Johana empieza a llenarme de cuernos

Tras un viaje a Cali, vivimos nuevamente una experiencia en la que Johana vuelve a serme infiel.

A solicitud del usuario “Andresito” me permito continuar con los relatos sobre la experiencia de ver a mi novia teniendo sexo con otro. De antemano agradezco comentarios que me permitan saber si les gusta el contenido y si quisieran leer algo más.

Como ya narré en otro relato, pude convencer a mi novia de comerse a otro tipo y aunque no pude ver, ella me contó todo y bastante excitante para mí, incluso ahora que vuelvo a recordarlo me excita bastante. Pero no voy a recordar esa historia, ese relato pueden leerlo en mi perfil “Al fin mi novia está con otro hombre”.

Tras aquella primera experiencia, ella se vio otro par de ocasiones (que yo supiera) con ese mismo sujeto y ella me contaba los detalles de cada culeada que le pegaban, lo cual me gustaba bastante y ya me estaba acostumbrando a esa situación, aunque seguía buscando la oportunidad de poder verla, pero el amante de Johana estaba bastante cómodo follándola sin ningún tipo de espectadores. Tras un tiempo planeamos un viaje para pasar un puente festivo y decidimos ir a Cali, así que nos pusimos a buscar vuelos o transporte terrestre y hoteles para estar un par de días allí. Teníamos ya la idea afianzada y seguíamos explorando alternativas para que el viaje saliera un poco más económico, así que ciertas personas conocidas nos hablaban de sus experiencias y recomendaciones de alojamiento y actividades a realizar allí. Tras analizar varias propuestas nos decidimos por ir en avión y tomar un apartamento de Airbnb bien ubicado y a un precio razonable.

Al fin llegó la fecha, alistamos nuestras maletas y nos fuimos al aeropuerto, eran casi las 7 a.m. cuando llegamos al aeropuerto y a eso de las 10:30 ya estábamos en Cali. Tomamos un taxi y fuimos hacia la dirección de nuestro alojamiento donde nos esperaría el anfitrión, a quien habíamos dado aviso apenas llegamos al aeropuerto de allá. Al llegar nos recibió una mujer de unos 50 años llamada Amparo quien nos dijo que su esposo tuvo que ir a hacer una diligencia, nos hizo entrar al edificio, tomamos el ascensor y llegamos finalmente a un piso donde había dos apartamentos, nos dirigimos a una de las puertas y ella abrió para presentarnos el apartamento. Había 1 habitación, 2 baños, cocina, sala, comedor y un balcón que daba a la calle. Ella nos dijo que cualquier duda o ayuda que necesitáramos no dudáramos en llamarla a ella o a su hijo que ellos con gusto nos ayudarían. Cerró la puerta y se fue.

Ya nosotros teníamos algunas actividades planeadas para hacer, así que fuimos a un par de lugares durante el día y queríamos ir a bailar a algún lugar a beber algo, bailar y divertirnos en la noche, así que llamamos a nuestra anfitriona:

-          Hola señora Amparo, ¿cómo está?

-          Bien don Andrés ¿cómo les ha ido? ¿en qué les puedo ayudar?

-          Bien, muchas gracias. Es que queremos ir esta noche de rumba y quisiéramos que nos recomiende un lugar.

-          La verdad no estoy muy enterada de bares actualmente, pero déjeme averiguo acá.

Esperé un momento y ella volvió a hablar:

-          Perdón don Andrés, le pregunté a mi hija y me dijo que pueden ir a XXXX que en esa zona hay muchos bares, y que él va a ir allí con un grupo de amigos esta noche y que si ustedes quieren vayan con ellos.

-          Muchas gracias por la información señora Amparo, déjeme consulto con mi novia a ver qué me dice – le comenté y volví-. Sí, nos parece buena la idea de ir con su hija.

-          Perfecto, entonces ya les envío el número de ella por whatsapp

Nos despedimos y empezamos a hablar con Natalia, la hija de ella. Tras unos minutos ya habíamos concertado que ella pasaría con su novio a recogernos al edificio, así que fuimos al apartamento a cambiarnos de ropa y a esperar a Natalia. A eso de las 9:30 p.m. nos llamó y nos dijo que ya iba llegando, que saliéramos para irnos. Yo me había puesto un jean y una camisa, bastante rápido me alisté, y ella se puso una blusa roja que le dejaba los hombros descubiertos y que le dejaba ver las tetazas en un abundante escote, un pantalón blanco ajustado bajo del cual se le entreveía el hilo dental, todo acompañado de unos tacones rojos que le hacían juego con el bolso. Tras un par de minutos de espera, llegaron en un Uber y nos dirigimos al bar recomendado mientras hablábamos un poco para romper el hielo. Ellos eran una pareja de unos 25 años bastante agradable y que nos hicieron sentir muy cómodos.

