Joven se venga de su patrón sometiendo a su mujer

Damián es un muchacho que comienza a trabajar para un empresario bastante prepotente y avasallador. El chico lo soporta por cuanto necesita el trabajo. Con el tiempo conoce a la mujer del mismo, con la que surge una relación que se transforma pronto en sexual, viendo en ello una forma de vengarse de su propio patrón.

Recién acabados sus estudios de formación profesional, Damián se puso a buscar trabajo durante algún tiempo, pero por más que lo intentó todo parecía inútil. Un buen día su padre llega a casa y le menciona que se había encontrado con un conocido de su niñez, y que éste le había mencionado que pasara por su empresa que quizás tuviera algo para él. El padre le hizo saber a su hijo, que no tenía amistad con el mismo, que lo encontró en un bar después de mucho tiempo, que sabía que tenía montada una empresa de fabricación de productos relacionados con el plástico, pero nada más. Le avisó de que quizás siguiera teniendo un carácter muy fuerte, ya que cuando estudiaban juntos, Andrés (que así se llamaba este empresario), tenía malas pulgas, era muy prepotente y que siempre presumía de salirse con la suya.

Damián con sus veintidós años, solo quería poder comenzar a trabajar cuanto antes. Por ello no dudo en aceptar la proposición de su ancestro, pese a las advertencias del mismo, y así fue como se dispuso visitar la empresa de aquel señor. ¡ Total nada tenía que perder por intentarlo !.

Al llegar, constató que era una industria de fabricación de productos de plástico. Cuando se presentó ante Don Andrés, observó que  el mismo le miró de arriba abajo, para luego señalarle de forma autoritaria que era muy exigente, y que si aceptaba trabajar con él exigía respeto y cumplimiento en la tarea que se le encomendara . Por supuesto que el muchacho aceptó, y al día siguiente comenzó a trabajar como operario cargando cajas de materiales dentro de la fábrica.

El chico se percató de que D. Andrés trataba al personal de muy mala forma. Al mejor que trataba era al administrativo de la oficina, pero aún así, en varias ocasiones le gritaba como a los demás.

Cierto día el administrativo de la oficina causó baja por enfermedad, y Don Andrés llamo a  su oficina a Damián. Este iba pensando que algo malo había pasado y se preparó para recibir una reprimenda.

Nada más llegar le dijo: - Damián. ¿Tu terminaste administrativo no?.

-así es D. Damián. Le contesto el chico.

-Bueno. Lucas se ha puesto enfermo y creo que va para largo. Necesito alguien que le sustituya en la oficina. ¿Puedes ocupar su puesto?

- hare lo que Vd. me mande D. Andrés - le contestó el muchacho bastante sumiso, y sorprendido de que hubiera contado con él para aquel puesto. Aunque fuera de manera provisional.

Así fue como Damián pasó a ocupar el puesto de administrativo. No en vano, Damián había sido bastante aplicado en temas de contabilidad y finanzas, y desde los primeros días Don Andrés vio con buenos ojos la forma en que desempeñaba el cometido. No obstante, sus gritos nunca cesaron. Aquel hombre carecía de poca educación, especialmente en el trato con el personal, a los que trataba como si fueran sus esclavos.

Por supuesto que el chico tampoco se escapaba de esas reprimendas. Damián se sentía humillado por la forma de hablar de aquel hombre, pero era obvio que necesitaba su trabajo. Sabía que el que cualquier intento de desafió supondría el inminente despido.

Un buen día, don Andrés llega a la oficina y le dice el muchacho: - Damián. Quiero que vayas a mi casa y le lleves a mi esposa este paquete. Yo no puedo ir hasta la tarde y ella lo necesita ya.

Tras darle la dirección,  el muchacho solicito se dirigió solicito a la casa de su patrón. Esta resultó ser una vivienda en las afueras de la ciudad, bastante espaciosa y con un amplio jardín. Tras pulsar el timbre de la entrada, e identificarse, una voz femenina le abrió la puerta mediante el portero eléctrico, indicándole que pasara. Una vez dentro, se abrió la puerta de entrada, y el muchacho se sorprendió al aparecer franqueando la puerta una señora que podría rondar los cuarenta años, no muy alta, bien parecida, y sobre todo muy elegante.

- Hola. Soy Mariela, la mujer de Andrés. ¿Tú debes ser Damián? Le indicó la mujer al instante, observando al muchacho indeciso, sorprendiéndose de cómo la miraba de arriba abajo.

-sí, me ha enviado su marido para entregarle este paquete. Le contesto el muchacho.

-Gracias. Es el nuevo móvil. El anterior está bastante cascado.

El muchacho se iba a marchar, cuando de pronto escucha que la mujer le dice :- ¡oye muchacho!. ¿Un joven como tú sabrá algo de móviles?. ¿Crees que podrías pasarme los datos del anterior al nuevo?.

-Creo que sí. Le contestó tímidamente Damián. Realmente lo había hecho en varias ocasiones.

La señora hizo pasar el muchacho dentro de la casa, y tras sentarse en el sofá de la sala, el chico se puso a poner en funcionamiento el móvil nuevo traspasando los datos del anterior, y dejándolo a pleno funcionamiento. Luego le indicó a la señora algunas novedades del nuevo móvil, verificando  que la mujer quedaba encantada con sus explicaciones. Mientras llevaba a cabo el cambio, el muchacho tuvo tiempo de observar a la mujer de su jefe, percatándose de que estaba de muy buen ver. No comprendía como un hombre bastante más viejo, y de tan mal carácter, tenía una esposa tan joven como aquella.

Había descubierto que la señora tenía unos pechos que le encandilaban. Para colmo, en los momentos en que se acercaba a su lado para observar cómo funcionaba el móvil, el muchacho se dio cuenta de que a la blusa que en ese momento llevaba aquella, se le había soltado un botón, y dejaba entrever parte de sus pechos . Damián se quedó excitado al comprobar aquel par de senos, que debían ser voluminosos, y que se ofrecían ante su vista.

Quedo preocupado ya que ello motivo una erección que se mostró claramente en su pantalón, y al que la señora no fue ajena. Mariela, por su parte, se quedó sorprendida al verificar la mirada del muchacho hacia sus pechos, percatándose ella del botón que había dejado parte de los mismos a la vista del chaval. Enrojeció un poco, pero más sorprendida se quedó al fijarse en el bulto que se había formado en el pantalón del muchacho. Se quedó algo cortada, pero reaccionó se cerró el botón de la blusa y no hizo comentario alguno.

Luego le sirvió un refrigerio y el muchacho se marcho.

Damián se había quedado sorprendido con la mujer de su patrón. Aquella mujer realmente, pese a su edad, estaba muy buena. Por el camino de vuelta a la empresa, no dejaba de pensar en la suerte de su jefe al tener una mujer como aquella.

