insisto en que comenteis, muchisimas gracias por leerme :D