Juego Mortal 28

Saludos, si sigo viva, se que soy una desalmada por tardar tanto. Lamentablemente mis clases ya empezaron hace tres semanas. Intentare acomodar mi tiempo par no tardarme tanto.

Este tiempo con Meli ha sido grandioso, siento que el sol solo brilla para mí, todo el día estoy de  buen humor y de seguro con una sonrisa idiota  en la cara, por lo cual Bratz se la pasa molestándome todo el tiempo como ahora, pero yo ni lo pelo, solo cuento los minutos restantes para verla.

-ey, no me des el avión-sacude mi hombro para que le haga caso

-si ándale-ni lo volteo a ver, y continuo bebiendo mi jugo de naranja

-deja de pensar en las cochinadas que le haces a la pobre de Meli- casi me atraganto por su culpa, como se le ocurre casi gritar  y más en la explanada,  los que llegaron a escuchar nos voltearon a ver.

-no digas idioteces

-niégalo, si por eso no me haces caso-lo dice con su sonrisa perversa de seguro imaginándoselo

-tú eres el pervertido, deja de fantasear con mi novia y consíguete por lo menos una muñeca de plástico para que descargues tus bajas pasiones

-lo dices por experiencia-le dio un golpe en el hombro-ah con que es verdad

-cree lo que quieras no me importa- para mi mala suerte a la persona que he estado evitando por casi un mes esta casi enfrente de nosotros

-ya no te enojes, si es pura broma

-pues que bromitas, mejor vámonos de aquí- no soporto estar junto  a ella, no puedo engañarme se que aun  tengo sentimientos por ella, la tengo tan metida en mi cabeza. Cuando me encuentro en la habitación me  viene  su imagen de repente, posiblemente es mi subconsciente, solo logro olvidarme de ella cuando estoy con Meli. Incluso tres veces por semana sueño con ella, acaso mi obsesión es tan grande.

-tan rápido, que no estabas esperando a Meli-sigue sentado- además la vista es muy buena- me señala con los ojos a donde esta Irinia-mira  ahí esta nuestra súper amiga-levanto la vista y  ella clava sus ojos en mi.

Pero esta vez su mirada es diferente, ya no veo la llama de desprecio, ahora es dulce y amigable, algo por lo que hubiera matado antes. Acaso es una sonrisa lo que forma en su rostro o ya tengo alucinaciones.

-oye me está saludando-dice emocionado Bratz, será tan egocéntrico, es obvio, para mí que para el no va el saludo. Ya  hasta loca se volvió.

-vámonos-insisto, no quiero que mi cerebro se cree falsas esperanzas, cuando andaba sedienta de su amor, ni la hora me daba y ahora hasta me saluda con una sonrisa en su rostro como si fuéramos viejas conocidas.

-no espera le voy a devolver el saludo-como se le ocurre,  en que estaba pensando cuando me hice amiga de él, lo más seguro es que me agarro en mi cinco minutos de idiota. No tardo en levantar la mano, sin embargo ella ya no le correspondió, y para colmo se le ocurrió señalarme. Bratz volteo en mi dirección y se me quedo viendo.

-oh, parece que vas  a  acabar con toda la escuela-yo solo sigo viéndola tratando de descifrar su nuevo comportamiento

-No sé, de que hablas

-No soy tan tonto, como piensas, hasta ella misma te señalo- se lleva la mano al mentón, reflexionando algo-¿desde cuándo le hablas?

-está loca, no lo ves-puedo sentir como ella continua observándonos

-puede ser, pero por que te saluda tan amigablemente, si no recuerdo hasta mal le caíamos

-ve y pregúntale si tantas ganas tienes de saber-contesto defensivamente, me molesta su actitud que piense que me puede tratar como su perro un día a golpes y otro como si nada hubiera pasado.

-que carácter- levanta las manos  haciéndose el inocente-vaya que te falta ver a  Meli, para que te de  tu medicina

-ya cierra tu boca-me paro del escalón donde estamos, no aguanto estarla viendo. Es preferible que espere a Meli en otro lugar. Voy paso rápido, el  mejor lugar es donde siempre me encuentro con mi novia. Bratz viene atrás de mí, tratando de alcanzarme.

-¿y  ahora que mosca te pico?

-deja de molestarme, no quiero decirte algo de lo que me pueda arrepentir

-si fue por lo de Meli, ya sabes que era broma-pone su cara de borreguito rogando perdón  en  la horca. Cierro mis ojos y respiro lentamente, dejando que el aire se transporte por mis pulmones.

-No discúlpame  a mí, me excedí un poco, me descargue contigo por un problema que tengo- no debo perder el control tan rápido, eso es lo que ella quiere, de seguro en estos momento se está riendo de mi.

