Juego sucio con dulce sorpresa 4

El mal habita en mi alma y estoy condenado al infierno, que hara un angel como Ámbar entre los brazos de un demonio como yo.

Allí estaba Ámbar, me miraba desde la entrada con esos ojos azul marino que enamoraban a las estrellas, según me fui acercando note mi pulso cada vez mas rápido. Se aparto un mechón de la cara mientras hablaba con mi hermana. Mi imaginación volvió a revivir la noche anterior cuando ambas compañeras estaban desnudas en mi cama rezumando leche por sendos coños.

Ámbar me miraba impaciente, como recriminándome que no la hubiese secuestrado ya para hablar, pero me deleitaba observando la escena. Ojalá ella y mi hermana hubiesen sido amigas intimas mas que simples conocidas.

-Tengo entendido que quieres hablar conmigo –Mi voz sonó fría, distante, pero mi corazón palpitaba sangre a toda velocidad ante la belleza de esta muchacha –adelante.

Le señale mi cuarto, ella empezó a caminar, mi hermana me dedico una sonrisa comprensiva como dándose cuenta de que ella me había hecho daño, si supiese todo el dolor que sentía en la punta de mi polla por su culpa. Me gire mirando el contraste del pelo negro de Ámbar con su vestido azul celeste, era quizás demasiado largo para mi gusto a pesar de que no llegaban ni a rozarle las rodillas.

Mi habitación seguía siendo mi leonera particular, ella observo la ropa que había ocupando la silla y no se animó a tocarla en su lugar se quedo junto a la cama sin atreverse a acercarse. Yo con todo el descaro del mundo me fui directo a ella y me tumbe mientras la miraba.

-Ayer me seduces, me engañas ¿Y hoy te doy asco? –El tono fue hiriente, su mirada casi suplicante no me enterneció mientras con un esfuerzo casi divino se obligo a mover un pie tras otro al lugar donde la noche anterior la había violado.

Se sentó a mi lado, era incapaz de mirarme a la cara, por un instante mi corazón sintió piedad por aquella que había confiado en mí, por esa amiga a la que creía amar y realmente apreciaba. La quería, lo supe en ese instante, la amaba muchísimo. Tanto que me dolía que se juntase con todos esos idiotas con los que la había visto salir. Y yo siempre allí, consolándola por que aquel o el otro desgraciado solo se interesaban por un tiempo en ella. Yo era bueno, era cordial, era simpático, gracioso, era ... era un capullo. A la mierda con todo, la quería la deseaba y no estaba dispuesto a ver como pasaba una vida entera a su lado sin que me viese como un hombre.

Debió de ver como mi ceño se crispaba en una mueca de odio, por que la sentí temblar ligeramente. Alargue mi mano poniéndola sobre su rodilla y el sobresalto fue instantáneo.

-¿Por qué? –Pregunte sinceramente –Siempre me has tenido a tu lado, he estado contigo en los momentos difíciles, en los malos y los peores. Siempre me has gustado y te he tratado como creo que nunca nadie lo hizo. ¿Por qué?

Los ojos se me inundaron de lagrimas mientras notaba como cada vez me costaba respirar y un dolor que no sabía que tuviese emergía de lo mas profundo de mí. Me gire incapaz de seguir mirándola, por primera vez desde el incidente me sentí culpable de todo lo que había ocurrido. El peso que había arrastrado desde todo el tiempo que me había sentido frustrado al no poder ser en su vida nada mas que un amigo por fin me arrastraba liberándome de la carga que sentía.

"Cálmate" dijo una voz a lo lejos, ni siquiera sabía quien era, en ese momento solo estábamos el vació que sentía en mi vida y yo, la autocompasión no era una buena compañera pero sin duda es única arrastrando a los incautos que caen en sus brazos. Una mano me toco la espalda, intento que girase, pero era incapaz de moverme, la carga que llevaba arrastrando yo solo, era tal, que me había dejado exhausto. Note sin embargo como Ámbar se abandonaba a si misma, sus miedos, sus sentimientos, y se tumbaba al lado mío en la cama. Note su brazo sobre mi cintura y como agarro mi cuerpo pegándolo al suyo. En ese momento llore como nunca antes me había atrevido.

