Jazmín ¿Qué es BDSM?

Jazmín se inició en la lectura de BDSM siendo preadolescente. Luego... se convirtió en una sumisa

Jazmín. ¿Qué es BDSM?

Ricardo Erecto

Esta historia está dedicada a SandraRaquel, una asidua y talentosa escritora de este foro que, con sus comentarios, me ayuda a mejorar mis relatos.

Capítulo 1

Esta historia tiene menos del 20% de realidad y más del 80% de fantasía. De todas maneras me pareció interesante relatarla agregándole supuestos hechos que si bien no son comprobados, son posibles dentro de ese mundo del BDSM.


Cuando Jazmín tenía 14 años escuchó por primera vez BDSM. Preguntó a sus amigas y ninguna sabía qué significaba. Entonces fue a un cibercafé cercano a su casa y buscóla sigla. Aparecierongran cantidad de sitios que respondían a esas letras. Buscó primero su significado y quedó algo sorprendida. Entonces fue a los sitios que respondían a esas letras y encontró varios de relatos relacionados.

Entró en uno de ellos y se encontró con sugerentes títulos como: “Castigadas en el Bosque” “Violadas por tres Hombres” “Torturadas en el Palacio”, etc. Leyó partes de los mismos y quedó entre sorprendida y fascinada.

Anotó las direcciones de cada una y regresó a su casa. Algunas de las ilustraciones que presentabanla perturbaron. Llegóa su casa y no pudo evitar encerrarse en el baño, bajarse la bombacha y masturbarse. Todo el día quedó pensativa en lo que había visto.

Al día siguiente regresó al ciber pero ahora llevaba un diskette. Buscó algunos de los relatos e hizo una copia. Los llevó de inmediato a su casa, y cuando estuvo sola, fue a la computadora y comenzó a leerlos. Al finalizar el primero notó que su bombacha se había humedecido. Se tocó la concha y efectivamente estaba húmeda y el flujo había traspasado a la prenda interior. Dado que estaba sola en su casa, no tuvo necesidad de ir al baño. Se metió la mano debajo de la prenda y se acarició el clítoris hasta que se corrió.

Periódicamente bajaba alguno de esos relatos en el ciber, hasta que su padre le compró una computadora para ella con una buena conexión a Internet. Estaba muy contenta ya que podría copiar los relatos en el disco duro y leerlos cuantas veces quisiera sin que quedaran papeles o cantidades de diskettes que podían ver sus padres.

Un tiempo después comenzó a bajar partes de películas en las cuales las mujeres eran vejadas y castigadas de todas las maneras posibles. Esas visiones la excitaban enormemente y siempre terminaba en una masturbación. Se hizo verdaderamente adicta a la lectura de esos relatos y videos.

Luego de cumplir los 18 años se animó a entrar en un comercio que vendía revistas y videos sado. Con bastante vergüenza le preguntó al vendedor dónde estabas las revistas. La hicieron pasar a un apartado en el cual se exhibía gran cantidad de material. Sus finanzas eran escasas y solamente compró un par de revistas, aunque miró los títulos de los videos.

Fue a su casa y comenzó a leer y mirar las imágenes que las revistas presentaban. Mujeres amarradas a postes o potros, marcadas por látigos, violadas, etc. Todo eso la excitaba muchísimo, pero ¿por qué? ¿Le gustaba ser dominante o dominada? Netamente dominada y por hombres que la violaran todas las veces que quisieran. Sus fantasías volaban a medida que avanzaba en la lectura.

Poco tiempo después comenzó a trabajar de mesera en un bar. El sueldo era magro y apenas le alcanzaba para vivir y periódicamente podía comprar algún video o revista sado que miraba una y cien veces.

En una de las revistas había un anuncio que siempre le había llamadola atención. Sucintamentedecía: “Encuentre su esclava/o o amo/a” Tenemos el contacto de lo que verdaderamente desea.” Concertó una entrevista personal para el día siguiente. A la salida de su trabajo se dirigió al lugar indicado. La recibió un hombre de unos cuarenta años.

