Javi y su familia (2)

Continua la historia de como Javi y su familia se conocen mejor gracias a un gran miembro.

Tras lavarse y volver a la cama, Juan le preguntó a Rita el porqué de tales calenturas y Ésta solo le dijo un “tenemos que hablar” que le dejó algo intrigado, pero haciendo uso de su afamado pasotismo, se tumbó y se durmió.

PARTE II

Por la mañana, el primero en levantarse fue Juan.

Siempre madrugar más que los demás. Le gusta tomarse su tiempo a solas, mientras todos duermen aún. Luego, no hay lugar tranquilo en la casa hasta que todos se van.

Fue al baño a orinar y mientras se sujetaba la verga, se tocaba el culo resintiéndose de la sesión de la noche anterior.

JUAN

El primer beso de Juan fue a los once años. Era muy amigo de su vecino y siempre estaban juntos. Un día, solo pasó. Antes de cumplir los quince ya se habían dado por culo el uno al otro y tras separarse por ir a estudiar a ciudades diferentes, Juan tuvo una serie de amantes ocasionales, que nunca parejas, con más y menos suerte.

Nunca tuvo del todo claro lo de ser homosexual. Le gustaba ver a una mujer guapa, las curvas, estar con ellas, pero en el plano sexual, lo único que conocía eran hombres y estaba bastante a gusto. Quizá por eso no le pico nunca la curiosidad.

Como en todas la vidas, hubo un punto de inflexión, conoció a Rita. Era totalmente diferente a todas las chicas que conocía, a todos los chicos. Era tan sincera que hasta daba miedo. No tenía ningún tipo de tapujos ni tabúes, para ella todo era natural.

Empezaron a quedar hasta que un día Rita le propuso follar, a sabiendas de su condición sexual y que nunca había estado con una mujer.

Lo que hizo Rita, fue para Juan la mejor experiencia de su vida. Ella se lo folló como una mujer, pero también lo hizo como un hombre. Así, ella descubrió que le gustaba dar sexo anal a los hombres tanto como a las mujeres.

Cuando Rita le propuso, tras quedar embarazada, formar una familia algo diferente, tuvo sus dudas, pero aceptó confiando en que las cosas saldrían bien.

Luego, tuvo que explicar a sus hijas, junto a su mujer, qué hacía ésta follando con otro.

De ahí surgió una relación más estrecha con Eva, su hija mayor, que confundida con su sexualidad, buscó consejo en su padre tras saber de la bisexualidad de éste.

Juan volvió con sigilo a la habitación y pensó que estaría bien echarse un rato más, pero Rita ya estaba despierta y faltaba una hora aún para levantarse.

Rita entonces empezó a contarle a Juan con mucha naturalidad lo acontecido tanto con su hija como con su hijo.

Charlaron durante casi una hora y al final decidieron que habría reunión familiar y que darían la oportunidad a cada uno de hacer lo que considerara correcto.

Por su parte, ella dejó muy claro a Juan que quería follar con sus hijos. Tenía que probar la poya de Javi, y con sus hijas, probada una, tenía sed de más.

Juan solo apuntó que le daba morbo imaginar como de grande sería la poya del chaval, no dijo nada sobre sus hijas.

Tras la charla, desayunaron con Eva y Laura en una charla vanal muy distendida.

A las diez de la mañana solo estaban en casa Javi y Laura. Javi no osaba salir de la habitación por miedo a encontrársela, no sabría qué decir.

Laura golpeó la puerta de Javi y sin esperar respuesta entro.

A Javi casi le da algo. Laura estaba desnuda, con el pelo suelto tapándole un poco la cara y bastante sonrojada.

  • Si la montaña no va hacia Mahoma, que Mahoma vaya hacia la montaña- le dijo eslla en plan sensual.

  • N.. no es así, es al revés -musitó Javi.

  • Calla tonto.., llevo un rato esperándote en mi cama y no vienes. No quiero masturbarme pensando en tu poya, quiero tu poya.

  • Pero Laura, yo no sé si.., otra vez - Javi, se hacia el confundido, pero el trozo de carne que le empezaba a sobresalir de los calzoncillos lo delataba.

Laura se acercó a la cama donde Javi estaba sentado frente a ella. Le apolló las manos en las rodillas y se acercó a su oido.

  • Tú tienes un problema, no todas las tías están hechas para tu enorme poya. Yo tengo un problema, estoy hecha solo para una poya como la tuya. Quid procuo, yo te ayudo follando cada vez que haga falta contigo y tú me ayudas dejándote follar cada vez que haga falta conmigo. Es justo, no??

Y justo cuando Javi iba a hablar, Laura comenzó a besarle en los labios, muy suave, muy dulce. Humedecía la boca de su hermano mientras lo besaba, hasta que atrapó su labio inferior entre sus dientes y le mordió, poco a poco, incrementando la presión, hasta que llegó un punto en que Javi la empujó. Aquello le dolió.

Javi, tocándose el labio, dolido, la miró unos instantes.

