Juego sucio con dulce morbo 6 (¿Final?)

Planeé la travesura perfecta para lograr a mi hermana y mi novia a la vez, por desgracia el destino estaba contra mí.

El día comenzó como solo empiezan los sueños, a mi lado, mi dulce amor seguía bocabajo descansando. Me quede observándola mientras la luz del sol penetraba por las rendijas de las persianas. Sus mejillas sonrojadas perfiladas por un pelo moreno como el carbón, parecían insinuarme que si las mordía con cariño una sonrisa acudiría a su rostro. Decidí averiguarlo.

-Buenos días campeón –me saludo con una mirada tierna –¿Que tal has dormido? ¿Ya te has recuperado?

Como para responder sus preguntas, seguí besándola mientras me ponía sobre ella y colocaba entre sus piernas mi erección matutina.

-Mmmmmm Luis, ahora no –gimió, su voz era una muestra de excitación y sueño –vamos a desayunar y te prometo que luego te dejo que me violes una o dos veces.

Deslice mi miembro entre sus muslos, me dejaba caer una y otra vez, sin introducírsela, lo justo para golpearle al inicio de su agujero. Mi boca juguetona seguía hurgando en su nuca, mordiéndola con suavidad y mis manos sujetaban las suyas como para impedir una huida que no deseaba realizar. Notaba como empezaba a humedecerse, como imperceptiblemente levantaba su culo para encontrarse conmigo y como sus suspiros eran cada vez mas profundos.

-Tenemos que desayunar AAAAAAAAAA –estaba ya lo bastante húmeda para deslizar en su interior la punta –o la opción B es quedarnos aquí y que me hagas el amor. Adoro levantarme contigo.

Alzo sus caderas y no necesitamos decir mas, a mi mente vino la imagen de una virgen ofreciéndose para el sacrificio. Se la introduje hasta el fondo, disfrutando del calor de su interior, sus gemidos llenaban mi habitación y me animaban a aumentar el ritmo.

-Sabes putilla –le dije en el oído –me encanta despertarme con una zorra tan complaciente como tú. Me encanta clavártela cuando me despierto después de una noche sin parar. Que seas una viciosa que nunca se cansa de tanto sexo.

Según hablaba note como agarraba con fuerza las sabanas de mi cama, como su conejito se apretaba intentando ordeñar lo que escapa hacía la cueva que tenía entre las piernas. Cada vez le resultaba mas fácil llegar conmigo al orgasmo.

-Sé que estas a punto de correrte, -yo también lo estaba –y solo deseo informarte que tan pronto lo hagas pienso llenarte entera.

-Oh dios –grito –me corroooooooo

Al sentir como me apretaba no pude evitar llegar yo al clímax, me habría gustado decir que fueron sesenta minutos de un polvo apasionante o conformarme con media hora, pero todo eso transcurrió en apenas quince minutos. A pesar de todo, creo que es como mas me gusta levantarme.

Del armario saque una toalla y me fui a la ducha, deje a Ámbar desperezarse tranquilamente en la cama. Eché una última mirada a su cuerpo, relajado, completamente desnuda mientras le resbalaba aún mi esperma entre sus piernas. Note a mi organismo reaccionar ante el impulso visual, ella que miraba por el rabillo del ojo agarro unas sabanas y se las puso por encima.

-¡Pervertido! –su tono era el de una niña complaciente que se ve halagada –vete a duchar que quiero desayunar. ¡Venga, que te conozco!

Estallo mi risa, una risa sincera, sin medida, el sonido de la felicidad. Abandone con cierta dificultad la habitación. Antes de llegar al baño, decidí pasarme por la habitación de Sara y ver como estaba. No me sorprendió encontrármela en la misma posición en que la habíamos dejado ayer. Tumbada en la cama, bocabajo en ropa interior sin molestarnos en taparla la habíamos abandonado así. Desde ahí, la vista de su culo de campeonato. Recordé como había ayudado a Ámbar a desnudarla entre toqueteos e insinuaciones. Mientras mi novia se duchaba, aproveche, me la había vuelto a follar hasta correrme sobre ella y dejarla así mismo, llena de semen y casi desnuda. Ahora estaba seca. Pensé en repetirlo, en un montón de cosas, pero lo cierto es que lo mejor era ir a ducharme. Me volví para ver una vez más un cuerpo perfecto.

Estaba desayunando junto a Ámbar cuando mi hermana entro en la cocina con una camiseta larga de pijama.

-Hola chicos ¿Que tal? –Mientras hablaba se sujetaba la cabeza, las resacas nunca olvidan, tomo una silla frente a la mía y se sentó.

-Creo que con mejor aspecto que tú –Ámbar se acerco hasta ella –venga anda, con lo bien que me lo pase anoche contigo, lo menos que puedo hacer es preparar yo el desayuno.

-¿Qué paso anoche? La verdad es que no me acuerdo de nada. –En otro tiempo quizás me habría importado, en otra persona quizás habría sentido lastima, pero uno bebe por que lo desea, y noches como ayer las deseo yo.

