Jaqui

Mordieron sus tetas y sus pezones hasta que Jaqui se retorció de dolor. Jaqui estaba en manos de tres salidos empalmados que amenazaban con romperle el coño, el culo y quien sabe que más

Jaqui estaba en clase de química pintándose las uñas y hablando con la chica del pupitre de al lado, el profesor, un sesentón, le dijo:

-¿Podemos enterarnos los demás de que hablan, señorita Roble?

Jaqui, con voz de chulita, le respondió:

-¡Es privado, viejo!

-¡A la oficina del director!

Era la cuarta vez que iba esa semana a la oficina del director, que era el tiempo que llevaba en ese colegio. Entró sin llamar. Allí estaba el director con un jovencito sentado sobre sus rodillas detrás de la mesa.

Con su voz de sobrada, preguntó:

-¿Molesto?

El joven se levantó. Jaqui vio que tenía los pantalones bajados. Le vio la polla, y para más sorpresa, otro joven salió de detrás de la mesa. Los conocía solo de vista.

-¡Vaya juerga os estabais montando!

El director, un cuarentón, alto, moreno y cachas, ya que también era profesor de gimnasia, le dijo a uno de los muchachos:

-Cierra la puerta con llave, Lucas.

Jaqui ni se inmutó. Lucas, subió el pantalón, abrochó el cinto, fue y cerró la puerta.

-Traela aquí, Lucas, que le vamos a quitar la chulería.

Lucas, un joven de estatura mediana, rubio, de ojos azules y tan cachas cómo el director y que Fernando, el otro chico, que era algo más alto que él, moreno y de ojos negros, la abrazó por la cintura para que no se escapase, pero Jaqui, le dijo:

-No hace falta que me agarres. Voy yo sola, no me mete miedo el viejo. Ya sé lo que me espera.

Jaqui, vistiendo una minifalda gris de tablas (tenía unas piernas preciosas), una blusa blanca, una corbata, una chaqueta azul, unos calcetines blancos y unos zapatos negros, fue contoneando las caderas, subió un escalón, y al llegar al lado del director, sin abandonar su chulería, extendió las manos con las palmas hacia arriba, y le dijo:

-¿Qué hay de nuevo, viejo?

-Ahora mismo lo vas a saber, perra.

Álvaro, el director, no le iba a dar con la regla en las palmas de las manos cómo hacía siempre, echó la silla hacia atrás, la puso sobre sus rodillas, cogió su regla de madera, le levantó la falda y le bajó las bragas negras.

Jaqui, a la que sujetaban los dos chicos, le dijo:

-¡¿Qué haces, cabrón?!

El director cogió una mordaza elástica con un respiradero, se la puso, y le dijo:

-¡Vas a aprender a llamar a la puerta, zorra!

Le dio con ganas:

-¡¡Trassssss, trasssssss, trasssssss, trassssss, trasssssssss, trasassssss, trassssssss, trassssssss!!

Jaqui, no se quejó. Era dura. El director, la puso boca arriba sobre la mesa.

Lucas y Fernando, a cuatro manos, le abrieron los botones de la blusa. Hicieron que se incorporara y le quitaron la chaqueta, la blusa y el sujetador negro. El director cogió dos cuerdas en un cajón de la mesa, y les dijo:

-Atarle las manos a las patas de la mesa.

Se las ataron. Echada de nuevo sobre la mesa cogieron una teta cada uno, una teta dura con bellos pezones y areolas de color marrón y se las magrearon, chuparon y lamieron... Mordieron sus tetas y sus pezones hasta que Jaqui se retorció de dolor. Jaqui estaba en manos de tres salidos empalmados que amenazaban con romperle el coño, el culo y quien sabe que más. Le quitaron los zapatos, los calcetines, la falda y las bragas. Su coño peludo estaba empapado. Fernando, le dijo a Lucas:

-Pena que no estuviera aquí la hermana Aurora (era una monja profesora de religión), se lo pasaría en grande.