Entramos al lugar y allí ya había una mesa de 2 mujeres y un hombre a la cual nos acercamos y ellos nos presentaron, pedimos algo de tomar y empezamos a hablar ya que el lugar aún estaba vacío y poca gente estaba bailando, de manera que nos enteramos de que era el cumpleaños de una amiga de ellos. Siguió llegando gente a nuestra mesa y en general todos nos hicieron sentir como parte del grupo, seguimos bebiendo y empezamos a bailar. Ya varios de esos hombres habían bailado con mi novia y yo con un par de mujeres de la mesa, todo dentro de la normalidad hasta que bailé con ella y mientras bailábamos le dije:

-          ¿Cómo la estás pasando?

-          Bien amor, muchas gracias. ¿Tú cómo la estás pasando?

-          Bien también, muy amables todos.

-          Sí, bastante amables jejejeje -respondió ella-

-          ¿Y esa risa? -le dije extrañado-

-          Yo me entiendo

-          No, dime por qué

-          No pasa nada, tranquilo. Si pasa algo te cuento -respondió mientras me sonreía pícaramente-

Entendí el mensaje y no pregunté más. Volvimos a la mesa y siguieron ellos bailando con Johana pero ahora yo estaba más atento pues no quería perder detalle y así pude ver cómo ella coqueteaba y se reía con ellos pero principalmente con uno a quien se le pegaba bastante mientras bailaban. Ya cuando estábamos todos en la mesa vi como él no paraba de mirarla y aunque el resto parecía no notarlo, Johana le sonreía. Volví a bailar con ella, así que aproveché para preguntarle

-          ¿Te gusta ese man?

-          Sí, es lindo -respondió-

-          Jajajajaja ¿solo lindo?

-          Pues está bueno y baila rico.

-          Si quieres cómetelo -dije yo invadido por los celos, pero sabiendo el morbo que me genera esa situación-

-           Él me quiere comer pero me dijo que no podía porque tú estabas, que si estuviera sola ya no estaríamos acá –me respondió-

-          Pues si quieres le decimos que por mí no hay problema.

-          No, pero le voy a dar un regalito.

Por más que insistí no me quiso decir de qué se trataba así que dejé el tema y tras terminar de bailar volvimos a la mesa y tras un par de bailes más Johana me dijo que ya quería que nos fuéramos pero primero iría al baño. Se encendieron mis alarmas porque yo esperaba que aquel joven fuera tras ella a follarla, pero no pasó nada, ella salió del baño y volvió a la mesa. No éramos los primeros que nos íbamos, y cuando empezamos a despedirnos aquel hombre dijo que iba a ir con nosotros ya que el apartamento donde nos hospedábamos quedaba de camino a su casa, así que aprovecharíamos para tomar solo un taxi.

Salimos los tres de la discoteca, tomamos un taxi y nos dirigimos hacia nuestro destino. A pesar de que el trayecto no era muy largo tuve un par de microsueños que me permitieron evidenciar ciertos coqueteos entre ellos y que él posaba esporádicamente su mano en la pierna de ella, quien iba en medio de los dos. Finalmente llegamos al edificio, yo le di la mano y ellos se despidieron de beso en la mejilla. Mientras íbamos en el ascensor le dije:

-          El pobre quedó con ganas de tu regalito.

-          No, yo se lo di

-          ¿? -Hice cara de extrañez-

-          Mira abajo -dijo mientras salíamos del ascensor-

-          ¿En serio? -dije tras observarla y percatarme que ya no traía su ropa interior puesta bajo el pantalón-

-          Jajajajaja no lo podía mandar así no más.

Caí rendido en la cama mientras ella revisaba su teléfono y chateaba muy contenta. Al otro día mientras ella dormía miré su teléfono y vi que durante la madrugada había estado hablando con el jovencito que nos acompañó de regreso quien se llama David. La conversación era algo como lo siguiente:

D: Me dejaste con ganas

J: Tú a mí también, creo que lo notaste

D: Sí, la verdad tu tanguita estaba bastante mojada

J: No solo la tanguita quedó mojada

D: Pero tú tienes cómo bajar la calentura en cambio yo estoy solo

J: Pero Andrés ya se durmió, me quedé con las ganas.

D: Pero bueno, me pondré a “pensarte”

J: ¿Cómo me vas a pensar?

D: Así [foto de la verga con el hilo dental alrededor de ella]

J: Wow, que bien se ve eso

D: ¿Te parece?

J: Sí, de haber sabido que ibas a hacer eso me dejo el hilo puesto y me siento con el hilo ahí.

