Jubilado Claudia

Continuación de las aventuras de Rubén, sus primeras experiencia sexuales que le enseñara para el resto de su vida

JUBILADO

Claudia

Llevaba dos años en la universidad cuando desapareció Lola de mi vida, yo vivía con mi madre, pues después de la separación mi padre se había ido a vivir a no sé qué coño de país, por lo que parece no quería saber nada de nosotros, yo por mi parte con algunos ahorros y lo que cobraba del club en el que jugaba como semiprofesional, iba especulando en bolsa con ese dinero y le sacaba buenos réditos con lo que era prácticamente independiente, además estaba desarrollando un logaritmo que me iba a ayudar en mis estudios de mercado, casi lo tenía a punto, ya tenía varias empresas de fondos de inversión interesadas en él, pero yo tenía otros planes, crear mi propio fondo, en cuanto lo tuve preparado, cree mi fondo y convencía a compañeros del equipo, a algunos familiares y amigos que me dieran parte de sus ahorros con la promesa de que las daría dividendos en un breve plazo de tiempo, y así fue, mi logaritmo funcionaba perfectamente, daba buenos resultados y además de hacerme cada día un poco más rico, conseguía cada vez más clientes, mi primera empresa iba viento en popa, mientras estudiaba, ya os dije que soy muy inteligente, sacaba las carreras en menos tiempo y con excelentes notas, bueno vallamos a Claudia.

Claudia es mi nueva vecina, morena, ojos oscuros, grandes pechos, un culazo, piernas torneadas por horas de ejercicio, toda una mujer, nos saludábamos todos los días al salir de casa, pues coincidíamos, también tomábamos el mismo autobús, me gustaba ir en transporte público, charlábamos mucho y nos fuimos conociendo poco a poco, me conto que su marido era representante de una gran multinacional de maquinaria hospitalaria, que ella trabajaba a media jornada en una notaría, así tenia las tardes libres para ella, que no tuvieron hijos porque lo fueron dejando pasar y cuando se dieron cuenta ya estaban acostumbrados a su vida y no querían complicarse la vida, una mañana me dijo que por que no me pasaba por la noche al salir de la universidad por su casa y así conocía a su marido, a mí me pareció bien y acepte la invitación, estuve por la mañana en la universidad asistiendo a algunas clases y por la tarde fui a mi pequeño despacho donde tenía mi empresa, estuve haciendo algunas inversiones y llamando a bróker, para que invertirán cierto dinero en el mercado asiático, después me fui a una vinoteca y compre dos botellas de vino, una blanco y otra tinto, vinos de calidad, un Ribeira Sacra y un Albariño, dos excelentes vinos.

Me pase por casa, me  duche, me cambie de ropa, algo informal, y Salí para casa de Claudia, llame a la puerta y me abrió ella.

-          Hola Rubén, no hacía falta que te molestaras, mi marido ya compro vino, pero gracias de todas manera, daremos cuenta del durante la cena, pero pasa.

-          Es lo mínimo que puedo hacer, no me gusta llegar a las invitaciones con las manos vacías, además, me gusta disfrutar del buen vino.

Me llevo al salón, en él estaba su marido.

-          Rubén te presento a Roberto mi marido.

-          Encantado, Claudia me habla mucho de ti.

-          Espero que sea para bien.

-          Cariño como lo pones en duda, sabes que siempre hablare bien de ti, te quiero demasiado para hablar mal.

-          Ya lo sé cariño, era una frase hecha, bueno tu eres el famoso Rubén, de ti sí que habla mi mujer, te tiene en un pedestal, si es verdad la mitad de lo que dice de ti, eres un fenómeno, dice que estás haciendo tres  carreras a la vez, que tienes un pequeño fondo de inversión, y que tienes algunas ideas más interesantes.

-           Bueno no es para tanto, todo es cuestión de marcarse objetivos e ir cumpliéndolos poco a poco, la verdad es que no me va mal.

-          Mira Claudia y yo tenemos unos ahorrillos y ella dice que eres un hacha invirtiendo, podías hacer que crezcan un poco.

-          Desde luego, te doy mi teléfono y charlamos.

