Jubilado

En estos relatos os cuento las andanzas de Rubén, su paso por la vida, como una persona que solo busco el placer a través de la mujeres, a muchos les parecerá machista y en cierto grado lo es, pero así es el personaje, espero vuestros comentarios y mi correo a vuestras disposición

JUBILADO

Permítanme que me presente mi nombre es Rubén tengo 70 años, mido 1.90, atlético, moreno, ojos oscuros, pelo negro, soy guapo, carismático, tengo don de gentes, culto, seductor, irresistible, soltero.

Jamás me enamore, lo tuve claro desde el día que mis padres se divorciaron, parecían la pareja perfecta, enamorados o eso creía yo, jamás discutían o eso me parecía, todo un puto paripé, la verdad es que no se podían ver, delante mía, actuaban como dos buenos actores interpretando sus papeles, pero como me entere después, cuando yo no estaba presente se echaban los trastos a la cabeza, cuando se divorciaron fue un mal trago para mí, sufrí mucho, además no fue un divorcio que digamos amistoso, más bien todo lo contrario, peleaban por todo, un sofá, la tele, el coche, la casa, hasta se pelearon por mí, pero por ver quien no se quedaba conmigo, por lo que parecía, era un estorbo para ellos, así que en cuanto termine la carrera, me independice, económicamente mis padres tenía mucho dinero, me pasaban una buena paga, para tenerme contento, estudie marketing y dirección de empresas, además de económicas, derecho, informática, planificación y otras carreras además de varios masters, soy bastante inteligente, bastante por encima de la media, lo que me permite sacar las carreras en menos tiempo que los demás, además invente unos algoritmos que me vinieron muy bien en mis inversiones en bolsa, gane mucho dinero lo que me ayudo a independizarme con un buen colchón, monte una pequeña empresa de inversiones que con el tiempo fue creciendo, pues daba muy buenos dividendos, a los 20 años era millonario y con el tiempo mi fortuna fue creciendo, me adelante a las catástrofes bursátiles y supe diversificar mi capital, por lo que mi fortuna crecía cada día de manera exorbitante, a los treinta años vendí todo y me dedique a vivir de las rentas de mis inversiones, vi mundo, disfrute de la vida, no me prive de nada, fueron muchos años de aventuras, de vivir la vida, de disfrutar de cada momento de mi vida, fueron unos años fantásticos.

En el aspecto sexual decir que jamás tuve necesidad de pagar por tener sexo, nunca en mi vida, en el mundo hay muchas mujeres deseosas de tener experiencias nuevas, de disfrutar del buen sexo, yo modestia aparte estoy más que cualificado para proporcionar placer, estoy muy bien dotado, 26 cm. de largo y 7 cm. de ancho, fibrosa, además tengo la cualidad de que soy capaz de controlar el momento de obtener el orgasmo, vamos que tengo mucha resistencia, soy muy bueno con las manos, la lengua, y en las artes amatorias, modestia aparte soy un maestro, unamos todo eso a mis dotes de conquista, mi cultura, mi don de gentes y sacar vosotros vuestras propias conclusiones, lo que no soy es modesto, soy lo que soy y lo digo, me he acostado con muchas mujeres, pero muchas, pero mi debilidad son las mujeres casadas, puede ser por vengarme de mi madre y mi padre, pero me atraen, además muchas no tienen una vida sexual plena o notan que les falta algo, hay entro yo, no soy un gigolo, pues no cobro pero si me gusta seducirlas, ver como a poco caen en mis redes me encanta ver como se dejan seducir, como se resisten al principio, sabiendo que lo están deseando, me gusta verlas sufrir, excitarlas hasta límites que no se lo puedan imaginar, darles tanto placer que se vuelvan locas, me encantan cuando caen una y otra vez en mis redes, disfruto de ellas, pero también las hago disfrutar, le muestro lo que en realidad son o desean ser, unas putas, otras sumisas, otras locas, cada una distinta y todas iguales, solo sexo, desenfrenado, sexo loco, sexo desbocado, eso es lo que las atrae la falta de ataduras, el sentirse deseadas sin necesidad de normas, de cláusulas, sentirse únicas, jóvenes, maduras, todas tienen deseos escondidos y yo sé buscarlos y proporcionarle esos momentos que jamás se imaginarían que lo vivirían, yo les proporciono ese momento único, ese instante de felicidad absoluta, algo prohibido, algo sádico, algo sensual, algo pasional, según qué mujer y lo que desea, las hago ver lo que en realidad son.