D: Ya pudiste sentir lo duro que me pones

J: Sí, no sabes cómo me pusiste cuando sentí ese pene duro mientras bailábamos.

D: Tú entonces si sabes cómo me pusiste cuando sentía tus tetas jejeje…

Así siguieron tonteando en un par de mensajes más donde ella también le envió una foto suya en ropa interior mientras él no paraba de decirle qué le haría. Cuando ella se despertó nos bañamos y desayunamos para luego volver a salir a recorrer la ciudad. Durante el recorrido ella me contó cómo en el taxi intercambió teléfonos con aquel joven y cuando nosotros nos bajábamos del taxi ella dejaba su ropa interior directamente en la mano de nuestro compañero de ruta. Así mismo, me contó lo que yo ya había visto en su conversación de whatsapp, así que la animé a que si quería volviéramos a vernos con él, aunque ella dudó. Ya eran casi las 4 de la tarde cuando ella recibió una llamada la cual contestó mientras se dibujaba una sonrisa en su cara y ella apenas dijo “Hola…Bien, gracias…Claro que sí…Tú ya sabes…Jejejejejejeje…Él no tiene problema…Vale, quedamos así. Un beso”. Me dijo solamente que David la había llamado y que nos había invitado a tomar algo esa noche, no me dijo nada más, pero yo inmediatamente entendí qué pretendía aquel joven.

Ellos acordaron por whatsapp que nos encontraríamos en la misma zona en la que habíamos estado la noche anterior a eso de las 10 de la noche, así que a esa hora ya estábamos allí listos para tomar algo con él. Cuando nosotros íbamos llegando en el taxi vimos a David parado en la acera quien ya nos esperaba. Nos bajamos del taxi y nos dirigimos haca él quien devoró a Johana con su mirada apenas la vio

-          Hola -me dijo él extendiendo su mano-

-          Hola -respondí-

-          Hola -dijo ella acercándose a él para darle un beso-

-          Te ves muy linda

-          Muchas gracias, tú también -respondió ella-

-          Ya estoy acá en un bar con unos amigos, no sé si quieran que vayamos con ellos o que vayamos a otro lado -dijo el joven-

-          No, con sus amigos está bien. No se preocupe -le dije-

Tras esto nos dirigimos a un bar donde efectivamente había dos hombres y dos mujeres que no llegaba ninguno a los 25 años e igualmente nos saludaron. Los dos hombres también devoraron a Eliana con la mirada y no era para menos, ella se había llevado un vestido negro escotado de tirantas que le quedaba sobre las rodillas y muy ajustado acompañado de los mismos tacones rojos de la noche anterior. Poco duramos allí cuando ya David estaba en la pista de baile con Johana mientras uno de sus amigos iba a bailar con la otra mujer de la mesa. Así fue pasando la noche y el sitio se fue llenando así que no siempre podía verlos, así que llegó un momento en el que dije que saldría a tomar un poco de aire y uno de los tipos que estaba conmigo en la mesa me dijo que no, que me iba a mostrar una cosa en el teléfono y le lanzó una mirada al otro quien tras dudarlo se levantó y volvió al poco tiempo. Mientras esperábamos el vuelo de regreso a Bogotá me enteré de que en ese momento mi novia y aquel casi desconocido estaban en la calle dando un espectáculo digno de la más adolescente de las parejas, ya que se besaban contra una pared mientras él no quitaba sus manos del culo de mi novia. La noche continuó y en un momento Johana me dijo:

-          Amor, este bar está muy lleno. ¿Por qué no vamos al apartamento y nos tomamos algo allá?

-          Pero los vecinos no deben dejar que hagamos mucho ruido

-          Tranquilo, David ya me dijo que en el apartamento del frente no hay nadie. Que Natalia le dijo que ese apartamento también es de ellos y no lo alquilaron.

-          Bueno amor, entonces vamos.

El hijo de puta tenía ya todo armado, pero me excitaba pensar en lo que podría ocurrir. Les conté nuestra idea y solo David y uno de sus amigos se decidieron a acompañarnos, así que salimos del bar y tomamos un taxi hacia nuestro apartamento. En el camino compramos algo para beber y al fin llegamos, tomamos el ascensor y entramos al lugar. Pusimos música y empezamos a hablar animadamente, pero tras aproximadamente media hora el amigo de David se fue y quedamos solo los tres. Ya no había escapatoria. A Johana muy seguramente se la iban a comer esa noche y no yo precisamente, así que si eso iba a pasar al menos yo quería verlo.

