Juegos con el padrastro
Raquel, desde siempre había tenido una buena relación con su padrastro. Desde joven le gustaba jugar al caballito con el mismo. Al crecer estos juegos cesaron. Pero al llegar la mayoría de edad, la chica aprovecha una ausencia de la madre, para volver a practicar aquel juego. Sin embargo, las consecuencias se van sucediendo
Raquel era una joven que recién acababa de cumplir su mayoría de edad. Se había quedado huérfana de padre a la edad de doce años tras el fallecimiento del mismo en un accidente laboral. Tras ese luctuoso acontecimiento, la chica lo paso bastante mal ya que su madre tuvo que ponerse a trabajar, y ella permanecía gran parte del tiempo en el colegio y sin poco contacto con chicas de su edad. No obstante, la situación cambio cuando unos años más tarde, su madre le presentó a su nueva pareja, un hombre mucho mayor que su mama, y que dijo llamarse Rafa.
Tras unos meses viéndose, su madre decidió ponerse a convivir con su nueva pareja, por lo que Raquel de buenas a primeras se vio con padrastro, que no conocía, y con el que mantuvo inicialmente una actitud hostil. Su madre le reprochaba su actitud, pero ella se mantuvo incólume y no dio su brazo a torcer, mostrando en todo momento una actitud pasiva y de evitar todo contacto con la nueva pareja de su mama.
Pese a ello, fue verificando que la actitud de Rafa y los atendimientos hacia su madre, le hicieron comprender que parecía una buena persona. Ello motivo un cambio de actitud por su parte que favoreció el contacto, y propició que éste le comenzara ayudar con algunas tareas escolares, ya que Rafa tenía estudios superiores, aunque ahora se encontrara jubilado. Raquel se fue dando cuenta que pese a la edad que poseía aquel hombre, mantenía un buen parecido y un físico bastante aceptable. Era un hombre alto, algo fornido, bastante alto y que además le gustaba vestir de forma sumamente elegante.
Así fue como Raquel fue tomando contacto con su padrastro, hasta el punto de que cuando iba a darle las buenas noches a su madre a su habitación hacia lo propio con el mismo. Rafa no había tenido hijos, ni tampoco había estado casado, aunque había convivido durante varios años con algunas mujeres. Por esta razón, el mismo fue tomando cierto carió a la joven, y con la edad de quince años incluso se atrevía a realizar algunos juegos, sin malicia con la misma. Aunque su madre parecía reacia este tipo de juegos, dada la edad de la chica, al ser su única hija consintió los mismos.
A partir de ese momento era habitual encontrarse a las primeras horas de la noche, jugando a Raquel con su padrastro y su mamá en la cama. Realizaban varios tipos de juegos, pero uno de los juegos que mas adicta se hizo la joven fue la subirse sobre las rodillas de su padrastro y hacer que jugaban al caballito , colocando una almohada entre ellos. Inicialmente su madre se mostró bastante contraria, pero la insistencia de su hija hacia que cediera nuevamente. La madre verificaba que su hija se reía bastante con este tipo de juegos, y tampoco considero ningún tipo de malicia, ya que siempre se hacía en su presencia.
No obstante, la chica fue creciendo, y cuando alcanzó la edad de los dieciocho años, sus hormonas sexuales estaban en su mejor apogeo, y revolucionaron el carácter y forma de ser de la chica. Al igual que sus compañeras de clase y chicas de su edad, pronto comenzó a devorar todo tipo de información sobre el sexo que se ponía a su alcance: revistas porno, internet, videos porno, etc . Evidentemente todo esto lo hacía a espaldas de su madre y de Rafa.
Su madre era bastante tradicionalista, por lo que el tema del sexo era algo tabú, por lo que nunca informó abiertamente a su hija los pros y contras del sexo.
De esta forma, la joven comenzó a consumir todo tipo de videos que se ponían a su alcance. Por ello, no fue extraño que localizara videos donde los padres o padrastros practicaban sexo con sus hijas o hijastras. Aquello, como era de esperar, levantó la curiosidad de la chica y tras visualizar varios de ellos, comenzó a ver a su padrastro de otra manera. Con su cuerpo ya bien formado, y a punto de adquirir la mayoría de edad, comenzó a fijarse en el cuerpo de Rafa, su anatomía, e incluso el bulto que se le notaba en su pantalón a la altura de su bragueta. Ella sabía que la práctica de sexo entre familiares era considerado incesto, pero en el fondo, como cualquier adolescente, la prohibición más le seducía.