-Muchas cosas, pero lo primero es lo primero, y lo primero es desayunar.

Ámbar sirvió tres cafés y un plato con galletas, me acerco la caja de leche y se sentó a mi vera. Sara, cerrando los ojos, se recostó en la silla, estaba destrozada, supongo que el alcohol tenía ese efecto, ¡O habría sido el sexo sin su consentimiento? Desde donde estaba no podía ver como Ámbar me sacaba la polla y empezaba a meneármela mientras la miraba.

-Pues ayer el cretino con el que sales estaba ofreciéndote a sus amigos por dinero –Mi hermana abrió los ojos y se quedo observándola pasmada, Ámbar sin inmutarse ni siquiera bajo el ritmo de la paja –pero tranquila, este campeón te saco del embrollo.

-¿¡Qué paso qué!? –En la voz de Sara había un deje de perplejidad y de enfado.

-El gilipollas ese te estaba ofreciendo a sus amigos, -su mano estaba afanosa entre mis piernas sin dejarme descansar mientras veía la escena sin poder hablar por miedo a que se me escapase algún sonido –Estaba diciendo lo que te gustaba el sexo y todo eso, que te encantaba que se corriese en tu boca y bla bla bla. Luis lo oyó todo y te saco de allí, ninguno de esos cabrones se atrevió a decirle nada y volaron como los cobardes que son.

Puse en la mesa mi móvil, deslice las imágenes donde me follaba a una u otra y busque la grabación que deseaba, allí estaba la prueba, el sonido de la música era muy fuerte, pero la voz de R.J. se reconocía y sabiendo el tema se podían reconocer las palabras.

-Así que por eso estaba tan pesado con que bebiese, se paso toda la tarde mezclándome el alcohol. –volvió a intentar relajarse cerrando los ojos, frotándose las sienes y dejándose resbalar por la silla –A veces soy estúpida y no veo lo evidente.

-¿Entonces no es verdad? –Empezó a mover su mano a toda velocidad mientras hablaba –¿Te gusta o no que se corran en tu cara y en tu boca?

-¡No! –elevo la voz en la silla, pero una mueca en su cara hizo ver que se arrepentía –incluso seguiría siendo virgen si el muy capullo no hubiese aprovechado la otra noche para quitarme mi primera vez. Según él, fue por ambas partes, pero no sé si es verdad, y menos ahora que ya sé que clase de persona es. Ni siquiera he probado el sabor del semen ni tengo ningún interés. Ya hablare con él ¡Se va a acordar!

-Pues no veas –siguió Ámbar –tuviste suerte, Luis te salvo, nos llevo por hay y como un buen caballero incluso nos dio de beber.

Estaba a punto del orgasmo, en mi cabeza las imágenes de como me había masturbado en sus bocas la noche anterior, todo un caballero dándolas de beber. Ámbar muy tranquila se aseguro de que mi hermana estaba aún con los ojos cerrados, cogió una galleta y la puso cerca de mi polla.

-Creo que puse mucho café. –Miro directamente a mi s ojos mientras hablaba -¿Quieres que tu hermano te eche mas leche?

Me corri, lo hice sobre la galleta, sobre su mano, sobre el suelo incluso un chorro cayo en la mesa cerca del plato de galletas. Ámbar me miro, coloco la galleta llena de semen enfrente de ella y con un dedo limpio lo que había caído sobre la mesa metiéndose el dedo en la boca.

-No gracias –la respondió –No creo que ahora mismo pueda beber nada.

Mi hermana no oyó como Ámbar se levantaba, al tener los ojos cerrados tampoco la vio en el suelo a cuatro patas y lamer con su lengua a mis pies limpiando todo lo que había manchado. Pero yo si, a mis pies mi novia estaba lamiendo las baldosas donde segundos antes me había corrido. Mi aparato estaba volviendo a crecer, cuando mi chica dejo limpio el suelo se encontró saludándola de nuevo. Sonrió, le dedicó una ligera lamida y se volvía a sentarse en su sitio.

-Aunque estoy de maravilla en esta casa, creo que tendría que irme ya, mis padres me van a matar –Se levanto fue al fregadero y tiro el café –Siento tirar esto, pero es que ya bebí leche de sobra.

En la mesa cogió la galleta llena de semen y de un mordisco se comió la mitad directamente. Me miro con una gran sonrisa y empezó a dirigirse hasta la puerta, en un último momento pareció cambiar de opinión, se acercó hasta donde estaba mi hermana.

-Di aaaaaaaaaaaa –Sara así lo hizo y le introdujo la mitad restante de galleta en su boca mientras me miraba –ya no podía mas, gracias por ayudarme.

-Vaya, que es lo que tiene, ¿Crema? –dijo mientras masticaba.

-Te diría que es leche condensada, -añadió de manera maliciosa –pero en vista de que nunca lo has probado te confesare que es semen. Que aproveche.