Aprendí mucho de mis primeras amantes, mujeres casadas, con deseos ocultos, con experiencias, me descubrieron el mundo del sexo y yo descubrí mis cualidades, ellas me dieron momentos increíbles de placer me enseñaron muchísimas cosas y me descubrieron que estaba más que dotado para proporcionar placer, que todo mi cuerpo era una máquina de sexo.

Ahora con setenta años, llega el momento de la retirada, no es que este cansado del sexo, pero me apetecen otras cosas, la paz, la soledad, disfrutar de la vida un poco más lentamente, saborear cada instante de una manera distinta, con más experiencia, con más paz.

Mi intención es escribir un pequeño diario donde contare esas experiencias, las que más me marcaron, mis primeras amantes las que me descubrieron el mundo del placer del sexo por el sexo, mis experiencias en la universidad, en el trabajo, en mis muchos viajes y para ello he elegido a 20 de ellas, las mejores según mi parecer, cada una diferente, digamos que como un muestrario de lo que son las mujeres, de sus deseos, lo que en general esperan de un amante.

Me importa una mierda que me llaméis machista, solo deciros que todas las mujeres lo hicieron porque querían jamás las forcé, todo fue consentido, ninguna fue obligada, soy como soy y no me arrepiento, ni de una sola de mis conquistas, de un solo segundo de mi vida, no me arrepiento de nada de lo que he hecho, que he destruido muchos matrimonios, seguro, pero creo que ya estaban destruidos antes de que yo apareciera, porque aunque conquiste a muchas, otras tantas no cayeron, fueron fuertes, estaban realmente enamoradas de sus parejas, yo pienso que si una mujer es sincera con su pareja, le cuenta lo que desea, como quieres ser tratada, lo que quiere de su compañero y si el amor es sincero no habrá problemas, si una mujer se entrega a otro, es que no ama realmente a su par, que les falta algo, si una mujer se entregaba a mí, era porque algo ya no funcionaba bien en su relación, de eso estoy convencido.

Bueno después de este pequeño preámbulo, vamos a lo que deseo contaros, lo primero mis maestras, mis primeras experiencias, aquellas que me enseñaron a descubrirme.

LOLA

Mi primera experiencia seria, antes algún escarceo con compañeras de clase, solo roces, alguna paja, tocamientos, nada del otro mundo.

Hasta que descubrí a Lola, aunque digamos que ella fue la que me descubrió.

Lola era nuestra vecina, 43 años, rubia, con unas tetas perfectas para su tamaño, 1.70 escultural, culo redondeado, piernas largas y cuidadas, de gimnasio, unos ojos verdes que electrificaban, toda una mujer, irradiaba sexualidad por todos sus poros, era el objeto de la mayoría de mis pajas, me parecía inaccesible, en otro nivel, pero todo cambio, un día de lluvia, tenía 17 años, venia del instituto con un pantalón corto, camiseta, llegue todo empapado, mis padres no estaban en casa y ella me vio llegar.

-          Rubí, así me llamaba ella, ven pasa a casa que tus padres no están y estas empapado, ven vamos cariño pasa.

-          Gracias señora Dolores.

-          Llaman Lola.

-          De acuerdo Lola, gracias.

Entramos en la casa y me dio una toalla para que me secara.

-          Sera mejor que me des esa ropa, estas empapado, la meteré en la secadora y en media hora estará lista, venga desnúdate.

