Johan y Klaus
Esta es una historia autoconclusiva de una pareja que disfruta de aniversario de matrimonio (advertencia: este relato contiene sexo bastante soft, si usted es muy morboso y no quiere leer algo cómico, no entre XD)
Johan y Klaus...
Cuando el sol casi había empezado ha salir en el horizonte, Klaus se despertó.
Él absolutamente era para nada el tipo de persona que se levantaba tan temprano, tal vez Johan lo haría si quisiera, pero él prefiriría morir a tener que levantarse tan temprano. Ningún trabajo en el mundo le haría acortar sus deliciosas horas de sueño.
Aún así, Klaus esperó a que Johan se entretuviera durante la noche anterior para colocar la alarma del despertador a esa hora.
Dicha alarma que sonó como una explosión en ese momento, y aunque Klaus realmente no era de levantarse temprano, las ansias de hacerlo le hicieron despertarse de inmediato aunque lo disimuló, por otra parte...
-¡Ah! -Soltó su hombre, Johan, al despertarse de golpe, sentándose-. ¿Pero qué demonios...? -Se quejó mientras buscaba ponerse los lentes-. ¿Las cinco, pero yo no...?
Ah, querido lo siento pero debo hacerlo -Pensó Klaus disculpándose a la vez que en la realidad disimuló seguir dormido y gruñía una queja.
-Ah, ya lo apagó Klaus -Murmuró Johan apagando algo torpemente el despertador para luego acostarse.
No obstante, a los pocos minutos, Klaus se levantó como una sombra de la cama lo más silencioso que podía, y considerando que se estaba muriendo del sueño, fue tan silencioso como un elefante en una cristalería... Fue un milagro que Johan no se despertara.
Antes de salir de la habitación, Klaus observó a su hombre que seguía dormido, ajeno a sus planes.
Las sábanas grises estaban algo revueltas, por lo que se podía ver parte de su torso ligeramente rellenito pero solo de apariencia, su panza en verdad era dura al igual que sus brazos y piernas, llenas de músculo magro debido a practicar algo de halterofilia; sus cortos cabellos negros en punta se disparaban desordenados, sus labios gruesos y sus largas pestañas. Klaus no podía verlos, pero podía imaginar claramente sus grises ojos con una mirada cauta y analizadora.
Siendo honestos, a excepción de sus ojos, con su metro setenta Johan era en apariencia un poco del montón y su personalidad precavida no ayudaba mucho... Aún así, eso no impidió que Klaus se fijara en la increíble persona que ocultaba en el interior y se enamorara perdidamente de él, y al final, después de mucho, se casaran.
Siempre agradecía que Johan apareciera en su vida para centrarlo un poco más en sus asuntos y aclarar sus ideas así como hacerlo madurar y terminar sus conflictos con su sexualidad, porque de lo contrario, seguramente en ese momento Klaus sería alguna acomplejada bala perdida que no sabría que hacer con su vida.
Klaus suspiró aliviado como hacía algunas veces por tener a Johan, luego fue al baño a despejarse un poco más con agua y prepararse para su día definitivo.
Este día debe ser memorable, tengo que lograrlo, Joh se lo merece -Pensó Klaus decidido mientras observaba con determinación el espejo al cepillarse los dientes.
Ellos ya llevaban casados un año y medio... De hecho, cumplían ese mismo día año y medio. Desde el momento en que contrajeron nupcias, ambos acordaron celebrar el aniversario de su boda de forma trimestral, nada complejo, solo darse algunos regalos o gestos cada tres meses y en el aniversario oficial salir de viaje a dónde se diera la oportunidad al menos un par de días.
No obstante, Klaus tenía que admitir que todos los trimestres anteriores fueron un desastre. Aunque se acordaba puntualmente de la inolvidable fecha del aniversario, nunca se acordaba de la trimestral hasta el momento en que Johan aparecía frente a él con un regalo y una brillante sonrisa, teniendo entonces que salir a comprar su regalo apresuradamente al siguiente día.