-¿con Meli?-me siento en el pasto y él hace lo mismo

-emm… no-ya ni se, en realidad con ella no es el asunto aunque si le llega  a concernir-o en parte, nada que tenga importancia

-pues para no tener importancia, estas muy tensa-señala mis puños, donde se marcan claramente mis venas por la fuerza aplicada- ¿puedo preguntarte algo, sin que me quieras cortar la cabeza?-solo asiento- te acuerdas cuando perseguíamos  a nuestra amiga

-aja-no me gusta para donde quiere llevar el asunto

-¿Por qué me seguías el juego?-hace un pausa-¿era por molestarla o acaso te gustaba…  o te gusta?-termina por rematarme, yo solo desvió la vista

-vaya y yo que pensaba que nunca ponías atención a las cosas- no tiene caso negarlo, se que no va  descansar hasta que le diga la verdad- supongo que me gustaba- más falsas no pudieron salir mis palabras, sobre todo inconsistentes

-¿supones?-levanta una de sus cejas, sorprendido

-que quieres que te diga Bratz, aun no estoy segura

-¿y Meli?-me paso mi mano por el cabello, una cosa es saberlo  y hacerle al tonto para no afrontar la situación,  y otra contárselo a  alguien, con lo cual tus errores quedan más expuestos. Aparte de  las preguntas que me guardo, por el temor  a la respuesta,  salen si temor por parte de la otra persona, ya que es más fácil ver las cosas desde afuera.

-ahhh… creo que la amo- ni siquiera puedo mantener la cabeza erguida

-no te pases, ¿Ella sabe de tus dudas?

  • algo- me trueno los dedos, para quitarme el estrés.

-¿quieres a  Irinia?-su tono es  acusatorio, no se puede creer lo que estoy confesándole.

-no lo tengo lo suficientemente claro-confronto su mirada

-esas son fregaderas-me levanta el tono de voz

-acaso piensas que es fácil para mí esta situación

-por lo que veo se te da muy bien-se levanta bastante cabreado-no te veo muy preocupada cuando la estas besando

-¿me vas  a  ayudar o nada más vienes a recriminarme?-parece celoso, se que le gusta Meli muy en el fondo.

-tú misma has llegado hasta aquí, así que puedes resolverlo sola-dio media vuelta y se fue

-gracias amigo, sabía que podía contar contigo- le grite. Muy fácil criticar, si él hace peores cosas y ahora se las da de santo-estúpido

-¿quién es estúpido?-la voz de Meli, me helo la sangre, hace cuanto tiempo llego, miles de preguntas vinieron  a mi cabeza.

-¿Cuánto tiempo llevas aquí?-dispare antes de formular mi pregunta con más tacto.

-acabo de llegar-lo bueno que no es muy sentida. Di un respiro de alivio, sería fatal que lo descubriera así, no se lo merece-no respondiste mi pregunta

-ahh…el Bratz-ella toma lugar junto a mí. Pone sus manos en sus piernas invitándome a recostarme en ellas, una acción que se ha vuelto un hábito. Me encanta sentir sus manos en mi cabello, es tan relajante.

Desde mi lugar puedo observar cada rasgo de ella, es tan  hermosa, me encanta su nariz, sus labios, su olor, todo de ella me fascina. Me quedo viendo sus ojos, que solo con verme tiene un brillo especial, por supuesto me siento feliz con tenerla a mi lado. Pero no puedo olvidar las palabras de Bratz y lo más  preocupante, no puedo dejar de lado todas las emociones que se avivaron dentro de mí con solo verla un instante. Tonto de mi corazón que con boronas se alimenta, es una reacción que no puedo evitar aunque quiera.

-¿te pasa algo amor?- seguro que la tormenta de mi alma se refleja en mis ojos. No sé, si sea merecedora de tanto cariño. Las dudas vuelven  a  aflorar en mi camino, con solo unas  gotas de falso amor de ella todo se vuelve confuso. Acaso será un embrujo el que actúa sobre mí, teniendo a una chica como Meli, y aun así, yo sigo dudando. Acaso no es obvio que es la que más me conviene.

-no nada-mi tono de voz me delata, indudablemente

-¿tiene algo que ver con la comida del sábado?

-¿Cuál comida?

-acuérdate que quedamos en decirles  a mis papas sobre lo nuestro-ya decía yo que las cosas malas las bloqueo de mi mente. Espero que mi seguro de vida cubra a un suegro violento. No me queda la menor duda de que el señor va  a querer arrancarme la cabeza, ya me lo imagino  gritándome que mancille  a su hija.

-ahh… ¿estás segura?-no creo que sea lo más conveniente en estos momentos con tanto lio en mi cabeza

-por supuesto, nunca eh guardado ningún secreto con mi familia-me gustaría tener la confianza y seguridad que reflejan sus palabras-pero si no quieres  todavía  decirles de lo nuestro…-es lo que más quisiera, sin embargo su tono y la forma en que me lo dice, no es como que espere un no por respuesta. Total no voy a pedir su mano, mira que ya es posible, para algunos una bendición el poderse casarse y para otros el matricidio.

-¿a  qué hora va  hacer?- me dio un piquito, le alegra que no me eche para atrás.

