Juanito o Juanita 8º capitulo
Juanito empieza las clases, y se fija en el profe de mates
INTRODUCCION
Para los que no leyeron los capítulos anteriores:
Juanito es un quinceañero de aspecto ambiguo, como una muñequita, que el ultimo verano se lió con varios chicos mayores, venteañeros con los cuales actuó como pasivo, en ocasiones con varios a la vez. También tiene un amiguito unos meses mas joven con el cual intercambian papeles. A ambos les gusta travestirse y actuar en publico como niñas. También les gusta a ambos los juegos BDSM suaves.
También han tenido relaciones sexuales con chicas mas o menos de su edad. Y con una chica de ventidos años, hermana mayor de Juanito con la cual follan tanto su propio hermano como sus amigos, muchas veces en grupo.
Juanito o Juanita
Capitulo ocho.
El profesor de matemáticas no parecía un profesor de matemáticas Ni profesor de nada, ¡Estaba buenísimo!. Sobre veinticinco años, alto, me sacaba mas de la cabeza, fuerte y guapo de cara. Su nombre es Mateo.
Y claro, me entraron unas ganas locas de que me poseyera salvajemente. Me parecía la idea mas loca que se me había ocurrido, ligar con un profe y no veía manera de conseguirlo. Yo era el mejor alumno en matemáticas, ( Y en casi todas las asignaturas) por lo que tenia escusa para abordarlo ocasionalmente fuera de clases.
Un día, hablando sobre curiosidades y juegos matemáticos, me comento que tenia algunos libros que seguramente y me gustarían, y algunos programas en su PC, así que quedamos en vernos en su casa el viernes por la tarde.
Después de prestarme algunos libros, no fuimos hacia el PC y Mateo se sentó delante de la pantalla y me dijo:
- ¡Vaya! , Si solo hay una silla, espera la sala a por otra.
- No importa, me puedo sentar en tus rodillas.-- Lo cual hice antes de que el pudiera reaccionar, a horcajadas, mi espalda contra su pecho.
- ¡Pero! ¿Estas a gusto?--Me preguntó sorprendido.
- Perfectamente, vamos a ver esos programas.
Yo me estaba poniendo muy cachondo y después de ver lo del ordenador, Mateo me volvió a preguntar:
--¿Pero no estas incomodo?
Me giré, quedándome sentado lateralmente en sus rodillas y apoye mi brazo “casualmente” en su cintura, y puse mi expresión mas dulce.
- De maravilla, estoy la mar de agusto, me encanta estar sentado en tus rodillas.
Mateo empezó a sospechar algo y me pregunto:
- Juanito, ¿Que tal de chicas, te gusta alguna?
- Si, me gustan algunas chicas. Y también algunos chicos.
- ¡Que! ¿Dices que te gustan los chicos?
- Alguuunos, no todos. ¿Te parece mal?
- Eeehh, no claro.
- ¿No tendrás prejuicios?-- Lo tenia pillado.
- Ehh, no claro, solo me sorprendió-- Puso una cara inquieta y me preguntó:
- ¿Y te gusto yo?
- ¡Muchísimo! Estas como un tren.
- ¿Y que es lo que quieres?
- Solo diversión, tranquilo, no busco novio ni rollo sentimental, un revolcón de vez en cuando.
- Bueno, yo soy hetero.
- No creo en roles – Contesté-- Sino en quien es atractivo o atractiva y no en su sexo.
Porque – continué-- Mateo ¿Me encuentras repulsivo? + No, no, que va + Entonces, ¿Me encuentras lindo?-- Poniendo mi sonrisa mas pícara.--Me dicen que tengo cara de niñita. + La verdad es que tienes una carita muy linda si.
Empecé lentamente a acercar mi boca entreabierta a la suya, ofreciéndome, y no hubo rechazo, hasta que nuestros labios se encontraron y empezamos a besarnos, cada vez con mas intensidad. Avance mi lengua a su boca, pero se me adelantó Mateo con su lengua dentro de mi boca, moviendola con suavidad y consiguiendo que yo me estremeciera de placer. Con una mano le fui soltando los botones de su camisa, mientras la otra acariciaba su piel.
Le quite la camisa y yo me saque la camiseta y volvimos a juntar nuestros labios y nuestros pechos, abrazándonos con firmeza. Me encantaba sentir su velludo pecho contra el mio. A tientas encontré el cinturón y lo solté, así como su cremallera y metí mi mano dentro, encontrando una tremenda erección. Con la otra mano había soltado mi propio pantaloncito.
Nos separamos un momento y me desnude totalmente en unos segundos. Me puse de rodillas frente a Mateo, que seguía sentado y le quite el pantalón. Tenia su pene tan comprimido que al quitarle es slip salió como un muelle y me golpeó mi nariz, provocandonos una carcajada a los dos.
Era el mas grande que yo había visto en directo, pero estaba dispuesto a que me entrara aunque me partiese en dos. Empece a lamerle el glande y a besarlo y despacio lo fui introduciendo entre mi labios, cada vez mas profundo y mas rápido teniendo cuidado con mis dientes.
