Ivonne, una hermana muy excitante. 3

Sube la temperatura cada vez más.

Ivonne, una hermana muy excitante. 3

Ya de vuelta, espero estén disfrutando de esta historia. Ya saben a donde mandar todos sus mensajes. =). Sigamos...

- ¡Ivonne, ya vamos a comer!

- ¿Qué?.... Se incorporó rápido y simuló que trabajaba en la laptop. Sí… Ya… Ya acabo…

Apareció Javi acompañado de Sergio, ambos en traje de baño, ambos babeando al verla con aquel babydoll tan sensual.

- Tu tío me tiene frita, Javi…

Apagó la laptop y se levantó acomodando unos documentos para exhibirse. Las tetas se veían tras el encaje, los pezones visiblemente marcados en la tela. Al ser tan corto el babydoll, tipo minifalda; se le veían los muslos y por las aberturas laterales pudieron comprobar que no llevaba tanga. Rodeó la mesa en dirección hacia ellos. Pudo fijarse en el pene hinchado de Javi bajo la tela.

- Bueno, hay que comer, ¿no? Me parece que hay comida hecha.

- Pasa, Ivonne... le dijo Sergio cediéndole el paso y tocándola ligeramente en la espalda, tacto que le produjo un escalofrío de placer en todo el cuerpo.

Comenzó a subir los escalones ella primero, contoneando el culo con estilo. Ellos iban detrás, asomándose bajo el babydoll, viéndole la concha entre las piernas. Todo su sexo se adivinaba al subir cada escalón. Ambos se miraban fascinados, tocándose los genitales con ambas manos. No lo podían creer.

- No lleva calzones la zorra... le susurró Sergio al oído, susurro que ella pudo escuchar.

- Ya lo sé, mira qué rica se ve…

En la cocina continuó la exhibición sensual mientras les servía los platos de la comida. Los dos se tocaban bajo la mesa. Sus tetas no paraban de moverse tras el fino encaje. Sin dejar de devorarla con la mirada, se pusieron a comer mientras ella probaba la sopa sobre la barra. Qué caliente la tenían, cuánto estaba disfrutando en su papel de calienta pitos.

A veces les hablaba de cosas sin importancia o le preguntaba a Sergio por su familia para aparentar. Se sentía como la putita de los dos chicos, eso la enloquecía. Intencionadamente, dejó caer al suelo un tenedor. De espaldas a ellos, se agachó para recogerlo. El corto babydoll se elevó lo suficiente para dejarle la mitad del culo a la vista, dejando al descubierto parte de su raja, las las nalgas por supuesto y su conchita ardiente en su entrepierna. Una concha que por la excitación dejaba ver sus labios vaginales hinchados y ya asomaba su rosado clítoris. Se le veía entero, cada detalle. Sergio tuvo que apretarse el bulto para no venirse y Javi se quedó noqueado, con la verga tan hinchada que estaba a punto de reventar la tela.

Al levantarse de nuevo, se le cubrieron las nalgas de nuevo y continúo hablando de las próximas vacaciones; enjuagando unos platos, como si allí no pasara nada. Terminaron el segundo plato. Ivonne continuaba de espaldas a ellos, moviéndose a lo largo de la barra, moviendo el trasero para seguir con el espectáculo. Sergio le hizo un gesto a Javi, como diciéndole que tenía la verga a punto de reventar. Javi se levantó y se acercó a su hermana. Le pasó las yemas de los dedos por la espalda descubierta, a modo de caricia, y le dio un besito en la mejilla. Tenía la pija como Sergio, a punto de estallar. Los escalofríos de placer al tocarla le aceleraban el corazón.

- Qué rica estaba la comida, hermana. ¿Verdad, Sergio?

- Riquísima.

- Que bueno que les ha gustado. ¿Soy una buena cocinera?

Volvió a darle otro besito en la mejilla, sin dejar de acariciarle la espalda con los dedos.

- Qué guapa eres, Ivonne... Le dijo casi en tono jadeante, como si no pudiera controlar sus impulsos... - ¿A que mi hermana es guapa, Sergio?

- Cuántas quisieran ser tan guapas como ella... añadió Sergio, deseoso de participar en aquellos manoseos.

