Jennifer y Juan (2)

Esta vez le tocó a Jennifer pagar.

Continuación....

  • Que la llames

Juan me miró desconcertado....

  • Porque?

  • Te dije que la llamaras. Punto

  • Y que le digo

  • Le dices que venga, que es urgente

Pensando un poco, agregué.

  • Dile que tienes un problema serio con el vídeo y que ella tiene que venir a mi apartamento

Eso haría que viniese sin chistar

Juan agarró su celular y la llamó. Efectivamente, no quería, pero cuando le mencionó problemas con el vídeo...

  • Bueno en cinco minutos, le dijo finalmente. - estoy con mi sobrina.

  • Ok, Le dije a Juan, - que dile que se de prisa

Mientras esperábamos, le dije,

  • Vístete.

Al cabo de unos diez minutos, sonó el timbre. Era Jennifer que llegaba bastante agitada.

Abrí la puerta, y me detuve a observarla. Realmente estaba buena. En el uniforme (que es como la vi la mayoría de las veces), parecía gordita. En realidad no. Tenía unos bluejeans negros a la cadera y una blusa blanca corta, mostrando el ombligo con su piercing. Piercing... había otros sitios para colocarlos. Su culo era tamaño mediano y sus tetas relativamente pequeñas, pero sabrosas. El pelo amarillo liso, le llegaba a media espalda y lo tenía bien arreglado. Tenía los labios pintados y un poquito de maquillaje. La chama estaba buena y sabía arreglarse. Realmente, es el tipo de chamas que hacen que la gente voltee ó que les lance piropos en la calle.

  • Se despertó tu sobrina Silvia?, le pregunté

Esto la desarmó.

  • Si, tenía un dolor de cabeza, le tuve que dar un analgésico. Lo peor es que mi tía quería irse de vuelta a Maracay y Silvia estaba indispuesta. Mi tía me preguntó varias veces que pasó, porque en la mañana estaba bien.

  • Mmm. Y le contaste lo que hicieron?

  • No!... Por supuesto que no.

En ese momento se percató que yo sabía "lo que habían hecho": Y se quedó pensativa....

Le dije a Juan.

  • Vete. Te llamaré luego

  • Y que vas a hacer

  • Ya te enteraras, por ahora no te quiero aquí.

Cuando estaba en la puerta me dijo:

  • Y la cámara?

  • Ya vete, mariquito, ya veras la cámara (esto no lo escuchó Jennifer que se sentó en la sala pensativa)

  • La cámara, pensé. La cámara podía ser interesante más adelante, y se me ocurrió que ya tenía quien la manejara.

Luego de cerrar la puerta, me acerqué a Jennifer y le dije

  • Bueno, ya sabes que yo se. Ustedes hicieron algo indebido. Me imagino que diría tu tía. Que dirá la policía?

Jennifer se puso pálida y miró con cara de estar perdida.

Rápidamente le dije.

  • Tienes una salida.

  • Que?

  • Hacer todo lo que YO diga.

  • Que?

  • Ya te enterarás. Puedes comenzar quitándote la ropa.

  • Como?

No había tenido tiempo de pensar que esto podía pasarle

  • Tengo el teléfono de tu tía aquí, la voy a llamar

  • Pero...

  • Pero nada, quítate la blusa y el sostén ya o....

Luego de un instante de duda, vi que llevaba las manos a los botones de la blusa. En ese momento supe que lo había logrado. El resto sería cuesta abajo, aunque todavía faltaba.

Se quitó la blusa y comenzó a soltarse el sostén. Comenzó a bajar la velocidad..

  • Ya te vi desnuda en el vídeo

Eso le quitó presión y se quitó el sostén mostrando unas tetas pequeñas y paraditas, con pezones pequeños pero duros. Me imagino por la excitación de lo que pasaba...

  • Ahora el blujean y el resto, le dije sin que tuviera mucho tiempo que pensar

Se veía toda azarosa, pero sin mirar a ninguna parte, se quitó todo, incluyendo zapatos, medias, etc. El piercing en el ombligo me sonreía...

