Joel el joven sabio

Un sátiro se acuesta con su cuñada a la que apenas conocía; con su madre que durante la adolescencia “inspeccionaba” su badajo para controlar la posible fimosis y con la amiga de ambas para cerrar el círculo.

Joel.

El joven sabio que ayudó a su familia a encontrar la felicidad.

El principio

A Lola la despertó un sonido extraño; miró el reloj y vio que pasaban de las diez de la mañana; la noche anterior se pasó con los tragos y agradeció que su marido y suegros que debían trabajar el resto de la semana no la hubieran despertado antes de marchar. Salió al jardín y vio a Joel su joven cuñado nadando vigorosamente en la piscina; se aceró al borde y esperó a que el joven llegara; pensaba incomodarlo con su desnudez pues suele dormir en bolas y no se había cubierto. El muchacho llegó y sin detenerse gritó que haría otros cuatro largos y continuó como si nada y Lola esperó pacientemente a que terminara; quería cerciorarse si era tan inmune a su desnudez como quiso aparentar ya que a fin de cuentas y a pesar de ser un genio se trataba de un adolescente y seguramente sus hormonas estarían igual de revolucionadas que todos ellos a su edad.

Discúlpame si te he despertado pero nadar durante una hora es un ritual que practico todas las mañanas del año; las pasadas navidades abrieron la piscina del complejo donde me alojo solo para mí. Por cierto te queda muy bien esa pulsera en el tobillo.

— esa era su única prenda y al parecer en lo único que se fijó; aunque en realidad lo que le llamó la atención incluso más que su desnudez fue la expresión de su rostro, los bellos ojos centelleaban cuando veía algo que le atraía y ese pequeño lunar en el cuello junto a la oreja le recordaba a Alice; una de sus “amigas” cada vez que se encontraban saltaban chispas.

Lola a su vez quedó prendada del badajo circuncidado que lucía Joel que salió también desnudo del agua y que a pesar de estar fresca poseía un tamaño envidiable; lo siguió a la cocina recreándose en su figura mientras él se frotaba vigorosamente el cabello para secarlo.

Mientras él preparaba el café ella sacó unas pastas y algo de fruta de la nevera; anotó en una libreta algunas cosas que debían comprar aunque nada imprescindible; mientras desayunaban Lola preguntó a su cuñado si había dejado alguna novia allí en Vancouver a lo que respondió.

Nada serio; no dispongo de tiempo para cortejar a chicas de mi edad pero tengo amigas con beneficios; mujeres ya echas y como forman parte del claustro, son casadas o viven en pareja no se plantean sentimientos; solo sexo que es el único tipo de relación que me puedo permitir por el momento.

Permanecían ambos desnudos; Lola se quedó pensativa unos instantes y decidió cambiar de actitud. ¡El día de hoy nos lo tomaremos de relax! Tu para recuperarte totalmente del “jet lag” y yo para adaptarme a la vida tranquila; estos últimos meses han sido de locura en la oficina con la llegada a la empresa de los socios chinos.

Terminaron de desayunar y volvieron al jardín; en pie frente al joven y mirándole fijamente la pelvis preguntó. ¿Cuánto hace que no te depilas? Vas muy descuidado.

— a lo que él respondió con una sonrisa.

No me he depilado jamás; suele hacerlo una de mis amigas pero partió con su marido la semana pasada para hacer un crucero por los fiordos noruegos; supongo que tendré que ir a alguna esteticién para que me lo arregle antes de que “eso” se convierta en una selva.

Suelo depilarme sola desde los quince años y si te fías puedo hacértelo yo; te prometo que iré con mucho cuidado.

— Lola dijo eso mientras un escalofrió recorría su espinazo al imaginar entre sus manos semejante miembro.

Joel aceptó y a pesar de estar acostumbrado a estar con mujeres casadas ni se le pasó por la imaginación lo que se avecinaba; se trataba de su cuñada: la mujer de su hermano aunque continuaba intrigado por las señales que emitía constantemente y decidió no precipitarse y de surgir algo que fuera ella quien diera el primer pasó.

Ven túmbate aquí.

— dijo Lola indicándole la tumbona que había colocado bajo un parasol. Voy por “los trastos” Lola entro en la casa dando saltitos y Joel cerró los ojos porque había olvidado las gafas y le molestaba el resol. Poco después regresó con una bandeja de desayuno en la que portaba; espuma en bote maquinillas y un bol con agua templada. Se arrodilló sobre una toalla y mojando las manos en el agua remojó toda la zona apartando el cipote a los lados a pesar de que con el primer contacto se puso “en forma” se aplicó espuma en la mano y comenzó a distribuirla entreteniéndose en los huevos más de lo necesario sin dejar de mirar el rostro del joven que adoptó una media sonrisa aunque guardando silencio.

Lola comenzó por la parte inferior; tiraba del escroto y delicadamente pasaba la maquinilla con movimientos cortos; enjuagaba la hoja y continuaba a partir de donde lo había dejado; disfrutaba de la situación y aunque no tenía la certeza de como acabaría sabía dónde le gustaría llegar. Al acabar con los huevos le tocó el turno a la parte superior para lo cual trató de sujetar el cipote pero no lograba abarcarla completamente; lo apartaba a un lado y pasaba la cuchilla hasta la base lentamente; lo soltaba para que recuperase la posición para recrearse al agarrarlo de nuevo para continuar; tanto trasiego surtió su efecto y unas gotas de líquido preseminal aparecieron sobre el rojo y enorme capullo.

Se afanó en terminar y después de enjuagar toda la zona con delicadeza prestando atención a los cambios en la respiración del chico atrapó el cipote con ambas manos y comenzó a pasar la punta de la lengua por el capullo; retiró el líquido preseminal y continuó entonces “bajo el sombrero” el pliegue donde se junta con el tronco; de vez en cuando lo miraba de reojo para comprobar que permanecía aparentemente impasible aunque con la respiración cada vez más acelerada. Engulló la mitad de ese prodigio hasta llegar a “la campanilla” iniciando entonces un lento vaivén presionando los labios alrededor tanto a la entrada como a la salida; pretendía hacer que el joven reaccionase de alguna manera pero le sorprendió la forma en que lo hizo. Atrapó sus cabellos marcando un ritmo frenético que interrumpió de súbito; Lola imaginó que le llenaría la cara de lefa pero para su sorpresa tiró de ella manejándola como una muñeca hasta tenerla sobre sí; la besó con tal intensidad que pensó desfallecer por falta de aire y al separar sus labios le preguntó. ¿Así tratas a todos tus cuñados o solo a mí?

Lola tomo el imberbe rostro entre sus manos y mirándole a los ojos respondió.

Solo a los que son como tú y de esos hay muy pocos.

Joel hizo levantar a la mujer que quedó sorprendida pero al tomarla de la mano y guiarla a una de las habitaciones comprendió que “aquello” era solo el principio.

El modo en que le hizo ver el firmamento una y otra vez consiguiendo que encadenara los orgasmos hasta conseguir que se desvaneciera en varias ocasiones la hizo enloquecer y cuando al fin y como broche de oro decidió obsequiarla con su esencia supo que había acertado al arriesgarse. Quedaron en silencio; abrazados satisfechos y exhaustos sobre la cama y fue al rato cuando pensó.

— ahora entiendo porque tiene “varias amigas” con derecho a roce pero ¿Cuándo tiene tiempo de estudiar para ser tan brillante? Eso sí que resulta sorprendente. Pareció que Joel leyera su pensamiento y respondiera a sus preguntas.

Los primeros meses fueron algo complicados; lejos de mi zona de confort sin amigos y siendo el centro de atención; la mayoría de mis compañeros: todos ellos mayores que yo igual que algunos profesores trataban de ignorarme; unos me veían como un “bicho raro” y otros como una amenaza pero por fortuna apareció Emma; una profesora numeraria que había leído uno de mis trabajos: me pidió ayuda para documentarse respecto al tema en cuestión; pasamos varias tardes juntos y la última; cuando  ya habíamos terminado me preguntó si tenía pareja; antes de poder responder se quitó el vestido y pasé la mejor jornada de mi vida hasta ese momento. Solo llevaba dos meses en el país y creo que fue eso lo que me animó a continuar con la beca.