Ella no decía nada, solo aguardo hasta que estuve preparado para enfrentarme otra vez a sus ojos, me gire con miedo de enfrentarme a mi propia conciencia al haber tomado a este ángel de una forma tan vil. Estaba frente a mi con los ojos cerrados, acerque mi boca a la suya, noté su respiración acelerarse y nos fundimos en nuestro primer beso. Un roce de labios tímidos, un segundo en la intimidad de cada uno.

Abrió los ojos con miedo, yo la esperaba pacientemente, con cariño, con todo el cariño que había acumulado a lo largo de estos últimos años. Cuando me miró, acerco sus labios, y me beso mas cálidamente, exploro con su lengua el interior de mi boca mientras mis manos cobraban vida y empezaron a acariciarla la espalda. Se despertó en ella un hambre que yo desconocía y me encendía cada segundo un poco mas. La agarre con fuerza mientras la besaba y la ponía sobre mí. Dudo un segundo, se alejo de mí para mirarme fijamente. Y toda duda en sus ojos desapareció volviendo a lanzarse a devorarme como en mis mejores sueños.

Yo extasiado comía su boca mientras cada vez llegaba mas lejos en su espalda, no sabía si atreverme o no, pero finalmente deslice furtivamente mis manos en el interior de su vestido. Ella volvió a parar, se alejo pero solo para mirarme y volver a caer otra vez. Por fin tenía hambre de mi, de mis labios de mi ser.

Mientras uníamos nuestras lenguas deje que mi excitación aumentase en mis pantalones al sentir en mis dedos el minúsculo tanga que llevaba debajo de aquel vestido. Y mientras agarraba sus muslos empecé a moverla arriba y abajo contra mi entrepierna. Sentí en mi boca sus labios, su respiración agitarse cada vez mas. Entre sus piernas cada vez la notaba mas húmeda, y era por mí.

Iba a ser mi gran oportunidad, por fin íbamos a estar juntos, empecé a rozarle por encima de su tanga el coñito tan hermoso que tenía mientras no dejaba de besarla. Estaba totalmente húmeda ahora mismo. Justo en ese instante sonó su teléfono. Ella dejo de besarme pero no la dejaba alejarse.

-Por favor serán mis padres, tenía que haber ido ya a casa –a sus palabras les faltaba la respiración –déjame contestar antes de que se cabreen.

-Ya voy yo –Dije mientras con fuerza la gire hasta situarme sobre ella y me levanta a por el maldito chisme del demonio.

Rebusque entre su bolso y cuando lo encontré lo lance sobre la cama, ella con un dedo sobre sus labios me indico que guardara silencio.

-Si, ¿Quién es? –Pregunto, la agarre mientras la forzaba a dar la vuelta y ponerse bocabajo –Si mamá estoy bien

Deslice con cariño mis manos por sus tobillos y luego incline mi cabeza para seguir el mismo surco con mis besos. Sentí como se erizaba su piel al contacto de mis labios. Mis dedos no tocaban nada solo lo rozaban en una caricia tan suave que mas que su piel acariciaba el aire que la rodeaba, mi lengua salía tímidamente entre beso y beso mientras ganaba espacio jugando en una carrera cada vez mas lenta.

Mientras hablaba con su madre fui alzando mis labios y mis manos, estas ultimas habían alcanzado ya los limites de su vestido y empezaron a subírselo con muchísima calma mientras besaba cada parte de su anatomía descubierta bajo esa pequeña prenda.

-Lo sé mamá, es que me encontré con Sara una amiga mía y con su madre, iban muy cargadas y las acompañe hasta su casa ¡AAAAAAAAAAAAAAA! –en ese momento le metí toda mi lengua en su mojado conejito y ella levanto el culo, pero sin duda su madre la había oído gemir –nada mamá, joer, que acabo de romperme una uña. No veas.

Mientras seguí escuchando la conversación, esta casi virgen, amiga mía, empezó a moverse contra mi boca cada vez mas rápido, hundí mi lengua cuando decidí añadir el elemento de un dedo contra su clítoris, si hubiese estado alejado y hubiese visto la escena tendría a Ámbar con el teléfono lejos de su oído y su cara enterrada contra la almohada para que se evitase en la medida de lo posible el grito al que el orgasmo que acababa de tener le estaba provocando.