-¿Señorita Jazmín?-

-Sí señor, había quedado en venir por aquí.-

-Efectivamente. ¿Qué es lo que deseas?-

-Dentro de un mes me tomo 3 semanas de vacaciones y quisiera convertirme en la esclava de un amo durante ese tiempo. ¿Es posible?-

-Todo es posible. ¿Has estado ya en estado de esclavitud alguna vez?-

-No, ésta sería la primera.-

-¿Le han azotado, o atado o encadenado y ha tenido alguna práctica en estos temas?-

-No, no tengo ningún entrenamiento. Solamente he leído muchas revistas, cuentos sado y visto algunas películas. -

-¿Has estado desnuda frente a más de un hombre o frente a desconocidos?-

-No, solamente me he desnudado frente a un novio que tuve hasta hace un año.-

-Debería ser un amo que comience a entrenarte, primero suavemente pero tres semanas es poco tiempo para llegar a ser una verdadera esclava. ¿Estarías dispuesta a que comience a violarte luego de dos o tres días?-

-Puede comenzar a violarme desde el primer día. En cuanto a los castigos, creo que puedo soportarlos muy bien y desde el principio.-

-¿Te han cogido por el culo?-

-Nunca.-

-Necesito algunas fotos tuyas desnuda para mostrar a los posibles interesados. ¿Has traído alguna?-

-No, no tengo, pero si usted tiene una cámara, puede fotografiarme ahora.-

-Si estás dispuesta, pasamos a la habitación contigua. Allí, detrás del biombo puedes quitarte toda la ropa.-

Jazmín pasó al cuarto y se desnudó completamente. Una pequeña mata de pelo negro adornaba su pubis.

-¿Estarías dispuesta a depilarte si el amo lo requiere?-

-Sí por supuesto, lo que el amo decida.-

Comenzó con varias tomas, incluyendo algunas con las piernas ligeramente abiertas para que se observaran los labios vaginales.

-Tienes muy buen cuerpo. No quiero tocarte pero me parece que tanto el culo como las tetas son muy firmes.-

-Hago todos los días media hora de ejercicios. Quiero que mi culo esté siempre parado. Puede tocar todo lo que quiera para comprobar la firmeza de mis carnes.-

-No creo que tengamos dificultad en encontrar un amo que te tome. ¿Cuánto quieres ganar por esas tres semanas?-

-No pensé que se pagaría por tener una esclava, pero ¿qué le parece 100 dólares por semana?-

-Es un precio más que razonable. Eres joven, tienes buen cuerpo y una concha poco usada y un culo sin estrenar. Apenas tenga alguna noticia te llamo.-

Apenas salió Jazmín de la oficina, el mercader llamó a uno de sus clientes.

-Juan, tengo una oportunidad para ti. Vino a veme una señorita de 20 años con un cuerpo espectacular y sin entrenamiento. Tiene tres semanas de vacaciones y quiere someterse a un amo ¡solo por 100 dólares semanales!-

-¡No puede ser! 100 dólares por semana por una esclava temporaria es una verdadera oportunidad. ¿Seguro que tiene buen cuerpo?-

-Te envío las fotos por correo electrónico y luego me dices.-

-De acuerdo. Tú, ¿cuánto me cobrarías?-

-Lo de siempre, 500 dólares por semana.-

-Miro las fotos y te contesto.-

Luego de observar las fotos, llamó para aceptar el ofrecimiento, pero debía primero verla.

-Parece  que será una buena esclava. Me has dicho que no tiene entrenamiento.-

-Efectivamente, así me lo ha dicho.-

-Seré durísimo con ella, gritará, llorará, implorará pero la castigaré duro.-

-No seas exagerado. Apenas tiene veinte años y está probando qué es eso ser una esclava.-

-Bien, quiero entrevistarla antes de aceptar definitivamente. ¿Puede ser en tu oficina?-

-Sí, si te parece la cito para mañana a las 19 horas.-

Así quedaron y Juan y Jazmín estaban a las 19 en punto...