Los animé a que bailaran y ese tipo no perdía oportunidad para acercarse a ella. Él tendía unos 23 años, medía aproximadamente 1,80 m y era delgado, tenía ojos color miel, dientes perfectos y su pelo corto siempre arreglado. Ya lo había decidido, los dejaría solos y que ellos se arreglaran, así que les dije:

-          Ya estoy un poco cansado, mejor me voy a dormir. Mañana tenemos que viajar temprano.

-          Pero amor la estamos pasando bien

-          Viejo Andrés, quédese un rato más al menos nos acabamos esto -dijo mientras mostraba la botella que apenas iba por la mitad-

-          Noo, si quieren acaben ustedes que yo ya estoy muy cansado.

Dicho esto, me fui al cuarto y me metí a la cama. No quería que sospecharan, pero me vencía el sueño. Estaba casi dormido cuando sentí el taconeo de Johana acercándose al cuarto, así que cerré bien mis ojos y sentí como ella se acercó a mí para luego volver a la sala. Ya cuando sentí que estuvo allí me levanté y caminé cuidadosamente por el pasillo hasta un lugar donde pude observarlos y pensé que ellos no podrían descubrirme. Él estaba sentado en una silla y ella sentada sobre él besándolo mientras él le agarraba las nalgas. Poco tardó él en bajar el cierre en la espalda del vestido de ella, le quitó las tirantas y el sostén y quedaron expuestas las tetas de ellas ante su cara, lo cual él no desaprovechó y empezó a lamerlas y chuparlas mientras ella tiraba su cabeza hacia atrás. Tras un momento ella se puso de pie y él se sacó su camisa para luego ayudar a mi novia a que terminara de sacarse el vestido y los zapatos. Johana no llevaba ropa interior y él le dijo algo con una cara llena de deseo, pero debido a la música no podía escuchar lo que hablaban. Él la volvió a besar y esta vez la manoseaba toda mientras ella le desabrochaba el pantalón hasta lograr que su pantalón y su bóxer quedaran en el suelo, aunque yo solo lo veía de espalda y los brazos de ella rodeando el cuello de él. Poco a poco vi que las manos de ella empezaron a bajar hasta que las tuvo en las nalgas de su amante, mientras veía entre las piernas de David cómo empezaba ella a agacharse hasta detenerse justo para verle las tetas pero no su rostro.  Él parecía tener sus manos en la cabeza de ella y por momentos hacía un pequeño vaivén con sus caderas mientras seguramente recibía una mamada por parte de Johana. Él ya empezaba a tirar su cabeza hacia atrás como mirando hacia el techo dando fe del éxito que estaba teniendo mi novia con su boca y en un momento la separó y la hizo poner de pie, pero ella le dijo algo y empezó a caminar hacia mí, así que rápida pero silenciosamente volví a la cama.

Sentí cuando ella entró y salió rápidamente mientras el volumen de la música subía. Esperé un par de segundos y cuando volví los vi besarse en medio de la sala con el pene de él enterrado en el ombligo de ella y ella con nuestros condones en la mano mientras caminaban lentamente hacia una pared. Allí la puso de espalda y él se puso tras ella, dobló un poco sus piernas y empezó a mover sus manos seguramente poniéndose uno de mis condones para luego empezar a penetrarla. Nuevamente yo solo veía la parte posterior del cuerpo delgado de David y las piernas de ella abiertas esperando que su amante la penetrara. Él ya parecía haber empezado a penetrarla y su cadera se empezó a acercar a ella mientras ella se empinaba para facilitar la entrada de su amante quien era más alto que ella. Empezó a moverse él lentamente mientras seguramente le manoseaba las tetas. Poco a poco empezó a moverse más rápido hasta llegar a tener un ritmo frenético que acompañaba de un jalón del pelo de ella quien al parecer disfrutaba bastante la follada que le estaban dando. Varios minutos duraron en esa posición y yo los miraba con mi pene totalmente erecto y mi ropa interior mojada por la excitación. Al fin él la tomó por la cintura y volvió caminando hasta un sillón donde ya podía verlos mejor, estaban ahora perpendiculares a mí y la escena era más morbosa para mí. Ella se sentó dándole la espalda a él y empezó a cabalgarlo, era la primera vez que veía la cara de placer de Johana mientras era penetrada por otro hombre, fue una sensación rarísima, pero muy excitante. Verla totalmente entregada a un casi desconocido sabiendo que yo “dormía” apenas a un par de metros de ella. Ella seguía saltando sobre esa verga mientras lo disfrutaban ambos según sus caras y mientras él no dejaba de manosearla hasta que él volteó su cara y me vio espiándolos, pero en vez de detenerse, me lanzó una sonrisa, empujó suavemente la espalda de mi novia mientras decía algo que no oí hasta que ella tuvo las manos sobre el suelo y ahí él empezó a mover sus caderas con bastante ritmo haciendo que ella se moviera toda y de vez en cuando me miraba y volvía a reírse, ya me había descubierto y no le importaba. Sin sacarle su pene se puso de pie y empezó a darle en medio de la sala mientras ella gemía tan fuerte que yo alcanzaba a escucharla y él la abrazaba desde atrás para apoyar sus embestidas. Al fin alcanzaron su orgasmo y se besaron de pie como si estuvieran enamorados tras lo cual él empezó a caminar hacia mí por lo que volví rápido a la cama, sin embargo, escuché cuando me dijo:

-          ¿Le gustó lo que vio?

