Jamás pensé que mis fantasías se harían realidad 2

La continuación de la que fue una de las noches de mi vida llenas de lujuria y pasión

... Presionó mi cabeza contra su coño húmedo y completamente lubricado, empecé a chuparle y a introducir mis dedos poco a poco, podía escucharla gemir, el placer la estaba embargando, yo quería desnudarme, quería masturbarme mientras me comía su coño, desafortunadamente mi ropa era demasiado ajustada para hacer eso, así que solo seguí disfrutando de ella, voltee un momento y pude notar que la erección de Alejandro era tal, que parecía que su pene se iba a reventar, así que me dirigí hacía el, y en cuestiones de segundos ya había sacado su pene del pantalón, ese delicioso pene qué tanto placer me brindaba, le di una buena mamada, Alejandro empezó a gemir, yo me lo llevaba a la boca con desesperación, eso me ponía mucho.

Sentí un beso en mi cuello, era mi asistente, de había metido debajo de la mesa, nos miramos fijamente y empezamos a besarnos, mientras yo acariciaba el pene de Alejandro. No me podía creer lo que estaba pasando, era demasiado placer y me estaba gustando muchísimo. Los tres estábamos disfrutando si duda alguna de aquel maravillosos momento.

Empezamos a jugar las dos con el pene de Alejandro el susurraba "paren por favor que me voy a venir" nosotras nos reíamos y nos deteníamos por segundos solo para besarnos y seguir provocando a Alejandro, escuchamos que se acercaba el mesero.

... "¿Van a ordenar algo más, caballero?"

Oh! Veo que no están las señoritas, no me diga que lo han dejado solo.

Alejandro: Si... Vamos a ordenar otra botella de vino. Mientras con su mano intentaba apartar nuestras cabezas de su pene y nosotras agarrabamos sus bolas.

Mesero: Con gusto caballero, pero... ¿Le pasa algo? No le veo muy buena pinta, ¿Está todo bien?

Yo no podía dejar de reírme así que me metí el pene de Alejandro a la boca, lo llevé completo a mi garganta y lo siguiente que escuché fue un... Aaaaaaahhhhhhh!!!!

Mi boca se llenó de semen, Alejandro acaba de tener un orgasmo, el mesero no paraba de decirle "¿Señor, que le duele? Necesito saber si está todo bien....

Alejandro finalmente le contesta con la voz entrecortada y la respiración agitada.

"Si señor, está todo bien... Lo siento, tengo cólicos y me están molestando un poco"

¿Cólicos? Pregunta el mesero; pues entonces en un momento le traeré una pastilla. Veré si consigo en algún lugar a sus acompañantes, deben estar en el baño, cosas de chicas, se tardan más de la cuenta.

El mesero se retiró, y Diana y yo empezamos a besarnos y a compartir el semen de Alejandro. Diana le dió un beso en el pene, que rápidamente tuvo otra erección y salimos de la mesa.

Ustedes dos sois malas, no saben la vergüenza que he pasado.

Pero te gustó, no? Le dije mientras me reía, vamos, sirvenos una copa de vino que eso de allá abajo no nos quitó la sed del todo.

Pues si que les voy a dar una copa de vino, dijo Alejandro... Pero en mi cama, vamos a pedir la cuenta. Que es mi turno.

Pedimos la cuenta nos llevamos la botella de vino y nos montamos en el carro.

Alejandro iba conduciendo mientras Diana y yo estábamos en la parte trasera, desvistiendonos y besándonos... Empecé a chupar las rocas tetas de diana, mientras ella devoraba mi coño sin parar, Alejandro conducía con prima mientras nosotras hacíamos un rico 69 y teníamos nuestra propia fiesta en la parte trasera del carro.

Alejandro se frenó en un semáforo y debo suponer que nos vieron porque tocaban las cornetas de otros autos y gritaba "ah por ellas campeón" nosotras solo seguíamos disfrutando del momento.

Llegamos al apartamento de Alejandro y estaba completamente extasiado.

Nos tumbó a las dos en la cama y saco unas esposas, un consolador, lubricantes, tenía de todo.

Lo primero que hizo fue sacar su pollo y se paró en la cama, nos dijo que nos arrodillaramos, puso su gran pene frente a nuestras caras y se empezó a masturbar y a golpearnos con el en la cara, cada vez que alguna de las dos intentababa agarrarle el pene, el nos azotaba con un pequeño látigo que cuero que tenía en sus manos.

"Son unas perritas malas y van a pagar, hoy no las voy a penetrar, pero van a gritar de placer" nos tomó a ambas por el cuello y nos dió un beso, luego escupió en nuestras bocas y nos volvió a besar, mientras nos acostaba en la cama.

Obedezca me ahora y besense entre ustedes Diana y yo sin pensarlo los beses empezamos a besarnos. Mientras él seguía frente a nosotras presumiendo su pene, se estaba masturbando y nosotras no podíamos si quiera tocarlo.