-          No mejor ese tema háblalo con mi mujer, en cuestión de dinero ella lleva la voz cantante, sabe más de números que yo, además así no me como la cabeza, que bastante tengo con lo mío.

-          Si me dijo que llevas la representación de una famosa multinacional alemana, es una de las más potentes del mercado.

-          Si pero es un mercado muy competitivo, y hay que estar renovándose continuamente, cursillos, simposios, reuniones en la central, la verdad que me hace viajar mucho por España, lamiendo el culo de consejeros de comunidades autonómicas, no sabes lo coñazo que es, pero no me puedo quejar, la verdad que a los dos nos va bastante bien, pero yo quiero saber más de ti, por lo que me habla Claudia eres una mente súper inteligente, que coges las enseñanzas al vuelo,  que sacas las mejores notas de la universidad, y que estás pensando en matricularte en un par de carreras más, y luego hacer unos masters, por Europa adelante, que tienes muchas ideas en la cabeza, y que no tienes limites, eso me encanta, la gente con iniciativa.

-          Vale Rober, déjalo un poco, no lo atosigues, que se va a creer que lo invitamos para que nos deje invertir en su negocio, vamos a la mesa.

Nos dirigimos al comedor, ella delante y nosotros detrás, mientras caminábamos detrás de ella, el me dio un codazo.

-          A que se conserva bien.

-          Sí que se conserva bien, se nota que hace ejercicio.

-          A ti también se te nota, me dice Claudia que eres semiprofesional en un equipo.

-          Lo hago para mantenerme en forma, nada más.

-          Ya se nota, estas hecho un cachas, yo hago algo de ejercicio, pero tengo muy poco tiempo, la que se cuida es ella, hace todos los días una tabla de ejercicios por las tardes.

Roberto era un hombre de unos 57 años, según me entere por Claudia, moreno, ojos oscuros al igual que ella, que se mantenía en forma, medio calvo, y de fácil conversación.

Nos sentamos en la mesa, abrimos la botella de Ribeira Sacra, de primero unos embutidos con queso de la mancha, de segundo un bacalao a la portuguesa, la cena fue de lo más agradable, Roberto era un excelente anfitrión, saltaba de una cosa a otra con mucha facilidad, todo iba de maravilla, me gustaba estar con ellos dos, me sentía cómodo, llegaron los postres y Claudia saco una tarta de queso de vicio, me serví dos veces, la tarta de queso es mi debilidad, después de cenar fuimos al salón, Roberto me ofreció una copa de aguardiente de hierbas, el también se sirvió otra, y Claudia también.

-          Espero que hayas disfrutado de la cena.

-          Si, estaba todo muy rico y la compañía es de lo más agradable.

-          Pues no se diga más, esta semana no porque me voy de viaje, pero para la que viene, vienes a cenar el viernes y no es necesario que traigas vino, voy a Logroño y conozco un amigo que tiene una bodega y traigo yo unas botellas de Rioja, de acuerdo

-          Me encantaría, tu que dices Claudia.

-          Yo de lo más feliz, lo he pasado muy bien con los dos, hacía tiempo que no lo pasaba tan bien en compañía de dos hombres tan guapos.

-          Cariño que se va a ruborizar el chico, no digas esas cosas.

-          Que va, para que yo me ruborice tiene que decir alguna burrada, pues estoy acostumbrado a todo, en la universidad me dicen verdaderas animaladas.

-          No me extraña, es que eres muy guapo y además con ese cuerpo las debes de volver locas.

-          No es para tanto, algo se liga, pero poco tiempo me queda entre la universidad y el trabajo, además está el equipo.

-          Bueno alguna caerá, seguro.

-          No, que va, hace tiempo que no salgo con una chica.

-          O sea que casi se puede decir que estas en barbecho.

-          Algo así.

-          Pues eso tienes que arreglarlo, no es bueno estar mucho tiempo sin tener sexo.

La conversación se iba por unos derroteros que me ponían nervioso.

-          Bueno mejor dejarlo así, ahora si me disculpáis tengo que irme, que mañana tengo clase y se me presenta una jornada complicada, estamos a fin de mes y tengo que repartir los dividendos a mis clientes, Por cierto Claudia, cuando quieras charlamos del tema de la inversión, me dices cuanto queréis invertir y a qué plazo, te pasas por mi oficina y lo vemos con calma.

