Joana, mi prima lejana

Mi prima gordita y extravagante no es mi tipo pero consigue que vaya a buscarla.

Como recompensa a haber terminado felizmente mis estudios, mis padres me regalaron un coche. Yo para agradecérselo, les prometí llevarlos a visitar a unos parientes que vivían en un pueblo pequeñito de la costa y a los que hacía mucho tiempo no veían.

Los parientes eran de la edad de mis padres, vivían solos ya que los dos hijos mayores estaban ya casados y la hija menor trabajaba en un pueblo cercano y solo venía a casa los fines de semana.

Ya os podéis imaginar que en estas circunstancias los dos primeros días solo pude sentarme y escuchar historias y chismes de toda la familia. El pueblo era muy pequeño y no tenía locales de ocio con lo que me aburrí mucho esperando que el fin de semana viniera la hija para salvarme del tedio.

Sus padres me la presentaron como muy alegre y guapa, soltera que no quería saber nada de parejas estables, y sobre todo, siempre con ganas de fiesta. Esta descripción realmente me animó mucho y yo esperaba con impaciencia que llegase el viernes por la noche.

Por fin el viernes llegó mis parientes me comunican que después de cenar vendrá su hijo menor y su hija a recogerme para ir a tomar unas copas en un sitio con mucho ambiente. Me alegra saber que voy  a tener un rato de entretenimiento en este viaje tan aburrido.

A mi primo Josema le acompañaba su pareja Rocío. Ambos de unos treinta y pocos años, de conversación agradable y divertida. Enseguida congeniamos pues yo estaba deseando de comunicarme con alguien más cercano y ellos eran muy acogedores.

A última hora, justo antes de salir de casa, se presentó mi prima Joana con ganas de apuntarse a la fiesta. Con la excusa de poder beber sin riesgo de multa al conducir quiso venir en el mismo coche.

Sus padres tenían razón en la descripción que me habían hecho de ella pero había que añadir algunos matices omitidos y matizar algunos otros. Por resumir diré que no era mi tipo preferido de mujer.

Mostraba un look muy trasgresor que por aquel entonces a mí me resultaba chocante. El pelo cortado con trasquilones, parte de la cabeza rasurada y varios piercings eran su tarjeta de presentación. Tenía la cara muy redondeada pues era bastante gordita, con los labios de color morado y unos ojos maquillados con color oscuro.

Su cuerpo de generoso volumen aunque armonioso con ricas curvas, lo tenía plagado de tatuajes llamativos. La vestimenta, os podéis imaginar, hacia juego con la imagen descrita. No era el tipo de chica en la que yo me fijaba.

Hablaba mucho y muy rápido, con una gran agilidad mental para hacer bromas y contrarrestar cualquier comentario crítico. Desde el principio, a mí me pareció que nada tenía en común con ella y que a pesar de la propaganda de sus padres, no sería con ella con quien pudiera ligar.

Supongo que ella pensó sobre mi lo contrario, demasiado convencional y estirado… aburrido seguro.

Rocío , la pareja de mi primo, era el polo opuesto. Muy femenina y sexy, con bonita figura y modales muy comedidos. Pronto mi atención se dirigió hacia ella a pesar que aparentemente era fruta prohibida y que no tendría ninguna oportunidad.

Su piel morena, sus ojos color avellana, sus pechos redondeados y erguidos, sus caderas pronunciadas y sus bien torneadas piernas, me proporcionaban una excelente excusa para dar rienda suelta a mis fantasías. Me sentí algo culpable por soñar de forma lasciva con ella.

Tras treinta minutos de viaje llegamos a una zona estival repleta de gente y sitios donde tomar copas y pasar la velada. Los cuatro nos fuimos a un pub de música rompedora y abarrotado de gente que bailaba y bebía disfrutando de la noche.

Rocío enseguida se puso a bailar, se movía como una diosa y mientras bailaba su alegría resultaba contagiosa, lástima que tan dulce fruta nunca seria mía. Joana localizó pronto a sus colegas y desapareció de escena llevándose su primer cubata casi acabado.

El pub estaba muy animado y había muchas chicas, todas con ganas de fiesta y luciendo sus cuidados cuerpos. Yo andaba encandilado con Rocío y logré robarle varios toques en su rotundo culo que me supieron a gloria.

Sobre las tres de la mañana ya nos habíamos tomado unas cuantas copas y bailado bastante, y decidieron que era suficiente para ser un viernes. Joana se presentó con un buen puntito dedicándome una mirada como diciendo: “te comería en tres bocados”.

En el coche me senté delante con Josema, detrás Rocío que tenía una cara de sueño impresionante y Joana que era la que parecía más excitada y con ganas de continuar.

En cuanto el coche se puso en marcha y las luces interiores se apagaron, sentí como una mano se colaba entre el respaldo y la ventana para tocarme el brazo. En principio no le di importancia pues crei que era totalmente accidental, como no se retiró vi que Joana tenia ganas de jugar conmigo.

