Jessica

Una joven me ayuda de mas, despues de un pequeno accidente mientras corria...haciendome olvidar mi dolor.

Esta historia es resultado de un deseo de vivir mejor por medio del ejercicio. En el pueblo donde vivimos hay varias veredas que se usan para caminar o correr por los residentes de nuestra colonia.

Comencé a correr para bajar unas cuantas libras de peso. Me levantaba temprano y corría unas tres millas antes de ir a trabajar. Mi horario cambio de repente. Tendría que trabajar un día sábado o Domingo y en cambio, tendría los miércoles para descansar.

El primer Miércoles que me toco descansar me levante un poco mas tarde de lo costumbre. Decidí ir a correr un rato y salí de mi casa como a las 9 de la mañana. Ya el sol estaba que picaba esta mañana de Abril.

Lo primero que note es que me encontré con varias lindas mujeres que también corrían a esta hora. Pensé que serian amas de casa que salían a correr después de enviar a sus hijos a la escuela y sus maridos al trabajo. Que lindos paisajes disfrutaba esta mañana.

Después de dos millas, marcaba buen paso cuando, de repente, pise una piedra en el camino y mi pie se torció. Por poco caía de narices. Cuide mi balance y me detuve para examinar el pie. Si que lo había torcido! Entonces llegan un par de mujeres que había pasado minutos antes. Hablo la pelirroja:

Hola vecino, todo bien?

No, creo que me he torcido el pie y creo que he terminado por hoy. Trate de levantarme y sentí dolor. Perdí poco el balance y ellas lo notaron. Entonces hablo la rubia:

Cuidado vecino. Donde vives?

Hache, como a dos millas. Junto al supermercado.

Es demasiado lejos para que llegues solo. Si aceptas, yo vivo hache a una cuadra. Podríamos ayudarte hasta allí y depuse puedes usar el teléfono para que alguien te venga a recoger, o te podré manejar yo.

Gracias, te lo agradezco. Me llamo David. Extendí mi mano en forma de saludo. Ella la estrecho y me dijo que se llamaba Jessica. Su amiga también me saludo y me informo que su nombre era Mary.

Las dos me ayudaron, sirviendo de muletas, hasta llegar casa de Jessica. En el camino descubrí que ninguna de las dos estaba casada. Mary era vecina de Jessica y vivía con su novio y el hijo de el. Jessica acababa de llegar al pueblo y era profesionista. Había comprado su casa solamente como inversión y, según dijo, no seguía el estilo de vida de los chicos de hoy. Prefería una vida más estable.

Ya sentado en su sofá, me ofreció agua que acepte con gusto. Mary se despidió ya que tenía que llegar a su casa para asearse y depuse ir a una cita médica. Jessica se alejo a la cocina para tomar los refrescos de su refrigerador y al alejarse note que tenia buena forma. Su trasero era de buenas proporciones y se notaba que su culo al igual que sus muslos tenía buen tono. Seguro que corría a menudo. Al regresar con los refrescos note que su Tetis ya mostraba unos duros pezones, tal vez por el aire acondicionado dentro del hogar. Sus pants de correr eran de lycra y llegue a notar su panochita algo mojada bajo su pantalón.

Me tendió el agua para que me refrescara y en la otra mano me tendió una toallita con hielo para que me lo pusiera en el tobillo. Así lo hice. Tome un sorbo de agua y sentí alivio del calor que hacia. Ella se pasaba la fría botella por su nuca, su cuello y el área arriba de sus pechos.

Que calor, decía.

Si, ha sido un Abril más calido de lo que yo recuerde. Le conté que ya tenía más de una década de vivir en esta área.

Que padre, tal vez me puedas dar pistas sobre donde ir para divertí merme cuando estoy aburrida.

Claro que si. Cuando quieras podremos platicar de eso.

Note que ella se fijaba en mi pierna adolorida. Se hinco frente de mi para observar mi tobillo. Ya estaba entre azul y negro. Al levantar mi pie, el dolor hizo que moviera mi pierna hacia afuera. Ella levanto la vista y se disculpo por haberme tocado alli, donde me dolía. Al hacerlo, pudo ver donde mi verga. Noto que me rasuraba las bolas, y me di cuenta que se ruborizaba.

Perdón, dijo.

Por haberme lastimado?

No, por verlo que no debo. Puedo preguntarte algo?

Si claro. Dispara.

Note que te rasuras allí, abajo...Por que lo haces?

Ah, hablas de mis bolas. Si, en efecto me las rasuro ya por muchos anos. El no tener pelo allí me hace sentir más fresco. No siento bochorno entre las piernas. Esto es mejor, especialmente cuando corro. Me siento mas freso y mas libre. Conteste tu pregunta?

Si. De nuevo te pido perdón. Es que yo he pensado hacerlo pero…no se

No soy nadie para darte consejos, pero opino que es bueno el hacerlo como ya te dije antes. Tanto así es el problema, dije como chiste

No, tengo poco bello, pero me gustaría arreglármelo como las modelos lo hacen.

Mira, veo que no eres tan penosa y hablas como si nos conociéramos hace mucho tiempo. Gracias por la confianza. Te puedo hacer una pregunta yo?

Vale. Yo te hice una. Esta bueno que me hagas una para estar parejos.

No lo tomes a mal pero si quieres te dejo que veas mi área para poder enseñarte el resultado, quieres?

