Javi y sus experiencias sexuales 4
Javi sale de su barrio comienza a trabajar y descubre nuevas experiencias sexuales.
Había encontrado un trabajo, estaba feliz después de un largo periodo de paro me encuentro trabajando en Madrid capital, era como un respiro salir cada día del barrio donde hasta ahora me había movido, era como si me trasladara cada día a un mundo nuevo.
El trabajo no era lo mejor que me podía encontrar, pero dada las circunstancias del momento prefería estar ocupado en esto que no vagueando por casa haciendo guarradillas con Damian o viendo pelis a cada rato.
Mi relación con Raúl no era precisamente lo más perfecto que me había ocurrido hasta ahora, porque el tío parecía más enganchao a mi padre que a mí y la verdad yo estaba empezando a pasar de la movida.
Últimamente mi padre y Raúl se veían fuera de casa con frecuencia, quedaban después de trabajar y salían a tomar unas cañas, estaban entablando una buena amistad y quien sabe que más, porque entre ellos se veía mucha complicidad.
Dani y Damian tonteaban mucho, pero además de mantener una historieta entre ellos salían con pibas y tenían sus rolletes por su lado, además me contó mi hermano que Carmen una guarrona del barrio que está buenísima se había enrrollao con los dos un día y flipó la muy cabrona, ahora andaba detrás de ellos dos porque le encantaba ver como se enrollaban ellos y además tenía dos pollas a su disposición en la misma cama.
Yo estaba cambiando mis hábitos en general, ahora salía de casa muy temprano, tenia que tomar un tren que me llevaba a Atocha y de ahí coger el metro que me dejaba cerca de mi trabajo, ya no volvía hasta la noche pues no me daba tiempo de ir a comer a casa y cuando salía a las ocho hacia la misma operación de regreso con lo que antes de las nueve y medía no llegaba a casa, total que cuando me sentaba estaba molido y solo cenaba me duchaba y a la cama. Por ello a mi padre la mitad de los días ni le veía y Damian era el único que me ponía al corriente de lo que sucedía en mi casa y en mi barrio.
Incluso me contó una de esas noches en que llegaba a casa sin ganas de nada que Raúl ya alguna noche dormía en casa con nuestro padre mientras dormía como un angelito derrengado por el cansancio.
Total que poco a poco me fui sacando de la cabeza a Raúl y su poderosa polla y me dedicaba a hacerme pajillas yo solo e incluso alguna noche Damian se metía conmigo en la cama y nos lo montábamos nosotros dos solos.
Pues volviendo a lo de mi curro, les contaré que al menos entretenido estaba y aprendía rápido las labores cotidianas que me encargaba mi jefe, un tipo amable y simpático de mediana edad que no es que fuera precisamente un lumbreras pero si estaba al rollo de lo que se cocía en ese negocio.
Un día vino el dueño de la empresa sin aviso previo era un hombre de unos cuarenta años, alto, delgado, moreno con canas incipientes, vestía de moco clásico pero con un aire informal que le hacia mas joven de lo que era realmente, todo lo que llevaba eran ropas de buen gusto pero de aspecto juvenil y un tanto casual.
Aquel tipo me parecía atractivo, tenía algo que lo hacia distinto de la gente con quien normalmente me relacionaban y algo dentro de mi me hacia acercarme más a el.
-Hola Javier, ¿Cómo estas? ¿Estás contento con nosotros?
Hola, si, gracias estoy muy bien aquí con ustedes, me siento bien, muchas gracias.
-Perdona, me llamo Carlos, soy el dueño de esta pequeña empresa donde has venido a trabajar, me ha dicho Jode Luís que está contento de cómo lo haces y que aprendes rápido.
Muchas gracias señor Carlos, uno intenta aprender cada día para mejorar, ¿de eso se trata no?
-Llámame Carlos, hombre.
- Efectivamente, todos debemos mejorar cada día, así todos salimos ganando.
La verdad que mi jefe me parecía un tío atractivo y simpático, me molaba, pero debía guardar las composturas y no era plan de meter la pata con tonterías.
Pasaban los meses y mi relación con mis compañeros de trabajo era excelente, José Luis el encargado era un tío francamente buena persona, algunos días salíamos a comer juntos a una cafetería cercana donde tomábamos el plato del día, otras veces al terminar por la tarde nos tomábamos unas birritas antes de tomar el tren de regreso a casa.