-Ja ja ja –rió ella de manera irónica –gracias por compartirlo conmigo.

No me lo podía creer, Ámbar desde la puerta me guiño un ojo y se disponía a irse cuando la llame:

-Espera, deja que te acompaño. –Fue un camino en silencio, no sabía que decir.

-Veras – ella con la puerta enfrente fue la que pareció mas dispuesta a hablar –No sé que te pasa con tu hermana, si sé que te gusta y te da morbo, no hay mas que ver como te pusiste anoche o esta mañana. Si te sirve de algo no me disgusta ni me asusta, creo que incluso me atrae, desde que empecé a salir contigo estoy descubriendo muchas facetas en mi misma que desconocía. Me gusta jugar a ser tu esclava, y sentir que me deseas, me excita. Si no piensas mal de mí, si seguimos con estos juegos, prometo ser una buena perrita sumisa. Así que hasta la noche "amo"

Yo asentí sin saber bien que decir, ella se fue, dejándome anonadado de mi suerte. Fui hasta la cocina donde mi hermana continuaba repantigada sobre la silla. En la posición en la que estaba si me agachaba frente a ella sería capaz de verle el tanga.

-Sara –dije –estoy muy cansado me voy a dormir, hasta mas tarde.

-Quizás yo debería hacer lo mismo, no sé, estoy cansada, me duele todo. –Claro pensé, te he follado de lo lindo esta noche, te he destrozado hasta que no aguanté mas y te llene del mismo semen que acabas de tomarte. Me fui a mi cuarto, no importa cuantas hormonas dominasen mi cuerpo, necesitaba descansar.

Estaba en el séptimo cielo soñando con alguna perversidad cuando se me ocurrió la travesura perfecta. Solo era un sueño, algo imposible, pero tenía que intentarlo. Necesite dos semanas para prepararlo todo, durante esas dos semanas estuve todo el día matándome a pajas. Entre mi novia y los videos que había ido recopilando, la excitación era permanente. Mi hermana decidió dejar de salir con R.J. y ahora pasábamos mucho mas tiempo juntos, así que los momentos de unión con ella fueron aumentando. Cada vez que la veía tenía mi vástago a punto de una nueva rociada, estaba cansado de tanta masturbación, pero tenía que esperar.

Tenía intención de contárselo todo a Ámbar la noche justo antes de mi momento cumbre, confiaba en ella como nunca lo había hecho con nadie. Era la mejor relación que un hombre hubiese podido desear por parte de una mujer. Mi novia, mi amante, mi juguete, mi esclava, mi mejor amigo y mi mayor confidente.

Estaba en casa viendo como las manillas del reloj eran incapaces de hacer su recorrido en menos tiempo del habitual, parecía desesperado contando las horas que aún faltaban para el inicio de todo. Una llamada de teléfono me saco del trance.

-Cariño, lo siento mucho –La voz era la de Ámbar –esta noche no podremos quedar.

-¿Y eso? –mi tono de frustración era evidente, esta iba a ser la gran noche.

-Mi hermana se ha puesto enferma –a mis pensamientos llego Lissy, la gemela teñida de mi chica –mis padres me han dicho que esta noche me quede con ellos. Lo siento.

-No pasa nada –¡Coño! ¡Si que pasaba!, Todo al garete por que esa rubia de bote estaba mal –si eso ya nos vemos mañana.

Colgué. A mi alrededor mi fantástico momento empezó a nublarse, todo estaba listo, y ahora, sentí como se esfumaban los planes entre mis dedos. Me tumbe en el sofá y deje que pasase el día. En algún momento de mi autocompasión mi hermana me despertó.

-Joder Sara –le grite malhumorado –¿Te importaría dejarme en paz?

-Oye, ¡Lo siento!, pensé que al ser las ocho de la tarde era hora de que te levantases –En su voz había cierto desconcierto -¿Se puede saber que te pasa? Llevas todo el día tumbado aquí.

-Nada –dije aún malhumorado, pero tenía razón, no debía pagar con ella mi mala suerte –iba a ser un buen día, tenía intención de estar los tres divirtiéndonos y resulta que Ámbar no puede venir.

-Bueno, pero si que estoy yo, y seguro que podemos divertirnos juntos –Mientras esas palabras entraban a través de mis oídos y circulaban por mi extensa red neuronal tuve una reacción inmediata dentro de mis pantalones al contacto de su voz con mis pecaminosos pensamientos –venga anímate, estoy abierta a todo.

Me senté en el sofá, sin duda mucho mas animado, mi hermana fue a por un par de vasos y se sentó en el suelo con una botella de ron. Estuvimos hablando de cosas sin importancia, riéndonos de R.J. yo hablándola de Ámbar y del favor sexual que me gustaría hacerle a su hermana, ella se reía y me hacía todo tipo de comentarios al respecto. Era bastante agradable. Una cosa llevo a la otra y acabamos jugando a "beso verdad y consecuencia". Un juego que aprendimos de pequeños. Las reglas eran simples, cuando alguien escoge "verdad", se le hace una pregunta y tiene que responder la verdad, sea cual fuere. Si su elección es "beso" debe besar a lo que se le diga y como se pida y si la elección es "consecuencia" debe hacer lo que se le ordene. No sé ni cuanto tiempo espere antes de formular realmente la pregunta por la que sentía curiosidad.

