Jessica parte 2 fin por el momento

Hora les contare lo que paso despues del anterior relato, ¡¡¡ESTOY SUPER MEGA FELIZ!!!

Solo me quede parada viendo como mi amigo el taxista se alejaba, y después giraba a la izquierda para desaparecer. Respire profundamente y toque el botón del timbre de la casa de Jessica, pasaron varios segundos y no recibí respuesta, toque el timbre de nuevo y cuando estaba comenzando a pensar que no estaría en casa, el interfono me saludo con ese ruido robótico que los caracteriza.

-Hola ¿Quién es?

-Soy yo, Rachel -respondí.

-HAAAA!!! SIIII AHORA SALGO!!!...

Escuche la emoción que caracteriza a Jessica. Mi corazón comenzó a latir a mil por hora, no sé si es mi imaginación producto de los nervios, pero se me hizo eterna la espera. La puerta se abrió y su cara se asomó, miro a los lados como buscando espías y me abrió la puerta haciéndose a un lado para que yo pasara.

-¿Por qué no fuiste a la escuela?

-Me desperté muy tarde y no quise ir.

-Pensé que estabas enferma o algo así.

  • OOOwww… ¿te preocupas por mí?

-Obvio si… y tu no fuiste lo suficientemente acomedida para avisarme.

-Perdón. Pensé que venias a cuidarme y no a regañarme, ¿no vez que estoy enferma? -y finge una tos seca. - jijiji..

-jajaja es verdad. Pero también a hablar contigo -ella se puso seria, muy seria.

-Si, es verdad. Estos días me la he pasado pensando en ti y en mí. Te… tú sabes… tú sabes lo que siento por ti.

-Yo siento lo mismo -la interrumpo porque veo que le cuesta trabajo decirlo.

Lo digo en parte para quitarle peso de sus hombros y en parte para quitarme peso de mis propios hombros, y decirlo, confirmarle que también me gusta es liberador, siento que mis pulmones se expanden, pero no lo suficiente como para decir que estoy aliviada. Jessica me ve con una sonrisa en la boca, una sonrisa que me hace pensar que le gusto lo que escucho.

-Yo… te… amo Rachel -esas cuatro palabras fueron mi perdición.

-Yo también te amo -le respondí sin dudarlo, sus ojos se humedecieron y los míos la imitaron, pero fueron más rápidos porque sentí como las lágrimas comenzaban a correr por mi cara.

-He pensado en todo lo que ha pasado entre nosotras, y la forma en que nos divertimos -me dice haciendo referencia al sexo con hombres -y…. y…

-Es que así soy yo… ¿Por qué no podemos tener una relación más relajada? Quiero contigo, pero también no quiero dejar lo que hago para divertirme y sé muy bien que a ti te gusta también, porque veo lo emocionada que te pones cuando me cuentas la forma en te montan y tam..- las palabras salían cada vez más rápido…pero de momento Jessica puso uno de sus dedos en sus labios, señal que quería que guardara silencio.

-y yo he sido muy egoísta contigo. Solo que no sabía qué hacer con esto que siento por ti y por eso me porte muy posesiva y tienes razón en lo que dices, a noche me di cuenta de que tienes razón -Yo la mire con cara de que no entendía eso de “anoche” – no fui a la escuela porque estaba muy cansada de la cogida que me pusieron anoche, un señor que conocí en la fiesta de los XV años de mi prima, y pues me di cuenta de que también me gusta eso y que no sería justo ni para ti ni para mi dejarlo, además si somos sinceras entre tú y yo, esa parte lo podemos ver como diversión, ya sabes…

No la deje terminar, me abalance hacia ella, la rodee por el cuello con mis brazos y la bese, de esa forma frenética, impúdica, agonizante. (frase del libro de Lolita) ella me rodeo con sus brazos por mi cintura, sentí su fuerza en sus manos, y en sus labios apretado los míos, sentí un tímido rosé de su lengua en mi labio, yo abrí mi boca y ella entendió, su lengua se unido a las profundidades de mi boca y de mi alma. Mis dedos se perdían en su sedosa cabellera, siempre me ha gustado acariciar de esta forma a las chicas, a Jessica; sentir el cabello de ella rodeando mis dedos, cayendo y moviéndose por mis manos y brazos, mientras ella lentamente, baja sus manos hacia el sur de mi cuerpo, pero aún no era el momento para eso. Mi beso de apasionado se hizo tierno, ella al principio no entendió el cambio del ritmo, mis manos tomaron su hermosa cara por cada lado y la separe de boca.

