Jet Set (5)

Era temprano cuando Helen llegó al hotel...

Era temprano cuando Helen llegó al hotel y se iba a cambiar de ropa, le avisó el jefe de recepción.

JEFE: No hace falta que te cambies de momento, ven conmigo, hoy te voy a encomendar otro trabajo.

Helen alucinaba porque nunca le había dicho nada parecido, salieron al hall del hotel y se encontró con Sandro.

JEFE: Si quieres desayunar con él tienes permiso, regresa cuando acabéis.

Sandro que hacía un rato le había dado una buena propina le miró.

JEFE: Regresa cuando quieras, no hay prisa.

Sandro le confirmó con la cabeza que eso estaba mejor. Helen los miraba a los dos sorprendida, se acercó a Sandro.

HELEN: ¿Has sido capaz de hacer esto?, no me lo puedo creer, es mi trabajo tío.

SANDRO: Ya ves que tú jefe te da permiso, solo tienes que decidir si te vienes conmigo a desayunar o te quedas en tú “divertido” trabajo, puedes escoger.

Helen miró al jefe.

JEFE: Puedes irte sin problemas, no te tocaremos nada del sueldo si eso te preocupa, será como si estuvieras trabajando.

Helen pensó, entre quedarme aquí a pringar o desayunar con un tío guapo, sería idiota si lo rechazara, le cogió del brazo a Sandro y salieron del hotel por la puerta principal.

HELEN: ¿Sabes que es la primera vez que paso por esa puerta?, siempre lo he hecho por la del servicio.

SANDRO: Y cuando vuelvas la volverás a pasar, ya será dos veces en el mismo día.

Reían mientras caminaban, Sandro la llevaba en dirección a su coche, le abrió la puerta del acompañante.

HELEN: Ya sabes que a mi…

Sandro la cogió del brazo y la empezó a meter dentro.

SANDRO: Venga va, el otro día hice lo que tú propusiste, hoy te toca hacer lo que proponga yo.

Helen se dejó caer en el asiento, él cerró la puerta, mientras daba la vuelta para entrar por su sitio Helen se miraba el interior, Sandro se acomodó y lo puso en marcha.

SANDRO: ¿Te gusta, veo que te lo miras mucho?

HELEN: Esta bien, pero no te creas que me alucinan estos juguetitos de ricos.

SANDRO: ¿Me piensas estar diciendo lo de "rico" mucho tiempo?, lo digo porque si los vas a hacer yo te empezaré a decir, "recepcionista orgullosa".

Helen giró la cara mosqueada mirando por la ventanilla.

HELEN (susurrando): Ricos de mierda.

SANDRO: ¿Has dicho algo?

HELEN: Nada, ¿donde coño me llevas?

SANDRO: A desayunar mujer, no te pongas así.

La llevó a una bonita terraza con vistas al mar, ella pidió un café, él le insistió y acabó pidiendo también un bocadillo, él se pidió un desayuno completo de la casa.

HELEN: ¿Se puede saber que hago aquí contigo?

SANDRO: Seguro que ya sabes la respuesta.

HELEN: Yo qué coño voy a saber hombre.

SANDRO: Un tío que te va a ver, te pide para hacer un café, tú lo desprecias, y sigue intentando verte, ¿tú como lo llamarías?

HELEN: Que es un “pesao”, un plasta, o puede ser peor, un psicópata.

SANDRO: O le gustas tanto que pierde el culo por ti.

Helen se quedó en silencio bajando la mirada.

SANDRO: Helen.

Levantó los ojos lentamente avergonzada.

SANDRO: Mírame a los ojos por favor, con esos preciosos ojos que desde la primera vez que los vi me enamoraron…

Helen se asustó.

HELEN: ¿Qué te enamoraste de mí la primera vez que me viste?

SANDRO: Nooo, que me enamoré de tus ojos, a ti no te conozco lo suficiente, por eso estamos aquí, me gustaría verte más para saber cómo eres, conocerte, y ver si me enamoro de más cosas tuyas. ¿Sí tú quieres claro?, no te puedo obligar pero tenía que decírtelo.

Helen se quedó pensativa.

HELEN: ¿Qué haces, a qué te dedicas?

SANDRO: Trabajo en el grupo de empresas de mi padre.

HELEN: Claro, es que hago cada pregunta, y con un sueldo de la hostia supongo.