-          Me parece bien, a ver si esta semana saco un hueco por la tarde, te parece bien pasado mañana a las cinco.

-          Muy bien, pues pasado mañana a las cinco en mi despacho, sabes la dirección o mejor te doy una tarjeta.

Le di la tarjeta, nos despedimos, salí de allí para casa de mi madre, al llegar a casa mi madre me abronco, me dijo que no podía estar a esas horas fuera de casa, me trataba como si fuera un niño pequeño.

-          Vamos a ver mama, ya soy mayor, no me des la vara, vivo mi vida, así como tú vives la tuya, yo no te echo la bronca cuando llegas a las tantas, pedo perdida, y oliendo a sexo como una puta, tu vida privada es tu vida, y no me meto en ella, así que por favor déjame vivir la mía.

-          Esta es mi casa y se rigen por mis normas.

-          Tranquila que mañana me busco una casa y no te molesto más.

-          Pues eso vete de una vez que me estorbas.

Me fui a mi habitación con la idea de al día siguiente buscarme una casa por las cercanías, me gustaba el barrio y además mis amigos, el gimnasio y la oficina me  quedaban cerca, me acosté pensando en Claudia, tenía que ser mía, estaba decidido a aplicar las enseñanzas de Lola, tenía mucha sexualidad, parecía un volcán a punto de estallar, debería ser una fiera en la cama y eso lo iba  a descubrir, estaba decidido, la iba a seducir.

Al día siguiente después de la universidad, me fui a la oficina, y contacte con una agencia inmobiliaria para que me buscaran una casa por mi barrio, deje los datos y me puse a trabajar, era casi fin de trimestre y algunos de mis clientes querían cobrar sus réditos por sus inversiones, deje todo preparado y me marche para casa, estaba en el autobús cuando me llamo el de la agencia que si quería podíamos ver una casa a dos manzanas de la de mi madre, yo le dije que sí, me  dio la dirección y en media hora estaba allí, me enseño la casa me gusto y le dije que me la quedaba, que la compraba, ella quedo de hablar con los propietarios a ver si podía conseguir una rebaja, yo le dije que no que el precio me parecía correcto, lo que si quería entrar en la casa lo más pronto posible, que por favor agilizara los papeles, que pagaría en efectivo, ella quedo en agilizar todo en unas dos semanas, nos despedimos y quedo en llamarme.

EL jueves era el día en que Claudia se pasaría por la oficina, después de clase me fui a preparar un plan de inversiones para ellos, estaba muy ilusionado, tenía varias ideas que les podía interesar, lo que no sabía era la cantidad que iban a invertir, pues dependiendo de la cantidad se invierte de una manera o de otra, eran las cinco en punto cuando llego Claudia, venia espectacular, una falda por encima de las rodillas, con una abertura, que casi se le miraban los glúteos, una blusa rosa, que realzaban sus pechos, se le notaban los pezones, estaba guapísima, al verla me excite, era una mujer de lo más sensual.

-          Hola Claudia que puntual.

-          No me gusta nada hacer esperar a la gente, me parece una falta de respeto.

-          Lo mismo me pasa a mí, prefiero esperar que hacer esperar.

-          Bueno siéntate.

Al sentarse se le subió la falda un poco y mire un tanga negro, que me volvió loco.

-          Bueno te voy a explicar así por encima que es lo que hago yo, vosotros me proporcionáis una cantidad de dinero y yo con el especulo en bolsa, tengo un logaritmo y unas fórmulas que me ayudan a predecir más o menos como fluctuare el mercado, con los resultados de mis análisis invierto en una empresa u otra, esperando el momento más oportuno para compra o vender, yo le ofrezco al cliente una rentabilidad determinada de antemano, cada x tiempo según desee el cliente hacemos cuentas y le proporciono parte de los beneficios obtenidos por sus inversiones yo me quedo con el 5 por ciento por mi trabajo y el resto es para él, eso es más o menos lo que hago, dependiendo del dinero que aportéis se invierte de una manera u otra, dime cuánto dinero queréis invertir.