.... "Tetas, quiero que jueguen con esas tetas, no quiero escuchar una sola palabra, solo quiero gemidos está vez"

Empezamos a jugar con nuestras tetas, el cogió una botella de aceite y lo empezó a lanzar sobre nosotras, la sensación era demasiado exitante. Diana y yo nos estábamos disfrutando mucho, aunque en el cinto solo queríamos que el nos rompiera el culo con su enorme pene.

Se dejó de masturbar por un segundo... Olvidaba algo, dijo.

Se bajó de la cama y abrió una gaveta, de allí sacó un par de cajitas le dió una a Diana y me dió una a mi.

Abra las por favor; nos dijo.

Eran un par de consoladores Lush.

"quiero que Diana te meta el de ella, y tú le metas el tuyo a Diana"

Diana empezó a masturbarme y me metió el Lush en la vagina, luego yo hice lo mismo con ella.

Con sus manos nos enseñó que él tenía los dos controles, agarró las esposas, nos esposó a la cama, se acercó a nuestras vaginas, les dió un beso y les pasó su lengua caliente y húmeda, solo una vez; como para dejarnos más deseosas. Le puso el máximo voltaje a los consoladores y los accionó.

Empezamos a gritar de placer, eso era más de lo que esperábamos, diana y yo nos besamos, pero no podíamos tocarnos, estábamos encadenada, era un sufrimiento, Alejandro accionaba los controles y pasaba su pene por nuestras caras, AAAAAHHHHHH.... Siiiiiiiii que riiicooooooo!!!!

Era lo que ambas decíamos, la vibración se detuvo, Alejandro se acercó nuevamente, nos dió un beso y nos quitó las esposas... "Hagan lo que quieran entre ustedes"

Pude a Diana en cuatro patas, ambas necesitábamos ser penetradas, así que me puse el arnés, lo lubrique y empecé a comerle el culo a Diana, era delicioso, Alejandro seguía estimulandome con el lush, mientras yo le chupaba el culo a Diana, sentía que venia mi orgasmo, agarré mi pene de plástico y se lo introduje a Diana de un tirón aaaaaaaaaaaahhhhhhhh perra! Metemela hasta el fondo. Gritaba diana.

Ooohh si, que rico, dame más, lo quiero todo, mientras yo tenía a Diana a cuatro patas, Alejandro accionaba mi control dándole más potencia y al mismo tiempo se masturbaba frente a la cara de Diana.

"Porfin tengo a este par de perras gozando para mí, abre la boquita mi amor, que te voy a llenar de leche", le dió una cachetada y diana abrió la boca, segundos después Alejandro expulsó un chorro de semen llenando su boca y su cara, "tragatelo todo"

Diana se reía sinicamente y pasaba su mano por su Caba y se chupaba los dedos.

Lo que estábamos viviendo en ese momento era de otro mundo. ¡Dame más duro perra, me quiero correr! Me gritaba Diana, empecé un mete y saca más fuerte, le daba nalgadas, masturbaba su cuca, aaaaaaahhhhhhh!!! Sssiiiiiiiiiiiii...... Empezó a temblar, supe que había tenido un enorme orgasmos, los espasmos se apoderaron su cuerpo, le saqué el arnés del culo.

Alejandro se quedó atónito viendo semejante espectáculo...

"Que perra más increíble eres" me dijo, beso a Diana, me tomó por el cuello y luego me besó, sacó el Lush de mi cuca, de lo chupo, lo soltó en la cama y viéndome fijamente a los ojos, empezó a deslizar su mano en mi vagina.... Empezó a mover sus dedos en mi clítoris, movimientos suaves y circulares, me estaba masturbando lentamente, no dejaba de mirarme, me tumbó en la cama y siguió masturbándome, se reía, sacaba mi lengua, la chupaba, chupaba mis labios, el movimiento de su mano se hacía más fuerte, mis ojos se volteban de la excitación. Diana me chupaba las tetas, Alejandro me daba palmadas en la vagina, metió dos dedos, luego tres, besaba mi cuello, yo gritaba de placer, me jalaba del cabello, tomó su pene, empezó a deslizarlo por mi vagina...

¡Metemela por favor!

Hoy no será... Me decía.

¡Metemela! ¡Romperme la cuca!

Mi respiración se aceleró, empecé a sentir el orgasmo aproximarse y todo lo quería que era que Alejandro la metiera, mientras sentía como jugaba su glande humedo, con mi clítoris, me daba cachetadas, me besaba, resignada a qué ya no me metería el pene, no aguanté más y me corrí... Aaaaahhhh si, que divino! Cuando vio que estaba teniendo espasmos, tomó su pene y lo introdujo de un golpe una sola vez... Lo sacó y me dejó con ganas de más....

Si quieres contactar conmigo para cumplir nuestras fantasías, recuerda escribirme ravencrow1917@outlook.com