También la señora Mariela por su parte, se sintió confundida tras la marcha del chaval. Había observado que aquel muchacho se había excitado al contemplar sus pechos. Su marido hacía tiempo que se había limitado simplemente a follarla alguna que otra vez en semanas, y apenas disfrutaba del sexo. El que un muchacho como aquel, jovencito y bastante apuesto, se fijara en ella era algo morboso y excitante para ella. Siempre la habían educado que aquello era pecado y que debía ser fiel a su esposo , pero sin embargo, un cosquilleo comenzó a sentir en su vagina con solo pensar en el muchacho.

No transcurrió una semana para que el patrón le volviera solicitar que llevara a su casa un pedido para su mujer. Y así ocurrió en dos ocasiones más. En todas esas ocasiones Mariela se había sentido turbada con la mirada del muchacho hacia su anatomía. En ningún momento le había dirigido ninguna indirecta -era lógico ya que era empleado de su marido, y sabía cómo se las gastaba el mismo-. Sin embargo,  en su mente empezó a fantasear con ser cogida por aquel joven muchacho, y en más de una ocasión se tuvo que meter lo dedos para masturbarse, algo que nunca antes le había ocurrido.

Pasó un tiempo sin ver al muchacho, y por ello, la misma se las ingenió para que su marido lo enviara nuevamente buscando una excusa con otro mandado. Solo pensar en la presencia del chaval en casa le excitaba. Ella se encontraba casada y tenía una hija de catorce años que se encontraba estudiando, por lo que casi siempre estaba sola en casa cuando llegaba el muchacho.

Esta vez le hizo pasar a la cocina, para invitarlo a un poste que había terminado de hacer expresamente con la finalidad de que él lo probara. El muchacho se sentó en la mesa, mientras ella se dirigió a la nevera a buscar el poste. Ese día, se había puesto un pantalón tipo malla bastante ceñido, donde además se veía claramente el contorno de su braga. Lo había comprado expresamente para ponérselo ante el chaval . Si su marido la viera con el mismo la insultaría. Se había visto en el espejo, y se había dado cuenta de que quizás era demasiado atrevido, notaba que se le veía perfectamente su trasero, y por delante, nerviosa observó que se marcaba los labios de su coño. ¡Pensó en quitárselo y ponerse otra cosa!. Sin embargo, cuando pensó en cambiarse escuchó el timbre de la puerta y ya no pudo hacerlo.

Damián, por su parte se quedo sorprendido gratamente con la visión de aquella señora, especialmente con la vestimenta que llevaba puesta. Andaba excitado mientras veía el trasero a la señora.

Mucho más excitado quedó al comprobar cómo al agacharse la señora para recoger algo debajo del poyo de la cocina, pudo constatar aquel perfecto trasero. La malla permitía ver claramente la anatomía de sus piernas, sus nalgas. Su polla se envalentonó ante semejante visión.

La señora sabía que eso excitaría al muchacho, razón por la que se había agachado con ese propósito. Cuando regresó para poner el poste sobre la mesa, no puede dejar de mirar el bulto del pantalón del muchacho. Damián se dio cuenta del enrojecimiento en la cara de Mariela, constatando que se había dado cuenta de su excitación. Ella regresa al poyo de la cocina, y excitada, como suma morbosidad, se suelta uno de los botones de su blusa y regresa con un vaso para el refrigerio. El muchacho se percató claramente de ello, constatando que ella le mostraba nuevamente gran parte de sus pechos, especialmente durante el momento de agacharse para servirle.

Damián se quedo cortado, nervioso y sin saber reaccionar. Joder aquella señora le estaba seduciendo , dedujo, al verificar aquel comportamiento. La verdad es que había fantaseo en varias noches en cómo se follaba aquella mujer, alcanzando unas eyaculaciones copiosas.

Era la mujer del jefe. Por ello sabía que: ¡ Era agua que no era de beber !

-¿te gusta ?- le dijo de pronto Mariela con un segundo sentido.

-¿ como… ?- respondió el muchacho al verse dudoso, sin saber a qué se refería.

- el poste. ¡Qué va a ser!. ¿Te gusta el poste?- Le contestó Mariela sonriendo por dentro al pensar en el apuro en que había puesto al muchacho.

- por supuesto. Esta buenísimo. ¿Es casero? Le contesto atragantado el muchacho.

- lo he hecho yo misma .-le dijo ella.

- tiene Vd. buenas manos para la cocina. De veras está muy rico - le contesto Damián cortésmente.

- Vaya celebro que te guste. Mi esposo no opina lo mismo. Dice que no tengo mucho gusto para la cocina .- me dijo ella.

-Pues…yo opino que este poste esta riquísimo . Le contesto galantemente el chico.

-gracias .

Luego bastante nervoso, tras terminar el poste, éste terminó por marcharse.  Mientras iba en el coche de vuelta, pensaba en si era verdad que la  señora le estaba tirando los tejos. En la noche se tuvo que tocar una soberana paja pensando en aquella mujer.

Una semana después, el muchacho recibió una monumental bronca ante todo el personal porque no habían llegado unos pedidos que se necesitaban en la empresa. Pese a demostrarle a su jefe que estaban solicitados en forma, y que era culpa del distribuidor, aquel no quiso dar su brazo a torcer y le contesto:- Vd. tiene que ocuparse de echarle la bronca al distribuidor para que ese pedido este en forma aquí. Esa es también parte de su misión.

Iba a replicarle, pero el muchacho opto por callarse tragándose su orgullo. El chaval comenzó a odiar aquel hombre. No podía soportarlo, pero necesitaba el trabajo.

Por la noche le costó dormir pensando en lo ocurrido, y las ganas que tenía de decirle unas cuantas palabras. A la mañana siguiente al llegar a la oficina, nada más entrar escucha a su jefe que le dice: - Damián. Antes de seguir, deje lo que está haciendo y vaya a correos a retirar un paquete a mi nombre y llévelo a mi casa.

-hay que enviar un correo solicitando un pedido a Italia- le contesto el muchacho.

- Deje lo que está haciendo. Eso lo hará más tarde. Le contesto de forma autoritaria su jefe.

Se lo indicó con tanta exigencia que volvió a reprimir nuevamente su orgullo, y salió de la oficina dirigiéndose a correos. Tras recoger el paquete fue hasta la casa del patrón. Ese día, observó que tras tocar el timbre, la señora le respondió que pasara, que había dejado la puerta abierta, que se estaba bañando, pero que pasara no obstante . El muchacho entró  en la casa, y llegó hasta la sala y esperó un poco. Al rato aparece Mariela, saliendo de su habitación, sorprendiéndose el muchacho al ver como ella salía con una simple toalla anudada por encima del pecho , diciéndole:- Hola. Me estaba duchando, por eso no he salido antes. ¿Has traído el paquete? .

- si aquí lo tiene señora le contesto él mostrándoselo.

Mariela, sabía con certeza que el muchacho llegaría temprano por la mañana, por lo que entró al baño se duchó para poder estar bien presentable para el mismo. Sin embargo el muchacho había aparecido antes de lo previsto. Ante ello, se quedó pensando en si vestirse o salir únicamente con una toalla cubriendo su cuerpo. Era muy atrevido, pero se encontraba tremendamente excitada, y quería provocar al mismo . Eso le daría pie para sus fantasías masturbatorias.