-          Bien en un principio 50.000 euros, si tal como dices garantizas una rentabilidad que nos guste, podemos aumentar la inversión.

-          Es una buena cantidad, con esa inversión yo te garantizo una rentabilidad del 15 % a seis meses, del 20 % a un año y del 25 %  a cinco años, vosotros me diréis a qué tiempo queréis trabajar.

-          En principio nos parece bien a seis meses, después podemos aumentar el tiempo, garantizas unos intereses muy altos, te arriesgas mucho, debes estar muy confiado en tus formulas.

-           si estudio todo, la situación mundial, muchos factores y dependiendo de cómo marche la cosa, invierto a futuro, en e l mercado de primarios, en distintas bolsas, en oro, en crudo, la verdad que diversifico bastante, si me arriesgo con los intereses, pero hasta ahora no he perdido ni una sola de mis inversiones, estoy pensando en contratar a varias personas pues cada día tengo más inversores y esto se me empieza a ser pequeño, voy buscar unas oficinas más grandes.

-          Ok, dame tu número de cuenta y mañana te hago la transferencia.

-          Me parece perfecto, tu trabajas en una notaría no es así.

-          Si, necesitas algo.

-          La verdad es que si, el notario con el que trabajo se jubila y estoy buscando un nuevo notario, me pregunto si os interesaría.

-          Pues claro que nos interesa.

-          Bien cuando podía pasarme para conocer a tus jefes y formalizar todo.

-          Mañana si te parece bien.

-          Pues perfecto mañana, ahora si quieres tomamos una caña abajo.

-          La verdad es que tengo sed, me encantaría.

Bajamos al bar, pedí dos cervezas y nos sentamos.

-          Claudia, sabes que estas radiante con esa ropa.

-          Calla zalamero que me sonrojas.

-          No miento estas guapísima, si no estuvieras casada y conociera a tu marido te tiraría los tejos.

-          Eres muy capaz, además que tiene que ver que este casada, a las mujeres nos encanta que nos aleguen y que intenten ligarnos, dime como lo harías.

-          A ti te lo voy a decir, eso es un secreto, si te lo contara se perdería el factor sorpresa.

Asi estuvimos charlando, al cabo de una hora, ella me dijo que deviamos irnos pues tenia cosas que hacer en casa, se ofrecio a llevarme en su coche, nada mas entrar se le subio la falda y otra vez esa vista espectacular de su  cuerpo, estaba decidido, hoy lo intentaría y en ese coche, llevábamos como cinco minutos de camino, cuando deslice una mano en su rodilla, ella continuo conduciendo mirando al frente, fui subiendo mi mano lentamente, ella ni se inmutaba, le estaba subiendo mas la falda, ella a lo suyo, meti la mano dentro de su falda y llegue a su vulva, separe la tela del tanga y en ese instante ella suspiro, pero no aparto la vista de la calle, comencé a jugar con sus labios, estaba empapada, meti un dedo en su coño y hay fue ella, me cogió la mano y la aparto.

-          Aquí no, al llegar a casa.

Nada mas entrar por la puerta de su casa, nos abalanzamos el uno sobre el otro, nos besábamos con pasión, nuestras lenguas se mezclaban, nuestras salivas, mis brazos recorrían todo su cuerpo, mientras los suyos buscaban desesperadamente los botones de mi pantalón, poco a poco fue desabrochándolos, cuando no quedo ninguno, se separó de mí, tiro de ellos y cayeron a mis pies, con un golpe de mis piernas mande el pantalón lejos, ella se arrodillo cogió con sus manos mi bóxer y comenzó a bajarlo.

-          Desde que te vi empalmado en la oficina, no paro de pensar en esta polla, es espectacular, tan grande y bonita, si tienes una polla preciosa, es de esas que encandilan a las mujeres y esta tarde noche va a ser toda para mí.

