Jonson el Psiquico (1)

Este relato tiene com protagonista a un estudiante de universidad con potentes poderes mentales que los usa para mantener relaciones sexuales con las chicas de su clase.

Jonson el Psíquico (I)

Hola a todos los lectores, me llamo Jonson y soy un tío de 20 años que estudia psicología en la universidad. Desde pequeño siempre me han interesado los temas relacionados con la mente y las facultades psíquicas de los individuos.

Desde pequeño, ejercité mucho mi mente con practicas psíquicas de todo tipo: intentar mover objetos con la mente, proyección astral, y la más interesante de todas: poder manipulas cualquier mente ajena a voluntad. No hace falta decir que domino esas 3 capacidades psíquicas al cien por cien aunque nunca las había usado para mi propio beneficio personal. Eso tenia que cambiar, me dije a mi mismo.

Salí de mi piso (el cuál pagaban mis padres cada mes el alquiler) y me dirigí a la universidad para recibir mis clases de psicología y para telehipnotizar a alguna tía que estuviera muy buena.

Ya en clase, empecé a buscar a la candidata ideal. Mi radio de visión no tardó en encontrar a la candidata perfecta: Carla. Carla era la tía más buena que había visto en mi vida. Era pelirroja con el pelo rizado hasta la mitad de la espalda, tenía unos grandes y penetrantes ojos color esmeralda y tenia un par de tetas bastante agradables. Su culo también era apetecible y en su cuerpo no sobraba ni un solo gramo de grasa.

En el transcurso de la clase, empecé a sugestionarla mentalmente para que se fijara en mi. El efecto fue inmediato puesto que me percaté en varias ocasiones de que la pelirroja me estaba mirando y cuando yo la miraba, retiraba la mirada como si estuviera avergonzada. Sabia que tardaría muy poco en entregarse completamente a mi puesto que mi potencia mental era muy elevada.

No podía haber triado un objetivo mejor – pensé – Es una chica rica que vive sola y no tiene que dar explicaciones a nadie de con quién sale y con quién deja de salir. Todo son ventajas – me dije a mi mismo.

Al acabar mis clases me fui para mi casa. Había bombardeado mentalmente a Clara durante todas las horas que habían durado las clases, por lo cual estaba seguro de que no tardaría mucho en quererme físicamente. Y así fue, en diez minutos llegué a mi piso y a los pocos segundos de entrar, llamaron al timbre. Abrí la puerta y encontré a la chica que estaba esperando.

Hola Jonson –me dijo Clara.

Hola, ¿qué haces aquí? – le pregunté sin interés

Sin mediar palabra se abalanzó sobre mi y me besó con una lujuria casi inimaginable. Decidí no oponer resistencia puesto que mi pene ya estaba pidiendo guerra.

La cogí en brazos y la llevé a mi habitación. Una vez allí ella me miró con cara lasciva y se me tiró encima. Me arrancó literalmente la camisa que llevaba y se puso a besar mis pezones así como a darme chupetones en el cuello.

Inmediatamente después, me bajó la cremallera de mis pantalones tejanos así como los calzoncillos. Al ver mi pene erecto supo que la situación “estraña” que estaba viviendo Jonson le excitaba como a ella, aunque la excitación de ella fuera inducida por la potente mente de Jonson. Carla no tardó en introducir el glande del pene en su boca y empezar a lamerlo con delicadeza. Nuestro protagonista se sintió como en el paraíso puesto que ese día la chica más buena de su clase le estaba haciendo una felación muy gozosa.

Clara, ve más rápido. Me gustará más – le dije a ella.

Como una perrita domesticada, Clara obedeció y empezó a chupar su polla como una posesa. Esa sensación le hacía disfrutar mucho más que antes. Al poco rato, Jonson sentía que iba a correrse y se lo dijo a Clara para que apartara su boca pero ella hizo caso omiso. Al parecer, Carla quería tragarse toda la esperma de Jonson.

A los pocos segundos Jonson se corrió en la boca de la preciosa Clara. Inmediatamente después, la atraje hacia mi cuerpo y la desnudé completamente. Su cuerpo esbelto se dejó a relucir sólo para mi. Al igual que yo lo ice con ella, ella me quitó toda la ropa que aún había quedado intacta de su ataque de lujuria apasionada.

Me acerqué mucho más a ella e introduje mi pene (que estaba super duro) en su coño. Para mi sorpresa, descubrí que Clara aún era virgen ya que descubrí que tenía aún el himen. El hecho de hacer el amor con una chica que aún era virgen me daba mucha más sensación de placer.

Al instante, la cabalgué con muchas ganas y noté que a ella le gustaba puesto que no dejaba de abrazarme y de decirme que no parase hasta que se corriera. A los pocos segundos su himen se rompió y Clara produjo un pequeño chillido pero en seguida eso se transformó en una sensación de placer intenso cada vez que mi pene le llegaba al fondo de ella misma. No tardé mucho en correrme en su coño así como ella también. Los dos entramos a la vez en un orgasmo super intenso que nos duró un buen rato.

Al acabar le pregunté a Clara porque había tomado ella la iniciativa. Esta me contestó que estaba loca por mi y que necesitaba descargarse de alguna manera.

Entonces yo pensé que seria bueno poder disfrutar de esas sensaciones lascivas cada vez que me apetecieran así que le pregunté a Clara si le gustaría vivir conmigo. Ella se puso a llorar de la alegría, me abrazó y me dijo que si, que hoy mismo se mudaría a mi piso.

Ese mismo día Clara se mudó a mi piso y por la noche tuvimos otra sesión de sexo salvaje y terminamos durmiendo en la misma cama. Pero al cabo del rato pensé que esa habilidad que yo poseía no se podía desaprovechar con una sola mujer aunque esta estuviera muy buena. Así que empecé a pensar en que otras chicas podrían hacer realidad mis más profundas fantasías sexuales.

Continuará...