Por ello salió solo con la toalla puesta, verificando en el espejo que se podía contemplar claramente sus muslos. Se dio cuenta de que a poco que se descuidara el muchacho podría ver hasta su coño, ya que tampoco se había puesto ropa interior.

Después de entregarle el paquete, ella miro de reojo igualmente el bulto del pantalón del chaval, verificando que la visión que le estaba dando había despertado el pene del muchacho. ¡Y no era para menos!. Contemplar a la señora, la cual se presentaba solo con una toalla por toda indumentaria, dejando ver sus maravillosos muslos, fue demasiado para el muchacho, cuyas hormonas se revolucionaron al momento.

En plan de despulpa ella le dice:- perdona que te haya recibido solo con esta toalla, pero es que aún tengo el pelo mojado, y ¡no pensé que llegaras tan temprano!.

- No. claro que no me importa - le contesto Damián más nervioso y casi tartamudeando.

-¿ te apetece una cerveza?. Por cierto.. he hecho un nuevo poste. Me gustaría que me dieras tu opinión.

Y sin más le pidió que pasara hasta la cocina. Damián se sentó, mientras ella, se dirigió a la nevera y sacó un nuevo poste que puso sobre la mesa. Luego marcho a buscar una cerveza, teniendo que agacharse, acción que realizó con toda la intención del mundo, dejando que el muchacho pudiera contemplar sus muslos, y casi su vagina.

El muchacho, por supuesto siguió en todo momento la trayectoria de la mujer, y al agacharse, pudo contemplar los muslos desnudos de la mujer y y sin dar crédito a la que veía, observó que no llevaba bragas. La toalla no alcanzaba a ocultar las nalgas desnudas, pudiendo detectar someramente algunos vellos de la vagina. La polla del chico se encabritó amenazando con romper el pantalón. El muchacho se percató de que lo había hecho con toda la intención del mundo, ya que, nada más regresar a la mesa la mirada de la mujer fue directo al pantalón del mismo.

Mariela sintió un cosquilleo en su coño al verificar la petulancia y enorme bulto que mostraba el pantalón del muchacho. Mientras el muchacho se tomaba la cerveza y el poste, el chico volvió alabar su forma de cocinar. En ese momento ella se levanta para recoger el plato de la mesa acercándose bastante al muchacho, cuando de repente, sin buscarlo de propósito observa como se le desprende el nudo de la toalla que llevaba puesta, cayendo la misma al suelo, y dejándola completamente en pelotas delante del sorprendido muchacho. Sin creérselo estaba ante el chaval como Dios la trajo al mundo.

- oh.. que contrariedad ..- dijo ella, viendo que no podía recogerla, ya que tenía el plato y el vaso en las manos. Indecisa sobre cómo actuar se queda estática. Damián se quedo perplejo contemplando la preciosa anatomía de aquella fabulosa hembra, sus grandes pechos, aún firmes, con unos pezones gruesos de color negruzco. Realmente quedó maravillado, y su excitación subió al máximo.

Mariela, nerviosa, al tener el plato y vaso en sus manos, dudo pero sin pensarlo mucho se giró y fue a dejar los utensilios sobre el poyo de la cocina, ofreciéndole con ello una perfecta visión de su trasero el pobre muchacho. Joder ¡ aquella mujer estaba cañón !- dijo para sus adentros Damián.

Pese a lo embarazosa de la situación, Mariela se mostraba morbosa, y, aunque intentó taparse sus pechos con las manos, no tuvo inconveniente en acercarse hasta donde se hallaba el muchacho, ya que la toalla aún permanecía en el suelo cerca del mismo. Mientras se acercaba Damián pudo contemplar la mata de vello que cubría el pubis en forma de V, y constató que tenía unos labios vaginales bastante voluminosos .

- Ay Damián. No me mires así.-, le dijo ella al sentir como el muchacho se la comía con la mirada.

-¿ Como…? bueno. Lo siento, pero no puedo dejar de contemplarla. ¡Realmente está usted preciosa! . Le contesto sin dejar de contemplarla.

- Gracias.. pero … no me mires así- le contesto ella intentando ahora tapar su monte de Venus con sus manos.

-Como quiere que la mire. ¡Esta para comérsela !- le dijo el muchacho ya completamente salido.

La polla del muchacho no le cabía en el pantalón. La visión de aquella mujer desnuda le había obnubilado. Ahora estaba totalmente salido.

Ella, nerviosa, se fue agachar para recoger la toalla, pero el muchacho se adelantó y la recogió primero. La sostuvo un momento en la mano sin entregársela. Ella le mira y le dice:- me devuelves la toalla.

El muchacho olvidándose de que era la mujer de su jefe, e incluso de la diferencia de edad, retuvo  la misma, y le dijo:- Me gusta más verla sin ella. Es vd. una diosa.

-¿Cómo?...¡estás loco Damián!... anda devuélveme la toalla . Le dijo ella entre excitada y algo sonriente.

Lejos de entregarle la toalla, Mariela se queda sorprendida al ver como el muchacho se incorpora, se pone de pie  y se acercaba hasta ella. Ella fue retrocediendo ante la actitud del muchacho, reculando hacia detrás hasta llegar al poyo. Ahora el muchacho le miraba con cara de autentico depredador. En ese momento se dio cuenta que, de lo que comenzó siendo un simple juego morboso, ahora estaba tomando otros derroteros más peligrosos.

Al llegar al poyo se detuvo y le dijo casi gritándole - ¿ qué pretendes ?

- Vamos señora. Me has estado provocando desde hace tiempo. Y hoy encima se presenta ante mí simplemente con una tolla, y además permite que se le caiga la tolla para mostrarse desnuda ante mí. ¡Joder y además, ésta buenísima !.

- Yo no te he provocado. ¿Cómo puedes pensar que lo hice a propósito? Le contesta ella.

- Los hechos hablan por sí solos. No soy tonto. Además tampoco me importa. ¡Esta buenísima!...Ha visto como se ha me puesto la polla con sus insinuaciones. Le dijo él sin contemplaciones. Ahora era un depredador sexual.

-como te atreves a decirme eso.Soy una mujer casada. Soy la mujer de tu jefe. Le contesta ella de forma algo airada.

El muchacho estaba tan lanzado que le dice: ¡Y eso que importa!. ¡Es evidente que necesita una buena polla!

-que.. Estás loco o que. Sal de mi casa .- le contesta ella alterada.

En ese momento paso por la mente del muchacho la situación y la consecuencia de la misma. El dueño seguro que le echaría del trabajo, y puede que la señora le denunciara. Lo pensó, y tomó una decisión; por ello d ecidió jugársela a una sola carta . Total estaba hasta las narices de su jefe, pero su esposa estaba cañón.

Mariela observa como aquel muchacho que ella conocía casi tímido, ahora adoptaba el papel de macho dominante, escuchando como le decía:

- vamos putita. No te hagas la víctima. ¡Sabe que necesitas mi polla!. ¿Seguro que el cornudo de su marido no te folla como se debe?