A mí me daba vergüenza, no me sentía cómodo, desnudándome delante de aquella mujer, pero ella de la manera más normal del mundo me ayudo a desnudarme, me bajo la cremallera de la chaqueta del chándal, me quito la camiseta, me ayudo a quitarme el pantalón y me dejo solo con los calzoncillos, ella me miro el cuerpo y suspiro, no entendí aquel suspiro, aquella forma de verme, como si me examinara, yo la verdad que me mantenía en forma, tenía tableta de chocolate, de machacarme en el gimnasio, siempre fui de mantenerme en forma, mucho gimnasio, deporte, hasta llegue a ser semiprofesional, en la universidad.

-          Quítate también el calzoncillo, te traigo un chándal de Gerardo, su marido, y te lo pones, después te preparo algo caliente, para que no te enfríes.

Sin pensarlo me baje el calzoncillo dejando a la vista mi verga, ella nada más verla puso los ojos como platos.

-          Jesús, Rubén que bien calzas.

Yo miraba mis pies, no entendiendo lo que decía, pero ella no sacaba la vista de mi entrepierna, me examinaba de arriba abajo, recorría todo mi cuerpo con su mirada, yo empezaba a sentirme incomodo, le pedí por favor el chándal, me dio solo un pantalón corto, me lo puse, pero me quedaba súper apretado, se me marcaba todo, se notaba el bulto que parecía que no llevaba nada, ella fue a la cocina, encendió el fuego y preparo un chocolate, mi bebida favorita, me senté en el  sofá y en cuanto estuvo la bebida me la trajo, le di un sorbo que calentó todo mi cuerpo, ella se sentó enfrente y no paraba de mirar mi cuerpo, suspiraba, me miraba, me recorría con la vista, yo seguía incómodo y ella lo noto.

-          Tranquillo niño, está bueno el chocolate.

-          Si Lola muy rico, gracias.

-          Te apetece más o unas galletitas.

-          No gracias, así estoy bien.

-          Vale, dentro de un rato estará todo seco y te podrás ir a casa.

-          Gracias de nuevo.

El resto de la velada se la paso preguntándome por mis estudios, por mis padres, en fin lo normal, al cabo de 45 minutos la ropa estaba seca, me quite el pantalón, quede otra vez desnudo delante de ella, y me miro con una cara de satisfacción que yo en ese momento no entendí, pero que llegue a comprender dos semanas más tarde, termine de vestirme y nos despedimos en la puerta, ella me dio un abrazo, estrechando su cuerpo contra el mío, fue hay que note sus pechos y me empalme, ella debió de notarlo, pues se arrimó más a mí, su cuerpo me apretaba con firmeza, al cabo de un par de segundos me soltó y tenía la cara sonrosada, me dio un beso en cada mejilla y me dijo.

-          Bueno Rubén déjate caer más a menudo, lo he pasado muy bien contigo.

-          De acuerdo, y gracia por todo, no se preocupe que la pasare más a menudo a degustar su chocolate está muy rico.

-          Tutéame, ya te lo dije, me haces vieja.

-          Perdón, si me pasare a tomar tu chocolate, me gustó mucho.

-          De acuerdo, siempre tendré una taza preparada para ti.

Y me guiño un ojo, yo no lo entendí, pero en aquel guiño había un elemento sexual que no llegue a comprender en ese instante.

A partir de ese día iba por su casa dos veces a la semana a tomar el chocolate, siempre hacia calor en esa casa, por lo que terminaba en pantalón corto de deportes, pues siempre iba después de entrenar, me gustaba tomar un chocolate caliente en su compañía, me agradaba charlar con ella, pero todo cambio a la segunda semana.

Era miércoles, día de entrenamiento, como siempre termine sudoroso, pero ese día no había duchas, me puse el resto del chándal y decidí pasar por casas antes de ir a casa de Lola, pero ella me vio llegar por la calle y me llamo.

-          Rubén pasa que ya tengo el chocolate al fuego.

Me acerque a ella.

-          Vengo dentro de un rato, se estropearon las duchas del gimnasio y voy a casa a ducharme.

