Juan. Cuatro días después de cenar con Miguel

Cuatro días después de cenar con Miguel, vuelvo a ir a su casa. Definitivamente entierra mi ego masculino.Relato erótico de la novela "Tuyo sin saberlo" publicada en cisnerosanovelas.blogspot

Llego al portal del edificio donde vive Miguel. Toco el tiembre.

  • Sí? - responde Miguel al interfono.

  • Soy Daniela – digo en voz baja y lo más fina que puedo

Se abre la puerta y me dirijo al ascensor. Estoy nervioso como un flan. A María le he dicho que voy a tomar algo con un amigo del trabajo. Creo que le ha dado completamente igual lo que le diga.

Hoy no llevo ropa interior. El hecho de no llevar nada debajo, me excita aún más. Me he puesto la colonia que le encanta a Miguel y me he afeitado. Me he puesto crema en la cara para tenerla más fina.

Aprieto el botón del ascensor y se abre la puerta. Subo en ese ascensor que cada día es más lento, hasta llegar al piso de Miguel.

Salgo del ascensor y me dirijo a la puerta de Miguel que está un poco abierta.

La abro poco a poco y digo un tímido “hola”, con la voz lo más fina que puedo.

La luz del recibidor está abierta. Dentro y veo a Miguel que me espera dentro. Entro y cierro la puerta. Está guapísimo, recien duchado y solo lleva una toalla atada a la cintura, dejando ver su torso depilado. Me recibe con una sonrisa.

  • Hola Daniela, que tal estas?

  • Bien – digo nervioso.

Mi polla se empieza a excitar y a empalmar. Y como voy sin ropa interior, se nota enseguida.

Miguel mira a mi entrepierta y hace que “no” con la cabeza mientras sonrie.

  • Estás siendo una chica mala, no se te está permitido empalmarte.

Y mientras me dice esto, me coge de las muñecas y me arrasta contra la pared. Se le cae la toalla y deja ver todo su fabuloso cuerpo desnudo. Un cuerpo perfecto, con un pollón enorme, aun en reposo.

Me tiene cogido por las muñecas contra la pared y nos miramos a los ojos, con los labios separados por un par de centímetros.

Pone su rodilla entre mis piernas, para separlas un poco. Y deja su pierna entre las mías. No puedo tocarlo porque me tiene cogido por las muñecas. No es que lo haga con fuerza, yo tampoco opongo resistencia. Me gusta estar a su merced.

  • Vas a aprender a no empalmarte si permiso, ok? - me dice susurrando.

Y antes que yo pueda asentir, me empieza a besar suavemente. Esos besos largos que sabe hacer él. Al principio solo los labios, para luego meter la lengua en mi boca. Nuestras lenguas luchan entre las dos. Él con su rodilla en mi entrepierna y con las manos cogiendome las muñecas.

Deja de besarme y me mira a los ojos.

  • Esto te va a doler un poco, pero es por tu bien – me dice – Confías en mi?

Asiento con la cabeza.

Separa su rodilla de mi entrepierna y me da un rodillazo en los testículos. Sufieciente para que me duela la tripa. No me he podido mover porque tengo estoy cogido por las muñecas. Pero antes que me pueda quejar por el dolor, me vuelve a besar con esos besos dulces, largos, entregados y apasionados que me da. Estamos un rato, hasta que el dolor de tripa por el golpe en los huevos, se pasa.

  • Confía en mi Daniela. Te va a encantar – me susurra.

Me suelta las muñecas y empieza a quitarme la camisa poco a poco. Yo le miro a los ojos, a sus labios, a su pecho.

Mi polla ya no está empalmada, y espero que no se vuelva a empalmar. No quiero que Miguel me vuelva a dar castigo. Me lo tenía merecido.

Me desabrocha el botón del pantalón y se dispone a bajarme los pantalons. Cuando ve que no lelvaba ropa interior, me mira y sonríe.

  • Muy bien putita. Te ha gustado venir sin ropa interior? - me pregunta.

  • Es excitante – respondo.

Lo tengo de rodillas, a solo 10 centímetros de mi polla. Me hubiese encantado que me chupara la polla, tengo aún un reducto de ego de macho que grita desde el fondo de un pozo. Pero no me hago ilusiones. Ya me dijo que un macho como él no masturba ni chupa este tipo de, como él llama, clítoris. En mi nuevo papel, no cabe esa posibilidad. Y pensar que hace dos semanas me consideraba un machito.

Me baja los pantalones hasta abajo y me quedo tan desnudo como él. Me coje de la mano y me conduce hasta su habitación. Voy detrás de él. Su culo es perfecto y lleva tres cisnes rosas tatuados en él. Que significarán?