Comenzó a lamerla en toda su extensión, de arriba abajo, la ensalivaba, la metía en la boca y la sacaba mientras acariciaba mis testículos, dios que placer, sabía lo que hacía, se metió uno de mis testículos en la boca y comenzó a succionarlo como si fuera un caramelo de palo, con su lengua lo recorría todo, cambio al otro y repitió la misma operación, volvió a mi pene, que en ese momento tenía su máxima longitud, ella se metió en la boca la mitad y comenzó a chuparla, lo hacía con una maestría increíble, diferente a Lola, pero me gustaba, trabajaba mas con la lengua, mientras la tenía en la boca, jugaba con la lengua en mi glande, era una maravilla, yo acariciaba su cabeza mientras la dejaba hacer, sabía que podía estar así mucho tiempo, pues había aprendido a controlar mis orgasmos, dejaba que ella disfrutara.

-          Cariño, que polla tienes no me entra toda en la boca de momento, pero te garantizo que antes de acabar el día me entrara toda, soy una gran mamona y me encanta chupar pollas como la tuya.

-          Eso me gusta, tú dime cuando quieras que me corra.

-          Déjame disfrutar un poco mas de ella, me encanta.

Se la volvió a meter en la boca y trabajaba con gusto, me llevaba a la locura, al cabo de diez minutos me hizo una seña con los ojos y me corrí en su boca, ella se tragó todo mi semen, no dejo escaparse ni una sola gota, era toda una tragona, cuando termine de correrme, se separó un poco y con la lengua termino de limpiármela, la puse de pie y ahora fui yo quien la desnudo, le quite la blusa, no llevaba sujetador, tenía unos pechos firmes, grandes, con unas hermosas aureolas y unos grandes pezones, estaban erectos por la calentura, después le quite la falda, la deje caer al suelo y ella levanto sus pies para dale una patada y alejarla, después me arrodille y cogí con mis manos su tanga y comencé a bajárselo lentamente, deleitándome en cada centímetro de su cuerpo, era increíble su belleza, tenía un pubis depilado excepto un pequeño triangulo en la parte de arriba de su pubis, le daba un toque excitante, termine de desnudarla, y comencé a lamerle los pies, me detuve en cada uno de sus dedos, ella gemía de placer, fui subiendo lentamente, besando y lamiendo sus piernas, ahora una después la otra, llegue a su pubis y me lo salte, subí por su vientre, me entretuve en el pequeño orificio de su ombligo, metí la lengua y lo encharque de saliva, ella agarro mi cabeza, acariciaba mi pelo, seguí subiendo y llegue a sus pechos, maravillosos, turgentes, divinos, comencé a besarle los bordes, no tenía prisa en llegar a sus aureolas y menos a sus pezones, iba dando círculos alrededor de  las mamas, ensalzándolas, besándolas, mordiéndolas, ella gemía y apretaba mi pelo, intentaba que subiera a sus pezones, puse mis manos en sus glúteos y comencé a masajearlos, a jugar con ellos, mientras mi lengua jugaba con su pecho, comencé a subir más la boca hasta que llegue a sus aureolas, iba de un pecho a otro, recorría con mi lengua sus aureolas ella no paraba de gemir, en cuanto llegue a sus pezones y mis dientes se apropiaron de ellos, grito.

-          Cabron que placer me estás dando, eres un fabuloso amante, jamás me trabajaron así las tetas, no pares, llévame al cielo con tu lengua.

Sus palabras me alentaron a seguir jugando con sus pecho, mientras mis manos separaban sus nalgas, para comenzar a jugar con su ano, mientras mordía sus pezones, comencé a masajearle el ano, hacia pequeños círculos alrededor, mis dientes iban de un pezón a otro, saque mi mano de su culo y metí un dedo en su coño, estaba empapada, le caía el líquido por las piernas, moje bien el dedo de sus flujos, y volví a su ano, metí un dedo y empuje, el dedo entro con facilidad, ella pego un pequeño grito de placer, con mi dedo daba pequeños círculos alrededor e iba mintiéndolo cada vez mas adentro, entraba y salía con delicadeza, ella no paraba de gemir, de decirme palabras malsonantes, de pedirme mas, saque mi dedo, volví a su coño y metí tres dedos de un tirón, los saque  y volví a su ano, metí primero un dedo, después un segundo y al final los tres y ella se corrió.

