Juegos calientes 2

Forcejeando y riendo ya muy poco, nos dedicamos a darnos placer mutuo, frotando nuestros sexos frente a frente hasta que ella cedió un poco, lo que aproveche yo para “según” hacerla a un lado, y lo que hizo ella fue darse la vuelta estallando en risas de nuevo “impidiéndome el paso”

Aun no se como fue que llegamos a esta situación mi madre y yo, lo único que es seguro es que varios factores se tienen que conjuntar para que una relación madre – hijo pueda surgir…

La soledad tanto de mi madre como la mía fue básica, así como el amor mutuo y la alteración de las hormonas mías y tal vez las de mi madre… yo porque estaba ansioso por experimentar mi sexualidad, y mi madre porque su sexualidad estaba adormecida con la rutina diaria.

Desde siempre ame a mi madre por su cariño hacia mi y su incondicional apoyo, ella me veía como el hombrecito de la casa y yo la admiraba por su tremenda fuerza interior; nunca se daba por vencida por malos que fueran los tiempos… en verdad la amo, pero con el tiempo empecé a fijarme mas en sus piernas cuando las cruzaba sentada en la sala; se veían enormes, carnosas y deliciosas lo que me provocaba erecciones que me fueron difíciles de ocultar... supongo que ella se daba cuenta que excitaba a su hijo, halagando se ego femenino, sintiendo que a pesar de sus 45 años, su cuerpo ancho y voluptuoso despertaba la lujuria de un joven y de muchos mas.

Mis ojos se perdían en la inmensidad de carne del trasero de mama y en sus suculentos pechos, por lo que me hacia muchísimas pajas pensando en ella e imaginándome lo que seria hacer el amor con esa tremenda hembra, hasta que cumplí 18 años y sucedió lo que narre en mi anterior relato.

A partir de ahí fue que me sentí con mas confianza hacia mi madre y mi amor por ella creció también, al igual que mi deseo hacia ella; la deseaba mas como mujer.

Nuestros juegos se hicieron más constantes a raíz de nuestra pelea por una cobija; aprovechábamos cualquier ocasión para hacernos discretos toqueteos en inocentes juegos.

La semana transcurrió más o menos normal, salvo por algunos pequeños roces que le daba a mi madre en sus grandiosas nalgas y que ella correspondía con una sonrisa y de vez en cuando arrimándome sus nalgotas y embarrándolas en mi paquete. El siguiente sábado  por la mañana nos encontramos en el pasillo que lleva a la cocina, ella notó de inmediato mi erección matinal, ya que yo dormía solo con trusa sin playera; yo la miraba con lujuria, envuelta tan solo en su camisón de dormir  transparente, que dejaban ver sus pequeñas bragas, sin sostén… se puso obstruyendo el paso y me dijo:

-Hola flojo, te apuesto a que no pasas a la cocina, sin vencerme, si lo haces te preparo de desayuno lo que me pidas-

-¿Lo que yo quiera, mama?-

-Lo que pidas, pero sin trampas, ¿eh?-

Se puso en posición de “pelea” retándome, así que yo embestí como jugador de americano, tratando de apartarla del camino, sin hacer el menor esfuerzo en ello; la tome de la cintura y me pegaba a ella, para sentir sus enormes melones bajo el camisón, lo que hizo que sus pezones se endurecieran de inmediato; ella me empujaba a la inversa y nuestras caras se juntaron intencionalmente, lo que aprovechamos para unir nuestras bocas “sin querer” en medios besos y lamidas de labios que erotizaban mas el ambiente; sus manos mas que sujetar mi espalda, la recorrían produciéndome escalofríos de placer, al tiempo que yo pegaba mi pelvis a su monte de venus y nuestros sexos se frotaban deliciosamente… poco después bajo intencionalmente mi trusa para tocar discretamente mi pene en erección, paso su mano varias veces sobre mi glande mojado de excitación mientras reía sin parar; correspondiendo a eso, “sin querer” yo baje sus bragas hasta medio muslo dejando al descubierto su negra pelambrera. Oponiendo resistencia la abrace para que mi pene y su sexo se juntaran lo mas posible, iniciando una serie de roces de mi miembro en su vulva, nuestros vellos púbicos se enredaban en una deliciosa danza caliente y de su vagina empezaron a escurrir sus calientes jugos, mojando mi verga y haciendo mas rico el deslizamiento de mi mástil entre sus labios íntimos.

