Juego excitante en el instituto

Un juego que permitió que yo disfrutara de la mejor amiga de mi novia y ella de mi amigo, aunque al final el que más disfruta soy yo...

Esta historia sucedió hace unos 6 años.

Hace 6 años tenía una novia (que por cierto era un poco zorrón) que estudiaba en un instituto, cerca de otro centro en el que estudiaba yo. Mi ex novia estaba bastante buena, era bajita, pelo liso castaño, guapa de cara y unas tetas ni grandes ni pequeñas sino bien puestas.

Mi ex novia tenía una pandilla exclusivamente de amigas, que constaba de 6 chavalas más. Para ser sincero, 5 de ellas no valían mucho, pero había una de ellas que estaba buenísima, y que me atraía bastante. Era una chica un año mayor que mi novia (diré a partir de ahora novia en vez de ex novia, para acortar), tenía el pelo pelirrojo de bote, preciosa de cara y unos ojos azules muy bonitos, tetas muy bien puestas y un poco más grandes que las de mi novia. Además, notaba que esta pedazo de tía, me miraba más de la cuenta.

Yo iba todos los días a la hora del recreo a buscar a mi novia para estar un rato juntos y enrollarnos un rato pero aquel día además de los 30 minutos de recreo, tenían una hora libre después, así que nos quedamos con 3 de sus amigas (una de ellas Susana, que así se llamaba la pelirroja de ojos azules que tanto me gustaba) y un amigo mío que se nos unió.

Nos metimos en una zona que había en ese instituto, recubierta por un pequeño muro, que creaba una especie de punto muerto que nadie veía a menos que caminara por encima de dicho muro. Allí estábamos bastante aburridos cuando a mi novia se le ocurrió que podríamos jugar a un juego que se llamaba Beso-Atrevimiento. El juego constaba en que una persona cualquiera, al que se le llamaba "madre" tenía que hacer elegir a uno de los jugadores beso o atrevimiento, y mandarles una prueba según lo que hayan elegido.

Todos estábamos de acuerdo en jugar, y yo más todavía, porque Susana me atraía mucho. La persona que hacía de madre tenía que ir cambiando según los jugadores iban haciendo sus dos pruebas, así si la madre era mi novia, cuando yo cumpliera mis dos pruebas de beso y atrevimiento, me tocaría después ser madre a mí y mandarle a ella sus correspondientes pruebas. Primero le tocó ser madre a una de las amigas de mi novia, llamémosle Alicia. La otra amiga que quedaba, no quiso jugar, y Alicia comenzó con las pruebas. En un principio las pruebas eran muy inocentes: dale un piquito a esta, dale un pellizco en el culo a la otra… cosas así, pero al menos la cosa se iba calentando poco a poco con pruebas cada vez más morbosas: dale un beso de 20 segundos en los morros, cógele el culo con la mano abierta... Se ponía interesante.

Yo estaba deseando que me pusieran pruebas con Susana, y mi novia fue la primera que me las puso, me dijo que le diera un morreo con lengua durante 10 segundos. Esa era la mía. Quería disfrutarlo al máximo y vaya que si lo hice. Tenía unos labios apetitosos y me encantó como jugueteaban nuestras lenguas, pero lo que más cachondo me puso fue que mi novia estaba disfrutando de ver como le comía la boca a su mejor amiga.

El juego seguía. Me tocó ser la madre y como no podía ser menos, le devolví el favor a mi novia y le puse la prueba de cogerle el paquete al otro chico y sobárselo durante un rato. Y a ella le encantaba el morbo, porque mientras le tocaba el paquete a mi amigo me miraba con cara de zorra y lo curioso es que a mi me encantó. Yo nunca fui excesivamente celoso, pero me impresionó mi reacción que en lugar de cabrearme comencé a excitarme.

La prueba que le puse a Susana me gustó más todavía porque le dije que tenía que enrollarse con mi novia durante 15 segundos. Estuvieron por lo menos 30 segundos, por lo que parece que no les disgustó mucho, y a mi amigo y a mi nos iba a reventar el paquete en el pantalón de ver a esas dos bellezas enrollarse.

El juego siguió adelante y las pruebas iban subiendo los grados: cógele las tetas, cómele el cuello, tócale el pezón por debajo del sujetador… mi amigo y yo nos estábamos poniendo las botas, no solo de tocar sino de ver como ellas se tocaban. La otra amiga de mi novia se había ido hacia un rato, así que como ya no teníamos espectadores, pudimos seguir con las pruebas cada vez más calientes.

Estuvimos jugando a este juego tan excitante durante un buen rato, estábamos todos ya muy salidos y llegó la hora de ir a clase. Mi amigo tenía un examen (en el que seguro que no pudo concentrarse, jejeje) así que se tuvo que ir, pero mi novia y su amiga siguieron allí. Esas dos pedazos de hembras solo para mi!!.

Seguimos un poco más jugando al jueguecito que nos tenía ardiendo, y llegó la hora de empezar a despelotarse un poco. Mi novia me puso la prueba de sacarme la polla delante de ellas y que Susana me diera un lenguetazo en el capullo. Yo hice caso y me saqué mis 21 centímetros de polla. Cuando Susana la vio se le salieron los ojos, se ve que nunca había visto una de ese tamaño, y le dio un buen lenguetazo. Estaba flipando!!. Como no había nadie ya en el instituto (porque era viernes a última hora) no teníamos miedo a que nos pillaran, así que no nos cortamos ni un pelo. Mi novia al verme con la polla fuera y más caliente que el palo de un churrero, me cogió la polla y empezó a mamármela con mucha ansia, cosa que dejó un poco alucinada a Susana, hasta que mi novia la invitó a unirse al festín. Empezaron a chupármela a medias mientras de vez en cuando se entrelazaban sus lenguas y se rozaban sus labios con mi polla en medio. Estaba viendo las estrellas!!.

Yo, como no quería ser menos, me tumbé para poder llegar a sus tetas y comencé a sobárselas a gusto mientras me la chupaban como si fuera lo último que iban a hacer. Les desabroché los pantalones y les metí la mano por debajo de las bragas para tocar esos chochitos húmedos. Siguieron la mamada hasta que no pude más. Les avisé que me iba a correr, pero aunque a mi novia no le gustaba que me corriera en su boca, esta vez no hizo gesto alguno de quitarse y siguió chupando al igual que Susana. Me corrí como un cerdo, y ellas relamían la leche que les había caído en la cara y en la boca, limpiándola mutuamente con la lengua.

Después de esta experiencia, tuvimos otras más los tres, pero eso es otra historia que contaré en otro momento.

Tanto si os ha gustado como si no, mandadme vuestros comentarios. Hasta la próxima.