Pero ¿no eras demasiado joven?

— exclamó Lola embelesada.

Joven si pero Emma veía en mí un gran “potencial” como decía y que afloró gracias a su ayuda. Respecto al estudio lo único que pudo decirte es que del mismo modo que carezco de sentimientos afectivos profundos lo que hace imposible a priori que pueda enamorarme; mi capacidad de comprensión análisis y síntesis son extraordinarios; quiero decir que me resulta todo muy fácil comparado con los demás. Emma; para ayudarme a superar las barreras que me separaban del grupo me indicó unas pautas que valoré y seguí obteniendo el resultado esperado; ayudé a un par de chicas con unos problemas antes de unos exámenes y pasaron a ser “mis relaciones publicas” organizaban encuentros con algunos estudiante entorno a materias concretas para ayudarles a aclarar ciertos conceptos y eso me abrió muchas puertas.

Dos de los profesores solicitaron asistir a uno de esos encuentros como “oyentes” tan solo para valorar el contenido didáctico de los mismos y un par de semanas después fue el rector quien me pidió que dirigiera uno de los que llamó “seminarios de adecuación académica” después del primero dejé de ser el “tipo raro” para convertirme en “ese joven genio” o simplemente “nuestro amigo”

Los profesores sin excepción me dieron tardíamente la bienvenida que no me ofrecieron al llegar. Me invitaban a sus casas y en una ocasión; un profesor que optaba a la catedra y que prácticamente la tenía asegurada nos sorprendió a su segunda mujer de poco más de treinta y a mí en su salón en una situación más que comprometida; zanjó el tema soltando una frase que mostraba su flema británica.

Señor Martínez; le agradeceré que continúe obsequiándome con su amistad y presencia en esta casa pero le suplico que si pretende verse con mi mujer lo hagan en otro lugar; imagino que como caballero entenderá que en algunas circunstancias deben guardarse las formas.

Con Noah me he continuado viendo cada vez que nos ha parecido y su esposo: el flamante catedrático me sigue recibiendo en su casa y despacho siempre que es necesario.

Tal y como había hecho un rato antes tomó a su cuñada como una pluma y la colocó en posición para que terminara aquello que inició tras rasurarlo; Lola no necesitó instrucciones y estuvo jugando lamiendo chupando hasta lograr su propósito; le encanta sorber el semen a medida que aparece a borbotones aunque su marido jamás ha gozado de semejante gracia.

Se dieron una ducha antes de entrar en la piscina donde Lola aprovechó cualquier oportunidad para “sobarlo” al rato Joel propuso salir y comer algo; tenia apetito y Lola obedeció de inmediato como si en lugar de una sugerencia hubiera sido una orden tajante. Se dirigió a la cocina sin secarse siquiera y sacó de la nevera ingredientes para preparar una ensalada; puso una “plancha” sobre el fuego y cuando estaba caliente colocó dos bistecs para que se fueran haciendo y un par de generosas raciones de patatas en la “freidora”; sacó a la mesa que hay en una sombra del jardín la ensalada a base de lechuga endivias tomates aceitunas encurtidos variados atún al natural anchoas en aceite y unas tiras de arenque ahumado y mientras la preparaba; Joel había dispuesto platos vasos cubiertos y después de escanciar el dorado elixir en los vasos; colocó la botella de vino tinto junto a otra también descorchada en un cubo de agua con hielos; para evitar que se calentara demasiado. Tomaron los vasos y pidió a Lola un brindis que proclamó visiblemente entusiasmada.

¡Porque nuestro futuro ya haya empezado!

Atacaron la ensalada con apetito y Lola fue a dar la vuelta a la carne; poco después fue él quien la trajo en unos platos en los que también estaban las patatas. En silencio pero intercambiando miradas dieron cuenta de las viandas y casi todo el vino y al apurar el ultimo sorbo Lola exclamó.

Ahora no tengo ánimos ni para llegar a la cama para hacer la siesta, Joel la tomó en brazos y la llevó a la habitación que tiene asignada la pareja en la casa; la depositó sobre la cama y besándola en la frente formulo una petición.

¡Te espero en mi habitación! Ven cuando estés en condiciones.

La decepción se hizo evidente en el rostro de la mujer pero sabía que no estaba “en condiciones” y lo aceptó: Joel se retiró a su habitación: eran las cuatro de la tarde y antes de acostarse conectó el portátil y estableció una videoconferencia con su amiga Olivia que salía de la ducha en ese momento y que esperaba su llamada. Después de intercambiar algunos comentarios corteses Joel le habló de su cuñada y el modo en que sin buscarlo se habían “liado” y el incierto futuro que auguraba dadas la confianza y ambiente tan relajado que suele haber en el seno de la familia; se despidieron hasta la siguiente semana y Joel se durmió plácidamente. Lo despertó Lola y se comportó como “una perra” en celo.

Pasaban juntos las noches en la habitación de él; salían a comprar al pueblo cuanto necesitaban cada día y además llenaron la despensa en un par de viajes que hicieron martes y miércoles a una gran superficie de Gerona que queda más cerca que Barcelona; esas noches fueron a cenar al pueblo y terminaron follando en la arena de la playa que hay frente al paseo marítimo. Ese jueves; anochecía cuando Lola sacó de una cajita papel y hierva con la que lio un porro y tras aspirar profundamente: lo que le arrancó un par de lagrimones se lo ofreció a Joel que lo rechazó argumentando que prefería “otro tipo de droga”

Acaso no soy yo tu droga ¡dímelo!

— dijo Lola arrastrando las palabras. ¡No! Exclamó enérgicamente Joel que se fue al extremo del jardín a sentarse en el suelo junto a un macizo de flores. Lola; sin terminar el porro se acercó al joven y con voz melosa le suplicó que no se enojara con ella y le explicara cual era “su droga” preferida.

Tras unos instantes de reflexión le habló en estos términos.

Necesito “estar con mujeres” así en plural; alternar con varias en el tiempo y hasta ahora han sido “ellas” las que se organizan para satisfacerme; eres estupenda y una mujer muy ardiente con gran imaginación pero para que continuemos nuestra buena marcha has de facilitarme otra u otras mujeres; no me importan edad o condición; tan solo que no sean de pago ni que sea yo quien las busque.

Lola se quedó helada; jamás habría imaginado algo así; a fin de cuentas se trata de un adolescente pero estaba claro que no como los demás. Se sentó junto a él pensando sobre el asunto; notó su mano en la nuca que al tiempo que Joel se tumbaba en el suelo guió su cabeza a la entrepierna; abrió la bragueta del chico e inició la danza con su prodigiosa lengua; tras conseguir su objetivo apoyó la cabeza sobre el vientre del joven y continuó besando el badajo que tanto placer le había proporcionado esos días; Joel acarició su mejilla y murmuró. No hay prisa pero querías saber cuál era “mi droga” y ya lo sabes; estoy seguro que podrás conseguírmela.

A media mañana del viernes Joel se adormeció en una tumbona y revivió el anterior fin de semana.

La llegada.

Avisaron del inminente aterrizaje y Joel trató de relajarse; había estado inquieto durante todo el viaje y no por volar; pero la idea de enfrentarse a su hermano mayor era algo que le turbaba. La última vez que se vieron fue dos años atrás: el día de su boda cuando solo contaba quince y hasta el último momento lo llamó “genio” y “enano”; lo de “genio” se entendía en parte al ser merecedor de una beca de estudios extraordinaria en la UBC Universidad de Vancouver, Canadá; lo de “enano” era porque no era tan grande como él aunque entonces ya media metro sesenta.

Esperaba encontrar en la terminal a sus padres Maica y Enrique pero pasados los controles solo se veía la cabeza de Pablo que miraba para todas partes y que no lo reconoció hasta que se plantó frente a él.

Coño Joel como has crecido; ya no puedo llamarte “enano” sin quedar en ridículo.

Joel media metro ochenta y cinco y pesaba entorno a los setenta y cinco kilos.

— los hermanos se abrazaron y Joel preguntó porque no habían venido sus padres; si les había pasado algo.

Mama me aseguró anteayer que vendrían y por eso me extraña que no estén aquí.

