Jóven penetra por la cola a sus dos primas

Laura y Lorena estaban en cuatro, cola con cola, esperando la polla de Héctor, quien miraba esos dos culitos a su disposición

Cómo todos los veranos, las tres familias vacacionaban en su casa de la playa. Unos años atrás los tres hermanos habían decidido hacer una inversión y comprar una amplia casa en una ciudad turística de la costa y desde ese momento iban a pasar el verano a la playa junto a sus parejas y sus hijos. Marta, la menor de los tres era divorciada y la madre de Lorena de 18 años. Por su parte Fabián, el único varón y el del medio, estaba casado con Josefina y era el padre de Laura de 22 años. Por último estaba Graciela, la mayor, casada con Juan y con dos hijos: Héctor de 25 y Victoria de 21 años.

Las tres familias llegaron apenas comenzado el verano y se instalaron en su casa que contaba con 5 habitaciones. Laura y Lorena compartían habitación al igual que los hermanos Héctor y Victoria. Los jóvenes se llevaban bien, no eran amigos pero siempre habían mantenido una buena relación. Lorena recién terminaba el colegio y eran sus últimas vacaciones antes de entrar a la universidad. Era una chica extrovertida, alegre y con las hormonas por las nubes. Desde que su madre se divorció la sobreprotegia y prácticamente no la dejaba salir de juerga. Había tenido una sóla relación sexual con un novio hacía un par de años y nada más. El control de su madre le había evitado otras experiencias y oportunidades no le faltaron. Lorena era una joven muy bella, alta, delgada, tez blanca de cabello negro y largo. Su rostro llamaba mucho la atención con sus ojos celestes, grandes y apenas rasgados. Una boca grande y sonrisa perfecta. No tenía muchas curvas, sus tetas eran pequeñas con deliciosos pezones rosados. Lo más llamativo eran sus piernas largas pero bien torneadas que terminaban en un culito firme. Su belleza la hacía parecer como una chica inalcanzable de la clase media alta, pero ella por dentro se hubiese arrojado a los brazos de muchos con tal de seguir explorando su sexualidad. Se masturbaba con frecuencia y se había comprado un consolador que lo mantenía escondido de su madre.

Laura, a diferencia de su prima, siempre había sido muy lanzada y sus padres no le ponían muchos límites. En sus primeros años en la universidad había estado con varios chicos. Le encantaba practicar sexo oral y con un compañero había probado por primera vez el sexo anal y participado de un trío con otra chica con quién tuvo su primera relación lésbica al calor de una noche salvaje. Le encantó su primera experiencia con alguien de su mismo sexo y desde ese día se consideró bisexual. Al igual que Lorena era una chica muy bella. Su pelo era rubio de tez blanca, con unos ojazos celestes al igual que su prima pero con un cuerpo más voluptuoso. Ya desde adolescente tenía unas tetas grandes y redondas con unas aureolas y pezones grandes y rozados. Su cola sin ser grande contaba con unas nalgas bien carnosas y firmes al igual que sus muslos. Desde temprana edad generó mucha atracción a los jóvenes y a los más grandes. En su colegio era considerada la putilla de su curso pero lo llevaba con honra a ese adjetivo. Consideraba que había que vivir la vida y los prejuicios de sus amigas los consideraba envidia. Nunca hizo caso al "que dirán" y desde hacía muchos años se había arrojado a disfrutar de su sexualidad aunque con su familia mantenía una apariencia completamente distinta.

Por su parte Héctor era un jóven atractivo. Morocho como su padre pero de ojos claros como su madre. Media 1,85 y mantenía un buen físico producto del deporte, con buenas piernas y brazos. Siempre le fue bien con las mujeres y tenía una polla de buen tamaño. De 18cm pero bien gruesa. Siempre fue una persona conservadora en su vida sexual, nunca probó cosas nuevas más que estar con chicas. Hacía pocos meses había terminado un noviazgo de tres años y a diferencia de los veranos anteriores que los pasaba con su novia, esta vez decidió acompañar a sus padres. Era el más grande y el más alejado por la diferencia de edad, pero no dejaba de llevarse bien con su hermana y sus primas. Había terminado la universidad y ya se encontraba trabajando por lo que sólo estaría un mes acompañando a su familia y luego regresaría. Por último Victoria, al igual que su hermano era morocha, de pelo negro hasta los hombros. Tenía una belleza distinta. Su carácter, su seriedad, su mirada penetrante y calma para afrontar su vida la hacían distinta a las jóvenes de su edad y muy atractiva para los hombres. Además tenía un bello cuerpo. Delgada, con tetas medianas y un culo de infarto. Redondo y firme. Victoria hacía un año estaba de novia en una relación que se iba consolidando con un jóven de la edad de su hermano que durante la temporada estaba previsto que fuera una semana a la casa de la playa.

La primer semana de vacaciones fue normal. Las tres familias pasaban el día en la playa, navegaban en su lancha, practicaban deportes acuáticos y descansaban de un largo año de trabajo. Laura y Lorena pasaban más tiempo juntas. Victoria solía estar sola leyendo o escuchando música mientras que sus primas iban a caminar, a navegar o hacían amistades con jóvenes que estaban de vacaciones y por las noches iban a bares de moda. Al estar en compañía de Laura, la madre de Lorena le daba más libertad. Las chicas empezaban a hacerse más amigas aunque no tenían la confianza de contarse su vida íntima. A Lorena le gustaba uno de los chicos que habían conocido y una madrugada volviendo de un bar se lo confesó a Laura.

