Jamás pensé que mi mi culo pudiera tragar se...

En el sauna conocía u hombre con veintisiete centímetros de polla y siete u ocho cms. de grosor. Se me ocurriió que a lo sumo podría mamársela pero nada más...

JAMÁS PENSÉ QUE MI CULO PODRÍA TRAGAR SEMEJANTE TRANCA 1

Por Lindo Culo 04.

Es enorme- le dije, mirando el socotroco que le pendía entre las piernas.

Veintisiete centímetros en plena erección- me dijo Ricardo, evidentemente orgulloso de su monstruoso y soberbio atributo.

Estábamos en el sauna, donde acabábamos de conocernos. Demás está decir que me acerqué fascinado por su tremenda poronga.

Y además se ve muy gorda. Me enloquecería mamártela, pero de recibirla en el culo, ni hablar.

Todos dicen lo mismo, especialmente cuando se enteran que en erección mi amigo tiene un grosor de más de siete centímetros.

¡Qué terrible! ¡Yo no podría dejar que me metan algo así, que me destrozaría el culo!

Sin embargo tengo muchos culos abiertos y cada día consigo alguno más

No te lo puedo creer- dije, mirando esa tentadorísima pieza de colección.

El secreto está en meterla cuando está en reposo.

¡Pero entonces le falta dureza para la penetración!

También para eso encontré la solución. Si la lavo con agua helada adquiere su minimo tamaño y la suficiente dureza como para penetrar cualquier ano.

Ajá…- medité reflexivo- pero igual es bastante grande, tanto como un pene normal en estado de erección…-

Sí, de modo que hace falta hacer algo más. Con dos dedos te voy envaselinando el ojete, para dilatártelo al máximo. Y justo antes de penetrártelo, y con la pija recién lavada con agua helada, me envaselino la pija y entonces te voy penetrando. Eso sí, tengo que hacerlo rápido para que se agrande con el calor de tu culo recién cuando la tengas adentro.-

Tuve que reconocer que parecía posible. -¿Y no me dolerá?-

Si lo hacemos con cariño no vas a tener de qué quejarte…-

Parece razonable- ya estaba definitivamente tentado. La idea de tener semejante verga dentro del culo, y sin que me doliera, era como un sueño hecho realidad. Ricardo supo que ya me tenía listo, y me condujo a un privado. Una vez allí me envaselinó el ojete, tal como había dicho, y luego salió un momento y volvió con un jarrito con agua helada. Inmediatamente metió su polla en él, y pude ver como alcanzaba un menor volumen y supe que con mi culo dilatado y envaselinado podría alojar su pieza.

Conciente del tiempo, me puso en cuatro, y sin vacilaciones comenzó a introducirme su enorme tranca, que aún sin erección tenía dimensiones notables. Pero pude recibirla en su totalidad, debo reconocer que con bastante placer de parte de mi culito.

¿Te molestia si te doy algunos besos en el cuello y te amaso los pechos?- me preguntó, mientras yo sentía que su pieza, al calor de mi orto, estaba cobrando vida.

Para nada, al contrario, esa es la parte del cariño que mencionaste- dije, mientras mi recién conocido amigo comenzaba con sus besos y manoseos.

Rápidamente su polla comenzó a crecer dentro de mi ano. No me dolía, pero sentí claramente como la dilatación de mi ojete iba aumentando.

Me estás agrandando el culo, mi cielo- comenté con voz sensual.

Sí, y después de la primer garchada lo vas a tener tan abierto que no te vas a olvidar más de mí.

La polla seguía creciendo, cada vez más caliente, gorda y larga. Y Ricardo seguía balanceándola con suavidad, un poco hacia delante y otro poco hacia atrás. ¡Ya me estaba cogiendo, y aún su tranca no había terminado de crecer!

Los otros que me he garchado, nene, han quedado con los culos tan abiertos que pueden recibir cualquier cosa. Y siempre están dispuestos a que vuelva a garchármelos.

Podía comprenderlos. Esa enorme garcha me llenaba el ojete llegando hasta los intestinos, y me lo había dilatado como jamás había sentido. Y mi amante había tomado completa posesión de mi culo y mi cuerpos sus besos calientes y húmedos en el cuello tenían el poder de hacer que me le ofreciera totalmente. Y el manoseo de sus manos en mis pechos me había puesto a mil. Me sentía el más puto de los putos, o mejor decir la más puta de las putas.