No te apures “enano” ¡disculpa se me ha escapado! Mamá pensó que lo mejor era ir a la casa de la playa en la costa brava y Lola propuso que viniera por ti y que ellos se encargaran de comprar lo necesario y acondicionar la casa para pasar el día todos juntos; así que vamos. ¿Solo traes este equipaje? Pensé que traerías mucho más.

Este es el de mano; he facturado el resto que llegará en un par de días en un vuelo de carga porque resulta mucho más barato.

Se acomodaron en el coche y en el trayecto respondió a un aluvión de preguntas aunque en realidad lo que deseaba era llegar a casa y ver al resto de la familia.Pablo toco innecesariamente el claxon porque su padre había oído el motor y estaba abriendo la verja; en el jardín Joel se abrazó a su madre que lloraba desconsoladamente. Mi pequeño.

— decía una y otra vez y el padre se unió al abrazo emocionado; “el chico” se había hecho todo un hombretón pensaba. Al levantar los ojos su mirada se cruzó con la de su cuñada y aunque apenas se conocían pues solo habían coincidido en un par de comidas aparte del día de la boda reconoció un brillo especial en ellos.

Vestía una blusa blanca con los dos primeros botones desabrochados y al ir sin sujetador los pezones destacaban como puntas de obús; sus formas eran dignas de afrodita y los pantalones cortos mostraban unas torneadas piernas y eran tan ajustados que se le marcaban perfectamente los labios mayores;cuando sus padres lo permitieron trató de saludarla “formalmente” pero ella lo abrazó fuertemente besándolo en ambas mejillas y comentando entre risas sin soltarse del abrazo. Pues vaya con “el niño” ya es todo un hombre.

Pasaron al interior y se repitieron las mismas preguntas que había respondido poco antes a su hermano aunque entendía la curiosidad; habían pasado veintisiete meses desde la última charla en vivo y aunque casi todas las semanas hablaba con su madre por Skype no era lo mismo; al rato y cerca ya de las tres el padre exigió fingiendo enfado. ¡VAMOS A COMER! Después de un opíparo banquete Joel anuncio que se retiraba para hacer una necesaria siesta; a pesar del viento de cola habían sido casi quince horas de vuelo y aunque el jet lag le afecta menos que a la mayoría de sus compañeros estaba francamente cansado. Al rato de dormirse algo lo despertó y al parar atención reconoció los jadeos femeninos previos al orgasmo; volvió a dormirse y oscurecía cuando se despertó bastante más descansado; al salir al pasillo vio en la habitación que hay junto a la suya la ropa que llevaba Lola a mediodía.

En el jardín junto a la barbacoa sus, padre y hermano se afanaban aliñando y disponiendo sobre las parrillas unos pescados; al verlo aparecer la madre le dijo que había entrado un par de veces en su habitación y que no sabía si preferiría continuar durmiendo o salir a comer. Lola exclamó. ¡Comeremos lo que han pescado! Y después “prepararemos cena” todos rieron a carcajadas y su hermano le aclaró que ambos habían pasado la tarde en la barca de un amigo y que el pescado estaba vivo minutos antes. Tomaron el pescado con abundante vino blanco fresquito que entraba como agua. Joel se había acostumbrado al (vin de glasé) un blanco “de hielo” que en Canadá oscila entre los ocho y los trece grados; cuando su madre comenzó a decir tonterías; Lola intervino uniéndose a la gresca.

¡Bueno suegra! imagino que este año no pondrás escusas y al menos en casa harás desnudo integral; no me dejes sola delante de estos mirones que cada vez son más.

— dijo eso mirando a Joel descaradamente y añadió. Aunque pienso que este mozalbete tiene mucho que contar aunque no lo hará por prudencia para quedar como un “buenazo” aunque dudo que lo sea.

— todos rieron la ocurrencia y Pablo añadió. ¡Eso mama! Ya es hora de que te sueltes el pelo y dejes de ser una mojigata porque no te pega. Enrique sonrió y comentó a continuación. ¡Es una estrecha que ni siquiera deja que yo lo haga!

Pues este verano os voy a sorprender a todos; tengo hora para ir el miércoles a depilarme porque me da corte ir con tanta “pelambrera” pero está decidido; empezaré en casa el finde próximo y el lunes que habrá menos gente haré mi bautismo en la playa larga. A Joel todo eso le pareció surrealista y cuando reaccionó fue para preguntar. ¿Así que este lunes regresáis a Barcelona suponía que habíais comenzado ya las vacaciones?

¡No!   — respondió de inmediato Pablo que prosiguió. Te quedaras a cuidar de Lola que es la única que ya está de vacaciones y la ayudaras con la casa o lo que te pida y que no te pase nada porque es implacable; yo la llamo la “sargenta de hierro” todos rieron y Lola se colgó del brazo del cuñado para decir con sorna.

Me pasearé con mi cuñado por el pueblo para que esos “babosos” que me miran en la playa se vayan acostumbrando a verme con un hombre guapo; porque no me diréis que no gano con el cambio. Todos rieron pero notar como Lola presionaba su brazo contra el pecho hizo que Joel se excitara y al mirarla a los ojos vio aquella chispa que ya le había llamado la atención.

Continuó la gresca hasta la madrugada en que primero la madre y después la pareja se retiraron; Enrique se quedó frente a su hijo y le preguntó.

Ahora quiero que seas sincero. ¿Cómo te han ido estos dos años tan lejos de casa? Dices que te compensa porque la beca te permite avanzar en la carrera sin tener que cumplir con los requisitos burocráticos que te exigen en la mayoría de universidades europeas pero estar tan lejos supongo que se te hace pesado pero ¿Realmente es así?

Si papá.

— respondió con rapidez.  Antes de venir: el rector de la universidad insistió en que asistiera a una reunión con la junta pues temía que tras pasar aquí las vacaciones decidiera dejarlos; pero acordamos que viajaría cada tres meses aproximadamente para pasar aquí unos días sin especificar cuantos y un mes y medio en verano; a cambio me comprometí a terminar allí mis estudios y dar como mínimo una conferencia cada trimestre sobre los temas que acordemos entre el rector mi director de tesis y yo mismo. No te apures y trata de tranquilizar a mamá pero no le hables de “mis viajes” porque quiero sorprenderla estas navidades.

Enrique apuró su copa: se quedó en silencio unos instantes y al final exclamó. Estoy muy orgulloso de ti; me sorprendió que el verano pasado prefirieras ir al sudeste asiático en lugar de venir aquí pero al ver las fotos que colgaste en tu blog comprendí que un viaje así hay que hacerlo cuando te lo proponen. Por cierto ¿Cómo queda lo de tu equipaje?

No te apures papá; lo llevaran a casa y solo necesito que traigáis la maleta roja.

En ese punto Lola lo despertó para darse un chapuzón; se había convertido en costumbre el baño y posterior polvo antes de comer; durante la comida que sería la última a solas pues esa tarde llegaban los demás para iniciar tres semanas de vacaciones Lola trató de imaginar cómo conseguiría escapar del asedio al que la somete Pablo y que al final queda en nada; de ahí que no olvide nunca los consoladores; precisamente los que no ha empleado en toda la semana y es que Joel sabe satisfacerla aunque siempre quiere más. Al terminar le propuso que se acostara mientras ella recogía la cocina y daba un baldeo a la casa.

Joel se despidió dándole una zurra y se encaminó a la habitación; a medio camino volvió para coger una botella de agua y oyó a Lola hablando por teléfono y aunque solo captó la mitad de la conversación resultó esclarecedora.

La revelación.

.- ¿Así está todo arreglado?

.- ¡NO! Él no sabe nada; ya veremos su reacción.

.- ¿llegara el sábado?

.- ¡No! no me importa cómo se lo tome Pablo. A fin de cuentas fue a mí a quien le puso los cuernos y entre nosotras lo solucionamos.

.- Tu hijo es un mamón y merece cuanto le pase; por el momento soy yo quien está disfrutando del mejor sexo que te puedas imaginar.

.- ¡No te hagas la loca Maica! Estoy segura de que si lo pruebas querrás repetir.

.- ¡Sí! Ya sé que se trata de tu hijo; pero recuerdo lo que decías hace tan solo un par de meses cuando nos corrimos aquella juerga en Madrid. Fuimos a ver un musical juvenil y terminamos folladas por los chicos del cuerpo de baile y todos eran adolescentes.

