Jovenes amantes
Un día, estando en una tienda, viendo la ropa interior, ví que se acercaba a mí un muchacho alto, estaba muy muy guapo y se veía que tenía buen cuerpo también. Yo solo ...
Jovenes amantes
Un día, estando en una tienda, viendo la ropa interior, ví que se acercaba a mí un muchacho alto, de cabello castaño, con unos pants grises, el tipo en cuestión estaba muy muy guapo y se veía que tenía buen cuerpo también. Yo solo trataba de no ser muy obvio al verlo pues no sabía que terrenos pisaba.
De pronto se me acercó y sin mas ni mas me preguntó, que tipo de ropa interior prefería... a lo que yo, nervioso, le contesté que me gustaban los bóxers ajustados al cuerpo, y aún con mas nervios, le pregunté cual prefería él, a lo que me contestó que era una concidencia que ambos usaramos el mismo tipo de ropa interior. Esbocé una equeña sonrisa mientras lo imaginaba sin los pants que lo cubrían...
Estaba a punto de irme cuando me preguntó: ¿Crees que me vería bien con estos?, mientras me mostraba unos de color gris que me imaginé se le verían estupendos... por un momento no supe qué contestar, él solo me veía maliciosamente, y solo pude decirle que estaba seguro que le quedarían muy bien ya que estaban hechos para gente bien proporcionada y atractiva.
Él, asombrado me preguntó: ¿te parezco atractivo?
- Si... no, no sé - fue lo único que pude decir mientras el chico me sonreía y me ofrecía darme un aventón a donde yo vivía si así lo deseaba...
Para este momento, ya me imaginaba que algo pasaría entre nosotros y realmente lo deseaba.
Finalmente llegamos a mi casa, una casa grande con alberca que habitaba yo solo pues mis padres habían salido de vacaciones y regresarían hasta dos meses después.
Pasamos a la sala y platicando me comentó que tenía 22 años, (yo tenía 21), y me dijo, entre otras cosas, que a veces modelaba, inclusive trajes de baño. Yo le dije que debería ser muy desinhibido para mostrarse así ante la gente y por consiguiente debía poseer un buen cuerpo.
Él me dijo que no le importaba que le vieran semidesnudo, incluso le gustaba y acto seguido se quitó la sudadera, dejándose ver en una camiseta negra sin mangas de la que se le salía un pezón, orgulloso de sus bien formados brazos (no exagerados) me dijo que juzgara si tenía o no buen cuerpo.
Yo ya no pude resistir mas y acariciando esos grandiosos bíceps, me le acerqué para besarlo. Él no se resistió y comenzamos a besarnos mutuamente juntando nuestras lenguas y acariciando nuestros cuerpos aún cubiertos por la ropa.
Lo primero que hicimos fue quitarnos los zapatos, e inmediatamente corrí a quitarle el pantalón para descubrir unos boxers ajustados como los de la tienda.
Mientras él estaba de pie yo me hinqué para besar su pene encima de su ropa interior al tiempo que agarraba sus suaves nalgas.
Rápidamente me despojé de todo lo que me cubría y de pie los dos seguimos esándonos, mientras juntábamos nuestros cuerpos.
Continué levantándole el brazo derecho: fue cuando noté lo velludas que eran sus axilas, lo cual me excitó aún mas. Lentamente acerqué mi lengua a donde empezaba el agujero de la camiseta por donde salía su brazo y empecé a recorrer su piel hasta deleitarme un buen rato lamiendo su axila derecha, para luego hacer lo mismo con la izquierda, no podía creer que mi lengua se paseaba por esa vellosidad tan estimulante. Luego le quité la camiseta para besar y lamer sus bien formados pectorales, eso si, me detuve en sus pezones para saborearlos y darles un par de chupetones a cada uno de ellos.
Bajaba en su cuerpo y al llegar a su ropa interior, lo puse con las nalgas hacia mí y rápidamente le bajé los entallados bóxers negros. Por fín tenía su suave, velludo y firme trasero ante mis ojos y listo para recibir mis caricias bucales.
Con ambas manos acaricié esas nalgas, las apreté y las agarré con fuerza, luego mis mejillas las rozaron, mi boca las llenó de besos y finalmente mi lengua las cubrió de saliva... estaba llegando al cielo!!!
En eso se dio la vuelta y me agarró la cabeza para darnos un buen beso, y así estuvimos un buen rato en el suelo frotando nuestros cuerpos mutuamente al tiempo en que compartíamos saliva y caricias. Estábamos en esa situación hasta que decidí que era momento de probar su parte mas recóndita así que mirándolo maliciosamente volví a bajar en su cuerpo hasta llegar a su magnífico pene erecto. De un tamaño normal rodeado por una buena cantidad de vello púbico.
Me acerqué para besar su vello y agarré el pene con la mano, lo froté unos segundos y con la lengua lamí la cabeza... una y otra vez, su pene se ponía mas duro... ya no resistí mas y me lo metí completamente en la boca. El vaivén iba aumentando de velocidad y mientras esto sucedía saboraeaba las primeras gotas de líquido preseminal que iba saliendo... mmmh... yo no paraba de chupar y succionar su bello miembro y mientras tanto pensaba si dejaría que se viniera o no en mi boca. No me decidía y cuando menos lo pensé el primer chorro salió disparado, no me quedó otra que probar el semen que iba saliendo y mientras mas lo paladeaba mas me gustaba por lo que terminé por chupárselo todo y finalmente lo tragué casi en su totalidad. Luego me masturbé y antes de venirme me pidió recibir mi semen en su boca también, lo cual, por lo que ví lo satisfacía al máximo.
Quedamos muy cansados y nos dormimos en la sala, al despertar se vistió y se despidió con un beso, no sin antes dejarme su teléfono, gracias a lo cual, seguimos manteniendo relaciones sexuales en cuanto hay oportunidad.