Tenia otro compi de edad similar a la mía que era muy buena gente se llama David, es un poco patoso y le costaba trabajillo aprenderse los códigos de las mercancías y como introducirlos en los ordenatas, eso me daba a mi una serie de ventajas porque progresaba mas rápido y me estaba ganando la confianza de José Luis.
David era un chico muy introvertido, devoraba revistas de cómics y le encantaba todo lo manga, así que estaba al día de todos los videojuegos que salían al mercado y de todas esas chorradas.
Carlos el jefazo aparecía casi todos los días por la tienda sin previo aviso, yo sentía como me miraba con cierta simpatía , yo le echaba un ojo disimuladamente , me acojonaba pensar que me pillara mirándole o algo parecido, por eso andaba con muchísima cautela cuando fisgoneaba su entre pierna o su culete que no estaba nada mal.
Siempre tenía una palabra alentadora para conmigo, muchas veces me ruborizaba como un niño cuando me felicitaba por algo que había hecho bien ó cuando José Luis le decía que estaba hecho todo un figura, pero se respiraba buen rollito en el curro que eso es importante.
Yo sin querer estaba cambiando, últimamente había dado un giro bastante importante en mis vestimentas, usaba camisas para ir al curro, ya no me ponía vaqueros rotos ni zapatillas. Ahora usaba chupas mas chulas que me había comprado en tiendas del centro, encontré unos zapatos súper ways para ir al curro y así muchos cambios que al principio eran insignificantes pero trascurrido seis meses se notaban muchísimo para los que me conocían de antes.
Mi padre estaba mas tranquilito con respecto al sexo, ahora salía con una tía muy simpática que se llama Carmen y vive relativamente cerca, Raúl tenía un claro interés sexual conmigo después de inflarse a follar con mi viejo ahora andaba enrollao con un niñato medio punki que lo traía de arriba abajo en el coche por el barrio y terminaban a las tantas follando como locos en casa de Raúl.
Dani mi colega estaba encoñao con Damian y eso fue motivo mas que suficiente para que el distanciamiento fuera notorio en el trascurso de esos meses.
Mi padre algunas noches de fin de semana me llamaba a su cuarto y dormíamos juntos y como era importante mi calentura terminaba enrollándome con el, pero cada vez era mas esporádica esos encuentros sexuales, Carmen seguro que lo satisfacía bien, por lo que prescindía mas de mis encantos.
Yo había dejado de tener deseos con todos ellos, de vez en cuando en mis viajes de ida y vuelta a la ciudad había tenido miradas con algún tío pero no llegó a nada.
Después de seis meses trabajando en esta empresa José Luis y yo habíamos entablado una relación mas amistosa que de jefe y subordinado, ya conocía a su mujer Yoli y tenían una niña de escaso añito que se llama Alma.
David mi compi, no se implicaba, hacia su trabajo mecánicamente sin apenas mantener relación con nosotros.
Carlos el jefe en cambio cada día se mostraba mas cariñoso y simpático conmigo, el ya tenía una excelente relación con el encargado y ahora conmigo iba por buen camino, aunque el no sabia que a mi se me caía la baba por el.
Una mañana nada mas llegar y saludar a José Luis, me dice.
- Javi, Carlos quiere verte para arte algo.
A mi se me cambio la cara, pensé de inmediato en lo peor, pero el encargado al verme palidecer me dijo;
-Tranquilo tío, que no es nada malo, veras como te gusta lo que te dice, no seas tonto, ve a su despacho que te está esperando.
Llamé a la puerta con suavidad desde dentro una potente voz me indicó que pasara.
Carlos estaba sentado en su despacho, mirando cosas en el ordenata y levantando a vista me dirigió una amplia y bonita sonrisa.
Hola Javier, ¿Cómo estas? Le dije a José Luis que vinieras para comentarte unas cistas, anda pasa y siéntate.
Cerré la puerta tras de mi, tomé asiento frente a mi jefe y silencioso me dispuse a oír aquello que me estaba comiendo por dentro y debía oír.
Pues bien Javier, resulta que estamos muy contento con tus progresos e implicación en el negocio y pensamos que sería muy bueno para tu desarrollo con nosotros que vinieras a una importante feria del sector que hay en Barcelona.
Mi cara cambió y puse una de las sonrisas más maravillosas que he tenido en mi vida.