Johan, siendo el pan de Dios que era, nunca se molestaba porque lo olvidara ni tampoco le exigía nada, siempre le decía que con su compañía le bastaba... Y el que no le exigiera nada, hacía que a Klaus le creciera la culpa y los remordimientos.
Ellos había acordado celebrarlo trimestralmente ¿Cómo podía tan siquiera dignarse a olvidarlo?
Por eso, esta vez Klaus tenía un plan para compensar todas sus fallas. Era domingo y ninguno tenía que trabajar así que era perfecto, tenía meses preparando ese día y lo iba a llevar por todo lo alto aunque muriera en el intento.
Cuando terminó de asearse se colocó unos pantalones de deporte oscuros, una camiseta de tirantes gris y salió a correr un poco. Mientras la música de su reproductor saltaba en sus oídos por los cascos, al ritmo de sus trotes comenzó ha revisar los pasos ha realizar.
El primero era lo más difícil y fácil a la vez para Klaus, que era deshacerse de Johan por lo menos hasta poco más del mediodía, para lo cual ya había hecho los preparativos para hacerlo. En los últimos días consiguió que Johan cocinara como loco, y con lo que su chico amaba la comida no fue difícil. Aunque eso a Klaus le hizo engordar un poco, ahora podía mandarlo ha hacer la compra del mes, además de que le había sacado la gasolina al auto, lo suficiente para que Johan, luego de comprar, tuviera que ir a la gasolinera a llenar el tanque.
Y con lo meticuloso que era su hombre, Johan tardaría un par de horas buscando lo mejor de lo mejor, así que sería perfecto.
Esto va ha salir perfecto, nada lo va ha arruinar -Pensó decidido mientras volvía a la casa.
También había calculado que con lo del despertador, Johan se despertaría más tarde, por lo que podría hacerle el desayuno y hacer las llamadas que necesitaba hacer para comenzar su plan.
Pero cuando Klaus cruzó la puerta, se encontró con que Johan ya estaba despierto, preparando el desayuno.
-¡Alá, volviste querido! -Comentó Johan sin voltearse. a Klaus el olor del tocino frito le llegó hasta ahí-. Tú levantándote temprano, eso sí es una sorpresa -Comentó mientras seguía en lo suyo.
-B-bueno, ese maldito despertador me despertó y luego simplemente no podía dormir otra vez -Se excusó Klaus como pudo.
-Oh, eso es raro -Profirió Johan girándose y mirándolo fijamente. Klaus apretó la boca ansioso-. Porque cada vez que tengo que levantarte temprano, te haces la marmota, eh -Johan ajustó sus lentes-. Mmm, a lo mejor esta sea la hora mágica y tenga que poner la alarma a esta...
-¡No, por favor no lo hagas, moriré si lo haces! -Exclamó Klaus asustado, sintiéndo el sueño todavía correr en sus venas.
Johan soltó una suave risa que hizo al corazón de Klaus brincar.
-Está bien, está bien, supondré entonces que esto es un fenómeno cósmico, como el cometa Hallen o algo así -Comentó Johan encogiéndose de hombro y mirándolo divertido.
Klaus suspiró.
Al poco Johan llegó a la barra de desayuno con sus platos.
-Ensalada para el niño deportivo y una comida de verdad para mí -Comentó Joh mientras tomaba un pedazo de tocino con el tenedor. En respuesta, Klaus le sacó la lengua.
-Si sigues comiendo así nunca te quitarás esa panza -Le recriminó Klaus con una lechuga en la boca, Johan le dio una suave sonrisa.
-Pues que yo sepa, está pancita te vuelve loco -Soltó Johan muy jocoso dándose una palmada en el estómago. Klaus se atragantó con el bocado, mientras sentía las mejillas calientes.
-Cabrón -Mumuró Klaus con un puchero. En respuesta Johan le devolvió una brillante sonrisa para luego hacer como si recordara algo.
-Ah, noté que la alacena está casi vacía así que pensé que podrías hacer las compras hoy ¿Te parece? -Le preguntó.
