Juego sucio con dulce sorpresa 3

Analizando los sucesos se despierta en mi una perversión que no sabía que tenía. El único limite, ninguno.

A la mañana siguiente, cuando desperté, estaba solo, tenía una buena historia preparada para cuando Ámbar despertase y se encontrase desnuda en mi cama. Pero simplemente se fue. Mire por si había dejado una nota y no encontré nada, solo se había esfumado. Me levante y me asee, estaba de muy buen humor, decidí que me iría a dar una vuelta. Antes de salir pase por el cuarto de mi hermana y la encontré en la misma postura casi en la que le había dejado. El olor que desprendía me puso a cien, pero no me atreví a hacerla nada por miedo a que despertase ya. Así que simplemente sonreí ante la vista de ese cuerpo desnudo y me aleje antes de que las hormonas nublasen mi poco juicio.

Mis pasos me llevaron en una u otra dirección y por una vez, la ciudad me pertenecía, tenía una sonrisa para cada persona con la que me cruzaba. En el bar donde decidí desayunar la camarera no pude ser fría ante la calidez de la felicidad que estaba desprendiendo mi persona.

Estaba realmente bien, cuando sonó mi móvil. Al mirar quien era me saludo desde la pantalla la boca de Ámbar comiéndose todo mi aparato, le conteste ardiendo en deseos de volver a verla.

-¿Si dígame?

-Tenemos que hablar – el tono de voz de Ámbar era uno de esos que todos los chicos aprendemos a temer. Parte de mi alegría casi desaparece, pero la visión de la foto en mi pantalla consiguió recuperarla.

-Claro, ¿quieres que vaya a buscarte a casa?

-No – añadió – déjalo, voy donde estés.

Le indique la situación del bar y me relaje, de nada sirve pasarlo mal hasta que llega la tormenta. La camarera no dejaba de mirarme y sonreírme, estaba empezando a caerme simpática además, es que con esas piernas tan largas, probablemente fuese una gran persona que me gustaría conocer en su dormitorio.

Cuando Ámbar llego estaba simplemente sensacional, quizás fuese que estaba loco por ella, pues el hecho es que simplemente llevaba unos vaqueros y una camiseta. Pero esos vaqueros hacían resaltar un culo espléndido y la camiseta atrajo las miradas de todos los hombres del bar a esos dulces pechos que tanto había disfrutado ayer. Según se acercaba vi en sus ojos una furia que nunca había visto en ella, un odio que amenazaba con consumirme, en mi cara por el contrario note que solo había admiración hacia su belleza. Se sentó junto a mí y se acerco para susurrarme, un deseo por besar esos labios carnosos amenazaba con quemar mi boca.

-¿De que mierdas vas? ¿Como se te ocurrió ayer follarme?

-¿Disculpa? – puse mi mejor cara de sorprendido y ofendido.

-Esta mañana me he levantado completamente desnuda en tu cama junto a ti, ¿O acaso vas a negar que me hiciste el amor?

-No, no lo voy a negar –su cara se contrajo en una mueca de disgusto cada vez mayor –Pero por que me lo pediste.

Aquello fue increíble, la cara de frustración y furia paso a una de perplejidad casi absoluta se me quedo mirando sin comprender y yo esforzándome en ocultar mi sonrisa continué como si no me hubiese percatado de esos detalles.

-Estuvimos ayer hablando largo y tendido, me pediste que te llevase a mi casa, empezaste a decirme que ojalá tuvieses un novio como yo. –mi voz de victima era casi perfecta -Dijiste que era lo mas especial que habías encontrado en tu vida e intentaste besarme. Yo te rechace, dije que una buena amistad podría romperse por algo así y dijiste que jamás permitirías que eso ocurriese con nosotros que me amabas.

-Pero yo ... – intento interrumpirme ella, yo simplemente la ignore y continué con la historia.

-Después de estar besándonos buena parte de la noche me pediste que hiciésemos el amor, te confesé que sería mi primera vez y me dijiste que la tuya también, que me la regalabas por que yo era especial, que siempre serias mía pasase lo que pasase. Hicimos un juramento en el cual prometiste que me amarías por siempre y te entregarías a mí cada vez que te lo pidiese. Cuando hicimos el amor me confesaste que fue lo mas bonito y hermoso que te sucedió jamás. Nos dormimos abrazados. Supuse que tendrías que ir a tu casa cuando esta mañana desperté solo.

-Yo, veras – estaba completamente confundida, me costo reprimir una carcajada según la veía, tan perdida, intentando llenar un vació en la noche anterior, yo si que había llenado bien ese vació pensé –ayer estaba borracha todo fue un error, yo no quería que ocurriese nada de eso. Lo cierto es que eres un gran amigo pero lo de ayer fue un error.