Bien, Carlos, para mi es una satisfacción poder ir a esa feria y que estéis tan contentos con mi trabajo, yo también me siento muy contento aquí con vosotros.
-Pues hecho chico, aquí tienes una hoja explicativa de en que consiste la feria, nos iremos la semana próxima , estaremos toda la semana fuera, asi que ve avisando a tu padre que vas a estar fuera en viaje de negocios.
-Ya te diré a que horas tomaremos el avión, y todos los detalles del viaje.
- por cierto déjame tu numero de móvil para tenerte localizado.
Salí del despacho como un niño a quien le han regalado una bici. José Luis que sabia todo, vino hasta mi y cogiendome de los hombros me sacudió diciéndome.
¿Qué chaval, te ha comido la lengua el jefe?
No podía ni hablar de feliz que me encontraba, pasado un momento de aquella impresión tan maravillosa, abracé a mi jefe y le di las gracias y después llamé a mi padre para darle la noticia, mi viejo estaba feliz y se alegró muchísimo por lo contento que yo me sentía.
Llegó el día del viaje, a primera hora de la mañana mi padre antes de ir a su trabajo me dejó en el aeropuerto de Barajas. Al poco de llegar al lugar donde debía esperar a mi jefe, Carlos apareció majestuoso entre medio de los demás pasajeros que se dirigían a facturar sus equipajes y sacar las tarjetas de embarque. Traía una maleta con ruedas y en el brazo un abrigo de color beige precioso, enrollado en su cuello una bonita bufanda de color vino tinto. Al verme alzó un brazo y me saludó con esa sonrisa suya que me cautivaba, yo al verle me puse nerviosismo, no estaba seguro si daría la talla junto aquel señor, pues yo solo era un niñato de barrio que era la primera vez que se montaba en avión y también que iba a Barcelona.
Me saludo efusivamente cuando nos encontramos, tanto que me sentí intimidado por el abrazo que me dio y que por mi inexperiencia no supe corresponder, pero supe mas tarde que el así lo interpretó.
Mi indumentaria para el viaje creo que era oportuna, había estado observando bien a mi jefe en su vestimenta desde que le conocí y había asimilado muchas cosas. También pregunté a José Luis que ropa era más apropiada para ir con el jefe a un viaje y junto a los consejos de este mas lo de mi padre me había organizado un vestuario apropiado y con cierto esmero creo que estaría a la altura de las circunstancias.
Yo también me había comprado una maleta con ruedecillas y juntos los dos empujando nuestras respectivas maletas nos dirigimos al mostrador de Iberia para facturar el equipaje.
Mi primer viaje en avión fue estupendo, quizás demasiado corto, pero la experiencia mereció la pena. Al legar a la ciudad Condal tomamos un taxi que nos llevó a un hotel impresionante en pleno paseo de Gracia, una calle llena de tiendas de moda y de casas preciosas de Gaudí un arquitecto catalán que marcó un estilo y una época importantísima en la arquitectura del mundo.
Pensé que Carlos tendría reservada dos habitaciones, me equivoqué, cuando llegamos a la recepción del hotel Carlos pidió la habitación que tenia reservada para los dos. Subimos al cuarto y el mozo nos esperaba en la puerta con nuestras maletas, nos abrió y entramos en una amplia suite muy luminosa con dos ventanales inmensos que daban al paseo de gracia. Una vez se marchó el mozo de hotel, Carlos eligió cama pues había dos enormes camas casi de matrimonio y colocamos las maletas y ordenamos nuestras cosas.
Ahora Javier iremos a dar un paseo por el centro de Barcelona para que lo conozcas un poquito y después iremos a recoger las credenciales a la fira de Barcelona.
A tus ordenes jefe, aquí he venido para que me digas que hago en cada momento, así que tu me llevas.
Salimos del hotel como dos amigos a pasear, vimos tiendas increíbles en el paseo de gracia, llegamos a la plaza de Catalunya y bajamos por las ramblas a bajo caminando entre los puestos de flores, yo estaba impresionado por tanto bullicio y los mimos que allí había.
En un momento del camino por las ramblas vimos el teatro del Liceo y el mercado de la Boqueria, después nos metimos por unas callejas estrechitas y entramos en el barrio gótico llegando hasta la catedral y después al palacio de la generalitat.