Ella estaba sorprendida por el cambio de actitud del chaval, y en ese momento supo que había ido demasiado lejos. Por ello se asustó, y le dijo:. Pero que pretendes. ¿Estás loco ?. ¿ Qué forma es esa de hablarme?. Sal de mi casa o te denunciaré. ¡ya verás cuando se entere mi esposo!. ¡Te echara del trabajo!

Lejos de amilanarse el muchacho la abraza y la sujeta con fuerza contra el poyo de la cocina. Mariela observó la corpulencia física de aquel chaval, y como la abrazaba hasta el punto de no poder moverse. El muchacho tremendamente excitado comenzó a besar en la cara a la señora, pasando a sus orejas, su cuello. – pero que haces… que me dejes

El muchacho había perdido el control. Pronto se apoderó de sus pechos, y ahora los cogía con sus dos manos. Tomar los pechos de aquella señora, excito mucho más al chaval. ¡ Joder Mariela. Que pechos tienes !.

- Pero déjame… no me toques los pechos oo … pero suéltame…

Lejos de detenerse el muchacho fue más osado llevando uno de los pechos a su boca. La mujer se estremeció al ver como el chico chupaba sus pechos con frenesí. Era uno de sus puntos débiles, lo que motivo que cediera en sus intentos de rechazo: o.. no .. Mis pechos nooooo oh cabron …

El muchacho fue saboreando aquellos dos melones, para luego llevar una de sus manos más abajó hasta alcanzar el  pubis de la mujer.

Joder el cabronazo me va a tocar la vagina - se dijo ella interiormente. La simple idea de que el muchacho alcanzara su coño, conllevó una excitación tal, que pronto observó como los jugos de su vagina escurrian por sus muslos.

Ella hizo gestos de impedírselo, pero al final el muchacho alcanzó aquel majar, viendo como los dedos del mismo entraba en contacto con los labios de su vagina. Casi se corre al sentir la mano del chaval hurgando el interior de su raja.

Era obvio, que el chico se había percatado de lo lubricada que estaba. Ella gimió diciendo, en un último intento de resistencia: - ooo ahí no ooo

- Si.. putita. Dices que no quieres, pero tienes el coño encharcado. ¡Te has mojado putita!..

- Oh déjame …quita los dedos de ahí. oooooo

Pero los dedos del chaval comenzaron a introducirse dentro del coño de aquella mujer, haciendo que ella cesara en sus intentos de resistencia.

- oh cabron que me haces… no.. ….En un momento dado, se dio cuenta de que aquello no podía continuar, que era una mujer casada, y logró soltarse escapando hasta la sala donde volvió a ser alcanzada por el muchacho, que la persiguió.

Éste se abalanzó sobre ella y logró echarla sobre el gran sofá allí existente, quedando ella boca arriba. El muchacho, sediento de sexo, tomo las piernas de la mujer y le obligó abrirlas en forma de tijera, haciendo que ésta le mostrara toda su raja al mismo. Ahora el muchacho tenía una visión completa del coño de aquella casada. El chico tiró más de las piernas colocando depositando una de ellas sobre al brazo del sofá lo que permitió tener una visión perfecta del coño de Mariela, constatando que estaba abierto y húmedo.

- que buena esta la cabrona - se dijo para sí el muchacho.

Con suma excitación, se arrodillo en el suelo de manera que su cara quedara a la altura de la entrepierna de la mujer. Luego, con ambas manos procedió cautelosamente a separar los labios externos dejando a la vista la raja totalmente rojiza y abierta de la mujer.

El olor a sexo embriago al muchacho. Excitado paso la lengua por toda la vagina saboreando aquel flujo que manaba de los labios de la señora, comenzado a dar lengüetadas, para en ocasiones introducir su lengua dentro de aquella cavidad.

Mariela no se lo podía creer. El muchacho le estaba comiendo el coño . Algo que su marido nunca había hecho:

- o…. que vas hacer… ¿me los vas a comer …..? ooo más despacio, ..o cabron sigue, no te pares ahora si.. .

Pronto el muchacho  alcanzó el clítoris de la mujer, y se puso a lamer el mismo, viendo como ella gemía: aaahhh, sí que bien vamos sigue . Oh joder que bien lo haces …

Melania estaba notando como las lamidas que le estaba propiciando aquel muchacho la estaban llevando a un pronto orgasmo. Cuando supo que no podía más, su cuerpo comenzó a convulsionarse, tomando entonces la cabeza del muchacho y la presionó hacia ella en un intento de sentir más cerca la lengua de chaval, para luego llegar al éxtasis, dejándose ir, y relajando completamente su cuerpo . Ella supo que en ese momento se había corrido en la boca del chico.

- Ahora, ahora, ……siiii, ahora… cabrón que gusto …..ooooo siiiii

El muchacho había observado como la mujer había atrapado su cabeza entre las piernas de aquella, impidiéndole casi respirar, sintiendo como se agitaba, para  al momento sentir como aflojaba la presión, brotando un manantial de jugos que llegaron pronto su boca. No le quedo más remedio que saborearlos.

Mariela, en ese momento observa como el chaval levanta la cabeza y puedo contemplar morbosamente la cara del mismo. Esta, estaba toda roja y sus labios también. Noto como había restos de sus fluidos en la barbilla del chico. Ella entonces le dice:- ¿ No te da asco? Joder… lo he hecho en tu boca .

- No me ha importado ¿Te has corrido a gusto verdad?. Seguro que tu marido nunca te lo había comido. Le contesta el chico.

-Mi marido no hace esas cosas . Pero… vas a seguir ooooo dijo al constatar como el chico le volvía a lamer de nuevo el coño, sorbiendo con ello todos los jugos que había lanzado.

-¿Te gusta o no te gusta que te lo coma? Le dijo el chico sonriendo.

- eres un cabronazo. ¿Cómo has podido hacerlo?. Soy una mujer fiel a mi marido. No deberías haberme hecho esto.

-Serás muy fiel esposa. Pero te ha encantado lo que te he hecho. ¿Acaso vas a negarlo?

Ella no le contesto, sin embargo comenzó de nuevo a gemir al verificar las lamidas de coño que le hacía aquel chico. El, deteniéndose un poco, mira fijamente el coño abierto de la misma y le dice: - Mariela tienes un coño precioso. Te voy hacer disfrutar como mereces

Ella, excitada, observa como el muchacho se incorpora, y procede a soltarse la correa del pantalón, dejándolo caer al suelo, quedándose solo con su slip. Agitaba mira el paquete que formaba el slip del chaval. Pero, mucho más excitaba se quedo, al contemplar cómo, sin más preámbulo, procedió a bajarse el mismo, “ quedando en pelotas, con todo su pene al aire ”.

- oh, pero que haces. ¿Porque te desnudas…? Oh… joder que grande - exclamo, ella al ver el cipote del muchacho. Y, ¡ no era para menos !. El chico blandía una tremenda daga entre sus piernas, bastante más larga que la de su propio esposo-dedujo ella- y, sobre todo mucho más gruesa, con un prepucio algo más delgado en la punta. Las venas que discurrían por aquella tranca la hacían aparentar mucho más grande.  Para colmo, blandía una erección bastante notoria.