Mateo cada vez gemía mas fuerte y sus gemidos y su polla en mi boca me habían puesto a cien, mientras se la chupaba lo mas profundo que podía aceptar mi boca, con una mano le masturbaba el resto y con la otra le estrujaba suavemente los testículos
De pronto, el intentó sacar su pene de mi boca, pero me resistí y el se rindió y con grandes gemidos descargo en mi boca, provocando mi orgasmo, pero yo continué chupando hasta que no salió ni una gota mas.
Mateo respiraba entrecortadamente, rendido en la silla. Me levanté y le enseñe mi boca llena de su semen, la cerré, tragué y la volví a abrir ya vacía. Me gusta la cara de alucine que ponen los chicos cuando hago eso. Con un dedo recogí algunos resto que se habían salido por mi cara y los lleve a mi boca, tragando hasta la ultima gota.
Me volví a sentar en sus piernas, de lado, pasé mi brazo por detrás de su cuello y apoyé mi cara en su pecho, mientras con la otra mano jugaba con el vello de su pecho. Mateo pasó su brazo por mi hombro y acariciaba mi mejilla.
- ¡Que mamada !– Dijo Mateo – ¡La mejor de mi vida!
- Venga ya -- Contesté – Lo dices para complacerme.
- No, es cierto. A las chicas no les suele gustar la corrida en la boca, y menos tragárselo todo, me dejaste flipado.
Entre besos y caricias, nos estábamos poniendo a tono de nuevo. Saque de mi pantalón el pequeño tubo de lubricante que suelo llevar por si hay ocasión y empecé a untarme el culito y a dilatarlo primero con un dedo. Cuando pude meter dos dedos, con Mateo sentado en la silla me puse de frente a horcajadas sobre y apoye mi ojete sobre su polla ya totalmente dura, bajando despacio hasta tenerla toda dentro.
Después de un par de segundos quieto, sintiendo la mayor polla que había tenido dentro de mi, pase mis brazos por detrás de su cuello y empece a subir y bajar con cuidado de que no se saliese, por el trabajo que dio meterla. Mateo puso sus manos en mi cintura y ayudaba al movimiento.
- Mateo – Dije después de un rato– Cambiemos de postura, fóllame como a una perra.
- ¿ Como a una perra ? ¡ Eres toda una zorrita !
- Mmmm, soy una zorra-- Respondí mientras nos levantábamos y me yo me ponía a cuatro patas, mi pecho sobre el asiento – Soy tu putita, dime que soy tu putita.
- ¡Eres una puta y una gran zorra! – Dijo mientras me la clavaba hasta el fondo.-- ¡Te la voy a meter hasta que grites, guarra!
Después de un rato siendo follado como una perra, yo estaba a punto de explotar, pero quería prolongarlo un poco mas, así que propuse otro cambio de postura. Me tumbe en el suelo boca arriba con las piernas bien abiertas, ofreciendo mi culito. Mateo no tardó ni un segundo en clavarme su polla hasta el fondo bombeando sin parar.
Mateo se apoyaba en sus codos así que tome sus manos y las dirigí a mis pezones. El entendió y comenzó a acariciarlos y estrujarlos suavemente, al tiempo que se inclinaba para besarme en los labios.
No pude mas. Mateo me estrujaba mis tetitas y bombeaba cada vez mas rápido, sin parar de decirme guarradas. Un tremendo cosquilleo comenzó en mi espalda, extendiéndose por todo mi cuerpo, sintiendo el mayor orgasmo de mi vida. Eyaculé tan fuerte que toda la leche me llego a la cara y parte dentro de mi boca.
Recogí con mis dedos el semen de mi cara y me lo llevé a la boca, saboreandolo, para fascinación de Mateo, el cual aceleró el ritmo y entre fuertes jadeos descargó en mi interior su calentita leche.
Mateo se dejo caer sobre mi cuerpo, me gustaba sentir su peso sobre mi cuerpo, su velludo pecho sobre mi cuerpo lampiño. Todavía dentro de mi, su pene empezaba a aflojarse cuando para mi sorpresa de nuevo se puso totalmente duro y Mateo volvió a moverse, lo cual provocó mi erección de nuevo.
Estábamos desbocados. Mateo me jodía con furia, estrujándome las tetas. Yo grite:
- ¡Soy una zorra, azótame las tetas!-- Plasss
- ¡Mas fuerte!
¡Toma puta, sufre!--Mateo me azotó con toda su fuerza en mis pezones, al tiempo que me llamaba guarra, zorra, puta....-- Mi grado de excitación era tan grande que volví a eyacular sobre mi cara. Mateo se salió diciendo:
¡Me voy a correr en tu cara, zorra !
- ¡Siiiii, hazlo!
Acercó su polla a pocos centímetros de mi cara mientras se masturbaba frenéticamente y yo abría la boca para recibir su semen, el cual me salpicó por mi rostro y boca juntándose con el mio. Con mis dedos lo fui recogiendo, así mezclado y lo llevé entre mis labios degustándolo con placer.
Dos quedamos unos minutos tumbados en el suelo, hasta que me pegue a su cuerpo.
- ¡Que polvazo!, me echaste dos seguidos sin sacarla, nunca me había pasado eso.
- A mi tampoco me había pasado. --Respondió Mateo riéndose-- Si, la mejor follada de mi vida.
- Pues la próxima vez quiero tres sin sacarla. – Dije yo también riéndome
FIN
Continuara