Se había hecho horas de comer, nos encontramos en una plaza muy bonita del barrio gótico donde había muchas terrazas. Allí nos sentamos los dos bastante cansados de la caminata y pedimos dos cervezas.
-¿te está gustando la ciudad Javier?
Sii, muchísimo, gracias Carlos eres mas que un jefe un pedazo de tío. No pude controlarlo y le dije aquello a mi jefe, me ruboricé. Mientras Carlos se moría de la risa al oírme.
-No te preocupes chico, te ha salido del alma.
Carlos ordenó al camarero una serie de raciones para comer, sin preguntarme eligió por los dos y la verdad que todo estaba exquisito.
Después de dar cuenta de tan suculenta comida, emprendimos camino hasta la fira donde debíamos acreditarnos, bajamos ramblas abajo y vimos el puerto de Barcelona , era la primera vez que veía el mar desde hacia varios años, también vimos el puerto olímpico desde lejos y continuamos el largo camino hasta llegar fira de Barcelona a los pies de Montjüic .Después que Carlos realizó los tramites pertinentes para acreditarnos como visitantes profesionales salimos a la plaza donde un taxi nos llevó hasta el hotel.
-¿estas cansado chico?
Dijo Carlos en tono cariñoso cuando nos dirigíamos al cuarto.
Pues la verdad que un poco, está siendo un día con muchas emociones y después la caminata que nos hemos dado ha sido importante.
-pues ahora tenemos un ratito para descansar antes de salir a cenar, puedes tumbarte en la cama incluso si te apetece darte un baño o ducha, lo que prefieras.
Una vez estuvimos en la habitación Carlos me explicó el funcionamiento de todo, entró al baño que era enorme, tan grande como toda mi casa de Madrid. Para mi sorpresa un espacio importante del cuarto de baño lo ocupaba una bañera redonda de tamaño impresionante que Carlos me explicó era un jacuzzi.
-¿te has metido alguna vez en un jacuzzi Javier?
No, nunca he estado dentro de esos baños de burbujas, respondí.
Mi jefe abrió los grifos de la gran bañera y salió a la habitación y con toda la naturalidad del mundo comenzó a desnudarse.
En un instante Carlos estaba desnudo, su cuerpo me cautivó, era un hombre cuidado , tenía un bonito torso recubierto por vello en la zona del pecho y una hilera que rebajaba por el ombligo hasta la zona pélvica donde esa mata se volvía espesa y oscura.
Las piernas era potentes pero no gordas era las piernas de un hombre ejercitado pero para nada musculosa ni gordas, un abundante vello le cubrían todas sus extremidades tanto las piernas como los brazos.
Carlos se paseó desnudo por el cuarto a sus anchas, de vez en cuando me miraba de reojo, pero no decía nada, yo mientras tanto me había dedicado a ordenar mi equipaje en el armario y dejaba la maleta vacía en el lugar destinado para ellas.
Una vez hube terminado Carlos me dijo
-¿y tu que?
¿Perdona? No se que me quieres decir.
-pues que si no te desnudas, solo te decía eso.
Me contesto mi jefe que ahora me habla desde la cama donde se había tumbado y mientras me hablaba se acariciaba el pecho y su vientre.
Bueno, si la verdad que así como estas se debe estar bastante cómodo,
Comencé a desnudarme un poco cortado, pero pensé en la cantidad de hombres con quien había estado desnudo y porque no iba a desnudarme de la misma manera delante de aquel bello hombre que estaba siendo tan amable conmigo.
Ordené todas mis ropas y una vez estuve desnudo me fui a mi cama tumbándome junto a Carlos que no me quitaba ojo de encima, el se toqueteaba todo el cuerpo, yo no quería ponerme en apuros y preferí no mirarle por si me empalmaba. Aunque fijándome bien mi jefe tenía la polla un poco morcillona.
Preferí obviar lo que era claro y cerré los ojos quedándome dormido del cansancio acumulado de todo ese ajetreado día. Pasado un buen rato desperté desnudo sobre la cama y Carlos no estaba en la de al lado, miré hacia el baño y la luz estaba encendida, mi jefe estaba dándose una ducha.
Hola Carlos, perdona, me he quedado dormido, estaba un poco cansado.
-No te preocupes chico, todo lo contrario te viene bien un poco de descanso, nos quedan varios días aquí y no conviene agotarse desde el primer día.