- Vaya que son galantes, gracias a los dos, que dos chicos tan lindos te digan lo guapa que eres, la verdad es que es muy halagador.

- Es que estás muy guapa... insistió Javi.

- Van a hacer que me ponga roja chicos.

  • El babydoll es muy bonito y te queda muy bien. No llevas tanga, ¿verdad?... le dijo subiéndole la parte de atrás del babydoll hasta la cintura y mostrándole todo el culo a Sergio.... - ¿Has visto, qué trasero tiene mi hermana?... le preguntó dándole una palmada en una nalga.

Ivonne se volvió hacia él bajándose del babydoll para taparse.

- Ay, Javi, no seas tonto; qué haces hermanito, aquí delante de tu amigo…

- No traes tanga…

- Porque tengo que bañarme otra vez. Quítate y déjame pasar, anda. Qué te pasa?, levantándome el babydoll delante de Sergio. Que pena!

- Qué más te da cuando andas en bikini…

- Quítate, qué va a pensar tu amigo... le empujó haciéndolo a un lado. - No es lo mismo. Vamos, coman el postre que yo estoy muerta y descansaré un rato en el sillón.

Cerró la llave del agua, se secó las manos y salió de la cocina un tanto ruborizada y nerviosa por lo que acababa de suceder. Su papel de ingenua y natural, de hermana inocente, estaba surtiendo efecto y cada movimiento de su hermano resultaba más atrevido. Acababa de levantarle el babydoll y de tocarle las nalgas frente a su amigo Sergio. Ella había actuado como la típica hermana con la que tienes toda la confianza. Ya era mucho el riesgo que estaba corriendo y el asunto se le podía ir de las manos.

Trató de reflexionar en el baño enjuagándose la cara con agua muy fría. Estaba jugueteando con su propio hermano y con su mejor amigo, estaba asumiendo unos riesgos que podían salirle muy caros. Tenía una vida cómoda y feliz como para que surgiera un escándalo que la pusiera en problemas. De hecho, por descuido; el Sr. Kuri se había beneficiado de su excitación sexual. Se había masturbado y probado el semen de un viejo de setenta años. No se reconocía a sí misma. Se había vuelto una adicta sexual, pero de forma repentina, una multitud de sensaciones lascivas rondaban su mente. Estuvo un rato sentada en la taza, esforzándose en contenerse, pero estaba muy caliente como para detener el juego.

Salió hacia el salón con su babydoll y sin nada abajo. Los dos chicos veían la televisión, ambos en traje de baño en un sillón cada uno. La fulminaron con la mirada al verla venir, sobre todo sus piernas y el bote de sus senos. En la mesita de centro había una jarra de limonada y unos vasos.  Se sentó frente a ellos, en el sillón más grande. Se acostó boca arriba, con la parte baja del babydoll estirada, llegando justo a la parte alta de los muslos. Tapaba sus partes íntimas justo en el límite.

- ¿Qué ven?

- Los deportes... le contestó Sergio.

- Que aburrido. Javi, si me quedo dormida, me despiertas a las cinco, tengo que salir y hacer algunos pendientes que me encargó Rafa.

- Descuida, yo te despierto.

Bostezó y cerró los ojos simulando que dormía. Aguantó en esa postura unos minutos, pero después se dio vuelta hacia el respaldo, dándoles la espalda. Acurrucada, con las piernas flexionadas y el trasero salido cerca del borde. Enseguida les oyó cuchichear, como revueltos por el morbo. Javi no podía creer esa confiada actitud de su hermana. Siempre había sido muy suelta delante de él, no era nada recatada, se lucía frente a él con poca ropa en la casa cuando estaban solo, incluso ya habían tenido algunos secretitos que guardar. No le daba pena andar tan ligera de ropa en presencia de Sergio, su mejor amigo? Ambos se miraron...

  • Vaya que está rica tu hermana... le dijo Sergio en voz baja.