-          Me corro, joder que placer, me corro cabron, no pares con esos dedos y con la boca, uuuhh, que gusto, uuuhh, que placer, hacía tiempo que no tenía un orgasmo asi, eres una fiera, como lo voy a pasar contigo hoy.

Ambos nos separamos, ella necesitaba reponerse, yo prepararme para la segunda parte.

-          Espera un momento, voy al baño.

-          Pero date prisa que me queda mucho por darte.

-          Pillín, que sorpresas me preparas.

-          Es un secreto.

-          Tranquilo que yo también tengo una sorpresa para ti, a lo largo de la noche la descubrirás.

-          Me muero por saberlo.

Ella se fue al baño, pero ante recogió la ropa y cogió su bolso, yo por mi parte fui a la cocina cogí un par de cervezas de la nevera y volví al salón, me senté en el soda y espere por ella, al cabo de cinco minutos volvió, estaba que irradiaba lujuria, estaba que derretía, se sentó a mi lado y cogió su cerveza, dio un trago.

-          Ha sido increíble, tienes una lengua que hipnotiza, sabes trabajar a una mujer.

-          Tuve una buena maestra, vivía aquí, me enseño como tratar a una mujer a darle todo el placer posible, a buscar su placer antes que el mío.

-          Se nota, me gustaría haber conocido a esa mujer, supo enseñarte muy bien.

-          Bueno terminemos las cervezas y vallamos para cama, que aún queda mucho por andar.

Bebimos los dos y en cuanto terminamos las cervezas la cogí de la mano, subimos las escaleras y la lleve a la habitación, la cual ya conocía, ella se tumbó en la cama, se abrió de piernas.

-          Ahora cómeme el coño.

Me puse de rodillas a los pies de la cama,  tire de sus piernas hasta que le quedaron colgando, acerque mi lengua a su coño y lo olí, que bien huele, ese olor a sexo, a flujos, a entrega, metí bien profunda mi nariz, quería notar todos esos aromas, empaparme en ellos, llenar mis pulmones de ese elixir, empecé a besar sus labios, recorría cada milímetro de su coño, saque mi lengua  y conoce a lamerle, busque su clítoris, lo cogí con dos dedos y comencé a masturbarlo, tenía un precioso botoncito, que ya estaba bastante crecido, pero con la paja que le estaba haciendo creció mas, mis dedos abandonaron ese trofeo y fue mi boca la que ocupo ese lugar, mis labios jugueteaban, mis dientes mordisqueaban, ella no paraba de chillar, estaba entregada, cuando de repente escuche.

-          Buenas noches, ya veo que empezasteis sin mí.

Me levante de un salto y mire a la puerta, allí estaba Roberto con cara de felicidad.

-          Pero tú no estabas de viaje, fue lo único que se me ocurrió decir.

-          No al final se canceló, pero por favor continuar.

Yo no salía de mi asombro, Roberto me invitaba a seguir jugando con su mujer.

-          Que pasa aquí, que juego es este.

Claudia se levantó, fue a junta su marido y le dio un beso en la boca, ambos se morreaban con pasión, sus lenguas se mezclaban, se abrazaban, se sobaban, ella lo desnudo delante de mí se separó de él.

-          Rubén, deja que te explique, Roberto es un consentidor, le gusta ver cómo me follan, le gusta sentirse cornudo, es lo que le excita, no te enfades por no decírtelo antes, pero no sabíamos cómo ibas a reaccionar, fue el quien me propuso seducirte, acerté mi amante, tienes un buen cuerpo y además por lo que comprobé calzas muy bien, así que si no te importa que el mire, podemos seguir donde lo dejamos.

-          Si por favor continuar, te prometo que yo solo miro, salvo que me permitas chupártela, me encanta chupar la polla de los amantes de mi mujer, y guiarle cuando se la follan, pero eso solo si tú quieres, no te vamos a obligar a nada que tu no quieras, queremos que te encuentres cómodo.

-          Vale, por mi parte no hay problema, si quieres chupármela tú mismo, Lola me enseño que hay que probar de todo en el sexo, pero no me pidas que te la chupe yo, te dejo que me guíes cuando la voy a penetrar, todo eso no me importa.