Después de que el saliera, me di yo una buena ducha y viendo que ropas se ponía para salir el, me arreglé para salir a cenar con unos vaqueros nuevos que me había comprado días antes, una camisa bastante chula y una chaqueta que también iba a estrenar esa noche, como detalle de distinción me había comprado en unos hippies un pañuelo muy discreto que me relié al cuello.
Carlos al verme sonrió.
-Pero bueno, que cambio de look tam agradable chiquitín, estas muy guapo con esa ropa que te has puesto, si me permites te voy a poner un poco de colonia de las mías.
-¿te parece?
Si claro, encantado de queme des un poco de perfume de los tuyos.
-A ver elije de entre estos dos, que creo que son mas idóneos para un chico joven como tu.
Carlos me dio a probar en la mano la colonia y elegí una muy suave de un diseñador francés que consideré más oportuna.
has hecho una buena elección, haber que te de un toque final en tu nuevo look.
Carlos me estuvo examinando cada una de las cosas que me había puesto y revisó detalladamente mi indumentaria. Me quitó el fular que llevaba y me lo colocó de nuevo anudándomelo a su gusto, me dio un cinturón suyo para que me pusiera con mis vaqueros y pasó sus manos por mi pecho y espalda revisando que no llevara arrugas en mi chaqueta.
-Estas muy bien, creo que ahora estas perfecto para salir a las calles de Barcelona y te piropeen. De todas maneras mañana iremos a unas cuantas tiendas y compraremos complementos básicos para que estés guapísimo.
- Vas a estar hecho un bombón, vas a causar estragos estos días por la ciudad.
Me ruboricé por los halagos de mi jefe y le sonreí en señal de agradecimiento y aceptación de sus consejos.
Una vez estuvimos listos salimos a la calle, no hizo falta tomar un taxi, caminamos unas cuantas manzanas y entramos en un restaurante bastante moderno, la verdad que la decoración era impresionante, un maître vino a saludarnos, ya Carlos había reservado una mesa para los dos, antes de sentarnos tomamos una copa en una barra central que, un señor tocaba el piano creando un ambiente bastante agradable.
Por primera vez en mi vida tomé un dry Martini, era una bebida súper fuerte, cargadita de ginebra con su aceituna dentro de la copa, chulísimo, como en las pelis americanas.
Yo estaba que flipaba, Carlos sabía tantas cosas, me estaba quitando la venda que tenía en los ojos y ahora yo estaba descubriendo un mundo maravilloso que desconocía por completo. No sabía como agradecerle tantísimas muestras de cariño y amabilidad como mi jefe estaba teniendo conmigo, lo mejor que podía pensar era en no fallarle porque el tío era cojonudo conmigo.
Una vez nos sentamos en la mesa para cenar, Carlos pidió otro dry Martini para los dos, la verdad que aquel coctail estaba muy bueno y daba un puntito súper.
-Javier si no te importa déjame que elija por ti lo que vamos a comer, este restaurante es muy moderno, habrás oído hablar de la cocina de fusión pues bien, vamos a saborear muchas cosas en porciones pequeñas, algunas te gustaran mas que otras pero al final habrás saboreado cosas diversas. ¿Te parece bien?
Yo asentí con la cabeza y dije; muy bien, como tu quieras, a mi todo me parece estupendo Carlos.
Otra novedad para mi era que durante la comida el camarero iba ofreciéndonos vinos diferentes cada vez que probábamos un plato nuevo, le llamaba maridaje, yo no tenia ni idea de que era aquello, pero e daba la oportunidad de beber vinos que en mi vida había tomado anteriormente.
Lo estábamos pasando genial Carlos se moría de la risa con mis comentarios, con las caras que ponía cada vez que tomaba algo nuevo, había cosas que me parecían deliciosas en cambio otras cosas me parecieron asquerosas, pero me contuve en mis comentarios sobre las cosas y procuré ser lo mas educado y respetuoso posible.
Cuando terminamos de cenar tenia un chispazo importante por la cantidad de vinos que habíamos tomado pero me sentía alegre y divertido, a Carlos se le notaba también alegrote y dicharachero, y nos reíamos mucho muchas veces sin saber , vamos que teníamos un pato increíble pero lo pasábamos chupi los dos juntos.