-          Que va, dúchate aquí, te meto la ropa a lavar en un programa corto, y mientras tomas el chocolate y charlamos un rato ya está la ropa lista, anda pasa.

-          De acuerdo.

Entramos los dos en casa y como la primera vez ella me quito la chaqueta del chándal, pero esta vez se entretuvo un poco más, no sé si sería por el sudor, pero para quitarme la camiseta se echó una eternidad, además acariciaba mi pecho después de subir un poco la prenda, a mi esa situación me estaba excitando, sentía sus manos recorrer mi pecho, su respiración se volvía más rápida por momentos, termino de quitarme la camiseta y me acaricio todo el pecho, se detenía en mis pechos, los recorría con un dedo, se acercó a mí, y poso sus labios en mis pezones, joder se me puso tan dura que me dolía, pero que placer.

-          Lola que haces.

-          Tranquilo niño, déjame a mí, tú relájate.

-          Pero Lola, que estás haciendo, volví a preguntar.

-          Nada lo que deseo con locura desde el día que te vi desnudo, tú no lo sabes pero tienes un cuerpo espectacular, eres un Adonis, el sueño de cualquier mujer, eres la causa de mis últimas masturbaciones y por favor ahora calla y déjate hacer, disfruta.

Tal como ella me dijo me calle y la deje hacer, se puso de rodillas y bajo mi pantalón de chándal, levante mis pies para dejarlos salir del todo, ella en cuanto se desprendió de aquella prenda, comenzó a subir con sus manos por mis piernas, se detenía en mis pantorrillas, las acariciaba, subía cada vez más, llego a mis calzoncillos y acaricio mi dura verga a través de ellos, la tenía durísima.

-          Cacho polla tienes, eso no me entra entera ni aunque estuviera encharcada, no sabes el tesoro que tienes hay, es descomunal.

Sus manos agarraron mis calzoncillos y comenzaron a tirar de ellos, conforme iban cayendo mi polla se dejaba ver, ella no quitaba los ojos de esa zona de mi cuerpo, yo cerraba los ojos porque el placer era máximo, sentir a aquella hembra quitándome la ropa de esa manera me tenía a mil, la causa de muchas de mis pajas, estaba bajándome los calzoncillos y admirando mi verga, diciéndome que la tenía hermosa, dándole piropos, cuando quedo totalmente libres ella exclamo.

-          Dios que maravilla, además de guapo, atlético estas muy bien dotado, niño las vas a traer locas, si sabes jugar tus cartas tendrás a las mujeres que quieras, yo te voy a enseñar a conquistar a las mujeres a cambio que me llenes de ti, te quiero para mi mientras te enseño lo que nos gusta a la mayoría de las mujeres te coy a convertir en un ligón profesional, a convencer a las mujeres a conquistarlas, joder si a mí ya me tienes conquistada  y eres un pipiolo, enseñado serás dios.

Termino de desnudarme, se puso de pie y me admiro, si me admiro, recorrió todo mi cuerpo con sus ojos, notaba como me examinaba, y por lo que veía en su cuerpo le gustaba lo que veía, se acercó de nuevo a mí, poso sus labios sobre los míos y me beso, yo me lance a besarla, estaba desbocado, ella en cuanto noto mi calentura y que mi boca buscaba la suya desesperadamente, abrió la suya y nuestras lenguas se encontraron, nos besamos con lujuria, bueno más bien diría que era ella la que me besaba, pues con su lengua dirigía la mía, me estaba enseñando a besar, recorría con su lengua mis encías, mis dientes, no había rincón de mi boca que no recorriera, mientras nos besábamos yo acariciaba su cuerpo por encima de su ropa, un vaporoso vestido de tirantes, estaba echo un flan, las piernas me temblaban, mis dedos no atinaban a recorrer su cuerpo, ella se separó de mí y llevando sus manos a su cuello se soltó la tira del vestido y lo dejo caer, no llevaba ropa interior, al verla desnudo me corrí, si me corrí, como nunca en la vida.

-          Perdón, dije entre lágrimas, no quería manchar el suelo.