-a las cuatro-me da un fuerte abrazo- como siempre alguna de las dos tenía que ceder, es imposible que me resista a sus ojos, así que al final termino cediendo a casi todo. Lo único bueno de dejarse ganar, son los besos que cada día son más apasionados y vaya que tengo que controlar mis manos, no quiero que piense que tengo mucha experiencia. O pero aun que solo quiero  aprovecharme de ella, sin embargo ella no me salió tan inocente, ya que no duda en seguir mi ritmo, incluso cuando me detengo, ella no quiere desprenderse de mí.

-vale, estaré puntual- cheque la hora y ya eran las tres-¿nos vamos?-me levanto y le ofrezco mi mano

-claro, tengo algo de tarea

-¿necesitas ayuda?-le pregunto mientras empezamos a caminar agarradas de la mano.

-Ummm… déjame pensarlo-como le encanta hacerse la interesante

-mi propuesta tiene caducidad- le muestro mi reloj- y solo te quedan tres segundo para decidirte. Uno… dos…-como le encanta hacerme esperar hasta el último minuto- y tre…

-ok, no me tienes que rogar-dice mientras se abraza  a mi brazo

-ya quisieras

  • amor, di la verdad, quieres pasar más tiempo conmigo. No puedes vivir una hora sin mi-ya hasta arrogante se hizo a mi lado

-¿quieres probarme?, a ver ¿quién es la que no aguanta?-ya cree que me va  a ganar

-no estaría mal, pero no quiero hacerte sufrir- íbamos por el edificio de conta, cuando la vi a unos veinte metros de nosotras, pero parece que el universo se unió hoy en mi contra. Por supuesto que ella me  está viendo.

-mira que amable-debía continuar sin mostrar malestar frente  a ella. Cuando era tres metros de separación con ella.

-Adiós, Alex- dijo remarcando mi nombre, pero acaso está loca. Por supuesto que no respondí. Hasta apure el paso.

-¿Por qué no le contestaste  a la chica?

-¿a quién?- me hice la que no escuche

-la chava que  pasamos hace un momento

-no vi a nadie-hay que mantener la mentira

-Pero si te llamo por tu nombre

-De seguro fue para alguien más- sigo caminado como si nada

-no lo creo, se despidió de ti  cuando pasamos frente  a ella-ah que insistente es a veces

  • olvídalo, cuando has visto que me junte con los de conta-comento despectivamente. No me replica más,  se quedo conforme con mi respuesta.

Subimos al camión, Meli se recostó en mi hombro,  quedándose dormida, supongo que no durmió mucho anoche. Sigo sin comprender a que está jugando Irinia ahora y tan descaradamente. Todo lo había dejado sumamente claro entre nosotras y justamente ahora que tengo novia, su actitud cambia al 100%. No puedo sacármela de mi mente.

En todo el camino no hice más que poner  a trabajar mi ardilla, buscando una explicación, algo que me ayudara a  acabar con esta emoción que niego en mi corazón. Le indique a Meli que habíamos llegado, caminamos juntas pero sin tomarnos las manos. Ella comprendía que no estaba lista para decirle a mi madre sobre mis preferencias sexuales.

-¿a qué hora quieres que vaya  a tu casa?-se quedo pensando un momento

-cuando termine de hacer unas cosas te llamo

-vale, como siempre nos vemos en la azotea no quiero que tu papa me vuelva  a interrogar de por qué voy tan seguido- es un buen punto ser vecinas, nos vemos a  la hora que queramos en la azotea, un punto estratégico, mi mama piensa que me gusta ver las estrella o una cosa así le dije, cuando me pregunto el porqué de pasar tanto tiempo arriba, el que me cubre es mi hermano al cual le dije de mi relación  a la semana, aparte porque el metiche subió y me vio en pleno arrumaco con Meli, ni modo que negara lo obvio. Así que se volvió mi cómplice y si ve que mi mamá quiere subir,  el enciende el estéreo a todo volumen como señal, a lo cual me despido rápidamente y bajo las escaleras encontrando a mi mamá en el camino.

-es la manera de demostrar su cariño-ya me imagino lo que me va a hacer el sábado

-solo te aviso que mi seguro no cubre pérdida total

-ya, Alex, mi papá no es tan mala persona- lo bueno que no sabe que le puse  a su papá Herman Monster, jajaja, cuando se lo conté a mi hermano casi se muere de un ataque de risa, aparte se ve rechistoso con su perrito, el casi el hombre de las nieves con un mini perrito.

-ok, creeré en tu palabra- estábamos ya en la puerta de su casa

-Melissa, ya metete-la voz potente de su papa nos saco de nuestra conversación, si de seguro nos está espiando, de eso y más lo creo capaz.

-bueno nos vemos mañana-dice bastante fuerte para despistar a su papa- me saludas  a tu hermano.

-vale, yo le paso tus saludos-ya me imagino que su papa va  a poner malla eléctrica cuando sepa de nuestra relación y adiós besito de buenas noches.