-Si mama perdona, -fue gracioso cuando se acerco el teléfono al oído mientras aún le faltaba el aliento y su mirada me encontró lleno de sus flujos, sus mejillas sonrojadas y el ardor de sus ojos hablaban por si solos mejor que nada de lo que pudiese decirme –es que tengo poca cobertura, te importaría repetir?

Me aparte lo justo para quitarme los pantalones sin que ella al parecer lo apreciase, estaba demasiado ocupada recuperándose e intentando evitar que su madre percibiese lo que estaba haciendo su querida hijita al otro lado de la línea.

Volví a iniciar la misma trayectoria de antes con mis manos y mis labios, solo que en vez de pararme donde antes lo había hecho seguí subiendo por su espalda hasta besar su cuello y empezar a morderlo con delicadeza. Desde donde estaba podía oír la voz de su progenitora indicándola lo tarde que era y lo mala hija que era. Que los exámenes estaban al caer y ella estaba de fiesta por hay. Baje mis manos acariciando todos sus muslos y juguetee en la entrada de su coño con mis dedos apartando un poco el tanga a un lado, creo que ni noto que yo estaba desnudo.

Sintió mi polla ala entrada de su dulce agujero y se sobresalto, por un instante tuvo la intención de cerrar las piernas, pero comprobó que yo no había hecho el menor intento de entrar en su intimidad, en lugar de ello comencé a masturbarme a las puertas del paraíso, cada movimiento junto a mi glande con su clítoris. Se fue relajando hasta que no hubo intento ya por su parte para cerrar las piernas y solo me dejaba hacer mientras cada vez aumentaba el ritmo de mi masturbación. Cada vez alejaba mas el teléfono y cada vez empecé a masturbarme un poco mas dentro de ella.

La voz de su madre seguía sonando, pero ella ya no escuchaba, estaba totalmente dentro y me movía sin parar. Agarre sus manos que apretaban con fuerza las mantas mientras su cabeza hundida en la almohada ahogaba los gemidos de placer que estaba lanzando. Note sus contracciones y no aguante mas, explotamos en un orgasmo simultaneo. El teléfono volvió a sonar, yo estaba sin moverme, dentro de ella aún, pero no hizo el menor esfuerzo por moverse.

La abrace tan fuerte como pude, estaba muy a gusto en ese momento, y de pronto me vino a la cabeza, se acababa de entregar sinceramente por primera vez, y había sido a mí. Según me vino ese pensamiento empecé a excitarme de nuevo.

-Dios, la vuelvo a notar crecer dentro de mí –su voz parecía salida de una película donde la ninfomanía mas ardiente ponía su voz mas sensual. De nuevo comencé a moverme, ella se giro y me besó con violencia –Espera creo que no seré capaz de repetirlo, me escuece un poco, pero déjame hacer.

La deje escapar y bajo hasta situarse entre mis piernas, se quedo mirando mi verga, probablemente era la primera vez que tenía una tan cerca. Acerco su boca con timidez una lengua juguetona apareció y la probo mientras me miraba a los ojos, el gemido que solté casi era un grito. Ámbar, viendo el resultado de su acción empezó a deslizar todo mi miembro en el interior de su boca aspirando con fuerza, le faltaba algo de practica pude notarlo, pero yo mismo se la daría tanto como pidiese, incluso mas.

Ahora era yo el que apretaba las sabanas de mi cama, cada vez se la metía mas profunda y estaba empezando a usar su lengua en la punta volviéndome loco de placer. Cuando nuevamente llamo su madre ni se molesto en sacársela de la boca, solo alargo la mano, como pidiéndome su celular.

-Igme mama –no era capaz de pronunciar correctamente mientras subia y bajaba su cabeza intentando hacerme llegar al orgasmo –fi, pharo que te efchucho, ¿Me oyes mal? Si, freo que foy yo, efe ser culfa mia.