Los dos se acercaron a mí, se pusieron de rodillas y comenzaron a comerme la polla, se iban turnando, mientras uno me lamia los huevos el otro me comía la polla, la verdad que no me sentía incómodo, ambos sabían lo que se hacían, ponían toda su maestría en proporcióname placer, quería correrme.

-          Pareja me corro, quien quiere beberse el néctar.

Fue Roberto quien se metió la polla en la boca, y me corrí, al igual que Claudia se tragó todo no dejo ni una gota fuera, cuando termine de correrme, los dos se besaron, un beso apasionado, él le pasaba a ella los restos de semen, se abrazaban, se acariciaban, joder, verlos así, me la puso otra vez dura.

-          Bueno pareja, dejar algo para mí que soy el invitado.

-          Tienes razón, Claudia atiende a nuestro invitado como se merece.

Ella se levantó me llevo a la cama, me tumbo y el cogió de nuevo mi rabo y lo condujo a la entrada del coño de ella, en cuanto noto mi polla se dejó caer de un solo golpe, le entro toda, era la primera mujer que le entraba toda mi polla, menudo coño, lo tragaba todo, él se apartó se sentó en un butacón, y comenzó a masturbarse, ella comenzó una cabalgada bestial.

-          Mira cariño como me entra toda, a pesar de tener una gran verga me entra toda, que gusto, está llegando a sitios en que ninguna polla llego antes, me está destrozando, pero me encanta, me voy a correr.

Y se corrió, notaba como sus flujos caían sobre mi pubis, ella gritaba mientras su marido la miraba con cara de felicidad, se notaba que la amaba, disfrutaba del placer de ella, continuo cabalgándome durante una media hora, encadenaba un orgasmo tras de otro, mientras su marido se corrió dos veces, la verdad que él también se recuperaba rápido, notaba que era el momento de correrme.

-          Claudia me voy a correr, donde quieres que me corra, dentro o fuera.

-          Córrete dentro, quiero sentir tu semen invadir mi interior, me gusta sentirlo dentro.

Me corrí como un animal, fueron muchos chorros, ella gemía con cada chorro, en cuanto acabe, Roberto se levantó, acerco su boca a su coño y lamio su coño y mi tronco, notaba su lengua recoger los flujos de los dos.

En cuanto dejo nuestros órganos limpios, se retiró, me tumbe en la cama, ella me abrazo.

-          Gracias, no sabes lo feliz que nos as echo a los dos, hacía tiempo que no teníamos una sesión con un macho alfa, mi marido te estas agradecido, solo quiero que sepas que disfrutamos y que queremos que tu disfrutes, ahora si quieres vamos a cenar y después continuamos, voy a pedir el día de mañana libre y Roberto también, queremos que me folles mañana y todo el fin de semana, necesitamos recuperar sensaciones, si tu estas dispuesto.

-          Si, por mí no hay problema, estoy a vuestra disposición.

Cenamos, y nos pasamos los tres días follando, bueno los que fallábamos éramos Claudia y yo, Roberto miraba, me chupaba la polla, se masturbaba, y después de corrernos se bebía todos nuestros flujos, estos fines de semana se repitieron durante mucho tiempo, unas veces en su casa y otras en la mía, a veces nos íbamos un fin de semana a algún hotel o spot y nos relajábamos y fallábamos, pero todo tiene un final, mi empresa creció tanto que tuve que trasladarme a Madrid, el fin de semana antes de irme, follamos como si no hubiera un fin, nos despedimos entre lágrimas con la promesa de que ellos vendrían algún fin de semana a visitarme, pero todo se torció, él tuvo un fatídico accidente de coche, muriendo en el acto, ella sufrió tal depresión que tuvo que marcharse a casa de su hermana en Alemania, por lo que jamás la volví a ver, de ellos aprendí muchas cosas, como reconocer a un consentidor, me dieron ciertas claves, como se comportan ante un macho alfa, como tratarlos, lo que generalmente quieren los dos, la verdad que fue otra parte importante de mi vida.

Mi empresa creció como la espuma, fueron cinco años de dedicación completa, tuve algún encuentro sexual, pero nada interesante, hasta que aparecieron María y Luisa, pero esa es otra historia.

Continuara