Lo: como me gusta ese chico, pero no sé cómo actuar. Seguro querrá invitarme a su departamento pero no sé que decirle a mí madre y voy a quedar como una infante.

Laura sonrió, no sabía si quería entrar en esa conversación. No sabía si hablarle a su prima desde la Laura real o de la que aparentaba ser a los ojos de su familia.

La: te gusta mucho? Si pasa algo puedes quedar con él una tarde. Yo podría decirle a nuestras madres que te acompaño a algún lugar y tu te vas con él. Despreocupate por eso.

Lo: lo harías por mí? Gracias prima.

La respuesta no parecía muy eufórica. Más bien, Laura notaba preocupación o inseguridad en su prima.

La: mmm...no veo que estés muy contenta. Pasa algo más?

Lo: es que no soy de hablar mucho de esto. Me da un poco de inseguridad. Sólo estuve con un chico. Mi madre me tiene cansada con sus controles y no he podido hacer nada.

Laura sonrió. Se frenó y ambas se sentaron sobre la rambla que daba al mar y conversaron tranquilas. Le dijo que se tome su tiempo, que a lo mejor no era lo más conveniente estar con ese chico si estaba insegura. Pero que se tenía que relajar. El sexo si lo hacía con personas que le gustaran lo iba a disfrutar mucho. Laura hablaba como toda una experta y eso llamó la atención de Lorena quien la interrogó hasta que la rubia fue contándole algunas experiencias. Lorena se acaloro un poco y otro poco se sorprendió. No pensaba que su prima fuera tan liberal. Mientras Laura rememoraba sus historias también se calentaba. Más aún luego de casi un mes sin sexo. Apreciaba la belleza de su prima. Una belleza dulce e inocente y por un momento se le cruzó por la cabeza besarla pero rápidamente reprimió su deseo. No le contó nada de su bisexualidad y no dio demasiados detalles. Pero con lo dicho había despertado la calentura de su prima y habían entrado en una confianza que no tenían hasta ese momento.

Los días siguientes fueron como los anteriores. Pero las ganas de sexo de Laura aumentaban y el deseo no era sólo con su prima más chica con quién seguían las largas caminatas y charlas. Su deseo también se empezó a enfocar en su primo. A falta de hombres nuevos, apreciaba lo cotidiano. Héctor se mantenía distante pero conversaba y se divertía en compañía de Laura y Lorena. Una noche decidieron bajar hacia la playa luego de cenar. Escucharon música y bebieron. Lorena bebió un poco de más y por su poca experiencia se descompuso y volvió a la casa. Mientras más alcohol en sangre, más desinhibida estaba Laura que a esa altura ya había borrado de su cabeza las barreras familiares y por dentro sabía que si su primo lo deseaba, podría estar con él esa misma noche.

El clima era cálido y Héctor estaba sólo con su bañador y Laura tenía puesto su bikini y la parte de abajo estaba cubierta con un pareo. A Héctor se les iban los ojos a los grandes pechos de su prima. Por más que supiera que estaba mal no lo podía evitar. Además desde que se separó de su novia no había vuelto a estar con una mujer y la abstinencia no era una buena combinación con el alcohol. Una vez que se fue Lorena se sentían más libres y las miradas se cruzaban. Estaban entre incómodos y ansiosos por ver si algo pasaba pero ninguno quería probar. Un acto fallido podía ser un gran problema con sus familias. Pero Laura, más lanzada, empezó por algún lado.

La: decime primo, como llevas la separación? Imagino que estarás recuperando tiempo con otras chicas

H: la verdad es que no. No he tenido tiempo y no se me ha dado.

La: no se te ha dado? No te creo. Debe haber muchas chicas dispuestas. Si yo no fuera tu prima sería una jaja.

Las palabras de Laura pusieron nervioso a Héctor a la vez que sentía un cosquilleo en el estómago. No le faltaba experiencia pero estaba sintiendo la curiosidad y el morbo de lo prohibido. Sin embargo decidió tirarle la pelota a Laura y evadir el comentario.

H: y tú? Cómo vienes de amores? Nunca te he conocido un novio

La: es que prefiero disfrutar estando soltera por ahora. Pero hace más de lo que quisiera que no estoy con nadie.

H: imagino que no es por falta de oportunidades...

La: eso fue un halago?

Mientras Laura se acercaba a su primo que estaba nervioso y decidió cortar esa conversación.

H: creo que hemos venido demasiado, por qué no vamos a dormir?

Laura sintió que el rechazo no era por falta de ganas sino por la barrera de su lazo familiar.

La: si así lo deseas...

Y se pusieron de pie para volver a la casa. La noche estaba oscura y estaban solos en la inmensidad de la playa. De regreso tenían que atravesar unos arbustos antes de emprender la pendiente que llevaba a la casa. En ese lugar estaban completamente ocultos y Laura intentó nuevamente. Mientras iba caminando detrás de Héctor, lo tomó de la mano sobresaltando a su primo que se quedó quieto. Por dentro estaba esperando que algo así sucediera.

La: conozco a una amiga que ha tenido sexo con su primo y no veo nada de malo en eso.