Javi se levantó y se acercó despacio al sofá. Sergio le siguió. Ella distinguía a la perfección los susurros y les oyó acercarse. Muy despacio, Javi le subió la tela de raso hacia la cintura hasta dejarla con las nalgas al aire. Al estar de costado, sacaba las nalgas, con las piernas flexionadas y juntas. Se arrodillaron frente al sillón. Se le veía la concha entre los muslos. Húmeda y algo abierta, sin un solo pelito que estorbara. También al fondo se veía su ano, un orificio blanquecino muy bien depilado; apretado, delicioso. Sergio se acercó para olerla con aspiraciones profundas, ella pudo sentir su aliento. Le examinó la concha con los ojos muy cerca, con ganas de probarlo. Sin más y todavía arrodillado, se sacó la pija y se la comenzó a jalar. Javi también se masturbaba con la verga por fuera del traje de baño; de pie, al lado de su amigo. Ivonne escuchaba como jadeaban en secreto, apenas perceptibles sus sonidos de placer. A veces Sergio miraba hacia su amigo, pero enseguida regresaba para seguir oliendo y viendo la concha de Ivonne. Javi ya sentía que iba a acabar con cosquilleos en la punta de la verga. Más que ver el culo de su hermana, le electrizaba el que su amigo estuviera ahí frente a el oliéndola. Retrocedió hasta la mesa y sostuvo un vaso vacío, un vaso que se colocó debajo de la pija. Sergio se levantó y le miró por encima del hombro.

- ¿Qué haces?... le preguntó en voz baja.

Ivonne identificó las palabras de su hermano.

- Quiero que mi hermana se beba mi leche... le murmuró.

Y comenzó a tirar chorros de semen en el vaso. Tras exprimirse bien la verga, le entregó el vaso a su amigo. Sergio también se lo colocó debajo, con los ojos clavados en la colita de Ivonne. Segundos más tarde terminó en el vaso, logrando entre los dos, dejar una buena cantidad de leche en él. El semen de Javi denso y blanco, algo gelatinoso; mientras que Sergio aportó una leche más transparente y líquida. Javi volvió a taparle las nalgas, esta vez de un tirón más brusco, y volvieron a sentarse en los sillones.

  • Qué buena está tu hermana... insistía Sergio en voz baja... - Imagina que nos la pudiéramos coger los dos. ¿No te la cogerías?

  • Claro que me cogería a esta zorra... contestó su hermano.

Javi llenó con limonada en el vaso con el semen y le dio vueltas con una cuchara. Después llamó a su hermana para despertarla. Ivonne se movió bostezando e incorporándose. Su hermano se levantó ofreciéndole el vaso de limonada.

- Quieres un poco?

- Gracias, hermanito.

Al cogerlo, distinguió gruesas gotas de semen flotando sobre el color verdoso de la limonada o sumergidas en el fondo, pero empinó el codo y se lo tomó todo. Acababa de beberse el semen de su propio hermano, mezclado con el de su amigo Sergio. Vio la hora. Ya apenas le quedaba tiempo, Rafa regresaría del trabajo de un momento a otro y no podía encontrarla vestida con aquel babydoll delante de Sergio. No quería causar un problema ahora. Se levantó estirándose y acomodando babydoll.

- Bueno chicos, voy a vestirme, tengo que salir. Por favor dejen todo en orden.

- Muy bien, Ivonne.

Se ganó otra pequeña nalgada en el culo al darse la vuelta, pero ni se inmutó. Y se alejó de los dos chicos, ofreciéndoles el sensual contoneo de su trasero al caminar. Con el sabor del semen y limonada en la boca, dejándoles la pija agotada de tanto jalársela.

Se vistió y salió a dar una vuelta para cubrir ante los chicos sus verdaderas intenciones y de paso no levantar sospechas para cuando llegara su marido. Regresó a última hora de la tarde, Sergio ya se había marchado y su marido ya estaba de vuelta. Ante su hermanito Javi se comportó de la misma manera espontánea, como si entre aquellas paredes no hubiera sucediendo nada.

Cenaron los tres juntos en la terraza y después de medianoche, Ivonne y Rafa se fueron a la cama. Ella sabía que su hermano aún tardaría un rato en dormirse. Solía ver la televisión hasta muy tarde cuando estaba de vacaciones y su cuarto era el que estaba junto al de ellos. Le contó a su marido que el Sr. Kuri había estado en casa y que le había echado pleito por los presupuestos, sin llegar a decirle que la había encontrado medio desnuda.