Rafa pese a su edad seguía manteniendo un cuerpo apuesto, vigoroso, y era un hombre que se cuidaba bastante. Tenía un cierto aire de seductor que no resultó intrascendente para su hijastra.
Un buen día tras llegar del Instituto, al pasar por delante del dormitorio de sus padres, la joven constató que la puerta estaba entreabierta, dándose cuenta de que alguien se hallaba dentro del baño, ya que la puerta estaba entreabierta. Pronto descubrió que se trataba de su padrastro, el cual parecía se acabada de duchar. Un cierto morbo incitó a la joven a espiarlo, viendo que al momento salía del baño hacia la habitación, con la intención de recoger lo que parecía un slip de una de las mesas de noche. La joven se asombro al ver a su “su padrastro totalmente desnudo” . Pero, mayor sorpresa se llevo al contemplar el enorme pene que le colgaba entre sus piernas. Se trataba de un pene bastante largo, cuya visión le quedo gravada en su memoria. ¡ Se dijo que no solo era bastante grande, sino superior a los que había visto en pelis ”.
Raquel tenía bastantes amigas del colegio, algunas de su edad y otras de edades superiores. Era normal que a esa edad todas comenzaran a explorar sus inquietudes sexuales, siendo frecuente que sus conservaciones acabaran sobre sexo. Algunas de sus amigas comentaban como ya habían tenido encuentros con chicos de su edad, e incluso alguna había tenido ya relaciones sexuales. Es más, algunas bastante atrevidas en plan de orgullo mostraban en sus móviles grabaciones del pene de los chicos, e incluso otras más atrevidas lo habían grabado en pleno acto sexual. Entre estas amigas, se encontraba Rubí, la cual era mayor que ella. Había adquirido cierta confianza con esta amiga, pese a saber que era un poco desbocada y bastante salida. Había escuchado el comentario de varios amigos en el Instituto sobre su fama de “ media putita ”.
La citada Rubí le comento que ella ya había tenido encuentros sexuales con unos chicos, explicándole con toda clase de detalles las sensaciones de dichos encuentros, manifestándole: ¡ pero, no quede satisfecha!.. La verdad es que apenas me satisfizo. Y continuó diciendo: ¿has visto en internet el pene de algunos hombres? son bastante grandes. Una amiga me ha dicho que ella lo hace con su propio tío, y que aquel tiene una pinga bastante gorda y grande. Y además, le mostró un video dejado por dicha amiga, donde se veía los genitales del citado tío.
-Ya, Rubí, pero ¿eso tiene que doler mucho?. Le pregunto Raquel al contemplar el aparato del tío de su amiga. No obstante recordó que la que le había visto a su padrastro no se quedaba atrás.
- Claro que no…, ja ja… la primera vez duele un poco pero después gozas mucho. Pero me gustaría hacerlo con uno hombre de verdad, con una buena tranca como la del tío de mi amiga.
Raquel se quedo excitada con lo manifestado por su amiga. Al llegar a casa recordó el video que lo mostro su amiga, y pasó por su mente el pene que había visto a su padrastro en el dormitorio. Pensó: “y eso que estaba en reposo, seguro que erecto tiene que ser más grande que el del tío de la amiga de Rubi”.
Aquellas palabras de su amiga y los videos visualizados, la comenzaron a excitar y cada vez fantaseaba más en alguna escena morbosa con su padrastro. Tras ello comenzó a masturbarse en su cama pensando en su padrastro, imaginándose varias posturas sexuales mientras la follaba. Pensaba en las dimensiones de su pene, y como le abría el coñito con su tremenda polla. En más de una ocasión se tuvo que cambiar de bragas ya que las usadas quedaron manchadas de sus jugos, teniendo que lavarlas ella misma, con la finalidad de evitar que su mama se pudiera percatar de ello.