Mientras se acercaba hasta casi pegar sus grandes pechos en el torso de Héctor que no emitía palabra. Laura interpretó su silencio como una aprobación y cruzó sus brazos por los hombros de su primo, quedando sus boca a centímetros.

La: tu ves algo malo en eso primito?

H: Laura espera. Esto es una locura.

La: una linda locura (le susurró al oído)

Los primos se empezaron a besar con pasión. De manera lenta al principio y luego un poco desesperada. Laura dejó caer su pareo y dirigió las manos de su primo a sus nalgas. Héctor empezó a tener una erección y Laura la notaba contra su vientre, bajando sus manos para acariciar el paquete de su primo por encima del bañador. Héctor apretaba las nalgas de su prima y bajo su boca para besarle esas tetas que tanto deseaba. Apartó el bikini y empezó a lamer esos pezones duros. No daba más de calentura. Su prima sin perder tiempo lo saco de sus pechos para besarle su torso e ir bajando por su vientre hasta quedar arrodillada frente al paquete de Héctor que se notaba prominente. Lo tocaba por encima y generaba suspiros en el morocho. Lo bajo de un tirón y apareció ante ella un polla dura y gruesa. La miró unos segundos con deleite y se la introdujo en la boca sin dudarlo. Le comía la pija como una experta. La tensión de lo prohibido la calentaba más y su vagina ya estaba empapada. Héctor levantó a su prima, le bajó la parte de abajo del bikini y le dio la vuelta. Laura se inclinó dejando su hermoso culo a disposición. Héctor lo apreció con la poca luz de la luna que atravesaba los arbustos. Se ensalivo su polla que se abrió lugar entre las nalgas de Laura hasta encontrar su chocho mojado que facilitó la penetración.

Su prima empezó a gemir. Se sentía llena con esa verga gruesa dentro suyo. Movía sus caderas con ritmo generando un sonido rítmico al golpear sus nalgas con la entrepierna de Héctor. Su calentura era demasiada y acompañó la penetración de su primo frotandose el clítoris hasta llegar a un potente orgasmo. Un orgasmo distinto. Cruzado por lo oculto y clandestino. Sus gemidos eran fuertes. Se quedó unos segundos disfrutando la pija de su primo. La quería sentir y disfrutar. Se dio la vuelta y de rodillas volvió a chupar esa polla que le había dado tanto placer y esta vez Héctor no pudo aguantar mucho. Menos aún con su prima que no paraba de decirle guarradas

La: dale primito. Quiero que me llenes la boca de leche. Quiero tu leche en mí boca.

Héctor descargo 6 chorros potentes y abundantes. Laura estaba sorprendida y pudo retener sólo un poco. El resto fue a su cara y se bajaba hasta caer sobre sus pechos. Tragó lo que pudo. Le limpió la pija para luego limpiarse y lamerse sus senos. Laura no parecía tener ninguna culpa pero no así su primo que al haber descargado la calentura que lo dominaba sintió una sensación extraña. Había disfrutado mucho de ese polvo, le encantaba el cuerpo de su prima pero sabía que estaba mal seguir con esto. Ambos se vistieron y volvieron a la casa donde estaban todos durmiendo, pero Laura seguía caliente y no pudo contener masturbarse en su cama mientras su prima dormía. O eso parecía....

Al otro día Laura se despertó tarde, le había dedicado mucho tiempo a darse placer. Todos estaban en la playa por lo que decidió ir preparando el almuerzo. Héctor estaba con culpa, preocupado de que algo de lo que pasó la noche anterior saliera a la luz, pero lo tranquilizaba que su prima era reservada y que a ninguno le convenía que se supiera. Pero la culpa volvía. Se calentaba al recordar las tetas de Laura, su culo suave al tacto, firme y redondo. Pero automáticamente se reprimia. Pasó toda la mañana en silencio en sus pensamientos que luchaban entre sí. Cuando volvieron a la casa Laura actuaba como si nada, pero notaba una mirada extraña de Lorena. Ésta estaba despierta cuando Laura se masturbaba. Escuchó sus leves gemidos y no pudo evitar calentarse y que le dieran ganas de imitarla pero tenía miedo de que su prima la descubriese. Pero las ganas le quedaron y esa tarde decidió quedarse en la casa. Puso de excusa que se sentía descompuesta para poder quedarse sola y darse placer. Quería una tarde para ella sola y su juguete. Victoria se ofreció a acompañarla pero Lorena insistió en que era mejor quedarse sola y que nadie se pierda una tarde de playa por ella.