Forcejeando y riendo  ya muy poco, nos dedicamos a darnos placer mutuo, frotando nuestros sexos frente a frente hasta que ella cedió un poco, lo que aproveche yo para “según” hacerla a un lado, y lo que hizo ella fue darse la vuelta estallando en risas de nuevo “impidiéndome el paso” sujetándose de las paredes, poniendo todo su enorme trasero a mi disposición… con un rápido movimiento yo me acabe de bajar mi trusa a la mitad de mi muslo, dejando mi pene en completa libertad, balanceándose y apuntando hacia sus monumentales nalgas.

Al sentir el contacto de mi verga en su trasero, paró más sus enormes nalgas, lo que dejo vulnerable su deliciosa vagina… al parecer mi pene recordó el camino al placer, ya que al pegarnos de nuevo, la cabeza de mi miembro entro en mi madre, que solo dio un respingo y soltó un leve gemido, pero siguió con el juego, como si no sucediera nada… empuje un poco y metí mas de la mitad de mi caliente verga en su maravillosa gruta, volviendo a sentir lo estrecho, mojado y caliente de su sexo… se ajustaba a mi como un guante a una mano.

Paramos de jugar e iniciamos un rico vaivén de caderas, simulando que nada de aquello sucedía… la abrace de su cintura apretándola hacia mi y ella correspondía, empujando hacia mi, sus grandes nalgotas cuando yo embestía, haciendo mas profunda la penetración…

Sus mejillas se pusieron rojas de lo caliente que estaba y yo pegue mi cara a la de ella, sorbiendo sus jadeos y pasando mi lengua por la comisura de sus labios, fundiendo nuestros sudores. Alternaba mis manos entre sujetarla de la cintura y amasar sus enormes senos, apretando delicadamente sus duros pezones. Ella, con los ojos cerrados, buscaba mi lengua y la chupaba como si fuera un dulce, sin parar de gemir, sujetándose a mi, pasando por detrás de ella un brazo para agarrarse a mi cadera jalándome hacia ella… cuando sentí que mi madre se acercaba al clímax, baje mi mano y acaricie su duro clítoris para aumentar su placer. De pronto, torrentes de caldos calientes, bajaron del interior de su vagina, bañando mi pene y sus piernas entre temblorosos espasmos de placer y jadeos fundidos con gemidos húmedos; su vagina aprisionaba mi pene en ricas contracciones que parecían no querer soltarlo o que abandonara su interior…

No pude aguantar mas al sentir su orgasmo; mis testículos empezaron a bombear semen al interior de mi madre, que al sentirlo, me jalo mas hacia ella, tal vez para que mi esperma llegara hasta lo más profundo de sus entrañas; me pareció una eternidad y al mismo tiempo tan solo un segundo; Me sentí conectado a mi madre, por el lugar de donde hace unos años salí, nuestros viscosos líquidos calientes nos  fundieron en uno solo, como una sola alma en dos cuerpos…

Dejamos pasar unos minutos hasta que los espasmos de ambos cesaron, sin dejar de abrazarnos, permanecimos en silencio, inclinados hacia delante, sentía su espalda mojada por el sudor de ambos, pegada a mi pecho, y mis manos en sus senos tibios entrelazados con sus dedos; mi pene seguía dentro de mi madre, sin querer salirse de ella; sus grandes nalgas cobijaban mi miembro de forma tan tierna que no queríamos romper el hechizo. Ese erótico y tierno momento de unión, perduraría por siempre en nuestra memoria.