Ella quedó más sorprendida cuando el acercó su manubrio a la altura de su boca. Ella entre excitada y asustada le pregunta:: -¿ no pretenderás que…?

- claro putita. Sé que estas deseando meterla en tu boca y mamarla. ¡Te haces la remolona, pero lo estas deseando!.. Vamos puta.. ¡Abre la boca y cométela!.

Mariela se estaba poniendo cardiaca perdida. Las forma de hablar del muchacho hacia que su temperatura subiese de modo infinito. La situación era morbosa, y aunque nunca lo había hecho, en el fondo estaba deseando meterse aquella polla en la boca .  Aquel pedazo de carne que pronto atrapó entre sus manos, bastante hinchada y que la estaba trastornando. La polla del chico estaba enhiesta, húmeda, y apuntaba hacia el cielo.

Aunque reacia, tomó la iniciativa. Sin más dilación, agarró el manubrio con su mano derecha. Joder que caliente estaba, observando cómo palpitaba su corazón . Con sus dedos acarició su prepucio y logró sacar unas gotitas de líquido que humedecieron la punta y que se quedaron pegadas a su mano. Miro a la cara al muchacho para luego inclinar la cabeza hasta tocarla con la lengua. No dejaba de acariciarla con la mano, viendo como crecía la polla en su palma. Hizo círculos a su alrededor, al tiempo que continuaba masturbándolo: Joder nene. ¡Como la tienes ! Dijo ella.

- ¿Te gusta? – le respondió el muchacho – Pues, ¡qué esperas para tragártela!. ¡Vamos putita hazlo! Abre esa boquita!

El chico casi se corre de gusto al sentir el calor de la boca de aquella señora lamiendo su cipote, que pronto introdujo hasta el fondo alcanzando la punta la garganta de la misma.

Una arcada hizo que quisiese sacarla, pero aguantó el impulso y Mariela noto como crecía y se hinchaba, por la presión de sus mejillas. La saca de su boca y con su lengua, recorre toda la longitud, encerrando la punta y volviendo a introducirla. Así varias veces. El chico ya no podía más y empezó a gemir. Ella contemplaba extasiada la excitación del macho, y eso más la enardecía.

Damián estaba en la gloria. Con una de sus manos toma el pelo de la señora y tira de ella con ganas, para meter su tranca entera hasta lo más profundo de la garanta de aquella putita casada.

- Ohhh no oooooggg, por favor…. – murmuró ella atragantada y borracha de polla.

- Quieres más polla verdad. Te gusta ¿verdad puta? – le decía el muchacho como autentico depredador mirando fijamente a los ojos de la misma

- ¿Quieres que te folle la boca con este pedazo de polla? Dime ¿lo quieres?

- Mmmmm…. Glub… Oh mas no ..… - El chico agarro la cabeza de la mujer con las dos manos y metió su polla con fuerza, hasta el final de su garganta. La sensación de ahogo era total y las manos de la mujer se dirigieron a sus muslos, para intentar pararlo. Pero la fuerza varonil de aquel macho era demasiada.

La sacó para volver a meterla otra vez y la volvió a sacar. Entonces el muchacho comenzó a follar la boca de aquella señora con cierta violencia, mientras notaba su punta tocar el cielo de la boca de la mujer.

Estaba a punto de correrse, pero, ….¡ el quería follarla !.

Por tal motivo paro en seco, sacándose la boca, y colocándose entre las piernas de la mujer, tocándose su cipote en la mano, lo dirigió al coño de la misma dispuesto a atravesarla.

Ella se dio cuenta de lo que pretendía y se asusto:- “ meterla no…” y….. ¡a pelo no podemos! No tomo nada. No estoy protegida. ¡Puedes dejarme embarazada!.

El muchacho se quedó cortado, pero le dijo:- pues condones no tengo. ¿Los tienes tu?.

-claro que no… ¡jamás mi marido los ha usado!

-pues te voy a follar de todas maneras. Sabes que necesitas mi polla… y la vas a recibir. Le contesto él

Ella percibió que el chico estaba dispuesto a metérsela de todas formas. Recordó que no tomaba nada. Es cierto que no estaba en sus días fértiles, pero aún así era peligroso. En el fondo quería ser penetrada por aquel cipote, pero tampoco quería convertirse en una mujer infiel.

El pene del muchacho logró alcanzar la vagina de la mujer. Esta intentó inútilmente que no la penetrara, pero la fuerza del muchacho hizo que al momento más de la mitad de su tranca se introdujera en su coño. – oh cabron sácala… me vas a desgraciar ooo ….

Lejos de sacarla, el muchacho apoyó todo su cuerpo sobre el de ella, haciendo que su tranca se clavada irremisiblemente en aquella cavidad. Poco a poco su tranca se iba abriendo camino!— oo cabron … me la has metido oooo.

Damián contemplaba como había por fin entrado en el coño de aquella mujer, percibiendo el intenso calor de su vagina. La mujer hacia intentos de querer echarla fuera apretando las paredes de su vagina contra su tranca como si quisiera estrujarla. Pero, lejos de intimidarlo, causo mayor excitación y noto como su tranca se puso aún más dura. Comprobó que aún le quedaba una parte de su pene fuera, la sacó un poco para luego retomar impulso y volver a penetrarla, haciéndolo con furia sitiando como su pene ingresaba aún más dentro de aquel túnel superestrecho.

Mariela, pese haber sido madre, estaba observado que el pene del muchacho la estaba abriendo al máximo. Era como si la estuviera desvirgando por primera vez. Grito y bufo diciéndole: - oh hijo puta me estas partiendo. Se retorcía pidiendo al muchacho que se la sacara.

- Ábrete putita o te rompo - le dijo el muchacho sumamente excitado. ¡ Qué estrecha estas putita!.. Pero te la comerás toda… ¡eso lo tienes que tener por seguro !.

Observando que el muchacho no iba a cesar, decidió entregarse, aflojando la presión que ejercía impidiendo la entrada del fierro del muchacho, para mirarle a la cara y decirle: - eres un hijo de puta. Me vas a partir… cabrón ¡métela toda de una vez!... vamos reviéntame.

El muchacho al ver la nueva actitud de la señora, arremetió con todas sus ganas terminando por alojar la totalidad  de su miembro en el coño , notando que sus huevos hicieron tope. Se dio cuenta de que la había atravesado totalmente.

Se quedó un momento dentro de ella, la miro a la cara, y ella le dijo:

- eres un mamarracho. Al final lo has conseguido. ¡Me tienes toda atravesada!.

-No sabes las ganas que tenía de tenerte así putita. ¡Eres toda mía!

Entonces el muchacho comenzó sacar y meter su tranca, hasta el punto que sus bombeos, simulaban la de un pistón entrando y saliendo. La mujer estaba entregada, y ahora disfrutaba de aquella tremenda follada que el joven semental le estaba propinando.