SANDRO: No creas, mi sueldo no es ninguna barbaridad, normalito, hay otras cosas más importantes.

HELEN: El cariño de tu padre.

SANDRO: También, pero me refería a una tarjeta de crédito sin límites que puedo usar cuando quiera para lo que quiera.

HELEN: Que caaabron, perdona, se me ha escapado.

SANDRO: No, si lo entiendo.

Volvieron al hotel y Sandro aparcó delante acompañándola a la puerta.

SANDRO: Bueno, pues ya estamos de vuelta, vas a atravesar la puerta por segunda vez. ¿Te podré ver mañana?

Helen bajó la cabeza avergonzada, a Sandro le encantaba cuando lo hacía, parecía tan inocente.

HELEN: Vale, pero cuando acabe de trabajar por favor.

SANDRO: Te invito a comer, así seguimos hablando.

HELEN: No sé.

SANDRO: Ya sabes que tengo la tarjeta de crédito mágica, no hay problemas.

HELEN: Métetela en el culo cabronazo.

Se giró y dio varios pasos adentrándose, Sandro la miraba con los ojos muy abiertos de cómo le había contestado, Helen se dio la vuelta con una sonrisa.

HELEN: ¿Me pasarás a buscar?

Se sonrieron y Sandro se fue al barco a descansar un poco. En cuanto puso los pies en la cubierta Lorena lo seguía, se sentaron en la parte privada, en los sillones que se sentaba siempre su padre, eran lo suficientemente grandes para caber los dos.

LORENA: Esta noche no has venido a dormir.

SANDRO: Una morena espectacular tiene la culpa.

Lorena le besó los labios pasándole el brazo por el cuello, luego apoyó su cabeza encima de su pecho.

LORENA: Me gusta que me digas la verdad, que no te escondas de nada.

SANDRO: ¿Que sabes de mi padre?

LORENA: Finalmente llegará mañana.

SANDRO: Esta noche salimos a tomar una copa y nos vemos con ella.

Lorena se incorporó mirándole a los ojos extrañada.

LORENA: Coño Sandro, si me presentas a una de tus amiguitas es que debe ser alguien especial.

SANDRO: Lo especial es que no es “una” de mis amiguitas, es diferente. Es Lady, la conociste el otro día.

LORENA: ¿La puta?, ya te diré yo si es especial o no.

Rieron y descansaron un rato.

Por la noche salieron los dos de copas, fueron al local que normalmente se encontraba con Lady, se sentaron, Sandro repasaba con la vista la sala buscándola, no estaba. Pasó el tiempo y pensó que esa noche igual se había ido a otro sitio o estaba “trabajando”, pasaba la noche, ellos se divertían bebiendo, hablando, riendo y bailando.

Entonces la vio entrar, llevaba un vestido cortito enganchado al cuerpo que le hacía una figura genial, algo le dijeron un par de tíos que ella se giró con una sonrisa sin pararse. Sandro la fue a buscar.

SANDRO: Hola, pensaba que no ibas a venir.

Lady le miró a los ojos y le dio un beso en los labios acariciándole la cara, Lorena lo vio de lejos y arqueó una ceja, Sandro la apartó buscando un poco de intimidad.

SANDRO: Esta mañana has desaparecido, me he despertado y estaba solo, no pude pagarte el servicio.

Lady lo miraba con una sonrisita, le pasó los brazos por el cuello acercando su boca a su oído, le habló susurrándole.

LADY: ¿Ayer te pareció que yo estaba trabajando?

SANDRO: Tampoco me lo pareció la primera noche que nos acostamos y me cobraste.

LADY: Que sinvergüenza eres tío.

Le dio un golpecito en el estomago que hizo que Sandro tirara el culo para atrás.

LADY: No te voy a cobrar nunca más, o no te acuerdas lo que te dije.

En ese momento se les unió Lorena pasándole un brazo por la cintura a Sandro, Lady la miró con una sonrisa.

SANDRO: Te presento a Lorena.

LADY: Ya, es la del otro día, ¿Es tú novia?

LORENA: ¡Ja!, tú le conoces alguna novia a este.

Las dos rieron, Lorena se acercó a ella y se besaron en la boca, las dos miraron a Sandro cogidas por la cintura. Sandro se sorprendió.

LORENA: Huy mira, lo hemos sorprendido.