-          …-no respondí ni abrí mis ojos-

-          No se haga el huevón que sé que usted nos estaba viendo -dijo mientras me sacudía el hombro-

-          Pues sí -respondí-

-          Bueno, eso entonces es apenas el inicio. Le voy a dar un show de verdad. -no me dejó responderle y se fue en medio de la oscuridad del cuarto-

Escuché cómo la música empezó a sentirse más baja hasta que prácticamente no se oía. Yo ya me había ubicado en mi lugar y oí cuando ella le dijo

-          Deja la música para que no nos oigan

-          ¿Quién nos va a oír? -respondió David-

-          Andrés -dijo ella tras pensarlo un segundo-

-          Tranquila, si no se despertó con la música fuerte menos por unos gemidos, es más. Voy a cerrarle la puerta -se levantó rápido y pasó desnudo junto a mí, cerró la puerta y volvió asegurándose que yo estuviera al tanto de todo-. Listo, ya no hay problema.

Empezó a besarla y le dijo que le gustaba mucho, que desde que la vio quería acostarse con ella y ella le respondía cosas similares. De repente él le dijo:

-          ¿Te gustó la foto que te envié ayer?

-          Sí, me encantó -respondió ella mientras lo masturbaba lentamente haciendo que aquel joven pene creciera entre su mano-

-          ¿Qué fue lo que más te gustó?

-          Verla así de dura -respondió ella mientras él buscaba algo en el bolsillo de su pantalón con su pene casi erecto-

-          ¿Y tu hilito ahí puesto no te gustó? -dijo el joven sacando la mano de su pantalón con la ropa interior de Johana en ella y ubicando aquel hilo dental alrededor de su erecto pene-

-          Sí, me da morbo lo pequeña que se ve ahí

Y ella tenía razón, ya la ropa interior era bastante pequeña pero además el chico tenía una herramienta lo suficientemente grande para hacer que ese hilo casi no se notara. Johana lo seguía masturbando y su mano no podía cerrarse alrededor de aquel duro pene y estoy seguro de que alcanzaría a masturbarlo con las dos manos.

-          ¿Quieres recuperar tu hilo?

-          ¿Me lo quieres devolver?

-          Quiero saber solo qué tantas ganas tienes de recuperarlo -respondió él mirándola directamente a los ojos-

-          Se escucha interesante, ¿quieres que te la quite? -dijo ella sin dejar de mover su mano alrededor de aquel duro falo-

-          Si, con la boca.

Ella lejos de sorprenderse y sin cruzar palabra se acomodó de rodillas en el sofá de tal manera que su cara quedó frente al miembro de su amante e hizo cuanto pudo para cubrir aquel pedazo de carne con su boca. Mi novia intentaba devorarse ese miembro con su boca y él se mantenía quieto y de vez en cuando me miraba mientras yo inmóvil pero totalmente excitado veía la escena. Veía a Johana de medio lado mover su cabeza de arriba a abajo mientras su amante le manoseaba las nalgas y tetas. Ella luego lo besaba y volvía para lamerle desde los huevos hasta la punta de la verga y apenas movía su ropa interior alrededor de aquel tubo de carne y luego volvía a engullirlo con ansiedad, a lo que él ya había puesto sus dedos entre el clítoris de mi pareja quien gemía un poco ante los movimientos que sentía en su sexo. David seguía estimulándola y ella le susurró algo tras besarlo, se incorporó, le pasó un condón que él no tardó en calzarse y se sentó sobre su pene dándome la espalda y con las rodillas apoyadas a los costados de su amante. Ella besaba a su amante mientras su cadera subía y bajaba y yo veía cómo aparecía y desaparecía el pene dentro suyo. Tras un par de minutos ella empezó a gemir más fuerte y se vino deteniendo sus movimientos, pero el joven empezó ahora el bombeo y ella parecía mantener su orgasmo y se mantenía rígida y casi sin respirar mientras su amante no dejaba de clavarla a un ritmo frenético que poco a poco fue deteniendo hasta que ella soltó su cuerpo sobre el de él y empezaron a besarse. Yo me tocaba mi miembro sobre la ropa y la lujuriosa pareja no paraba de besarse al tiempo que el invitado agarraba fuerte las nalgas de mi novia.  Vi cómo mientras Johana movía lentamente su culo manteniendo la rigidez de la herramienta de su compañero, él empezó a besarle el cuello, me miró y empezó a mover su mano lentamente hasta ubicar su dedo sobre el ano de su nueva conquista, quien al sentirlo levantó su cabeza pero él la miró fijamente, le sonrió, volvió a besarla y siguió con su movimiento de estimulación al huequito de ella. Ya había insertado medio dedo en el culo de Johana cuando le dijo:

-          Quiero romperte el culo

-          No sé, hace mucho no lo hago

-          ¿Tu novio no te ha roto el culo?

-          Si, pero hace unos meses no lo hace y ya lo tengo cerradito.

-          Tranquila, yo te hago con cuidado.

-          No, sigamos así. -respondió ella-

Él, casi resignado, no insistió mas pero empezó a bombearla más fuerte sin sacar su dedo del ano de mi novia. Tras unos momentos en que ella no paraba de gemir, lo siguiente que vi fue que él pasó sus brazos por debajo de las rodillas de Johana y se puso de pie al tiempo que ella le abrazaba el cuello para sostenerse. Solo veía el pelo de ella cubriendo su espalda mientras se besaban y la ropa interior de mi novia que seguía colgando del miembro de aquel joven, quien caminando fue hacia una silla del comedor donde se sentó sin dejar de penetrarla y allí ella siguió con sus movimientos, pero ahora yo no veía tan bien. Ella siguió moviéndose y yo escuchaba el choque de sus cuerpos mientras él la manoseaba hasta que ella se volvió a venir y poco después él también soltó un bufido que anunció su orgasmo. Ella se abrazó a él y soltó su cuerpo totalmente cansada, permanecieron así uno o dos minutos acariciándose y besándose esporádicamente hasta que ella se levantó y se dirigió al baño por lo que debí correr al cuarto nuevamente. El sueño me estaba venciendo, pero el pensar en lo que estaba pasando a pocos metros de mí no me dejaba dormir en paz. Estaba yo en un microsueño cuando sentí que me movían, al abrir mis ojos vi a David junto a mí y me dijo

-          Venga que quiero que vea lo que le voy a hacer a su mujer.

-          Ya voy -dije un poco atontado-

-          No se demore.

Miré el reloj y habían pasado unos 15 minutos desde el momento en que volví al cuarto. Aún medio dormido volví a mi posición en el pasillo y allí estaba Johana de rodillas ante el joven quien aún tenía el hilo de mi novia colgando de su pene y sostenía el pelo de mi novia mientras ella le hacía una felación. A los pocos segundos él volteó a mirar hacia donde yo estaba, hice un leve movimiento con mi mano para que percatara mi presencia y empezó a golpear la cara de ella con su duro pene mientras Johana cerraba los ojos y acariciaba sus tetas. Ella volvió a meterse aquel cipote en la boca y él la animaba para que recuperara su ropa interior, lo cual ella intentaba infructuosamente. De un momento a otro él la tomó fuerte por la cabeza y la hizo comerse toda su verga y la dejó allí un par de segundos para luego soltarla. Él le dijo que podía comérsela toda, que ahora lo hiciera ella sola pero aunque lo intentaba no podía, así que el joven siguió alentándola y ella siguió buscando comérselo todo. Al fin hubo un momento que vi cómo ella podía mover su ropa interior y la había dejado en la mitad del tronco de su nuevo amigo. Cuando yo creí que ella iba a aprovechar eso para recuperar su hilo dental, volvió a ponerlo contra los huevos de su amante y le dijo:

-          Casi te la quito

-          Dale, cómetela toda y quítamela

-          Con gusto -ella sin previo aviso cerró sus ojos y se tiró encima de aquel pene pero tampoco lo consiguió-

-          Otra vez -dijo él empujando la cabeza de ella hacia su pelvis y soltándola mientras yo veía la boca de mi “fiel” novia chorreando saliva y dejando la herramienta del chico toda mojada también.

-          Casi me ahogo

-          ¿Te gustó?

-          Aghhhhghhhghghgh -ella no respondió, tomó aire y volvió a devorarse ese falo, pero esta vez al incorporarse lo hizo lentamente y fue sacando su ropa interior poco a poco moviendo su cabeza adelante y atrás hasta al fin tenerla en su boca y mostrándola orgullosa-

-          Eres una buena perrita -dojo él satisfecho y sonriente-

-          Gracias -dijo ella devolviéndole la sonrisa-

-          Ahora póntela -tras la orden ella se puso de pie y se vistió con el hilo dental que acababa de recuperar-

-          ¿Cómo se me ve? -preguntó ella girándose y mostrando su retaguardia a aquel hombre-

-          Se te ve muy bien, pero no te ves lo suficientemente puta.

