Ivonne, una hermana muy excitante. 4

Los animados espectadores no se quieren quedar solo así, mirando.

Ivonne, una hermana muy excitante. 4

Cada vez ivonne va subiendo de tono sus intenciones con los hambrientos espectadores...

A la mañana siguiente, se levantó a la misma hora que su marido. Se vistió de manera informal, con unos jeans y una blusa. Quería mantener su rutina, no parecer descarada ante su hermanito Javi y su amigo Sergio, actuar con la misma naturalidad de siempre, no levantar sospechas de su cada vez mas creciente libido. Desayunó con unas amigas, aunque apenas hizo caso a su plática. Tenía la mente en otro lado, se sentía emocionada de volver y reanudar el juego. Se pasó por la clase de pilates y llamó a la profesora de inglés para cancelar la clase. Quería llegar pronto.  A la una y media de la tarde, estaba de vuelta. Sergio ya estaba en casa, pero en la sala le esperaba el Sr. Kuri, que al parecer; al descubrirla medio desnuda un día antes, le había gustado aparecerse por la casa. Le molestó la visita, pero disimuló y fue amable con el jefe.

  • Buenos días, el Sr. Kuri. Hola, Sergio.

- Tenemos que redactar los objetivos, necesito tu ayuda.

- Está bien. ¿Quiere un café?

- Si, gracias.

Les preparó el desayuno a los chicos y le sirvió un café al socio de su marido. Parecía la sirvienta de todos ellos, con su cuerpo y sus movimientos como objetivos de sus lascivas miradas. El pantalón realzaba el volumen de su trasero. Tanto Javi como Sergio se dieron cuenta de cómo la miraba el viejo. No le quitaba la vista de encima. Ivonne estaba muy cachonda sintiéndose observada. Si supieran que se había bebido la leche de todos ellos. Después de desayunar, los chicos subieron a jugar videojuegos y ella acompañó a el Sr. Kuri al despacho del sótano. Ocupó el sillón frente a la computadora y el viejo al otro lado de la mesa. Tecleaba de acuerdo a lo que le dictaba el jefe. En una de las pausas donde ella ajustaba el texto, el Sr. Kuri se atrevió de manera desvergonzada con un comentario muy insinuante que la puso nerviosa...

- Me gustabas más como ibas vestida ayer, con las tetitas casi de fuera y medio desnuda. Fue un buen recibimiento.

Ivonne tragó saliva y dejó escapar una sonrisa nerviosa, sin saber cómo actuar. Estaba comportándose muy dócilmente ante él y todo debido a su calentura. En condiciones normales, no hubiese permitido un comentario así.

- No sea usted atrevido ni viejo verde Sr. Kuri. No sabía que usted iba a venir.

- ¿Yo, viejo verde? A mí ya ni se me levanta.

- Bueno, esto ya está, se lo mandé a su correo electrónico... Se levantó y rodeó la mesa colocándose a su lado, acomodando los papeles. Él continuaba sentado...

  • De todas formas, luego los imprimo para meterlos al archivo de Rafa.

Inesperadamente, le dio una palmada en las nalgas, con la palma abarcando su trasero.

- Qué buena estás, Ivonne.

- ¡Ay, Sr. Kuri!... se quejó volteando hacia él con la mano atrás.

  • No me toque el trasero, luego dice que no es un viejo rabo verde. Bueno, yo me subo, es tardísimo…

- Adiós, bonita... se despidió levantándose y siguiéndola para deleitarse con el movimiento de sus nalgas al subir los escalones.

El Sr. Kuri se marchó e Ivonne subió hacia su recámara. Era muy tarde, casi las cuatro. La había entretenido mucho y sentía que había desaprovechado una buena oportunidad de estar a solas con los chicos. Oía el sonido de la consola y comentarios acerca del juego, así es que entró sin tocar a la recámara de su hermano Javi. Estaban sentados en el suelo, en traje de baño, frente a la pantalla, cada uno con un control del juego.

- ¿Comieron algo? Miren qué hora es.

- Sí, Ivonne, no te preocupes. Ya comimos.

- Bueno, voy a mi recámara.

- Está bien Ivonne.