-Es cierto que nunca habías probado el sabor del semen? - Sara con la ayuda del ron se había ido abriendo mucho mas. Estaba muy chisposa.

-Nunca –dijo ella melosa –no es algo que me llame precisamente la atención. Mi turno ¿Qué es lo mas morboso que has hecho con Sara?

Me quede un rato pensativo, disfrutando del momento, mi hermana con aquella camiseta vieja me miraba con curiosidad, incluso llegue a apreciar la marca de sus pezones al carecer de sujetador, Nunca había probado el semen, esas palabras no paraban de repetirse en mis oídos, nunca había probado el semen, claro salvo el mío. Que rápido volaba mi mente.

-Recuerdo una vez –empecé mi historia –en la que Ámbar estaba besando a una amiga suya mientras me masturbaba sobre sus bocas. Cuando me corrí lo hice sobre ellas, Ámbar tuvo que limpiarla con su boca y a ella la limpie usando el tanga de su amiga para luego volver a ponérselo.

-Guau, ¿En serio? –preguntó -¿Qué mas?

-Mi turno, ¿En serio eres virgen por el culo y por tu boca? –Si la respuesta era que si, la misma noche que desvirgue a mi novia, también había desflorado a mi propia hermana.

-Si claro, R.J. se fue cuando se corrió dentro de mí, es lo único que recuerdo de aquella noche –Mientras hablaba la volvía a ver chupándome la polla con dos botes en sus orificios, uno por cada agujero, había sido su primera vez conmigo -¿Qué mas has hecho?

-Pues le comí el coño a mi novia mientras se la metía a su amiga –Que buenos recuerdos –al final yo me corrí dentro de la amiga y Ámbar en su boca, pero no le digas que te lo conté, ella se pensó que solo me frotaba contra su culo mientras le comía su conejito, pero lo cierto es que me la folle bien follada. No veas que polvazo tiene esa puta.

-Ja ja ja ja ja –rió ella –seguro que si, y tu lo disfrutaste muchísimo.

-buuuuf, me la tiraría cada noche, tiene el mejor culo que me he follado –no la mentí –escoges tú.

-Beso –pidió

-Esta bien –yo me quite un calcetín y le puse el pie delante –Un beso con lengua por favor.

-No me seas así, eso es asqueroso –Yo me mostré inflexible, finalmente claudico y me beso la planta de los pies deslizando su lengua por ellos –vale, mi turno, ahora por cerdo, vas a besarme el culo.

Se puso a cuatro patas y se levanto la camiseta, yo no podía creérmelo, hice un par de comentarios como si me hubiese ofendido y picado, esperando no ser lo bastante convincente como para que me negase mi "castigo". Aquello no hizo mas que crecerla y asegurarla que sería algo especialmente cruel para mí. Con la tonadilla entre sus labios "bésame el culito, bésame el culito" empezó a contonearlo. Lo cierto es que le haría muchas cosas a ese culito como ella le llamaba.

-¿Ves? –indique poniéndome detrás suyo de rodillas mirando fijamente ese sueño que meneaba frente a mí –yo no me pico cada vez que me pides algo me limito a hacerlo.

Cuando la bese en su culo ella dio un grito de sorpresa, creo que no esperaba que me atreviese. No iba a dejar escapar esa oportunidad. La agarre con fuerza y le plante un buen beso en sus suaves nalgas. Antes de separarme, le di pequeños besitos por todo su alrededor, como diciéndola que era mas valiente que sus niñerías.

-Esta bien, ya no me pico mas, veamos quien aguanta antes sin rajarse.

-Y yo me lo creo, no me duras ni un asalto pequeña – con una sonrisa la desafié abiertamente.

-Soy tres veces mas dura que alguien como tú, a mi no me gana ningún niñato.

-Vale le dije, consecuencia, ¿Escoges o escojo?

-Ahora pido yo, -pareció meditarlo durante un par de segundos, examino la sala pensando que pedirme –coge ese vaso de agua, aquí y ahora échatelo por encima.

No lo dude, antes su sorpresa, cogí el vaso y directamente deje caer su contenido sobre mí. El agua por suerte no estaba demasiado fría. Era mi turno, mi oportunidad.

-Vale, voy yo, te vas a cagar, prepárate a picarte y decirme no puedo, no me atrevo con lagrimas en los ojos – la reté, me fui a la cocina y traje un bote de leche condensada –Quítate la camiseta y túmbate en el suelo.