.- ¡Naturalmente que te considero una viciosa! Lo mismo que yo. Te aseguro que no te arrepentirás.

.- besos; nos vemos esta noche.

Cortó la comunicación y Joel decidió retirarse a su cuarto; se le había quitado la sed y fue así como supo que su madre era tanto o más “golfa” que su cuñada; desde la pubertad había sentido algo extraño cuando veía a su madre desnuda y ahora entendía porque se excitaba tanto cuando su madre lo acariciaba; no se trataba de “cariño materno” era simple y pura lujuria; recordó aquellas ocasiones en que insistía en “averiguar” si descapullaba bien o sería necesaria una operación de fimosis. Lo pajeaba sin llegar a la eyaculación y lo cierto es que no sentía molestia alguna; también fue ella la que insistió en saber “cuantas veces” se masturbaba; pocos días antes de marchar escuchó un monologo que todavía retumba en sus oídos cuando piensa en ella “como mujer” y tras haber oído parte de esa conversación todo tomaba sentido.

Estoy segura que a pesar de la distancia lo pasaras muy bien aunque lamento no estar a tu lado cuando descubras algunas cosas ¡ME GUSTARÍA TANTO! Bueno, quiero decir que conocerás mujeres de todo tipo: algunas te harán gozar otras sufrir y todas vivir; perderme eso es lo que más me disgusta de tu marcha pero espero que a tu regreso sepas compensarme como creo que merezco; supongo que ahora no sabes a que me refiero pero estoy segura que en unos años lo descubrirás y espero que cumplas tu parte.

La forma en que lo abrazó es algo que aún recuerda a pesar del tiempo transcurrido y además estaba lo de las conferencias por Skype que Joel grababa y de vez en cuando aún repasa con curiosidad pues en todas ella había una constante; es cierto que la diferencia horaria de nueve horas hacia que se conectaran sobre nueve y media de la noche en Vancouver las seis y media de la mañana en España: poco después de que Enrique marchara a trabajar; se mostraba en cámara ataviada con “lencería fina” un vaporoso camisón o a medio cubrir con un sari pero siempre peinada y maquillada como para ir a un cotillón.

Las conversaciones siempre llevaban al sexo; algunas veces le preguntaba por las nuevas experiencias y la mayoría se quejaba del “poco y mal sexo” que mantiene con el marido insistiendo en que se siente poco apreciada y en ocasiones incluso rechazada. Mostrarle un vestido para pedirle opinión fue lo primero que sorprendió al joven pero poco después llegó el turno de la “lencería” una mañana le mostró tres o cuatro conjuntos aún en las cajas y le pidió que le indicara cual le parecía más sexi y se despojó de un conjunto para ponerse el siguiente frente a la cámara evolucionando por la sala para que pudiera apreciarlo con todo detalle.

A pesar de que andaba descalza oyó a Lola aproximarse y se hizo el dormido; ella se arrodilló junto a él después de retirar la poca ropa que cubría su tronco y quedó ensimismada contemplando el cuerpo de “su Adonis”; tardó un poco a decidirse y al fin comenzó a soplar levemente sobre el durmiente miembro que reaccionó de inmediato pasando a ser el enhiesto falo que ella deseaba; lo besó suavemente hasta que oyó en un susurro.

¡Tómalo es todo para ti!

— Joel se movió para facilitarle la labor y ella lo agradeció con una media mamada tras la cual se acuclilló sobre él empalándose literalmente; tomó las manos del joven como apoyo e inició una salvaje cabalgada hasta alcanzar el deseado orgasmo que la fulminó; quedó tendida sobre el cuerpo de su amante sollozando por no haber conseguido que se corriera pero este: en lugar de consolarla zanjó el tema con unas enigmáticas palabras que la sorprendieron.

Estas en deuda conmigo y me gusta cobrar las deudas.

— se levantaron y tras una rápida ducha esperaron la llegada del resto de la familia preparando una merienda cena.

Bajaron del coche alborozados; Pablo besó a Lola casi de pasada y se dirigió a la nevera que hay en el patio para repartir cervezas; Maica abrazó a “su niño” y se recreó restregándose con el más de lo apropiado aunque nadie prestó atención a ese punto y Enrique le mostró la maleta que le había encargado traer y si: habían llegado las tres que mencionó; Joel la puso sobre una mesita y sacó varios paquetes que fue entregando a unos y otros; al padre un juego de pipas que agradeció por su belleza aunque de un tiempo a esta parte trataba de fumar menos. A su hermano una pequeña escultura tallada en piedra por artesanos Inuit. A Lola (a quien apena conocía antes de partir) un bello fular de seda natural con la “Hoja de Arce” símbolo nacional canadiense y para mamá un delicado vestido de noche de color rojo con discretas transparencias sobre encaje tela de araña con diminutas lentejuelas que maravilló a todos.

Espero que os gusten los regalos

— dijo simplemente. Ellos lo abrazaron de pasada pero ellas fueron más efusivas; Lola lo besó en la mejilla junto a los labios mientras que la madre atrajo la cabeza hasta su pecho murmurando “mi niño, mi niño”

— después de la cena toco el turno a la charla y Pablo insistió en que Joel los acompañara a pescar al día siguiente; Enrique tiene un amigo que posee una barca de las que se empleaban antiguamente para “la pesca del bou” es una embarcación de unos doce metros sin camarotes y que actualmente dedica al ocio; salen de madrugada pescan algo pero lo importante es que durante unas horas viven como verdaderos “lobos de mar” bebiendo y comiendo sin guardar las formas; Joel se excusó aduciendo que no le agradan ese tipo de actividades. Poco después de las doce “los pescadores” se retiraron a dormir y sus mujeres los acompañaron. Joel quedó un rato en el jardín contemplando la noche estrellada sumido en complejos pensamientos.

El modo en que se había formado la familia y como descubrieron parte de su “problema” era algo que siempre le había intrigado; así como el modo en que se comportaba su madre y como él la veía al compararla con sus amigas.

Cuando su padre: al año de enviudar preño a Maica la niñera de Pablo nadie podía imaginar que a pesar de la diferencia de edad formarían una sólida familia; el pequeño nació cuando ella contaba apenas diecinueve años y él  cuarenta y dos; jamás hubo distinción en el trato con los hermanos y entre ellos se creó un vínculo muy especial; Joel era un niño retraído y poco sociable pero se entendía muy bien con Pablo que lo llevaba al parque o de paseo; más adelante fue cuando le diagnosticaron “Déficit de Atención ” y lo llevaron a una escuela de educación especial donde una psicóloga avispada descubrió que el problema radicaba en que “se aburría” en clase; al preguntarle sobre temas diversos que por lo general un niño de ocho años no debía ni haber oído hablar emitía opiniones muy razonadas; al profundizar  contó que el año anterior vio un librito que llevaba por título “Técnicas de lectura rápida y comprensión lectora” después de leerlo varias veces se dedicó a estudiar un tomo de la enciclopedia cada semana ayudándose de un diccionario para entender los términos que desconocía; para los tomos de los estantes superiores pedía ayuda a su hermano Pablo que imaginó que sentía curiosidad por los dibujos; tras unos estudios y hacerle como juego unos test de inteligencia apareció el genio.

Tutelado por un equipo de pedagogos le fueron planteando retos y al solicitarlo al ministerio de educación fue aprobando los exámenes hasta superar con un promedio superior a nueve los cursos de (Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Prueba de Acceso a los Estudios Universitarios) en solo cuatro años.

Poco después de cumplir los doce comenzó a asistir como “oyente” a clases en las facultades de ciencias aunque no le dieron permiso para matricularse y al ofrecerle plaza justo al cumplir los quince prefirió: con permiso de los padres aceptar una beca para estudiar en Canadá.

Se acostó he hizo como siempre ejercicios de relajación para dejar su mente en blanco; habían sido unos días muy ajetreados los vividos y los que se avecinaban no lo serian menos.

Oyó salir a “los pescadores” y aunque trató de continuar durmiendo unos minutos después se abrió la puerta de su habitación y apareció enmarcada la figura de Maica que avanzó varios pasos cerrando la puerta tras de sí.