Entró a su recámara y dejó intencionadamente la puerta emparejada. Se desnudó de prisa. Se puso una tanguita muy pequeña color negro, con la parte delantera de muselina totalmente transparente, con tiras a los lados tan delgadas que parecían hilos. Se puso unas zapatillas de tacón (unas que ponían muy caliente a Rafa) y la bata con estampado de cebra. Apenas anudada a la cintura, con escote en V muy suelto para dejar ver parte de sus tetas. Se sentó al borde de la cama y se abrió la bata hacia los lados para dejar sus muslos al descubierto. Se acomodó con la espalda bien recta y comenzó a limarse las uñas, deseosa de que la espiaran. Los oyó salir al cabo de unos minutos. Como se esperaba, entraron a su cuarto, su hermano Javi en primer lugar. Iban en traje de baño, con el torso desnudo. La panza de Sergio botaba con cada paso. Los miró sin dejar de limarse las uñas. Se fijó en el bulto genital en el short de Javi. Con su cuerpo atlético, parecía un modelo de revista...

- ¿Aburridos?

- Sí... contestó su hermano

  • ¿Qué haces?

- Uff, estoy molida. Hoy ha sido dura la clase de pilates y creo que tengo una contractura en el hombro... mintió.

Sergio se detuvo frente a ella. Su hermano rodeó la cama y se subió de rodillas hasta detenerse detrás de su espalda. Ivonne notó el roce del bulto de Javi, notó la dureza de su pene. El, le bajó un poco la bata por los hombros hasta descubrírselos, dejándola en una posición muy sexy ante su amigo. Comenzó a masajearla. Sergio observaba fascinado delante de ella. La vio cerrar los ojos, relajada, moviendo el cuello.

- Ay, qué rico Javi, qué gusto tan grande, no sabes cuánto necesitaba esto…

Se reclinó sobre el torso de su hermano soltando la lima de las uñas. Las manos de Javi se deslizaron despacio hacia el escote, abriéndolo en su recorrido y tomando sus tetas. Comenzó a masajearlas ante los ojos de su mejor amigo, levantándolas por la base para pasarle luego la palma por encima de los ya erectos pezones.

- Ay Javi, nooooo!, qué haces?, no me toques así las bubis…

- Shssssss, tranquila Ivonne; deja que nos relajemos contigo... le dijo estrujandole las tetas con suavidad, sobándole los pezones con los pulgares.

  • Javi, no, por favor, esto no…

- Estamos muy calientes, Ivonne, nunca hemos estado con una mujer. Quiero tocarte…

- Javi!!!…

La besó rozándola con los labios, sobándole las tetas mediante suaves caricias. Ivonne exhaló con el ceño fruncido, haciendo clara su excitación. Con la mano derecha le acarició el cuello y la cara, volviendo a besarla apasionadamente. Ella le correspondía besándolo y pasando su lengua por la de él. Los pellizcos a las tetas cada vez más fuertes. Ya sus areolas se comenzaban a hinchar del placer que le estaba dando el masaje de Javi. Sergio se bajó el traje de baño hasta quitárselo y comenzó a jalarse la pija, una pija ancha y corta, con venas marcadas en el tronco. Presenciaba cómo su amigo la manoseaba y le tocaba las tetas a su hermana. Javi se apartó para mirarla. Respiraba por la boca con un gesto de placer en la cara. Le dio una palmadita.

- ¿Estás cachonda, Ivonne?

- Me estás poniendo, Javi, y no quiero…

La tomó por la cabeza y la dirigió a que viera a su amigo.

- Quiero que lo veas, mira cómo se la está jalando por tí, ¿te gusta?... Con las manos de su hermano en la cabeza, observó a Sergio desnudo, masturabando aquel grueso falo, con los huevos de un lado al otro al tiempo que subia y bajaba su mano. Miró a los ojos del amigo de su hermano.

  • ¿Te gusta su pija?... le preguntó de manera más enérgica... - ¿Te gusta?

- Sí, me gusta Javi…

Continuaba recargada sobre el pecho de Javi. El le pasó la mano derecha por encima de las tetas y le desabrochó la cinta de la bata, abriéndola a los lados y dejando ver su abdomen y la tanga. Bajo la tela de la tanga se le transparentaba la línea marcada de su concha. Con la mano izquierda le acariciaba la cara y el cuello. Tenía las tetas ya bien hinchadas por los continuos pellizcos.