-          Tranquilo mi niño, ahora lo limpiamos, no tengas miedo, es normal lo que te ha pasado, no te preocupes.

Fue a la cocina trajo un rollo de papel y limpio el suelo, yo estaba desnudo de pie delante de ella, ella de rodillas a la altura de mi verga, y en cuanto termino de limpiar el estropicio que hice, dejo el rollo de papel y el papel manchado encima de la mesa, y agarro mi polla totalmente flácida, la empezó a acariciar, empecé a notar como volvía a crecer con su caricias, ella miraba embobada como mi polla crecía delante de sus ojos.

-          Tiene una capacidad rápida de recuperación cariño, eso es bueno, que delicia ver esta verga crecer, que cosa más rica.

Y de repente ella se la llevo a la boca, estaba medio erecta, pero en cuanto se la metió en la boca termino de alcanzar su tamaño máximo, ella no era capaz de abarcar con sus manos todo mi rabo, ni por supuesto tragársela toda, pero lo intentaba, metía todo lo que podía, diría que una cuarta y media, entraba y salía, cuando salía la ensalivaba bien, la metía de nuevo en la boca, yo por mi parte puse mis manos sobre su cabeza y comencé a jugar con su pelo, la dejaba hacer a ella, me encantaba lo que me hacía, jamás me habían mamado la polla, si muchas pajas de las niñas del insti, pero mamarla ninguna se atrevía me decían que la tenía demasiado grande, que se ahogarían, pero Lola lo que quería era meterse la mayor cantidad de polla dentro de la boca, hacia verdaderas filigranas, para tragarse lo máximo, yo por mi parte empecé a temblar, en mi vida sentí tanto placer, me estaba exprimiendo, ella bajo una de sus manos a su coño y comenzó a masturbarse, conforme me la chupaba, aumentaba ella el ritmo de la paja, joder estaba a punto de correrme de nuevo, pero me encantaba, ella levanto los ojos y con los míos le di a entender que me iba a correr, ella metió de nuevo la polla dentro de su boca y me vacié dentro de ella, mientras temblaba, dios que gusto, ella por su parte no dejaba de chupar, se tragaba todos mis choros y eso que eran muchos y abundantes, fueron como siete u ocho choros y ella se tragó todo, mientras no paraba de masturbarse, cuando se la saco de la boca, se corrió, grito como una posesa, no me extrañaría que en nada estuvieran los vecinos llamando a la puerta preocupados, pero eso no paso, me deje caer en el suelo, las piernas no podían soportar mi peso, ella también se dejó caer en el suelo, por la comisura de su labios caía un poco de semen que recogió con uno de sus dedos y los llevo a mi boca.

-          Toma cariño prueba como sabe tu néctar.

Yo abrí la boca y acepte aquel dedo lleno de mi semen, estaba hipnotizado, no sabía dónde estaba, solo sabía que había tenido los dos mejores orgasmos de toda mi corta vida.

-          Llama a tu madre dile que vas a pasar la noche aquí, que te estoy ayudando con los deberes, pues tu madre sabe que soy profesora en excedencia, pero no le digas que mi marido no viene a dormir en toda la semana, ese será nuestro secreto, te quiero follar con calma, sin prisa.

Me levante a duras penas, estaba cansado, cogí auricular del teléfono, marque el número de mi casa.

-          Hola mama, mira que pasado mañana tengo un examen de física, y estoy en casa de la señora Dolores, estudiando, pues me está echando una mano, no te importa si me quedo a dormir aquí, es que se me hace difícil entender lo de las formulaciones, su marido está aquí y le parece bien.

-          Si claro cariño, pero no te acuestes tarde, que después estas sonámbulo todo el día, descansa y cena algo.

-          Si no te preocupes que la señora Dolores nos está preparando la cena, te quiero mama.

-          Y yo a ti.

Colgué y nada más colgar ella se abalanzo sobre mí, me beso de nuevo en la boca, me metía la lengua en la boca con una maestría que me volvía loco, yo no sabía cómo actuar.