-          ¿Así? -dijo ella tras colocarse sus tacones-

-          Si, un poco mejor, pero quiero que ahora bailes para mí.

-          Claro que sí papi -él se sentó en un sillón quedando frente a mí y ella dándome la espalda empezó a moverse lentamente al ritmo de la música ante nuestra atenta mirada.

-          Eso, bailas bien-dijo él mientras se sobaba el pene con la palma de su mano-

-          Quiero que se te pare solo viéndome, no te toques más -le pidió ella-

-          Está bien.

Él puso sus manos a los costados y ahí empezó Johana a moverse como yo nunca la había visto, movía su culo lento y luego más rápido, se giraba y ponía sus manos en el piso brindándole de seguro una vista espectacular al joven, volvía a levantarse y se manoseaba las tetas dándome la espalda sin dejar de mover su cadera. Siguió bailando un par de minutos más para luego sentarse sobre el miembro de David, que permanecía totalmente erecto viendo el espectáculo, apoyando sus manos en las rodillas del joven sin dejar de moverse. Ella abrió las piernas y se recostó sobre el torso de su amante quien aprovechó para empezar a masturbarla y cogerle las tetas. Poco tardó ella en levantarse para buscar los condones, tomó uno, se lo pasó a él y empezó a bajarse la ropa interior, pero él la detuvo le pidió dejársela. Ella obedientemente la volvió a dejar en su lugar, la corrió a un lado y dirigió aquel falo hacia su sexo, se volvió a sentar sobre él pero esta vez dándome la espalda y empezó a cabalgarlo. Él volvió a meterle un dedo en el ano y dejaba que ella se moviera a su gusto hasta que la hizo venir, la dejó cabalgarlo un poco más y la hizo levantarse, el joven se puso de pie y la empezó a besar y a agarrarle el culo, la hizo acostar boca arriba en el comedor, le movió un poco el hilo dental y empezó a penetrarla nuevamente agarrándola por la cintura. Él no paraba de darle y ella volvió a venirse, pero él no paró y ella no dejaba de gemir de placer, él le saco el miembro duro y empezó a golpear con este el clítoris de ella, le rozó el clítoris suavemente e intentó introducirlo nuevamente, pero se detuvo y le dijo:

-          ¿Quieres sentirme a pelo?

-          Si -respondió ella mientras jalaba el condón hasta al fin retirarlo-. Ahora sí métemelo.

-          Ufffff…. -Hizo él mientras la penetraba por primera vez sin condón-

-          Ohhhhh qué rico es esto! Debimos hacerlo así desde el principio.

Ella estaba totalmente entregada y él bien lo sabía, así que siguió bombeándola y de vez en cuando volteaba a mirar hacia mi lugar asegurándose que estuviera viéndolo todo. Él la giró y la dejó de medio lado sobre la mesa, donde siguió dándole al tiempo que le daba un par de nalgadas, y de pronto le metió un dedo en el ano nuevamente. Volvió a empezar el vaivén, le sacó el dedo del ano y ahora fue ella misma quien se lo clavó mientras él le apretaba las tetas y la hacía venir una vez más, para un par de minutos después, por fin, luego de más de 20 o 30 minutos de bombeada se vino dentro de ella. Ella lo estaba disfrutando y gimió al sentir cómo su vagina recibía el semen de David. Johana se quedó acostada visiblemente agotada mientras él se servía un trago, se lo tomaba y se sentaba en un sillón de la sala. Cuando recuperó sus fuerzas, mi novia se levantó, fue a buscar su vestido y se lo puso para luego sentarse junto a él, quien desnudo, le ofreció un trago que ella aceptó. Yo estaba muy mojado y ya el pene me dolía de todo el tiempo que había estado duro, y tras ver aquello sentí que la velada estaba terminando, así que me dirigí al cuarto y me acosté a dormir esperando que mi pareja despidiera al invitado y también durmiera un poco.

Yo estaba totalmente dormido cuando sentí unas voces y que mi cama se movía. Afuera aún estaba la luz prendida pero el cuarto estaba oscuro, e inmediatamente supe qué pasaba, así que me mantuve inmóvil y solo escuchaba sus respiraciones agitadas y voces.

-          ¿Ves cómo ya no te iba a doler? -preguntó él-

-          Si, lo sabes hacer muy bien.

-          ¿Entonces quién es el dueño de tu culo?