-Cómele tú el coño.

-¡Qué asco! ¡¡Está perdido de babas!!

El director, le dijo:

-Sois un par de maricones.

Álvaro cogió en un cajón de la mesa dos pinzas de plástico de tender la ropa, se las puso en los pezones. Se metió entre sus piernas, le levantó el culo con las dos manos, y lamió desde ojete al clítoris arrastrando los jugos mucosos. Los Tragó. Le metió la lengua dentro del coño más de media docena de veces, Le chupó los labios vaginales, se los lamió, lamió y chupó su clítoris. Jaqui no paraba de retorcerse y de gemir. Los dos cabrones tiraban de las pinzas para causarle más dolor. Chupándole el clítoris, Jaqui, comenzó a correrse. Al director se le llenó la boca de jugos, que tragó con lujuria. Aun no acabara de correrse cuando le clavó la polla hasta las trancas. Le quitó las pinzas de las tetas y le dijo a los alumnos:

-Soltarle las manos y mamar, solo mamar, al que le muerda le muerdo yo a él.

Fernando y Lucas le soltaron las manos y mamaron. Tiempo después el director le quitó la mordaza.

-Darle las pollas a mamar a la putita.

Le acercaron las vergas a la boca. Jaqui ya estaba entregada. Las cogió con las dos manos y las fue mamando por turnos mientras Álvaro la follaba con fuertes embestidas al tiempo que le magreaba las tetas.

Jaquí, poco después, dejó de mamar, y apretando las pollas, exclamó:

-¡¡¡Me corrroooo!!!

Se corrió ladeando la cabeza, estremeciéndose y gimiendo, Alvaró, viendo aquel sensual cuadro, se corrió sobre sus tetas. No le dieron tregua, Lucas, ocupó el lugar del director. Se la clavó, luego la agarró, la quitó de la mesa y comenzó a follarla de pie. Jaqui rodeó su cuello con sus brazos y su cuerpo con sus piernas, Fernando, cogió la regla y le dio en las nalgas.

-¡Trasssssss, trassssss, trasasssss, trassssss!

Jaqui, estaba tan cachonda que le dijo:

-¡Más fuerte, cabrón, dame más fuerte!

Le volvió a dar.

-¡¡Trassssss, trasssssss trassss, trasssss!!

-¡Más, dame más, maricón!

-¡¡Trassssssss. trasssssss. trasssssss, trasssssss, trassssss, trasssssss, trasssssss, trasssssss, traasssss, trasssssss!!

Jaqui ya echaba por fuera.

-Cómeme el culo que lo estás deseando.

Fernando, se agachó, le cogió el culo con las dos manos, y le lamió y le folló el culo con la lengua. Jaqui, al sentir la lengua en su culo le comió la boca a Lucas. Al rato, Fernando, le metía la polla en el culo a Jaqui, que exclamó:

-¡Hostias cómo duele!

Poco después, el: "Hostias cómo duele", dio pasó al: "¡Cogerme con más fuerza, cabrones!"

Tras una larga follada, por las piernas de Lucas bajaba la humedad del coño de Jaqui. El director, palote de nuevo, se la metió en el culo a Fernando... El muy maricón se corrió dentro del culo de Jaqui. Lucas, viendo la cara de gozo de su amigo y sabiendo que Álvaro lo estaba enculando, se corrió dentro del coño de Jaqui, la preciosidad ya no aguantó más, se corrió, diciendo:

-¡¡¡Me muerooooo!!!

El director le llenó el culo de leche a Fernando. Sonó el timbre. Jaqui tenía que volver a clase. Antes de irse, y mientras se vestía, el director sacó de un cajón una especie de látigo hecho con cuatro cuerdas cubiertas con cera derretida y dejada a secar, y mostrándoselo, le dijo:

-Si vuelves por aquí te espera esto.

Jaqui, sonrió, y subiendo las bragas, le dijo:

-Volveré.

Quique.