Javier nos ayuda (Capítulo 28) -No publicado

Pareja que incorpora un inquilino para solucionar problemas económicos. Los tres establecen relaciones sexuales de acuerdo a unas reglas. Ahora conocen a Rafa, el amigo de Javier

Pido disculpas, al parecer omití este capítulo en las publicaciones que fui haciendo casi a diario.


Capítulo 28

Al entrar nuevamente en el dormitorio pudimos ver que estaban de pie, charlando desnudos delante del ventanal que daba a la entrada principal de la casa y de la parcela. Ambos se volvieron a mirarnos conforme nos acercábamos a ellos.

-Vente conmigo que me tienes abandonado -le dijo Javier a mi novia al tiempo que la iba abrazando.

Rafa se puso detrás de ella acoplando su polla entre las nalgas, a pesar de que su amigo tenía las manos por allí, lo que no les importó a ninguno de los dos. Éste le daba besos por el hombro, cuello y lóbulo de su lado derecho. Quería acceder a sus tetas, pero los brazos de Javier no se lo permitían. Yo cogí mi móvil comenzando a grabar de inmediato aquella escena.

-Os estoy grabando, si después no os gusta lo borramos -les dije, ellos volvieron sus caras para mirarme y luego siguieron a lo suyo.

Javier se separó y cogiendo a Ana de la mano, se la llevó a la cama. Rafa se fue con ellos.

Ella se echó en el centro de la cama boca arriba, con las piernas flexionadas y algo separadas, vamos dispuesta para que se la follaran, hoy estaba insaciable.

Javier se echó encima quedando sus cuerpos perfectamente acoplados, besándose como si les hiciera falta para respirar. Rafa estaba de costado al lado de ellos, pero apenas tenía chance para meter mano a mi novia, tal era la acaparación que le hacía su amigo. Así estuvieron un buen rato, no demostraban tener ningún tipo de prisas, sus besos eran interminables. Tuve que poner el vídeo en pausa, a la espera de algún otro movimiento.

Éste llegó por una nalgada de Rafa a su amigo.

-Ayyyy... cabrón déjame tranquilo que acabas de follar.

-Deja que se ponga ella encima, que así no puedo ni tocarla cabronazo.

Ellos giraron quedando mi novia encima de Javier.

De inmediato Rafa comenzó a acariciar todo el dorso de Ana, deteniéndose en su culo al que masajeaba y apretaba sin descanso. El pollón de Javier totalmente erecto asomaba entre los glúteos de ella.

-Rafa prepárale la polla y me la metes que no me aguanto más.

Él miró a su amigo que le hizo un gesto, para indicarle que no tenía más remedio que obedecer. Entonces tomó la decisión y agarró aquel pollón, le dio un buen meneo y se la colocó en posición para que él solo tuviera que empujar.

Ana no se había perdido nada de lo que le hizo Rafa a su amigo, luego miró a Javier con una gran sonrisa, que se le cortó de inmediato en la primera embestida de su amante.

-Uhmmm... qué gusto!!!! cómo me gusta tu polla cabrón... pégame fuerte... ahhhh...

-Te gusta como te follo zorrita, ¿Te doy más fuerte?

-Sí, me encanta como me follas... me gusta tu polla cabrón... dame como quieras... pero no pares... ahhh...

Así estuvieron durante toda la follada, no paraban de dedicarse todo tipo de adjetivos, a cual más guarro, quedando muy claro que la polla de Javier era la predilecta de mi novia.

-Espera que te quiero follar de costado.

Era la posición que más me gustaba para el vídeo. Su polla se veía en todo su esplendor, entrando y saliendo del hermoso coño de mi chica, ¡Qué toma estaba haciendo! Ni una peli porno podría mejorar aquello.

-Chúpame el clítoris -le indicó a Rafa, que en esos momentos le estaba comiendo las tetas.

Dejó las tetas, le dio un morreo y se bajó para iniciar una buena chupada, llevándose de camino un buen golpeo de huevos en su barbilla, hasta el punto que se los cogió con la mano izquierda para que no le golpearan más.

Aquello ya no iba a durar mucho más y ambos anunciaron su próxima corrida con jadeos de ella y bufidos de él. Mi novia llevó su mano derecha al culo de su amante y le dio un leve pellizquito.

-Ahhhh... chupa masss... me voy a correrrr... dame mas fuerteeee... me corrooo... agggg...

El orgasmo le llegó como si la atravesara un rayo. Su cuerpo se arqueó quedando tenso, para de inmediato volverse a encoger con un gran estremecimiento, luego ya no paró de retorcerse sobre el pecho de Javier.