Durante un segundo iba a negarse, observo mi cara, yo lucia la sonrisa del vencedor, del que ya lo imaginaba, ni un asalto iba a durar. Me miro, se quito su camiseta y dos hermosos pechos salieron a saludarme. Apoyo una mano y se tumbo en el suelo.

-Muy bien hermanita, -estaba rezando para que no se fijase en el bulto sospechoso que tenían ahora mismo mis pantalones –ahora voy a llenarte de leche y según vaya tocando tu piel tienes que pedirme mas.

Se quedo en el suelo, mirándome fijamente, así que cogí el bote de leche condensada y lo primero que hice fue embadurnarle los ojos para que no los abriese. Me aleje de ella un segundo, para encender y enfocar mi cámara, la había escondido allí para mi travesura con las dos, pero parecía que solo tendría a Sara. La enfoque a su cuerpo prestando mayor atención a sus pechos desnudos y su cara.

Deje caer el fluido primero por la punta del pie, con la mano que tenía libre me saque la polla y empecé a masturbarme sobre ella mientras le miraba sus tetas firmes y duras. Solo se dejaba hacer, fui subiendo por su rodilla, entre sus piernas y seguí por la otra pierna, con mucha calma, parecía que era una tortura para ella. Pero yo estaba a cien mientras me la meneaba sin que lo notase.

-Se supone que tienes que pedirme que te eche mas – la recordé.

-Por favor Luis, ensúciame, -su voz tenía un toque irritado, pero estaba tumbada en el salón mientras la llenaba de leche y me la meneaba frente a ella, poco me importo –Quiero que me hagas sentir bien guarra.

Mientras hablaba seguí subiendo por su estomago en una línea fina de aquel néctar, fui avanzando, a la altura de sus pechos los rodee con otra línea fina, un camino entre montañas perfectas. Aderecé mi obra maestra regalando a sus pezones dos gotas de la misma sustancia. Una para cada uno, todo eso mientras me masturbaba sin parar y ella me pedía mas. Detuve mi avance en su garganta, seguía masturbándome, apunte directamente a su cara y me masturbe a escasos milímetros a toda velocidad.

-Abre bien la boca hermanita, quiero mancharte entera mientras me lo pides.

-Vamos Luis, -dijo ella mas metida en el papel, supongo que esperaba que su tortura acabase cuanto antes –ensúciame.

-¿Como quieres que te ensucie exactamente? ¿Donde? –Estaba a punto de llegar al orgasmo, necesitaba solo unos segundos.

-Lléname la cara de leche hermanito –dijo poniendo voz de circunstancia –déjame bien guarra.

Aquella fue toda la estimulación que necesite. Me corrí apuntando a su boca entre abierta, sin embargo el primer chorro le golpeo en la mejilla, el segundo acabo en su pelo, puse mi polla a un centímetro exacto de sus labios y el tercer chorro les impacto de lleno, pero para mi desgracia los tenía cerrados. Deje que el siguiente acabase en uno de sus pechos e intente que un par de gotas cayesen en su tanga.

Me la menee un par de veces mas delante suyo y guarde mi aparato dentro de los pantalones, cogí la cámara para guardarla, pero antes la quería filmar tal y como estaba, la enfoque de pies a cabeza, hasta centrarme finalmente en su cara llena de esperma, estaba gravándola cuando abrió la boca y se lamió los labios.

-Por lo menos esta bastante buena –Aquello quedo grabado para la posterioridad y de paso me la puso dura de nuevo -¿Has terminado ya? ¿O piensas echarme mas todavía? Por que necesito una ducha como que ya.

Se limpio la leche de los ojos, aunque se le pegaban las pestañas, yo escondí discretamente la cámara enfrente suyo, sin que se notase mucho, quería charlar tal y como estaba. Insistí en darle conversación mientras me reía de la broma. Toda pegajosa y con goterones de mi corrida en su cara aguantaba el tipo, mientras la felicitaba por su valor al no rajarse. De vez en cuando se limpiaba un goterón indistintamente de lefa o de leche condensada y se lo llevaba a la boca. Si me midiesen el calor corporal hubiese competido con el sol.

Frente a mi, con sus pechos embadurnados y su cara llena de semen, charlábamos de tonterías y de piques. Una fantasía echa realidad.

-Donde prefieres que te haya ensuciado? – le pregunte

-En ningún sitio, esto es muy pringoso y pegajoso

-Pues si te sirve de algo –puse una sonrisa maliciosa –el traje que te he hecho te sienta muy bien, pero lo que mejor te queda es tu cara de niña bonita llena de leche.

Ella me enseño con descaro el dedo corazón mientras me lanzo un insulto cariñoso, cuándo sonó mi teléfono, al responder la siempre hambrienta boca de Ámbar estaba haciendo desaparecer mi falo en su boca. Estaba en su casa aburrida y le apetecía charlar, yo intentaba que no se notase mucho como le miraba los pechos a Sara que se esforzaba en limpiarse con una servilleta de papel. En eso estaba cuando indico con gestos que iba a darse una ducha. Maldije mi suerte y le dije que si, mientras se alejaba tuve un primer plano de su culo que describiría como simplemente bestial.

