Jacobo el huertano
Aquel hombretón de campo cambió mi sexualidad y me hizo disfrutar de algo que nunca pensé.
Hola me llamo Anselmo y vivo en un pueblo de Zamora, la historia que os voy a contar cambió mi vida por completo y desde aquel día disfrute al máximo del sexo no solo con hombres sino también con mujeres y sobre todo con mi esposa la cual entendió perfectamente mis inclinaciones y decidió jugar conmigo a muchos juegos para tenerme siempre feliz y a su lado. Ahora tengo 68 años estoy jubilado y todavía seguímos follando casi todos los días, mi mujer es 20 años mas joven que yo y sigue estando de muy buen ver y su cuerpo sigue provocándome tremendas erecciones cuando la veo desnuda. Yo soy un hombre muy corpulento de 1,74 de estatura y 120 kilos de peso, tengo vello por todo el cuerpo pero no excesivo, calvo con barba, buen culo buenas piernas una polla normal aunque gordita y un buen par de huevos. Me sigo poniendo cachondo muy rapidamente y mis erecciones siguen siendo como cuando era joven, supongo que lo dará vivir en el campo y eso lo disfruto con mi mujer y con muchos hombres de mi pueblo y alrededores, los cuales a veces también follan con mi mujer en mi presencia.
Pero bueno la historia ocurrió no hace muchos años, yo ya estaba casado pero siempre miraba a los hombres de mi pueblo, especialmente a los hombres mayores y gordos, pero mi preferido era una hombre de unos 70 años. Era un hombre muy guapo de pelo blanco y barba blanca, media 1,65 y pesaba unos 100 kilos, era redondito, lleno de pelos de color blanco por todo su pecho y barriga, piernas fuertes de haber trabajado en el campo, brazos como columnas y unas manos grandes y fuertes. Cada vez que le veía cuando llegaba a casa o me follaba a mi mujer pensando en él o me hacía una paja en la ducha. Yo apenas hablaba con él era una persona muy reservada y a mi me daba miedo demostrar en mi pueblo lo que me gustaba, se llamaba Jacobo.
Un día en uno de los bares del pueblo estaba yo tomando una cerveza, hacía mucho calor y estaba refrescándome un poquito, cuando de repente entro Jacobo con la camisa abierta enseñando esa barriga y esas tetas coronadas por dos pezones enormes y duros.
- Pascual, ponme una cerveza que vengo muerto de sed.- le gritó al camarero
De un solo trago se la bebió entera y le pidió otra al camarero. Yo solo de ver a aquel hombretón me volvía loco y ya nota como mi polla se empezaba a mover bajo mis pantalones. Se la bebió también de un trago la siguiente cerveza y pidió otra más, incluso la anterior le había chorreado parte por su pechazo y le había resbalado por toda la barriga. Mi polla ya estaba dura como una piedra así que no pare de mirar a aquel hombre que además marcaba uno de los paquetes mas grandes que he visto nunca. Al cabo de la tercera cerveza pagó y se fue. Yo pensé un instante que hacer y sin pensarlo salí detrás de él y le seguí. Jacobo cogió su coche y se encaminó hacía las afueras del pueblo supongo que a volver a trabajar a sus tierras, yo le seguí con mi coche a una cierta distancia hasta que vi como paraba en una zona boscosa del pueblo y despareció tras los árboles, yo paré e intenté seguirle sin que me viera, Al final llegué a una especie de claro entre los árboles y vi como Jacobo estaba trabajando en un huerto enorme lleno de hortalizas, pero cual fue mi sorpresa que estaba trabajando desnudo, joder que panorama ver a mi amor sin ropa, con un culo enorme, blanco y duro y le vi también como le colgaban unos huevos enormes coronados por una polla preciosa, gorda y no muy larga. Yo al ver aquello, me desnude y empecé a tocarme mi panza, mis tetas mi huevos, todo, me pajeaba como un loco viendo como aquel hombretón se movía desnudo y sudaba como un animal trabajando en el campo. Me intenté acercar un poco más para verlo mejor y correrme mas a gusto, pero cuando ya estaba muy cerca solo tapado por el tronco de un árbol pisé una rama e hizo un ruido lo suficientemente grande para que Jacobo se diera cuenta.
- Quién anda ahí?- preguntó a voz en grito
Yo permanecí callado esperando que Jacobo creyera que no había nadie.
- sal de ahí de una vez, se que me has seguido desde el pueblo y se que me estas mirando desde hace un rato largo- volvió a gritar
Yo me quedé helado nunca pensé que me hubiera visto, pero al ver que me había descubierto decidí afrontar la posible vergüenza, así que salí detrás del tronco completamente desnudo y con mi polla todavía tiesa de la excitación.
Jacobo se empezó a reir a carcajadas.
- vaya vaya osea que te la estabas pelando a mi salud eh?- dijo riéndose
- ven que ya veras lo bien que lo vamos a pasar.- sentenció
Yo me quedé extrañado ante la afirmación de aquel hombretón. Ya estaba enfrente de él cuando vi que el también tenía el rabo duro como una piedra y debajo aquellos huevazos enormes, reconozco que ver a aquel hombre enorme delante de mi completamente desnudo me ayudo a relajarme y a dejarme hacer.
Sin mediar palabra me cogió la cabeza y empezó a besarme como un loco, me metió su enorme lengua mientras acariciaba y sobaba mis pezones y mi barriga hasta que llegó a mi polla y empezó a pajearme muy lentamente, yo estaba paralizado pero fue por breves instantes, me lancé a tocar todo aquel cuerpo sudoroso, lamí sus pezones su barriga, su ombligo, hasta llegar a su enorme verga que sin pensar metí en mi boca mientras sopesaba sus enormes huevazos.
- Joder con el Anselmo y parecía tonto, jejejej.- seguía riéndose Jacobo
- Sabía que esto te gustaba, tu mujer siempre me lo decía cuando follábamos en tu casa mientras tu trabajabas.- sentenció
Yo me quedé parado de repente, deje de chupar el vergajo y me incorporé y me le quedé mirando a los ojos.
- Que dices que te follas a mi mujer?- pregunté muy enfadado
- Tu mujer necesita mucho más de lo que tu la das, además fui yo la que la dije que se casara contigo, me la follo desde hace muchos años Anselmo y fue ella la que me dijo que a ti también te gustaban los hombres y que la ayudara a que tu fueras feliz al 100% con ella. Ella te quiere mucho Anselmo y por eso estoy yo aquí desnudo delante de ti para que tu goces de mi y yo de ti que también me gustas mucho, pero la Paca también me gusta y ella lo que quiere es teneros a los en la cama y a ti como marido, estamos? La explicación de Jacobo fue concluyente
No supe que hacer ni que decir, Paca me amaba yo lo sabía pero nunca pensé que me fuera infiel, por otro lado yo le estaba siendo infiel a ella en ese momento, así que decidí que la propuesta de Jacobo de ser nuestro amante me pareció buena y justa, además aquel hombre me volvía loco y lo podría tener en casa siempre que quisiera.
No nos dijimos nada más, las miradas fueron suficientes para saber que había acuerdo entre ambos, así que fue Jacobo quién esta vez se agacho y me empezó a comer el cipote con una maestría increíble a la vez que acariciaba mi panza y jugueteaba con mis pezones, a mi me tenía a 100 por hora, no pude más y le solté chorros de leche en la boca que casi no pudo tragar y le chorreaban por su barba blanca. Cuando dejó mi polla limpia se relamió la barba con mi semen y me dijo:
- Joder Anselmo como lo vamos a pasar los tres.
Continuara .