Jorge sueña con valeria

Jorge conoce a Valeria y desde ese momento siente como si oscilaran en una misma frecuencia. Tan fuerte es el impacto que le ha causado Valeria, que Jorge sueña con ella, tocándola y manoseándola cuando está semidormida en su intimidad, desnuda y sólo con una diminuta braguita, con sus senos libres y sus pezones túrgidos, ávidos de una boca. Jorge va a un ciber y siente que hay tantas cosas que le atraen de Valeria. De sólo pensar en ella su pene se endurece y no trata de esconder la protuberancia que se hace en su pantalón delante de las gentes.Tan obsesionado está jorge por causa de Valeria que no se aguanta y desde el ciber le escribe a su correo, diciéndole todo lo que siente por ella, para desahogarse.

JORGE SUEÑA CON VALERIA

Jorge conoce a Valeria y desde ese momento siente como si oscilaran en una misma frecuencia. Él percibe su aura de mujer libidinosa, la imagina una hembra vibrante y seductora, que devora y atrae las miradas de todo hombre, inclusive de las mujeres. De alguna manera, su intuición le dice que ella es una dama en la calle y una tremenda puta en la cama. Está convencido que ella debe ser una mujer devoradora, tragona, y una caliente batidora cuando está empalada en una buena verga.

Tan fuerte es el impacto que le ha causado Valeria, que Jorge sueña con ella, tocándola y manoseándola cuando está semidormida en su intimidad, desnuda y sólo con una diminuta braguita, con sus senos libres y sus pezones túrgidos, ávidos de una boca. Él puede ver que su vulva se trasluce y dibuja sus labios a través de ese diminuto triángulo de tela, mientras su pene se torna rabiosamente duro, con el glande pelado en forma de ciruelo. Valeria se mueve y su vagina se abre al compás de sus piernas, la pantaleta se le mete en la ranura y se traga parte de la prenda.

Jorge va a un ciber y siente que hay tantas cosas que le atraen de Valeria. De sólo pensar en ella su pene se endurece y no trata de esconder la protuberancia que se hace en su pantalón delante de las gentes. Se la imagina suave, con grandes senos duros, con pezones abultados. No muy alta, pero con con un buen y abultado trasero. Unos labios carnosos y una boca grande para mamar. Está seguro que a ella le gusta mucho que se lo metan por detrás, en su culo suave y carnoso, aguantadora para los penes gruesos.

Tan obsesionado está jorge por causa de Valeria que no se aguanta y desde el ciber le escribe a su correo, diciéndole todo lo que siente por ella, para desahogarse. Le dice que le gustaría verla vestida super excitante y sensual, sin ropa interior y sin sostenes, con ropa muy suave y blusa semi transparente, para atraer las babosas miradas de los hombres. Le dice que es casado, pero le gusta  este doble juego, que si estuvieran en un bar su mujer, ella y él, trataria de manosearla por debajo de la mesa a escondidas y meterle el dedo en su rica y mojadita vagina para luego chuparse el dedo delante de ella.

Valeria lee lo que le escribe Jorge y queda asombrada por las muchas coincidencias de como él se la imagina y ella, realmente le encantan las cosas tan sugerentes que le dice. Le gusta la idea del bar y le responde a Jorge: -Si estuvieras con tu esposa en un bar y me vieras en una mesa muy cercana, vestida así como te gusta, muy sensual, con una blusa semitransparente, sin sostén, que se me noten los pezones y unos senos carnosos, deliciosos, y además con una falda muy sexy y corta, que dejan ver unas piernas muy ricas, ¿serías capaz de sacarme a bailar?

Jorge le responde a Valeria que sí la sacaría a bailar, pidiéndole permiso a su esposa, tras lo cual se le acercaría extendiéndole la mano para invitarla a bailar una suave pieza musical y luego la conduciría al centro de la pista, buscando el lado más cerca de las columnas para poder llevar a cabo sus ocultas intenciones, porque sabía que la mirada de su esposa estaría fija en ellos, a pesar del permiso concedido. Valeria se siente fascinada por las palabras de Jorge y accede a que se encuentren en un bar como él quiere. Así se ponen de acuerdo y fijan un sitio y una noche para encontrarse.