Yo no me lo podía creer, estaba tan excitado que mordía la almohada e incluso llegaba a hacerme daño. Era tan increible que no me hubiese atrevido a soñarlo siquiera.

-phi mamá, aphavo con efto y voy ya ya, fiento el retraso, ef que llegar afta aquí fuesta lo fuyo, fero ahora tomo afgo y foy –Oí como la madre decía algo, ya no me importo, cogí la cabeza del amor de mi vida, cogí del pelo a la puta de su hija, y le clave lo mas que pude mi polla, mientras un torrente de esperma la inundaba la boca. Sabía que su madre le estaba preguntando algo pero era incapaz de soltarla del pelo. Empezó a toser cuando la pude soltar –cough cough, si mama perdona, disculpa es que justo me has pillado que he metido un gran trago de leche y casi me ahogo.

Esas palabras las pronuncio mientras me miraba como una puta y de su boca salía aún todo el esperma que no había podido tragarse. Yo me levante de forma un tanto violenta. Y hundí su cabeza contra mi cama, ella seguía sujetando el móvil mientras me miraba, ver su cara de niña buena transformada en puta zorra era increíble. En esa postura tenia el culo totalmente alzado, le subí el vestido y sin miramientos se la metí de nuevo en su coño húmedo.

-Si mama, voy ahora mismo –colgó por fin y cerro los ojos concentrándose, vaya viciosa que había resultado ser la virgencita. Apoye mis manos en sus caderas y se la clave hasta el fondo una y otra vez, y otra y otra y otra. Ella ya gemía sin control ni miedo ninguno.

Saque mi aparato de su interior para correrme sobre ese fantástico culo que tantas pajas debía agradecerle, una vez hecho esto, volví a introducirle mi miembro pero esta vez mas calmado y mas profundo, deleitándome con ella. Empezó a gemir mientras apretaba con mas fuerza levanto la cabeza y a cuatro patas me golpeaba con su culo en mi polla. No había perdido ni gota de mi dureza a pesar de las cuatro corridas anteriores, tres con ella y la que había dedicado en el postre. Lo cierto es que mis hormonas estaban trabajando al 200% y estaba orgulloso de ellas. Ámbar empezó a gemir cada vez mas alto la agarre de sus pechos mientras me hundí hasta el fondo de su ser y la arranque de nuevo un placer que pareció arrastrarla hasta el agotamiento.

Me deje caer a su lado mientras el sudor empapaba mi cuerpo, nos miramos como dos enamorados y ella me dijo entonces.

-Esto significa que me perdonas? –Ambos reímos, y aquella risa sonó sincera, falta de maldad, una risa salida de lo mas profundo de un amor que ella no sabía que tenía y de un amor que en mí se había liberado.

Fuimos por la calle como dos tortolitos, no necesite tocarla mas allá de la mano hasta llegar a su casa, una vez allí, la robe un último beso. Sonreímos mientras nos despedíamos. Y descubrí que en mi interior había un cabrón enamorado, alguien dispuesto a tener por fin en la vida el valor para saciarse de las cosas mas hermosas que le puedan ofrecer. No me considero mala persona, soy lo que todos llevan dentro pero me canse de jugar al escondite contra mi mismo, la noche pasada abrí la caja de Pandora y vi mi rostro en su interior, me ha ofrecido los secretos que ocultaban, y ahora quizás muera ahogados por ellos, pero moriré gozoso en un mar de vicios y perversiones.

Acabada la cuarta entrega de esta aventura, no sé si dejarlo aquí o no. Podría extenderlo, sin embargo creo que es un final digno de cualquiera de nosotros pobres pervertidos pero con un alma soñadora que nos arrastra por el mal camino esperando sin embargo un buen final. Ya leeré vuestros comentarios y actuare en consecuencia.

Como siempre mi dirección de mail

Eclipsado2@hotmail.com

esta abierta para cualquier petición o conversación tanto por carta como por msn. Gracias a todos mis lectores por vuestra aprobación a pesar de todo lo prohibido en mi lectura y disculpadme todos aquellos que mis palabras hayan ofendido u asustado. De momento apago la luz para que la sombra se disipe aunque dejo estas líneas para que guarden el recuerdo de que estuve aquí.