Joel saltó de la cama y encendiendo la luz se aproximó a ella que girando lentamente y mirándolo anhelante murmuró. ¿Cómo me queda?

— refiriéndose al vestido que lucía sobre la piel.

¡Perfecto! El vestido es elegante aunque la gracia está en la modelo.

— respondió convencido de lo que ella perseguía; quedó claro en la media conversación que le oyó a Lola que juntamente con lo dicho en la despedida formaba un todo rotundo.

Maica tiró del vestido hasta la cintura y le suplicó. ¡No me rechaces también tú!

— el joven le sonrió asegurándole que no lo haría; Maica pidió opinión respecto al depilado; manteniéndose en silencio Joel pasó el dedo medio por los lampiños y rosados labios, de abajo arriba ofreciéndoselo a continuación para que lo chupara: algo que hizo con entusiasmo. Ella se desprendió del vestido que dejó sobre una butaca y buscó los labios del joven que la recibieron con ansia; la forma en que la besó trajo a su mente una tórrida aventura vivida en Ibiza un par de años atrás durante una “escapada romántica” salieron a cenar y como regresaron tarde al hotel; por la mañana a Enrique le apeteció quedarse durmiendo y ella salió para ir a la playa; un par de jóvenes le propusieron llevarla a una cala donde hacer nudismo y en lugar de sol tomo mucho sexo pues ambos se turnaron para follarla varias veces. Alargó la mano para acariciar ese miembro que tantas veces había tenido entre sus dedos aunque en otro contexto y se maravilló que reaccionara de esa forma.

“Mi niño” susurró suspirando y añadió. ¿Qué pensaras de mí; supongo que me consideras una zorra pero no me importa?

Esto es lo que pienso de ti.

— dijo eso atrayendo su rostro y juntando sus labios sus lenguas se enzarzaron en singular batalla.

Al interminable beso que dejó sin aliento a la entregada Maica siguió un recital de caricias que la llevaron al límite; los labios del joven recorrieron su anatomía partiendo del cuello pasando por los pechos en los que se entretuvo alternando: los suaves mordiscos en los pezones con los potentes sorbetones en los que parecía querer arrancarlos mientras sus dedos trabajaban con destreza el clítoris que asomó de su prepucio semejando un pequeño y erecto pene. Los labios y lengua de Joel progresaron hacia su destino aunque se entretuvo en el ombligo haciendo que se estremeciera una vez más; llevó su cabeza al pubis de la mujer que enterró sus dedos en el ensortijado cabello pero al poco los retiró para evitar la tentación de presionarla. Separó los labios mayores con la ávida lengua y la excitación alcanzo cotas insospechadas; los jadeos de Maica se confundían con el sonido del chapoteo que producían los lametones en ese sexo que manaba como un manantial. Joel mojó un dedo en esos jugos y lo introdujo en el culo para masajear las zonas más sensibles: Maica se arqueó formando un arco imposible en medio del primer orgasmo que le habían proporcionado con esa técnica y es que; a pesar de sus años de matrimonio y lo que había “corrido” fuera de casa jamás se había encontrado en semejante situación; los espasmos hacían que botara sobre la cama arrancándole unos “quejidos” que se oían desde el jardín.

La insistencia del “castigo” logró que enlazara con un segundo orgasmo y fue a las postrimerías del mismo el momento que eligió Joel para cambiar de posición y tendido sobre ella apuntó el cipote y se dejó caer arrancándole un grito de sorpresa; los envites fueron espaciados pero violentos logrando al fin de cada clavada que Maica se lamentara; al preguntarle “si paraba” su respuesta fue un rotundo. “NO” añadiendo poco después.

“No pares canalla” eres un diablo aunque me tengas en el paraíso.

No paró; cambió de ritmo logrando que los espasmos se sucedieran mezclándose los últimos de un orgasmo con los primeros del siguiente hasta que babeando Maica se desvaneció; de vuelta a la consciencia desde ese “limbo” en el que estuvo unos segundos preguntó sorprendida que había pasado.

Recuerdo algo que me dijiste hace un tiempo y te puedo decir que ahora lo comprendo.

— respondió Joel citando parte de aquel monologo que tantas y tantas veces había evocado.

Espero que a tu regreso sepas compensarme como creo que merezco

— quedaron en silencio; ella acurrucada en el que rodeó su cuerpo con sus fuertes brazos esperando que su tembloroso cuerpo dejara de agitarse y al notar que estaba más tranquila comentó.

Mereces esto y mucho más y pienso dártelo pero de eso ya hablaremos cuando regrese.

— Joel fue al baño y a pesar de que no suele necesitarlo tomo una de las viagras que solo emplea en determinadas ocasiones. Volvió a la habitación y preguntó a Maica a la que llamó por su nombre si le importaba traer algo de beber. Maica marchó para regresar al rato con una botella de cava metida en un cubo con hielo y dos copas que se apresuró servir. Alzó la copa y cómicamente brindó.

¡Por Canadá! Le entregue un niño tímido y lo trasformó en un hombre fuerte lujurioso incombustible y vigoroso.

— Joel se incorporó sobre un codo para beber y se dio cuenta que ella había pasado por el baño para asearse y retocarse el maltrecho maquillaje; le hizo un gesto y se sentó en la cama apoyándose en el cuerpo del joven y mirándole fijamente a los ojos preguntó.

¿Tienes alguna duda sobre lo que ha pasado? Quiero ser feliz pero no a cualquier precio. Si te sientes violento dímelo.

— Joel saltó de la cama por el otro lado y la rodeó, tiró de las manos de Maica hasta dejarla en pie frente a si y respondió con firmeza.

Tengo una fijación; algo que no suelo pedir a cualquiera y solo con algunas afortunadas funciona.

Te aseguro que no hay nada que pueda molestarme.

— dijo eso al tiempo que resbalaba por su cuerpo sin soltar el cipote que deseaba lamer para complacerlo y aunque la idea era otra la dejó hacer. Después de unos cuantos lametones la alzó del suelo y dándole la vuelta la arrojó sobre la cama; arrodillado entre sus piernas tiró de sus caderas para ponerla en posición y comenzó a pasear el capullo desde los labios mayores entre los que lo introducía un poquito: el perineo y el orto donde también presionaba ligeramente; Maica resoplaba inquieta y deseosa de que empezara “la fiesta” y después de apartar los mofletes y apuntar firmemente el capullo en medio del asterisco atrapó los pechos que presionó al tiempo que literalmente “la ensartaba” lo que escapó de su garganta fue una mezcla entre jadeo y lamento que retumbó en toda la casa aunque la única que pudo oírlo era Lola que esperaba paciente “su momento” la manera en que ese pistón transitaba por sus entrañas la hicieron vibrar; Joel movió una de sus manos y comenzó a juguetear con el ya muy sensible clítoris de su presa que reculaba huyendo del “suplicio” al que era sometida por los hábiles dedos que lo presionaban consiguiendo así “clavarse” aún más en él.

Alcanzó un escandaloso orgasmo y babeando comenzó a articular una letanía. “Más cabrón dame más” repetida una y otra vez. Joel no necesitaba que lo animaran y continuó machacándola por adelante y por detrás haciendo al igual que un rato antes que a aquel primer orgasmo se uniera otro y a las réplicas de ese otro y otro más y continuó hasta que al fin y prácticamente agotado se vació en ella que continuó culeando al mismo ritmo hasta que la erección perdió fuerza y Joel dio por terminado el lance.

Salió de ella tumbándose bocarriba a su lado que se retorció para limpiar la berga que tanto placer le había proporcionado y se sentía afortunada al haber sido elegida para formar parte de “esa minoría” a la que se refirió “su cielo”

Los sorbetones y chupeteos resonaban por la habitación y tras la puerta cerrada Lola se mordía los labios con ansia mientras se dedeaba con rabia estrujándose un pecho.

Quedaron abrazados sobre la cama y cuando Maica despertó y no lo vio a su lado; su primer pensamiento fue que había sido un sueño pero el sabor acre en la boca y el escozor en el ano le confirmaron que había sido una agradable realidad; se preguntó dónde estaría y cubierta con uno de los saris salió al salón y fue hasta la cocina donde encontró a Lola ojerosa.

¿Dónde está Joel?