Cuando todos bajaron, la chica se tomó su tiempo, se desnudó, empezó a masajear su clítoris lentamente e introducir sus dedos. Estaba en su cama con sus piernas abiertas. Tenía el consolador en su interior que entrena y salía mientras que con su otra mano frotaba su clítoris. Iba por su segundo orgasmo. Laura había regresado antes. La había notado extraña a Lore y quería ver si se encontraba bien. Entró a la casa sin hacer ruido ya que el ventanal estaba abierto y se dirigió al cuarto. Cuando se estaba acercando escuchó leves gemidos que venían de la habitación y la hicieron frenarse. No pudo evitar sonreír. Le dio mucha curiosidad y se acercó sin hacer el mínimo ruido. La puerta estaba abierta y el sonido de los ruidos de placer aumentaban. De manera cautelosa asomó su mirada y vio a su bella prima con los ojos cerrados, gestos de puro placer y ese juguete entrando y saliendo de su vagina depilada con una franja de pelos arriba de sus labios. La escena la calentó mucho. El sexo de la noche anterior, lejos de calmarla, le había despertado aún más el deseo. Miraba a su prima con otros ojos. Le recordaba a las chicas con las que había estado. Eran sólo dos y ninguna se acercaba a la belleza de Lorena. Quería saltar encima de ella. Pero sabía que era muy difícil que eso se concrete por lo que se le ocurrió sorprenderla a ver qué pasaba. Retrocedió unos pasos y entró de golpe en la habitación generando un gran sobresalto de Lorena que dio un grito de susto y se puso pálida, intentando cubrirse con las sábanas.

La: ay! Disculpa Lore! No me imaginaba que estabas...bueno. Así...

Lo: que vergüenza. Creí que no había nadie.

La: no tenés que tener vergüenza de nada. Es lo más natural del mundo. Vine antes a ver cómo estabas. El resto sigue en la playa. No te interrumpo más...

Al ver qué la persona que de golpe se había metido en la habitación era su prima, había calmado a Lore, que pasó de estar blanca del susto a ponerse un poco colorada.

Lo: no no, quedate. Ya está (y no se contuvo una sonrisa)

Laura cerró la puerta y se recostó en su cama. Miraba con libido a su prima mientras que está seguía un poco incómoda. Quería probar el siguiente paso a ver cómo reaccionaba.

La: discúlpame Lore, a lo mejor te cae mal lo que te digo. Pero me dieron ganas a mí también. No se, al verte me dieron ganas. Te molesta si me toco? No tengo problemas en que vos sigas.

Lore no sabía que decir. No se esperaba eso pero por una extraña razón que no estaba entendiendo le calentó lo que dijo Laura. Estaba un poco confundida y sintió la misma calentura que la noche anterior cuando escuchaba sus gemidos. Balbuceando le respondió...

Lo:no me molesta. Si querés te dejo sola.

La: no hace falta. Así seguís con lo que te interrumpí.

Y sin dar lugar a una nueva respuesta Laura se colocó debajo de las sábanas, se sacó la parte inferior del bikini y empezó su sesión de auto satisfacción. Lore estaba un poco cortada, era una situación muy particular. Laura lo notaba e intentó naturalizar la escena. Le dijo que con una amiga lo habían hecho varias veces. Cada una va a estar en sus pensamientos. Era mentira lo que le decía pero recurrió a eso para alentar a Lore a qué se animara. Laura retomó su masturbación debajo de sus sábanas y Lore no pudo contener su calentura y también retomó. Laura gemia de manera suave, con una mano tocaba su clítoris y se introducía sus dedos y con la otra tocaba sus pechos. A medida que se iba calentando sacó uno de sus pechos del bikini y se lo llevaba a su boca para lamerlo. Intentando que Laura no se diera cuenta, Lore admiraba la escena mientras se tocaba. Los jugos de su vagina caían a montones. Le daba vergüenza utilizar su juguete por lo que se tocaba sólo con sus manos. Se empezó a soltar y gemir. Laura lo notó y se encontró satisfecha. Decidió ver hasta dónde podía llegar. Sacó sus sábanas de encima quedando desnuda ante su prima. Lore no le sacaba ojo. Veía sus grandes tetas y su coño completamente depilado recibiendo sus propias caricias. El ritmo de la masturbación de ambas empezó a aumentar.

La: primita, si no lo vas a usar. Me prestas el juguetito? (Dijo con la voz entre cortada)

Lore estaba completamente desinhibida producto de la calentura. Se quitó las sábanas de encima, quedando nuevamente desnuda ante su prima y con una de sus manos extendió el consolador ofreciendoselo. Laura se paró y desnuda se dirigió hasta la cama de Lore para recibir ese instrumento de placer. Lore la vió acercarse con sus pechos rebotando y sus hermosas curvas. Su calentura seguía aumentando. Sentía un profundo deseo por su prima en ese instante y no había nada que pudiera reprimirlo. Laura tomó el juguete pero también agarró la mano de su prima. Parada al lado de su cama dirigió la mano de Lore a su vagina y ésta no opuso resistencia. Estaba sorprendida, era inesperado. Pero también deseado. Siguió el juego de Laura y la empezó a tocar. Sentía la vagina de su prima caliente.

Laura sabía que esta era la posibilidad de hacerla suya y sin preámbulo se dirigió a colocarse entre las piernas de su prima que se quedó con las piernas abiertas ofreciéndole su chocho completamente mojado. Laura hundió su cabeza en la entrepierna de Lore. Empezó a pasar su lengua por el clítoris de su prima, a chuparlo, a introducir sus dedos. Lore apretaba las sábanas del placer que estaba sintiendo. Gemia, apretaba sus dientes. Una corriente interna la invadió como nunca antes y tuvo un orgasmo intenso hasta que su cuerpo se fue relajando. Laura la miraba con una sonrisa y su cara empapada con sus jugos. Sus manos acariciaban sus piernas y su vientre. Acompañaban la relajación de su cuerpo. Se incorporó y se acostó al lado de su prima. Se abrazaron y se dieron un beso tierno. A Lore le agradó la suavidad de la boca y la lengua de su prima. Acariciaban sus cuerpos con sus piernas entrelazadas. Laura se percató que estaba cayendo la tarde y en cualquier momento podían llegar el resto de la familia. Se lo hizo saber a Lore que había perdido el sentido del tiempo y el espacio. La rubia fue a bañarse mientras que Lore siguió un tiempo más acostada disfrutando de las leves descargas que seguía sintiendo. Nunca había sentido tanto placer.