La observé por dos segundos. Bueno, que buena estaba. Le dije, date la vuelta. Y lo hizo, un poco rápido para mi gusto, pero ya estaba controlada.

Entonces le dije.

  • Acércate aquí y ponte en cuatro sobre la alfombra. Y abre las rodillas.

Me encanta esta posición. Las chamas quedan abiertas y dispuestas. A la expectativa de la próxima orden.

Ahora si aproveché de analizarla bien. Le di la vuelta, mirando su cuello, le toqué sus tetas, le pasé mano por las nalgas y me metí debajo a tocarle el ombligo y bajé a su clítoris. Ella pegó un brinquito cuando se lo toqué, pero acto seguido seguí a su cuquita y pasé a su culito

Me miraba con una mezcla de rabia y resignación.

Para mantener la presión le pregunté

  • Cuantos años tiene Sofía?

  • 14

  • O sea, es menor

  • Si

  • Pero tú tienes 18

  • Si.

  • Mmm

La implicación estaba en el aire

Me bajé los pantalones, y me saqué el guevo. Ella me miraba con mas miedo ahora

  • Mmm. Vas a tener que pagar lo que hicieron

  • Como?

  • Mmm Ya veras. Por lo pronto abre la boca y chupa, le dije, mientras acercaba mi guevo a su boca.

  • Ya se que sabes mamar

  • Si, me dijo

Mientras me chupaba, comencé a tocarle las tetas. Le apretaba los pezones, que seguían duros. Luego, llevé una mano a su cuca y noté que estaba mojada. Esto no me sorprendió. Pero le dije.

  • Eres una puta caliente, estás toda mojada

Ella acusó castigo y dijo

  • Si.

  • Te gusta que te toque la cuquita?

  • Si, me dijo, mientras seguía mamando

Ahora sí, me dije. Llegó el momento de coronar. De hacer lo que quisiera.

Le saqué bruscamente el guevo de la boca y me paré detrás de ella

  • Te voy a coger, puta

  • Si

Ahora lo estaba deseando

Comencé a tocarle la vulva y el culito con la mano, mientras preparaba mi guevo para cogerla

Es una visión que nunca ha dejado de excitarme al máximo, tener a una carajita lista, excitada, esperando que se la cojan. Esperé unos segundos mientras ella miraba hacia atrás, con cara de desesperación.

Cuando menos se lo esperaba, le metí el guevo duro, de una.

  • Agghhh...

  • Rico, verdad

  • Si....

  • Bueno, prepárate, que ahora viene lo bueno

  • Si...

Y comencé a bombearle la cuca.

Luego vino una larga sesión de sexo. Lo hicimos en varias posiciones. Primero la tumbé y me quedé sobre ella aplastándola. Tuvo su primer orgasmo. Luego me puse de costado, sin sacársela y comencé a darle duro de nuevo.

Aquí comencé mi charla al oído.

  • Rico, verdad

  • Si...

  • Eres una carajita caliente?

  • Si...

  • Te gusta que te den duro?

  • Si...

  • Pero te gusta morbosear?

  • Si...

  • Desnudar a Silvia fue tu idea verdad?

  • Si...

  • Te gustó pasarle la lengua por su cuquita?

  • Si..., mucho

Entonces se vino en otro orgasmo ruidoso

  • Te viniste?

  • Si....ahhh

  • Sabes, todavía yo no, o sea, prepárate para mas

  • Ahhh..

Entonces la acosté boca arriba y le levanté las piernas hasta llegar casi a sus hombros. La obligue a juntar las piernas con las manos y me puse de rodillas frente a ella

En eso bajé mi cabeza a su cuquita y procedí a pasarle la lengua por su clítoris. Mi experiencia personal es que las niñas con grandes clítoris son las mas calientes. Y Jennifer cumplía con esa regla.

Pegaba unos chillidos cuando tocaba su clítoris. Era demasiado. Pero, sabía que se debe tocar alrededor. Evitar el contacto directo, excepto el de presión. Tuve tiempo de observar su cuquita, con sus labios mayores, labios menores, el huequito de la cuquita que me pedía que siguiese. Tenía pelitos negros a todo lo largo

  • Tienes que afeitarte completa

  • Si

Le metí dos dedos para mantenerla. Y observé su culito, marroncito y arruchadito. Le saqué un dedo mojado de la cuquita y le toqué el culito. Pegó un brinquito.