-Eh, eh, me gustaría que esta vez fueras tú, eh, sino te importa -Comentó Klaus nervioso-. Es que tengo que hacer unas cosas del trabajo y me gustaría hacerlo temprano para salir de eso, no es nada importante -Explicó rápidamente.
-Oh, está bien, así aprovecho y voy ha comprar unas cosas que necesito para el mío -Comentó Johan pensativo-. Bien, entonces voy a alistarme -Anunció mientras la daba un suave beso en los labios-. Te amo.
-Yo también te amo, cariño -Repondió Klaus, saboreando en silencio el beso.
Tres cuartos de horas después, Johan ya estaba listo para irse.
Mientras que Klaus lo observaba marchar en el auto, marcó el primer número al que debía llamar. Era temprano, pero estaba seguro que esas personas ya trabajaban, por eso las contrató.
-¿Hola? Soy Klaus Swan, hice un encargo hace una semana para este día ¿Pueden traerme los pétalos de rosas que pedí lo más temprano posible? -Preguntó ansioso.
Ese día sería un día espectacular.
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Johan observó fijamente los dos frascos de pasta de tomate como si en cualquier momento uno de ellos fuera ha hablar y decir "cómprame, yo soy el indicado"
Ambos frascos eran de marcas distintas. Sin embargo, mientras que uno estaba en un precio realmente barato, el otro tenía suplementos vitamínicos.
Su hombre amaba la pasta a la bolognesa que Johan hacía, por lo que él siempre se aseguraría de darle lo mejor a su esposo. Así que, aunque la de los suplementos era bastante cara, esa fue la que tomó.
-No, espera -Le indicó de pronto una de las ayudantes del supermercado-. Esta es muy sabrosa, que te lo digo yo, es la favorita de todos los que tabajamos aquí -Recomendó la chica con una sonrisa-. No le digas a nadie que te lo dije -Murmuró sospechosamente mirando a todos lados. Eso hizo a Johan reírse un poco.
-G-gracias, aprecio mucho el detalle -Asintió mientras ajustaba sus lentes, la chica sonrió aún más.
-Encantada de ayudar, ah, soy Amy Eleonore -Se presentó la chica.
-Eh, Johan Labastro, es un placer -Murmuró algo nervioso sin poder evitarlo.
Cuando fue a irse con el carrito de compras, Amy lo llamó.
-Ah, Johan, espera un momento -Le pidió algo nerviosa, él frunció el ceño.
-¿Sí, dime? -Inquirió.
-Se que sonará apresurado pero ¿Te gustaría salir ha comer algo conmigo en un rato? Ya casi termino mi horario y es mediodía así que... -Comentó Amy algo cabizbaja.
Johan la miró sorprendido para luego regalarle una sonrisa de disculpa.
-Eh, lo siento por la confusión, pero estoy casado -Explicó mientras le mostraba su anillo de bodas. Amy soltó un "¿Eh?" lastimero.
-Aaahh... -Se quejó-. ¿Por qué los lindos siempre están casados? -Se preguntó suspirando-. Ella entonces es muy afortunada, teniendo a un hombre tan meticuloso con las compras -Johan sonrió incómodo ante las palabras de la chica.
-Je, s-si mi esposo te escuchara probablemente te estaría ahorcando en este momento -Comentó Johan corrigiendola, pudiendo imaginar claramente como Klaus la torturaría por acercársele de esa forma.
-¿Esposo? -Comentó Amy sorprendida.
-Esposo -Afirmó él sin dudarlo, en una extraña muestra de seguridad.
Para Johan, nunca había sido fácil tener amigos, el que fuera gordito cuando era más joven, junto a su personalidad introvertida y un poco obsesivo y su apariencia un poco simple, le había dificultado el tener amigos en su juventud y aún más que los chicos que le gustaban se fijaran en él, en ese tiempo el tenía serios complejos con su contextura a pesar de ser libremente gay.
Entonces conoció a Klaus, que era alguien espontáneo, divertido, alguien de fácil habla y amable, todo un aventurero. Era tan brillante que le tenía algo de celos y a la vez le asombraba, el cerebro de Johan siempre hacían corto a su lado.
