Josefina, la universitaria de mis sueños (Parte I)
Primera parte de una serie de relatos con la Jose, la estudiante de enfermería. ¿Todas las fantasías y fetiches se cumplen?
Eran las 11.45 am del día viernes y yo iba saliendo de la universidad. Al fin había terminado el curso y sólo quedaba celebrarlo con mis amigos. Mi mejor amigo, Francisco, iba a dar una fiesta en su casa con toda la clase para celebrar que habíamos terminado el 3 año, y se había hablado mucho de la fiesta, por lo que prometía ser genial.
Me llamo Joaquín, tengo 22 años y estudio arquitectura. No soy un modelo, pero me defiendo con mi 1.86 de altura, mi pelo castaño y mis ojos verdes. Voy al gimnasio cuando tengo tiempo libre, y allí es donde conocí a Josefina.
La Jose es una chica de 23 años, y va en último año de enfermería en mi universidad. Una pelirroja que es un verdadero bombón, con 1.65 de altura, unas tetas que caben perfecto en las manos y un culito respingón que hace que todos volteen a verla.
La verdad es que yo era de las personas que soñaba y babeaba con Jose cuando la veía en el gimnasio, haciendo ejercicio con su cuerpo sudado y esas mallas apretadas que hacían lucir el fantástico cuerpo que tenía, pero habíamos hablado tan pocas veces que dudaba que supiera algo de mi existencia.
Volviendo a la realidad, iba camino a mi casa para poder comer algo, descansar, darme una ducha rápida y salir a casa de Francisco para celebrar. Cuando iba a mitad del trayecto me di cuenta que no había comprado nada para beber esa noche, así que me desvié un poco y pasé por un supermercado a comprar algo. Luego de agarrar unas cervezas fui hacia la caja para pagarlas, y gigante fue mi sorpresa cuando me topo frente a frente con Jose.
-Hola! Tanto tiempo!- me dice Josefina mirándome a los ojos
-ehh hola!- respondo yo, de forma muy nerviosa
-Veo que te ha ido bien en los exámenes jajaja -apuntando hacia mi caja de cervezas
-jajaja si, he quedado con unos amigos para una fiesta más tarde. ¿Y tu? ¿Que te trae por aquí?
-he venido a comprar unos vegetales para mi almuerzo ya que en mi casa no quedaba mucho.
Luego de un par de preguntas sin sentido, terminé de pagar y volví al estacionamiento para subirme al carro e ir a mi casa. En ese momento la veo salir de la tienda e ir caminando a su casa, así que me ofrecí a llevarla, y para suerte mía ella aceptó.
Una vez en el carro y de camino a su casa, me contó que había terminado la universidad y estaba libre, por lo que me armé de valor y le pregunté si le gustaría ir a la fiesta de mi amigo hoy. Ella aceptó de inmediato, así que llegamos a su casa y quedamos con que la recogería a las 8.30 pm para irnos a casa de Francisco.
Llegue a mi casa sin poder creer lo que había pasado, entonces me dispuse a comer y me tome una siesta. Desperté a las 7 así que fui a darme una ducha y arreglarme para poder estar puntual en la casa de Jose.
Con mi mejor outfit llegue a su casa a las 8.30 pm, y ella ya me estaba esperando lista. Cuando salió, pude admirar su belleza. Estaba vestida con una polera corta, en los que se marcaban sus pechos sin sujetador, y unos jeans con agujeros que dejaban ver sus muslos con un perfecto bronceado. Verdaderamente valía la pena todas las horas que ella pasaba en el gimnasio.
De vuelta en el auto y de camino a casa de Francisco íbamos conversando y yo no podía dejar de admirar semejante belleza que tenía a mi lado, así que no pude evitarlo y puse una mano en su pierna y ella me miraba sonriente.
Llegamos a las 9 a la casa de Francisco y se escuchaba la música a 1 cuadra de distancia, mientras veía compañeros y personas que no conocía caminando a la casa. Logre encontrar estacionamiento y ahí fue cuando me di cuenta de la tremenda fiesta que se había armado: se veía la casa completamente iluminada, con música y personas con un vaso en la mano por doquier. Así que nos bajamos del auto con Laura, agarramos mis cervezas y nos fuimos a saludar. Una vez dentro, nos encontramos de frente con mi grupo de amigos y Laura fue a saludar a unas compañeras de curso que estaban en la fiesta.
