Jamas me hubiese imaginado (II)

Segunda parte de como el amor surje entre dos amigos, y aun en el paso del tiempo uno de ellos sigue recordandolo como el primer día.

II parte

Amaneció, cuando desperté ya no estaba a mi lado, imagino que por el cansancio me había quedado dormido hacia muy poco tiempo, pensé por un momento que todo había sido un sueño, pero al ver la cama de enfrente sin deshacer, me di cuenta de que era real. Había dormido junto a el abrazados como dos amantes de siempre, recordé paso a paso cada detalle de todo lo sucedido, de la ternura con que me había tratado, la pasión de sus manos al recorrer mi cuerpo, irremediablemente tuve una erección de campeonato. Y comenzaron mis dudas ¿ahora que hago?¿, ¿Qué pasara a partir de ahora?, Había sido él quien había dado el primer paso eso era cierto, pero ¿daría el siguiente?, Decidí dejar que las cosas siguieran su curso, lo unico que tenia yo muy claro era que me estaba enamorando cada vez mas de mi mejor amigo.

Buenos días- dijo

Hola, que tal dormiste- pregunte haber como reaccionaba.

De maravilla. ¿Nos vamos? El autobús ya llega, será mejor irnos.

Allí quedo todo, no mencionamos nada de lo sucedido, me ayudo a levantar, ya había sacado las cosas de los armarios tanto las del como las mías, me pregunto si me dolía el pie a lo que respondí que algo y nos marchamos.

Todo el camino fui pensando en lo sucedido, sin atreverme a preguntar, era evidente que era él quien tenia que dar el primer paso, la decisión estaba en sus manos, como estuvo de allí en adelante, era él quien decidía todo, y yo aceptaba todo lo que el pidiese, pero bueno eso seria adelantar acontecimientos.

Me acompaño hasta mi casa desde la estación de autobuses, me dejo a las puertas del negocio que tenia mi madre al lado de casa y se marcho en el taxi en el que habíamos llegado.

Nos vemos el lunes, mejórate.

Adiós- respondí sin entender nada de lo que pasaba.

Esa semana no fui al colegio, mis padres me llevaron al medico a revisar mi pie y este recomendó que me quedase en casa esa semana. Mi Madre avisa al colegio mi situación y me quede en casa. Discutí con mi madre pues no quería pasar una semana encerrado en casa, puse mil excusas para ir pero no hubo manera, estaría una semana sin verlo, sin saber nada del, y atormentándome.

Era viernes, sentía un nerviosismo increíble, las horas se me hacían eternas, estaba seguro de que sobre las seis de la tarde llegaría, lo vería bajarse de un taxi y volvería a ser feliz. Pero no fue así, pasaron las horas y no llego, me instale al lado del teléfono, y nada no sono. Tenia una mezcla de sentimientos, ansia, decepción, ¿qué pasaba, por que no me llamaba?. Estuve tentado a llamar a su casa, con cualquier excusa pero no lo hice, él debía hacerlo, yo tendría que esperar.

El Sábado me desperté muy temprano, mis padres habían marchado al trabajo, yo iba de la habitación a la ventana para estar pendiente de cuando llegara. Me duche, y mientras lo hacia me asome por la ventana del baño que daba hacia la calle y lo vi llegar. Mi corazón dio un vuelco, salí de la ducha rápidamente, me puse un pantalón corto una camiseta, y me fui al salón a esperar que sonara el timbre. Sentí las llaves en la cerradura de la puerta. La emoción se notaba en todo mi cuerpo, mi corazón latía a su máxima velocidad, y mis pantalones cortos parecían una tienda de campaña, me senté en un sofá desde el cual veía la puerta de entrada frente a mí, cogí una revista que había frente. Se abrió la puerta.

-Hola, ¿Cómo estas?, tu madre me dio las llaves.

Sin moverme de mi sitio, lo mire a los ojos y respondí – Bien aquí me, ves leyendo un rato.

Traía una mochila en sus hombros, unos vaqueros y una camiseta manga corta, que dejaba ver sus fuertes brazos, y lo marcado de su pecho. Recorrí todo su cuerpo con mis ojos, note el bulto en su entrepierna, pero no me moví del sofá. Vino hacia mi dejo la mochila en la entrada, se acercaba poco a poco, yo quería salir corriendo hacia él y abrazarlo, besarlo, decirle cuanto lo había extrañado, pero me contuve.