Éste al sentir las contracciones de Ana en su polla, no pudo aguantar más y le soltó un primer disparo de leche en su interior, antes de que le llegara el segundo, se salió de ella y se lo soltó a Rafa en toda la boca, que seguía intentando chupar el clítoris, antes de que reaccionara le largó un tercero y un cuarto lechazo, por fin se pudo salir de allí y los siguientes cayeron en el vientre y el pubis de mi novia.

-Puagggg... serás hijo de p...! qué asco...! mira como me ha puesto -me dijo, mientras un hilo de semen le salía por la comisura de los labios.

Su cara y su pelo estaban llenos de lefa por todos lados, él se movía nervioso sin saber qué hacer. Yo paré de grabar, cogí una toallita y se la di para que se limpiara. En cuanto la cogió se frotó toda la cara y el cuello, luego escupió sobre la propia toallita,  deshaciéndose del semen que seguía en su boca, que no fue mucho por cierto, lo que me hizo suponer, que se había tragado gran parte de lo que le entró en la boca.

Después me miró y yo le hice un gesto para que supiera que en el pelo había más. Llevó allí su mano libre apartándola al momento llena de un cuajo de esperma en toda la palma, que se limpió sin parar de jurar en arameo.

Los tres lo mirábamos conteniendo la risa, él arrojó la toalla al suelo cogiendo otra limpia para limpiarse la mano y el pelo.

-Menudo cabrón -le dijo a su amigo-, ésta me las pagas, ya verás -luego miró a mi novia-, es que me ha echado toda la leche en la cabeza, ¡Hasta en la boca!

Ella no pudo aguantar más soltando una gran carcajada, contagiándonos a Javier y a mí, que nos doblábamos sujetándonos el vientre.

-Seréis cabrones, es que estáis conchabados, ¿No? -dijo, mientras iba calmándose poco a poco.

-Tío que no veas lo que me has echado, parece que llevabas un año sin correrte. ¿Pero porqué lo has hecho?

-Ha sido uno de los caprichos de Ana, ya sabes, a ella no se le puede negar nada.

-Joder, voy a ducharme que parezco una puta en una orgía.

-Espera ven aquí -le dijo señalándole su otro lado en el colchón.

Él se acercó con algo de precaución, ya no se fiaba de ninguno de nosotros tres.

Ella le hizo lo mismo que en la otra ocasión a Javier. Le lamió la cara y lo besó en la boca.

-A mi me gusta como sabes y como hueles, ¿A ti no?

-No sé, ¿Ahora que me vas a hacer? -le preguntó algo acojonado.

-Ahora en cuanto me limpie mi novio el chochito, te vas a poner un preservativo y me vas a follar, ¿Quieres? -le respondió tendiéndolo boca arriba-, después nos ducharemos todos.

Ya me había tocado otra vez a mí hacerle una limpieza de bajos. Resignado por fuera, pero contento por dentro, le sorbí la leche que le dejó Javier y me la tragué directamente.

-Muy bien cielo, si quieres me preparas el culito -me dijo.

-No cariño, folla solo con él, hoy de uno en uno -le dije con una gran sonrisa-, no te preocupes que luego no te vas a librar de mi enculada, zorrita mía.

Ella no dijo nada, solo asintió sonriendo para que me tranquilizara. Me iba a hacer caso, así que follaríamos con ella de uno en uno tal como le había pedido. Javier me miró asintiendo también y Rafa tampoco dijo nada pero se ve que conocía lo que ocurrió el otro día, porque no preguntó a qué me refería cuando le dije eso último.

-Y ahora a ver cuántos orgasmos te saca el amigo Rafa con ese ímpetu que le pone para follarte, -le dije dándole un pequeño morreo y una nalgada en su culo.

Había que levantar el ánimo por si se había quedado un poco cortada con mi negación. Entonces yo mismo cogí un condón de la mesita de noche para ponérselo de inmediato.

Rafa me miraba a mí primero, luego a Javier y por último a mi novia, sin perder detalle de todo lo que ella le ofrecía allí acostada, dispuesta para que él la follara como quisiera. No se podía creer la suerte que tenía. En la vida se había acostado con una mujer como aquella, preciosa, muy sensual,  cariñosa y por supuesto súper ardiente en las relaciones sexuales.

Estaba tan absorto en sus pensamientos, que hasta Javier le tuvo que pegar una nalgada para que espabilara haciendo que pegara un repullo al salir del trance. Los tres nos tuvimos que reír.

Pero el cabrón se repuso enseguida y ya le estaba metiendo su rabo al que guiaba con precisión con su mano derecha, mientras la izquierda la apoyaba en la cama. Una vez lo tuvo entero en su interior se acercó para besarla muy tiernamente primero, pasando a un gran morreo después. Las caderas de ambos permanecían inamovibles. La estaba saboreando, de eso no cabía ninguna duda y ella se lo permitía y lo disfrutaba junto a él.