— preguntó intrigada.

Nadando como todas las mañas; no me negaras que es un portento pero nos tenemos que organizar para poder gozarlo ambas sin que se agobie ni se enteren nuestros hombres.

— Maica convino que era lo lógico y confirmó que Sara llegaría en un par de horas.

Salieron las dos al jardín y esperaron junto al borde de la piscina a que llegara el joven que en lugar de girar se detuvo y preguntó si estaba listo el desayuno; salió del agua y entre risas y picaras caricias lo secaron. Mientras desayunaban le hablaron de Sara: Lola fue muy explícita.

Si nosotras somos unas zorras te puedo asegurar que ella es una “maestra de zorras” no necesitaras pedirle nada; solo has de insinuar “el que” y ella te satisfará. Somos amigas desde parvulario; al poco de casarnos me pidió que le encontrara un empleo aquí en Barcelona y por fortuna pedían secretaria bilingüe en el mismo edificio donde trabajo; un par de meses después de instalarse Pablo le tiró los tejos y estuvieron liados casi tres meses; una tarde me preguntó porque no quería “unirme a la fiesta” y así supe lo que estaba pasando; intervino entonces Maica que me hizo recapacitar; hablamos las tres y ella cortó con Pablo dejándole claro que continuaríamos siendo amigas y Maica le juró que si intentaba ligársela otra vez se las vería con ella y toda su ira.

Joel recordó como había llegado Lola a sus vidas.

Pablo y ella se conocieron en Tenerife donde pasó cuatro años mientras estudiaba para Piloto de la Marina Mercante y a Lola la conocieron poco antes de la boda al trasladarse a Barcelona donde él había conseguido un empleo en el puerto de “ Vilanova i la Geltrú” población al sur de la capital. Ella no tuvo problemas para continuar trabajando en la misma empresa de importación exportación al intercambiar su plaza con una conocida que añoraba vivir en Tenerife. Tras la ceremonia todo fue muy rápido; la pareja inició su viaje de bodas y él marchó a Canadá; en esos poco más de dos años había visto algunas fotografías de la pareja pero nada hacía presagiar el tipo de relación que entablaron al poco de verse.

La llegada de Sara.

Después del desayuno las mujeres se tumbaron al sol para “hacer bronce” y Joel estuvo leyendo un libro; llegó Sara y la casa se revolucionó; no paraban de hablar mientras Joel en una sombra del jardín continuaba con su lectura; Sara fue a presentarse y el saludo no pudo ser más original.

Hola soy Sara ¿te gusta lo que ves? Me han dicho que eres un fenómeno: me encantan los retos y cuanto más difíciles mejor.

— dijo eso al tiempo que dejaba caer el pareo mostrando un cuerpo escultural; lucía un aro en el clítoris lo que llamó la atención de Joel que preguntó cándidamente.

¿Me dirás para qué es?

Es para lo que tú quieras si te decides a emplearlo. Por cierto; no mentían al decirte que estoy a tu entera disposición aunque me han advertido que he de ser discreta cuando ronden por aquí “los otros” y ¡SÍ! Soy muy intuitiva; suelo adivinar que se desea y trataré de demostrártelo.

— Joel caminó hacia la casa seguido por Sara que arrastraba el pareo tras de sí; las otras dos mujeres los vieron acercarse y al ver la seña que les hizo ella se miraron antes de abrazarse y comenzare a besarse como si no hubiera un mañana; Sara: de un termo frio que había traído sirvió una caipiriña que entregó al joven y se unió a la fiesta; sobre la hierba inmovilizaron a Maica de un modo muy peculiar; Lola se sentó sobre su rostro para que le “comiera el coño” retorciéndole al tiempo los pezones con saña mientras que Sara apoyada en sus separadas piernas sorbía los fluidos que manaban de su sexo y a Maica se la oía bramar por encima del sonido de los rechupeteos; de tanto en tanto Sara miraba al invitado de honor que asistía al espectáculo fascinado; había imaginado escenas semejantes en muchas ocasiones aunque jamás había asistido en vivo a algo así.

Las sacudidas del primero de los orgasmos hacían que Lola aplastara los pechos de Maica que elevaba el culo tratando de escapar al suplicio al que la tenía sometida Sara; la cuñada giró la cabeza para mirar al chico aunque sus ojos velados poco podían ver pero vocalizó un silencioso “VEN” retomando su postura a continuación.

Joel apuró la caipiriña y se desprendió del bañador acercándose al grupo; de súbito todo cambió y tres pares de manos lo “ayudaron” a tenderse en la hierba y como si de una medusa se tratase manos labios y lenguas encontraban la oportunidad que andaban buscando de acariciar lamer y chupar cuanto se ponía a su alcance; Joel cerró los ojos tratando de concentrarse y notó que mientras unos labios trataban de engullir uno de sus huevos el capullo era presa de una traviesa y ágil lengua que lo recorría sin cesar; sus diminutos pezones eran víctimas de otra ávida boca que alternaba los mordisquitos con los lametones lo que lo sacó de sus casillas poniéndolo en una situación de indefensión que desconocía hasta el momento.

Pensó que sería incapaz de aguantar mucho más esa situación sin correrse pero ese “equipo” trabajaba como tal y un cruel masaje en el escroto logró detener la inminente eyaculación; continuaron con sus manejos hasta que oyó un susurro.

¡Cómo o con quien quieres terminar!

— era la inconfundible voz de Maica.

¡Quiero que me bebáis las tres!

— esa fue la respuesta y acto seguido comenzó la rotación; los labios se alternaron y poco después comenzó a soltar los primeros borbotones que no llegaron a manchar el tronco; se oían los sorbetones y al acabar abrió los ojos y pudo contemplar como compartían los últimos restos. Las tres se pusieron en pie y tendieron sus manos para que Joel se levantara; Maica pasó un brazo rodeando su cintura y le dijo sonriendo.

Serás nuestro maharajá y nosotras tus concubinas.

No suena nada mal.

— pensó el joven: aunque dudaba que “aquello” pudiera funcionar como auguraban las mujeres pero estaba dispuesto a dejarse llevar por los acontecimientos; trataba de tener el control en casi todo cuanto le afectaba excepto en lo referente al sexo; dado el tipo de mujer que había frecuentado hasta la fecha dejaba “esos asuntos” en sus manos ya que eran ellas las que debían encontrar tiempo para sus encuentros.

Mientras Sara ayudaba a Lola en la cocina quiso saber cómo había comenzado “esa relación” tan peculiar que mantenían y al preguntar a Maica. ¿Cómo sedujiste a Lola? Se echó a reír y le contó lo absurdo de la situación.

Desde siempre me han atraído los jóvenes y una tarde que estaba comprando en “La maquinista” Lola me vio desde la planta superior; bajó para encontrarme, tomar un café y charlar un poco y me vio entrar en un probador con “un dependiente” estábamos enfrascados cuando oímos barullo; el chico se asustó al oír como la encargada vociferaba acercándose y entonces corrió la cortina Lola que entró en el probador; se sacó la blusa y justo cuando alguien descorría la cortina comenzó a besarme; le devolví el beso y no reparé en lo que pasó durante unos instantes que se me hicieron eternos en que me encontraba en el paraíso; salí del trance al notar que apartaba sus labios de los míos para oírla decir.

¿Acaso no puedo besar a mi novia?

La desconsiderada encargada pidió disculpas y volvió a correr la cortina; el atribulado joven que estaba detrás de nosotras nos agradeció el gesto y poco después en silencio desapareció. Lola sujetó mi rostro y nos besamos otra vez y en esta ocasión nadie vino a interrumpirnos; compramos un par de blusas iguales que aún conservo con mucho cariño; poco después conocí a Sara y desde ese día hemos hecho muchas diabluras juntas y espero continuar así por mucho tiempo; tanto tu padre como tu hermano son un par de blandos que no responden en la cama como merecemos pero por fortuna tu eres “diferente”

Avisaron de que la comida estaba servida y se sentaron a disfrutar de un banquete adecuado para un maharajá. La tarde fue tranquila y al regresar los “pescadores” hubo tirantez entre Pablo y Lola que Maica disipó de inmediato anunciando.

