Joder, que puta es la guerra (7) Galicia año 968.
Una de Vikingos, !ojo relato duro! (no confundir con erecto) y SI tiene sexo.
La horda avanzaba por el bosque caminando a buen paso pero sin hacer apenas ruido, aquel día se dirigían a saquear una aldea en la costa que sus exploradores localizaron el día anterior, eran alrededor de 50 hombres sucios y casi todos barbudos, vestían con una gran diversidad de prendas pero predominaban el cuero y las pieles tanto de lobo como de oso, todos llevaban cota de maya y algunos incluso petos de grueso cuero sin curtir para protegerse el pecho, muchos también llevaban arco y flechas o hachas, pero lo que era común en todos sin excepción eran sus cascos metálicos (algunos con cuernos de toro y de ciervo, como adorno e intimidación para sus enemigos) y sus grandes espadas.
Entretanto en la aldea cuya población rondaba las 80 personas, repartidas en cerca de 20 chozas y una casona de madera que servía como casa de reuniones/taberna, sus habitantes hacían su vida normal ajenas al peligro, las mujeres se dedicaban a lavar y cocinar, los niños se divertían y jugaban como cada día, los hombres trabajaban la tierra o pescaban, de hecho aquella mañana salieron a faenar las dos barcas que tenían en la aldea, las tripulaban 10 hombres entre jóvenes y adultos.
La horda se detuvo finalmente a mediodía cerca de la linde del bosque, Sven el protagonista de esta historia se sentó bajo un árbol recuperando el resuello tras la caminata al igual que la mayoría de sus compañeros, hablaban poco y en voz baja como siempre antes de iniciar un ataque para no alertar a sus presas.
Lars el jefe de la horda se adelanto con sus dos subjefes a observar su objetivo, se tumbaron en el suelo y vigilaron con sus ojillos porcinos a sus futuras víctimas, unos minutos después Lars dijo:
- Gunar lleva a tus 10 hombres por la izquierda, limpias esas dos granjas y vienes hacia el centro de la aldea.
- Bien, sin problemas ni ruidos.
- Eso es, tu Olaf harás lo mismo pero por la derecha, baja hasta el arroyo y síguelo hasta la aldea.
Mientras hablaba, el líder señalaba la ruta con la mano, los dos subjefes asintieron con mirada resuelta; Lars sabia que sus ordenes serian cumplidas sin dudar, sus ojos expertos en luchas y masacres mostraban el convencimiento de que la lucha en sí no duraría más de 10 minutos, había contado una docena de hombres adultos, un par de viejos y siete chicos de menos de 16 años, el resto eran mujeres de distintas edades y niñas la mayoría del típico físico de granjera, sonrió cruelmente y se mojo los labios con su libidinosa lengua antes de continuar hablando:
- Recordad que os vernos desde aquí, cuando estéis en posición tocaremos el cuerno y atacaremos todos a la vez, lanzad unas flechas mientras que yo con mis guerreros bajamos la cuesta, seguidamente todos a la vez asaltamos el centro de la aldea, ¿entendido?
- Si jefe, - dijeron Gunar y Olaf casi a la vez.
- Entonces adelante y que Odin tenga piedad de vosotros si falláis, porque yo no la tendré.
Los tres volvieron al bosque reuniendo a sus guerreros y poniéndose Gunar y Olaf en camino hacia sus objetivos, Sven pertenecía al grupo de Lars así que siguió sentado mientras el líder explicaba lo que harían, nuestro aburrido protagonista contaba con 23 años y era un buen representante de la raza vikinga, rubio de pelo largo y con barba corta, cara atractiva muy bronceada por el viento y la sal del mar, poseía una figura atlética de brazos muy fuertes, llevaba puesto un pantalón basto de lana y una camisa de paño bajo un peto de cuero endurecido, casco y arco con 20 flechas en el carcaj, además de su espada larga y su cuchillo con mango de hasta de ciervo.