Esos pensamientos aumentaban sus ansias de continuar los juegos con su padrastro, aunque tenía que aprovechar ocasiones de ausencia temporal de su madre, ya que esta se oponía abiertamente a que dada su edad, siguiera jugando con su pareja de esa forma. Recordaba que en las últimas ocasiones en que practicaron el juego del caballito ella intentaba sentarse sobre los muslos de su padrastro, comprobando que este se ponía nervioso y evitaba que ella se acercara con su cuerpo a sus genitales. Su pretensión de evitar que se sentara sobre sus genitales, le ponía más caliente a ella.
Hasta que Raquel alcanzó los dieciocho años y con ello la mayoría de edad. Tras ello, su padrastro se negó a continuar con aquellos juegos buscando siempre alguna escusa, ya que era consciente de las protestas de la madre de la joven.
Ella se sentía algo frustrada, ya que gran parte de las amigas ya habían tenido algún encuentro con chicos, y sin embargo, ella aún seguía siendo virgen. Era una joven bastante elegante, y se puede decir que bonita, más bien un poco gruesa, pero sin llegar a ser gorda. Pero lo pero su gran preocupación era la gran cantidad de pecas que marcaban su rostro. Ella consideraba dicha circunstancia como una verdadera tara, y hasta pensaba que los chicos la rechazaban por tal circunstancia. No en vano era bastante tímida y muy aprensiva. Por ello, pese a estar ansiosa por conocer el sexo, la retenía su timidez y sus pecas.
Ya mayor de edad, un día su mama le comenta que tiene que ausentarse de casa por unos diez días, ya que tenía que ir a visitar a su madre que se encontraba algo enferma, la cual residía en otra ciudad bastante alejada de donde vivían. Rafa no tenía mucho contacto con la familia de la madre de Raquel, por lo que no consideró conveniente acompañarla. La joven tampoco pudo ir ya que suponía perder sus clases, ya que había comenzado en a estudiar en la Universidad. Ello motivo, que la chica se viera obligada a quedarse de buenas a primeras a solas con su padrastro durante ese tiempo. Al conocer la noticia, la joven se alegró. ¡ Por fin iba a estar a solas con su padrastro, sin la presencia de su madre !.
Tras marcharse la madre, ella paso a ser la mujer de la casa, y por lo tanto se encargó de las tareas del hogar, de lavar la ropa, cocinar y limpieza de la casa. Llevaban casi dos días tras la marcha de aquella, y en la noche, luego de cenar ella, se dirigió al dormitorio de su padrastro y se sentó a ver la televisión con él en la cama como en algunas otras ocasiones había hecho. Después de algunas bromas típicas, le dijo: - ¿ por qué no jugamos un ratito papi?... vamos papito… hazme unos cariñitos…
Rafa, la miro. En las últimas fechas se había opuesto ya que no quería tener ningún altercado con su pareja. Al ver que su hijastra volvía a la carga, estando ahora solos en casa, lo intranquilizó. No quería enfrentarse a su pareja, y Raquel por su parte tampoco era una niña, la cual había adquirido la mayoría de edad, aunque a veces tuviera comportamientos algo infantiles. No obstante, el no quería contrariarla. Por ello le contesto: vale, ¡no sé como lo haces pero siempre me convences!… y… ¿a qué quieres jugar Raquel? .
Ella le contesto al momento: sabes cuál es mi juego preferido… j aja ”el caballito”.
El hombre al momento se intranquilizó. Sabía de sobra que era su juego preferido, pero no era el apropiado para una señorita como le decía su mujer. Por tal motivo le contesto: -Ya Raquel. Pero sabes que tu madre se molesta con ese juego. No se….” ya eres toda una señorita”. Tu madre la ve con malos ojos. No debemos.
Rafa, aunque le agravaba aquel juego, en el fondo le hacía pasar unos malos momentos, ya que notaba que sin evitarlo, se excitaba al contemplar las braguitas de su hijastra, como en alguna ocasión así había ocurrido.