Amparada por la oscuridad y que Rocío se había dormido fue ganando terreno acariciándome a lo largo del brazo desde el codo hasta esconder la mano metiéndola por la manga. Era una sensación extraña y placentera. Yo iba un poco bebido y sentir que una mano anónima, sin cara, sin tatuajes, suave e incisiva me tocaba me daba un gustito al que no estaba dispuesto a renunciar.

El viaje de regreso se me hizo muy corto y al llegar tenía una erección monumental que no pasó desapercibida para Joana. Sentí un escalofrío como vi cómo me miraba, seguro que si pudiera se me comía entero.

Cada cual se fue a su respectiva habitación, y a pesar de mi erección, después de abrir la ventana que daba al patio para que se refrescara, me eche sobre la cama desnudo con intención de dormirme. La bebida y el cansancio me vencen y dejo la urgencia de mi polla para otro dia.

Al poco rato me desperté con la boca un poco reseca y una sensación extraña entre las piernas. Cuando me despejo lo suficiente me doy cuenta que alguien está tocándome la polla con mucho cuidado. No puede ser verdad!, es Joana.

No se cómo ha entrado aprovechando la oscuridad de la noche, es su casa y ella sabe moverse sin ser descubierta. Está de rodillas al lado de mi cama con “mi” polla haciendo lo que más le apetece.

En cuanto nota que estoy despierto, me hace gestos para que me quede quieto y en silencio. Estoy abrumado, si me resisto y hago ruido, el escándalo y la vergüenza puede ser tremendo. Si no, tendré que dejar a Joana que haga lo que le apetezca.

En esas circunstancia no veo ni tatuajes, ni piercing ni nada que me disguste, solo siento como una mano habilidosa juega con mi polla, que sin tantos miramientos ya se ha puesto en plena forma.

Su mano izquierda me acaricia el pecho y el vientre, pasando por mi cara se detiene sobre mis labios. La otra mano no deja ni un instante de darme meneos alternando ritmo lento con rápido, y presión suave y fuerte.

Cruzo las manos y las coloco detrás de la nuca para dejar que ella manipule a su antojo. Joana responde  incorporándose lo suficiente para alcanzar mi polla con la boca. Ufff que gustazo me da.

Tiene una bolita metálica en la lengua que me provoca una sensación muy rica.  Va intercalando chupadas con meneos y me lleva al borde del orgasmo varias veces. Mi prima domina bien la técnica y me lleva al límite una y otra vez, pero sin dejarme eyacular.

Cansado ya de sufrir en esta montaña rusa, aparto su cara, doy un salto desde la cama y me pongo detrás de ella. Apoya los antebrazos y la cara sobre el borde de la cama y me deja el culo en pompa. Con impaciencia desatada le quito las bragas, echo hacia arriba el camisón y coloco mi polla entre sus cachetes bien gordotes y potentes.

Joana recula un poco y separa las piernas para facilitarme la penetración. Uyyyyy que cosa tan deliciosa. Su chochito esta prieto, caliente y sobre todo muy mojado. Me afirmo bien, la tomo por las caderas con fuerza y comienzo a bombear lento pero duro.

Me siento poderoso al manejar a mi antojo semejante culo de mujerona tan impresionante y más cuando la oigo suspirar y gemir de placer cada ver que le meto mi polla hasta lo mas profundo.

Ahogados por la sabana salen de su boca infinitos gemidos cuando mi polla se clava una y otra vez. Me encanta oír el chasquido que se produce al chocar mis muslos con sus generosas nalgas. ¡¡¡Jodeeeer!!! que buen polvo tiene mi rellenita prima, pienso sin dejar de darle bien fuerte.

Veo como Joana arruga la sabana bajo sus puños apretados y su boca solo se separa del colchón para tomar el aire imprescindible. Durante varios minutos sigo dándole fuerte, paso la mano por su amplia espalda apreciando su aterciopelado tacto, que suavidad!!.

Su coño se derrite y un abundante cantidad de flujo sale mojándonos a ambos, mientras que Joana gime como una ratita pues acaba de tener su deseado orgasmo.

La dejo que repose unos instantes, sin moverme y con la polla bien adentro. Después la saco despacio, me doy dos meneos y me corro sobre sus nalgas. Uffff.

Joana se da la vuelta, me da un beso intenso, pastoso aplastando toda su boca contra la mia, para dar por finalizado nuestro encuentro.

-       “ Buenas noches Marcel, que duermas bien. Mañana nos vemos”, dice antes de abrir la puerta y desaparecer envuelta por la oscuridad y el silencio de la madrugada.

Sobresaltado me despiertan unos ruidos en la calle.

¡¡¡Vaya sueño que he tenido o ha sido real !!! Voy a buscar a Joana para confirmarlo.

Deverano.