Esa noche durante la cena Laura actuaba normal como siempre. En menos de un día había tenido sexo con su primo y su prima. Algo que no tenía en sus planes pero que no le generaba ninguna culpa. Se sonreía por dentro y sólo pensaba como seguir disfrutando. Además no había podido terminar esa tarde. En cambio Lore estaba con la mirada perdida. Cómo embobada. Pero no era remordimiento. Todo lo contrario. Miraba a su prima, sus movimientos, sus senos, su cola. Quería probarla. Quería devolverle el placer que había recibido. Quería terminar con tanta represión que su madre le ejercía. Ya no pensaba en el chico que había conocido.

Esa noche se acostaron temprano, ambas estaban ansiosas por ver qué pasaba. Se quedaron perdiendo el tiempo con sus teléfonos esperando a que todos se vayan a dormir. Lore hizo una incursión a la cocina para asegurarse. Al volver cerró la puerta, apagó la luz y fue directo a la cama de su prima que se encontraba sólo con una tanguita. Era una noche calurosa y lo iba a ser más. Al ver a Lore acercarse sonrió. Se besaron durante largos minutos. Besos suaves. Sus manos recorrían sus cuerpos y sus coños ya estaban muy húmedos. Lore estaba ansiosa por probar la vagina de su prima. Bajo su tanga y se sumergió. El sabor y el aroma de su sexo la volvieron loca. Lamía y chupaba, exploraba con su lengua cada pliegue. Cada rincón. Con sus manos se agarraba de sus muslos. Laura suspiraba. Contenía sus gemidos para que no la escuchen pero tenía la necesidad de gritar de placer. Acariciaba la cabeza de Lore, luego puso la almohada sobre su rostro para ahogar sus gemidos incontrolables mientras tenía un hermoso orgasmo. Su prima más chica le acababa de dar una sesión de placer único. Pero ambas querían seguir. Laura le propuso ir a la playa. Ambas se pusieron un vestido de verano sin nada debajo y sin hacer ruido bajaron a la playa. Se colocaron en los arbustos dónde la noche anterior Laura gozo con Héctor y con más libertad que en su cuarto siguieron dándose placer hasta estar satisfechas. Querían dormir juntas, no paraban de besarse, pero sabían que podía ser arriesgado.

Los días siguientes continuaron gozando de sus cuerpos. Buscaban cada oportunidad para disfrutar una de la otra. Lore empezó a disfrutar realmente del sexo junto a su prima. Mantenían ese secreto y complicidad constante. Salían juntas, volvían tarde cuando todos dormían para comerse en la oscuridad de su cuarto. Pero Laura también quería una buena polla. De vez en cuando pensaba en Héctor. Éste estaba aliviado de que su prima no haya intentado nada más. Para él quedó como una calentura del momento producto del alcohol y que ambos tenían un tiempo de abstinencia sexual. Sin embargo no podía evitar mirar a su prima con deseo y dedicarle unas cuantas pajas. Pero sabía que todo había terminado y ni imaginaba la relación entre Laura y Lore.

Pasados unos días y como veinte desde que llegaron a la playa, Laura le propuso a Lore ir a navegar en la lancha pero ninguna la sabía manejar. Le pidieron a Héctor que las lleve y él aceptó con gusto. Al estar Lore sabía que nada iba a pasar con Laura. La invitaron a Victoria pero ésta decidió quedarse con su novio que había llegado en esos días. Laura compró una buena cantidad de alcohol y los tres se adentraron en el mar. Era un día soleado y el mar estaba calmo. Decidieron frenar lejos de la costa. Había otras embarcaciones rondando. De todos los tamaños. La lancha de la familia era amplia, con capacidad para que pudieran subirse todos los miembros y contaba con un camarote con una cama.

Laura no había planificado estar los tres sólos. De hecho ella había invitado a Victoria y su novio. Pero al estar los tres en el medio del mar y con unas cervezas encima no pudo evitar que se le cruce por la cabeza disfrutar de sus primos al mismo tiempo. Y como siempre que eso sucedía se comenzaba a calentar por la sóla posibilidad de que sucediera. Lore también estaba algo caliente. La miraba a su prima con su bikini minúsculo que apenas contenía sus pechos y la tanguita que se introducía en sus glúteos y la quería hacer suya ahí mismo. Empezaba a imaginar que estaban las dos solas, con el sol sobre sus cuerpos disfrutando una de la otra.

Por su parte Héctor no podía dejar de apreciar la belleza de sus primas. A la rubia voluptuosa y a Lore. Nunca había reparado mucho en ella pero no podía dejar de admirar su cuerpo. Por un instante su mirada se perdió en su culito perfecto mientras ésta iba por más cerveza. Laura lo notó y le sonrió. Éste se puso incómodo y rojo.

La: Ey...guarda con lo que ves. No te bastó con una prima?