Volvían a reír de su cara.

LORENA: Os parece bien si nos vamos de aquí, creo que necesitaríamos más intimidad.

LADY: Llévanos donde tú quieras.

Sandro no había podido decir ni una palabra que lo agarraban cada una por un lado y lo sacaban del local, subieron al coche, Lady se tuvo que meter en la parte trasera, que pese a estar homologada como asiento era tan pequeño que tenía que ir doblada.

SANDRO: ¿Y dónde vamos?

LORENA: Al puerto.

Sandro ya tenía claro lo que quería hacer Lorena, llevar a Lady al barco y liar una buena en su camarote. Lady alucinaba, la llevaron hasta el camarote de Sandro, uno de los más grandes después del de su padre, pensó que era más grande que todo su apartamento y muy lujoso, como una habitación de lujo de un hotel o más, miró la cama, le pareció enorme para una sola persona.

Lorena se acercó a Lady, le acarició la cara y se besaron, Sandro se sentó en la cama mirándolas, se acariciaban la cintura y la espalda enganchadas por los labios que movían para chupárselos, sacaron la lengua frotándolas entre ellas metiéndose las manos por debajo de la falda levantándoselas para acariciarse el culo, Sandro les vio el tanga a una y las braguitas sexis a la otra, se empezaba a poner cachondo. Una le desabrochaba el vestido y la otra le quitaba la camisa y la faldita, se quedaron en sujetador y braguitas dirigiéndose donde estaba él que se levantó en cuanto las vio venir, le besó una, después la otra mientras le iban quitando la ropa, Sandro viendo el plan se dejaba hacer.

Lo tenían desnudo en medio de las dos, Lorena le pasaba el brazo por los hombros y Lady por la cintura, con la mano una le agarraba la polla pajeándolo y la otra le amasaba los huevos, él acariciaba el culo de cada una con una mano notando la fina tela de las braguitas, las subió por la espalda y les desabrochó el sujetador, las dos se giraron enganchándose a él presionándole con las tetas el pecho. Tenía la polla a mil por las caricias, agarró a Lady por la cintura estirándola en la cama, se subió el también, le abrió las piernas, le apartó el tanga y le metió la lengua en medio del coño comiéndoselo, Lady dio un gritito con el primer lametazo, Lorena le cogía la polla metiéndosela en la boca aplicándose con sus labios y la lengua para darle placer a Sandro, que le estaba succionando el clítoris a Lady que no paraba de gemir. Lorena levantó a Lady y agarrándole la cabeza se la amorró a su coño, le apartó las bragas y se lo chupaba a la vez que se lo frotaba con un dedo, Lorena gemía con la polla de Sandro en la boca. Cuando las dos tuvieron el chichi mojados de saliva y flujos colocaron a Sandro boca arriba, Lady le comía la polla y Lorena los huevos, él les acariciaba el culo pasándoles los dedos por dentro de las braguitas resbalándoles por sus coño, las dos se quitaron las bragas, Lorena le hizo una señal a Lady.

LADY: ¿Yo primero?

LORENA: La invitada primero por favor.

Rieron y Lady se subió encima de Sandro, Lorena le cogió la polla y se la metió dentro de la vagina de Lady, él puso sus manos en la cintura de Lady mientras esta empezaba a cabalgarlo, las tuvo que apartar porque Lorena le ponía una pierna a cada lado de su cabeza y el coño en la boca, la agarró por el culo y le pasó la lengua por donde sabía que a ella le gustaba, en comérselo a ella sí que tenía experiencia, sabía cómo excitarla y ponerla cachonda con unos cuantos lametones en el sitio adecuado, las dos chicas aceleraban los gemidos, se movían más rápido, una con la polla dentro follándoselo y la otra apretaba el coño en su boca, Sandro también gemía pero no se le oía por tener la boca “ocupada”, se corrieron las dos casi a la vez pegando unos gritos tremendos.

Se recuperaron un poco sin moverse, Lorena le había quitado el coño de la boca pero lo seguía teniendo atrapado debajo de sus piernas, se giró mirando a Lady

LORENA: ¿Tú quieres más?

LADY: Por supuesto, esto solo ha sido el aperitivo.