-¿Estas segura? -Le digo con una mirada de preocupación.

  • Obvio si.

-¿No te molestara que continúe con mis juegos con los demás?

-No, ya te lo dije, además a mí también me gustan esos juegos.

-¿Segura?

-SIII!!!! JAJAJAAJA!!!... Te amo.

-Yo también te amo.

Mis labios mordieron los de ella, mientras seguía riendo; se separó de mi rápidamente sin dejar de reír jalándome con su mano me llevo directamente a su cuarto. Subimos por las escaleras, ella abrió su cuarto y entro corriendo arrastrándome detrás de ella. Me encanta estar en su cuarto de paredes color crema, un escritorio de color rojo caoba frente a una ventana en la que lo primero que se ve es la plaza de toros de nuestra ciudad nos paramos frente a la cama, ella se dio media vuelta para quedar de frente a mí, la sonrisa que tenía en la cara hacía que la mía fuera más pronunciada, me dio un beso de piquito en los labios, tomo la parte de debajo de mi suéter escolar y lo jalo hacia arriba sacándomelo por la cabeza, ella hizo lo mismo dejándome ver el sujetador color azul claro que traía puesto, yo me desabotone los botones de mi blusa mientras ella se quitaba los tenis; nos quitamos la ropa tan rápido que sería más tardado si lo escribo.

Ella se acostó en la cama y extendió las manos para recibir mi cuerpo sobre de ella, mis pezones hicieron contacto con los de ella, solté un suspiro por lo duro de sus pezones contra los míos, la mire a los ojos aun sonriendo, mientras mi cabello caía haciendo que solo existiera su rostro y el mío, me hacer que lentamente, y la bese de nuevo, fue un beso tierno, donde puse toda mi fe en que describiera lo que estaba sintiendo en ese momento, y creo que funciono porque ella suspiro cuando me separe. Repetí el proceso, pero dejando caer mi cuerpo en el de ella, la calidez de su piel invadió la mía, podía sentir su abdomen plano pegado al mío, sus piernas torneadas entrelazándose con las mías; moví mi pierna derecha en medio de las de ellas, mi muslo hizo contacto con su vagina limpia de vello, húmeda al contacto mientras ella me acariciaba mi seno derecho, lo apretaba con toda su mano extendida.

Comencé a besar su cuello, su hombro izquierdo, su pecho, todo ese camino con besos de pajarito, cuando llegue a esa dulce parte donde se dividen sus senos, con mi lengua la recorrí de abajo hacia arriba un par de veces, después pase mi lengua por encima de su pezón izquierdo, haciendo que su cuerpo temblara de placer, la mire a los ojos sonriendo y repetí el proceso con su pezón derecho. Fui bajando más, recorriendo esa line en su abdomen, producto del ejercicio y su perfecta figura, metí mi lengua en su ombligo, ella soltó una risa por las cosquillas que mi lengua le producía, la torturé unos segundos más en ese mismo lugar. Y por fin llegue al inicio de su vagina.

Recorrí con mi lengua su clítoris, haciendo presión en él, de abajo hacia arriba haciendo que Jessica soltara gemidos de satisfacción.