Sven estaba un tanto preocupado, hubiera preferido no venir en esta incursión pues allá en casa su joven y atractiva mujer Olga debía estar a punto de parir, la preocupación por su enamorada le hacía estar inquieto y las ganas de volver pronto a casa le hacían no arriesgarse demasiado, algunos compañeros empezaban a insinuar que se había acobardado.
Lars el líder dio una orden breve y los casi 30 hombres de su grupo se acercaron y tomaron posición en la linde del bosque, varios entre ellos Sven tomaron y prepararon sus arcos apuntando a la aldea, este se centro en apuntar a la choza más cercana donde acababa de abrirse la puerta.
Alba tenía 29 años era morena y aun conservaba un cuerpo firme, llevaba un vestido y un mandil donde en ese momento se secaba las manos, asomo a la puerta y llamo a sus dos niños Ander de 9 años y Clara de 11 a comer, Tomas el padre la oyó y dejo de cortar leña para entrar también en la choza.
Entonces cuando la gente de la aldea empezaba a dirigirse a sus casas a comer, se escucho el sonido claro de un cuerno llamando al ataque, Sven y los otros arqueros dispararon sus flechas hacia la aldea mientras el resto de los guerreros, lanzando gritos desgarradores como auténticos “bersekers” se lanzaban cuesta abajo con las espadas y hachas listas para acabar cruelmente con cualquier resistencia.
Tomas se había detenido asombrado en el dintel de la puerta al escuchar aquel sonido, la flecha de Sven le dio justo en la parte alta de la espalda y asomó su punta por el pecho esparciendo gotas de sangre ante la cara de su esposa Alba, esta gritó asustada mientras intentaba sujetar el cuerpo de su marido ahora convertido de repente en un peso muerto, los niños gritaron de pánico al ver la escena.
La escena se recrudeció según aumentaba la matanza al converger las tres fuerzas hacia el centro de la aldea, cualquier gesto de resistencia era sofocada rápidamente a golpe de espada o hacha, los hombres y muchachos son exterminados sin piedad y caen por doquier con los pechos atravesados y las cabezas abiertas, los ancianos y mujeres demasiado viejas también caen aunque apenas se resistan.
Sven se cuelga el arco, saca la espada y se une a sus compañeros en el ataque, se dirige hacia la casa donde ha lanzado sus flechas, seguro de haber dado al hombre pues su silueta se recortaba nítidamente en la puerta cuando disparó, otro de sus amigos se le adelanta y remata con el hacha a Tomas de un certero golpe en la cabeza, Alba coge el cuchillo de la carne que ahí sobre la mesa y le ataca furiosa, solo para ser esquivada por el hombretón que sin contemplaciones la asesta un golpe con el hacha acertándola en el estomago, ella cae al suelo muda de asombro y boqueando como un pez fuera del agua mientras intenta contener la sangre que brota de su herida, los niños gritan aterrados ante la terrible escena, Sven entra en la choza a tiempo de ver como su compañero asesta un golpe en diagonal con su hacha contra el cuello del chaval, el golpe le hunde el filo entre el cuello y la clavícula abriéndose paso por la suave carne del niño y prácticamente decapitándole, el cuerpo cae lentamente al suelo entre una autentica lluvia de sangre cálida.
Sven observa la escena mientras el otro guerrero coge a la niña, echándosela sobre un hombro y saliendo hacia la casa común donde se han de reunir todos los cautivos, entretanto nuestro protagonista rebusca por la habitación buscando algo de valor, mientras lo hace toma un trozo de pescado de la comida que estaba ya cocinada y se lo va comiendo mientras registra la choza.
Alba le nota acercarse, el olor cobrizo de la sangre inunda la sala y ella se despierta del desmayo producido por el shock de su herida, abre los ojos y ve ante si a su hijo degollado en un charco de sangre, lo siguiente que ve son las piernas de Sven acercándosela, ella empuña aun el cuchillo y sin pensarlo lanza el brazo armado hacia ellas, consiguiendo darle un buen corte en la pierna izquierda, el hombre grita de asombro y dolor pero su respuesta es automática, usa su espada y clava a la mujer en el suelo de un golpe clavándola la espada en la espalda hasta sentir la madera del piso en la punta.