Salimos a la calle y mi jefe decidió que antes de ir a dormir debíamos tomar una copita mas en algún garito que fuera divertido y caminamos un poco por las ramblas de catalunya hasta torcimos en una calle ancha donde entramos en un garito de categoría, los porteros eran dos maromazos enormes con unos abrigos negros imponentes, dieron las buenas noches y entramos sin problemas, el local era alucinante de grande y de bonito había una pibas de infarto y unos maromazos guapísimos, no se que me gustaba mas si los hombres o las mujeres que allí había.
Carlos pidió las copas en una barra atendida por chicos impresionantemente guapos iban vestidos como de calle, no eran los típicos camareros , se veía que eran niños pijillos que trabajaban para sacarse pelas pa sus cosas.
La música era way la verdad que con el puntillo que teníamos nos pusimos a menear el cuerpo al ritmo de lo que sonaba en la sala, sin proponérnoslo estábamos bailando los dos en una de las pistas que tenia el local, allí no había problema de sexos mientra bailabas cada uno bailaba a su aire.
Nosotros comenzamos un rítmico meneito donde los dos hacíamos movimiento sinuosos incluso morboseando el uno al otro sin dejar de mirarnos a los ojos,
Durante un buen rato estuvimos allí dándole al bailoteo incluso nos rozábamos y dábamos pases uno contra el otro de lo mas sugerentes.
Nuestras bebidas habían terminado, Carlos guiñándome el ojo me dijo.
-¿un cubatita más?
Sin esperar mi respuesta fue hasta la barra y volvió con dos vasos nuevos con sendos ron con cola, brindamos y continuamos a nuestro rollo, bailoteando como dos tíos que se estaban buscando entre ellos.
No me había dado cuenta que en la parte mas profunda de la sala había una zona mas oscura donde muchísima gente conversaba mientras tomaba sus copas, la impresión que yo sacaba de aquel local es que el ambiente era bastante ambiguo, pues a la vez que había unos pibones monumentales femeninos perseguidas por buitres que las acosaban, también había mucho jaleito de chicos y no tan jovencitos ligoteando con otros tíos y en especial en aquella zona mas oscura y profunda del garito es donde mas movimiento gay se
Con tanto como había bebido estaba que estallaba de ganas de ir al baño, le pregunté a Carlos si sabia donde estaban y muy galante me acompañó a los servicios.
Los baños era una pasado, aquello era mas elegante que muchas de las casas de mis amigos, era precioso, los meadromos eran en una pared donde caía una cascada de agua y todos los tíos se sacaban la polla allí a la vista de todos y meaban.
Yo estaba bastante bebidito, me fui al lugar donde se meaba y me saqué la polla saliéndome un buen chorro pues estaba que reventaba, a mi lado se puso Carlos que también debía tener bastante llena la vejiga.
Sin mucho pudor miré a mi jefe mientras meaba y bajando la vista indiqué su polla que soltaba un buen caño de orina, la tenía morcillona y al darse cuenta que lo miraba se la comenzó a menear despacito, aquello me puso canchondo y se me empezó a poner durilla, además me dí cuenta que mi jefe también estaba mirándomela yo secundé su acción y también me la meneaba despacio poniéndomela mas dura de lo que ya se me había puesto.
Nos miramos a los ojos y sonreímos contentos por las copas y Carlos me guiñó en señal de complicidad.
No me había dado cuenta que al otro lado tenia un pollo bastante guapote que al mirarle estaba meneándose el carajo bien duro que tenía porque se estaba percatando del morbeteo que teníamos mi amigo y yo.
-Creo que deberíamos irnos ya para el hotel.
Dijo Carlos guardándose la polla en sus pantalones y yendo hacia los lavabos para lavarse las manos.
Yo le seguí, haciendo lo mismo que el y le respondí a su afirmación.
Cuando usted mande jefe, partimos para casita.
Carlos rió y agarrádome por el cuello salimos del baño
Terminemos la copa y vámonos despacito para la cama, sino mañana vamos a estar que no vamos a poder dar un paso.
Cuando salimos del local eran bien entradas la madrugada, menos mal que el hotel no quedaba nada lejos y en menos de diez minutos estábamos en nuestra habitación.
Nuestro regreso fue muy divertido, los dos bebiditos y con la lengua bastante ligera a la hora de decir tonterías, hasta tuvimos el atrevimiento , yo al menos de agarrarme mas de una y de dos veces a mi jefe de manera sinuosa a su cintura y a colgarme de su brazo, el por su parte además de dejarse toquetear por mi, también me echó el brazo por mi cuello y entre bobada y bobada llegamos al hotel donde no teníamos que pasar por conserjería para pedir llaves pues teníamos tarjetas magnéticas para abrir la habitación.