-          Tú -respondía ella-

-          ¿Te excita que lo hagamos al lado de Andrés? -preguntó nuevamente David tras un momento-

-          Si, pero me da miedo que se despierte.

-          ¿Quieres que te vuelva a llenar el culo de leche?

Ella asintió y ahí supe que yo había dormido lo suficiente para que ese individuo ya hubiera sodomizado a Johana, sin embargo y a pesar de los sentimientos encontrados, yo solo los oía pero no me giré para verlos por temor a que me descubrieran. Ellos seguían en su faena y a pesar de la excitación volví a quedarme dormido. Cuando volví a despertar ya Johana estaba junto a mí desnuda durmiendo. A eso de las 8 de la mañana me levanté a tomar un vaso de agua y cuando pasaba hacia la cocina vi a David desnudo durmiendo en el sofá y la ropa de mi novia tirada en la sala incluida la ropa interior que él se había llevado la noche anterior. El joven no me sintió, así que tomé mi vaso de agua y volví a la cama. Al rato ella se despertó y le dije

-          ¿Cómo la pasaste anoche?

-          Bien amor -dijo ella un poco sorprendida-

-          Ahorita si quieres despiertas a David que está dormido en la sala porque ya nos debemos ir.

-          Si amor, en un rato voy.

Me besó y su aliento era una mezcla entre alcohol y fluidos que me excitó pero me dio un poco de asco. Ella se puso una camiseta y fue a despertar a su amante mientras yo organizaba mi maleta. Los escuché hablar un poco y luego volvió ella quien me dijo que me fuera bañando mientras ella preparaba su maleta. Yo inocentemente seguí sus instrucciones, me bañé y me masturbé pensando en todo lo que había visto y lo que no había alcanzado a ver. Salí de bañarme y noté que Johana no había organizado nada, me vestí lentamente dando tiempo a que ellos terminaran lo que seguramente estaban haciendo. Así fue, al poco tiempo Johana volvió al cuarto un poco sudada y se entró directamente a bañar sin siquiera cruzar palabra conmigo. Fui a la sala y allí estaba David recogiendo su ropa con el pene semierecto aún y me dijo:

-          Muy buena su mujercita bro, cuando quieran volver me avisan y volvemos a vernos.

-          Si, claro. Si ella no tiene problema sí.

-          Créame que ella no va a tener problema, acaba de venir a que me la volviera a comer, ahí se la mando bien atendida jejejeje -dijo satisfecho-

-          ¿Se cuidaron?

-          No, ella no quería que usáramos condón -dijo él mientras se vestía-.

-          Ni modos -dije yo resignado, di la vuelta y volví hacia el cuarto-

-          Viejo Andrés, casi se me olvida. Le hice mantenimiento al culito de Johana que usted lo tenía como descuidado. Toca que no se descuide porque va otro man y se la come jajajaja.

El tipo se burló de mi en mi cara pero no supe cómo reaccionar, así que simplemente seguí mi camino con la excitación de pensar en lo que aquel hombre había hecho con mi novia. Finalmente Johana salió de bañarse, se alistó, organizó su maleta y solo esperábamos que doña Amparo fuera a recibirnos las llaves del apartamento y que viera que todo estaba en orden. A eso de las 9:30 llegó, revisó rápidamente todo y mientras salíamos del edificio nos dijo:

-          Espero que su estadía haya sido buena.

-          Sí, todo muy cómodo, muchas gracias -respondí yo-

-          Me alegro don Andrés. Y espero que Davidcito los haya ayudado a divertirse. -replicó la señora-

-          Claro que sí, ¿cierto Joha? -dijo el joven sonriendo a mi novia, quien se sonrojó-

-          ¿La pasó bien señorita?

-          Sí, muy bien.

-          ¿Y Davidcito si bailó con usted?

-          Si señora, se mueve bastante bien, y no se cansa, es muy difícil seguirle el ritmo. -respondió ella mirando a David quien le sonreía-

-          Qué bueno señorita, me alegro que la hayan pasado bien.

Nos despedimos y salimos de aquel lugar, nosotros tomamos un taxi hacia el aeropuerto y tras ello ellos tomaron también su camino. Johana me dio pocos detalles del encuentro pero cuando llegamos a Bogotá estuvo muy preocupada por encontrar una farmacia. Cuando vimos una entramos y ella pidió una pastilla postday, cuando le pregunté me dijo que se había roto el condón y prefería prevenir. Yo no podía creer que me mintiera tan descaradamente pero la dejé, pues sabía que no era fácil para ella aceptar su nueva condición de novia infiel.

Espero que les haya gustado el relato. Dejen sus comentarios para saber si seguimos escribiendo o si ustedes quieren saber algo más.