-Me ha dicho que quieres probar ser esclava por tres semanas.-

-Sí, quiero ser torturada y cogida. Viendo videos, se me humedece la bombacha.-

-Sabrás que tendrás que aceptar todas mis órdenes, cualquiera que sean éstas. Además podré castigarte sin otro motivo más que por el placer de oírte llorar y gemir.-

-Lo sé y estoy dispuesta a que use mi cuerpo como quiera. La única limitación es que no me queden marcas en la cara, en el resto del cuerpo se taparán con la ropa.-

-Quiero ver tu cuerpo, denúdate.-

Jazmín obedeció de inmediato y comenzó a quitarsela ropa. Pocodespués estaba completamente desnuda e intentaba cubrirse las tetas con un brazo mientras se tapaba la concha con la mano.

-Te he dicho que quiero ver tu cuerpo. Pon las manos en la nuca y separa las piernas.-

Juan se acercó y le agarró las tetas y comenzó a apretarlas. Luego y mientras con una mano le palpaba las tetas con la otra le metía los dedos enla concha. Acontinuación le pidió que se volteara mara magrearle el culo. La inspección fue exhaustiva.

-¿De que origen eres?-

-Del Medio Oriente.-

-Si te tomo como esclava es para que me obedezcas. Además te castigaré de todas las formas posibles y estarás entrenada en menos de una semana.-

-Aceptaré todos los castigos que quiera infligirme. Estoy dispuesta a ello.-

-Además te violaré todas las veces que quiera incluso por el culo, aunque te duela.-

-Lo sé señor. Acepto todas sus condiciones. Seré una esclava obediente.-

-Muéstrame la concha.-

Jazmín se inclinó hacia atrás y separando las piernas expuso su sexo mientras se separaba los labios vaginales. Juan volvió a pasar los dedos por los labios.

-¿Has estado atada o encadenada?-

-No señor, nunca estuve atada ni encadenada. Solamente lo he visto en las revistas, incluso he visto mujeres alojadas en  jaulas. -

-Prefiero tener a las esclavas amarradas a cepos o en el potro. Estoy de acuerdo en esclavizarte por tres semanas. Nos podemos encontrar aquí mismo el viernes que comiences tus vacaciones por la noche y te dejaré libre, en tu casa el domingo luego de tres semanas.-

-De acuerdo señor. ¿Alguna cosa en especial?-

-Sí, quiero que vengas depilada, con la concha sin un pelo.-

-¿Prefiere que me depile con cera o que me afeite?-

-Lo dejo a tu criterio. Solamente quiero que no quede ni un pelo en esa concha.-

-Así estaré. Hasta el viernes.-

Así se separaron. Juan había quedado francamente satisfecho con la esclava que iba a disponer. Dedicaría tiempo a interrogarla acerca de su pasado y por qué había elegido esclavizarse.

A la hora convenida se encontraron en la oficina del intermediario. Firmaron los papeles y una vez todo listo, Juan sacó de su maletín unas esposas, un collar de cuero y una correa. Esposó a Jazmín con sus brazos en la espalda, le colocó el collar y lo unió a la correa.

-Vamos, a partir de este momento eres mi esclava y yo tu amo y señor.-

Tomó la correa y salieron del edificio, caminaron unos metros y se introdujeron en el auto. Del lado del acompañante había una cadena fija al parante del auto. Rodeó la cintura de Jazmín con la misma y apretando bastante la cerró con un candado. Fueron en silencio hasta la casa de Juan. Entraron directamente a la cochera, soltó la cadena que rodeaba la cintura de Jazmín y se dirigieron a la celda-habitación destinada para ella.

La cama era una tabla de un metro por dos que se alzaba cincuenta centímetros del piso. No tenía nada mullido y disponía de dos mantas para cubrirse del frío si lo necesitaba. Allí adentro había un pequeño baño con inodoro y una pequeña pileta, nada más.

-Quiero que te quedes solamente con las bragas y te vendré a buscar parala cena. Serásla última vez que comas en una mesa con cubiertos. Ahora te quitaré las esposas.-

Jazmín se sacó la ropa quedándose solamente con las bragas y, por supuesto, con el collar de cuero.