-          Tranquilo cariño, yo te explico, a las mujer nos gusta que nos besen al principio de forma calmada, para ir poco a poco aumentando el ritmo, nos gusta que juegues con nuestras encías, que nos metas la lengua hasta el fondo después de los nos gusta que juegues con nuestras encías, que nos metas la lengua hasta el fondo después de las primeras caricias, todo lo iras aprendiendo poco a poco, ahora vamos a comer algo y después seguimos, además te debo un chocolate, me cogió de la mano y me llevo a la cocina, íbamos los dos desnudos, yo con mi polla de nuevo medio erecta y ella moviendo sus caderas y meneando ese maravillosos culo, joder verla así  me ponía, pero me ponía mucho, tanto es así, que me volví a empalmar.

-          Niño ya la tienes otra vez dura, joder que placer, me encanta, como lo vamos a pasar.

Puso dos tazones llenos de chocolate, saco de una alacena una caja de galletas y tomamos el chocolate con galletas los dos desnudos, el uno al lado del otro besándonos, acariciándonos, mirándonos a los ojos con cara de pasión de lujuria, estaba deseando acabar y seguir jugando, estaba deseando poder sobar ese cuerpo, acariciarlo, es que hasta ahora era ella la  que tocaba, yo prácticamente nada, alguna caricia, algún beso, pero de tocar cacho poco, y estaba loco por tocar.

-          Que te apetece comerme el coño o sobarme las tetas.

-          Las dos cosas, quiero las dos cosas.

-          Vamos a la cama, esto requiere cama.

Me volvía a coger de la mano, subimos las escaleras  yo detrás de ella contemplando ese cuerpo, joder que buena estaba, era una diosa para mí, caderas anchas, culo redondo, espalda perfecta, dios que cuerpo, llegamos a la habitación, me empujo sobre la cama y se sentó encima de mi cara, tenía su coño a la altura de mi boca.

-          Vamos a ver lo que sabes hacer, vamos niño cómeme el coño.

Yo que sabia, jamás en mi vida había comido un coño, jode jamás en mi vida había visto un coño como ahora, no sabía lo que hacer, instintivamente saque mi lengua y comencé a lamerle el coño, le pasaba la lengua de arriba abajo, al cabo de un rato me atreví a meter la lengua dentro, empuje un poco y ella gimió, eso me dio valor, con dos dedos le abrí el coño y comencé a chupar sus labios, con mi lengua entraba y salía, ella comenzó a gemir más fuerte, vi como una especie de botón, lo cogí con los labios y los chupe, en ese instante ella volvió a gritar.

-          Vamos cabron sigue, que de momento vas bien.

Aquello me enervo, me sentía triunfador, metí un dedo dentro, mientras mi lengua jugaba con el botón, notaba como aquella cavidad se empezaba a humedecerse, a encharcarse, me bebía aquel líquido, me encantaba su sabor, sabia raro, pero me gustaba, metí un segundo dedo y ella, se dio la vuelta, tenía su culo a la vista, mientras se comía el coño, mi lengua iba de su coño a su ano, no sé porque lo hacía, pero creía que eso le gustaría, metí un tercer dedo en su coño y se tensó, se puso rígida.

-          Cabron sigue que me corro, vamos que placer, sigue.

Eso me volvió loco, metí un cuarto dedo, y con mis dientes mordisquee su clítoris, y ella estallo.

-          Me corro, me corro, que placer, que lengua, no pares 7

De repente un torrente salió de su coño, me empapo la cara y resbalo por mis hombros, yo intentaba beberme la mayor cantidad, pero era demasiada, ella metió su coño completamente dentro de mi boca y me sentía asfixiar, sus flujos caían por mis ojos, me dolían, pero me daba igual estaba en la gloria, deseaba que esto no se acabara, pero todo tiene su fin, su cuerpo salió de mi visual, y con los ojos llorosos por los flujos, vi como si iba al baño, yo seque mis ojos con las sabanas, por la parte que no estaba empapada, me levante también y me fui al baño, ella estaba debajo del grifo de la ducha, entre a su lado y comencé a ducharme yo también, ella se dio la vuelta, me miro a los ojos.