¡Sara se quedará con nosotros! estará todo el tiempo que quiera y así seremos tres parejas; el chico me ha dicho que no sabe bailar y como es listo estoy segura que estará dispuesta a enseñarle.

— Sara sonrió afirmando que estaba encantada de que la hubieran invitado.

Después de cenar “los pescadores” se dedicaron a contar las anécdotas del día mientras tomaban generosos tragos de wiski mientras los demás tomaban cava. Al terminar de contar sus aventuras se produjo un incomodó silencio que rompió Maica que con su habitual frescura preguntó. ¿Necesitáis llevaros algo mañana? Porque imagino que estaréis deseando volver a salir con vuestros amigos a pescar; por nosotros no os preocupéis porque nos apañaremos lo mismo que hoy o incluso mejor al estar Sara para que entretenga al niño con las clases de baile.

Sorpresa.

¿Dónde está? Lo habéis visto.

— los gritos de Lola despertaron a las otras dos amigas; Sara apareció en el salón frotándose los ojos y Maica trató de tranquilizar a Lola que estaba histérica y se movía sin cesar. ¡PARA YA! Le gritó al tiempo que sujetaba sus hombros zarandeándola.

¿Qué te pasa?

Que Joel no está; pensé que estaría nadando como todas las mañanas pero al no verlo en la piscina ni por aquí he mirado en su habitación que también está vacía.

— respondió Lola añadiendo.

Dudo mucho que haya ido al pueblo a comprar; ayer parecía que había aceptado su rol de “amo y señor nuestro” y por eso creo que ha pasado algo raro y que no esté me preocupa. Llamaron a su teléfono y obtuvieron esa desagradable respuesta. “ el numero marcado esta desconectado o fuera de cobertura

Inspeccionaron la casa y el resto de la finca; Maica propuso desayunar y después de hacerlo y vestirse tomaron un coche fueron al pueblo y recorrieron sus calles sin ningún resultado, decidieron volver a la casa y esperar. Sara preguntó si estaban todas sus cosas; en el baño echaron a faltar la maquinilla de afeitar que no había empleado pero en la que se fijó Lola el primer día que pasaron solos; revisaron su habitación y comprobaron que faltaban un par de “polos” algunos pantalones cortos y unas graciosas chanclas; además de la mochila que retiró de la maleta roja para sacar los obsequios que les trajo de Canadá.

¡SE HA IDO! Exclamó Lola que se abrazó a Maica. ¿Por qué lo habrá echo y donde estará?

— al atardecer llegó un whatsapp al móvil de Lola y otro al de Pablo que no vio hasta llegar a puerto con instrucciones concretas.

El de ella decía. Mira en el tarro de las galletas que hay en la cocina y leed mi nota.

El de su hermano decía. Hay dos cartas en el mueble bar del salón; una para papá y otra para ti. ¡LEEDLAS A SOLAS Y POR SEPARADO!

Las tres se dirigieron a la cocina, Maica sacó la nota del tarro con manos temblorosas y se la entregó a Sara para que la leyera.

No me gusta ser melodramático pero en algunas situaciones hay que razonar y actuar con diligencia y esta lo merece. Sois estupendas las tres y sé que lo de ayer se repetirá cada vez que se me ocurra; no se trata de vanidad porque eso se desprende de un simple y puro análisis; por decirlo de forma coloquial sois mujeres afortunadas que sabéis lo que queréis pero os falta algo para ser felices y os daré algunas pistas.

Quiero que seáis libres y que vuestros maridos os ayuden a serlo y para ello hay que superar algunos obstáculos.

Maica: has de conseguir que Enrique te vuelva a hacer vibrar como aquellas primeras veces; para ello tendrás que emplearte a fondo; eres una “zorra” en el mejor sentido de la palabra y sabrás como conseguirlo; piensa en los beneficios que puedes obtener si logras que a cambio acepte “tus correrías” con quien se te ocurra sin pedir explicaciones y esa es la única condición para que estemos juntos otra vez.

Lola: tu caso es diferente aunque las técnicas serán semejantes; Pablo es un cretino pero es “TU CRETINO” no creo que el divorcio o la separación sean nada prácticos ya que en realidad el problema o mejor dicho la circunstancia es “tu idiosincrasia” tus gustos son los que son y necesitas “picar” fuera de la pareja y además con personas como Sara  Maica  como yo o semejantes, que te den lo que necesitas sin que te complique la vida con sentimientos; tu reto será semejante al de Maica pero algo más complejo ya que formaras equipo con Sara a la que jamás dejaras en la estacada y que a pesar de ser “UN CRETINO” continua colgada de Pablo y aunque no lo sabe es solo por el morbo porque tampoco quiere una relación con sentimientos; aunque le aconsejo que se busque un marido capaz de asumir su forma de vida que es como he dicho “la que es”.

Cuando hayáis conseguido los retos planteados o estéis en vías de hacerlo apareceré sin que me llaméis.

Al leer el whatsapp: Pablo no le dio importancia y no lo comentó con su padre pero al llegar a casa se sorprendió al encontrar a las tres mujeres serias; los saludaron fríamente y al ser preguntada sobre Joel Maica respondió que “se había ido” sin comentar nada más; fue entonces cuando Pablo tiró del codo de su padre para que lo acompañase y le comentó lo del mensaje; abrió el mueble bar sirvió un par de lingotazos de wiski y entrego uno a su padre además del sobre con su nombre; tomó el suyo y tras ojear uno de los folios marchó al fondo del jardín caminando lentamente enfrascado en la lectura.

Muy bien Pablo: he seguido tu consejo al pie de la letra. ¡SÍ! Precisamente en el que estás pensando.

Al llegar a Canadá me encontré un poco desplazado aunque ya sabes que estoy acostumbrado a sentirme aislado; en una de las primeras charlas que mantuvimos por Skype insististe en que aprovechara mi ingenio para encandilar a alguna chica y pasadas unas semanas te pusiste muy contento cuando te hablé de Emma aquella profesora que encabezó la lista de “las mujeres con las que alterno” todas ellas mayores que yo.

Me felicitaste efusivamente apuntando un dato: recuerdo tus palabras. ¡Estar con mujeres mayores de las que no buscan amor te permitirá avanzar en los estudios! Para enamorarte siempre tienes tiempo pero me enorgullece que dispongas de tu propio harén.

El día que llegue me encontraba raro; siempre me ha amedrentado tu seguridad y experiencia pero después de los primeros minutos y tras un rato comprendí que podíamos charlar de igual a igual. Tratar a Lola fue una experiencia enriquecedora y sorprendente; nunca me hablabas de ella en profundidad, de su carácter afable sus ideas convicciones aficiones; en definitiva su forma de entender la vida y eso fue todo un descubrimiento y durante la semana que pasamos “a solas” la conocí en profundidad; sus gustos anhelos aspiraciones y en general la parte grata de su carácter pero también tuve oportunidad de conocer esa serie de detalles que llevan a la decepción; a pesar de llevar una buena vida sin ningún tipo de estrechez se siente vacía incluso “abandonada” como comentó con sus propias palabras; sabe que: a pesar haber superado el asunto de Sara  frecuentas a otras y aunque no son “amantes” en el estricto sentido de la palabra al ser de pago, legitima el que ella también trate de encontrar satisfacción entre otros brazos.

Resumiendo y sé que me odiaras por esto pero me siento en la obligación de contártelo para que intentes remediarlo por dos razones; es una mujer muy válida como pareja y puedes disfrutar mucho junto a ella si le permites hacerte feliz.

Como apenas le prestas atención a pesar de que te quiere: “me dejé seducir” y ha sido la primera de mi harén en España. La forma en que se entrega al estar juntos me indica lo que puede dar de sí y te aseguro que ni una sola vez me ha hablado mal de ti pero necesita dos cosas; la primera, que le des tanto sexo como seas capaz y la otra “que seas consciente” y le permitas sin ningún tipo de reservas que mantenga relaciones con otras personas; te puedo asegurar y ella te confirmará cuando seáis lo suficiente maduros para hablar del tema que por su parte no pondrá impedimentos para que vuelvas a verte con Sara “con la que ya ha hablado” y  o: con otras personas.

Pablo se quedó mirando la última hoja escrita a mano y en lo primero que pensó fue en el mucho tiempo que había pasado desde que vio una misiva tan extensa manuscrita. Dobló las hojas y las guardó en un bolsillo.