Luego de una hora, Juan fue en busca de su esclava. Hasta que le indicó que se sentara a la mesa, ella permaneció parada, esperando la orden y comenzó a comer solo cuando su amo le dijo que lo hiciera.

Era la primera vez que vivía estas experiencias de manera concreta. Las había vivido muchas veces leyendo revistas, cuentos o videos. Ella siempre se ponía en el papel dela esclava. Suentrenamiento era mental pero no físico. Se preguntaba qué ocurriría cuando efectivamente el látigo marcara su piel.

Luego de cenar y antes de llevarla a la calda, la condujo a una de las habitaciones que oficiaba como sala de torturas. Allí Jazmín se sorprendió de ver casi todos los instrumentos ofrecidos en las revistas y por Internet. Potro, caballetes, mesa ginecológica, látigos, cadenas, cuerdas, de todo. Un poco se estremeció. Sabía que no había vuelta atrás.

Le ató los brazos fijándolos en alto a una barra y le bajó la bombacha hasta los tobillos. Le cubrió los ojos con una cinta negra. Jazmín estaba un poco asustada, no sabía qué iba a acontecer, cuando sintió el silbido del látigo que impactó directamente contra su vientre. No fue un gemido, fue un aullido que llenóla sala. Noimaginaba que dolería tanto.

Juan se ubicó detrás de ella y descargó el látigo en el culo. Otro aullido de dolor. Le siguió otro azote, ahora en las tetas. Jazmín creía que no iba a soportar semejante castigo y eso recién comenzaba. Sin embargo y a pesar del dolor, su concha se humedeció y sintió un cosquilleo entre sus piernas. Se sucedieron unos azotes más. Las lágrimas mojaron la cinta negra que cubría sus ojos. Escuchó a su amo decir:

-Como bienvenida creo que es suficiente. Te han quedado unas hermosas marcas sobre tu piel aceitunada. Es hora de usar tu concha.-

Se acercó para quitarle la bombacha que estaba en sus tobillos y le separó las piernas. La pija se introdujo sin dificultad. La concha estaba muy mojada.

Debido al castigo recibido y a pesar de lo húmedo de su concha no pudo correrse antes que Juan, quien retiró la pija de inmediato, dejando a Jazmín a medio camino. Luego la condujo a su celda.

-Mañana comenzará verdaderamente tu vida de esclava. Seré muy severo contigo. Tienes un hermoso cuerpo para disfrutar y tú misma lo has ofrecido.-

-Señor, seré todo lo dócil que disponga.-

Así pasó la primera noche en la casa de Juan.

Capítulo 2

La mañana siguiente fue despertada por un latigazo en las tetas. Era su costumbre dormir boca arriba y no escuchó la llegada de Juan. Éste viendo que tenía sus pechos accesibles no tuvo mejor idea que despertarla de esa manera. Jazmín lanzó un grito mezcla de dolor y sorpresa. Cuando abrió los ojos vio a Juan a su lado, con el látigo en la mano y sonriendo.

-Espero que hayas descansado porque te aguarda un  día agotador. ¿Has estado suspendida de los tobillos?-

-No señor, nunca.-

-Vamos a la sala que voy a enseñarte algunas cosas.-

Ya en la sala le ató firmemente los brazos cruzados enla espalda. Observólas marcas dejadas en el culo la noche anterior. Rojo cereza y algo hinchadas. Le indicó que se acostara en el piso y le ató los tobillos con una cuerda de algodón y luego a una cadena pendiente del techo. Comenzó a levantarla hasta que su cabeza quedó a unos ochenta centímetros del piso. Las tetas estaban listas para ser azotadas en su parte inferior. Miró la cara de Jazmín que mostraba el temor quela invadía. Estabaabsolutamente a merced de Juan y se imaginó ser una de las tantas esclavas que había visto en revistas y videos. Estaba sumida en estoas pensamientos cuando el látigo silbó en el aire y dio de lleno en sus tetas.