Llega por fin esa noche y Valeria invita a una amiga muy allegada para que la acompañe al bar. Ella está vestida tal cual como Jorge quiere verla. Con una blusa azul turquesa semitransparente y una falda negra muy cortita. No tiene sostén por lo que se le marcan los pezones y la tela muy suave y ajustada deja notar unos senos espectaculares, ricos de carne. Valeria no se atrevió a ir sin ropa interior y se puso un hilo de color rojo muy pequeño, por lo que la tela muy ceñida de su faldita hace pronunciar muy bien el bulto de su vulva así como sus nalgas divinas y deja ver unas piernas color canela apetecibles.

Valeria reconoce a Jorge por las señas que éste previamente le había dado y se ubica con su amiga en una mesa muy cercana, quedando frente a la mirada penetradora de Jorge. Valeria lo observa y le parece muy guapo y viril, tal como se lo imaginaba. Ella siente en sus senos carnosos la mirada lujuriosa de Jorge atravesando la transparencia de su blusa y esto hace que sus pezones se pongan erectos. Abre sus piernas de una manera muy provocadora para que la mirada de él se fije también en la vagina palpitante situada debajo de su corta faldita. Tan corta es que él puede notar el tentador color rojo del diminuto hilo que la adorna. Los ojos de Jorge no se pueden apartar de sus bellas piernas y en su mente desea recorrerlas con sus besos hasta llegar muy cerca de su erótico triángulo para embriagarse con el olor tan exótico que debe emanar.

Suena una música de salsa erótica muy suave y Jorge no se puede aguantar. Le pide permiso a su esposa y se acerca a Valeria, invitándola a bailar. Ella acepta con gusto y él la conduce a la pista buscando la cercanía de las columnas como ya lo tenía pensado. Empiezan a bailar la suave pieza de salsa y Jorge lentamente la acerca a su pecho para sentir sus pezones a través de la tela de su blusa transparente, mientras retira prudentemente su bulto ya crecido de la entrepiernas de ella, esperando la oportunidad y la oscuridad de las sombras de las columnas para hacerla sentir su virilidad sobre ese rincón anhelante de ella. Ya dando una vuelta a una de las columnas y fuera de la vista de su esposa, Jorge arrima firmemente su ardiente paquete para que Valeria lo sienta sobre su triángulo palpitante y audazmente aprovecha que sus brazos abrazan ese divino cuerpo curvilíneo para deslizar sus pulgares hacia arriba por el interior de sus axilas hasta llegar a la base de sus pechos. Valeria es sorprendida por este atrevido contacto de sus pulgares, pero la sensación que la invade es tan rica que no lo rechaza y trata de disimular sacándole conversación a Jorge.

Le habla con su voz más seductora y le dice: -¡Cariño bailas muy bien, me siento chévere contigo! Su voz le parece tan sensual a Jorge que esto lo excita a millón y empieza a decirle cosas al oído para seducirla: -¡Mami y mientras más bailes conmigo te vas a sentir mucho mejor! -Sabes tienes un cuerpo ¡exquisito! -¡Me provoca besarte y acariciarte toda! Estas palabras producen un efecto devastador en Valeria, son su punto débil, le encanta que la seduzcan así con palabras muy ricas al oído. Se calienta tanto que le dice a Jorge: -¿En serio? Mientras pega mucho sus senos a su pecho para que sienta sus pezones cada vez más erectos rozándolo. Jorge, entonces, se siente más en confianza y aprovecha otra vuelta de una columna para deslizar sus manos por la espalda de Valeria hasta tocarle ligeramente las nalgas, diciéndole al oído, con su voz ronca de pasión: -¡Sí mami muy en serio! -¡Te besaría y acariciaría en tus partes más sensibles! A Valeria se le acelera el corazón y con su respiración entrecortada le pregunta: -¿Cómo cuáles amor? Y Jorge le responde: -¡Como éstas! Mientras abarca con ambas manos sus protuberantes nalgas y las acaricia suavemente con movimientos circulares. Estas caricias en sus nalgas terminan de calentar a Valeria y ella pega mucho su cuerpo a su crecido bulto, haciendo movimientos de baile lentos y provocadores buscando que él sienta la carne vibrante de su vulva rozando tentadoramente su miembro y éste se ponga bastante duro como para excitarla  y ponerla caliente al máximo.