-          Cariño, lo tuyo es innato, se nota que no te has comido muchos coños, pero le pones unas ganas que derriten, joder con tus dedos y tu lengua me has dado un buen orgasmo.

-          Es el primer coño que me como.

-          Estas de broma.

-          No, te lo juro.

-          Joder pues no se nota, te falta más experiencia, pero siendo el primero lo has hecho muy bien.

-          Gracias.

Me dio la esponja, llena de gel.

-          Ahora lávame.

No me hice de rogar recorrí todo su cuerpo con la esponja y con mis manos, acariciaba cada centímetro de ella, cada pliegue, que eran muy pocos, acaricie de nuevo su sexo, sus pechos por primera vez, sus pezones, ella volvía a gemir, me dio la espalda y acaricie su espalda, sus nalgas, sus piernas, sus pies, enjabone todo su cuerpo, ella cogió la regadera y se quitó el jabón, cogió la esponja la lleno de gel y me lavo todo el cuerpo, no dejo ninguna parte de mi cuerpo sin enjabonar, mis glúteos, mi pene, todo mi cuerpo, me quito el jabón y me dio una toalla mientras ella cogía otra, me seco mi cuerpo, después yo seque el suyo, me dio una bata de su marido, ella se puso otra y bajamos a cenar, eran las nueve de la noche.

Saco una pizza de la nevera y la metió en el microondas, le ayude a poner la mesa y aprovechaba cualquier momento para rozarme, ella no se resistía es más se arrimaba, en un momento dado metí mi mano por dentro de su bata acaricie su coño y metí un dedo dentro de su coño, ella echo su cuerpo hacia delante, metiéndose más el dedo, además echo su mano hacia atrás agarrando mi verga, comenzó a masturbarme, lentamente, ella se derretía, pero yo me diluía, no parábamos de acariciarnos.

-          Sera mejor que paremos un poco, anda vamos a cenar y después seguimos, necesitamos alimentarnos bien, pues la noche va a ser larga, te quiero comer enterito, meterme esa tranca por el coño, disfrutarla, estoy muy caliente, joder ardo, me tienes loca, con esa polla.

Terminamos de cenar sin mas tocamientos, recogimos la loza, mientras yo la fregaba Lola recogía toda la ropa que dejamos en el salón, la metió en la lavadora, le puso detergente y la arranco, volvió a la cocina.

-          Te apetece algo de beber un gin tonic, o un ron cola.

-          Lo que tú tomes.

Saco de un mueble  de la cocina una botella de ginebra, saco dos tónicas de la nevera, yo cogí dos vasos de copa y un limón, y preparamos dos gin tonic, nos sentamos en el sofá del salón uno al lado del otro, ella se abrazó a mí, parecíamos una pareja tomando una copa antes de acostarse, pero lo que se respiraba era tensión sexual, yo seguía con la polla dura, pero era capaz de  controlarme, ella era la que llevaba la voz cantante, yo solo jugaba cuando ella lo decidía, a mí me parecía bien, ella era la maestra, yo intentaba ser su alumno aventajado, solo quería aprender de aquella diosa, que me enseñara todos los secretos del amor, del sexo, de cómo era una mujer en la cama, como conquistarla, yo apuraba la copa, quería volver a la cama, ella iba con calma, no tenía prisa, disfrutaba de la bebida y de mi presencia, acariciaba mi pecho por encima de la bata, mientras bebía, yo ya había terminado mi bebida y me entretenía acariciando su pecho por dentro de la bata, me entretenía en sus pezones, rojos, duros, intensos, los rodeaba con el dedo, y los pellizcaba, ella emitía algún gritito, continuaba con sus aureolas, las rodeaba con mi uña y la acariciaba, disfrutaba como un niño con un juguete nuevo, como me gustaba, ella por su parte metió su mano por dentro de la bata y comenzó a acariciar mi polla, yo abandone su pecho y me deje hacer, me encantaba como acariciaba mi verga, como la recorría con sus dedos, joder que buena era, se entretenía en mi glande, lo acariciaba con dos dedos, buscaba mi prepucio e introducía una uña, joder que gusto, acerco su boca a mi polla y me relaje, sabía lo que venía y me encantaba, la chupaba con una maestría que me derretía, ensalivo bien la polla y se la metió en la boca, yo por mi parte acariciaba sus nalgas, me entretenía en su raja, jugaba con su ano, escupí en un dedo y se lo metí, ella movió su culo para atrás para que mi dedo entrara mas, jugué con el dentro, le daba vueltas, ella abandono mi polla y gimió, había tenido un orgasmo, temblaba, gemía, lloraba.