  • Puta!- le dijo con una media sonrisa malévola.

  • Si -contestó su hermana, volviéndose a acercar, pero esta vez no fue un suave beso, fue un morreo apasionado del cual ambos calleron tumbados en la cama sin parar de besarse mientras Laura desnudaba a su hermano.

Una vez desnudo, Javi se incorporó un poco apoyando la espalda en la pared y se agarró la poya con la mano por la base. Miró a Laura a los ojos y le hizo un casi inapreciable gesto, pero justo para que Laura entendiera lo que su hermano quería.

Esta se colocó a cuatro patas y empezó a tragarse la verga de su hermano. no lamía, ni si quiera chupaba. Aquello era algo más parecido a intentar asfixiarse que a comer una poya y por estrambótico que pareciera, a Javi le calentaba muchísimo ver como su hermana no se sacaba su poya de la boca hasta que le daban fuertes arcadas.

En poco tiempo, de la boca, e incluso de la nariz de Laura, empezó a salir una gran cantidad de saliva muy viscosa.

Laura, cada vez que se sacaba esa poya gigante para respirar aprovechaba para pajear toda la longitud con dos manos, y mientras intentaba metérsela entera en vano, iba recogiendo toda la saliva que podía y se la untaba bien en el coño y en el culo.

Masajeaba los cojones de Javi mientras apretaba el palo contra su garganta y se dió cuenta que cada vez que se acercaba al ano del chico éste daba un pequeño respingo hasta que aprovechando una bocanada de saliva que casi vomitó, empezó a meterle un dedo en el culo a su hermano.

Javi, lejos de asustarse, empezó a gemir de placer y sorpresa y pronto eran dos los dedos que de su hermana que Javi tenía bien metidos en su culo.

La comida duró casi quince minutos, hasta que Javi decidió que tambien quería comerle el coño a Laura y se lo hizo saber. Ella se abrió de piernas casi tumbada y se agarró por las rodillas hasta que casi tocaban su pecho.

Le pidió a Javi que jugara con su culo y lo agrandar bien, que luego querría meterse su tronco por él y en menos que canta un gallo, tenía a su hermano comiendo de su coño con uno, dos, tres y hasta cuatro dedos trabajándole el culo.

Cuando Javi, presa del morbo y la excitación, no pudo más, en un rápido movimiento y sin variar la posición de su hermana, se arrodillo frente a ella y apuntó a su culo el enorme rabo.

  • Métela de golpe, métela va, joder!!

Laura estaba deseando sentirla toda dentro y Javi lo hizo tal y como su hermana pedía, apretó y le incrustó dos terceras partes de poya en el culo de un golpe. Luego, poco a poco fue metiéndola toda, había algo de resistencia en la parte más profunda del culo de Laura, pero al final entró.

Empezó a bombearla, despacio al principio pero aumentando la velocidad, hasta que después de un rato forzando marchas, paró sin aire.

Laura no quería parar. Le hizo sentarse y se puso sobre él.

Le preguntó al oído si prefería coño o culo y él le respondió lo segundo, así que Laura se la metió en el culo y empezó a cabalgarlo.

Laura no tardó mucho en tener un orgasmo. Aquello era demasiado para ella. Tenía la poya de sus sueños entrando y saliendo de su culo con la furia que ella misma le imprimía mientras su hermano le apretaba fuerte las tetas resoplando como un burro.

En cuanto empezó a decelerar y a convulsionarse Javi le pidió que no se detuviera, pero el orgasmo era muy fuerte y no respondía. El aliento solo le llegó para decir en un leve suspiro “córrete en mi boca”.

El chico se arrodilló, colocó su miembro en la boca de su hermana y comenzó a follársela mientras le seguía tocando las tetas con una mano.

El ritmo de sus embestidas aumentaba y la presión que hacía al metérsela a Laura en la boca también. Pronto, Laura no podía casi respirar mientras con asombrándose a sí misma notaba como la poya de su hermano entraba cada vez más.

En las últimas acometidas, fuertes y profundas, Javi agarró con las dos manos la cabeza de Laura y llegó a meterle tanto el rabo que sus cojones llegaban a golpear la barbilla de su hermana con el vaivén de la follada.

En el momento en que soltó el primer chorro, Laura tuvo una fuerte arcada y una gran convulsión que hizo que se arqueara sacándose la poya de Javi de la boca.

El chico, acabó de correrse sin soltar mucha leche viendo como su hermana se retorcía en la cama chillando y medio tosiendo mientras si estrujaba las tetas de una manera que seguro tenía que dolerle.

Laura se estaba volviendo a correr, pero esta vez sin tocarse. El hecho de meterse tanta poya en la boca y que le cupieran casi treinta centímetros de carne había colmado sus expectativas y había elevado su morbo y su lascivia hasta tal punto que su orgasmo fue automático y sincronizado con el de su hermano.

Javi se sentó tras acabar de eyacular alucinado porque Laura seguía gimiendo.

Estuvo más de un minuto retorciéndose hasta que sus ojos se encontraron con los de su hermano y esbozándo una sonrisa se acercó a él y puso su cara al lado de su poya.