Cuando escuche la ducha, cogí la cámara mientras hablaba con Ámbar, fui a mi habitación y empecé a pasarme el video al disco duro. Doce minutos, esperaba que tardase en ducharse algo mas. Mi novia al oírme teclear insistió en que me metiese al msn, al final accedí. Pusimos una video conferencia y colgamos el teléfono.

-Mira como estoy –Le dije mientras la enseñaba mi polla por la cam, en la pantalla, al lado de su cara, tenía la imagen de mi hermana con los ojos cerrados mientras me masturbaba –joer tenias que haber venido.

Solo se reía, empecé a masturbarme un poco con el video y su cara, hasta que oí el silencio al apagar la ducha. Mire el archivo, hacia un rato que se había pasado, desconecté la cámara y la guarde. Quite el video y escondí el archivo mientras le daba conversación a Ámbar.

Oí a Sara avanzar por el pasillo, hasta entrar en mi habitación, llevaba la misma camiseta de antes, solo que el pelo estaba mojado. Estaba hablando con Ámbar un poco nervioso mientras echaba tímidas miradas a mi hermana. Necesitaba calmarme, le pedí a mi novia unos instantes y me excuse diciendo que iba al baño.

Salí dejando la puerta abierta, y me apoye en la pared, me temblaban las piernas y ya no soportaban mi propio peso. La voz de mi hermana dirigiéndose a Ámbar no hizo mas que acrecentar la sensación de angustia. Ante mi asombro y mi temor, fue diciendo la prueba que le había obligado a cumplir. Me senté en el suelo sin saber que hacer, estaba muy asustado.

-Si quieres te ayudo a vengarte –Reconocí la voz de Ámbar hablando –cuando vuelva di que sigues jugando y esta vez pido yo.

-¿Que vas a decir? –pregunto

-Con lo tímido que es –le explico –le cuesta muchísimo hacer cualquier tontería de esas si no es él el que lleva las riendas, le gusta avergonzar a los demás, pero tiene muchos complejos, tu sigue mis indicaciones y que sufra de verdad, ¿De acuerdo?

-Estoy contigo –su voz sonaba muy animada

-Sobre todo no dudes –insistió ella –se crece cuando dudas, no le des esa satisfacción. Hay que golpearle en su hombría, donde le duele a todos los chicos.

Intente respirar pero el aire no llegaba a mis pulmones, por mi mente se barajó la idea de irme de casa corriendo, tenía miedo de esas dos, aliadas ahora contra mí. ¿Qué se les habría ocurrido?

Cuando entre en mi habitación estaba blanco. Mi hermana giro en mi silla, mirándome a los ojos añadió

-Seguimos jugando?

-No te preocupes, -que mi voz saliese por la garganta era un milagro, por que la notaba atascarse en mis cuerdas vocales –Supongo que Ámbar querrá charlar un rato, esta aburrida en casa.

-Venga –insistió mi hermana –ella también puede jugar, es mas que empiece, así es su turno. Íbamos por consecuencia.

Me resigne, podía seguir quejándome, pero lo inevitable estaba por llegar y lo mejor era aceptarlo cuanto antes. Ante mí, enigmática, la mujer de la que estaba enamorado, iba a mandarme quien sabe que.

-Sara, quítate la camiseta –mi hermana se sorprendió durante una fracción de segundo, pero cuando miro a Ámbar que ocupaba toda la pantalla no lo dudo mas y se la saco –ahora ponte a cuatro patas frente a la cam.

Según se coloco mis ojos captaron todo el esplendor que se abrieron frente a ellos, los pechos que le colgaban duros en aquella posición, el tanga perdiéndose en el interior de sus muslos y yo allí mirando. La voz de mi novia me saco del trance.

-Ahora Luis ponte detrás de ella –aquella voz tan picara, ¡Como podía hacerme temblar así? – y ahora tienes que hacer como que te la estas tirando en un video porno.

Yo mientras seguía temblando empecé a moverme sin ritmo hacia delante y hacia atrás. Ni siquiera conseguía que se me levantase.

-A ver romeo –Dijo Ámbar – desde donde estoy se ven tus pantalones, así que para estar igualados, quítatelo todo.

-No no no no –estalle por fin –Eso es hacer trampa, no es justo.

-Mira quien no aguanta ni un asalto –mi hermana se sentó sobre sus talones y me miraba con condescendencia –¡¿Así que yo no puedo picarme pero tú si?! ¿No?

-Tiene razón –la apoyo mi chica –tu mismo dices que no vale picarse y me tocaba decidir a mí. Ella ni siquiera ha dudado al quitarse la camiseta y mira al nene como llora.

-A ver, es que no es justo –estaba rojo como un tomate, y mis argumentaciones si que era cierto que solo parecían lloros. Quien juega con fuego acaba quemándose. –Pero vale, lo hago.