Se sentó a mi lado, con sus manos tomo mi cara y me beso en los labios, fue un beso apasionado que duro muchísimo tiempo. –Dios, te he extrañado tanto- me dijo, yo solo lo miraba, entregado totalmente. Se sentó y me acosté en su regazo y continuamos besándonos durante mucho tiempo, sentía en mi espalda la presión de su sexo que iba a reventar su pantalón vaquero, no dejábamos de besarnos.

-No sé si esto esta bien o mal, sé que nadie entendería lo que estamos haciendo pero necesitaba sentirte, besarte, esta semana ha sido insoportable sin ti, no nos separaremos nunca.

Esa Noche se quedo a dormir en casa, con la excusa de ponerme al día de todo lo visto en clase esa semana.

Antes de dormir me duche, él hizo lo mismo, nos fuimos a dormir y sobre las dos de la mañana, me llamo.

-Manuel, ¿duermes?.

-No

-¿Vienes a mi cama?

Me levante, me hizo sitio. Estaba completamente desnudo.-me acosté junto a el, yo estaba solo en calzoncillos y sentí el calor que emitía su cuerpo, y su polla dura que chocaba con la mía y mi estomago, me abrazo y comenzó a besarme. Nos besábamos muchísimo, mientras con sus manos recorría mi espalda, acariciaba mis nalgas a través del slip, metió sus dedos entre la goma y comenzó a sobarme las nalgas por debajo de la tela, mientras que introducía su lengua en mi oído.

Pensé que me volvería loco de tanto deseo.

Que bien hueles, me encanta sentirte. Sus dedos buscaban sitio entre mis nalgas, llego al centro de mi culo, y suavemente masajeaba esa zona. Yo me sentía morir, con mi mano masajeaba su pene, húmedo, a punto de estallar, mientras no dejábamos de besarnos.

Quiero hacerte el amor. Lo deseas tanto como yo, lo sé.

Me di la vuelta, y me saque el slip. –Que hacemos pregunte, yo no he hecho esto nunca con nadie, es mi primera vez.

Lo sé, yo seré el primero y el único, me perteneces, y este será nuestro inicio como amantes.

Se acostó boca arriba, y me pidió que me subiese a el de espaldas, mi cabeza quedo junto a la suya en la almohada, mientras mi cuerpo se subía a el. Yo era muy delgado, mi peso no representaba gran problema. Abrí mis piernas, él me tomo con cada una de sus manos mis nalgas y las abrió.

Con su boca al nivel de mi oreja, me susurraba que guiara yo su pene hacia el centro de mi culo, y así lo hice. Poco a poco, con mucha ternura, fue introduciendo, primero su glande. Me dolía mucho, pero no me importaba, necesitaba sentirlo, darle placer a el, aunque me doliese a mí. Una vez dentro la punta fui yo quien poco a poco muy empujando mi cuerpo hacia abajo hasta sentirlo completamente dentro, empezó un vaivén lento dentro de mí, mientras sus manos amasaban mis nalgas creándome un placer indescriptible. –Así, así, susurraba a mi oído, y me mordía el cuello. El dolor había desaparecido, era solo placer lo que yo sentía.

Una de sus manos subió hacia mi polla y al mismo ritmo que mi cuerpo, subía y bajaba su mano en mi miembro, mientras me follaba, me pajeaba, acelero mas su ritmo y yo presionaba cada vez mas mi culo sobre su polla, la sentía crecer cada vez mas dentro de mí. Era maravilloso sentirse poseído por el ser que amas, yo lo amaba y sabia que mi cuerpo le pertenecía. Acelero mas sus embestidas y sentí como sus fluidos calientes me invadían por dentro, en ese momento, alcance el orgasmo junto con él, mi esfínter se contraía y apretaba su pene exprimiendo todo lo que había en él, mientras que mi pecho se llenaba de mi propio semen. Quedamos desfallecidos en esa posición. Sentí como poco a poco aquel hermoso trozo de carne iba perdiendo dureza y abandonaba la cueva donde yo le había dado refugio, hasta que salió solo de mí.

Nos quedamos así abrazados en esa misma posición, durante un buen rato, mientras me decía al oído que, eso era el principio, que nos amaríamos siempre.

Las cosas no son nunca como pensamos, pero ese es tema de otro relato... Espero que les haya gustado, seguiré contándoles como continuo esta relación hasta que como todo en la vida acabo.

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