Valeria y Jorge pasan por otra columna, alejándose más de las miradas de su esposa, y ella muy excitada le pregunta a Jorge, con una voz seductora: -Y ¿cuáles otras cariño? Jorge reacciona excitadísimo también y le responde: -¡Como éstas mami! Mientras la pega a la columna y besa sus labios y cuello dulcemente, vuelve a su boca y sus lenguas se abrazan y succionan con pasión. Valeria está completamente derretida con estas cositas que le hace Jorge, tanto que saca un seno y se lo ofrece, él lo besa y chupa su pezón rosadito de una manera tan tierna que su vagina se pone muy húmeda automáticamente y puede sentir su miembro ya durísimo, grueso, frotando su carne vaginal como una barra ardiendo. La calentura de ambos va creciendo a límites inimaginables. Pero, la pieza musical de salsa erótica que están bailando tan sensacionalmente acaba y tienen que volver a sus mesas, se miran mientras se separan deseándose mucho uno al otro.

Jorge habla con su esposa y la convence para invitar a Valeria y su amiga a su mesa. Valeria acepta y se traslada con su amiga. Valeria se sienta al lado de Jorge y su amiga al lado de su esposa. Empezaron a conversar muy animadamente, mientras Jorge pide unos tragos de brandy, con la intención doble de que su esposa se embriagara y le prestara menos atención y, al mismo tiempo, que Valeria y él se pusieran más calientes. Hicieron el primer brindis. Entre risas y conversaciones Jorge aprovecha la penumbra para tocar las piernas de Valeria, mientras enfoca su mirada a través de su blusa abierta que dejaba ver claramente sus erectos y rosados pezones, ella había soltado otro botón a propósito. Valeria disfruta el contacto de las manos de Jorge con sus piernas, pero el efecto del brandy en su cerebro la ha puesto muy caliente y desea mucho más, toma una de las manos de Jorge y la conduce hacia su vulva por debajo de su faldita. Jorge mete la mano en su entrepierna, la desliza por debajo del diminuto hilo que cubre su vulva y puede sentir lo mojada que la tiene, esto lo enloquece de deseo y le dice en un susurro: -¡Mami quiero chuparme tus jugos! Y ella le responde: -Sí yo también deseo que lo hagas  papi! ¡Quiero dártelos todos!

La esposa de Jorge y la amiga de Valeria se van al sanitario. Jorge aprovecha el momento y la oscuridad del lugar para abalanzarse sobre Valeria, se besan con pasión en los labios, él toca sus senos, los acaricia, los chupa y luego busca la intimidad de su triángulo perfecto para saborear sus jugos vaginales que ya la desbordan por la excitación. Jorge se saca la verga y Valeria se la manosea ansiosa, la frota con pasión, la siente tan dura y gruesa que la provoca mucho y no puede evitar abalanzarse sobre ese pene caliente y mamarlo. Lo mama de una manera tan especial mientras lo frota que Jorge no logra soportarlo, su miembro hace explosión y derrama rápidamente su leche en la dulce boquita de Valeria. Valeria asombrada y extasiada al mismo tiempo, tiene que tragársela toda  para no perder nada de ese precioso líquido y no manchar su ropa o el mueble, donde sentados daban rienda suelta a su tremenda pasión.