Riendo se cambiaron las posiciones, Lorena se metió la polla de Sandro hasta el fondo de la vagina y Lady le puso el chocho en la boca pero girada mirando a Lorena, se empezaron a mover a la vez y se besaban entre ellas, a Sandro le restregaban el coño por la boca medio ahogándolo, él sacaba la lengua como podía y dejaba que Lady se moviera a su antojo, cuando no podía respirar la levantaba un poco agarrándola por el culo, los flujos le caían por la barbilla y la cara de lo mojado que lo tenía la chica, estuvo pacientemente el “pobre” sacando la lengua esperando que las señoritas se volvieran a correr, y lo hicieron gimiendo tocándose las tetas entre ellas, cuando acabaron se estiraron una a cada lado, le pasaban la mano por la cara para secársela un poco de cómo la tenía riendo las dos.

LORENA: Tú no te muevas principito, nosotras cuidaremos de ti.

Lady lo besó, le pasaba la lengua por los labios rozándola con la suya, Sandro le acariciaba las tetas. Lorena se volvió a sentar encima de él, se mojó de saliva un par de dedos y se lubricó el ojete, le agarró la polla y se puso la punta en su agujerito del culo, se metió la punta resoplando y poco a poco se la fue introduciendo hasta el final con un pequeño grito, siguió con un vaivén dilatándoselo y poco después estaba subiendo y bajando follándose su culo a la vez que se masturbaba con dos dedos. Lady le ponía las tetas en la boca a Sandro para que se las chupara y acariciara, se podía oír el ruido de los dos dedos de Lorena “jugar” con su coño, los gritos de placer indicaban que se iba a correr, cuando lo hizo le temblaban las piernas y los ojos los ponía en blanco. Lady se acercó al oído de Sandro.

LADY: Ahora me toca a mí y quiero que te corras en mi culito amorcito.

¿Amorcito?, pensó Sandro, pero que me dice esta, cuando se dio cuenta ellas ya habían cambiado la posición, tenía la cara de Lorena delante mirándole los ojos y Lady se estaba ensartando el culo con su polla.

LORENA: ¿Te lo pasas bien cariño?

SANDRO: No está mal.

LORENA: ¿Cómo que no está mal?, serás cabrón, a ver si te gusta esto.

Lorena se puso detrás de Lady, mientras ella subía y bajaba follándose su culo, con una mano le amasó las tetas y con la otra le empezó a hacer una paja a la vez que le metía la lengua en la boca con la cabeza de Lady girada. Sandro agarró las caderas de Lady gimiendo, se estaba poniendo a mil viendo como se lo montaban entre ellas a la vez que se lo follaban, se fueron acelerando los tres y se corrió Lady de los movimientos de los dedos de Lorena en su coño, Sandro al oír los gritos le llenó el culo de semen gritando como ella. Se miraron con una sonrisa con Lorena.

Se ducharon y durmieron los tres juntos.

Cuando Sandro se despertó por la mañana estaba entre los brazos de Lorena.

SANDRO: ¿Y Lady?

LORENA: La he acompañado hace un rato para que la dejaran en el puerto, tenía prisa.

Sandro se acurrucó en los brazos de Lorena y siguió durmiendo un rato más. Se levantaron, Lorena fue a desayunar y ordenar que se lo hicieran a Sandro, mientras desayunaba sentado en el comedor Lorena estaba delante con el uniforme y las manos en la espalda.

SANDRO: ¿Y cuando dices que llegará mi padre?

LORENA: Esta tarde.

SANDRO: Pues ponte el bikini que nos vamos a tomar el sol a alguna cala solitaria.

Lorena le sonrió, acabó de desayunar, pidió que prepararan una de las lanchas para Sandro y se fueron a cambiar, soltaron amarras con la ayuda de un marinero y Sandro puso proa mar adentro, llegaron a una calita que conocían que se tenía que entrar entre dos rocas muy grandes, poca gente la conocía y estaban solos, tiró el ancla, se desnudaron y se pusieron a tomar el sol uno junto al otro.

LORENA: ¿Qué es ese nombre de Lady?, es muy raro ¿no?

SANDRO: Se lo puse yo.

Lorena se incorporó mirándole a la cara extrañada.

SANDRO: Es prostituta Lorena, la conocí la noche del casino, le pregunté cómo se llamaba y me dijo que podría mentirme o que la llamara como quisiera, y ya ves, le llamé Lady.

Lorena volvió a estirarse pensando.