Me quede observándola con la boca abierta, gire mi cabeza con una tranquilidad ensayada, saque un pañuelo de mi bolsillo, lo acerque con deliberada lentitud hasta mis ojos, apreté con fuerza mis manos contra mi cara y me arranque un pelo del interior de mi nariz el gemido que lance fue autentico. Note la mano de Ámbar en mi hombro y me gire con todos los ojos llorosos debido al escozor en la nariz.

-Me has utilizado –dije alzando la voz y apartando su mano de un golpe –dijiste que era especial y solo querías acostarte conmigo. Pensé que éramos buenos amigos ¿Y me utilizas así? Eres preciosa, y por siempre te tendré en mi corazón como amiga y como mi primera amante, pero si esta es la clase de persona que eres, no te quiero cerca.

Me levante y me empecé a alejar, toda la atención de la gente en la cafetería estaba centrada en mí. A mi espalda sonó un "espera" que ignore mientras abandonaba el local. Una vez fuera me soné la nariz y me la rasque a gusto, dios como picaba. Silbando una canción me puse rumbo a mi casa.

Cuando entre por la puerta el olor a la comida recién hecha inundo mis sentidos. En la cocina mi hermana afanosa estaba preparándolo todo. Me quede observando como danzaba por la cocina con una vieja camiseta de andar por casa que mostraba unos muslos que ahora veía mucho mas deliciosos que dos días antes.

Nos sentamos a comer y charlamos sobre como nos lo habíamos pasado el día anterior. Lo cierto es que ninguno fue sincero con el otro, ella por que se olvido de añadir que la noche acabo trayéndose a alguien a casa y yo por que no la dije que me encanto divertirme con ella como compañera de juego. Me disculpe un segundo y me fui a mi habitación mientras recogía la mesa y acaba de sacar el postre. El ruido de la televisión y una llamada suya me hizo ver que estaba tardando mas de la cuenta en pasarme un archivo al móvil.

Cuando baje estaba aún sentada con un helado de nata a medio derretir en cada plato, me disculpe y seguimos charlando sobre tonterías, ella miraba la tele y yo me puse a juguetear con el teléfono como escribiendo un mensaje. Le quite el sonido y me puse a ver el video que había realizado ayer con ella. Era muy excitante ver como cuchara a cuchara el helado iba desapareciendo en su boca mientras veía como me la estaba ayer follando sin parar, me estaba poniendo realmente malo. A mi mente vinieron imágenes poniendo a mi hermana a cuatro patas sobre la mesa para poder comerme su coño como en el video salía comiéndose mi polla con los dos botes ocupando todo su ser.

Una llamada me saco de aquel mundo, fui al pasillo a contestar. Pensé que sería Ámbar pero eran mis padres, yo charle con ellos mientras seguía viendo el video "si mama estoy bien", "si mama no comemos solo pizza" "De verdad mama me lo estoy pasando genial" le dije mientras en el video agarraba del pelo a mi hermana y hacia un zoom sobre su cara mientras la sodomizaba.

-Saraaaaa –grite a mi hermana –mamá quiere hablar contigo.

Mi hermana vino dando saltitos, yo perdí un segundo la escena del móvil para ver como sus grandes pechos saltaban dentro de esa camiseta

-¡Hola mama! –Tenía un tono casi infantil cuando hablaba con ellos, apoyo los codos en la mesita del teléfono y flexiono una de sus rodillas contra el mueble dejándome a la vista una pose tan erótica que no podía haber sido echa a propósito. –Si mama, estamos bien. Si mama hacemos la comida, aunque dudo que en tres días nos muramos de hambre.

Empezó a jugar a golpear el mueble con una u otra rodilla mientras su culo se movía hipnóticamente de un lado a otro y mi miembro crecía de manera desproporcionada dentro de mis pantalones. No aguantaba mas, guarde el celular dentro de mis pantalones y me saque con disimulo la verga, estaba enorme. Empecé a masturbarme mientras mi hermana me dedicaba todo un espectáculo moviéndose al compás de mis sacudidas, quería llegar al orgasmo mientras la miraba y fue aumentando el ritmo.

-Si mama en serio, no seas pesada, estoy muy bien – y que lo digas hermanita dije mientras miraba sus caderas a un lado y al otro –no te preocupes.

Estaba a punto de reventar, me fui al salón para correrme a gusto, iba a sacar un pañuelo para no manchar cuando me fije en la mesa, aún estaban los postres me fui a su zona y me acerque a su plato.

-Saraaa ven a comer –le grite mientras me corria como un bruto sobre su nata ahora liquida debido al tiempo de espera –venga que tu comida esta preparada con mucho cariño para ti, tómatelo todo o no te preparo mas. Y dile a mama que es postre es cosa mía y esta genial.

-Si mama, te dejo que tengo a Luis esperando para que me coma el postre, -yo empecé a mezclar el esperma con su helado usando mi polla, para limpiarme después use su cuchara y finalmente su servilleta para no dejarme restos -si mama estamos haciéndolo todo entre los dos, yo puse la comida y el se ha encargado de darme el postre.