Y así, con Javi sentado con las piernas abiertas y Laura dándole besitos en la poya destrozada por los dos mayores orgasmos que nunca había tenido, se durmieron.

Eva llegó a antes de las diez a la universidad. Tenía un día malo. No sabía porqué pero no se sentía bien y decidió pasar de la primera clase e ir al bar de la facultad.

Cuando llegó, se sentó en el único sitio de la barra que quedaba libre, el que no le gustaba a nadie, detrás de la columna. Era un sitio demasiado estrecho para ella y sus tetas.

Pidió un cortado y antes de que se enfriara lo suficiente para poder probarlo, escuchó voces familiares. Eran sus dos pasiones. Su amiga Elisa, su confidente, su amante ocasional y su gran amigo Luis, otro gran amante ocasional. Se pusieron en la otra punta de la barra y antes de que Eva pudiera reaccionar y saludarles, vio como se besaban.

Algo se rompió en su interior. Incomprensiblemente aquello le hirió y no entendía porqué ya que no había ningún tipo de acuerdo tácito de fidelidad entre tales amigos y ella.

EVA

Eva fue una chica tardía. Tardó en andar, tardó en dejar el pañal, las papillas, en dejar de llorar en el colegio, en dejar las muñecas, en tener novio e incluso en desarrollarse.

Hasta casi los dieciséis, estaba plana como una tabla. No tenía apenas pecho y su culo y su cadera caían desde su axila rectos hasta el suelo.

Siempre fue la machorra de la clase. No por bruta, sino por poco afeminada.

El año del cambio, le vino todo de golpe. Primero fue su cara y su culo. Se redondeó su tez y su culo empezó a tomar una forma que llamaba la atención. Luego vinieron sus ganas y curiosidad por el sexo y por último desarrolló unos pechos enormes y firmes.

Su primer beso fue con su amigo de la infancia, con el que tuvo su primera relación sexual.

En la universidad, se comió su primer coño en una fiesta en la que decidió probar marihuana.

Más tarde, sin drogas de por medio, descubrió que le gustaba es sexo lésbico. En realidad descubrió que no sabía qué le gustaba, o afinando mejor, qué le gustaba más.

Durante bastante tiempo mantuvo relaciones tanto con aquel amigo de la infancia como con su nueva amiga dejándoles saber acerca de su confusión sexual.

En el momento en que vio a sus dos amantes besarse entre ellos y sin saber porqué, se vino un poco abajo.

Dejó dos euros al lado del café y se marchó dando la vuelta por la columna, sin ser vista.

De camino a casa, en el coche, estuvo llorando los diez minutos de marcha.

Desganada y tras secarse los ojos entró con tranquila, con la parsimonia del que quiere llegar tarde a una mala cita para evitar un mal rato, de tal manera que hizo poco ruido.

No oyó a nadie, pensó que estaba sola, pero de repente un grito rompió el silencio de la casa.

Subió escalera arriba y se acercó a la habitación de Javi, despacio y con sigilo.

Lo que vio volvió a cambiarla por dentro, pero no como antes. Sintió morbo, una gran excitación y curiosidad y un terrible apetito voayeur que tuvo que complacer.

Su hermana estaba boca arriba en la cama de su hermano con la piernas plegadas y las rodillas en el pecho mientras éste le daba por culo penetrándole con la poya más monstruosa que nunca hubiera imaginado.

Se pasó allí todo el rato que duró la follada. No estuvo escondida, de hecho ni se movió todo el rato, pero los protagonistas de su película estaban tan concentrados que ni notaron que eran observados.

Se quedó observando hasta que ambos se quedaron dormidos.

Más de cinco minutos después que Javi, que fue el último en dormirse, cerrara los ojos, Eva entró, sacó su móvil y estuvo haciendo un montón de fotos de sus hermanos.

Cuando acabó de tomar las fotos que creyó pertinentes, salió de la habitación cerrando la puerta con cuidado.

En su habitación, Eva se desnudó, se tumbó en la cama y empezó a masturbarse con una mano en su clítoris y la otra con el móvil.

Cuantas más fotos veía más rápido se masturbaba.

Pasó de frotarse el clítoris a meterse los dedos.

Estaba penetrándose con tres dedos cuando puso una foto del coño de Laura y empezó a lamer la pantalla del teléfono. Pasó otra foto más y era el rabo de Javi, en reposo y gigante. Se volvió loca, quiso tenerlo dentro y lo que hizo fue meterse el teléfono en el coño, con la foto de la poya puesta deseando que se convirtiera en ella.

Llegó al orgasmo después de un buen rato frotándose el clítoris, con el móvil dentro de su coño y dos dedos en el culo.

Cuando se repuso, se vistió y se fue de casa.

Al bajar, por precaución a pensar en sus hermanos dormidos, desnudos y juntos, tocó el timbre de la entrada al cerrar la reja.

Continuará.

Todas las sugerencias, críticas y comentarios son bienvenidos.