LORENA: Sandro, ya me dijiste que era puta, pero esa belleza es tan puta como yo.

El que se incorporó fue Sandro mirándola.

SANDRO: Que es puta, y tanto que es puta, lo sabré yo.

LORENA: ¿Le pagaste y todo?

SANDRO: Joder y tanto, dos mil pavos que me costó.

Lorena se descojonaba de risa.

LORENA: Esa es una espabilada de cojones, se folló al tío que más le gustaba y encima cobró, que crack la tía. ¿No le habrás vuelto a pagar otra vez?

SANDRO: No, solo me cobró esa noche.

LORENA: Lo ves, que tonto eres tío.

SANDRO: Que no joder, que es puta, que te lo digo yo.

LORENA: Ja, ja, eres muy tonto.

Sandro se volvió a estirar boca arriba tomando el sol con la mosca detrás de la oreja, Lorena se equivocaba pocas veces cuando le decía algo, de tanto en tanto iba escuchando una risilla de cachondeo.

Se tiró al agua para refrescarse, cuando volvió a subir a la lancha estaba Lorena con los ojos cerrados boca arriba desnudita, pensó que guapa era y que tipazo tenía, movió la cabeza tirándole el agua por encima, ella se incorporó de golpe dando un grito apoyándose en los codos, flexionando las piernas abriéndolas, la vista que le quedó delante a Sandro era espectacular, se sonrieron y él se fue dejando caer en medio de sus piernas, se besaron con pasión, ella dejó caer la espalda en la colchoneta y le acariciaba la nuca y el pelo, fue bajando su boca para comerle las tetas y un poco más tarde la acabó de bajar para hacerlo con el chichi, se lo chupó, lamió y succionó haciéndola gritar, cuando ya la tenía excitada y mojada al máximo se estiró encima de ella metiéndole la polla lentamente, Lorena suspiraba mirándole a los ojos, le conocía y sabía que se había puesto romanticón por la manera de moverse, quería follar suavemente, sin prisas y con muchas caricias, él se movía despacio en medio de sus piernas y las manos de los dos se iban acariciando por todo el cuerpo, poco a poco llegaron a un orgasmo corriéndose los dos debajo de un bonito sol.

Se tiraron al agua, nadaron un poco y volvieron para secarse.

LORENA: ¿Qué vas a hacer hoy?, es para saber un poco tú agenda y tenerlo todo preparado.

SANDRO: Volveremos al barco, descansaremos un poco del sol, comeré en la ciudad con una amiga, volveré para hacer algo de siesta y esta noche buscaré a Lady.

Lorena reía haciéndole una mueca como confirmándole que ella tenía razón, cuando se secaron Sandro puso en marcha la lancha para volver.

Fue a buscar a Helen cuando salía del hotel, se sorprendió, siempre la había visto en tejanos y aquel día llevaba una faldita que le llegaba a media pierna, estaba monísima, fue el primer día que la saludó con dos besos cogiéndole la mano y la llevó a un restaurante para comer en la terraza.

HELEN: Estos restaurantes son carísimos, yo no podría venir a comer aquí con mi sueldo.

SANDRO: No te preocupes del dinero, te traeré siempre que quieras.

HELEN: Ya, con la tarjeta de papá.

SANDRO: Con mi tarjeta perdona.

HELEN: ¿Y lo de antes a que ha venido?

SANDRO: ¿Lo de antes?

HELEN: Cogerme la mano y darme dos besos.

SANDRO: Somos amigos ¿no?, si te molesta puedo dejar de hacerlo.

HELEN: ¿Es lo que quieres?, ser amigos y nada más.

SANDRO: Mujer, la idea es que nos vayamos conociendo.

HELEN: ¿Para qué, para ser novios o para follarme en cuanto te dé la oportunidad?, y si te he visto no me acuerdo.

Joder pensó, Sandro se sorprendió que fuera tan directa, siempre creyó que era una chica modosita y que le costaría que le cogiera confianza.

SANDRO: Sinceramente Helen, lo de novios no lo veo muy claro, pero lo de si “te he visto no me acuerdo” tampoco, me gusta mantener a mis amigos cerca.

HELEN: Tú lo que quieres es follarme, y luego repetirlo cuando a ti te dé la gana, pues lo siento “amigo”, yo no soy de esas.