H: que dices?! No hablemos de eso por favor

La: hay mucho que no sabes. Pero si quieres saber te vas a llevar una sorpresa.

H: no se a que te referis y no quiero saberlo.

La: ya lo vas a ver...

Héctor se quedó confundido. No tenía la menor idea de a qué se refería su prima. Peor no tardaría mucho en averiguarlo. Laura estaba caliente. Creía que era un buen momento para disfrutar de su prima y su primo. Pero si él se negaba, no quería dejar de disfrutar con Lore. Si Héctor se comportaba distante ya no le importaba. La noche de sexo que habían tenido lo limitaba a decir algo de la relación entre ella y Lore, debería permanecer en silencio. Cuando volvió su prima, con su cuerpo esbelto que le despertaba sus más bajos instintos, recibió la cerveza y la agarró de la mano para que se siente a su lado. Lore se quedó un poco cortada. Y al instante Laura pasó su brazo por su cintura dándole un escalofrío y poniéndola nerviosa. Pero no se podía resistir. Luego la rubia la acarició en su rostros, la giró hacía ella y le dio un tierno beso delante de su primo. Lore se quedó paralizada. No sabía cómo actuar. Laura que siempre llevaba la delantera poso una de sus manos en su pierna y al oído le dijo "acá somos libres, no hay de qué preocuparse". Lore miró de reojo a Héctor que tenía los ojos como platos y volvió a besar a su prima.

Las primas se besaban y sonreían. Les gustaba jugar con Héctor, a Lore le calentaba tener público, le despertaba nuevas sensaciones. Si vagina ya estaba completamente húmeda sus besos bajaron por el cuello de la rubia. Llegó a sus pechos dónde se detuvo liberandolos de la parte de arriba del bikini. Los empezó na lamer y chupar. Laura suspiraba con sus ojos cerrados, acariciaba la cabeza de su prima que siguió bajando. Se arrodilló en el piso de la lancha frente a su prima, besando su vientre hasta llegar a su entrepierna. Besaba su vagina por encima de la tanguita del bikini. Estaba arrodillada e inclinada sobre Laura con su culito parado a disposición de la mirada de Héctor que pasó de la sorpresa a la calentura. No podía sacar los ojos del espectáculo que le estaban dando sus primas. Se tocaba por encima de su bañador. Quería participar pero estaba esperando la invitación. Lore corrió la tanguita de Laura a un costado y le empezó a chupar su chocho todo depilado que no paraba de largar jugos. Laura gemia sin reparos. Estaban en el medio del mar sin que nadie los pudiese ver. Mientras Lore la chupaba empezó a mirar a su primo. Lo miraba de manera provocadora y le sonría hasta que le hizo una seña para que se acercara. Héctor se incorporó y se paró al lado de la rubia. Lore sintió su presencia y calentó más. Mientras la chupaba a Laura se empezó a tocar por dentro de su bikini. Laura le bajó el bañador a Héctor dejándolo completamente desnudo y pudo apreciar de nuevo esa hermosa polla que tocó y masturbó mientras se endurecía cada vez más. Decidió chuparla generando suspiros en su primo.

Luego lo invito a sentarse a su lado. Lore levantó la mirada y se encontró con esa polla gruesa de su primo. Al verla se le hizo agua la boca.

La: querés probarla amor? Al primo le gusta cojerse a las primitas.

Lore comprendió que esa situación no era nueva para Laura y sin dudarlo empezó a chupar la polla de Héctor. Lo hacía sin experiencia pero con una suavidad que excitaba más aún a su primo. Lo chupaba, masturbaba y apreciaba el grosor de esa pija que no podía abarcar con su mano. Mientras Laura no perdió el tiempo y se fue detrás de su prima. Mientras ésta le daba sexo oral a Héctor recibía la lengua de su prima que le había bajado la tanguita del bikini y exploraba su culito y su conchita, frotaba su clítoris produciendo su primer orgasmo que Laura recibió en su boca.

Mientras Lore recuperaba sus fuerzas, Laura agarró de la mano a sus primos y los guió hasta el camarote. Al llegar bajo la parte inferior de su bikini y se acostó boca arriba en la cama abriendo sus piernas y ofreciendo su chocho a Héctor. Quería su polla dentro y éste no se hizo esperar. Empezó a follarla en esa clásica posición. La calentura de ambos hacía que el ritmo fuera frenético. Intenso. Laura gemia. Le pedía que la coja fuerte. A Lore le calentó mucho lo que estaba viendo y se acostó al lado de sus primos. Acariciaba la espalda de Héctor y se masturbaba. Laura no aguantó mucho más y llegó al orgasmo a los gritos. Necesitaba una polla dentro suyo y Héctor la acababa de satisfacer. Éste no había terminado y dirigió la mirada a Lore que lo estaba observando. Cómo esperando que la haga suya. El morocho salió de Laura y fue con Lore que también estaba boca arriba con sus piernas abiertas lista para ser penetrada. Le pidió a su primo que lo haga con cuidado y de a poco Héctor la fue penetrando. Entró lentamente. Lore fue sintiendo cada centímetro de esa pija que la llenaba. Héctor la besaba, lamía sus pequeñas tetas mientras iba aumentando el ritmo de la cogida. Lore gemia. Era un placer distinto al que había conocido con su novio y con su prima. Era mucho más caliente que con su novio. Héctor no podía aguantar mucho más. Lo calentaba mucho la situación. Le daba mucho morbo estar con sus primas y sobretodo probar a Lore. Aceleró su ritmo y descargó abundante semen en la conchita de Lore. Esta acompañó las últimas embestidas de Héctor frotando su clítoris hasta llegar a su segundo orgasmo de manera casi simultánea que su primo. Éste se quedó recuperando la respiración sin salir de adentro de Lore. Laura los miraba con una sonrisa. Se sentía orgullosa de haber llevado a sus primos a liberarse de las ataduras y prejuicios y disfrutar libremente de su sexualidad. Héctor salió de a poco y subió a la cubierta mientras que Lore le dio un beso a Laura y se fue a limpiar.