Enrique abrió su sobre después de aposentarse en un cómodo sillón y que Pablo le entregara el vaso de wiski y se dispuso a leer la extensa misiva: convencido que se trataba de algo muy importante ya que desde niño Joel lo sorprendió con su forma de razonar y sus actos siempre eran justificados.

Hola papá; tu si entenderás mis motivos para ausentarme de esta forma; desde niño has considerado siempre mi punto de vista y en este caso espero que también lo hagas. En este momento de vuestras vidas hay algunos datos que desconoces que generan problemas y tratare de enumerarlos además de lo que considero la mejor solución para cada uno de ellos.

Tienes una mujer guapa joven y fogosa totalmente desatendida sexualmente lo que nos lleva al siguiente punto.

Siente una gran “necesidad” de vivir y atesorar recuerdos.

Que dediques tu tiempo de ocio a esas aficiones que prácticas en solitario; le sirve de exclusa y justificación para explorar nuevos horizontes y eso le ofrece la oportunidad de vivir gratas aventuras.

Cuando hayas leído y asumido si es que lo haces lo expuesto hasta ahora y consideres que estas en disposición de enfrentarte a los hechos consumados; abre a solas el sobre que encontraras en la guantera del coche; si llegado a este punto prefieres continuar en la ignorancia lo respetaré pero en ese caso te aconsejo que destruyas la nota.

— Enrique releyó varias veces el último párrafo y al fin se encaminó al garaje y acomodado en el asiento del acompañante de su coche se dispuso a leer los folios contenidos en un abultado sobre. En el autorradio puso un cd con música de Vivaldi y comenzó a leer.

Entiendo que te has decidido a leer lo aquí contenido y te adelanto que todavía estas a tiempo de dejarlo pero en el caso de que quieras continuar te suplico que llegues al final pues de otro modo estoy convencido que sacaras conclusiones erróneas y totalmente fuera de contexto.

Para evitar conflictos llamaré a cada uno de los implicados por su nombre. Al poco de llegar a Canadá tuve mi primera aventura con una mujer casada y desde entonces solo he mantenido relaciones con mujeres de esas características y Pablo es conocedor de esa circunstancia. Los días que nos dejasteis a solas “me deje seducir por Lola” y durante toda la semana follamos como monos y siento decirlo de esa forma tan vulgar pero es una realidad que también he trasladado a Pablo aunque con más datos.

Al llegar el viernes; Maica supo lo que había pasado y en este punto te recuerdo que eres el único que conoce esa peculiaridad que me hace inmune a la mayoría de sentimientos exceptuando el de la amistad que tengo muy arraigado y acordamos ser siempre “amigos sinceros”.

Como apuntaba en la primera parte de este escrito “ Tienes una mujer guapa joven y fogosa” y mucho antes de marchar ya sospechaba el “tipo de mujer era” al insistir en inspeccionarme el prepucio por si necesitaba una operación de fimosis la que al fin te sugerí que me hicieran para evitar: no precisamente las inspecciones que se continuaron haciendo para “comprobar” que todo estaba bien; también los posibles riesgos de infección que tantas y tantas veces fueron la excusa para dichas inspecciones; también me asediaba para saber con qué frecuencia me masturbaba aduciendo que “es normal” hacerlo con cierta frecuencia en la pubertad y adolescencia pero sin llegar a la obsesión.

La madrugada del viernes; poco después de que marcharais para vuestro “día de pesca” Maica apareció en mi habitación ataviada tan solo con el vestido que le regalé; me sorprendió sobremanera pero antes de que pudiera protestar me dijo con gran sentimiento. ¡ No me rechaces también tú ! No lo hice y descubrí que es una de las mujeres más ardientes de cuantas he conocido; siento ser tan insensible pero como he dicho antes así soy y lo sabes.

En ningún momento me he considerado un traidor porque después de mucho gozar hablamos y me contó “porque es así” se siente sola poco apreciada y de ahí que trate de encontrar consuelo que no cariño porque de eso sí que le das muestras; aunque eso no es suficiente; no para una mujer tan ardiente como ella.

Como amigo puedo darte algunas pistas para que endereces esta situación si piensas que merece la pena; aunque si eliges el camino cómodo también lo entenderé aunque es mucho lo que perderás.

Lo primero es que te olvides de recriminaciones o cualquier tipo de discusión; cualquier tema tratadlo como adultos, Maica necesita “MUCHO SEXO” y eres el responsable de darle tanto como puedas aunque a partir de ahora también necesita otros alicientes y lo principal es que seáis lo suficientemente maduros para permitiros mantener otro tipo de relaciones; si se lo pides se encargara de “meterte en la cama” con Lola y Sara; por separado o juntas: a tu elección.

Piénsatelo bien y cuando tengas claro lo que hayas decidido envíame un mensaje con tu decisión; de todos modos nos veremos por navidad pero insisto en que no les digas nada a los demás .

— Enrique metió las hojas en el sobre que guardó en la guantera de nuevo y se dirigió a la casa y el panorama que encontró en nada se parecía a lo que había imaginado en el corto camino; Pablo estaba con una cerveza en la mano hablado animadamente sentado entre Lola y Sara que sonreían como bobas; Maica escuchaba y sonreía también en pie frente a ellos con una copa en la mano pero todos callaron al verlo llegar; Enrique tomó una copa de la bandeja y alargó el brazo para que Maica que tenía a su lado la mesa con la botella le sirviera. Levantó la copa e hizo un brindis.

Por Joel que es el único que nos entiende.

— añadiendo a continuación tras abrazar a Maica.

He de reconocer que he sido un egoísta; estoy bien del corazón y si he de tomar viagra de vez en cuando lo haré pero os suplico que seáis benevolentes unos con otros porque es la forma de arreglar esto.

— Sara junto con Lola saltaron de su asiento y lo abrazaron como nunca antes y Lola le susurró al oído.

¡Te vas a enterar del tipo de zorra tienes por nuera!

— Maica que es una mujer práctica se dirigió a la cocina y tras encender el horno sacó varias pizzas pequeñas de la nevera y asomando la cabeza al jardín gritó.

Esta noche pizza para todos: después de cenar hablaremos largo y tendido de todo eso que hemos ocultado hasta el momento.

— esa noche nadie durmió pues sacaron a relucir sin problemas los demonios de unos y otros y por la mañana llegó un whatsapp de Joel al móvil de Maica que releyó en el desayuno delante de los demás.

Hola familia; necesitabais un empujón y espero que lo hayáis aprovechado; de todos modos lo que quiero deciros es que he pasado por casa con tus llaves mamá. Te las cogí de madrugada para poder llevarme las maletas y ya se las he dejado a la vecina del rellano; estoy en Ibiza con mi amiga Olivia que comenzó las vacaciones ayer. Cuando regrese a Vancouver ya hablaremos; entretanto os deseo lo mejor.

— después de desayunar Enrique tomó a Maica de la mano y regresaron a la habitación donde ella dio rienda suelta a su imaginación y por primera vez “consintió en mamársela” al sorprendido Enrique que tras dos intentos fallidos al principio de su relación desistió aunque como dice el refrán “Quien la sigue la consigue”

Pablo: viendo que sus padres se retiraban a la habitación tomo a Lola por la cintura con semejante intención aunque esta: al pasar junto a Sara la tomo de la mano y marcharon los tres para celebrar “su primera fiesta” en grupo.

— pasada una semana Pablo envió a Joel un mensaje muy esclarecedor.

Eres un visionario y no me importa que te hayas acostado con Lola o con mamá; de hecho estoy deseando que lo hagas de nuevo para poder descansar un poco porque entre “las tres lobas” me tienen agotado; papá no ha salido a navegar desde aquel día y se les ve muy bien. ¡GRACIAS ENANO!

En Ibiza: Joel comentó unos días después con Olivia lo vivido en su casa y ella le respondió tras escuchar el relato completo y leer ese último mensaje.

Me gustaría conocer a tu familia. ¿Crees que les disgustara que antes de regresar a Canadá pasemos unos días con ellos?

— con la mejor de sus sonrisas y con gran satisfacción le confesó que lo estaba deseando.

©PobreCain