  • Tranquila, que yo se que hago.

Le volví a pasar la lengua alrededor del clítoris, mientras tocaba y penetraba con mi dedo su culito, bien cerradito.

Le metí el dedo índice hasta el segundo nudillo, pero ella estaba entre adolorida y excitada. En algún momento trataba de sacarme el dedo con la mano, pero yo le mantenía firme la presión y le pasaba la lengua por el clítoris otra vez, con lo que ella quitaba la mano.

Me acerqué a su oído y le pregunté

  • Tu culito es virguito? (Yo sabía la respuesta)

  • Si..

  • Mmm, me parece que no por mucho tiempo.

Ella pegó un suspiro, entre comprender lo que le estaba diciendo y mi guevo metiéndose de nuevo en su cuquita

Comencé de nuevo a cogérmela duro, ya con ganas de terminar

Eso si, después de un rato, volví a ponerla boca abajo, y me monté encima (mi posición favorita)

Y mientras le daba, le decía al oído

  • Eres mi perrita, si ó no

  • Si..

  • Vas a ser mi puta

  • Si

  • Te vas a dejar hacer lo que yo quiera?

  • Mmm Si..

  • Inclusive me vas a conseguir otras perritas?

  • Si...

  • Como Silvia, tu sobrina, que está rica?

  • Si..

En ese momento le dije:

  • Me vengo, en tu cuquita rica, aprieta

Y ella apretó, con lo que nos vinimos los dos en un orgasmo magistral que nos dejó extenuados.

Estuvimos como diez minutos recuperando el aliento.

Le hice la pregunta obvia

  • Te gustó?

  • Si, me vine varias veces como nunca.

  • Quieres mas?

  • Si

  • Bueno, le dije, - tendrás mas, pero tienes que pagar

  • Como?

  • Bueno, tengo mi precio

  • Cual es tu precio?

  • Me tienes que dar satisfacciones (Esto se lo dije para comenzar a domarla)

  • Como cual?

  • Bueno, hay varias cosas (No quería ser muy específico todavía)

  • Pero dime

  • Cuando te estaba cogiendo ya te di un adelanto.

En eso se sobresaltó

  • Mi culo?

  • Si, tu culito, entre otras cosas

Siguió pensando....

  • Otras carajitas?

  • Si otras perritas como Silvia

Esto pareció gustarle mas y le brillaron los ojos

  • Y hay otra perritas aparte de Silvia?

En eso se sonrojó, delatándose

Me di cuenta que Jennifer tenía una fuerte inclinación lesbiana

Bueno, era Bi de naturaleza. Y dominante, si uno se deja.

Que rico, me encantan las carajitas así, y dispuestas a todo. (Me recordó a María Eugenia de mi vida anterior)

Estuvimos luego hablando un largo rato de su vida, que hacía, sus padres, como era la escuela, etc.

Luego de una media hora regresamos al tema del sexo. Comenzando por sus compañeras de clase

Y seguí interrogándola hasta concentrarme en Daniela.

Daniela era una niña de 16 para 17 que estudiaba con Jennifer. De acuerdo con ella, estaba bien buena, pelito negro corto, buenas teticas y un buen culo. De hecho, Jennifer se la había buceado varias veces en la ducha en el colegio. Inclusive en una ocasión se bañaron juntas y tuvo oportunidad de pasarle el jabón. Pero Daniela era bastante inocente, por ahora. Y virgen, según le había confesado.

  • Quiero que me consigas a Daniela, le dije

  • Pero como?

  • Bueno, la seduces y me la traes

  • Como si fuera tan fácil

  • Bueno, creo en tu inventiva. Por otro lado, me debes algo todavía. Y me lo voy a cobrar de contado

  • Que?