Al final fue ella la que con un leve pero inequívoco movimiento de cadera, lo incitó a que se pusiera en movimiento. Por supuesto Rafa entendió la insinuación de Ana arremetiendo contra el coño de mi amada con una rapidez en sus penetraciones que hasta me hizo sonreír al mirar la cara de Javier, sorprendido tanto como yo al ver la tremenda reacción de su amigo.

Mi novia se saltó los gemidos iniciales de una follada normal, comenzando directamente a dar grandes quejidos que se tendrían que oír en la garita de los vigilantes de la urbanización. Qué manera de follar tenía el cabrón de Rafa, aparte del aguante para mantener ese ritmo y no correrse de inmediato. Miré a mi novia y mantenía los ojos semicerrados, la boca abierta sin dejar de dar gritos de placer y sus manos agarradas a los antebrazos de su follador, de tal manera que los nudillos los tenía casi blancos de la fuerza que hacían. Las tetas se movían con un movimiento extraño, como si vibraran. No era el movimiento típico del balanceo cuando la follábamos Javier o yo mismo.

En menos de dos minutos mi chica explotó en un fuerte orgasmo que ni ella misma habría podido imaginarse.

-Aaaahhh... uhmmmm... aggggg... meeeee... me corrooooo... aaahhhh...

Apenas había terminado de correrse cuando ya estaba recuperada. Tan rápido fue que perdió la intensidad de cuando lo disfruta con nosotros dos. En fin, así era la forma de follar con que este cabronazo se beneficiaba a mi novia.

Se quedaron muy quietos mirándose a la cara para luego volver a besarse en un morreo brutal. Al poco ella le volvió a dar la salida al fórmula 1 con otro nuevo movimiento de sus caderas. Se repitieron los rapidísimos mete y saca como si de un pistoletazo de salida lo hubieran puesto en marcha. Otra vez consiguió que ella se corriera en un pispás. Aquello era increíble, ¿Pero de donde había salido este tío?...

Él se salió de ella en cuanto terminaron los efectos de su orgasmo para cambiarse de preservativo.

-¿Te puedes poner a gatas? -le pidió.

Mi novia se volteó buscando la nueva posición sin decir nada y él se la metió de un solo empellón hasta el fondo. Antes de empezar se deleitó amasando sus tetas, acariciando su trasero y su espalda. Luego se acercó a ella y le dio varios mordiscos en el lóbulo de la oreja, besos y mordiscos en su cuello. Otra vez quedó su polla incrustada en el coño de Ana sin ningún movimiento visible por mí al menos.

Después se irguió y comenzó a follarla como cualquier persona terrenal, o sea, a buen ritmo pero normal, sin aceleraciones exageradas.

-Ana, ¿Puedo hacerlo por detrás? -le imploró.

Ella se quedó un momento en silencio, después echó su vista hacia mí que me encogí levemente de hombros, dándole a ella todas las opciones.

-Claro que sí cielo, si tú quieres no te vas a quedar con las ganas. Así relajo un poco mi vagina. Prepáramelo tú cariño -se dirigió a mí.

-Espera, dijo Rafa sacando un tubo de lubricante del cajón de la mesita de noche, para dármelo. También aprovechó para coger otro preservativo.

-Cariño pónselo tú que Rafa es muy torpe, no vaya a ser que se rompa ahí dentro -ahora la orden era para Javier.

Desde luego la muy puta se estaba poniendo las botas con nosotros, nos manejaba a su antojo como si fuésemos sus marionetas, ahora con uno más, sus órdenes no cesaban y todos nos llevábamos nuestra ración de polla, semen o lo que fuese de otro. Aquello también tenía mérito, pues no había polvo en que no nos tuviera ocupados a todos.

Javier no puso problemas, así que le agarró la polla a Rafa, y otra vez se la chupó, buscando la aprobación de mi novia, por fin le puso el condón para colocarla en su entrada. Yo había terminado de lubricar el ano de mi chica, por lo que solo tuvo que comenzar a empujar.

Empezó despacio esperando que su penetración no fuera dolorosa para mi chica. No hubo ninguna queja por su parte y en varios empujones se la clavó entera.

-Ya está toda adentro Ana, ahora me voy a mover poco a poco.

Ella asintió sin abrir la boca y Rafa comenzó un lento mete y saca agarrándose con las dos manos a su cintura. Poco a poco fue incrementando el ritmo hasta ir subiéndolo algo más de la cuenta.

-Más despacio cielo, que me partes el culo cabronazo -le dijo dedicándole dos frases algo antagónicas en una sola parrafada.