Una vez dentro del cuarto, ya la habitación mas confortable fuera de la humedad que Barcelona tiene por su proximidad al mar nos fuimos desprendiendo de las ropas, yo no sabia muy bien como dormía mi jefe, yo por mi parte ni tenía pijama ni tampoco interés en utilizarlo.
Carlos fue despojándose de sus ropas sin mucho preámbulo, mientras lo hacia me gastaba bromitas referentes al baile que antes nos habíamos dado y cosas sin mayor importancia, rápidamente se quedó totalmente desnudo pasando al baño a orinar, mientras que yo ya desnudo me cepillaba mis dientes delante del espejo del lavabo le veía con la chorra agarrada soltando una buena meada dentro del inodoro.
-¿no tienes ganas de orinar chiquitín?
Si Carlos, estoy que me meo, pero termina tu, anda
-Ven anda mea aquí conmigo, como los niños pequeños.
Siguiendo la broma me acerqué junto a él y me puse a mear, los dos nos mirábamos las pollas que por el meneito que cada uno le daba a la suya mas el morbo que se respiraba en la habitación se nos estaba poniendo a ambos bastante empalmadas.
-Se te está poniendo dura la polla muchacho.
Pues anda que a ti, no tiene nada que envidiar a la mía.
Mientras decíamos esto ya habíamos terminando de orinar y continuábamos allí juntos con la polla en a mano acariciándolas, cada uno a la suya, hasta que Carlos sin mediar palabra agarró la mía y comenzó a pajearla suavemente.
Yo no tuve mejor idea que comenzar a acariciar a mi jefe, pasé mi mano por su pecho suavemente, le acaricié su cuello y sus labios yen esas estaba cuando mi boca no pudo resistir mas a tentación de besar los suyos suavemente a lo que fui correspondido con pasión por mi jefe.
Después de ese maravilloso beso Carlos me arrastró hasta el cuarto y en pie junto a la cama comenzó a recorrer todo mi cuerpo con sus manos dándome un placer inmenso que hizo que mi piel se erizara de tanto como sentía en aquel momento.
Quitó bruscamente las coberteras de la cama y me tendió con sumo cariño y ternura sobre las blancas sabanas echándose sobré mí con cuidado de no dañarme, era otro tipo de sexo el que ese hombre practicaba hasta ahora desconocido para mí. Era algo lleno de sensibilidad, de detalles de mimos, era amor, una continua manifestación de atracción llena de respeto cariño y mucha, mucha sensibilidad.
Carlos me recorrió con sus labios, quería conocer cada milímetro de mi cuerpo, saborear mi piel, mis aromas de juventud mi poderosa sexualidad concentrada en la tremenda erección que tenía, lamió todo, no dejó nada por saborear con su lengua.
Acercó su boca a la mía y introdujo su lengua dentro de mi bebiendo de mis jugos, saboreando todo mi ser, yo al mismo tiempo le palpaba, le deseaba de manera que antes jamás había deseado a ninguno de los hombres con quien había echado tan solo un polvo, una descarga sexual, hasta ese momento no comprendí la diferencia entre estar con Carlos y todos los demás.
Carlos con mucha prudencia y respeto cogió de una bolsa que tenia sobre la mesilla un tubo de crema, la puso sobre sus dedos y la untó en mi ano, mientras la esparcía sus dedos hacían círculos en mi zona rectal produciéndome un placer diferente, una vez creyó estaría dilatado se colocó un condón con sumo cuidado y parsimonia y buscando nuevamente mis labios me besó tiernamente pronunciando unas palabras mágicas.
Te quiero chiquitín.
Se colocó sobre mi y mis piernas se aferraron a sus caderas, el sutilmente comenzó a taladrar mi hoyo invadiéndome con su potente arma. Una vez dentro de mí paró y tras preguntarme como me sentía comenzó a follarme como jamás nadie lo había hecho.
Me cabalgó durante un buen rato, no sería contar esos minutos de placer en que fui poseído por Carlos, para que, no necesitaba medir el tiempo en que me hizo sentir tan lleno de amor, de respeto, ese hombre era diferente, me estaba abriendo los ojos al mundo, estaba enseñándome a vivir de otra manera a como lo había hecho hasta ahora.