- pero papi. Mami no está. ¿Es que ya no te gusta jugar con tu hija ? Le dijo ella mostrando una carita de chica consentida y mimosa. Ella sabía que eso solía desarticular a su padrastro. Con el tiempo había aprendido a saber convencer a su padrastro con esas coqueterías.
- claro que si Raquel.. le contesto al ver la carita de bebita que ponía su hijastra, diciéndole: Bueno,.. pero solo un ratito… y.. Eso sí…. ¡que no se entere tu madre! ¡ O me la gano!. Ya sabes cómo se pone. .
Raquel se lleno de alegría. Iban a jugar tras mucho tiempo de nuevo al caballito. Esto la ilusionó mucho.
Ella acostumbrada desde mucho antes a colocar una pequeña almohada sobre las piernas de su padrastro, y luego ella se subía encima y comenzaba de esta forma el juego. La colocación de la almohada había sido un requisito que idearon tras las protestas de su mama. Ella se balanceaba de adelante hacia atrás, pero la almohada y las sábanas evitaban que se sentara sobre las piernas de su padrastro.
Esa noche Raquel sintió una sensación especial, ya que llevaban bastante tiempo que no lo hacían. En el fondo se percató d que aquello le levantaba su libido sexual. Esa noche, después de tanto tiempo, lo hicieron con en ocasiones anteriores, pero por breve espacio de tiempo. Ante insistencia de su padrastro se tuvo que marchar, a regañadientes, para su dormitorio. Pero le costaba conciliar el sueño, ya que estaba reviviendo lo hermoso que le había resultado volver otra vez al juego del caballito .
Obviamente el juego, tenía un componente morboso para ella, ya que podía sentir a su padrastro en contacto con sus piernas. Pese a ser una chica introvertida y bastante tímida, se mostraba bastante decidida con respecto a su padrastro. El juego le había incitado, pero ella quería más, y por ello a la noche siguiente, tras maquinarlo, mientras jugaban, se las imaginó para que en un quiebro “ se cayera intencionadamente la almohada” , yendo su cuerpo a caer precisamente sobre los muslos desnudos de su padrastro.
Al darse cuenta Rafa, intento que ella se volviera a colocar la almohada de nuevo, pero entonces la chica se negó diciéndole: Ay papi, “es que así me molesta”. Me gustaba más de esta manera .
El hombre la miro preocupado, en parte con cierto mosqueo por la proposición de su hijastra, pero terminó aceptando, no sin antes decirle: sabes que no es correcto jugar de esa manera. ¡Si se entera tu mama…!
- venga papa. No te hare daño… vamos juguemos… mama no se va a enterar ¡te lo prometo!.
De esta forma fue como ella por primera vez se comenzó a sentar encima de los muslos de su padrastro mientras jugaban. Rafa hacia verdaderos esfuerzos para evitar que ella tuviera contacto con el bulto de su pene. Por nada del mundo quería que su hijastra pudiera darse cuenta de la excitación que aquel juego le ocasionaba y que endurecía sin poder evitarlo su “vástago”. Llevaba días sin su esposa, y por ello, aquel juego le dejaba bastante excitado.
El intentaba el menor acercamiento de ella, pero el cansancio y los continuos movimientos de la joven, fue forzando el contacto hasta que por fin, en uno de los estos movimientos ella pudo sentir el pene de su padrastro bajo ella. En más, en algunas ocasiones, tras los continuos vaivenes y movimientos, la misma quedó sentada justamente sobre el aparato de padrastro . Aunque protegido por el pantalón del pijama, la chica pudo constatar que la pija de su padrastro se había endurecido con sus idas y venidas. E incluso, algunas veces, su trasero llego a estar encima de la tranca del mismo, pudiendo sentir claramente el bulto del nabo del hombre.
Rafa, por su parte tampoco era ajeno aquel juego, y notaba que se estaba excitando con la forma de jugar de su hijastra, aunque no fuera buscado por el mismo. Había comprobado claramente como su pene había crecido y adquirido una buena erección con las fricciones que su hijastra ejercía sobre sus muslos, notando como frotaba sus braguitas sobre el pantalón de su pijama . El mismo se comenzó a preocupar, especialmente al comprobar cómo el juego también adquiría para el un componente morboso. Aquellos días sin sexo lo predisponían a una excitación que normalmente no hubiera alcanzado aquel grado. Por otro lado, contempló en varias ocasiones las braguitas de su hijastra, especialmente cuando esta se abría de piernas para sentarse, le que impedía bajar su empalmadura.