-          Joder nene, eres una máquina, me tienes loca, ese dedo hace milagros, vámonos a la cama.

Me cogió otra vez de la mano, me llevo a la habitación, me quito la bata, me tumbo en la cama, se puso encima mía y se metió la verga en el coño, comenzó a cabalgarme como una amazona, subía y bajaba a una velocidad constante, yo miraba bambolearse sus pechos, los cogí con mi mano, y comencé a amasarlas, a apretarlas, ella subía y bajaba, se tiro encima mía y me beso con pasión, estaba desatada, yo estaba a punto de correrme.

-          Lola, me corro que hago, salgo.

-          No cariño, córrete dentro, tomo precauciones.

Y me corrí como un loco, eyaculaba continuamente, salía un chorro detrás de otro, la inundaba, jamás en mi vida me había corrido de esa manera, ella cerro su coño alrededor de mi verga, lo apretaba con sus labios, no quería soltarlo, continuo montándome, hasta que se corrió,  tuvo otro orgasmo, se dejó caer encima mía.

-          Eres todo un semental, menuda polla tienes en mi vida me he sentido tan llena, quiero exprimirte, sacarte todo el jugo.

-          Es que tú sacas lo mejor de mí, eres como una ninfa,  que me posee.

Estuvimos follando toda la noche, ella me explicaba donde acariciar, donde morder, como pellizcar, como tratar los pechos, el clítoris, el ano, todo, fue un día increíble.

Después de ese día, vinieron muchos más, me enseño como tratar a una mujer, distintas maneras de seducirla, de enamorarlas, me hizo meter en la mente de una mujer, pensar como ella, me explico distintas situaciones en las que una mujer podía ser receptiva, fallábamos casi todos los días, su marido trabajaba hasta tarde y viajaba mucho, incluso me quede algún que otro fin de semana, convenció a mis padres que aprovechara sus conocimientos de las materias que estudiaba para que me quedara los fines de semana, mis padres encantados, con tal de perderme de vista, lo que fuera, fueron unos meses intensos, realmente no necesitaba su ayuda, mis notas siempre fueron excelentes aprendía todas las asignaturas con facilidad, sin prestar atención en clase las pillaba al vuelo, pero lo que me enseño sobre sexo me resulto muy útil, pero todo tiene un fin.

Llevábamos de amantes dos años, cuando trasladaron a su marido, cuando me lo dijo, estuvimos follando todo un fin de semana, solo parábamos para comer algo rápido y para ducharnos, fue un fin de semana de lo más intenso, me saco todo el jugo y yo a ella.

El día  que se fue, llore, llore como un recién nacido, se iba mi maestra, la mujer que me enseño como conquistar el corazón de una mujer y como llevármela a la cama, me enseño algunos de los trucos amatorios que lleve a cabo muchas veces, mi primera maestra, la que me inicio en el sexo, aun hoy es el día en que me acuerdo de ella, lo último que supe de ella, tres años después de que se fuera, era que se había divorciado y que vivía con un chico 15 años menor que ella, en ese momento envidie a ese chico.

Pero la vida sigue, en la casa de Lola, entro una nueva familia, en la que apareció una nueva mujer en mi vida, Claudia, de 50 años, morena, ojos oscuros, grandes pechos, toda una mujer, pero eso es otro capítulo.

Continuara