Su habitación está limpia y ordenada. Veo el bote de lubricante preparado en la mesita y a su lado una gomita. Es de esas gomitas que se hacen llamar “cock rings”. Se suelen poner en la base del pene para extrangularlo.

Entramos en su habitación y me acaricia la cara. Nos besamos. Sus manos recorren todo mi cuerpo, excepto mi polla y mis huevos. Mis manos recorren todo su cuerpo y se concentran en su pollón. Masturbo su pollon con una mano y con la otra acaricio sus huevos. Su polla se ha hinchado y está dura y jugosa. Suelta una primera gota de líquido preseminal y extiendo la gotita por el glande. Es muy suave y resbaladizo. Su respiración se acelera. Mi mano coge su pollón, y está caliente. El olor a polla inunda la habitación.

De fondo ha puesto música de Lady Gaga, suave. Esta música me motiva y me hace sentir más sexy. Le beso su cuello, y su pecho, mientras sus manos me cogen de las nalgas. Estamos de pie, y el suelo es fresco, va bien para bajar mi temperatura. La temperatura de la habitación sube también y nuestros cuerpos empiezar a humedecer. Su pollón duro como una piedra me señala. Yo no he podido evitar mi erección. Cuando mi polla le roza, mira hacia abajo y sonríe. Miro. No sé que pasa por su cabeza. Esos ojos son indescifrables a veces. No sé si querrá castigarme o recompensarme. Ambas cosas me excitan.

Con su mano coge su polla y la mía a la vez. Nuestras pollas se rozan y se fregan. Una lucha de espadas en la cual tengo todas las de perder. Movemos las caderas para hacer que nuestras pollas se froten. Es evidente que su pollón es mucho más grande que el mío y eso aún me excita más.

Suelta las pollas y me coge de la cara suavemente parar besarme apasionadamente. Noto su lengua dentro de mi boca y su pierna entre las mías. Abre mis piernas, como había hecho en el portal. Deja de besarme y sonríe. Cierro los ojos a la espera de otro rodillazo, pero esta vez no llega. Los vuelvo a abrir, y aun está sonriendo.

Me vuelve a besar, acariciandome. Le abrazo por el cuello y el me coge por la cintura. Nuestras erecciones dificultan el abrazo, pero aprovechamos para refregarnos.

Deja de besarme y se dirige a la mesita. Coge la gomita “cock ring”. Se acerca a mi, mostrándome la gomita.

  • Sabes que es esto? - me pregunta.

  • Sí, una gomita para la polla,no?

  • Sí y no – responde. - Primero, si fuera para la polla, me lo pondría yo y no tu. Recuerda, la única polla que hay aquí es lo que tengo yo en las piernas. Lo que tienes tú es un clítoris grande o un cacahuete. Segundo, la gomita te lo voy a poner a ti. Y tercero, te lo voy a poner en los huevecillos.

  • Porqué? - pregunto con un poco de sorpresa.

  • Estos huevecillos empiezan a molestar un poco. - Me dice eso, me besa y luego continua – A que te molestan cuando te pones braguitas o ropa de mujer?

  • Como sabes que me pongo ropa de mujer?

  • Vamos Daniela, seguro que te has probado ropa de tu novia.

Me pongo rojo. Esta mañana me he puesto las mallas y otro día prové pantalones de María cuando estaba solo en casa.

  • Pues – continúa – con esta gomita solucionaremos el problema.

No acabo de entenderlo my bien,pero accedo. Se pone de rodillas, con sus labios a la altura de mi polla. Otra vez, aparece mi orgullo de machito que en el fondo del pozo pide subir, salir y que me chupe la polla. Pero este orgullo està muy hondo, muy abatido para salir y yo estoy disfrutando de mi nuevo rol.

Abre la gomita, y desplaza mis testículos con habilidad quirúrjica. Me pone la gomita en los huevos, de manera que la gomita estrangula el escroto y los testículos se separan un poco del resto del cuerpo. Es una sensación excitante.

Mientras Miguel se levanta, me va acariciando las piernas, pasando por la rodilla y subiendo por la cara interior del muslo. En esta ocasión se para en los huevos. Los coge. Están a su merced. Me tiene cogido de los huevos literalmente. Me mira a los ojos. Soy tuyo sin saberlo, Miguel.

Me aprieta un poco los huevos y me empieza a besar. Mis testículos notan la presión, mi cacahuete se roza con él y me excita aún más. Entro en un universo de sumisión. Estoy entregado a mi macho. Me inflige dolor y placer al mismo tiempo. Sus besos me hechizan. Sus labios recorren toda mi boca. Cierro los ojos y tiro la cabeza hacia atrás. Miguel me besa el cuello, a mismo tiempo que me apreta un poco más los huevos. Me empieza a doler un poco más. El dolor sube por la tripa. Castiga mi cuerpo, acaricia mi alma.