El dolor fue indescriptible. Imaginaba que los azotes en las tetas no eran una cosa menor, pero no había supuesto que fueran tan dolorosos. Casi de inmediato apareció la raya que cruzaba ambas tetas. Antes de recuperarse un nuevo impacto alcanzó nuevamente esta vez solamente su pecho izquierdo, pero con más intensidad que el azote anterior. Jazmín se movía con desesperación mientras sus lágrimas caían hacia el suelo. Juan redoblóla apuesta Levantóel látigo para descargarlo con fuerza en el vientre, muy cerca del pubis.

Jazmín se abandonó a su suerte. Convencida que no podía defenderse y que Juan no detendría el castigo por sus llanto o súplicas, concentró sus pensamientos en aquellos días que leía con interés las historias de esclavas.

Recibió dos azotes más en el vientre y tres en el culo, pero su cuerpo dolía como si una lluvia de latigazos hubieran alcanzado su piel. Luego de media hora, Juan la bajó de la posición en que estaba y la fijó a una cruz de San Andrés.

-Quiero interrogarte. No mientas porque tarde o temprano lo sabré y entonces el castigo que acabas de recibir serán solo caricias frente a lo pueda esperarte.-

-No señor, no mentiré, le diré toda la verdad de lo que me pregunte, pero no me castigue más.-

Juan comenzó a interrogarla sobre su pasado y cómo llegó a desear convertirse en esclava.

-¿Cómo pensaste en convertirte en esclava?-

-Fue a los catorce años. Leí unos cuentos de sodomaso y me encantaron. Leer que unos hombres tomaban esas mujeres y las sometían a su voluntad, las cogían, las dominaban y hasta las vendían como animales, me excitaba mucho.-

-Así fui leyendo y bajando de Internet información, cuentos, videos y cada vez me ponía más caliente y mi concha se humedecía.-

-Pero esta es la primera vez que te has decidido a protagonizar el papel de esclava.-

-Sí, hasta ahora fueron solo fantasías pero desde ayer… la cosa va en serio.-

-¿Te gusta ser azotada?-

-Es difícil admitirlo. Esta mañana me dolieron mucho los azotes, pero el tiempo que me dejó suspendida de los tobillos sentía mi concha bullir, estaba muy caliente y no podía tocarme. Luego se me pasó.-

-Es lo que les ocurre a todas las esclavas. Algunas al principio les dominan más el dolor que la calentura, pero, indefectiblemente, todas las verdaderas esclavas, terminan olvidando los castigos y solamente quieren ser penetradas. ¿Tu culo es virgen?-

-Sí señor, ya lo ha dicho es virgen, no entró ninguna pija por allí.-

-¿Y algún otro objeto, ya sea un dedo o un consolador?-

-No, nunca se me ocurrió meterme un dedo en el culo.-

-Entiendo que tampoco has estado esposada.-

-No, ni esposada ni atada.-

-Por lo que veo estás dispuesta a entregarte durante estas tres semanas.-

-Así es señor. Puede hacerme lo que quiera.-

-¿Has tenido alguna otra fantasía en especial?-

-He fantaseado en unos hombres me secuestraban a la salida de mi trabajo y me llevaban a un lugar en el cual no solamente me torturaban sino que me cogían y llenaban todo mi cuerpo de semen, y mi concha y mi culo quedaban doloridos de tantas penetraciones y luego me dejaban atada a un árbol de las afueras de la ciudad, completamente desnuda.-

-Curiosa fantasía. Es evidente que tienes mentalidad de esclava.-

-Ya se lo he dicho. Éste es, quizás, el comienzo de una nueva vida.-

-Voy a comenzar a torturarte con una  pasada de la picana porla concha. Quieroverte cómo intentas escapar del castigo.-

-Haré todo lo posible por quedarme quieta mientras me tortura.-

-Ninguna mujer puede quedarse quieta mientras la torturan en la concha y menos con electricidad.-

Juan acercó las puntas dela picana. Lapuso en una intensidad alta. Quería ver la reacción de Jazmín cuando la descarga invadiera su concha. No podría contener los gemidos.