- Míralo, no dejes de verlo, me gusta que lo veas…

Resbaló la mano derecha por el vientre de Ivonne y la metió dentro de tanga llegando hasta su conchita. Ivonne hizo un gesto de placer y negación al mismo tiempo. Sergio no despegaba la vista de la mano de Javi tocando la concha de su hermana, cómo pasaba sus dedos por su deliciosa conchita. Le sacó la mano y tomó la tanga jalándola hacia arriba haciendo que se le metiera entre los labios de su sexo.

  • Javi, esto no puede ser, déjame!!!, le indicó a manera de librarse de él.

  • Pero es que estamos muy calientes Ivonne!, dijo en tono de súplica.

  • He dicho que te bajes de mi cama... le contestó.

Así lo hizo Javi, tomando su lugar junto a su amigo. Ivonne entonces, tomó un poco compostura y viéndolos de frente les dijo...

  • Si quieren seguir será como yo diga, está bien?... preguntó.

  • Por supuesto!, dijeron casi al unísono.

  • Bueno, siendo así, pónganse cómodos frente a mi que va a empezar el espectáculo!

Los chicos se sentaron en el suelo. Javi se apuró a quitarse el traje de baño para quedar igual que su amigo, con sus penes bien parados frente a ella. Listos para darse placer mientras se deleitaban al verla.

Ivonne se despojó lentamente de la bata, haciendo juegos con ella cubriéndose y dejando ver de nuevo sus tetas. Se las tocaba delicadamente, acariciando cada parte de ellas. Con sus dedos tomaba sus pezones y los jalaba levemente, haciendo que se quedaran cada vez más duros y parados. Sus areolas estaban hinchadas, haciendo que sus tetas se vieran suculentas, apuntando hacia enfrente y hacia arriba.

Con su mano comenzó a tocarse sobre la tanga, separando las piernas por momentos, dando una buena vista de su concha a los chicos. Se recostó al borde de la cama, subiendo una de sus piernas acariciando sus muslos y su entrepierna. Sus tacones altos enmarcaban sus delicados pies.

Ellos no perdían de vista ningún movimiento, masturbándose cada vez con más vehemencia. Ella disfrutaba de ver como tenía a dos chicos embelesados por ella, por sus movimientos y por su cachondería, en verdad le gustaba sentirse observada y deseada.

Hizo de lado su tanga para dar espacio a que sus dedos encontraran su nido de placer. Frotaba su sexo de manera rítmica, una mezcla de caricias delicadas con penetraciones profundas con sus dedos. Su sexo ya se presentaba muy lubricado, sus jugos ya hacían brillar la delicada piel de sus labios vaginales. Su clítoris ya se asomaba fuera de su capuchón, pidiendo ser atendido por esa mano que le brindaba tanto placer.

  • Quieren que acabe chicos?, quieren ver como me vengo?

  • Siiiii, claro!!!... alcanzaron a decir al tiempo que se seguían jalando la verga cada vez más rápido.

Ella aceleró los movimientos sobre su conchita, cada vez más rápido y con más fuerza presionaba su clítoris y sus labios empapados en sus propios jugos. Aceleró todavía un poco más, y aún más. Haciendo en un momento una pausa y una penetración casi de toda su mano en su empapada concha.

  • Ahhhhh!!!, ahhhhh!!!!!... alcanzó a gemir cuando un intenso escalofrío le paso por todo el cuerpo, de su sexo salía una buena cantidad de líquido, se venía sentido gran placer.

Sergio ya se había venido antes del climax, no aguantó más. Javi, lo hizo al mismo tiempo que Ivonne, dejando todo su torso manchado de leche caliente y espesa.

Apenas Ivonne se recuperó un poco, dejo de tocarse y provocativamente les dijo...

  • Han quedado satisfechos, ¿no?... les preguntó mirando a uno y después al otro.

- Muuuuuy bien, Ivonne, ¿y tú?

- Me hicieron acabar muy rico viéndolos, pero ni una palabra de esto a nadie!... les dijo poniéndose seria y cubriéndose con la bata. - Si alguien se entera, nos matan a todos y yo me muero de vergüenza.

Sergio tenía la pjja tiesa de nuevo por no dejar de tocársela.

- Si me haces una chaqueta, mantendré la boca cerrada.

- Pero es que nunca se les baja?... Le dio una palmada en el hombro y miró hacia su hermano por encima del hombro. - ¿Has visto a tu amigo, Javi?

- Somos muy calientes, Ivonne.