Empieza a estirar mis huevos hacia abajo. Poco a poco. Cada vez más abajo y me veo obligado a bajar mi cuerpo. Lady Gaga canta Bad Romance de fondo. Bajo y bajo hasta ponerme de rodillas, momento en que me suelta los huevos.

Empiezo a besarle la zona del obligo, y empiezo a bajar poco a poco. Los huevos se me han quedado doloridos y el dolor me sube a la tripa. Continuo besando su dulce piel. Huelo su polla y con mis manos acaricio sus nalgas. Con sus manos acaricia mi pelo.

  • Nena, te has portado muy mal y aun necesitas más castigo.

Estoy de rodillas, con las piernas un poco abiertas y con una gomita estrangulándome el escroto. Su pie está entre mis piernas, y poco a poco voy besandole el ombligo, bajando hasta la base del pene. Chupo la base. Tiene todo depilado. Le paso la lengua.

De repente, noto su pie en mi cacahuete. Me da una patada, no muy fuerte, pero en los huevos. Una y otra hasta tres, mientras me acaricia el pelo y conduce mi cabeza por su polla.

Sus patadas hacen que me vuelvan a doler los testículos y la tripa, pero me excitan aún más. Tengo su polla entre mis manos. Y con mi boca envuelvo el glande. Lo succiono. Su polla entre en mi boca, solo hasta la mitad. Me dan arcadas y la mandíbula me duele un poco de abrir tanto la boca.

Le chupo la polla y me cae la saliva de las comisuras de la boca. Está todo mojado y mis testículos los noto fríos. Su pollón entra y sale una y otra vez de mi boca. Me está follando la boca y su pollón entra cada vez más fondo. Somos dos animales en celo. Sudamos los dos, noto que mi ego de machito, está hundiendose cada vez más en el pozo. Creo que le estoy despidiendo con una sonrisa de oreja a oreja. No deseo para nada la vuelta de ese ego de machito que solo molesta.

Mi boca sufre, mi alma disfruta. Mis huevos duelen, mi alma goza. Mis manos masturban su polla mientras se la chupo. Su respiración se acelera cada vez más y suelta gruñidos. Gruñidos de animal. Gruñidos de bestia. Lady Gaga ahora canta “The Edge of Glory”.

Miguel saca la polla de mi boca, y hace levantarme. Me conduce a la cama para que me acueste. Me pone boca arriba. Está sudado, caliente, excitado, como yo.

Estoy boca arriba con las piernas abiertas. Coge el bote de lubricante de la mesa. Se sienta en la cama y se pone delante de mi, entre mis piernas. Con las piernas puedo abrazarle. Sonríe y con una mano me coge de los huevos.

Los noto frescos y su mano en contraste la noto muy caliente. Los mira, los toca y los aprieta un poco. Se pone lubricante en las manos, y me comienza a extender lubricante en mis huevos extrangulados aun por una gomita. Luego extiende lubricante desde mis huevos hasta mi ano. En mi ano pone lubricante y lubricante. Mucho más lubricante e introduce un dedito, para poner lubricante en su interior. Cojo un poquito de aire, no me lo esperaba. Él sonrie. Ahora Lagy Gaga canta “Marry the night”.

Vuelve a poner lubricante en sus manos y se la esparce por su pollón, a modo de masturbación.

Vuelve a poner lubricante en sus manos y mira mis testículos.

  • Ves como molestan estas canícas. No hacen más que dolerte, verdad? - me dice mientras pone lubricante en mis testículos y me los vuelve a apretar.

Noto frío en mis testículos y con el lubricante, aún me hace más frío. Noto calor en mi alma.

Ahora se pone encima de mi, deja parte de su peso. Le noto sobre mi pecho, sus brazos me rodean. Mis piernas se abren, mi pene está fofo ahora y mis huevos notan todo el calor de su cuerpo puesto encima. Su pollón pone la punta en la puerta de mi ano.

El glande está a punto de entrar. Esta vez sin condón. Piel con piel. Corazón con corazón. Hace un poco de fuerza para entrar. Estoy un poco tenso y me empieza a besar suavemente. Él sabe como abrir mi puerta. Me relajo, y poco a poco empuja para hacer entrar su pollón en mi culo. Esta vez ha sido mucho más fácil que la otra vez. Me noto lleno. Toca mi punto G. El placer es empieza a extender por todo mi cuerpo. Tiene toda su polla dentro de mi. Y me está besando. Le beso. Nuestras lenguas vuelven a luchar. Ahora sale un poco. No quiero que salga. La quiero toda dentro. Zas!. Otra vez, vuelve a entrar. El placer me vuelve a inundar. Solo me molesta un poco los testículos, pero me excita saber que los tengo como Miguel desea.