Efectivamente fue así. Apenas las puntas tocaron los labios vaginales, Jazmín dio un respingo y comenzó a temblar en parte por  miedo y en parte por la reacción ante el paso dela electricidad. Susgemidos llenaronla habitación. Juansonrió. No pensaba torturarla mucho, su objetivo era cogerla. Tenía demasiado buen cuerpo como para malgastarlo en torturas.

Quería que Jazmín creyera que solamente sería torturada. De esa manera sería más dócil cuando decidiera usarla sexualmente. Por su parte la muchacha deseaba correrse luego de cada castigo, pero sus manos atadas le impedían satisfacerse. Cuando cesó la tortura con la picana, notó que su concha estaba húmeda pero Juan no parecía dispuesto ni a cogerla, ni a masturbarla ni permitirle a ella misma acariciarse. Se sintió frustrada.

Juan tomó una fusta y mostrándosela a su esclava le dijo:

-Quiero que me pidas que te azote en las tetas.-

Jazmín dudó un momento pero luego imploró:

-Mi amo y señor, le pido que azote las tetas de su esclava. No tenga piedad.-

Juan, acostumbrado a manejar esclavas, se sorprendió. Hacía muy poco tiempo que estaba a su servicio, no teniendo entrenamiento ni estar acostumbrada a ser castigada y aceptó no solamente pedir que le azotara las tetas sino que además no tuviera piedad. Descargó cinco azotes casi sobre los pezones. Jazmín no podía contener las lágrimas mientras gritaba con desesperación.

Así le gustaban las esclavas a Juan. Que se sometieran, se humillaran a sí mismas, sufrieran los castigos y desearan ser cogidas. Justamente la concha brillaba de la humedad que había en ella. La desató de la cruz la puso de espaldas en el suelo y se dispuso a cogerla. Jazmín, al ver la intención del hombre, separó las piernas olvidando el dolor en las tetas. Necesitaba desesperadamente una pija en su concha.

Jazmín había leído que antes de correrse una esclava debía pedir permiso a su amo y así lo hizo mientras estaba muy cerca de no poder contenerse.

-No me importa que te corras cuando quieras. Yo no me preocupo por tu dolor o tu placer. A mí me importa solamente mi placer y haré todo aquello que me satisfaga, independientemente de lo que tú sientas. Eres solamente mi esclava.-

Terminado el polvo, la condujo a su celda. Alcanzándole una bombacha y una túnica, le ordenó que se vistiera.

Los tres días sucesivos transcurrieron con varios castigos seguidos de penetraciones en su concha o su boca. Por el momento el culo se mantenía virgen.

Jazmín estaba emocionada siendo la protagonista de las fantasías que tanta veces imaginó y soñó. Sí, era cierto que en ocasiones, en medio de castigos, hubiera querido no haber estado en esa situación, pero siempre, absolutamente siempre, su concha pedía a gritos ser penetrada.

A partir de día siguiente comenzaría una nueva fase. Si bien seguiría alojada en la celda que tenía destinada, debía realizar todas las tareas de la casa vestida de una manera particular. Una cadena rodearía su cintura y una rama de la misma  pasaría entre los labios de su concha, de manera muy ajustada. Por encima tendría unas bragas, completando el atuendo con una túnica que cubría desde debajo de sus tetas hasta los muslos.

Todas las tareas debía finalizarlas a media mañana, ya que a partir de ese momento podía, o no, recibir algún castigo, pero lo que sí era seguro que antes del mediodía vaciaría los huevos de Juan. Por la tarde era habitual que algún instrumento de tortura se ocupara de su cuerpo para luego ser cogida nuevamente.

El primer día de ese nuevo capítulo del entrenamiento, Jazmín, luego de las tareas de la casa, fue llevada a la sala de castigos y atada fuertemente a un caballete doblada sobre su vientre. Tanto su concha como el culo y la espalda estaban expuestos. Juan tomó unas disciplinas y le asestó primero cinco azotes enla espalda. Decenasde rayas rojas comenzaron a aparecer sobre la aceitunada piel. Luego otros cinco más fuertes en el culo. Juan observó la concha dela muchacha. Nuevamenteestaba brillante del flujo que manaba de su interior.