Porque siendo Klaus, un chico de casi un metro ochenta, de cabellos rubios dorados y ojos de un ámbar cristalino, con un cuerpo esbelto y algo formado por el deporte y de una piel blanca y hermosa. Siendo Klaus un semidiós entre mortales ¿Cómo podría fijarse en Johan?
Y aún así eso fue lo que pasó.
Para Johan, los días que vivía con su hombre y ahora esposo, eran un sueño, a veces se preguntaba qué habría hecho en su anterior vida para tener a alguien así de maravilloso en su vida, alguien que le daba chispa y vida a cada rincón de su corazón y lo ayudaba a sentirse a gusto con su cuerpo. Por eso Johan estaba especialmente orgulloso de Klaus y jamás pensaba ocultarlo, no lo hizo en su juventud y menos ahora, teniendo ya veiticinco años y con más de un año de casados.
-¿Eres gay? -Preguntó Amy de pronto, devolviéndolo a la realidad.
-Sí -Contestó otra vez con seguridad-. Lamento si...
Amy gritó frenética, haciéndolo dar un respingón.
-¡Oh por Dios, oh por Dios. Oh. Por. Dios! -Exclamó Amy totalmente excitada. Johan observó nervioso como mucha gente los observaba-. ¡Eres el primer hombre gay que conozco... Y tienes esposo! -Gritó eufórica-. ¡¿Cómo se llama él?, ¿Tienes una foto suya?, ¿Cómo se conocieron?, ¿Cuáles son sus fetiches?, ¿CUÁL MUERDE LA ALMOHADA?! -Exclamó fuera de sí.
El supermercado se llenó de silencio como si todo se hubiera parado al escucharla. Johan quería morir de la vergüenza.
Cuando Amy fue consciente de lo que hizo, se tapó la boca, apenada.
-L-lo siento, es que soy a-amante del BL y n-nuca había conocido una pareja de hombres, p-perdóname -Murmuró ella con los ojos llenos de lágrimas.
-¡Eh, eh no importa, tranquila, no pasa nada! -Comentó Johan apresurado para no hacerla llorar.
¡Quiero morir! -Pensó avergonzado, sintiendo la mirada de todos sobre él.
Amy se calmó y lo miró avergonzada.
-B-bueno ¿Podemos ser amigos al menos? Me gustaría conocerlos mejor -Preguntó insegura.
-¡S-si, claro! -Afirmó Johan rápidamente.
-Entonces intercambiemos números -Él asintió ante sus palabras para salir de ese embrollo.
Una vez Johan terminó de comprar la comida y las cosas que necesitaba, suspiró con tranquilidad en la seguridad de su auto.
-Menudo día -Murmuró cansado mientras encendía el auto, notando que el tanque de gasolina estaba casi vacío.
Sin pensárselo mucho, Johan fue a llenarlo.
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-¡NO, NO, NOOOO... ! -Gritó Klaus desesperado mientras abría el horno del que no paraba de salir humo.
Él no era aficionado a cocinar, aún así, se defendía entre los fogones cuando quería darle una sorpresa a su hombre.
Pero no esperaba que la comida favorita de Johan, el pasticho, fuera tan difícil de cocinar, él lo hacía ver tan fácil... Pero era como freír tajadas. Apenas se había descuidado diez minutos mientras acomodaba la casa cuando todo se llenó de humo.
Apenas Klaus abrió el horno, todo el lugar se inundó con el olor a quemado. Klaus tosió un par de veces.
-... Está arruinado -Comentó deprimido en cuanto vio la masa negra y adefésica en la que se convirtió la comida-. ¿Cómo pudo quemarse tan pronto? Solo me distraje un momento -Se preguntó confundido.
Entonces notó la graduación del horno.
Estaba al máximo.
-¡¿Cómo no me di cuenta de que hice eso?! -Se preguntó Klaus, desesperado-. ¡¿Y ahora qué hago?! -Observó la bandeja que estaba tan quemada que le daban ganas de tirarla con todo y comida, aunque luego Johan lo matara por ello.