- No me hagas estó, cariño – le dijo su marido... - Ya sabes lo exigente que es. A veces me amenaza con vetarme en el consejo de administración. Tiene un derecho de compra por nuestras acciones, ¿entiendes? Hay que hacerle la barba y darle por la suya.

- ¿Me estás pidiendo que sea una lambiscona con tu socio?

  • No, claro que no, pero hay que tratarle con tacto.

Ya en la cama y con la luz apagada, Ivonne se puso juguetona y comenzó a masajearle los genitales por encima del pantalón del pijama. No es que tuviera ganas de follar con su marido, era por el morbo de que su hermanito la oyera gemir como una zorra. Rafa le dijo que estaba un poco cansado, pero logró calentarle y ponerle la pija tiesa tras varios besos apasionados. Cuánto le hubiese gustado tener la puerta abierta para que la hubiese visto Javi. Se subió encima de su marido y ella misma se metió la pija en la concha. Y se puso a saltar sobre ella, a cabalgar desbocadamente y a gemir de manera alocada. Rafa fruncía el ceño y hacía gestos con el placer que le daba y sorprendido por la intensidad con la que se entregaba su mujer.

- Shsss… Cariño, no grites tanto… Nos va a oír…

Pero seguía sin parar de cabalgar, con los ojos cerrados, imaginándose que era su hermano quien se la estaba cogiendo. Javi, tumbado en su cama, oía gemir a su hermana tras la pared. Gemía escandalosamente como una zorra en celo. Su cuñado se la estaba cogiendo. Se levantó, se asomó al pasillo y dio unos pasos hacia la puerta pegando la oreja para escuchar mejor.

- Ahhh… Ahhhh… Ahhh!!!

Poco a poco los gemidos fueron apagándose. Javi retrocedió y se metió en el baño. Se bajo el pantalón de la pijama. Tenía la verga hinchada de nuevo sólo de escucharla. Comenzó a jalársela con los ojos cerrados, con los gemidos de su hermana metidos en la cabeza. Era la tercera o la cuarta vez que se masturbaba ese día. En la habitación del matrimonio, Ivonne salió de la cama. Había dejado a su marido desecho, con la pija bien seca, medio adormilado por el esfuerzo. Ella sudaba de tanto cabalgar. Se puso encima una bata con estampados de cebra, muy cortita, de raso, de manga corta;  y salió de la habitación. Vio luz encendida en el baño y no lo dudó. Al entrar lo vio de espaldas frente a la taza, con los pantalones y calzoncillos abajo. Se la estaba jalando, aunque no pudo verle. Su hermano volteo la cabeza.

- ¡Ivonne!... exclamó deteniendo el brazo.

La vio envuelta en sudor y el cabello mojado. Llevaba la bata algo abierta, con una teta casi por fuera que se tambaleaba al moverse, con el pezón duro y parado. Se le veía la concha en la abertura. Abrió la llave del agua y se inclinó para lavarse la cara...

- ¿Qué haces levantado?

- Estaba haciendo del baño... Se guardó la pija y se giró hacia ella... - ¿Y tú?

Se limpió la cara, ahora con las tetas por fuera de la bata. Dirigió su mirada al bulto entre sus piernas, notando una gota de humedad que había traspasado hasta la pijama.

- También, vengo al baño y a lavarme.

Su hermano le pasó la mano por el cabello sudoroso.

- Has estado haciéndolo con Rafa, ¿no?

- Sí... sonrió. Hoy venía hecho un guerrero.

Su marido se encontraba a escasos metros de la escena y no quiso arriesgarse. Dio un paso hacia adelante, se arremangó la bata y se sentó en la taza. A través de la entrepierna, Javi escuchó y vio caer el chorro el chorro. Porque estaba Rafa en casa, sino no; no se hubiera podido resistir. Tras unos segundos, Ivonne se pasó un trozo de papel higiénico para limpiarse y se levantó, ajustando y cubriéndose con la bata.

- Me voy a la cama, Javi, buenas noches.

- Buenas noches, Ivonne.

Se dieron un besito en los labios y salieron juntos del baño. Después cada uno se fue por su lado, aunque los dos se masturbaron cuando se tendieron en la cama, Javi recordando cada detalle y Ivonne junto a su marido dormido.

Continuará...

Besitos

Dra. Tentación