Al poco mi verga salió del interior de mi madre, sobresaltándola y rompiendo el encanto… unas gotas de semen y flujo vaginal salpicaron las losas del piso mientras otras fluían al sur entre las piernas de mama… fue cuando se rompió el silencio:

-Ya que no me pudiste vencer, ni yo a ti, creo que lo justo es que ambos preparemos el desayuno, ¿no crees?- me dijo con su linda y cansada sonrisa.

-Como crees mami, si no me dejaste pasar, entonces yo perdí y yo te hago el desayuno, ¿de acuerdo? Respondí.

-Bueno, esta bien pero solo deja me ducho y me cambio de ropa, mi amor y te alcanzo ¿OK?- dijo

-Perfecto mami, hermosa-

Bajo su bata para cubrir la desnudez de sus enormes glúteos y se acomodó un poco sus bragas para disimular lo que acababa de ocurrir, de reojo miro mi verga goteante al tiempo que yo trate de ocultarla, subiéndome el calzón; sonriendo me guiño un ojo lanzándome un beso al aire y satisfecha se alejó a su recamara, con una voluptuosa oscilación de sus anchas caderas, sabiendo que su hijo, no se lo perdería… sabia que su enorme trasero y sus caderas, enloquecía a su hijo, lo cual la halagaba y la llenaba de orgullo.

Me duche rápido, me puse solo un short delgado sin ropa interior, por “si se ofrecía algo” y baje a la cocina para empezar a preparar el desayuno después de tan rico “refrigerio”; Yo jamás habría imaginado lo que pasaría en los últimos quince días, de hecho hasta el momento me parece como un sueño y la verdad, no quiero despertar.

Mi madre bajo a los quince minutos, vestida con un pants holgado y una playera de tirantes, con un sostén blanco de media copa… creo que también se vistió “por si se ofrecía algo”;

-Que rico hijo… ¿que preparas?-

Yo no sé si se refería a lo que acabábamos de hacer o al desayuno que hacia y conteste:

Huevos con tocino y tostadas con mantequilla, mami, ¿se te antoja?-

-Me gustarían más tus huevos con chorizo, pero no hemos comprado, ¿verdad amor?

Su forma de hablar en doble sentido, encendía mi excitación de inmediato.

-Mas tarde vamos al súper y compramos mami, ¿que dices?-

Desayunamos entre bromas y sonrisas, aunque ella a veces rozaba mi pierna con su pie descalzo; subía y bajaba su pie, por mi pierna produciéndome estremecimientos, lo erótico de su labor me mantenía caliente todo el tiempo.

Al terminar me dijo que no sentía ganas de salir.

-¿Que te parece si mejor nos quedamos en casa a flojear y mañana hacemos las labores y compras, corazón?-

-Por mi no hay problema, mami, ¿quieres ver una película? ¿O hacer algo en “especial” ?

Hace énfasis en esto ultimo, como dándole a entender que su hijo quería mas guerra de su deliciosa madre.

-Vemos una película amor, mas tarde veremos que hacemos-

Puse una película en el DVD y nos acomodamos en el sofá para verla… al poco rato mi madre se recostó, poniendo su cabeza en mis piernas, para estar mas “cómoda” según me dijo, dándome un suculento panorama de sus enormes tetas y puse mi mano derecha en su hombro; ella empezó a dormitar como a la media hora, cabe decir que yo ni siquiera miraba la TV, ya que mis ojos no se podían separar del escote de mami. Cuando vi que se quedo quieta por más de cinco minutos, empecé a bajar mi mano a sus senos; recorrí toda la extensión de sus globos de carne, palpando sus turgentes formas; cinco minutos después podía sentir sus pezones erectos a través de su blusa y su sostén, por lo que aventurándome mas, metí mi mano izquierda dentro de su ropa, acariciando y apretando con delicadeza sus botones macizos y calientes, mientras con la derecha estrujaba por fuera sus grandes senos.

Por un momento se estremeció y se revolvió entre mis piernas, por lo que quite mis manos de su cuerpo; se dio la vuelta y con voz trémula me pidió:

-Hijo, trae un cobertor y tápame, por favor, ¿quieres? Tengo algo de frio-

-Claro mami, lo que tú pidas-

Salí disparado hacia su recamara, tome el cobertor, regresando de inmediato y en el camino acomode mi pene erecto para que quedara apuntando hacia el frente.