Esa noche no ocurrió nada más. Pero la chica, tras retirarse, en el momento de dirigirse al baño, pudo constatar que sorprendentemente tenía todas sus braguitas mojadas. Estaba claro que aquel juego le estaba excitando.
Pasaron otros dos días más, pero Rafa evitó jugar al caballito, poniendo cualquier excusa. A la quinta noche, Raquel se mostraba muy nerviosa y excitada pensando en el juego, el cual trataba de evitar su padrastro. El morbo que sentía, y la necesidad de sentir de nuevo el aparato de su padrastro bajo ella fue tan intenso que planeo una estrategia más atrevida. Tras meditarlo, y aún a sabiendas de que era una locura, y que si su madre se llegaba a enterar, era manifiesto que recibiría una tremenda paliza, se dijo: “ esta noche iré sin ropa interior debajo” (solamente con el camisón). Ella contaba con el silencio interesado de su padrastro.
Cuando acabaron de cenar al igual que las otras noches, su padrastro se acostó temprano. Al rato ella hizo su aparición en la habitación, llevando puesto el camisón de otras ocasiones, aunque esta vez sin sus bragas. Su padrastro al verla, se puso nervioso, y se hizo el poco interesado, continuando con en el programa de la TV, como si no le diera importancia. Ella se metió en la cama sin que el se diera cuenta que ella iba sin ropa interior. Ella espero un poco y al rato le dice: - pero papi. Anda…. ¡Deja de ver la tele!. Atiende un poquito a tu hijastra. Venga…. llevas unos días que no juegas. ¡Juguemos un ratito al caballito!.
El la mira y le dice: - Pero Raquel, sabes que no debemos hacerlo más.
No obstante, ante la insistencia de ella, decidió separar las sabanas, a fin de que ella pudiera subirse sobre sus muslos. A Raquel se le ilumino el rostro, y no se lo pensó dos veces, por lo que, colocándose a horcajadas procedió a subirse sobre las rodillas de su padrastro, negándose nuevamente a colocarse la almohada. El, ante esa negativa se puso nuevamente algo tenso, pero termino cediendo, viendo como ella se colocaba sobre sus muslos. Con cierto nerviosismo comenzaron con el jueguito del caballito, al igual que en anteriores ocasiones.
No paso mucho tiempo cuando ella, intencionadamente le comenta: ay papi me duele un poco la cola. ¿Puedo colocarme mej0r sobre tus muslos?
El la miró algo extrañado, aunque nunca sospecho de terceras intenciones de la muchacha, accediendo a ello. Ante su aceptación táctica la chica se echa hacia adelante, yendo sentarse precisamente cerca del pene del padrastro. Una vez allí siguieron jugando. En un momento dado, Rafa algo cansado de tenerla entre sus muslos, le pudio que se pusiera en otro lugar para que el pudiera mover mejor sus piernas, ya que le producía cierto calambre.
Ante ello, a la chica se le volvió a iluminar la cara. No dejó pasar la oportunidad y aprovecho la ocasión para sentarse justo sobre el abdomen del padrastro . Entonces comenzó a cabalgar y cabalgar!!!. Algunas veces hacia atrás y otras hacia delante, con lentitud pero con firmeza... Ella veía que su padrastro no decía nada, pero había dado cuenta que Rafa miraba de forma distraída los pechos de la joven. Raquel, ya tenía sus pechos formados y sus pezones se endurecían lo suficiente cuando se excitaba para poder trasparentar la prenda que llevaba puesta.
El hombre se sorprendió cuando su hijastra empezó a gemir entrecortadamente. Se fijó además en los pezones de los pechos de la chica, estaban en punta, y sobresalían desafiantes bajo el camisón algo transparente . Sin poder evitarlo comenzó a enrojecer. Era obvio que se estaba excitando sin poder evitarlo. De esa excitación, no fue ajena la muchacha, especialmente al sentir la grandeza que había alcanzado la tranca de su padrastro bajo ella, la cual había crecido inexorablemente.