El hombre sale de la choza cojeando y se dirige a la casa común donde se curara la herida, los demás miembros de la horda se dirigen al mismo sitio llevando esclavas y botín, para presumir de sus logros ante Lars su jefe y caudillo.
Los objetivos de la horda son simples y rutinarios a fuerza de ser repetidos, todo varón excepto niños muy pequeños (hasta los 3 años) así como los ancianos o enfermos deben morir, las mujeres con demasiado carácter como para defenderse activamente y causar problemas también son eliminadas, solo les interesa el botín (dinero joyas ó en este caso comida, carne y pescado, trigo, vacas ó corderos etc.) y naturalmente mujeres y niñas pera ser esclavas sumisas y obedientes, los críos muy pequeños sirven para coaccionar a sus madres poco dispuestas a ceder a los caprichos y vicios de sus captores, además esos críos pueden ser educados a la manera vikinga para posteriormente ser acoplados como incursores a la horda guerrera.
Un par de horas después y tras curar la herida de Sven, este reposaba sentado junto otros tres compañeros más que habían recibido heridas leves durante el ataque, mientras se recuperaba observo a las mujeres y niñas que comenzaban su nueva vida de cautivas, había en total una decena de niñas y muchachas menores de 14 años, cuerpos jóvenes y apenas formados, aunque algunas de ellas ya empezaban a dejar entrever las mujeres que serian, el resto de las cautivas ya eran las hembras que serian usadas a partir de ese día, una docena de mujeres supervivientes de entre 15 a 35 años, debían ser domadas y adiestradas para una obediencia ciega a la horda, esa noche habría una orgia en la que ellas elegirían seguir viviendo como esclavas o morir como idiotas.
Cuando empezó a caer el sol, Lars dio a los heridos leves la mala noticia que algunos temían, diciéndoles:
- ¡Bien fracasados! Habéis resultado heridos en una mierda de ataque a esta hedionda aldea, como castigo y para que mantengáis los ojos abiertos y mas alerta, ¡haréis guardia mientras los buenos guerreros comen, beben y se follan su botín!
Los cuatro heridos leves no discutieron, Lars podría matarlos solo por discutir con él, así que salieron con sus armas y se distribuyeron en cuatro puntos por los lindes de la aldea, escuchando el ruido de la fiesta de borrachos y los gritos más o menos infantiles de las siervas al ser “iniciadas” a su nueva forma de vida.
Sven estaba de guardia casualmente junto a la choza donde había sido herido, en su mente empezó a maldecir a la tía que vivía allí, pues pese a haberse mantenido atrás y dispuesto a no arriesgarse demasiado aquella zorra le había herido, “mala puta” pensó mientras entraba y veía los cuerpos caídos en el suelo, se acerco a la cocina y tomo otro trozo de pescado para zampárselo mientras hacia la guardia, cuando salía de la casa escucho un gemido de mujer y se volvió rápidamente a mirarla, ella se movía ¡estaba viva todavía! Estaba asombrado por la resistencia de aquella mujer, un hachazo en las tripas y su propio golpe de espada que la habría traspasado un pulmón, además de las horas de pérdida de sangre, ella debería estar muerta.
Sacó el cuchillo para rematarla, se inclinó sobre ella apartándola el pelo oscuro del cuello pero cuando estaba a punto de asestarla la cuchillada que pondría fin a su agonía, escuchó un grito de mujer en la sala común, sus compañeros divirtiéndose y él en cambio aquí a punto de matar a la zorra que… el pensamiento le vino como un rayo, ¿Por qué no jodersela? Estaba viva su cuerpo aun estaba caliente y era la causante de que no estuviera en la orgia, además había visto que la zorra estaba buena y tenía una cara bonita, lo haría y se vengaría de ella.