¿Dios qué voy ha hacer? Johan debe de volver en cualquier momento -Pensó desesperado, entones se acordó del restaurante de comida italiana al que era aficionado su esposo. Klaus llamó sin dudar.
-Me quedaré sin ahorros, pero todo sea por Johan, este día no lo arruinará ni siquiera el malvado rey demonio -Comentó Klaus decidido mientras volvía a llamar y colocaba las velas aromáticas que había escondido en el sótano para que Johan no las encontrará.
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Las colas de la bomba de gasolina se movían con bastante rapidez, por lo que tiempo pasaba desapercibido para Johan. Además de que estaba algo distraído con el carro que iba a su par en la cola de al lado.
Era una familia.
Dos niños jugaban distraídamente en los asientos traseros mientras que los padres, un hombre y una mujer, hablaban sobre cosas hogareñas, se notaba lo mucho que se querían.
Una sensación apretó su pecho ante esa imagen.
Cuando le llegó su turno, Johan hizo todo el procedimiento para llenar su auto con combustible. El dependiente de la estación se encargaba de vigilar que todo marchara a la perfección.
Una vez se llenó el tanque...
-¿Cuánto es? -Le preguntó Johan al dependiente mientras abría su cartera.
El hombre, de unos aproximadamente treinta años, ciertamente apuesto, lo miró de pies a cabeza.
-Para ti cariño, es gratis -Soltó sensualmente, Johan abrió los ojos sorprendido porque realmente no sé esperaba que ni ese hombre fuera gay, ni mucho menos que se fijara en él.
¡¿Qué diablos hay en el agua de hoy que todo el mundo me persigue?! -Pensó Johan perturbado y muy incómodo.
"Es la maldición de los casados" le había comentado una vez su mejor amigo Carlos cuando este llevaba dos años de casado y él apenas lo había hecho "En serio Johan, no sé qué ocurre cuando te casas pero todo el mundo comienza ha acosarte, en estos dos años me han entrados más chicas que en toda mi vida, que te lo digo yo, que a ti también te va ha pasar" le había augurado en su momento y él no le creyó.
Pero tenía razón, en ese año y medio, le habían entrado tantos chicos que se sentía como si lo persiguieran.
Sonrió incómodo a la sonrisa lujuriosa que le daba el hombre.
-L-lo siento, pero estoy casado -Comentó a la vez que mostraba por segunda vez su anillo, el hombre bufó molesto-. ¿Cuánto es?
Luego de pagar, Johan se prometió no contarle esta parte de su día a Klaus... Porque probablemente vendría con el carro y atropellaría al sujeto.
A Johan le gustaba que Klaus lo celara porque le hacía sentir deseado y especial... Pero a veces, Klaus podía dar realmente miedo.
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Klaus estornudó por un segundo en ese momento.
Je, Johan debe de estar pensando en mí ¿Qué será lo que piensa? -Pensó Klaus divertido a la vez que observaba como había quedado la casa.
Sin duda alguna su trabajo dejaría a Johan a cuadros.
Y hablando del susodicho, Klaus escuchó al auto estacionarse en su plaza.
Klaus no había corrido tan rápido en toda su vida. Llegó al cuarto, tomó el paquete y lo escondió estratégicamente en el sofá de la sala para dárselo a Johan apenas entrara. Solo entonces salió a ayudarlo.
Johan por su parte, estaba sacando las bolsas del maletero.
-Volvíste -Klaus le saludó con esa palabra a la vez que le daba un pico en los labios-. ¿Cómo te fue? -Le preguntó casualmente, disimulando su ansiedad por la expresión de Johan al ver la casa.
-Je... Fue un día peculiar -Comentó crípticamente Johan algo avergonzado, llamando su atención-. Te explico en la comida -Indicó mientras caminaba hacia la entrada.
-Ya preparé la comida, así que no te preocupes por cocinar -Explicó Klaus antes de entrar, Johan en respuesta lo observó sorprendido.
-... Definitivamente pondré la alarma a esa hooo... -Las palabras de su hombre murieron al ver la pinta en que estaba la casa.