Al rato estaban los tres nuevamente en la cubierta. Héctor y Lorena no sabían bien cómo actuar pero para eso estaba Laura que hacía naturales las situaciones más incómodas. Puso música, destapó otras cervezas y sacó na bailarina su prima. Laura iba sólo con su tanguita, dejando a la vista de sus primos sus redondas tetas que la obnubilaba. Lore había probado una buena polla y algo se le había despertado. Quería probar más. Héctor que se sintió tan culpable la primera vez que estuvo con Laura ahora había cambiado. Para sus adentros pensaba..."por qué voy a desaprovechar la posibilidad de estar con estas dos bellezas? No le debo nada a nadie". Se convencía así mismo que no había ninguna barrera real para disfrutar del placer junto a sus primas y empezó a tomar más iniciativa. Esa tarde se unió a ellas cuando bailaban y de a poco las terminó de desnudar e hizo que le chuparan la polla entre los dos. Luego volvió a coger a Lore mientras ésta le daba una rica chupada de coño a su prima. Regresaron al atardecer cuando los padres de los jóvenes empezaban a preocuparse.

La relación entre Lore y Laura después de esa tarde empezó a ser más caliente. Lore iba perdiendo su inocencia y le preguntaba y hacia todo con su prima. Una de las curiosidades fue por el sexo anal. Laura no era una experta pero lo había practicado varias veces, aunque creía que con Héctor no era lo mejor con una principiante debido al grosos de su polla. Pero se le ocurrió otras formas de practicar y una de las cosas que más le calentaba era auspiciar de maestra sexual de esa belleza. Esa misma tarde fueron al centro de la ciudad con la excusa de hacer unas compras de ropa y aprovecharon para ir a un sex shop. Laura tampoco era una experta en juguetes sexuales pero sin pudor comenzó a consultar a la mujer que atendía la tienda sobre lo mejor para la iniciación anal, mostrándole ésta un largo catálogo de juguetes disponibles. Luego de un seguimiento atento de todos los artefactos decidió comprar dos plug anales. Uno metálico de apenas 6cm de largo y 4 de ancho en el lugar de mayor grosor y otro de látex de 12cm y 7 de ancho.

Lore estaba ansiosa por probar los juguetes. La calentaba mucho ser la "alumna" de su prima. Habían pasado dos días desde que navegaron los tres juntos, Héctor estaba expectante si surgía una nueva invitación pero sus primas estaban ocupadas en otro asunto. Esa noche Laura y Lore fueron temprano a su habitación. Y como todas las noches esperaban que todos estén en sus habitaciones para iniciar sus juegos. Laura probaba primero un juguete y después se lo introducía a su prima. Le excitaba mucho ver a Lore con su cara hundida en el colchón y su colita paradita esperando el juguete. Laura lubrico bien su ano con su su lengua y le introdujo el plug más pequeño. Lore ya se había calentado mucho y se empezaba a tocar. Laura le pidió que se contenga y esperó a que su prima se acostumbre a ese juguete. Mientras ella se introdujo el plug más grande. Si bien tenía algo de experiencia, hacía mucho que no tenia sexo anal por lo que no fue tan fácil que entre. Sentía que ese objeto le abría bien su interior. Luego empezó a meter y sacar el plug chico de la cola de su prima hasta que notó que ya estaba acostumbrada, para luego comenzar con el más grande repitiendo la dinámica. Ahora Lore estaba acostada boca abajo con el plug de látex en su interior. Quería tocarse y acabar de lo caliente que estaba pero se contenía. Mientras Laura se estaba introduciendo el consolador que ya tenía Lore. Éste tenía la forma de un miembro real, de un largo similar al de Héctor pero no tan grueso. Laura se metía y sacaba el artefacto sintiendo que ya estaba bien dilatada. Luego le sacó el plug de látex a Lore, le pidió que se ponga en cuatro y la comenzó a coger por el ano con ese juguete. Lore contenía sus gemidos pero no pudo evitar tocarse hasta acabar. Después de eso Laura se introdujo el plug más grande en su ano y se metió el consolador en su vagina en una doble penetración con juguetes hasta que obtuvo su propio orgasmo.

Lore estaba ansiosa por seguir probando. Y al otro día continúo su práctica en varias oportunidades. Ya no se cortaba y no le importaba que su prima la viese mientras lo hacía. Laura pensaba "en qué putilla se va a convertir la primita" y no podía evitar sonreír con cierta malicia. Esa tarde Lore se quedó practicando en la soledad de su cuarto mientras que el resto de la familia estaba en la playa. Era la última semana de vacaciones para Héctor y quería aprovechar esos días para repetir con sus primas.