Procedí a quitarme el pantalón, luego el diablo que tenía como novia me indico que también se veían mis calzoncillos. Retrase el momento todo lo que pude pero ante la risa de mi hermana y las miradas de Ámbar tuve que ceder. Me sentía incomodo, nervioso, ni siquiera era capaz de concentrarme en el culo de Sara que lo movía provocándome. Cuando me situé tras ella, empecé a moverme otra vez sin ritmo, si mi pene se hacía mas pequeño iba a desaparecer engullido en un agujero negro donde antes estaba mi virilidad, con suerte, yo también sería absorbido desapareciendo y solucionando así mis problemas.

-A ver Luis, tienes que hacerlo bien –Ámbar tenía los ojos llenos de lagrimas provocadas del ataque de risa mientras me hablaba –Mira a Sara, tienes que estar tranquilo y llevar un mínimo de ritmo, ¡Y deja de temblar de una vez!

Mi hermana divertida se reía a cuatro patas mientras se giraba de vez en cuando para ver mi incomodidad. Me moví torpemente golpeándola con mis caderas su culo.

-Sara –siguió Ámbar –gime y pídele mas, como en una peli, y tú, Luis, si la coges de las caderas es mas fácil seguir el ritmo, ¡Que hay que decírtelo todo novato!

El calor inundando mi cara, Sara al verme siguió riendo sin parar, cuando la cogí de sus caderas note como mi pulso temblaba pero lo cierto es que era mas fácil mantener el equilibrio y controlar la velocidad y los golpes.

-Vamos hermanito clávamela bien adentro, fóllame tal y como estamos, vamos métemela mientras mira tu novia –su voz mientras me movía entre sus piernas empezó a despertar a mi arrugada amiga, inconsciente de ese peligro siguió hablando con un tono entre divertido y lujurioso –Ya estoy a punto clávamela.

Empecé a rozarme de verdad, mi miembro ya estaba en todo su esplendor. Mi hermana a cuatro patas seguía pidiéndome guerra, ahora notaba mi erección deslizándose entre sus piernas, lo único que se interponía era el diminuto hilo del tanga que la protegía.

-Muy bien chicos, Sara grita un poco mas –le pidió Ámbar.

-Es que no sé que decirle –la mirada de Ámbar basto para que siguiese hablando -Vamos hermanito, estoy muy excitada, quiero que me la claves.

Yo deje deslizar mi mano derecha de su cadera hacia su culo, le di un pequeño azote, muy suave, y deje mi mano cerca de su tanga, empecé a moverme mas rápido, y con un dedo le separé aquel molesto trozo de tela de sus muslos, una vez hecho esto, intentando ser sutil y sin parar de moverme lo deje a un lado.

No sé si mi hermana se había dado cuenta de la maniobra, pero ahora mismo tenía mi erección en contacto directo con su coño. Era delicioso verla moverse, adelante, atrás, adelante, atrás.

-Vamos Luis, clávamela, mira mi culo y méteme todo de golpe. –Desde la pantalla Ámbar miraba con una sonrisa.

Eche el culo hacía atrás y mientras ella buscaba mi polla entre sus piernas yo le regalaba solo la punta en el inicio de su coño. Atrás adelante, atrás adelante. Estaba concentrado sintiendo el dulce contacto incestuoso, atrás, adelante, atrás, adelante, casi me pillo por sorpresa cuando noté como se le introducía unos milímetros mi miembro, ella no parecía darse cuenta, solo seguía moviéndose.

-Vamos, sé que quieres follarme –su tono ya no tenía risa –méteme tu verga, venga anímate valiente. Vamos hermanito, hazme gozar como a una perra.

La agarre de sus caderas, atrás adelante, atrás adelante, cada vez que retrocedía sentía su interior, solo era la punta, pero era mas de lo que hubiese soñado. Atrás adelante, atrás adelante, cogía sus caderas con cariño, guiándola en la velocidad y cuando se echo hacia atrás, la empuje hacia mí y se la clave del todo. Tenía a mi hermana pidiéndome sexo, con su culo al aire y estando yo entre sus piernas. Eso debía ser solo un sueño, y no quería despertarme y darme cuenta de que había perdido esa oportunidad. Le introduje todo hasta notar mis huevos chocando contra su culo y simplemente seguí, atrás adelante, atrás adelante.

-Aaaaaaaa –gimió.

-Muy buen grito –La felicito mi novia.

Sara miro al ordenador, después giro la cabeza y me miro mientras yo seguía dentro de ella moviéndome sin cesar. En sus ojos había confusión, preguntas que no podría responder y excusas que nadie creería, estaba frente a mi novia y acababa de metérsela a mi hermana. Podía llegar a decir o hacer cualquier cosa, no tenía nada para defenderme de alguna acusación, en lo único que podía centrarme era el movimiento, atrás y adelante. Los dados del destino habían sido lanzados, y fuese cual fuese la tirada, quería ese recuerdo.