Había pétalos de rosas colocadas estratégicamente sobre los muebles y el suelo de manera que no estorbarían al pasar, algunas velas aromáticas de aroma a lavanda, el aroma favorito de Johan, impregnaban la casa. Un hermoso arreglo floral con hortensias, flores silvestres, dientes de león y margaritas, las flores favoritas de Johan, decoraban la mesa de la sala de estar.
En la isla de la cocina había una pequeña fuente de chocolate oscuro junto a un par de bandejas de fruta picada de lo más variada.
Johan no salía de su asombro, su boca estaba completamente abierta y no parpadeaba.
-¡SORPRESAAA...! -Exclamó Klaus, orgulloso-. Feliz trimestre cariño-. Le dijo mientras sacaba su regalo detrás del sofá-. Vamos, ábrelo -Le animó ansioso mientras le quitaba las bolsas y las ponía en el suelo.
Los ojos de Johan estaban cristalinos, parecía a punto de llorar mientras observaba el estuche de color blanco que Klaus le había dado.
Cuando Johan lo abrió y vio un hermoso par de lentes con una fina montura de un plateado oscuro con pequeños y exquisitos tallados que lo hizo terminar de llorar, Klaus casi gritó de la emoción al ver a su esposo llorar de la felicidad.
-Son hermosos -Dijo Johan con la voz algo débil-. No sé que decir, es todo tan... Hermoso.
-Todo para el mejor esposo -Comentó Klaus orgulloso.
-G-gracias cariño, te amo -Johan le dio un beso en los labios-. Todo está increíble... Excepto por un detalle -Comentó al final mientras se quitaba los lentes para secar sus lágrimas.
-¿Y qué es? -Preguntó Klaus, sin entender qué era.
-Nuestro aniversario trimestral es la semana que viene -Explicó Joh con paciencia.
La mente de Klaus quedó en blanco...
-¿Eh? -Espetó el rubio simplemente.
-Sí cariño, es el domingo de la semana que viene -Explicó Johan una vez más.
-¡¿Qué?!
-Sí, mira, lo tengo agendado -El peli moreno le mostró el teléfono.
La fecha de su boda, un día veinte, estaba marcada en rojo en el calendario.
-Pe-pero... ¡Mi teléfono dice que es hoy! -Exclamó Klaus mientras le mostraba el suyo.
Y efectivamente, decía eso. Johan lo observó unos segundos.
-Tiene la fecha movida -Explicó su esposo brevemente.
Klaus cayó al suelo, abatido.
-¿Eh, qué, no, eh...? -Murmuraba Klaus en shock, Johan se agachó na su lado.
-Ah, tranquilo, ya pasó -Le dijo joh mientras le sobaba la cabeza con una suave sonrisa-. Está bien, está bien, estás cosas pasan -Le tranquilizó-. Y todo te quedó muy bonito, celebremos hoy nuestro aniversario -Comentó brillante-. Lleva la comida a la alacena mientras busco tu regalo.
-¿Compras mi regalo una semana antes? -Le inquirió Klaus sorprendido, entonces el rostro de Johan se tornó rojo.
-La verdad, es que yo compro tu regalo con un mes de anticipación -Reveló Johan-. Y uso los otros dos meses restantes para decidir que comprarte, para mí es muy importante que te guste mi regalo -Explicó.
Entonces Klaus descubrió un motivo más para amar a Johan.
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El día siguió como lo había planeado Klaus, que aunque no era el día del aniversario, había sido muy especial.
Al final Johan le había comprado una chamarra de jean azul oscuro que amó en cuanto se la puso, le quedaba perfecta.
A Johan le fascinó el "pasticho casero" que hizo Klaus, le gustó tanto, que tardó exactamente tres bocados en darse cuenta de que era de su restaurante favorito, pero no sé lo dijo a Klaus para no bajarle la moral a su esposo más de lo que ya la tenía.
Pasaron el resto del día hablando sobre viejos tiempos, rememorando viejos recuerdos y comiendo fruta con chocolate de la fuente. Para Johan fue simplemente perfecto, y para Klaus, el día no fue tan malo al final y cumplió su objetivo de hacer a Johan rabiar de felicidad, y con eso le bastaba.