- oh cabron si oooo  sigue oooo… como me llenas ooo

Enloquecida, gritaba y se revolcaba. Necesitaba sentirlo más adentro, por lo que cruzó sus piernas sobre la cintura del muchacho y ella misma comenzó hacer movimientos coitales, haciendo que aquel tremendo falo se hundiera cada vez más en ella.

El chico no obstante mantuvo el ritmo del mete y saca, notando que cada vez sus penetraciones eran más profundas. Mientras, la mujer percibía como aquel pene extraño, grueso y magnánimo atravesaba los labios vaginales, los cuales se abrían y permitían su ingreso hasta las profundidades, alcanzando en ocasiones su matriz.

Entonces se dio cuenta de que su cuerpo comenzó a convulsionarse entrando en un ardiente orgasmo, cruzando aún más las piernas sobre la cintura del joven, hasta terminar totalmente relajada .

El muchacho contempló mientras pistoneaba a la señora, como esta se agitaba y de repente sus ojos se entornan y se ponían blancos, echando su cabeza hacia atrás y para luego la dejarse caer sobre el sofá. Las piernas de la mujer se aflojaron. La señora entraba en un intenso orgasmo.

Tras unos momentos, ella abrió los ojos, le miró y le dijo: - joder que polvo me has echado. Oh cabronazo “Nunca he tenido un orgasmo como este” .

Luego echa la mano hacia atrás y comprueba que la tranca sigue aún dentro de su vagina. Y le dice:- sigues aún como un toro. Me tienes completamente abierta. ¡Mi esposo se va a dar cuenta !.

- Pues prepárate. ¡Por qué esto no ha acabado ! Le amenaza el chico.

Al tiempo que el muchacho continúa su bombeo, viendo como ella volvía a reaccionar y colaboraba haciendo que las penetraciones continuaras siendo profundas. Mariela estaba como en un mundo distinto al que conocía, los bombeos que le propinaba el chico la transportaban a un mundo de lujuria y felicidad. Pronto comprendió que nuevamente se venía, y mirando al chico de frente, le dijo: -oh si hijo puta…. vas hacer que me corra de nuevo…. Joder métela más adentro… vamos cabrón reviéntame.

Damián presa de tremenda locura, comenzó a pistonear a la mujer con todas sus ganas, viendo que al tiempo que ella entraba de nuevo en trance, su daga se endurecía aún más, y veía como ya subía por el interior de la misma “un torrente de lava ardiendo” . Sabía que iba a eyacular. Era consciente de que la mujer no estaba protegida, pero “quería llenarla”. Necesitaba correrse dentro de la vagina de aquella casada .

Mariela mientras se convulsionaba comprendió igualmente que el chico ya no podía más. Sintió como su pene se hacía más grande. ¡ Joder se va a correr dentro ! –pensó sin dejar de convulsionarse. La tremenda necesidad de su orgasmo y el saber que el joven iba a eyacular en su interior, hicieron que su orgasmo se dilatara en el tiempo, percibiendo como varias lechadas de semen caliente inundaban su vagina . Se apretó al muchacho haciendo que su tranca quedara lo más profunda dentro de ella, mientras el joven eyaculaba sin parar llenándola con su semilla. – oh cabron te vienes dentro oooo….. me vas … oooo siii que caliente ooooo

El chico  notaba como de su tranca brotaba su leche como a goterones, y descargaba dentro de aquella cuquita tan caliente. Era algo inenarrable. Sentía como se deslechaba dentro de aquella hermosa mujer casada. Al final quedó completamente quieto encima de la mujer durante un rato. Luego observó la cara de felicidad de la misma.

No obstante, ella le dijo: - ha sido increíble… pero… ¡te has corrido dentro! ¿y se me has embarazado?... ¿Cómo se lo digo a mi esposo?...

El entonces el muchacho  recordó al cabronazo de su marido y le dijo: -¡que más te da!. El cornudo de tu marido lo tiene bien merecido.  ¿No crees?

-ya. Sé que se comporta mal con Vds. Pero ¡es mi marido!.

El muchacho se dio cuenta de que debía volver al trabajo, y le dijo:

- creo que debo volver la trabajo o tu marido es capaz de despedirme .

Cuando se marchaba, le dio una nalgada en el trasero de la mujer y le dijo: - la próxima vez ese culito se comerá mi verga .

- eso ni lo sueñes- le contesto entre excitada y temerosa ella.

Mariela le sonrió, mientras le entraba un escalofrió ante aquella pretensión. Su culito nunca había recibido una polla, y la del muchacho era bastante grande. En varias ocasiones volvió a masturbarse pensando en aquel muchacho.

Pasaron unas dos semanas, y el muchacho había observado que su jefe no le había pedido nada para llevar a su casa. ¡ Quizás la mujer trataba de evitarlo !- pensó.

Al propio tiempo Mariela también ansiaba volver a sentir la polla de aquel joven semental, sin embargo, no se había dado la ocasión para que pudiera acudir el mismo a su casa. Sin embargo, sin saberlo, su ardiente deseo se vio satisfecho, cuando el muchacho aparece en su domicilio ya una tarde, de forma inusual. Antes, había recibido una llamada de su esposo indicándole que salía urgente para Madrid , y que no le daba tiempo a pasar por casa. Volvería dentro de dos días.

Damián igualmente se sorprendió cuanto esa tarde el jefe se acercó a su mesa y le dijo: - Tengo que acudir a una reunión urgente a Madrid esta misma tarde. No puedo pasar por mi casa, ya que el vuelo sale de inmediato. Llevas este paquete y le dices a mi esposa que lo  deje en casa hasta que vuelva.

El muchacho llegó con mucha excitación a la casa de la señora. Tras tocar, y abrirle el timbre y franquear la puerta de la entrada, observó a la mujer, que estaba con un traje sencillo de andar por casa. Ella se sorprendió de su presencia diciéndole. –¿ No sabía que ibas a venir? .

-¿ acaso no querías verme?

Le mira a la cara sonriente y sin decirle nada alarga su mano y atrapa las pelotas del muchacho aún bajo el pantalón. No había mejor contestación que aquella.

No obstante, Mariela estaba nerviosa, ya que la presencia de aquel joven semental era un verdadero peligro, especialmente sabiendo que estaba en sus días fértiles y no tenía protección. Hacerlo con aquel muchacho de nuevo y sin preservativo supondría un riesgo tremendo, y más, conociendo cómo se corría aquel semental.

Por ello se lo comentó al chico. Damián quedo algo preocupado, ya que deseaba follar aquella hembra. Pero, no obstante, el le miro su trasero y le dijo: Bien, pero tienes un buen trasero. ¿Tu culito sigue siendo virgen o te han metido algo ya ?

- Estás loco. Por ahí no. ¡Claro que soy virgen de ahí . Le contesto ella excitada y nerviosa ante la pregunta e intención del chaval.

- Tu marido te tiene abandonada. Mira que tener un culito como el tuyo y no aprovecharlo . Le contesto el muchacho.