-Y dile a mama que es un placer dártelo –le grite –pero como no vengas no te dejo que te lo comas.

-jooo mama te dejo que Luis al final me deja sin mi postre

Volvió riéndose a la sala comentando lo inmaduro que le parecía dejarnos solos un fin de semana y pensar que nos íbamos a morir. Haciendo bromas le quite el plato con su helado.

-Pues te has quedado sin postre –le dije con una sonrisa maliciosa –ahora te chinchas.

-Por fiiii dameloooo lo quiero para mi, es mío por fiiii – me dijo en un tono que me pareció mas sensual que infantil.

Yo siguiéndole el juego me puse como se pondría un padre con su hija me acerque a ella y cogí la cuchara.

-Abre esa boquita –ella la abrió y con todo el morbo del mundo le metí su merecido postre – muy bien tómatelo todo como la niña buena que eres.

Cucharada a cucharada empecé a darle todo el postre, incluso en una de ellas me pareció distinguir un poco de semen visible y la manche a propósito sobre sus labios, cuando saco su lengua para limpiarse la pegue un pequeño capón "auch" dijo

-Eres una cochina –le dije en tono de enfadado en broma –tienes que tomártelo todo, ¿Esta rico?

-Esta muy rico papi –dijo mientras con el labio manchado seguía comiendo de mis cucharadas.

Así estábamos cuando sonó el móvil, con un gesto le indique que esperase lo saque del bolsillo y mi polla entrando en la boca de Ámbar me dio la bienvenida.

-Luis, por favor no me cuelgues –me dijo una voz muy sumisa de Ámbar, indique con un gesto a mi hermana que se alejase un poco de la mesa y cuando tuve espacio suficiente me puse delante de ella y me senté sobre la mesa, me excito mucho ponerle el paquete a pocos centímetros de los labios manchados con nata (¿o quizás era mi semen?) –he estado pensando y por favor, no me juzgues, me gustaría hablar contigo, esto se nos ha ido de las manos y quiero verte.

-No sé – apoye el plato entre mis piernas mientras le seguía dando postre a mi hermanita –creo que te has pasado conmigo y durante un tiempo sería mejor no vernos.

-Por favor sé que te he fallado como amiga déjame resarcirme – yo deje la cuchara a un lado de la mesa y con un dedo limpie el labio de mi hermana mientras se lo metía en la boca, ella a modo de juego lo chupaba. –Sé que ahora mismo tienes que sentirte fatal, pero de verdad quedemos para hablar esta tarde.

-Mira, no creas saber como me siento por que ahora mismo estoy con mi hermana y estoy genial, ella si sabe hacer que me sienta bien –mi hermana me miro con unos ojos de adoración yo le saque la lengua como picándola y la agarre del pelo, sin mucha fuerza, llevándola entre mis pierna al postre derretido –y tu Sara, se una buena niña deja de reírte y comételo todo.

No la solté del pelo y mi hermana riéndose saco su lengua y se puso a lamer el plato. Hubiese vendido mi alma al diablo por filmar esa escena con mi cámara.

-Por favor déjame verte, hablar contigo un momento –con la mano en el pelo de mi hermana le subía y le bajaba la cabeza mientras imaginaba que en vez del plato lamía con ardor mi polla. En lugar de eso tenía que ver como chupaba con glotonería todo mi esperma entre mis piernas con su dulce lengua –creo que debemos estar un rato a solas y arreglar lo de ayer por favor.

Mi golosa hermana daba fin a los últimos vestigios de su postre, a pocos centímetros un falo amenazaba con romper los pantalones y derramar mas postre justo en medio de su frente.

-Esta bien Ámbar, - Ojalá pudiese sacarme la polla y metérsela a esta puta que tenia a pocos centímetros de mí –tienes suerte de que este de buen humor, quedamos en media hora, ven a buscarme a casa.

Solté a mi hermana del pelo y ella levanto su cara riéndose sin parar, tenia todos los labios y las mejillas manchados de nata.

-¿He sido buena? Me lo he comido todo.

-Muy bien, por haber sido tan buena esta noche te daré mas de lo mismo.

-Biiieeennnn –grito mi hermana saltando donde mi, yo agache las manos la cogí del culo y la levante con fuerza mientras la giraba. Que delicia sentir esos muslos entre mis dedos –uuuuaaaaa que me mareeeooooo.

La deje en el suelo y me dispuse a arreglarme para cuando llegase Ámbar, justo acababa de echarme la colonia cuando oí el timbre de la puerta, mi hermana dejo pasar a Ámbar. Una amiga que conocí una noche casi mágica, me enseño, que el placer siempre es lo mas sublime que la vida nos entrega, por que no ofrecerlo en bandeja de plata mientras lleno un hambre que nunca se sacia con las curvas de su cuerpo.


Fin de la tercera parte, Pues lo de siempre amigos, gracias por las votaciones y los comentarios y si alguien quiere añadirme al msn o escribir siempre estoy dispuesto a una buena conversación.