Yo miraba a Javier haciendo que casi nos partiéramos de risa, pero sin emitir un solo sonido que los perturbara en su follada. Así estuvieron un buen rato sin cambiar de posición.

-Ana cariño, me falta poco ¿Puedo correrme en tu boca? -mientras se lo decía ya se salía de ella, se quitó el condón y mi novia se dio la vuelta para meterse el nabo en la boca, donde él descargó soltando bufidos con cada uno de sus disparos de lefa.

Poco después Rafa se fue a la ducha. Yo me eché al lado de mi amada para darle todos los besos que se merecía por darme esos momentos tan morbosos y placenteros, tanto para uno como para el otro. Javier estaba echado al otro lado de ella sin dejar de acariciar sus pechos y a veces su clítoris.

-Ahora te voy a hacer el amor, cielo. Llevo una hora con el rabo más tieso que un poste de teléfonos -le dije entre beso y beso.

-Claro mi vida, lo estoy deseando y no veo el momento para disfrutar contigo.

La puse de costado de cara a Javier. Ella retrepó su culo contra mí para facilitar mi penetración. De todos modos alguna indicación le dio a él porque enseguida noté cómo me agarraba la polla y la ponía en la entrada de su vagina. Al momento se la metí hasta los huevos.

Comencé a follarla lentamente al tiempo que le amasaba su teta izquierda, ella giró su cabeza y me dio un beso muy cariñoso. Javier intentó coger la teta que yo tenía agarrada y en un acto de compañerismo, se la ofrecí para que la disfrutara.

-Bésate con él -le dije oyéndome los dos.

Enseguida comenzaron un morreo a diez centímetros de mí, de forma que podía observar cómo se entrelazaban sus lenguas lascivamente. El morbo se me pasó a toda la longitud de mi polla. Tuve que ralentizar las penetraciones para no correrme allí mismo.

Nos cambiamos de postura, poniéndome yo sentado contra el cabecero de la cama, con mi novia sentada a horcajadas sobre mí apoyándose en mis hombros para deslizarse arriba y abajo de todo el tallo de mi miembro.

-Ven que te la chupemos entre los dos -le dijo ella.

Para no mentir, tengo que decir que compartir aquella hermosa verga con mi novia, para mí era el súmmum del morbo hecho realidad. Así que tranquilamente la íbamos compartiendo los dos a la vez, o de uno en uno. Yo procuraba que no hubiera mucha diferencia entre la mamada de mi novia y la mía. Yo la tenía cogida por sus glúteos facilitando que incrementara el ritmo de las penetraciones. Los tres estábamos próximos a corrernos. Javier se pajeaba a mucha velocidad apuntando a nuestras bocas, pero yo fui el primero que se corrió y estaba bufando como un toro mientras eyaculaba en el interior de Ana, cuando recibí el primer trallazo de lefa al que siguieron un montón más que nos repartimos mi novia, yo y el otro lado de la cama. La última fue ella que gemía como una descosida encima de mí.

Rafa que al parecer llevaba un buen rato en la habitación, me alargó una toalla para que nos limpiásemos mi novia y yo mismo de tanta leche como escurría de nuestros rostros.

Otra vez nos dejaron solos y quedamos un rato en silencio los dos tendidos uno al lado del otro, simplemente cogidos de la mano. Solo se escuchaba la ducha que se estaba dando Javier.

-Bueno, ahora nos duchamos nosotros y nos vamos a casa, que estoy muy cansada.

Después de la ducha nos vestimos y nos tomamos una copa en el salón. Rafa parecía que no se quería despedir de mi novia, teniéndola sentada en su regazo sin dejar de acariciarla, mientras le daba besos por las mejillas.

-¿Nos podemos seguir viendo aquí o en vuestra casa? -preguntó él.

-Mira Rafa, de momento podemos decir que lo hemos pasado muy bien contigo, tanto mi novia como yo mismo, ya sabes, -le dije dando por sabida mi condición de cornudo-, ya lo hablaremos Ana, Javier y yo para tomar una decisión de cara al futuro, pues los tres nos veremos afectados.

-Lo más importante ahora es que nos comprometamos a guardar la confidencialidad. Esto que hemos hecho hoy no puede salir de nosotros cuatro.

-Por eso no preocuparos, ya me lo ha advertido Javier, aunque no hacía falta porque no iba a decir nada a nadie.

-También tendríamos que conocerte mejor, la verdad es que no nos has hablado casi nada de ti -le dijo ella.

-Bueno en eso no hay problemas, si queréis nos vemos en vuestra casa los cuatro y os pongo al día de todo lo que queráis saber -le respondió, dándole un apretón contra él y un nuevo beso en la mejilla.

-Vale, ya te diremos lo que hayamos acordado.

Poco después, ya era de noche cuando nos despedimos de Rafa para irnos a casa.