SANDRO: Coño, no me dirás que primero tenemos que pasar por la iglesia para casarnos antes de follar.

HELEN: No tanto, pero un poquito de compromiso sí.

SANDRO: Muy bien, ¿qué es para ti el compromiso?

HELEN: Que no seas un “chuloputas” que va por ahí follándose a todo lo que se mueve.

SANDRO: Directa sí que eres, yo pensaba que “compromiso” era algo más extenso.

HELEN: Compromiso, compromiso, la palabra lo dice, no hay que ser un genio para pillarlo tío, te comprometes a ser serio en la relación, honesto y fiel, sobre todo fiel y sincero. Se supone que estas enamorado y quieres aquella persona haciendo planes de futuro con ella. Eso de tener una “novia” y luego estar haciendo el golfo por ahí tirándote a otras tías cuando te da la gana, pues no es serio, es una mierda de relación, y eso es lo que yo no quiero. ¿Te queda claro?

SANDRO: Desde luego te has extendido más en la explicación.

HELEN: Tú eres idiota tío, pensaba que serías diferente, pero eres igual que todos los de vuestro círculo, niños pijos sin respeto.

SANDRO: Solo quería hacer una broma.

HELEN: Para ti la vida es una broma, lejos de la realidad de los “mortales normales” que tenemos que sobrevivir con un sueldo. Tú acabarás con una de esas niñas idiotas que van con vosotros, de las que su problema más grave es si las tetas que se han operado son mejores que las de la amiga, o el vestidito que llevan puesto que cuesta una fortuna le hace arrugas o no. Tú te podrás seguir follando a mujeres más jóvenes que ella y la niña idiota seguirá jugando a ser alguien importante, todo imagen, todo glamour, todo una mierda como un piano, porque en el fondo todo lo que tenéis es mierda, con dinero sí, pero una mierda. Yo no me quiero meter en ella.

SANDRO: ¿Quieres que te deje en algún sitio?

HELEN: ¿Lo ves?, en cuanto te dicen las verdades, el niño se siente molesto y quiere acabar la conversación.

SANDRO: Sinceramente creo que te estás pasando, sí que hay algunos que se comportan como tú dices, pero no todos somos iguales, la mayoría tenemos nuestros problemas y debilidades.

HELEN: Vamos tío, eso no te lo crees ni tú.

Sandro se puso a reír.

SANDRO: Pues no, no me lo creo, me has pillado, pero yo no escogí que mi padre sea rico, ¿qué quieres que haga?, que no utilice el dinero para vivir bien, ¿tú no lo harías?

HELEN: Yo tendría un poco más de vergüenza.

SANDRO: O sea, que yo no tengo vergüenza según tú.

HELEN: O sea, o sea, (lo imitaba con la voz de tonta), no se puede ser más pijo de verdad.

Comieron discutiendo, Sandro se divertía, la encontraba descarada. Helen se lo pasaba bien provocándolo, se despidieron en la puerta del hotel y Sandro se fue. Cuando despareció el coche de la vista de Helen se fue a la parada del autobús.

Después de comer con Helen volvió al barco, se metió en su camarote con Lorena, la desnudó y le acabó quitando las braguitas dejándolas encima de un sillón, se desnudó él y se acostaron para descansar un rato, se quedaron dormidos y se despertaron por unos golpes que alguien estaba dando en la puerta.

SANDRO: ¿Sí?

CARLO: Alessandro que soy tú padre coño.

Lorena pegó un salto de la cama asustada, se había dormido y no había cumplido con su trabajo de esperar al propietario cuando subiera al barco para atenderlo, se metió en el cuarto de baño para que no la viera. Sandro se vistió rápido con un pantalón y una camiseta abriendo la puerta.

SANDRO: Hola papá, ¿cómo ha ido todo?

CARLO: Bien, bien, como siempre.

Entró en el camarote y se abrazaron, Carlo lo cogió por el hombro con cariño.

CARLO: ¿Y por aquí que tal?

SANDRO: Eeeeh, bien, muy bien.

CARLO: Bueno nos vemos arriba y tomamos algo antes de que te largues, que seguro que no tardarás mucho en hacerlo.

SANDRO: Vale papá.

Carlo dio media vuelta y antes de salir del camarote levantó la voz.

CARLO: Buenas tardes Lorena.

