Jamas lo espere de ella

Fui a tomar unas cervezas con una amiga y terminamos teniendo una noche verdaderamente cachonda

Fue un sábado por la noche cuando al no encontrar a ningún amigo para disfrutar de unas buenas chelas, pase por mi amiga, su nombre es Andrea. Debo confesar que no es nada fea, pero tiene novio y no se despegan ni un segundo, razón por la que fue mi ultima opción.

Al llegar a su caza su novio se estaba despidiendo de ella y al verme pareció molestarse, pero quizas tenia prisa de llegar a su casa pues luego de unos segundos se esfumo.

Note a mi amiga extraña y le pregunte que tenia y me conto que acababa de pelear con su novio, en ese momento entendí que debía irme pero ella me pregunto que cual era el plan para esa noche, le dije que si quería tomar conmigo y acepto, se fue a cambiar de ropa y en unos minutos salió de su caza radiante, más arreglada de lo normal.

Platicamos un rato afuera de su caza y le pregunte a donde quería ir y me dijo que prefería quedarse en caza y beber ahí, fuimos por las cervezas a una tienda y en el camino aprovechaba para ver el hermoso par de nalgas que tiene, el solo ver como caminaba me estaba poniendo muy caliente y ella ni en cuenta.

Al llegar a su casa tomamos un vaso tras otro, mientras me contaba como su novio se volvía cada vez mas celoso y le hacia pasar momentos vergonzosos, por lo que pude notar, ella ya estaba muy mal con el y así llego el punto en el que la platica subió de tono, no se si fue a propósito pero mi mano empezó a recorrer sus piernas poco a poco mientras platicábamos hasta acariciar suavemente la parte de enfrente de su pantalón, a través de la mezclilla podía sentir un calzoncito de encaje, incluso le llegue a preguntar si usaba tangas o que tipo de ropa interior usaba hasta que me mostro muy poco de su ropa que traía puesta, fue muy poco pero con eso inicio el manoseo al por mayor.

Se desabrocho su pantalón y pude ver la parte de enfrente de su braguita color negro medio transparente por el material que era una especie de encaje por el cual atravesaban algunos pelitos. Luego le pedí que me mostrara por detrás pero no quiso.

Como ya estábamos de pie, la agarre de la cintura y la acerque a mi para seguir tocándola, aún no se abrochaba su pantalón, por lo que metí mis manos en sus bolsas traseras y fui bajando poco a poco su pantalón, en poco tiempo tenia medio bajado su pantalón y su calzoncito, comencé a tocarla hasta que por su cuenta me dio un beso.

Ese beso fue el indicador de que la tenia a mis pies, mientras recorría con mis manos su culo grande y liso, abrí sus nalgas para acariciar su ano, luego pase los dedos por su vagina la cual estaba chorreando de húmeda, la acaricie un poco hasta que se quito por completo su pantalón y así caminamos hasta su cama en donde una vez desnudos nos entregamos a una pasión irresistible, ella me monto mientras yo estaba viendo hacia arriba, la silueta que formaba su cuerpo y el movimiento hacia arriba y abajo que repetía me paralizaron por completo y podía hacer otra cosa que no fuera ver como sus nalgas se abrían para devorar mi pene.

Después de casi terminar dentro de ella cambiamos de posición al clásico estilo perrito en donde el espectáculo que daban sus grandes nalgas era aún mayor pues tenia a la vista un pequeño y claro ano, el cual empecé a penetrar con un dedo muy muy lentamente.

Una vez que esa cavidad dio de si, el placer era doble y por momentos el sigilo con el que actuábamos se olvido para gritar y gemir sin preocupación alguna.

Una vez que sentí que terminaría, saque mi pene y lo metí en su ano, no pude bombear como me hubiera gustado pues apenas dentro me corrí echando chorros y chorros de semen calientito que sin duda alguna Andrea disfruto pues termino rendida y luego de sacársela, el blanquizco liquido salió poco a poco.

Esa noche dormí junto a ella pero no podía dejar de pensar en que le fuera a decir algo a su novio. Por la mañana como a las 5 cuando aun seguía dormida, tome mi ropa y me fui de su caza.

Desde esa fecha nos hemos visto solo una vez y no tocamos el tema aunque al despedirnos me dijo que la próxima vez tendríamos que ir por otras chelas.