Joder con la suegra!!!! - 3

La madre de mi novia, se ha metido en un buen fregado, y hay que intentar resolverlo.

CAPITULO III

VAMOS APRENDIENDO

Me centré, ahora si, en el tema de la suegra.

En un principio empecé a trabajar en la idea original. Se trataba de suplantar el usuario del WhatsApp de Tu Amo y poder así controlar las conversaciones de Estefanía con el supuesto amo, pero luego, según iba desarrollando el código, me di cuenta de que ampliando un poco el programita podría tener un control total del móvil y lógicamente ya puestos, me decanté por hacerlo.

Pero sobre la marcha pensé también en meterlo en todos los móviles que pudiera, así vería que hacían las zorritas, las fotos que guardaban, las videoconferencias que tenían, etc.

Al poder tener acceso a los móviles evito el mal rollo de tener que mandar el fichero y que la receptora pudiera abrirlo o no abrirlo, así como que lo pudiera detectar algún antivirus por ser un ejecutable.

No tarde mucho en hacerlo existían ya muchas rutinas hechas en código máquina y solo era cuestión de saber buscarlas y acoplarlas. Lo probé en el ordenador con un simulador de móvil, y la verdad es que funcionaba a las mil maravillas. Ahora habría que probarlo de verdad en un móvil. El código solo funciona para Android, pero que yo recuerde nadie del entorno tenía iPhone.

Lo probaría con Berta, así si surge algún problema al probarlo, con ella no habría ningún problema; no habría que dar explicaciones.

Y si funcionaba se lo pondría a Carla, a Emma, a Estefanía y también a mi mami, así las tengo a todas cubiertas.

La mandé un wasap a Berta,

"Cariño, ya he hecho el programita y tengo buenas noticias con lo del Dungeon y eso. Luego te cuento. Te mando un fichero, ejecútalo a ver si te da algún problema. Besos"

"Vale", me contestó.

El programa, detectaba a través del GPS, cuando el móvil se accionaba.

Al momento, me salió un mensaje diciéndome que se había detectado una conexión de móvil nueva. La pinché, y si funcionaba, debería salirme una imagen de su escritorio y tener acceso a todas sus carpetas y aplicaciones.

Bingo, ahí estaba.

Efectivamente tenía acceso a todo su móvil. Abrí la galería y hasta reproduje videos.

Aparentemente todo funcionaba bien. Me metí en su wasap. Localicé a uno de sus primos y asumí su identidad, y la escribí.

"Hola Chocho, a ver cuándo te veo y te como ese chochete, como Dios manda."

Me imaginaba su cara, pero no tenía que imaginar, podía activar su cámara.

Lo hice. Ahí estaba con cara de incredulidad, venga a mirar el móvil. Esperé a ver si contestaba a su supuesto primo.

“Claro, en la próxima reunión de familia. Yo también quiero comerte ese pollón como otras veces”, contestó.

Por la cara de pilla que puso, entendí que se había dado cuenta de que estaba probando el asumir la personalidad de alguien.

Al momento me escribió,

“Podías haber elegido a mi primo Jorge, que está más buenorro, jajajaja”

Mira la Bertita, vacilándome.

“Cari funciona. Luego cuando te vea, te cuento lo otro, pero nos hará falta pasta para alquilar el dungeon”, la dije.

“Cuánto?”, preguntó.

“No lo sé no he preguntado tanto, luego lo vemos juntos, venga un besito”, la dije cortando.

Había oído llegar a alguien, supongo que, a Emma, y quería aprovechar para meterle ya el ficherito en el móvil si se metía a ducharse. Tenía la ventaja de que de cotillear alguna vez cuando hablaban por el móvil, me había quedado con la secuencia de desbloqueo de pantalla de las dos

Efectivamente era Emma. La saludé y me quedé pendiente de si se metía en el baño, ya con la Tablet en la mano, para poder meterle el código. No tardó en salir de nuevo y en meterse en el baño. La miré las manos y no llevaba el móvil. Habíamos hablado alguna vez de lo negativo que eran para los aparatos electrónicos meterlos al baño, porque la humedad y el vapor se metía por todos lados. Cuando la oí cerrar la puerta, fui a su cuarto, busqué el móvil, y en menos de dos minutos, le había instalado el ficherito. Lo dejé donde estaba, y salí de su habitación.

Bueno una ya estaba controlada. Ya miraría lo que había en el móvil. Pero ahora estaría atento a ver si podía metérselo a las demás.

Mi madre, en una sabia decisión, había prohibido ya hace unos años la presencia de móviles en la mesa a la hora de la comida, con lo que, con retrasarme un poquito para ir a comer, podría metérselo a la vez a Carla y a mi madre.

Y así lo hice, llevándome la consiguiente bronca por retrasarme unos minutos para comer, pero con la tranquilidad de tener a las tres hembras de casa controladas.

Después de comer y de varios guiños de Carla, siéndonos cómplices no solo por lo que habíamos hecho, sino también por lo que me había medio contado, me tumbé un rato en la cama, y aproveché para empezar a husmear en los móviles, empezando por el de mi madre, ya que supuse que sería el que menos tema tendría.

Y así era, fotos de lo más normalitas, y conversaciones de chat muy aburridas, aunque lógicamente solo leí los contactos más extraños para mí, pero no me aportó nada.

Con el de Carla, y sobre todo el de Emma, quería tener todo el tiempo del mundo para revisarlos a fondo. Suponía que en las dos habría temita.

Había quedado con Berta, que teníamos que hablar del tema de su mami.

Me jodía mucho tener que ir con la mascarilla a todos lados, pero no quedaba otra. Además, también te daba un aspecto misterioso, parecía que estábamos siempre de carnavales.

