Juan, Ana y yo
Historia veridíca de un trio.
Era la segunda vez que quedábamos, la primera vez no pudimos hacerlo, pero nos conocimos personalmente, Ana era una chica delgada, pelo liso moreno, con mechas rubias, con un culito respingon, y no muy alta, en cambio su pareja Juan, era bastante alto, moreno, pelo corto y ojos claros y fuerte.
Quedamos para tomar algo y después ir al hotel, y hacer el trío, algo que los tres estábamos deseando realizar. Llegamos a la habitación, era bastante amplia y con una cama muy grande, Ana, se despojo de toda su ropa, dejándose solo un tanguita blanco precioso, dejando a la luz su redondito y precioso culo y sus pequeñas pero juguetonas tetas.
Ella se tumbó boca abajo en la cama, mientras yo me quitaba toda la ropa y me quedaba desnudo, Juan hacía lo mismo, pero el, se quedaba en el sofá enfrente de la cama, donde yo estaba con Ana.
Tanto a ella como a mí nos encataba hacerlo con aceite, así que me ella bocabajo en la cama y yo encima de ella, comencé a darle un masaje con aceite sobre su espalda y su culo, cada vez nos íbamos calentando más, mi p0lla ya estaba durísima, refregándola por su delicioso y apretado cul0, mientras mis manos recorrían su espalda.
Ahora era yo quien estaba debajo y ella encima mía, sus manos recorrían mi espalda y mi culo, me dí la vuelta y la puse debajo mía, y comencé a besarle su cuello, sus labios, hasta bajar a sus pezones.
Los chupaba despacio, los acariciaba, los mordía suavemente, mi lengua recorría su vientre hasta llegar a su sexo, le separe las piernas y le quite el tanga, mi boca besaba el interior de sus muslos, rozando suavemente su delicioso y rasurado coñ0, ella jadeaba y suspiraba, de placer, poco a poco a mi lengua lamía su dulce sexo, sin prisas le chupaba su clítoris, mientras mis dedos la penetraban. Juan se había levantado del sofá y nos hacía fotos, mientras yo le comía el coñ0 a su chica.
Mi lengua no dejaba de lamer su delicioso c0ño y mis dedos entraban y salían empapados por su dulce jugo.
Ahora era ella la que me proporcionaba un placer delicioso con su boca, yo estaba arrodillado sobre la cama y ella también, su lengua recorría despacio toda mi verga dura, hasta llegar a mis huevos.
Su boca atrapaba mi p0lla, dando unos lametones exquisitos.
Mientras tanto Juan aumentaba nuestro morbo, haciéndonos más fotos.
No aguantaba más y la tumbé y la abrí de piernas y le metí mi dura verga, en su caliente y mojado sexo, la estaba follando, sin parar, mi p0lla entraba y salía de su deliciosa cueva, cambiamos de postura y se puso a cuatro patas , dejándome una visión deliciosa de su precioso culito, la penetraba en esa postura una y otra vez, mientras nuestros gemidos eran cada vez más fuerte, Juan tumbado en el sofá contemplaba la escena, masturbándose, mientras Ana y yo nos retorcíamos de placer, ella ahora tenía su espalda pegada a mi pecho y yo le besaba el cuello, susurrándole al oído le dije, que me iba a correr y quería hacerlo en su boca. La saqué de su c0ño y se la puse en la boca, yo estaba a punto y ella con un par de lametones, hizo que mi leche brotara y cayera sobre su boca lujuriosa. Al mismo tiempo Juan se corría, disfrutando de nuestro primer encuentro.
Yo quedé tumbado sobre la cama, mientras ella se limpiaba la boca, había sido el primer polvo, pero aún quedaba más.
Después de un descanso, volvimos a hacerlo, esta vez mi boca fue directamente sobre su caliente y depilado c0ño, mi lengua acariciaba su clítoris una y otra vez, mis dedos volvían a penetrarla primero despacio, poco a poco, aumentado el ritmo de la penetración, al mismo tiempo, que mi lengua lamía y lamía sin parar su exquisito sexo. Con su cueva bien húmeda por mi lengua, cambiamos de posición y ahora yo sentado y ella a mi lado de nuevo chupando mi p0lla, ahora Juan se acerco, pero no para hacer más fotos, esta vez también participaba, acercándole su miembro duro y caliente, a la boca de su chica, Ana tenía dos p0llas para ella sola, iba de una a otra verga, su lengua y su boca, chupandonos, era nuestro placer.
Juan puso a su chica a cuatro patas, y le metió todo su nabo, hasta el fondo de su húmeda cueva, mientras la boca de Ana, no le daba tregua a mi verga, a cada embestida de su chico, era una deliciosa chupada en mi p0lla.
En un total estado de éxtasis, me puse al borde de la cama de pie, y ella, se puso sobre mi dura verga, abrazándome, con sus piernas sobre mi espalda y sus brazos sobre mi cuello, ella bajaba y subía sintiendo como mi miembro entraba y salía de ella, nuestros cuerpos completamente llenos de sudor, despedían sexo por todo nuestros poros.
Nos tumbamos en la cama, ella debajo, con las piernas abiertas, yo arriba sin parar de penetrarla, Juan que estaba en la cama, le volvió a poner su p0lla en la boca de Ana, estaba siendo follada por el c0ño y por la boca al mismo tiempo, nuestros gemidos de placer se mezclaban, con nuestro sudor y nuestra respiración, los jadeos aumentaban de volumen, Ana tuvo un orgasmo tremendo, Juan a nuestro lado, se masturbaba, hasta correrse, yo no aguantaba más y tuve un orgasmo delicioso corriéndome sobre ella.
Los tres acabamos extasiados de placer, al rato llamaron al móvil de Juan, lo llamaban del trabajo y no tenía mas remedio que irse, así que quedamos para una segunda vez.