Al final de la noche ambos se tiraron en el sofá para ver unas películas, Johan se recostó en el pecho de Klaus.
No obstante, se volvió hacia el rubio apenas este prendió el televisor.
-No quiero ver películas -Dijo Johan de pronto mientras ajustaba sus nuevos lentes que hacían resaltar sus ojos.
-¿Eh? Pero si tenía preparada una lista de tus pelis favoritas y de las que querías ver -Comentó Klaus algo confundido.
Johan pestañeó unos segundos.
-Mi película favorita es sin duda alguna mi vida conmigo -Soltó Johan de pronto. Klaus sintió su rostro calentarse en respuesta-. Y la quiero vivir al máximo a tu lado.
Antes de que Klaus pudiera contestar, Johan lo besó con desición, pequeños suspiros salieron de sus bocas mientras sus cuerpos se rozaban lentamente.
Ahí, en el sofá, comenzaron a hacer el amor.
Sus besos se volvieron cada vez más apasionados a la vez que las prendas comenzaban a volar por los aires y caer en el suelo, Klaus gimió suavemente cuando Johan mordió ligeramente la coyuntura de su cuello y hombro a la vez que acariciaba su pecho algo formado y frotaba sus entrepiernas lentamente
-Ah, ah, Joh... Johan -Susurró Klaus a la vez que acariciaba pronunciadamente esa pancita que desde que la vio le había encantado.
Johan gruñó algo inteligible para seguir bajando por su piel, lamiendo lentamente como alguna especie de felino cada centímetro de su piel, Klaus le dejó hacer, sabiendo que una vez que Johan entraba en modo depredador, solo volvería a la normalidad si le hacía algún daño.
Johan llegó a su bulto, donde le dió una suave mordida que hizo a Klaus gemir un poco más duro y morder su labio inferior. Mientras se miraban a los ojos, Johan le quitó lentamente el pantalón, Klaus levantó sus caderas para terminar de quedarse desnudo frente a su esposo, su miembro en plena erección era la prueba de que le gustaba como era tratado.
Johan le dió una suave sonrisa a la vez que agarraba su miembro y le daba un lánguida lamida desde la base de su eje hasta la punta, Klaus tapó su boca con una mano para ahogar sus gemidos mientras que Johan hacía lo que quería con su sexo.
Llegó un punto en el que ya no podía más.
-¡J-Johan, voy a...!
Pero su querido hombre inmediatamente se detuvo, comenzando a lamer sus piernas, esperando a que se recuperara.
Entonces levantó sus piernas, lo que sorprendió a Klaus.
-J-Johan ¿Qué...?
Pero su voz se ahogó cuando sintió una lamida en su zona más intima, su hombre jamás le había hecho algo así.
-Llevo tiempo deseando hacer esto -Murmuró Johan a la vez que le volvía a lamer su entrada-. Sabes mejor de lo que esperaba, Klaus.
Klaus solo podía gemir, invadido por las sensaciones mientras Johan amasaba lentamente su miembro que comenzaba a soltar algunas gotas transparentes.
Cuando llegó un punto en el Klaus creyó que se iba a volver loco, Johan por fin dejó su entrada en paz para subir otra vez besando poco a poco su cuerpo, terminando en su boca. Apenas sus lenguas se tocaron suavemente, Johan metió un dedo en su interior, haciéndolo suspirar.
-¿Quieres más? -Preguntó Johan picarón mientras masajeaba su interior con el dedo, Klaus asintió.
Entonces Johan metió otro dedo y Klaus se retorció por un poco de incomodidad, un poco de placer.
-¿Más? -Preguntó Johan entrecortado una vez más, Klaus gimió una afirmación a la vez que enterraba un tercer y último dedo.
Los besos se pronunciaron por un tiempo mientras Klaus se acostumbraba a la intromisión.
-¿Estás listo para tomarme? -Preguntó Johan al poco. Klaus lo tomó de las mejillas.