Mientras intercambiábamos estas preguntas, mi verga ya había crecido un poco y lo continuaba haciendo dentro de mis shorts. Note que ella también estaba más mojada bajo sus pants – tal vez por el calor, o por la conversación.

Que da. Claro que si la veré.

Ella seguía hincada frente de mí y yo seguía sentado en el sofá. Levante mis caderas para poder quitarme el short y al hacerlo ella me ayudo a sacarlo de entre mis piernas. Aquí estaba yo, enseñando mi verga y mis bolas a una bella mujer que había conocido apenas hacia unos minutos.

Yo abrí mis piernas para dejarle mejor vista y ella se acerco a inspeccionar.

Que buen trabajo haces. Se ven tan perfectas. Las puedo tocar?

Claro que si, pero, no respondo por lo demás….

No te apures. Simplemente quiero ver tus bolas.

Con una mano tomo mi verga y la hizo a un lado. Con la derecha sobaba mis bolas que eran suaves.

Que rico, dijo. Que suaves están! Tengo una idea. Me podrías ayudar a escoger como me lo haría yo?

Bien, le conteste, pero necesito verte para opinar mejor.

Esto si que es chistoso. Enséñame la tuya y yo te enseno la mía. Parecemos unos chiquillos. Lo podremos hacer en mi baño. Crees que puedas llegar?

Claro que si. Con todo esto, ya ni siento dolor en el pie!

Llegamos al baño y se quito sus pants, dejándose su camiseta de correr. Sus piernas eran tan sólidas como lo había imaginado bajo sus pants. Y era pelirroja de verdad! Tenía una buena cantidad de pelo en su panocha pero no estaba fuera de control. Levanto una pierna y apoyo el pie sobre la taza del escusado para que pudiera verla mejor.

Me senté en el suelo y mi cara estaba apenas pulgadas de su panocha. Pude apreciar su olor que era dulce y agradable. No duda, ella aseaba bien el área. Note también que su clítoris estaba un poco hinchado – tal vez por la conversación, o tal vez así era naturalmente.

Bien, después de observar tengo una opinión. Yo siempre he sido parcial a los triángulos inversos. La punta del triangulo empieza arriba del clítoris y la base del triangulo en la línea del bikini. Que piensas?

Yo había pensado hacerme una rajita de pelo desde el clítoris hasta la línea del bikini.

Cualquiera de las dos estaría fenomenal!

Me puedes ayudar? Pregunto

Ahora mismo? Empecemos.

Me dio los utensilios necesarios y le pedí que se acostara boca arriba. Tome una toallita y la moje con agua caliente para lavarle el área. Al pasarle la toalla por su rajita, se estremecía y creí oír un gemido o dos… Tome untar de tijeras y empecé a cortar el área general. Después, le unte crema de afeitar y empecé a rasurar el área desde los labios vaginales hasta la línea del bikini como habíamos acordado.

Cada vez que hacia una rasurada, ella cerraba los ojos y se ponía a disfrutar como se sentía. Luego le pasaba la tallita caliente para verificar lo efectivo de la rasurada y ella volvía a sentir shock eléctrico haciendo que su cuerpo se estremeciera.

Después de varios cortes y rasuradas, termine mi obra. Ella me confeso después que se había venido dos veces mientras realizaba mi trabajo! Tome un espejo pequeño y le enseñe su área. Quedo muy satisfecha.

Me dijo, Y como te pago el trabajo?

Le respondí que se acostara de nuevo. Lo hizo sin preguntar. Aparte sus piernas y mi cara se acerco a su panocha la cual empecé a lamer como si fuera la primera vez. Su sabor era maravilloso. Un dulce que se sentía espeso – pos sus venidas, seguramente. Mi lengua jugaba con su clítoris y cada par de segundos bajaba su raja y le enterraba apunta en su cueva. Su cuerpo se estremecía y ella gemía sin tratar de ocultarlo como lo había hecho antes.. Se vino después de un par de minutos. Mientras le chupaba su panocha, mis manos jugaban con sus tetas por debajo de su camiseta. Eran pequeñas y no podia esperar a verlas enseguida.

Después de tremenda venida me dijo que me acostara yo ahora. Inmediatamente enterró su cara entre mis piernas y empezó a chupar mis bolas rasuradas. Que rico, decía. Nunca antes havia probado unas así de ricas! Mientras chupaba, sus manos jugaban con mi verga de arriba abajo. Estaba que casi reventaba. Dejo mis bolas y su lengua recorrió mi verga desde la base hasta la cabeza. Al llegar allí, limpio mi flujo pre-seminal y luego se la metió toda en su boca. Su lengua no dejaba de jugar con la cabeza mientras mi verga entraba y salía de su experta boca. Ella si que se la tragaba toda. Sentía sus labios en mis bolas con cada embestida! Pasaron unos minutos y le anuncie que me quería venir. Ella siguió su labor sin decir nada. Mi verga empezó a estallar mandando el primer chorro contra su garganta. No se atraganto. Se tomo ese y más chorros que salieron con habilidad. Mientras seguía metiendo y sacando mi verga en su boca. Al termina de venirme, me limpio la verga muy bien con su lengua y me mostró su placer con una sonrisa.

Estábamos parejos. Rasurados. Relajados. Servidos.

Quedamos en vernos de nuevo y por mientras me llevo a mi casa. Nos despedimos y quedamos de vernos por la vereda mientras corrimos