-hmmmMMMMmmm… hhhhmmmMMMMmmm…

Mientras mi lengua se impregnaba de su sabor. Metí en mi boca tres dedos de mi mano derecha, los humedecí con mi propia saliva, y los lleve directamente a estimular su clítoris, recargue mi cabeza en su pierna derecha que la tenía semi doblada, mientras que con la otra mano abrazaba esa misma pierna, ella movía sus caderas al ritmo de mis dedos, y me acariciaba y apretaba mi cabello con su mano derecha. De vez en cuando, besaba y lamia su pierna, de la misma forma lo hacía en su clítoris haciendo a un lado mis dedos; en una de esas mire hacia ella, y me gusto ver su cara de excitación, con la boca abierta en una “O” y con su mano izquierda estimulando su seno. Comencé a meter dos dedos en su vagina, adentro y afuera haciéndolo cada vez más rápido mientras ella gemía haciendo su cabeza hacia atrás tratando de controlar sus gemidos, pero al parecer era inútil. Me abalance a ella, hacia su boca, metí lengua en ella con desesperación, ella me abrazo con la misma fuerza mientras que con su mano buscaba mi vagina y de la misma forma en que le demostré mi cariño ella me demostró el suyo, bajo a besarme en medio de mis piernas, y yo a diferencia de ella, no reprimí nada, deje que mis gemidos salieran a voluntad mientras sentí sus dedos entrar y salir de mi vagina y su lengua jugar con mi clítoris, usaba su lengua como lo hiciera una perra de verdad, de abajo hacia arriba una y otra vez sin dejar de mover sus dedos, yo con mi mano derecha intente detener ese hermoso tormento, la tome de los cabellos pero ella puso fuerza y no la pude mover, hasta que mi cuerpo convulsiono acompañado de un grito liberador.

Cuando recupere ligeramente el control la podía ver mirándome con una sonrisa en la boca por la victoria de arrancarme un orgasmo y sin darme tregua metió sus dedos de nuevo en mi vagina y con su boca chupando mis senos. Dejo de usar sus dedos dentro de mí para tomarme de la espalda sin dejar de besarme, me jalo para que las dos quedáramos sentadas, su pierna derecha estaba debajo de mi pierna izquierda mientras las otras estaban a la inversa. Ella me jalo por la cintura, yo entendí el movimiento, dejé que manejara mi cuerpo. Las dos soltamos un gemido cuando nuestros clítoris hicieron contacto, nuestros cuerpos ya sabina que hacer, nos empezamos a mover despacio, sintiendo la humedad de la otra, la excitación de ambas era tanta que podíamos escuchar el chapoteo de nuestros jugos, con una mano, ya que la otra la tenía por detrás de mí en la cama para mantener el equilibrio; la tome de la nuca y la jale a mí para besar, nuestras lenguas nuestros labios, nuestra saliva imitaban perfectamente lo que estaba pasando en nuestras vaginas.

En ese momento comprendí lo bien que me la paso con una chica, no es como un hombre, porque si me preguntan creo que prefiero la verga, pero esto, lo que siento cuando su clítoris se frota contra el mío es hermoso, escuchar los gemidos de ella ahogarse en mi boca y los míos en la de ella es sexy, es tierno y morboso, es algo que una verga no te puede dar. Y al parecer ella sabe lo mismo y mientras nuestros órganos se acercan nos miramos a los ojos, con nuestras bocas separadas por centímetros, gimiendo las dos al unísono, mientras nuestros pezones también se restriegan mutuamente al movimiento de nuestros cuerpos. Aun no sé cómo paso, pero al parecer estábamos tan conectadas que nuestros órganos llegaron al mismo tiempo nuestros cuerpos temblaron, ella se abrazó a mí con fuerza, mientras sentía como de su vagina salían más jugos y la mía la imitaba, yo solté un gemido liberador en su oreja mientras ella hacia lo mismo en mi hombro.

Esa tarde tuvimos sexo unas tres o cuatro veces, tanto que llegue a casa alrededor de las 8:00 p.m. muy cansada, pero con una gran sonrisa en la cara porque a partir de ese momento se puede decir que tengo novia.

El taxi me dejo en la entrada del área residencial donde vivo y como tenía mucha sed inmediatamente entre a la tienda, donde el dueño al verme se le dibujo una sonrisa en la boca, mis rodillas temblaron más de lo que estaban temblando desde que Sali de casa de Jessica.

-Hola.

-Hola puta.