Esto le producía mayor excitación a la chica, especialmente al ver la cara de preocupación y enrojecimiento de su padrastro. Ante ello, fue más osada y haciéndose la inocente, le preguntó: -¿ Papi esto es lo que haces con mama? .
-¿ como…? Ejem… pero nena… … Era evidente que no se esperaba aquella pregunta.
-Si papi, ¡sabes a que me refiero!. ¡Te he visto como mama también se monta sobre ti, y ambos juegan al caballito!.
El no sabía que contestar. El nerviosismo se apoderó del éste y tardo cierto tiempo en recobrar la cordura, para terminar contestándole: ¿ Nos has visto? ¡Eres ..una granujilla! .
Ella sonriendo dice: si algunas veces, ya que la puerta estaba semiabierta .
El, sabiéndose cazado, no le quedo más remedio que contestarle: Bueno Raquel… “es algo parecido”.
La chica al ver a su padrastro atrapado, le vuelve a preguntar: Ya,…pero, cuando los he visto, he comprobado que “mama estaba completamente desnuda”.
Rafa se atragantó y trago saliva, sin saber que contestar. ¡ Pero .. nena!…. Bueno, la verdad…. Ya sabes, las parejas suelen hacerlo completamente desnudos. Le tuvo que reconocer al final, sin saber que responder.
No se dijeron nada más, y continuaron jugando, haciéndose ella la tonta. Poco a poco, se balanceaba y se movía, pero estaba vez procuraba refregar su conchita, totalmente desnuda por el abdomen de su padrastro ...La realidad es que se estaba excitando cada vez más. Sabía que sus jugos estaban mojando el pijama de su padrastro.
Rafa no dejaba de mirar los pezones cada vez más hinchados de la hijastra, hasta que en un momento dado se percata asombrado que la misma “no llevaba ropa interior” . Nervioso, inquieto, quiso estar seguro. Pensó, seguro que es una ilusión óptica. Entonces presto más atención y comprobó durante los movimientos de la hijastra como al subirse de nuevo el camión un poco, como aquella se encontraba sin bragas debajo , constando parte de su vello púbico. Casi se corre ante dicha visión. Su hijastra estaba sin ropa interior, y encima había contemplado el vello de la vagina de la chica y hasta creyó detectar los labios vaginales. ¡ Aquello terminó de endurecer su pene!. Los colores afloraron a su cara, y apenas podía reaccionar, pero sin embargo, no hizo comentario al respecto, ni tampoco le reprochó nada a la chica.
Raquel se percató de que su padrastro se había dado cuenta de que no llevaba bragas. Al comprobar que aquel no le reprimía por ello, se mostro más agresiva, y tomando valor le pregunta: - papi, que te parece si los hacemos totalmente desnudos?.
A Rafa casi la da un infarto!. La miro aterrorizado. No daba crédito a lo que le estaba pidiendo su hijastra:-¡ qué locura estás diciendo Raquel!. Eso no puede ser… si se entera tu madre me cuelga. ¡Como se te ocurre pedirme eso!
-venga papi…Sabes queno le diré nada a nadie. Ni siquiera a mama. ¡Te lo juro! . Le contesta ella.
- Eso..¡ ni hablar!… lo haremos como ahora, o mejor.. “tenemos que acabar con esto”. Esto está llegando bastante lejos… no podemos continuar….
Pese a que Rafa hacia esfuerzos y se negaba a las pretensiones de su hijastra, la chica observaba como bajo sus piernas el pene del mismo se mantenía endurecido. Ahora lo sentía ahora más grande que nunca. Maliciosamente comenzó a balancearse haciendo que su coñito se pasara cada vez más por encima de la tranca de aquel, como si fuera un raíl. El hombre, no daba crédito, observaba como t enía a su hijastra montada precisamente sobre sus piernas, mas concretamente “sentada sobre su verga”, y además aquella lo hacía sin braguitas. Era obvio que debía cortar con aquella situación cuanto antes. No tenía justificación ética. Sin embargo, al llevar varios días sin follar con su mujer, aquellos juegos de su hijastra lo estaba dejando con una empalmadura manifiesta, y le costaba resistirse.