-Muy bien hermanito clávamela –siguió moviendo su culo contra mí, pero esta vez conmigo dentro mientras me miraba a la cara–lléname de polla.

Sin miedo ya, ni nervios, continué clavándosela. Durante un instante desee haber tenido enchufada la cámara y haber gravado su primera vez conmigo. Pero pronto lo olvide al ritmo de su cuerpo. Nuestros movimientos eran cada vez mas rápidos. De vez en cuando oíamos la voz de Ámbar intentando guiarnos a través del juego, hacíamos lo que nos pedía sin pensar, nuestra mente estaba en otro lugar lejos de ella, atrás adelante, llenando a mi hermana, su dulce conejito, atrás adelante, aquel agujero prohibido.

-¡Dios que bueno!, Ámbar, espero que no te importe, pero me voy a correr con la polla de tu novio ¿Me dejas? –Sara tenía contracciones desde hacía un rato, sabía que el momento estaba cerca, pero no espere que pidiese permiso.

-Claro que si –le concedió –pero a condición de que él también finja llegar.

Si ella se había atrevido a sacar aquel sarcasmo yo no iba a quedarme atrás, deje caer mis manos hasta la altura de sus tetas, se los agarre con fuerza y levante su cadera. Frente a la cam se veía como la sujetaba de sus pechos y como nos movíamos al compás de nuestras caderas con el juego, lo que ignoraba mi novia es que además de las caderas yo estaba embistiendo su conejito. Mire al ordenador dirigiéndome a Ámbar.

-Mira cariño, esta es la puta a la que pienso llenar de esperma –mi hermana acelero su galope cuando note sus contracciones.

-Vas a tener que correrte Luis, me voy a correr ya, no aguanto más, que pedazo tranca gastas.

-Hermanita me voy a correr dentro de tiiiiiiiiiiii -había sido inevitable, al sentirla venirse sus músculos apretaron mi miembro y me hicieron llegar. Desde donde estaba miraba a Ámbar que observaba divertida nuestra "actuación".

No pare, seguía moviéndome en su interior, se merecía hasta la ultima gota del esperma que me quedaba. Apoyo las manos en el suelo y volvió a ponerse a cuatro patas. Yo seguí moviéndome dentro de ella, vi como mientras entraba y salía de su conejito el semen empezaba a resbalarle entre sus piernas. Era, como decirlo, relajante.

-Ámbar –hablaba mi hermana a la cámara –mi hermano folla de puta madre, tienes suerte de tenerlo de novio.

Yo seguía mirando la pantalla sin dejar de moverme en su interior con la calma del que esta momentáneamente satisfecho.

-Gracias cielo, muy bien chicos –nos dijo Ámbar, creo que ambos nos sorprendimos al oír su voz –tenéis un ocho, os a faltado veracidad. Sobre todo al final intentando llegar los dos a la vez, aunque me ha gustado el numerito de que no os apartaseis corriendo una vez que habéis llegado, eso os ha subido la nota.. Pero sintiéndolo mucho, yo me tengo que ir a dormir. Así que buenas noches.

-Buenas noches –añadimos un tanto sorprendidos.

La pantalla quedo a oscuras y un segundo después el familiar fondo de Windows volvía a ocupar su sitió. Mi hermana aún estaba a cuatro patas, mis manos la sujetaban por las caderas y yo invadiendo su interior.

Ella se levanto, y se puso bien el tanga, no levantaba la mirada del suelo y se quedo observando una mancha blanca de esperma donde antes había estado ella, recogió su camiseta y me miro.

-¿Nos acaba de poner un ocho?, ¡¿Por que faltaba veracidad?! –dijo sorprendida.

-Creo que si, - respondí sonriendo. Había aguantado la respiración hasta que hablo. Me acerque a ella, la agarre de la mano y la bese, ella se resistió durante casi un segundo, casi –creo que es por falta de practica, algo que deberíamos arreglar ahora mismo.

La lleve hasta mi cama y tire su camiseta al suelo, no le haría falta.

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Bueno queridos lectores, creo que esta es la ultima entrega de esta saga (además si escribo otra no podría o no debería ir en no consentido). Como siempre dejo mi correo bien claro

Eclipsado2@hotmail.com

por si alguien quiere añadirme al msn, o escribirme algún correo, tanto por correcciones, ideas como por una simple charla amena. Si sé que se podría continuar, pero no tengo claro si lo haré. Quizás en un futuro.

Gracias por molestaros en puntuar tanto para bien como para mal, las criticas y sugerencias recibidas (los que me escribisteis pidiendo cosas especificas en mis relatos e intentado ponerlo de algún modo) y bueno, aquí seguiré leyendo. Puede que en el futuro (que me da pena lo creáis o no) continué donde lo deje.

Esta sexta entrega esta dedicado a Noa, para que aprenda que apreciamos nuestros logros por la dificultad a la que nos enfrentamos cuando los superamos. A ver si leyendo se le hace mas divertida su jornada laboral. Un beso a todas y un abrazo a todos.