Juego de caricias

Placeres con mi amiga E.

Lo que os voy a relatar a continuación sucedió con E., una amiga del instituto unos 4 años más pequeña que yo. Un día como otros tantos volvíamos a casa hablando de nuestras cosas y me dijo que el próximo fin de semana se iban sus padres y que bueno iban a ir por la noche dos amigas suyas a ver un partido de fútbol en la televisión y que si queríamos nos invitaba a otro amigo y a mí.

Me gustó mucho esa invitación porque aunque ella tuviese novio, llevaba un tiempo gustándome, por lo que llamé a mi amigo y le comente que ese sábado no hiciese planes para nada, pero él me comentó que no podía venir, por lo que al final solo fui yo a cenar con las 3 chicas.

Su novio no era amigo mío, pero lo conocía también, casualmente esa misma tarde de sábado me lo cruce y me comentó que E. le había dicho que iba a ir a ver el partido. También me dijo que si quería que saliésemos después del partido los dos ya que él no iba a venir a cenar a casa de E. Yo le dije que no, que simplemente iría a cenar y luego me iría a casa porque tenía cosas que hacer. Era mentira, pero así podía quedarme tranquilo con E.

Una vez ya allí en casa de mi amiga cuando habíamos terminado ya, y habíamos recogido la mesa nos sentamos en el sofá para ver la tele, yo como quería un poco de fiesta y tontear con E. pues propuse que saliésemos un poco a tomar algo e ir una zona de pub´s.

Una vez allí, surgieron las risas, las bromas, mi cachondez viendo el escote y de E. y lo que se marcaban sus pezones con la camisetilla tan fina que llevaba. Le solté varias indirectas, que ella se las tomaba a risa, porque pensaba que todas iban de broma y ninguna enserio.

Lo mejor de la noche fue cuando volví a cruzarme con su novio, esta vez por la noche y bailando con E. y su amiga a la vez. Os imagináis la cara que puso por haberle dicho esa misma tarde que no podía salir porque tenía cosas que hacer, pero bueno todo salió de maravilla, él se fue enfadado.

Tras unas horas volvimos, ellas dos dormían en la casa de E., yo sin ganas de ir a la mía, le dije que iba un rato con ellas hasta que se acostaran, lo cual aceptaron.

Ya en casa de E. nos pusimos a ver una película por hacer algo, al rato E. me hizo la encerrona de dejarme solo con su amiga, porque yo le gustaba a ella y quería que nos liásemos, diciéndome que se iba a dormir que estaba muy cansada, cosa que no les salió muy bien ya que me armé de valor, me levanté y fui directamente al cuarto de E. y me metí con ella en la cama, no sin antes preguntarle si podía. Aceptó pero guardando todo el rato las distancias.

Estábamos los dos tumbados hablando de tonterías, de las cosas que habíamos hecho esa noche, de la cara de su novio cuando nos había visto,, cuando me acerqué lo más posible y le pregunté si podía besarla, ella me dijo que no, que era fiel a su chico y que aunque me había permitido estar con ella en la cama pues no quería que sucediese nada.

Aunque se había negado, yo sabía que lo deseaba, entonces le dije que vale, que la respetaría pero que estaba muy a gusto con ella y que mientras seguíamos hablando me dejase acariciarle. Sin preguntarle nada, metí la mano por debajo de su pijama, entonces observé que no llevaba sostén y comencé a acariciar muy sutilmente su espalda, con movimientos de arriba abajo, también pasaba las manos por su cuello. Ella lo único que me decía es que estaba loco, que como podía haberme metido así sin más con ella en la cama, y estar haciendo aquello. Yo le respondía que por ella me encantaba estar loco mientras seguía con mi juego. Tras la espalda seguí por su barriguita y su ombligo, noté que le estaba gustando mucho y el paso siguiente fue, subir mi mano y con las yemas de los dedos rodeé sus pechos sin llegar a tocárselos, cosa que sucedido sin intención cuando pasé mi mano entre sus grandes tetas.