Empalmadura que fue más que evidente, cuando observa como su hijastra, comienza a gemir, constatando que la chica estaba alcanzando por primera vez un orgasmo al refregar su raja sobre la tranca del mismo. Este enrojeció, especialmente al contemplar como su hijastra cerraba los ojos mientras se contraía, sin poder contenerse mientras alcanzaba el orgasmo. Casi sin darse cuenta, el hombre tuvo una eyaculación, comprobando como su semen se derrababa dentro del slip.
Tras acabar de convulsionarse la chica, se retiró de encima del cuerpo de su padrastro, constando al mismo tiempo, la mancha que aparecía en el pantalón del pijama de su padrastro. Era obvio que se había mojado con los jugos de su coño, y con el orgasmo que había tenido. Sin decirse nada, ella se marchó en silencio a su cama, mientras miraba de reojo la macha en el pantalón de su padrastro.
Una vez en el dormitorio, la chica volvió a masturbarse frenéticamente pensando en todo lo ocurrido. Sabía que había dejado a su padrastro con una erección importante. Seguramente se masturbará también pensando en ella, aunque no sabía que el mismo había sufrido una corrida sin poder evitarlo.
Como era de esperar, tras marcharse su hijastra, Rafa tuvo inmediatamente que ir al baño, donde se desprendió de su slip y de su pijama. Contempló que se había corrido dentro de su slip, y por otro lado, su pijama había quedado manchado con los jugos y corrida de su propia hijastra. Sin poder contenerse, olió la parte de su pijama impregnado por los jugos del coño de su hijastra, y al instante constató el olor a coño juvenil. Quedo trastornado y, sin poder contenerse, se vio de pronto masturbándose en el propio baño mientras continuaba impregnándose con el olor a coño de su hijastra. Su corrida volvió a ser inminente.
Tras acabar tuvo que ducharse. Se dio cuenta de que aquello tenía que terminar o acabaría derivando en algo incestuoso que debía evitar. Ya en la cama trato de conciliar el sueño, pero era poco menos que imposible: ¡aquello era una tremenda locura y tenía que cortarla antes de que fuera a más!
Pero la chica pensaba todo lo contrario. El orgasmo que había tenido Raquel al frotarse con su raja desnuda sobre el pijama y bulto de su padrastro la volvieron más decidida. No sabía dónde podría derivar aquel juego, pero ella no estaba por la labor de terminar. ¡Quería más!. Así, al día siguiente, ya en la tarde, decidió calentar un poco a su padrastro. Al ver que este estaba sentado a la mesa de la cocina, ella hizo como que estaba cogiendo unos utensilios en la parte baja del poyo de la cocina, para lo cual se agachó los suficiente a fin de que su padrastro pudiera contemplar con nitidez su modelado trasero , ya que solo llevaba puesta una pequeña tanga, tipo hilo delantal, que permitía ver todas sus nalgas desnudas y su precioso culote.
Al incorporarse ella, se percató del bulto que se había formado en el pantalón de su padrastro, aunque éste trato de disimularlo. Ella se sonrió, y de dio cuenta de que su padrastro había contemplado su trasero y tenía la certeza de que ahora estaba pensando en ella. La circunstancia de saber que su padrastro lleva días sin contacto con su madre, le llevó a pensar:¡ seguro que necesita desahogarse !.
Esa misma noche, ella se mostro bastante caliente. Decidió visitar nuevamente la habitación de su padrastro, para lo cual se volvió a colocar el camisón, esta vez uno color rosa, mucho más trasparente que el del día anterior. Al igual que la noche anterior no se puso nada debajo. Al mirarse al espejo contemplo que se trasparentaban sus pechos y pezones. Y encima, si se fijaba mucho podía constatarse que no llevaba braguitas . ¡ Vamos que, a simple vista de veía que estaba completamente denuda bajo el comisión!. Solo pensarlo su vagina se mojo. Y se dijo: ¡ a mi padrastro le va a dar un infarto cuando me vea!