La cogió por los sobacos y la levanto a pulso dejándola caer bocabajo en la mesa sobre una jarra que se rompió al caerle ella encima, Sven vio lo que pasaba y se consoló pensando que mientras la jodiera los trozos de la jarra se clavarían en el cuerpo de ella, dio un paso atrás contemplando el cuerpo viéndola sobre la mesa en ángulo con las tetas sobre la madera y los pies en el suelo, se estaba excitando así que la levantó el vestido dejándola con el desnudo culo en pompa, vertió un poco de vino de otra jarra en sus nalgas contemplando como el liquido resbalaba entre sus piernas mojando la pequeña mata de pelo que cubría su sexo.
Se desabrocho el cinturón y dejo caer el pantalón, su miembro estaba duro y deseaba meterse en la gruta de la zorra, se escupió en la mano y la paso por la vagina abriéndola los labios para humedecerlos ligeramente, acerco su miembro mientras se agarraba a las firmes nalgas y empujo, tenia sus piernas entre las de ella para mantenerla abierta y siguió follándola con ganas durante un momento, notó que ella hacia ruidos y jadeaba mas por la falta de aire que por el placer que no sentía, empezó a azotarla las nalgas aumentando su velocidad de bombeo, sus caderas iban y venían impulsando su gorda polla en las profundidades de aquel coño peludo, ella se movía y emitía gemidos y ruidos, su cuerpo empezó a moverse y hasta la vio apoyar los brazos como intentando escapar, Sven sin dejar de follar agarro su cuchillo con ambas manos mientras el placer que sentía le avisaba que estaba a punto de correrse.
Sus movimientos de caderas eran frenéticos, el placer de la venganza se unía al simplemente sexual aumentándolo, su miembro esteba amoratado muy tenso y a punto de eyacular, entonces se sintió llegar al orgasmo y empezó a soltar semen en lo más profundo de ella, sus manos asiendo el cuchillo se lo clavaron a la zorra entre los omoplatos, el movimiento se repetía cada vez que notaba salir un chorreton de esperma, gritó:
- ¡Tomaaa zorrraaaaaaaa, otraaaaaa maaaaaaaaaaaas, tomaaaaaaa zorrraaaa tomaaaaa zorraaaa tooomaaaa leeecheeeee.
Las convulsiones del cuerpo de ella al ser apuñalada, se transmitían vía nervios a la vagina dentro de la cual el tumefacto miembro que se corría en su interior se veía estimulado, provocando a su dueño un orgasmo tan colosal que un fogonazo de placer le subió por la espina dorsal para reventar en su cerebro, haciéndole ver estrellas ante sus ojos y cayendo desplomado al suelo.
Cuando Sven se levantó fue consciente de que había experimentado el mayor orgasmo de su vida, mientras se vestía de nuevo miro a la mujer y vio que su espalda era una masa de carne picada con al menos diez puñaladas muy agrupadas y jirones de ropa empapada en sangre, de su coño aun resbalaba un reguero de blanco esperma hacia sus pies, donde ya había un charco de color rosa mezcla de sangre y leche, sonriendo sardónico nuestro protagonista mientras salía de la choza dijo:
- ¡Joder creo que puedo llegar a cogerle afición a esto!
-------------------------------FIN DE LA HISTORIA---------------------------------------------------------------------------
Un relato durillo y algo cruel ¿verdad?, pero bueno la historia es aun más dura, los Vikingos llamaban a Galicia JACOBSLAND, corría el año 968 cuando una flota de 200 naves se acerco a la costa gallega en la zona del Obispado de Britonia mandados por Gunderedo, la defensa estaba a cargo del Obispo Sisnando ll, al cual machacaron la cabeza (literalmente) en Fornelos, la flota Vikinga se dividió en dos y mientras una parte arrasaba la costa, la otra se internó por la Ria de Arosa (Arousa si falas galego) hasta llegar y arrasar una pequeña localidad de origen romano llamada Iria, quedando de ella solo un caserón que ha llegado hasta nuestros días integrado en la localidad de Padrón, por cierto de allí es nuestro célebre escritor Camilo José Cela.
No se conservan datos del numero de víctimas que causo aquella incursión.
Si dudáis de mi relato o queréis información escribir Iria en el buscador y entrar en wikipedia, en fin recibid un saludo y procurad ser felices.