Tomó un pote de crema lubricante y comenzó a pasarlo por el ano. En ese momento Jazmín comprendió que sería sodomizada. Era la primera vez que la penetraran por el culo y, según había leído, si no había dilatación previa, sería difícil y dolorosala penetración. Cuandosintió el glande apoyado en el esfínter, trató de relajar el agujero y apretó los dientes.

Juan comenzó a empujar y gracias a la rigidez de su pene más la lubricación de la entrada, comenzó a penetrarla. Jazmín estaba sufriendo por la dilatación rápida y forzada a la que era sometida pero evitó hacer algo que pudiera detener su sodomización. Cuando la tuvo toda adentro, Juan se detuvo unos instantes antes de comenzar el movimiento, que Jazmín, dentro de la dificultad de moverse por las ligaduras, también acompañó.

Juan le tomó los pezones y comenzó a apretarlos mientras continuaba metiéndola y sacándola. El agujero apretado, nunca penetrado antes, lo excitó más aun de lo que estaba, lo que seguramente aceleró su corrida dentro del recto de la muchacha.

La posición en que estaba, no le resultaba nada cómoda, las ligaduras se clavaban en su carne, el culo le dolía por la dilatación y sus pezones acababan de sufrir un nuevo castigo. Sin embargo Jazmín estaba feliz. Se sentía más dominada y más esclava que nunca, habiendo satisfecho a su señor con una parte de su cuerpo nunca usada anteriormente.

Debió permanecer en esa posición media hora, mientras sentía que la leche dejada su culo y se escurría por los muslos. Una vez liberada de las ligaduras tomó un baño y se preparó para retomar sus tareas domésticas nocturnas.

Por la tarde del día siguiente le esperaba un nuevo castigo y rogaba que culminara con una penetración, pero esta vez en su concha. Sin embargo no pudo esperar hasta ese momento.

Luego del baño matinal y antes de ponerse la bombacha, único atuendo que le permitió usar Juan, los dedos de una de sus manos buscaron el clítoris, mientras los de la otra mano se sumergían en la vagina hasta alcanzar el orgasmo.

A media tarde Juan fue en busca de su esclava. Tenía pensado un nuevo castigo. La suspendería de sus tobillos con las piernas separadas, dejando su concha expuesta. Dudaba si le azotaría con unas disciplinas entre las piernas o le dejaría caer unas gotas de alcohol para que se deslizaran por el interior dela vagina. Mientrasacomodaba de la manera indicada a Jazmín, ésta presentía que no sería penetrada sino que debería conformarse con una mamada.

Cuando las primeras gotas de alcohol luego de humedecer la vulva comenzaron a introducirse en la vagina, el ardor e irritación que le provocó fue más allá de los límites que podía resistir y eventualmente excitarla. Sus gemidos y movimientos espasmódicos para cubrirse la concha obligaron a Juan a sujetarle los brazos con una  mano mientras que con la otra continuaba volcando en líquido entre las piernas dela joven. Losgritos y movimientos de la joven no cesaban.

Cuando Juan consideró que era suficiente el castigo, le soltó los brazos y la dejó unos minutos hasta que se calmara.

-Señor, me está arruinandola concha. Nopodré coger nunca más.-

-Vamos Jazmín, no seas exagerada. Verás que dentro de un rato te penetro y olvidarás lo que te ha pasado. Las conchas son muy resistentes a los castigos.-

-Señor, me arde mucho y si quiere cogerme no podré responder como usted merece.-

Jazmín acercó sus dedos a la entrada de la vagina.

-Está completamente seca, sin lubricante. No me podrá penetrar.-

-No te preocupes, haciendo fuerza se te meterá bien adentro.-

-Me va a dolor mucho.-

-Seguramente, pero ese no es mi problema. Tú eres mi esclava.-

Jazmín comenzó a llorar en silencio. Comprendió que era considerada como un objeto sin valor. Dejó caer los brazos mientras notaba que podía desmayarse en cualquier momento fruto de la posición en que se encontraba. Juan, conocedor de la resistencia de su esclava, la bajó de la posición en que estaba. Pensaba azotarle el culo pero viendo las marcas que había dejado esa misma mañana, decidió no continuar con castigo alguno y comenzó a magrear las tetas y en especial los pezones dela muchacha. Luegopasando una crema lubricante vaginal se dispuso a penetrarla.