Miguel me empieza a follar mi culo, a un ritmo lento. Un ritmo romántico. Ya no nos besamos, nos miramos a los ojos. Miro a la cara del macho que ha enterrado mi ego masculino en el fondo de un pozo. Bajo kilos de arena, imposibles de desenterrar.

Me sigue follando. Me coge de las piernas para conducir las embestidas. No tengo que hacer nada. Solo dejarme al placer que me va inunando. Tengo unas ganas terribles de correrme y en toda la sesión me he tocado. Está claro que mi masculinidad está siendo destruída. Y yo contento que esté enterrado en el fondo de un pozo. El placer que siento, nunca lo había sentido. Los ojos se me ponen en blanco. Sus manos me cogen cada vez más fuerte y noto que está a punto de correrse.

Para un momento para acercarse a besarme, y también porque debe estar a punto de correrse y quiere durar un poco más. Al oído me susurra:

  • Que tal las canicas? - me pregunta.

  • Me molestan un poco, pero bien cariño. - le respondo.

  • Me alegra saberlo.

Se saca la polla de mi culo, me siento vacío. La deseo tanto. La miro, está hermosa, perfecta, jugosa. Me coge mi mano, y la pone en su polla. Sé lo que tengo que hacer. Por instinto empiezo a pajarlo. Le mastubo poco a poco, y se le acelera la respiración.

Noto las sábanas bien mojadas y su mano me coge de nuevo los testículos. Me los vuelve a apretar y me los estira separándolos de mi cuerpo. Vuelvo a entrar en el subespacio del placer. De la sumisión. Del saber que estoy bajo su dominio. Sonríe y me dice.

  • Nena, sabes que algunos animales, para castrarles les ponen un elastor en los testículos como el “cockring” que te he puesto? Mmmmmm Me pone mucho la idea.

Al oir esto, una oleada de placer recorre mi cuerpo de arriba a abajo. Otra oleada sale de los testículos y se dirige a mi cabeza. Empiezo a masturbar más rápido a Miguel, mientras él aprieta más mis huevos. Alzo mi cuerpo porque el dolor de mis huevos está empezando a ser insoportable, pero el placer de mi alma me inunda y no me deja hacer otra cosa que continuar masturbando a Miguel, cada vez más rápido. De repente Miguel me suela los huevos y su polla da sus pulsos informando de su inminente eyaculación. Continúo masturbando a Miguel, hasta que un líquido blanco viscoso es escupido por su pollón. La primera es dispone en mi pecho y la segunda va en toda mi cara. La tercera y cuarta se quedan en mi tripa.

Miguel relaja su respiración y me mira sonriendo. Me acaricia la mandíbula. Una escupida de semen está en el borde de mis labios. Saco la lengua y me lamo los labios, comiendo el semen que había caído en mi boca. Con el dedo acompaño el semen que me había dejado en la comisura. Noto su sabor salado, su sabor alcalino. Invade mi boca y me lo trago. Es el mejor sabor que puedo notar ahora en la boca.

Miguel se acerca a mi , y me da uno de sus besos suaves. Por fin está relajado. Se acuesta a mi lado y se me queda mirando con cara de enamorado. Me dice:

  • Nena has estado genial. Ahora quítate el “cock ring”, y descansa un poquito.

Me quito el anillo. Mis huevos están un poco doloridos y fríos. Esta noche ha sido la mejor noche de sexo que he tenido nunca. Sin duda, quiero repetirlo lo antes posible.

Miguel pone el brazo sobre mi y nos quedamos dormidos los dos abrazados en la posición del 44. Su semen se queda seco en mi pecho, son mis medallas. Mi espalda nota la calor de su cuerpo y mi culo nota su polla pegada a él.


Este relato de trata de un capítulo de una novela publicada en mi blogspot. El resto de capítulos de la novela no son explicitamente eróticos, pero si te interesa, puedes leerla para entrar más en profundidad con los personajes y entender más él relato. La novela aún no está completa y se publica capítulo a capítulo. Todos los capítulos eróticos són publicados en la web de todorelatos. Para encontrar el blog y poder leer la novela completa, cuesta un poco de encotrar. Y la búsqueda, da en las última opciones. Si de todos modos, solo buscáis los relatos eróticos, tranquilos que todos se publicarán en todorelatos.com

TÍTULO: TUYO SIN SABERLO

SINOPSIS

Juan, que felizmente vive con su novia, tiene y siempre ha tenido fansatías homosexuales. Sin saber como, conoce a Miguel quien le ayudará a experimentar sensaciones nunca imaginadas por Juan. Todo ello, hará que Juan se plantee su modo de vida. Por otra parte, en la misma ciudad aparece en extrañas circunstancias el cadáver de un hombre sin identificar, cosa que provoca un extraño ambiente en la ciudad.