Me senté de nuevo y ella se acomodó de costado, con sus piernas dobladas en posición fetal y con su cara mirando hacia mí… a centímetros de mi verga; la cubrí como pidió y ella siguió “dormitando”.

Metí mis manos bajo el cobertor, y baje mi short descubriendo mi caliente ariete, poniéndolo a disposición de mi madre… supongo que el olor de macho caliente le llego a su nariz, por que ella se pego mas a mi quedando pegada mi verga frente a su cara. Puse mis manos a la altura de su cintura y espere cinco minutos mas para continuar mi exploración… puse mi mano dentro del holgado pants de mi madre sin moverla y poco a poco la deslice hacia abajo, dándome cuenta que no se había puesto bragas así que podía sentir sus firmes nalgas… mi mano no podía abarcar ni la mitad de su trasero, pero lo recorrí varias veces, sobando con sutileza, metiendo mis dedos en ese dulce canal que protegía su rosado agujerito; saque mi mano y moje mis dedos con saliva para hacerle un delicioso masaje a su apretado orificio, llegando incluso a meter solo la punta de mi dedo cordial, sintiendo la resistencia a ser penetrado, por lo que baje mas aun y me encontré con su mojada vagina, la cual recorrí de arriba abajo, deteniéndome para estimular su botoncito que se sentía duro y desafiante.

Metí mi dedo medio en su caliente y mojada gruta; de pronto sentí algo…

Mi madre se movió un poco, quedando con mi pene en la punta de su nariz; abrió su boca y se metió la cabeza de mi verga, mamándola discretamente como si aun estuviera dormida; apretaba mi glande con sus labios y pasaba su lengua alrededor del mismo, mientras chupaba el liquido pre seminal que destilaba de mi duro garrote, se metía TODO mi miembro en su boca hasta que sus labios y su nariz se pegaban a mis pelos púbicos; al sacarlo, su lengua revoloteaba el troco venoso llenándome de su saliva, sus dientes aprisionaban y soltaban la cabeza de mi verga sin lastimarme, pero haciéndome ver estrellas, todo esto lo hacia muy lento, como inconscientemente … sin dejar de meter mis dedos en su caliente vagina , yo disfrutaba extasiado de esa rica mamada que mi madre me estaba dando, ambos estábamos gozando de nuestro  juego caliente, entre madre e hijo, que se prolongo por unos quince minutos, hasta que sentí que mi semen empezó a salir a borbotones y mi madre se bebía todo lo que podía; algunas gotas escaparon de la comisura de su boca, pero la mayoría fue a parar al interior de su estomago.

Seguí taladrando y frotando su caliente almejita, hasta que sentí los espasmos y temblores que anunciaban su orgasmo… ya empezaba a familiarizarme con su cuerpo, así que me centre en su clítoris, frotándolo con entusiasmo, cuando sus jugos calientes mojaron mis dedos y sus músculos vaginales los apretaban, negándose a que se los sacara… cuando el éxtasis hubo pasado, ella siguió como si estuviera dormida, aun con mi pene en sus labios, por lo que con cuidado se lo saque y lo guarde en mi short. Continúe viendo la película y al terminar, mi madre “despertó” y me dijo:

-¡¡¡Haaay hijo, que rico sueño tuve!!!!, ¡¡¡descanse MUY BIEN, deberíamos hacer esto mas seguido, ¿no crees?!!!-

-Yo también lo DISFRUTE mucho mami, si quieres mas tarde alquilo otra película y la vemos igual, pero esta vez no te duermas, ¿esta bien?-

-Bueno pero que sea una mas interesante para que no me gane el SUEÑO, ¿vale?

-Bien mami, voy un rato al deportivo con mis amigos y de regreso paso por el videoclub por la peli…

-No tardes mucho, amor, aquí te estaré esperando, ANSIOSA, jijijiji-

Su doble sentido me volvía loco!!!!

Esta tarde prometía mucho.

Nuestro juego continuaría