- Dejarnos verte así e imaginar que eres nuestra!. Nos pones muy cachondos.

Sergio se hizo para atrás separando las piernas y soltándose la pija para dejar los brazos libres. El sudor le chorreaba por la panza y el pecho. Ivonne se inclinó ligeramente hacia él, con sus deliciosos senos luciendo para él. Le rodeó el pene erecto con la mano derecha y le acarició los huevos con la izquierda. La tenía sudada y aún con leche de la involuntaria venida anterior. Se la comenzó a jalar sobándole los testículos a la vez.

Se la hacía para arriba y hacía abajo a un ritmo apresurado, sujetándosela bajo el capullo del glande. Sergio jadeaba despacio con los ojos entrecerrados. Los senos se movían al mismo ritmo. Los huevos se los apretaba con algo de fuerza, provocándole frenéticos jadeos. Parecía una verga de goma, como si fuera un dildo que nunca se doblaría.

Javi se levantó acercándose. Le acarició el culo empinado a Ivonne. Ella volvió la cabeza y él se inclinó besándola en los labios, pero enseguida Ivonne se concentró en masturbar a Sergio. Ivonne aceleró los movimientos, soltándole los huevos y deslizando la mano izquierda por encima de su muslo. Enseguida la pija, en posición vertical; derramó su leche hacia los lados, deteniéndose en el dedo índice de Ivonne que la rodeaba bajo el glande. Le dio un par de sacudidas más, le exprimió la punta y se la soltó incorporándose.

Sergio jalaba aire y jadeaba con la verga empezando a bajar. Su hermano la rodeó por la cintura y ella también a él.

- También quieres que te la haga a ti? Quieres que te ayude a venirte Javi?

- Sí, ayúdame a acabar Ivonne.

Sin dejar de abrazarse, condujo la mano derecha a la pija vibrante de su hermanito Javi, se la agarró liberando el glande de su capucha y se la comenzó a jalar arriba y abajo. Se fundían los alientos uno al otro hasta que se unieron en un beso. Ella le dio una nalgada a su hermanito sin dejar de masturbarlo con la otra mano.

- Qué bueno estás, Javi.

- Tú también, Ivonne, me encantas y me fascina lo que me haces.

Ivonne ladeó la cabeza para ver cómo se la jalaba y se apoyó en su musculoso pecho. Ambos continuaban abrazados por la cintura. Tenía el pene taponada con su dedo al eyacular, así que atrapó el derramamiento de semen, elevando después la mano para que no se le saliera. Sergio se levantó en ese momento con el pene flácido colgándole hacia abajo. Javi y su hermana se separaron el uno del otro. Ella mantenía la palma hacia arriba con la porción de leche caliente en el centro de su mano.

- Bueno, ha sido suficiente, los dos fuera, ya está bien. Me tengo que cambiar y limpiar todo esto antes de que llegue Rafa.

- Gracias, Ivonne, ha estado muy rico... le dijo Sergio, quien se ganó un besito en la mejilla.

- Sí, vamos, fuera los dos, salgan!

Una vez estuvieron fuera, cerró la puerta y abrió la ventana para ventilar el olor a sexo. Luego se metió en el baño y levantó su mano para probar la porción de semen que le dejo su consentido Javi. Se miró la conchita. La tenía todavía hinchada y jugosa, dispuesta a sentir un pene dentro. A pesar de los múltiples orgasmos, seguía muy cachonda.

Cuando se acabó de bañar, se puso su bata de animal print debidamente abrochada, con una tanga negra abajo. Ya había regresado su marido cuando bajó a la sala, quien la recibió con un beso. Sergio ya se había retirado.

Rafa la invitó a cenar y ella aceptó encantada. Quedaron con unos amigos en un restaurante. Salir con él entrañaba una buena razón para alejar sus lujuriosos pensamientos, para calmar su excitación y continuar siendo ante él la mujer cariñosa que tanto amaba.

Cuando regresaron, Javi dormía e hizo el amor con su marido, esta vez de manera más silenciosa y más romántica, besándose pasionalmente durante el acto. Se sintió un poco culpable al verle dormido a su lado. Esa tarde y en esa misma recámara, había seducido y masturbado a dos chicos jóvenes, la habían manoseado y les había dado todo una exhibición, y uno de ellos era su hermano.

Besitos

Dra. Tentación