Caímos rendidos, Carlos me abrazó fuertemente, me besaba me acariciaba después de un orgasmo brutal en el que los dos estallamos al mismo tiempo. Dormimos placidamente el uno sobre el otro sin movernos durante el resto de la noche hasta que las claras del nuevo día comenzaron a dar evidencia de su nacimiento através de los dos inmensos ventanales.
Despertamos cansados y un poco perturbados por el alcohol que la noche anterior bebimos, besé tiernamente a mi hombre que se aferraba a mí sin dejarme escapar de su lado. Carlos era lento de despertar se estiraba y refunfuñaba como un niño, pero no dejaba de tenerme agarrado como si de una posesión suya me tratara.
Para comenzar el día decidir aplicar mis conocimientos amatorios con otros hombres y sin preámbulo alguno, me bajé como pude hasta tu polla que naturalmente estaba muy dura y empecé a mamarsela con la mayor pasión que he puesto nunca en ese desempeño Carlos emitía gemidos cortos y su respiración estaba entrecortándose de placer, después de darle una buena mamada a su polla le ensalivé sus dos orondos cojones que recubiertos de vello me los metía de lleno dentro de la boca y los trataba con suma delicadeza, después hurgué en sus mas bajos lugares hasta localizar el hoyito anal, rosadito y lleno de pelitos que me hacían cosquillas en la cara, saqué la lengua y fui introduciéndosela poquito a poco haciendo movimientos circulares, ya los gemidos tímidos de Carlos era grititos entrecortados seguidos de otros mas largos, una vez
Consideré que mi jefe estaba bien lubricadito me coloqué un preservativo y un poco de crema en mis dedos y una vez se la esparcí por su ano lo puse de costado y le elevé su pierna y sin miramientos comencé a penetrarle despacito y sin ningún tipo de obstáculo por parte del propietario de la empresa para quien trabajaba.
Lo cabalgué de esa guisa por buen rato, mí rabo entraba y salía con agilidad y tras ese tiempito le icé las dos piernas y lo culeé mirándolo a los ojos y comiéndole las boca con gula hasta que el hombre sin poder aguantar ni una envestida mas se me corrió encima de mi pecho y vientre ante tal visión yo pegué dos envestidas mas me salí de sus adentros, me quité el condón y me corrí abundantemente sobre el.
Después de un respiro y mil besos apasionados fuimos juntos a la ducha donde ambos nos frotamos bien quitándonos todas nuestros pringosos efluvios pasionales después nos vestimos adecuadamente para nuestro día de trabajo y salimos a desayunar en una bonita cafetería de paseo de gracia y de ahí la fira donde pasamos el día trabajando.
El resto de nuestra semana de trabajo en Barcelona continuó de la manera mas maravillosa que yo podría soñar, descubri junto a mi jefe lugares preciosos de la ciudad, comimos en restaurentes tipicos de diferentes barrios , comimos mariscos, pescados butifarras, pan con tumaca y cuantas cosas mas.
Salimos de compras por tiendas modernisimas y quizas hasta mejores que las de Madrid , me fui haciendo un nuevo guardarropa, Carlos me obsequiaba con regalos insignificantes pero que a mi me emocionaban, me aconsejaba en las cosas que me debia comprar de buen gusto, incluos me asesoró en un nuevo estilo de ropa que debería adoptar.
Nuestra relación en la cama estuvo llena de sexo maravilloso, jugamos en todos los lugares de la habitación, nos dábamos jacuzzi casi todos los dias, salíamos cada noche incluso fuimos a discotecas gays donde bailamos como enamorados.
Pero llegó el día de regresar a Madrid de volver a mi casa, a mi barrio, pero desde ese viaje nada sería igual ya en mi vida, habia dado un vuelvo sustancial mi manera de ver las cosas en la vida.
Mi regreso al trabajo fue gratificante, José Luis notó mi cambio pero guardaba silencio , era un hombre prudente y no decía nada, solo sentía que yo me encontraba bien, ere feliz.
Mi relación con Carlos era excelente, yo guardaba la compostura ante mis compañeros y marcaba distancias con el jefe , pero una vez estábamos a solas o nos reencontrábamos en lugares a salvo de las miradas de los compañeros nuestras pasiones se desbordaban.