Recogía a Berta en su portal, y nos fuimos a un parque cercano, donde solíamos hacer algún que otro botellón y que lógicamente ahora estaba tranquilo. Y tranquilidad era lo que necesitábamos para poder poner en marcha el plan de Estefanía.

“Bueno cari, ya has visto que el programa funciona, o sea que podemos suplantar la identidad del pollo eso, y a él decirle que nos echamos para atrás, y que no queremos saber más de él. Acto seguido lo bloquearemos, y solucionado. Ahora viene la otra parte. Como hacer creer a tu madre que yo soy el tal Amo. Por un lado, me conoce, y seguro que también reconoce la voz, y por otro lado yo no tengo ni idea de cómo comportarme, aunque eso sí, ya me he bajado un manual para Amos Novatos, jaja”, la dije.

“Joder, si, la verdad es que es un lío”, me dijo ella.

“Había pensado incluso en pedir colaboración a algún colega, al que ella no conocería, lógicamente, y que pudiera el ejercer de Amo con nuestra supervisión, pero eso ya sabes lo que supondría, que el también conocería el tema, y no lo veo muy aconsejable. Luego la gente se va de la lengua”, le seguí diciendo.

“Ya”, me dijo ella “y que hacemos”.

“A ver he pensado en algo, que te cuento y tú me dices si es o no una locura. Por el tema del habla, no hay demasiado problema. Con un distorsionador de voz, solucionado. Ahora los hay que prácticamente cambian la voz, y siguen pareciendo humanas, y para que no me reconozca, he pensado en hacerla ir directamente al sitio donde alquilemos el Dungeon. Una vez allí, se la puede hacer pasar a oscuras, y colocarle una venda en los ojos, o algo así, y así aplicarle la sesión”, la dije.

“En plan esbozo, está bien, lo veo factible, pero habrá que desarrollarlo mucho”, me dijo ella.

“Si, lo más urgente que era controlar al tipo, lo tenemos solucionado. Incluso si la llamara por teléfono, en vez de mandarla wasap, también le detectaría. Que, por cierto, ya le vale a tu madre darle a un desconocido su número de móvil. ¡Pa matarla!”, la dije.

“Ya ves”, me dijo ella.

“Para prepararla la sesión tenemos más tiempo. Tampoco una eternidad para que no se impaciente, pero si algún día más”, la dije.

“Yo voy a intentar documentarme más en internet, e incluso en algún chat,” la seguí diciendo, “Tú podías también entrar en algún chat como de curiosa, y a ver si recabas información. Toda la información que obtengamos, la vamos apuntando, y luego las cruzamos, a ver si sacamos algo en claro.

“Y yo me hago pasar por sumisa? A ver si me fichan como a mi madre”, me dijo Berta medio en broma medio en serio.

“No te extrañe. Eso es genético”, la dije para cortarla.

“Oye guapo, no te pases”, me dijo ella ahora malhumorada.

“Conoces algún chat de esos?, me voy a convertir en la reina de las sumisas”, me dijo ahora si bromeando, o eso me pareció a mí.

Buscamos sobre la marcha un par de chats donde poder ejercer nuestros dotes de Amos y sumisa respectivamente.

Supongo que desde lejos se vería nuestra total ignorancia del tema, o sea, que añadir novato/a al Nick sería una situación ineludible.

El resto de la tarde pasó sin más transcendencia, yo no la insistí en follar haciéndome el preocupado por todo aquello, cuando en realidad, es que había echado un polvo de muerte a Carla.

Nos subimos pronto para casa. Teníamos que patear los chats, aunque realmente yo lo que haría, sería seguir con mis averiguaciones en internet, y por supuesto con el fisgoneo a los móviles de Carla y Emma.

En el móvil de Carla, al margen de un sinfín de fotos estúpidas, de las que se hacen y no sirven para nada, encontré un montón de selfis de ella en todas las posturas, con todas las caras, y de todo tipo de ropa, y sin ella. Al margen por supuesto de guardar las fotos, no me habían impresionado mucho, ya que todo eso lo había tenido por la mañana delante y había gozado de ello.

También había fotos del novio, polla en mano, y de algún otro que no era él. Se ve que la Carlita se diversificaba bastante.

En el de Emma, más de lo mismo, mucho selfi, mucha foto sacando la lengua, con gestitos raros con las manos, pero nada más, al margen de alguna foto en lencería, que poco me aportaba ya que era similar a verla en bikini. La verdad es que, si esta se pusiera a tiro, por mucho que fuera mi hermana, también la daría un buen repaso.

Bueno ya solo quedaba controlar el móvil de Estefanía. Teníamos que hacerlo mañana, ya que pasado se supone que era la vuelta del tipo aquel. Esperemos que no se adelantara. Por si acaso, escribí un wasap a Berta.

“Oye, si surge la ocasión, intenta meterle el programita que te mandé al móvil de tu mami, No vaya a ser que adelante la llegada el tío ese y nos chafe el plan”

“Tío, a mí no me líes. Seguro que meto la pata. Mañana por la mañana subes un momento y aprovechamos la mínima para hacerlo”, me contestó ella.

“Ok, mañana entonces lo hacemos a primera hora, besitos, y no putees mucho en los chats”, la dije.

“Todo lo que pueda, jajaja”, contestó ella.

Me pasé un rato por la noche, indagando un poco sobre el mundo de la dominación. Eran muchas técnicas nuevas, y diferentes que no había practicado nunca. Procuraba documentarlo con videos o fotos cogidas de internet. Empecé por el principio. Posiciones de espera de la sumisa. También leí el tema del contrato de sumisión. Flipante. Técnicas de sometimiento y humillación. Demasiadas cosas para aprender, y muy poco tiempo para hacerlo.

Terminé por dormirme, ansioso de saber que había indagado Berta en el chat.

CONTINUARA