Valeria limpia su boca como puede con unas servilletas, mientras mira a su amante con una sonrisa picaresca dibujada en su bello rostro de niña. Su amante también la mira sonriendo y se limpia su pene como puede, no puede creer que esto haya ocurrido así tan rápido. Él le dice: -¡Eres increíble mami! Y ella le responde: -huy ¡Amor tuve que tragarme toda tu leche! -¡Qué rico! En eso su amiga y la esposa de Jorge regresan del baño. Valeria se incorpora y aprovecha para ir también, mientras Jorge  se para y se va detrás de ella con la misma excusa.

Mientras camina contoneando sus nalgas hacia el baño, Valeria siente sus senos carnosos muy turgentes, sus pezones muy erectos y su vagina muy húmeda debajo de su falda cortita, producto de la rica mamada que acaba de efectuar. Llega hasta un pasillo oscuro donde están las entradas de los baños y en ese momento Jorge la alcanza y la toma por su cintura curvilínea, pegándose a sus nalgas mientras le susurra al oído: -¡Me gustaría llenarte de semen para que guardaras mi líquido de vida en tu piel! ¡Abre tu boca que quiero meterte mi lengua gruesa! ¡Abre tu culo y sabrás lo que es gozar! ¡Siéntate en mi verga y ondula tus caderas! Estas palabras de Jorge la terminan de enloquecer y ya desea ofrecerle su culo y linda conchita a Jorge para que la penetre y la llene de semen mientras ella ondula sus caderas sobre su verga salvaje.

Ambos caminan besándose y acariciándose fogosamente, entran al baño de damas pasando el seguro. Jorge se abalanza sobre Valeria como un toro salvaje, baja su blusita y deja al descubierto esos bellos y rosaditos senos, los toma en sus manos y los aprieta, luego se los muerde, se los chupa salvajemente y ella lo disfruta diciéndole:

-¡Son tuyos papi, cómetelos! Jorge saca su pene que lo tiene ya grueso y durísimo, lo coloca entre los senos de Valeria y ella lo aprisiona con esas tetas divinas, mientras él lo frota como si estuviera penetrándola por allí. Jorge, entonces la toma por las nalgas y la carga mientras ella se guinda a su cuello y abre sus piernas adivinando su intención de penetrarla por su ansiosa vagina. Ella tiene su cuquita hecha agua, super mojada. La verga de Jorge, super dura y gruesa se abre paso por el diminuto hilo rojo de Valeria y entra fácilmente en su tibia cueva. La caliente verga llega hasta lo más profundo de la vagina de Valeria y ella se siente en el cielo, empieza a ondular sus caderas con movimientos oscilantes, apasionados, mientras gime de placer. –¡Dame duro con tu verga papi!, le dice ella. Jorge la pega contra la pared y la golpea durísimo con su verga, una y otra vez, implacablemente, mientras Valeria mueve sus nalgas como una verdadera batidora, totalmente desenfrenada. Jorge no soporta tanto placer y le dice a Valeria: -Mami, ¿quieres más leche? Y Valeria le responde: -¡Sí papi, dámela toda, la quiero ya! La verga ardiente de Jorge vuelve a explotar y derrama chorros deliciosos de su leche dentro de la tierna vagina de Valeria que succiona todo su rico pene y experimenta múltiples orgasmos que la hacen gritar y gemir como una verdadera loca:

-ayyyyyy, –aaaaaah, mientras su cuerpo tiembla y convulsiona debido al  infinito placer. Jorge ve cumplido su sueño con Valeria y se siente estar flotando sobre una nube. Él le susurra al oído: -¡Eres super caliente mami! -Me gustaría hacerte muchas cositas divinas, pero más que todo poseerte por el culito. Ella le responde: -Ummm a mi también me encantaría amor, pero será en otro momento. –Si nos tardamos mucho, tu querida esposa va a pensar muy mal jajaja.