  • Tu culito

  • No, eso no

Para entonces, tenía mi mano sobre sus senos, y le di un apretón a su pezón

  • Claro que sí. Hasta que no me des tu culito, no eres mi perrita

  • Pero me da miedo (Que original)

  • Bueno, aprende de Juan

  • Que pasa con Juan

  • Bueno, ya me dio su virgito por el culo. Se lo dije mientras le di otro apretón a su pezón y con la otra mano le toqué el clítoris

  • Como? (abrió lo ojos como dos para-paras)

  • Bueno, en dos platos, me lo cogí

  • Como?

  • Como escuchas. Le dije que se desnudara y que se pusiera en cuatro.

Esto excitó de sobremanera a Jennifer. Lo noté en los movimientos de su cuquita.

  • Quieres saber los detalles?

  • Si... me dijo, dudando todavía.

  • Te los voy a dar con mi guevo adentro

Me miró con cara de duda

  • Dentro donde?

  • Donde crees, guevona?

Acto seguido, la hice que se pusiera en cuatro en el borde del sillón.

  • Te voy a dar suave al principio para que lo goces

Ella todavía dudaba

  • Y cuando esté adentro del todo, te cuento todos los detalles

Ella acusó el castigo. Quería saber los detalles. Ese es su carácter.

  • Es mas, si te portas bien, mas adelante te puedo dejar ver

Con eso ella misma se puso abierta en cuatro, apoyada en el sillón y se abrió las nalgas con las manos

Rápidamente busqué un frasco de aceite de bebes (siempre es útil y debe estar a mano)

Le metí mi guevo (duro a estas alturas) por la cuquita, mientras le metí un dedo con aceite por detrás.

Luego metí dos. Realmente estaba cerradita.

Luego, llegó el momento de la verdad. Saqué mi guevo de la cuquita, lo aceité y le apunté a su culito. Fue un trabajo duro y de mucha paciencia.

  • Ay, ay, me duele

  • Ya, afloja un poquito

  • Ay, ay

  • Hay está, un poco mas...

  • Me duele, sácalo... (ni de vaina, pensé)

  • Vamos, aguanta un poco, - le dije al oído, - como aguantó Juan

  • Como?

  • Bueno, te dije que me lo cogí hace un rato

Eso hizo que tuviese escalofríos. Entre dolor y excitación

  • No quieres saber todos los detalles?

  • Si...ayy.. si

Y así poco a poco se lo metí completo. Como se debe coger un culo virgo

Al cabo de un rato le dije

  • Ya lo tienes completo, que tal?

  • Ya...

  • Si, ahora vamos a gozar

  • Todavía me duele

  • Ya vas a ver.

No hay nada mas rico que cogerse el culo de una carajita virgita por detrás, como Jennifer. De pronto empezó a decirme

  • Dame papi

Ese es el momento de gozar (me recordó otros culitos virgitos)

Y comencé a darle, adentro, afuera, adentro.

  • Que rico, papi, que rico

  • Claro, no te decía yo....

  • Ahora cuéntame.. Jennifer realmente es super morbosa

  • Quieres los detalles de como me cogí a tu novio?

  • Si, todos

Y le conté con lujo de detalles como me lo cogí. Como hice que se desnudara. Como hice que se pusiera en cuatro y mamara. Como se lo metí y acabé. Como lo hice que se masturbara con sus dedos en el culo. Jennifer preguntaba detalles sobre posiciones, gritos, etc. Le dije que había sido mucho mas suave con ella, pero también ella estaba mas cerradita.

Le excitaba la idea de ver en la próxima (a mi no tanto). Bueno, quizás pudiéramos usar la filmadora para registrar estos eventos.

Para terminar la hice que se acostara boca abajo, con las piernas sobre mis hombros y le di un bombeo final hasta que terminamos los dos al mismo tiempo. En esos momentos ella gemía durísimo y pedía mas.

Finalmente, se lo saqué, y agotados, nos quedamos dormidos en la alfombra.

Al cabo de unas dos horas, sentí que ella se paraba al baño.

  • Estas bien.

  • Si, bien cogida, me duele

  • Ya vas a ver la próxima ves que te entra mas suave

Después de regresar del baño le dije:

  • Acuérdate que tienes que afeitarte...

  • Aja.

  • Y cuando me traes a Daniela?

Continuará....

Espero su feedback.....