-Siempre estoy listo para ti, Joh -Soltó Klaus, y fue turno de Johan para sonrojarse.
Johan se colocó rápidamente un condón que había buscado previamente, una vez terminado el proceso, se posó sobre Klaus lentamente, este lo rodeó con las piernas y lo abrazó, invitándolo a entrar. Mientras Johan besaba suavemente su pecho, comenzó a enterrarse en él, Klaus gimió entrecortado hasta que la longitud de su amante terminó de encajar.
-Está adentro, Klaus, está dentro, ah... -Gemía levemente Johan por unos minutos mientras sentía las entrañas de su amado aferrarse a él.
Luego de un rato, Klaus comenzó a moverse como podía, indicándole a Johan con ello que se podía mover.
Entonces suave y firmemente, Johan lo hizo suyo sin contemplaciones, el sudor comenzó a llenarlos mientras ambos se movían cada vez más rápido, cada vez más fuerte, Klaus se encogió para tomar sus labios suavemente, Johan comenzó a masajear su miembro mientras lo penetraba y eso fue suficiente.
-¡Johan! -Gimió Klaus a la vez que explotó entre sus pieles, Johan gruñó cosas inteligibles mientras se derramaba en el profiláctico.
Ambos permanecieron en esa posición unos segundos, recuperando la respiración.
-Ah, eso fue... -Murmuró Klaus, asombrado-. Se nota que estabas inspirado hoy ¿Eh? -Soltó una sonrisa.
-Es que mi musa personal se esforzó mucho -Comentó Johan, colocándose sus nuevos lentes-. Aunque no tenías que hacer todo esto Klaus, te debió de costar un dineral -Le reprendió suavemente.
Klaus sonrió brillantemente.
-No importa Johan, el dinero no significa nada con tal de darte todo lo que quieras, eres mi esposo preferido -Comentó el rubio.
Johan soltó una carcajada.
-Osea que tienes otro -Aseguró Johan divertido.
-Idiota... -Murmuró Klaus divertido para luego enseriar su gesto-. Pero en serio Joh, no importa lo que tenga que hacer, te daré todo lo que me pidas -Aseguró.
Entonces Johan recordó algo, un sueño, pero inmediatamente le dió miedo el confesarlo.
-Bueno, hay algo -Comenzó Johan, nervioso-. Pe-pero no sé si sea adecuado pedírtelo, me da miedo que te moleste o algo pa...
-¡Estupideces! -Exclamó Klaus, haciendo un ademán exagerado-. Vamos Joh, puedo con lo que sea que me pidas ¿Qué es lo que quieres? -Inquirió al fin.
Johan respiró profundamente.
-Hijos...
FIN
Hola chicos!!! Sí, sí, sé que muchos se preguntarán, cómo es posible que esté tío publique algo tan cutre?? Es el mismo autor cochino de siempre?? Esto es una estafa?! Pero la verdad es que quise publicar este relato por el mero hecho de que vieran que podía manejar el romanticismo rosa XD... Ok es mentira, la verdad de verdad, valga la redundancia, es que los personajes no son míos, son de un amigo que me pidió que realizará este ejercicio literario, quería ver qué tan bien podía hacerles una historia a este par que se la pasa dibujando, advirtiéndome que lo hiciera super soft, yo quería publicarlo por aquí, así que le pedí permiso para sexualidad más la escena del sexo pero me lo negó... Aún así, lo publiqué, porque como dejé en claro varias veces en mi serie, para mí es más importante la trama que el sexo, y la verdad es que la historia me quedó muy bien.
Ahora, si les gustó, debo decirles que lamentablemente si tiene este fin, porque la historia que quiere que le hagan ha esto chicos, la hará otra persona... Todavía le rezo a no sé quién para que mi amigo cambie de opinión y me dé la historia a mí.
Por ahora, si quieren ver imágenes de Johan y Klaus, sedulta que están en instagram, en el usuario "kansito XD" para el que quiera ver a este par.
Hasta luego chicos!! Y no se quejen, que el cap del tutor de está semana tiene sexo como por tres relatos normales XD