Lorena que estaba escondida en el cuarto de baño escuchando lo que hablaban, hizo un gesto con la cara cerrando el puño porque la había descubierto, se escuchó una vocecilla que salía del fondo del camarote.

LORENA: Buenas tardes señor.

Carlo se descojonaba de risa saliendo del camarote, Sandro cerraba la puerta y Lorena salía cabreada como un mona.

LORENA: ¿Cómo coño sabía que estaba aquí?, hostia.

SANDRO: ¿Por qué abra visto tus braguitas encima del sillón?

Le decía señalándolas, Lorena lo miró enfadada y se las puso vistiéndose rápido.

LORENA: ¿No tenías otro sitio donde dejarlas?, joder.

SANDRO: Ahora la culpa será mía.

LORENA: Toda la culpa es tuya, de nadie más.

Le dio un beso en los labios con una sonrisa acariciándole la cara y se fue corriendo. Cuando Sandro llegó a la terraza de popa donde estaba su padre, Lorena ya estaba en su posición de manera profesional, se sonrieron al pasar por su lado y se sentó junto a su padre.

CARLO: Lorena por favor, a mí tráeme un café y un chupito de vodka, a este lo que quiera.

SANDRO: Un café con hielo, por favor Lorena.

CARLO: Y un whisky escocés, que combina muy bien con el café.

Lorena se fue a prepararlo con una risilla, Carlo siempre le hacía lo mismo a Sandro, volvió con una bandeja y los sirvió volviendo a su lugar, ellos conversaron un rato sobre la reunión que tuvo el padre y de las conclusiones a las que llegaron, de los demás días que había estado fuera no habló, Sandro ya sabía que se debió de perder por ahí con alguna tía. Una vez acabada la conversación profesional, Sandro le preguntó cómo eran los tiempos en que empezó con el negocio, tenía en la cabeza lo que su madre le dijo, su padre le explicó lo que él ya sabía sin poder sacarle ningún otro dato.

Después de cenar juntos se fue a la ciudad a buscar a Lady, fue al local donde se habían encontrado últimamente, ella no estaba pero se encontró con su amigo Adriano.

SANDRO: Estoy buscando a una puta.

ADRIANO: Perfecto, yo te puede presentar las que quieras.

SANDRO: No idiota, me refiero a una en concreto.

ADRIANO: Aaah, vale, ¿cómo se hace llamar?

SANDRO: No lo sé, es morena con ojos oscuros, guapísima y tiene un cuerpazo.

Adriano estiró el brazo y apuntó con un dedo una punta del local, lo empezó a mover.

ADRIANO: Vamos a ver, morena, aquella, aquella, aquella…

Le señaló como ocho o diez morenas.

SANDRO: ¿Todas esas son putas?

ADRIANO: Y solo te he señalado las morenas, si quieres te señalo las rubias y alguna pelirroja que también ahí por aquí.

SANDRO: Pues no es ninguna de esas, está bastante mejor.

ADRIANO: Joder tío, pues mira que estas están bien, a mí no me importaría ahora mismo darle caña a cualquiera de ellas.

SANDRO: Es más guapa y con mejor cuerpo te lo digo yo.

ADRIANO: Pues aquí es donde vienen todas, tarde o temprano la encontraras. O no es puta.

SANDRO: Coño otro.

ADRIANO: ¿Qué?

SANDRO: Nada, cosas mías.

Se tomaron varias copas, estuvieron hablando y pasándoselo bien con varias chicas que conocían, la noche pasaba y Lady no aparecía. Sandro acabó pensando que tendría “trabajo” en otro lugar o había quedado con un cliente directamente en el hotel.

Acabaron los dos y tres chicas en la casa de Adriano, sus padres estaban de viaje y la tenían toda para ellos. Fue una borrachera de cuerpos unidos, bragas por los suelos, lamidas de coño en coño, orgias y corridas.

Volvió al barco muy tarde, se duchó y se metió en la cama, Lorena abrió un ojillo y le pasó el brazo por encima hablándole medio dormida.

LORENA: Qué tarde has llegado.

SANDRO: Hemos liado una buena en casa de Adriano.

LORENA: ¡Golfo!

Se apretó a él y siguió durmiendo.

Estuvo una semana buscando a Lady por las noches, le preguntó al camarero del hotel, tampoco la había visto hacía tiempo, había desaparecido.