Juanita

Le pregunte ¿cuánto hace que no te corres una juerga? Dos años, muy suave en la oreja le dije “esto hay que arreglarlo” y la fui empujando a su dormitorio.

JUANITA

Hola a todos los lectores, después de conocer esta pagina, me he decidido a insertar en ella algunas de las cosas totalmente reales que me han ido pasando a lo largo de mi vida. Espero que les entretengan y no aburrirlos demasiado.

Por mi tipo de profesión y el trabajo que realizo, muchas veces me suelo quedar de noche en vela, ya que es el mejor momento para concentrarme sin que suenen los dichosos teléfonos. Esto hacia que todas las mañanas le abriese la oficina a la mujer de la limpieza, la llamare Juanita, la cual entraba todos los días con una fragancia a jazmines que me encantaba, ya que me recordaba a mi tierra del sur.

Mientras estaba sentado en mi mesa, la observaba moverse y de vez en cuando con el paso de los días, le gastaba bromas y chanzas. Así empecé a fijarme en ella con mas cuidado, era una mujer morena de estatura media, delgada de piernas largas, buenos pechos que se le notaban bajo la camisa, solía llevar pantalones de tela que le marcaban la vagina y un culo tremendamente bueno, ni grande ni pequeño, todo acompañado por ese olor a jazmines.

Un tiempo después, entro con un pantalón blanco y mientras limpiaba le podía ver la transparencia de unas bragas blancas, esa mañana me puse a pensar en ella cuando note mi calentura. Haciéndome el tonto le pregunte si luego trabajaba, ya que la invitaba a desayunar por ser realmente mi cumpleaños y lo iba a celebra solo, ante mi sorpresa, me sonrió y acepto.

En la cafetería me pregunto la edad, en aquel entonces cumplía 30 y me dijo que estaba muy bien para mi edad, mido 186, delgado, buen tipo, de aspecto general agradable. Le dije que ella si que estaba bien. "Yo, ¿quién va a querer a una cuarentona separada?, Pues a mi no me pareces mal. "No digas eso, que estas muy bueno y hace mucho que nadie se me acerca" Fue entonces cuando le dije que yo ya no trabajaba mas y que me tomaba el día libre, así que la acercaría a casa.

Al llegar me ofreció subir a tomar café y nada mas entrar, note que se rozaba contra mí. Pase al salón y allí de pie me mostraba la casa cuando suavemente me acerque a ella la abrace y le di un pequeño beso. Al instante se pegó a mi fuerte apretando su pubis y volvió a besarme mientras la iba acariciando por la espalda y bajaba por sus glúteos, fui acercando mi mano por su cadera hasta que la metí entre nosotros y le tocaba la pelvis, ahí suspiro. Le pregunte ¿cuánto hace que no te corres una juerga? Dos años, muy suave en la oreja le dije "esto hay que arreglarlo" y la fui empujando a su dormitorio.

Cuando la besaba fui tumbándola en la cama y acariciando todo su cuerpo, con cuidado, lentamente, sin asustarla, le abrí el pantalón baje su cremallera y fui metiendo la mano. Estaba ardiendo y muy mojada ya. Metí un dedo y empecé a acariciarla tocando con el nudillo el clítoris, corrió su mano hacia mi poya que estaba a reventar y empezó a acariciarla y apretarla por encima del pantalón diciendo que buena está, Acelere con los dedos hasta que note que se estremecía y se corrió sintiendo su respiración en mi oreja.

Ya mas relajada, le baje el pantalón y las bragas, así como el top y el sujetador, estaba desnuda para mí. Me desnude y me puse encima de ella, empecé a besar su cuello, acariciar sus orejas, echarle aire en la nuca, bajar hasta sus pechos, eran tremendos con unos pezones pequeñitos y puntiagudos, bajaba por su barriga y ella me fue empujando a su coño que tenia una melena salvaje. Empecé a pasar mi lengua por los laterales, por sus muslos, notaba su agonía, hasta que abrió su coño y me lo ofreció, estaba muy húmedo, empecé a chupar, morder, besar meter el dedo hasta que se corrió de nuevo y note sus flujos, era la primera mujer que sentía esa forma de soltar flujo, entonces le levante las piernas y la penetre muy fuerte y se puso a gritarme que no parase que le encantaba esa postura, era multiosgásmica, se corría como una ametralladora, estuve así hasta que me pidió exhausta parar riéndose. Y me dijo " déjame que te la coma " nunca me habían dicho esa frase así, consentí si hacíamos un 69, me dijo si lo tengo muy mojadito mira tócalo, te vas a ahogar. Me dio igual, se subió encima y empecé a darle lengua hasta el culo mientras notaba su boca en mi poya muy fuerte, le puse un dedo en el culo y gimió así que empecé a penetrárselo y se volvió a correr, yo sin querer no pude parar mi corrida ya y empecé a llenarle la boca, la cara, el suelo, de leche, salía por todos lados, ella siguió chupando hasta que le pedí por favor que parase, me hacia cosquillas no aguantaba mas.

Fumamos un cigarro y me dijo, "tócame, mira que mojadita estoy" entonces empecé a meter mis dedos y me pidió otro dedo y otro, ella cada vez se abría mas, me dijo mete la mano, y le entro toda, que barbaridad, la cerré dentro y empecé a girarla, salía flujo por mi muñeca, volvía a correrse, decidí ponerla a cuatro patas y empecé a jugar con su culo, uno, dos dedos, la punta de mi poya que estaba nuevamente a reventar, hasta que ella misma empujo para atrás y se lo metió un poco. Ya no aguante más y empecé a encularla, suave primero, fuerte, muy fuerte, ella se inclina en la almohada mientras balbuceaba, metió su mano por debajo y me apretó los huevos, yo entraba entero y salía entero, veía su culo dilatado, hasta que me grito "córrete ya, por favor" y le eche toda mi leche dentro, acabando sudando y tirado encima de ella, estábamos rendidos.

Habían pasado así cuatro horas, dormimos un rato y me desperté sintiendo su boca en mi poya, diciéndome, "déjame comértela yo sola", me la mamo suave, como nadie y me dijo avísame. Así cuando me corría ella se preparo, puso la lengua en la punta con la poya dentro de la boca y se lo trago todo mientras me masajeaba los huevos, me dejo muerto. Ya no podía mas, era de noche, se lo dije y me vestí para irme.

Al despedirme, iba con un picardías transparente y me dice, "mira como me has dejado de colorao el coño" me puso de nuevo a cien, me fui hacia ella, la apoye contra la mesa de espaldas, me saque de nuevo la poya y empecé a metérsela por delante y por detrás a la vez mientras ella me animaba y decía, si mi vida párteme en dos, quiero sentirte en todos sitios, hasta que volvimos a corrernos aunque yo ya no tenia leche. La bese y me despedí de ella hasta la mañana en la oficina.

A partir de entonces mantuvimos una relación, que ha sido la mas caliente y ardiente que he vivido. Juanita no tenia limites, si quieren algún día le contare mas cosas de ella. Y a ti juanita, si me lees, que sepas que todavía me acuerdo de ti y de los ratos pasados en tu casa.

Espero no haber sido pesado, y si les ha gustado y quieren comentar algo, mi correo es soiscojonudas@yahoo.es . Hasta otra.