Jazmín estaba entre temerosa y feliz. Temerosa porque pensaba que el alcohol en la vagina la había dejado, cuando menos, muy sensible y feliz ante la inminencia de coger. Afortunadamente primó lo segundo y a medida que la pija de Juan se adentraba en su concha, olvidaba la irritación y esperaba ansiosamente recibir la leche caliente.

Así ocurrió unos minutos más tarde cuando ella ya se había corrido y comenzaba a excitarse nuevamente.

-Gracias Señor por este magnífico polvo. Espero que usted también haya disfrutado el cuerpo de esta esclava.-

-Sí Jazmín, lo he disfrutado y debo decirte que te estás portando muy bien y has asimilado tu condición de esclava sumisa muy bien. Ahora puedes descansar.-

-Muchas gracias mi Señor.-

Así siguieron los días. Aparte de las tareas diarias que debía cumplir, siempre recibía algún castigo y dos polvos diarios en alguno de sus agujeros. Estaba feliz, se estaba cumpliendo su sueño de sumisión, conjuntamente con el uso de su cuerpo de mujer por parte de Juan.

Se acercaba el fin del contrato, las tres semanas en las cuales Juan dispondría de ella y a pesar de los castigos, algunos eran verdaderas torturas en las partes más sensibles de su cuerpo, lamentaba no continuar con su condición de esclava.

El día anterior a finalizar el compromiso, Juan llevó a Jazmín a la sala y la ató fuertemente a una columna dispuesta en un rincón dela misma. Comotodavía llevaba las bragas puestas, Juan se las quitó de tirón desgarrándolas. Quedó completamente desnuda e inmovilizada. Supuso que le esperaban una buena dosis de azotes, pero se equivocó. Juan, se ubicó frente a ella.

-Está por terminar el contrato y quiero hacerte una propuesta. Que continúes siendo mi esclava, pero que no abandones tu vida de trabajo. Es decir, irás a trabajar de mesera como hasta ahora pero al entrar en esta casa serásla esclava Jazmín.-

-Mi Amo y Señor, es la mejor propuesta que he recibido en mi vida. Cuente con esta esclava para satisfacer todos sus caprichos.-

-Las reglas serán así. Irás a trabajar normalmente excepto que te haré anillar los labios vaginales y te colocarás un candado de modo que permanentemente recuerdes que eres una esclava. No le comentarás a nadie tu nueva condición, por lo menos hasta que yo te indique lo contrario. A tu regreso a casa, te desnudarás, te quitarás el candado y harás las cosas de la casa y estarás siempre dispuesta a que use tu cuerpo ya sea sexualmente o con algún castigo. Dentro de un tiempo deberás inducir a alguna compañera de trabajo o amiga tuya a que se preste a mis caprichos sexuales.-

-¿Eso quiere decir que debo atraer mujeres para que mi Amo las esclavice?-

-No necesariamente a que sean esclavizadas. Puede ser solamente para que goce sus agujeros o que además de usarlas sexualmente les aplique algún castigo correctivo.-

-Cumpliré sus órdenes Amo y cuando me lo indique dispondrá de alguna mujer que acepte sus caprichos.-

-Veo Jazmín que has aprendido las lecciones que te he impartido. A partir de este momento te declaro mi esclava de por vida. Un escribano levantará el acta en la cual te sometes a mi voluntad.-

-Haga conmigo lo que quiera. Firmaré lo que me indique y póngame las anillas en la concha para poder llevar el candado. Señor Juan ¡Le Pertenezco!-

Así finalizaba esta parte de la aventura de Jazmín y se iniciaba otra que nadie, ni el propio Juan, conocía el curso que podían tomar los acontecimientos.

FIN