Conciente de todo esto, Ricardo estaba moviendo su gigantezca tranca con cada vez mayor ímpetu.

Ya no pude seguir hablando ni pensando. La garchada que me estaba dando me puso en órbita- Con los ojos turbios fui sintiendo venir mi orgasmo y sin mayor aviso, mientras mi amigo me daba cada vez más fuerte, mi polla comenzó a escupir semen hasta vaciarse. Pero la enorme garcha seguía y seguía, con vaivenes cada vez más largos. Y de pronto, con una encerrona larga y profunda empezó a llenarme el culo con sus chorros potentes y llenos de energía.

Satisfecho, pero lamentando que todo hubiera acabado, me quedé disfrutando el momento y esperando que Ricardo finalmente me la sacara.

Pero me equivocaba, luego de unos momentos volvió a comenzar suavemente con una nueva garchada, esta vez más lenta y larga.

Yo di vuelta la cabeza para que nuestras bocas se encontraran y nos enredamos en un apasionado beso de lengua.

Con mi culo totalmente entregado sentí como la trancota de mi garchador obturaba plenamente mi agujero, entrando y saliendo cada vez más apasionadamente.

A los diez minutos de esto, con estremecimientos y temblores de todo el cuerpo, con epicentro en mi ano, me corrí nuevamente, entre gemidos, jadeos y gruñidos.

Pero Ricardo continuaba con su garchada, con renovado entusiasmo. Yo le decía cosas tales como "¡Así, papito!" "¡Haceme tu puto!" y demás cosas por el estilo, a las que evidente ya estaba acostumbrado de tanto garcharse tipos con esa magitral polla.

Sus manos seguían apretando mis tetas mi culo y todo lo que se le daba la gana de apretarme.

Evidentemente estaba cada vez más caliente y pronto haciendo sus entradas y salidas cada vez más grandes, casi completas, empezó a soltarme una nueva serie de chorros que continuaron inundando mis intestinos, haciéndome sentir cada una de las pulsiones que acompañaban sus chorros de semen. En ese momento volví a correrme con estremecimientos.

Nos quedamos extenuados, con su tremenda virilidad enterrada hasta el fondo de mi ojete. Luego que nuestras respiraciones se tranquilizaron, le dije –fue maravilloso…-

-¿"Fue"?- me dijo mi tremendo amante, con algo de asombro en la voz.

  • ¿Te molestaría si te garcho una vez más?- preguntó con delicadeza. Qué decirle, estaba agorado pero con aquella enorme pija dentro del culo estaba dispuesto a decirle que sí a cualquier cosa.

  • No, que va. Date el gusto.-

Y me dejé culear por tercera vez. En esta vuelta, mi amante, ya mas calmado se dio el gusto de disfrutar a fondo de mi culo, agarrándome de los glúteos y las caderas y dándome lentamente, tomándose todo su tiempo.

Yo ya no podía pensar nada en el entresueño en que había quedado después de tanta garchada y con tan tremenda poronga, salvo algún que otro pensamiento que decía "¡veintisiete centímetros!, tres polvos al hilo" cosas así. Esta última garchada le llevó cerca de una hora y yo, con el culo ensartado y rebosante, ya no pensaba más nada, y cada tanto levantaba el culo y me corria, mientras mi amigo, ahora íntimo amigo, se daba el gustazo con su trancaza en mi agujerito, ahora agujerazo.

Cuando finalmente me la sacó, yo me había dormido y tenía los intestinos llenos de su semen, que había llegado tan profundo que ya no volvería a salir

por mi ojete. Luego se recostó a mi lado y siguió besándome con ternura, que apenas pude sentir en el entresueño maravilloso en que me había sumido, con mi culo completamente abierto.

Cuando me desperté ya se había ido. Me levanté tambaleante e inseguro y luego de vestirme salí a la calle con paso vacilante, como quien sale de un sueño, pero el vacío que había dejado en mi orto no había sido ningún sueño.

Bueno, ya sabía donde encontrarlo cuando pasara el suficiente tiempo como para haberme repuesto.

Si quieres comentarme que te ha parecido mi relato escríbeme a lindoculo04@yahoo.com.ar. Si conoces a otro hombre con una polla semejante a la de mi relato cuéntame o aún mejor envíame una foto. Van besos.