- No estarás pensando en …- Mariela se estremeció al saber las intenciones del chico. Aunque más de una vez había soñado con que la metía su cipote por ahí tras habérselo comentado, sabía que la tenía bastante grande y le haría daño.

- Ya de dije que lo he deseado muchas veces. Voy a abrirte el culo como se debe y cuantas veces quiera.- le contestó el chico acercándose y parándose detrás de ella diciéndole al oído. – Después volveré a esa rajita tuya a la que le gusta mucho mi leche. Voy a ahogarla con mi lefa.

Mariela suspiró. Joder no solo pretendía clavarle su cipote en su culito virgen, sino que además quería correrse dentro de su vagina . ¡Y más ese día!. Esta en época fértil.

No obstante, percibió como su coño había comenzado a humedecerse al escuchar como hablaba el muchacho. El sexo anal le atemorizaba. Pero desde que el empleado de su marido se lo había insinuado, se había imaginado todo su cuerpo retorciéndose bajo el castigo de la tremenda verga del muchacho.

El muchacho la tomó desde atrás, la abrazó y ella giró la cabeza y se besaron por primera vez en los labios. Sus lenguas se entrecruzaron. La mujer se entregó en manos de aquel joven que la seducía y la hacía llevar a tocar el cielo. Tras besarse con pasión, el muchacho comenzó a desnudarla, dejándola solo con su braga. Ella por su parte tampoco se quedo atrás y sin pérdida de tiempo lo termino por dejar en pelotas.

- Uh joder como la tienes . –luego tocando los testículos del muchacho, al tiempo que se excita al contemplarlos que estaban llenos, diciéndole:- oh los tienes repletos. ¿Cuánto hace que no te corres?

-pues unos días - le contestó el muchacho.

¡¡ Unos días!!. Así los tienes. ¡Están bien cargados !-le dijo morbosamente.

-Ya verás cómo quedará tu coñito. Te lo voy a inundar completamente - le contesto el con decisión.

- Te dije que estoy en mis días fértiles. No podemos… ¡me preñarías ! le contesto ella percatándose de que el chico hablaba en serio: “tenía intención de correrse dentro”

Ya veremos . Le dijo mientras le pasaba sus manos por el trasero de la mujer y apartando la braga lograba meter un dedo dentro de su ano-

- Oh ¿sigues pretendiendo hacérmelo por ahí?

Te prometo que cuando termine contigo, a tu culo le cabrán tres vergas juntas . –le dijo entonces, asustándose la mujer.

La llevó hasta su dormitorio. Mariela se estremeció: el chico quería follarla en su propio dormitorio donde dormía con su esposo . Antes el muchacho le pidió si tenía vaselina. Ella, aunque dudosa, al ver la actitud del muchacho le acercó un bote de vaselina que tenía en el baño. Entonces la hizo echarse sobre la cama al tiempo que el muchacho se untaba el dedo con ella y luego ante su mirada, observó como comenzó a follarle el culo con el dedo.

Mariela al principio le pareció algo cochino, y además un poco “incómodo” pero observo que su culo se abría al placer como nunca antes. Sentía como el dedo del muchacho entraba mas y mas hasta dentro, follándole su culo y, con la otra mano metía los dedos en su vagina. Cada vez lo hacía más fuerte. Le estaba comenzando a gustar aquella sensación: -¿ qué? ¿te gusta follarme el culo cabron?. Mas…follame mas!!!! . Luego el muchacho probó con dos dedos observando cómo se dilataba su culo. Sorprendentemente el chico estaba haciendo bien su trabajo, ya que notaba como su ojete se dilataba y los dos dedos del chico entraban en su totalidad.

Sin embargo, observa como el chaval le pone la polla en la boca y le dice:- anda putita, pónmela a punto. ¡Quiero que este bien gorda cuando te la clave toda por el culito.

Ella, nerviosa, excitada le da un par de mamadas aquella tranca haciéndola crecer entre sus labios. Cuando el chico vio que estaba a punto, se coloca detrás de ella, poniendo a la misma en cuatro sobre la cama.

Mariela observó a través del espejo de su dormitorio, como el chaval se coloca detrás de ella con su cipote en la mano, masturbándoselo, mientras ella permanecía a cuatro patas, con el culo bien abierto. Casi le da algo cuando siente como el empleado metía su polla en su coño, mojándola de todos mis jugos para luego colocar la punta de su polla en su culo, preguntándole, “ estas deseosa de ser montada por este macho verdad. Necesitas mi polla en tu culito. ¿Verdad putita?

Si cabron… móntame, pero hazlo despacio. Le dijo.

Damián tremendamente excitado al contemplar el agujero de aquella hembra, empezó despacio, poco a poco, metiendo la punta de su polla en su ano, un poquito primero, luego entró todo el glande… abría su culo despacio, hasta que ella sintió como gran parte de la tranca del muchacho se iba para dentro. Ella entonces apretó su culo atrapando el cipote que amenazaba con desgarrarla.

El chico comenzó a meter y sacar la polla, despacio al principio, diossssssssssssss que gusto!!!!! Pensó que me corría allí mismo!!!!!!!, Follaba el culo de aquella putita una y otra vez, embistiéndolo, abriéndolo con tranca, de forma delicada pero firme.

- oh mas no. me vas a reventar… ooooo … no mas.

-a callar putita. Sabes que te entrará toda. ¡Puedes darlo por seguro!

-oh me romperás ooooo

Sin esperar a razones el muchacho le endiñó de un golpe de riñones la totalidad de su verga en el culito de la señora. No se lo podía creer: ¡a quel culito tan prieto, se había tragado íntegramente su polla !- oh putita que buena. Jo.. te la has comido toda… ooo

-oooo nooo que daño… ¡ooo cabroooon!

Pero el muchacho lejos de detenerse, comenzó a follar aquel culito con suma maestría, haciendo que la mujer alcanzara un orgasmo. Tampoco ella se podía creer que metiéndosela por el ano pudiera alcanzar aquel placer.

En ese momento de autentico place, sueña el teléfono del joven. La mira y observa que le llamaban de la oficina. – joder me llaman de la oficina . Dijo al tiempo que salía el culo de la mujer.

Era de la oficina diciéndole que había unos proveedores esperando por él. Por lo que le dijo:- me tengo que ira. Me esperan en la oficina y si no voy van a sospechar.

El le muestra la tranca, diciéndole: ¡ has visto como me las dejado. No he podido descargar. .. -¿ qué tal si vengo esta noche a verte?. Tu marido no estará.

-Estas chalado…..¡estará mi hija!. No podemos hacerlo con ella en casa. Sería una locura.

-pues sabes que vendré.

Ella pensó que sabiendo que estaría su hija no se atrevería a venir. Sin embargo, sobre las nueve de la noche observa que tocan a su puerta y su hija Nelly le dice que era Damián, el empleado de la fábrica de su padre. A Mariela casi la de algo. No esperaba el atrevimiento del muchacho.