Laura le preguntó a su padre si al día siguiente podían ir a navegar con Héctor y Lore. La pregunta agarró por sorpresa a su primo a quien se le iluminaron los ojos esperando una respuesta afirmativa, pero su padre respondió por la negativa ya que al día siguiente los adultos irían a un balneario cercano a pasar el día. Laura hizo puchero pero no le importaba. De una u otra forma iban a quedarse solos. Además Victoria y su novio los acompañarían. Cuando llegaron a la casa Laura le comentó la buena nueva a su prima. Sabían que tenían un día entero para gozar entre los tres sin que nadie los molestara. Con sólo pensarlo ya se habían calentado y esa noche Lore siguió practicando su iniciación anal junto con Laura. A esta altura había adquirido una muy buena dilatación.

Al día siguiente los padres de los primos junto a Victoria y su novio emprendieron el viaje al balneario. Lore y Laura se despertaron tarde luego de una noche de sexo como ya era costumbre. Héctor no se encontraba en la casa, había ido a nadar y llegó cerca del mediodía. Al entrar a la casa estaba Lore con su bikini preparando el almuerzo. No pudo evitar calentarse al verla con esa tanguita que apenas cubría su precioso culito. Se acercó a ella para buscar agua y al pasar por su lado sintió su perfume que lo embriagaba. Poso su mano en su cintura mientras que Lore permanecía quieta recibiendo las caricias de su primo. Éste la volteó y la empezó a besar mientras bajaba sus manos a su culito. La polla de Héctor reaccionó al instante y Lore la empezó a sentir. Con cierta ansiedad ésta bajo el bañador de su primo para sentir la pija entre sus manos. Héctor de un sólo movimiento rompió la tanguita de Lore, la alzó en sus fuertes brazos y la colocó sobre la mesa de la cocina. Lore abrió sus piernas para recibir la polla de su primo que no se hizo esperar. Estaban de frente, besándose, ella con las piernas abiertas y él parado penetrandola.

Laura que salía de bañarse escucho los gemidos sin sensura que venían de la cocina y se acercó sólo cubierta con una toalla. Se quedó mirándolos un rato hasta que interrumpió

La: veo que empezaron sin mí...

Sin sobresaltarse ambos la miraron, se rieron y continuaron con lo suyo. Laura dejó caer su toalla descubriendo sus curvas y se acercó a sus primos. Los acariciaba y besaba mientras ellos cogían. Héctor le hizo un lugar a Laura que se inclinó para comer el coño de su prima inclinando su culo para que Héctor la cogiera con fuerza. Él estaba en las nubes gozando de esas bellezas que jadeaban y gemian libremente. Laura interrumpió la comida de coño de su prima y le dijo algo al oído que la hizo sonreír. Se besaron y entre las dos llevaron a su primo a la habitación. Lore se puso en cuatro y su prima empezó pasar la lengua por su ano e introducir un dedo que pasó con facilidad. Lo mismo dos y luego tres. Mientras Lore le practicaba sexo oral a Héctor.

La: vení primito. Te tengo un regalito...

Lore se quedó en cuatro y Héctor fue detrás de su prima más pequeña junto a Laura, viendo cómo le introducía tres dedos en su ano. La rubia agarró la pija de su primo y la guió al agujerito de Lore que esperaba ansiosa. De a poco empezó a presionar y su pija entró sin mucha dificultad. Lore sentía como se estaba abriendo. Era más gruesa que su consolador por lo que le daba un poco de dolor. Pero a la vez era mucho más excitante sentir el calor de esa polla entrando en su ano. Laura acariciaba su espalda para relajarla hasta que la pija de Héctor entró toda, empezando un mete saca lento para que Lore se acostumbrara. Laura se puso en cuatro al lado de su prima.

Laura y Lorena estaban en cuatro, cola con cola, quien miraba esos dos culitos a su disposición. Empezó a coger a Lore con más fuerza mientras ésta chillaba. Luego cambió a Laura. Sus embestidas eran cada vez más fuertes. Era un sueño lo que estaba viviendo. Ni en sus masturbaciones nocturnas había imaginado esto. Laura que se sentía muy abierta quiso darle más placer a su prima que estaba recibiendo la verga de Héctor en su culito y fue en busca del consolador. El primo se acostó boca arriba y Lore hizo lo mismo pero sobre el cuerpo de su primo, para que la siga penetrando analmente y dejando su coñito a disposición de Laura que luego de chuparlo un poco le introdujo el consolador. Esa doble penetración era demasiado para Lore que estalló en un orgasmo intenso. Una ola de placer envolvió su cuerpo mientras que Héctor descargaba potentes chorros de leche en el interior de su ano. Lore estaba en éxtasis, el mundo a su alrededor dejó de existir y sólo sentía el placer que le proporcionaban sus primos. Quedó rendida en la cama con su colita abierta escurriendo semen, mientras que Laura se tocaba para obtener su propio orgasmo.

Esa tarde disfrutaron de sus cuerpos hasta que empezó a caer el sol. Los tres estaban cansados, pero aún les quedaban unos días para disfrutar en la playa y una vida por delante. La relación entre los tres no terminó ese verano, sólo se estaba iniciando...