Mis amigos no podían creer lo que estaban viendo, había llegado con la Jose y me hacían bromas por haber traído semejante pibón a la fiesta, así que abrí una cerveza y compartí un poco con ellos.
No recuerdo cuantas cervezas pasaron, pero una compañera de Laura me había regalado un vaso de plástico con licor, asi que yo y Laura nos pusimos a beber.
La sala de estar de la casa de Francisco era gigante, y habían puesto todos los muebles hacia un lado, así que se había formado una pista de baile bajo la mesa del dj en la que todos estaban bailando y pasándola bien.
De pronto, la Jose me invita a bailar, así que fuimos con nuestros vasos y nos pusimos a bailar. Mis zapatos se quedaban pegados en el suelo por tanto alcohol que se había derramado pero eso no me importaba, estaban sonando los últimos temas que habían salido y con todo el estrés de la universidad fuera pude relajarme y bailar pegaditos y hasta abajo con ella. Llevábamos un buen rato bailando hasta que ella empieza a acercar su cara y a rozarla repentinamente contra la mía, al ritmo de la canción. Yo ya no podía más, así que aproveche uno de esos momentos para besarla tímidamente en los labios, para luego empezar a hacerlo más veces. Ella no parecía enojada, incluso me devolvió más de algún beso, así que quise ir por más y me atreví a darle un beso más largo. Mientras ella me respondía ese beso, yo aproveché mi mano libre para correr su cabello por detrás de la oreja y poner mi mano agarrando su pelo y su cabeza, acercándola más a mi y haciendo el beso más intenso.
Llevábamos un buen rato así hasta que nos empezamos a salir de la pista de baile lentamente y nos fuimos yendo hacia la cocina, en la que había menos gente y el ruido no era tanto, y seguimos besándonos ahí, esta vez con las manos desocupadas.
Aprovechando que había menos personas y que había liberado mi otra mano, pude poner mi mano en su espalda para ir bajándola lentamente mientras nos seguíamos besando, y yo sentía como cada vez más ella se refregaba a mi si entiendo lo duro que me tenía.
Así nos fuimos moviendo cada vez más a un lugar más tranquilo, hasta que llegamos al cuarto del lavado, así que entramos por la puerta mientras no dejábamos de besarnos. Una vez dentro, como nadie nos veía, pude bajar mi mano de su espalda a su culo, masajeándolo firmemente y pegándolo hacia mi. En ese momento, entre medio de suspiros, me susurra al oído:
-no quiero que dejes de besarme y pegarme a ti, te siento todo.
Todo eso al oído, sumado al licor, hicieron que me pusiera aun más cachondo, así que puse mis dos manos en sus muslos y la levanté hasta dejarla encima de una mesa que había. Ella estaba con sus piernas abiertas sentada encima de la mesa y yo estaba parado, pegado lo más posible a ella. Ahí fue cuando ella empezó a tocarme el pecho y a bajar su manos, hasta que llegó a mi cinturón y lo empezó a desabrochar. Entonces yo metí mis manos bajo su polera corta y empecé a tocar el contorno de esas tetas que se veían duras a través de la tela.
Ella no se detenía y ya había desabrochado mi pantalon, así que yo, empecé a subir mi mano derecha y metí mi dedo pulgar en su boca, mientras ella me lo chupaba y me miraba a los ojos. Entonces baje mi mano con mi dedo lleno de saliva y empecé a jugar con su pezon, mientras me pegaba a ella abrazándola y besándola en el cuello, pegándole toda mi verga dura. Escuchaba sus gemidos muy despacio, pidiendo que siguiera y que me lo metiera en la boca. Entonces me separé de ella y le levanté la polera. Vi sus tetas bronceadas rebotar y quedarse en el mismo lugar, paraditas y firmes, así que mientras manoseaba una me metía la otra a la boca, jugando con su pezon entre mi lengua, mientras ella agarraba mi pelo y me empujaba la cabeza.
De un momento a otro, ella mete su mano bajo mi calzoncillo y empieza a acariciar mi verga, agarrándola toda y moviendo su mano desde la punta hasta la base. Entonces se baja rápidamente de la mesa y sigue besándome, con una mano moviéndose lentamente en mi verga, poniéndomela cada vez más dura.
-quieres que te la chupe? -me preguntó con cara de viciosa.
-quiero que te la comas toda -le respondí yo.
