Juegos de principiante
No podia imaginar lo que me esperaba esa noche... Ella me volvia loca y sabia muy bien como utilizar sus juegos de mujer para cautivarme y hacerme caer en sus redes
No podía creer que me estuviera pasando algo así con una mujer
Tras una noche de copas con unos amigos decidimos retirarnos todos a un lugar mas tranquilo.
Allí, ella sacó un bote de nata y no dudó en empezar a saborearlo sensualmente mientras me preguntaba con mirada felina si me apetecía un poco.
"¿Cómo es tan zorra? ¡Sabe que me esta empezando ha volver a loca, lo sabe! Y como juega la muy cabrona " pensé.
Le dije que yo prefería el chocolate. Ella entró a la cocina y sacó un botecito de sirope. Comenzó a chuparlo y dármelo a probar de sus dedos.
- Hay otra forma mejor de probarlo- le dije, y unté mis labios con él. Ella no tardó en comérselo. Las risas de unos amigos interrumpieron nuestro juego.
En ese momento nos invitaron a jugar a pasarnos unos cubitos de hielo con la boca. Ella me miró fijamente sonriendo y dijo que aceptaba. Yo, por supuesto, también.
Cogió uno de esos fríos hielos con sus labios y se acercó hacia a mi. Pude ver como comenzaba a derretirse con el calor de boca. Cuando intenté cogerlo, ella lo apretó con sus dientes. Yo hice tanta fuerza que hasta logramos que se partiera. En ese momento, ella metió el pedacito más pequeño en su boca para dármelo. ¡Era casi del tamaño de un caramelo! Cuando me acerqué, ella lamió con su lengua mi boca excitándome más todavía.
Con cada hielo que pasaba entre nosotras, hacia subir mas la temperatura.
Hasta comenzamos a coger los hielos de distintas partes del cuerpo de la otra persona y yo no podía aguantar más. Ella estaba igual, se le notaba. Estaba muy excitada y se acercó a mí, sacó el hielo de su boca agarrándome por la cintura y me dijo:
-¡Esto se hace sin hielo!
Uuuuuffff! Empezamos a besarnos de una forma salvaje. Las dos lo estábamos deseando durante toda la noche. Nuestras manos buscaban locamente partes del cuerpo que pedían a gritos ser acariciadas. Ella me agarró de la mano y me guió hacia el baño.
Allí comenzamos a quitarnos la ropa como locas.
Sus manos sabían cómo y dónde tocar en cada momento. Las mías descubrían por primera vez unos pechos desnudos, calidos, suaves.
Mi boca comenzó a besarlos y a lamerlos. Esa sensación al tener sus pezones en mi boca era muy sensual. Me encantaba jugar con mi lengua sobre ellos y por sus gemidos, a ella también. Yo estaba muy excitada.
Ella acercó su mano hacia mi vagina. ¡Sabia como volverme loca de placer!
No podía dejar de gemir. Acariciaba mi clítoris muy suavemente y luego introdujo sus dedos en mi vagina húmeda.
Cuando estaba casi a punto de correrme, acercó su cara. ¡No lo podía creer, solo con pensarlo creía que me corría! Comenzó a practicarme el sexo oral haciéndome estallar de placer.
Yo me abalancé sobre ella y la puse contra la pared. Comencé a descubrir por primera vez como tocar a una mujer y su cara de placer me decía que lo estaba haciendo bien. Eso me gustaba. Ella gemía, cada vez más fuerte.
Su clítoris se endurecía. Su orgasmo se acercaba.
Introduje mis dedos en su vagina, estaba tan calida y húmeda Ella gemía cada vez más fuerte y pensé que ese era el momento en que debía descubrir su tacto en mi boca.
Fui bajando hasta llegar a su vagina. Me acerqué a su clítoris y fui lamiéndolo suavemente. Me encantaba tenerlo en mi boca. Aumentaba el ritmo siguiendo la fuerza de sus gemidos. Introduje mis dedos de nuevo en su vagina y no tardó mucho en correrse.
Ella gritaba, loca de placer mientras yo notaba como su clítoris se contraía en mi boca y los espasmos de su vagina iban apretando mis dedos en su interior.
Nos vestimos entre risas y decimos salir y unirnos de nuevo al juego como si no hubiera pasado nada, pero nuestras miradas llenas de lujuria, no podían esconder que en el baño habíamos estado practicando un juego más divertido