Ya dentro, el le indicó que venía a traer unos papeles que habían llegado y que se los quería dejar a su jefe por si fueran importantes. Damián se fijó en el cuerpo de la hija de Mariela: era una chica de dieciséis años, delgada, ojos vivarachos, algo más alta que la madre, con un cuerpo ya casi formado, notando que tenía un trasero casi igual de bueno que el de su madre. – Hola soy Nelly la hija de tu jefe - se presentó ella.

- encantando. No sabía que mi jefe tenía una hija tan bonita .- le contestó él. Te pareces mucho a tu madre.

-eso me dicen - le contesto ella.

Íbamos a cenar .- le dijo Mariela. Ya que te has molestado en traer los papeles de mi esposo, lo menos que podemos hacer es invitarte a cenar.

-Bueno. No quiero molestarlas- le dijo el. Mariela pensó, que caradura.

Se quedó a cenar con ellas, y durante la cena Mariela observó como su hija miraba al muchacho con mucho detenimiento. Sintió celos. Ella quería el muchacho para ella sola. La conversación se hizo bastante amena, cuando llaman por teléfono a Nelly. Tras cogerlo dice:

- tengo que marcharme. Había quedado con una amiga para salir esta noche, y se me ha hecho algo tarde. Ha sido un placer Damián dijo ella saliendo casi apuradamente.

- Hija no vengas tarde - le dijo ella.

- pero mama. Que ya no soy una niña. No me esperes despierta, vendré algo tarde, te enviare un mensaje para que sepas que estoy bien- le contesto ella.

Al final se quedaron solo de nuevo Damián y Mariela. Ella en cuanto se marchó le dijo: Has sido un atrevido. ¿Cómo se te ocurre venir con mi hija en casa?.

-tengo ganas de tenerte de nuevo. Le dijo el, comenzando besarla en la misma cocina.

- pero sabes que hoy no debemos. Te dije que estoy en mis días fértiles.

-Pues te voy a llenar el coñito con mi leche. Tengo el firme propósito de hacerlo .- le dijo el desafiante.

-¿ acaso pretendes embarazarme?... sabes que hoy no podemos. Además puede venir mi hija .- le dijo, mientras sentía ya las manos del muchacho alcanzar su braga.

- tu hija vendrá tarde. No te resistas. Sabes que eres mi putita.

-pero donde me llevas. No pretenderás follarme en mi dormitorio - el chico la estaba llevando hasta su cama de matrimonio. El cabronazo me quiere follar en la cama donde me acuesto con mi marido - se dijo ella, sumamente excitada.

Pronto la desnudó por completo, quedándose igualmente él en pelotas. Ella contempló que el muchacho estaba nuevamente empalmado al máximo. Sin poder evitarlo toco los testículos del mismo comprobando que aún seguían llenos. Aquello la excito y la dejó preocupada. Si el muchacho se corría dentro como pretendía, era muy probable que la preñara.

- te has fijado Mariela. Aún conservo una buena carga de caliente semen para tu coñito.

Ella no dijo nada. El chico con una empalmadura de caballo, acercó su potente nabo a la vagina de la mujer, y tras embadurnar el glande con los jugos de ella, lo que la hizo lubricar mejor. Luego mirándola a la cara, aprieta con ganas y logra encajarle más de la mitad de su tranca de una sola vez. – oh chico despacio oooo ….¡Dios como estas !

El joven lejos de detenerse, arremetió nuevamente y logró encajarle totalmente su nabo hasta la misma base. Cuando la mujer vio que estaba totalmente dentro de ella, le mira a la cara con lujuria y le dice: ¡ oh cabron me tienes toda ensartada !.

- Uf Mariela. Eres toda una buena hembra. Jamás pensé que estuvieras tan buena.

Y mientras la hablaba comenzó a entrar y salir de la misma, abriendo todo lo que podía la caliente vagina de la mujer, la cual comenzó a suspirar a medida que el chico la comenzaba a bombear sin piedad. La vitalidad del muchacho era tal que notaba la fuerza con la que entraba en su cavidad.

- oh como me abres… oh sigue oooo

La mujer pronto notó como comenzó a forjarse un orgasmo, y agarrando al muchacho por su cintura comenzó a arremeter contra el mismo haciendo que sin poder contenerse más, su cuerpo se convulsionara y pareciera que se le nublara la vista. – oh me matas oooo siiiiiii

Totalmente entregada, comenzó a agitarse mientras daba rienda suelta a toda su calentura, al tiempo que notaba como sus jugos engullían la polla del chico dentro de su coño.

Tras ese primer orgasmo, el muchacho continuó bombeándola sin para haciendo que al rato volviera a alcanzar su segundo orgasmo. Al terminar, se dio cuenta de que la tranca del chaval se estaba hinchando dentro de su vagina. ¡ oh  se va a correr !...

Le miró a la cara, y se dijo:- dentro no. No puedes hoy. Me podrías embarazar….¡no lo hagas!

El chaval lo pensó. Sin embargo, vio en ello una forma de vengarse de los malos tratos que recibía de su patrón. ¡ qué mejor venganza que plantar su semilla dentro de la mujer del mismo !

Ella observó que no se iba a retirar. Intento zafarse, pero el chico la sujeto con fuerza, mientras le clavada toda su mandarria hasta el fondo. Era notó que había llegado hasta su útero. Y, cuando aún estaba reponiéndose de esa potente calvada siente las primera lechadas de caliente semen del joven dentro de su dilataba vagina.

- oh te estas corriendo…. Me vas a terminar embarazando oooo

El chico no le contestó sino que se empleó a fondo, mientras la tenía bien sujeta, al tiempo que descargaba sin parar su reserva de semen dentro de la vagina de aquella mujer. La corrida no solo era bien copiosa, sino que era tan profunda, que las posibilidades de fecundar a la mujer, si estaba ovulando, era más que probables.

Tras terminar, el chico salió de ella, sacando su nabo aún firme, con restos de gotas de semen. Ella quedo mostrando toda la abertura de su raja, y le dijo: al final lo has hecho. Te has corrido dentro. ¡Cabron me has llenado como nunca!...Ya veo que llevas tiempo sin correrte .

- me estaba reservando para ti desde hace uno días . – el contesto el chico.

- Pero ¿y si me has embarazado?... sé que estoy en mis días fértiles. ¿Cómo se lo digo a mi esposo?.

-échale un polvo cuando venga. No se enterará. El no piensa sino en su trabajo y en joder a sus empleados. Le dijo el un poco de mala gana.

- Ya se que es medio ogro, pero sigue siendo mi esposo .- le dijo ella.

- Lo siento. Es que a veces tu marido me saca de quicio. ¡no se merece una mujer como tu !.

Estuvieron hablando durante un buen rato en la cama, y al ver que el chico se recuperaba de nuevo, volvieron hacerlo, marchándose el mismo antes de que pudiera llegar la hija.

La mujer quedó preocupada tras marcharse el chico. Nunca le habían satisfecho tanto como esa noche, pero sabía que existía una probabilidad de embarazo.

El muchacho regreso a su casa. En el fondo no quería hacer sufrir a la mujer, pero si al prepotente de su patrón.