Entonces ella se arrodilló frente a mi y besó la punta de mi verga para meterse la mitad en la boca, mientras yo sentía sus labios deslizarse por cada centímetro, y su lengua jugando por dentro de la boca. Con su mano, empezó a deslizarla a través de mi verga dura, mientras se la iba metiendo y sacando de la boca, haciendo ruidos de succión mientras me miraba fijamente.
Yo veía todo ese espectáculo. Una pelirroja mamandomela, metiéndosela casi toda a la boca mientras se ayudaba con la mano y yo le tiraba el cabello, acercándola y alejándola a la velocidad que yo quería.
Luego de un rato ella vuelve a subir y me vuelve a susurrar al oído:
-quiero que me la metas, sueño con tenerte dentro mío y que te corras ahi.
Esa fue la mejor frase, asi que la volví a tomar y subir encima de la mesa para ir bajándole esos jeans con agujeros que traía y después ir sacándole lentamente esa lencería diminuta que traía. Cuando estuvo desnuda sobre la mesa, me puse a besar entremedio de sus muslos, cada vez más acercándome a su coño, dando besos y lamidas.
Una vez que llegue a su coño, moví su tanga hacia un lado y le di la primera lamida, sintiendo como ella se estremecía y soltaba un pequeño suspiro. Entonces seguí lamiéndola, hasta llegar a su clitoris, donde empecé a jugar con mi lengua suavemente, y mientras más jugaba con el, más mojada la sentía. Como yo tenía ganas de hacer mi mejor trabajo, con mis dedos empecé a rozar su agujero, cada vez metiendo un poco de mi dedo y sacándolo. No pude controlarme más y empecé a meter un dedo suavemente mientras lamía su clitoris y la escuchaba gemir mi nombre.
-méteme otro cabron, me tienes muy cachonda -me decía gimiendo.
En ese momento, cuando metí mi segundo dedo, sentí lo mojada que la tenía y lo apretada que estaba, así que sin dejar despegar mi lengua de su coño empecé a meter y sacar mis dedos, escuchando su respiración entre cortada, mientras ella se movía como si me estuviera montando.
Seguí haciendo eso por un rato hasta que sentí que ella tomaba mi cabello y lo jalaba hacia ella, teniendo un orgasmo que me dejo saboreandola.
-prepárate que ahora viene algo más que mis dedos - dije yo
-no puedo esperar, desde que me recogiste en el carro he querido tenerte dentro mío -dijo ella
Entonces terminé por bajarme los calzoncillos y puse mi verga en su coño, y despacio empecé a meterla. Con mi verga completamente adentro, la tome de las caderas y empecé a follarla cada vez más rápido, empujándola con cada metida que daba, con mi verga deslizándose fácilmente dentro de ella por lo mojada que estaba.
Estuvimos follando en esa posición un buen rato, hasta que se la saco y le pido que se ponga en 4 con las tetas apoyadas en la mesa. Cuando ella estuvo lista, con sus dos manos abrió su culito y yo le metí mi verga de golpe en su coño, sintiendo como ella se retorcía de placer. Era delicioso sentir ese coñito apretado, mientras nuestros cuerpos sonaban cuando chocaban, pero con la música tan fuerte, sólo nosotros lo podíamos escuchar.
Estaba jalándole el cabello con una mano mientras que con la otra la nalgueaba, sin dejar de follarla duro y rápido.
-me voy a correr, sigue dándome duro, así así -empieza a decir la Jose
Entonces yo empecé a moverme cada vez más rápido, hasta que enpecé a escuchar sus gemidos más intensos y prolongados, y sentí como su coño se iba apretando hasta que ella relajó las piernas y se apoyó completamente en la mesa, mientras yo seguía follandola.
-me voy a correr, no aguanto mas -le susurre al oido, mientras le mordía el lóbulo de la oreja.
-échamelos en la boca y en las tetas
Entonces le saque la verga del coño y ella se volvió a arrodillar frente a mi, y me dio una de las mejores mamadas de mi vida hasta que me vine en su boca, y ella no dejaba de chupármela hasta que me dejo la verga limpia y se tragó todo.
Nos empezamos a vestir rápidamente porque nos habíamos ausentado mucho tiempo de la fiesta.
Seguimos bailando y conversando hasta que llego el momento de llevarla a su casa en mi auto, pero esos detalles son para la próxima parte.