Rafa por su parte quería y no quería continuar con el juego. Tenía claramente sentimientos enfrentados. No obstante, pese a todo, esperaba con ansias la llegada de su hijastra. En el fondo la situación le excitaba mucho, y tampoco se encontraba con fuerzas suficientes para oponerse abiertamente a su hijastra. Al verla entrar por el dormitorio, se limitó a decirle: -Pero Raquel. ¿No te cansas de jugar a este juego? .
Ella no le contesta, sino que se va acercando poco a poco hasta el borde de la cama. En ese momento, Rafa se da cuenta de que iba completamente desnuda bajo el comisión . El hombre se quedo mudo, y noto como se endureció su pene bajo la sabana al instante. Ella coquetamente se sube a la cama y le dice:- ¿ Que quieres papito?. Sabes que me gusta mucho. ¿Acaso no quieres jugar al caballito con tu hijastra?
Ella, sin esperar respuesta se colocó sobre el mismo, procediendo a sentarse sobre su abdomen. Una vez allí, fue retrocediendo poco a poco hasta colocarse justo sobre el pantalón del pijama, precisamente a la altura de su endurecido pene. Ella sonrió al constatar que la tranca de su padrastro ya estaba a tope. Se acomodó mejor, logrando que los labios de su coñito se abrieron como si abrazara la polla de aquel, solo separado por el pijama. Esa noche el estaba solo con un pantalón de pijama corto. Ella pensó “ Si no fuera por el pijama, mi coño se estaría restregando por encima de la polla de mi padrastro ”.
El hombre estaba como ido. Pronto observó como ella comenzar a realizar movimientos como si lo estuviera cabalgando, al tiempo que hacia movimientos para delante y para detrás. Su hijastra estaba excitada. Eso era más que evidente. Es más, en un momento dado, al subirse un poco el comisión de ella pudo percatarse nuevamente que su hijastra “ no llevaba bragas” . Esta vez algo nervioso le pregunto: Raquel… ¿y tus bragas?. ¿Estás desnuda?.
- Ay papi que es me molestan mucho, y además, el otro día cuando termine las tenía manchadas: creo que me orine. Por eso hoy decidí no ponérmelas . ¡No te importa verdad!
-Pero hija, te das cuenta de que estas completamente loca… Pero,. ¿Cómo se te ocurre..?… que soy tu padrastro. Dios mío. Si tu madre se entera de esto…me cuelga.
-Venga papi. Sabes que nadie lo va a saber. ¿Es que ya no me quieres? - le dijo con aquella cara de bebita que sabía que tanto la enternecía y conseguía lo que quería de él.
-pero chica… no podemos hacerlo. Debes volver a colocarte tu braguita. Eso no está bien…
-venga papi solo por esta noche. Además, con mama lo haces y no le dices nada. ¿Por qué no puedes hacerlo conmigo?.
Rafa pese a todo tenía una excitación tremenda, y no dejaba de mirar los pechos de la chica, que ahora se transparentaban abiertamente. Raquel se percató de ello e hizo algo más atrevido todavía. Ante la mirada incrédula de su padrastro, sin pedirle permiso “ se sacó rápidamente el camisón ” y ¡¡ quedó completamente desnudita ante su padrastro..!!!
El hombre no pudo articular palabra. Sus ojos estaban fijos en los pechos de su hijastra, los cuales aparecían duros y desafiantes, y terminaban en unos pezones puntiagudos.
- oH …Dios mío…Pero… Raquel … ¿qué haces…?..Debes vestirte… oh que locura.
-Vamos papi, ¡si llevas todas las noches viéndolos!. ¿Acaso no te gustan? ¿No te gustan los pechos de tu hijastra? Le dijo de forma bastante morbosa, y tremendamente excitada.
-¡ claro que si!. Que me digo.,… joder nena, estás loca..¿Cómo se te ocurre ?
Sin inmutarse, ante su cara de consternación, ella le dice:- vamos papi.. ¿Dime? Te gustan mis pechitos. ¿Crees que soy una mujer ya?.
-Ay Raquel…claro que son preciosos. Eres una chica muy hermosa. Eso puedo asegurarlo. Le contesto mirando fijamente los pechos de la misma.
CONTINUARA