Ya no hablábamos, sólo yo hacía y ella se dejaba hacer. Por su respiración, pequeños movimientos noté que se había calentado bastante, entonces no la besé, pero acerqué mis labios a un milímetro de los suyos, dejándole a ella la iniciativa. Estuvimos unos segundos así inmóviles, ella no se decidía pero tampoco se apartaba. Yo di un siguiente paso y saqué la punta de mi lengua dejándola a su disposición mientras que volvía a rodear sus pechos con mis suaves manos. Ya no pudo aguantar más y comenzó con un pequeño beso en la boca que continuó con un apasionante morreo. Ya la tenía toda para mi, con mis masajes le había metido un deseo sexual en el cuerpo propio de una fiera.

Mientras nos besábamos seguí con mi juego, pero esta vez en sus piernas, subía mi manos desde sus rodillas pasando por sus mulos, por su culo, pero lo que le volvió totalmente loca fue cuando con una mano le abrí totalmente de piernas y le tocaba con los dedos las ingles sin llegar a su chochito.

Ella furiosa desabrochó mi pantalón, me la cogió y empezó a pajearme con tanta fuerza que llegaba hasta hacerme daño, yo también le pajeaba pero de forma muy contraria, muy despacito y suave sobre su clítoris, a la vez combinaba con la lengua una magnífica chupada de pezones y comía la parte de sus tetas que cabía dentro de mi boca.

Ahora quería comerme su cuerpo entero, besé su cuello, lamí sus pies, recorrí toda su silueta con mi lengua aplastada sobre ella, hasta que me detuvo la cabeza, cuando esta recorría su parte más íntima, entonces puse los labios sobre su rajita, la besé suavemente en un principio siguiendo un poco más fuerte cada vez. Con mi lengua abrí los labios y la hice correr por todas las partes de su coñito. Sentía su clítoris como nunca, chupaba fuerte, presionaba, la follaba con la lengua, estaba a punto de correrse, sus piernas temblaban se estremecían, me pedía que no parase que siguiese cada vez más rápido. Noté cuanto tubo el orgasmo por sus gritos y por el movimiento de pelvis incontrolado levantando su culo y dejándolo presionado y contraído en el aire.

Seguimos tomando ella la iniciativa, colocándome boca arriba y debajo suyo, mientras me pajeaba otra vez, me besaba los huevos, los recorría completamente, hasta que se la metió en la boca, y la devoró ferozmente. A la vez que me la chupaba, me la estrujaba con la mano, también se detenía mordiendo y mamando el capullo como si fuese un pezón. Lo mejor fue cuando se la saco de la boca, se la puso entre sus dos tetazas para hacerme una cubana como nunca. Le avisé que no iba a tardar mucho en correrme, por si quería apartarse, pero no lo hizo, sino que además del placer que me estaba dando con sus tetones cuando mi polla subía hacía arriba, ella le daba unas lametadas impresionantes que me provocaron un gran orgasmo y su correspondiente corrida sobre E.

Volvió a repetirme lo loco que estábamos, pero que lo único que deseaba en eso momento era hacerlo. Me dio un condón que había sacado del cajón de su mesita, y se metió mi polla en la boca y cuando estuvo otra vez operativa se sentó sobre ella, apoyo sus manos sobre mi pecho y comenzó una cabalgada con un ritmo lento siguiendo con cambios de ritmo. La follada estaba siendo buenísima llevando ella el ritmo, hasta que me coloque sobre ella y fue aún mejor con un ritmo fuerte clavándosela con toda la fuerza que podía hasta el fondo, además E. parecía no tener suficiente con mis embestidas ya que las acompañaba presionando con los pies sobre mi culo.

Estábamos fuera de si, como dos animales en celo sobre una cama, como si fuese la última vez, era imposible mayor fogosidad, los gritos acompañaban el ritmo de nuestros cuerpos desembocando en otros 2 buenísimos orgasmos.

Fue increíble el placer capaz que me dio mi gran amiga.

Espero que os haya gustado. davyd_25@hotmail.com