Ivan ¿mi gran amor es bi? (I)

Es la primera vez que escribo un relato de este tipo, pido disculpa si no se me entiende o si el relato se hace aburrido por cualquier motivo. Aun así espero que lo disfrutéis.

Bueno soy Dani y todo ocurrió cuando yo tenía 19 años meses antes los había cumplido. Por aquella época todavía no llegaba al 190cm, tenía el pelo castaño y lo llevaba corto, me ha gustado siempre hacer deporte, lo que llevaba a tener un cuerpo delgado y bastante llamativo con un buen culo.

La historia comienza cuando ya llegaba el final de las vacaciones, como algunos veranos me tocaba estudiar debido a tener que recuperar alguna asignatura, la verdad que no recuerdo bien cual era pero eso no viene al caso. Para estudiar quedaba con mi amigo Iván, un chico de mi misma edad no llegaba al 170 de altura, pero tenía unos ojazos marrones, pelo corto delgadito él y un cuerpo muy lampiño, lo cual me volvía loco de él. Iván era muy guapo y nos conocíamos desde hace ya bastantes años, su sonrisa y su simpatía hicieron que me gustase demasiado, el único problema era que tenía novia.

Pues en varias ocasiones quedamos para ir a la biblioteca a estudiar. En esos meses de verano en Madrid con el calor que hacía que casi no se podía estudiar. Como esos días los pasaba prácticamente solo en casa, porque mis padres estaban en el pueblo, y mis hermanos estaban muy poco en casa, se me ocurrió que se viniera a estudiar a mi casa los dos solos, lo cual no le pareció mala idea ya que nos quedaríamos hasta tarde y el vive al lado de mi casa y a su madre no le importaría.

Llego a casa después de comer, el vestía con unos pantalones anchos blancos, lo cual le quedaban genial, que contrastaban con una camiseta negra de tirantes ceñida a su pecho. Yo en cambio en verano me parece muy cómodo vestir en piratas, eso lo combinaba con cualquier camiseta que tenía en casa. Estábamos solos en casa, podíamos decidir dónde colocarnos, para poder estar los dos juntos y cómodos, nos pusimos en la mesa del salón que era amplia y podríamos poner todos los libros de estudio sin problema. La tarde fue pasando con un insufrible calor, a pesar que era primero de septiembre parecía aquello pleno agosto. El calor que padecíamos y a veces nuestra poca capacidad de concentración nos llevaba a que distrajéramos y no estudiáramos. Entonces hubo un momento que este hecho de que hubiéramos estudiado tan poco se me ocurrió un juego:

• ¿Por qué no hacemos una cosa? Si en las próximas dos horas en algún momento hablamos nos tocara darnos un pico, así será una motivación para mantenernos callados y seguir estudiando – Lo que él no sabía que yo estaba deseando besarle, pero eso me llevo en todo momento a disimular. El acepto pero sin antes burlarse un poco de mí, dejándome ver otra vez esta sonrisa que poseía. Había conseguido lo que yo quería, pero lo más difícil era que hablase, ya que yo no podía ser el primero en hacerlo, para que no se pensara que el juego era apropósito de que quería realmente un beso suyo.

Era momentos agobiantes para mi, le miraba y veía esos labios carnosos tan ricos que había deseado, aunque el calor había bajado con el paso de las horas, mi cuerpo empezaba alcanzar mayor temperatura, provocado por esos ojos que miraban sus libros al estudiar. Veía sus gotas de sudor como bajaban por su frente y él se las quitaba con una de sus manos mientras continuaba a lo suyo. En todo momento yo no había conseguido estudiar un minuto, solo pensaba que podía ser la oportunidad de tenerle entre mis labios pero que el momento no había llegado y me temía que no iba a llegar.

Para mí la suerte iba a cambiar. A la hora del momento que comenzáramos la apuesta (a mi ese tiempo me parecieron horas y no había dejado de mirarle), tras caerle una gota de su sudor directamente a sus libros expreso:

• ¡No aguanto más! Necesito un vaso de agua antes de seguir estudiando – Lo decía mientras subía la mirada de sus libros y levantándose hacia la cocina a por un vaso del agua del frigorífico.

• Ya sabes lo que toca por romper tu silencio – Le dije con expresión de desilusión, aunque la idea me entusiasmaba debía guardar otra vez las formas.

• No decías en serio lo de la apuesta ¿no? – Dijo Iván con una carcajada.

• Esto lo propuse para que siguiéramos estudiando, ya sabes lo que tienes que hacer para que no se repita, tener la boca cerrada.

• ¿En serio? Bueno pero solo un pico, haber si te va a gustar – Volvió a contestar con su tono cómico anterior.

Se sentó en la silla colocada a mi lado y entonces cerró los ojos para el momento que yo tanto deseaba. Me agarro del hombro y empezó a acercar sus labios a los míos, sentía su respiración cada vez más cerca y mi corazón empezaba a bombear más fuerte. Entonces cuando iba a llegar el momento que anhelaba se abrió la puerta de la calle, lo que provoco que los dos saltáramos en la silla y nos pusiéramos rápidamente a estudiar. El gran momento que yo ansiaba se había arruinado debido a la llegada de mi hermana. La apuesta se dejo en el olvido y provoco que estuviéramos estudiando hasta la hora de la cena.

Después de cenar y reponer fuerzas llamo a su madre que se iba a quedar en mi casa a dormir y así nos quedamos hasta 2 o 3 de la noche estudiando. Para continuar estudiando decidimos hacerlo sentados en el sofá, uno al lado del otro. Ya con todos acostados en mi casa llego un momento que ya estábamos cansados, el había decidimos quitarse la camiseta negra de tirantes por el calor, dejándome ver su precioso pecho con unos pocos pelo que salían debajo de su ombligo.

En este parón que conllevaba a que no íbamos a seguir estudiando, pues decidi seguir jugando y volver a probarle. Le acaricie por la línea de debajo de su ombligo y bajando le dije – sé que si sigo bajando tu me vas a parar – era una escusa para hacerlo, pero él en principio no se molestaba. Baje por esos pocos pelos que tenía debajo (y tan bien le quedaban) debajo del ombligo hasta que le llegue a la cintura del pantalón agarrado por un siempre goma y al pasar también la barrera de su bóxer:

• ¡Para! – Decía con la voz algo agitaba. Sus ojos me decían que siguiera pero su mano y él, decían lo contrario.

• Ves como sabía que ibas a parar – Le recriminaba con cierta guasa. Le repetí la misma acción en un par de ocasiones, reaccionando de la misma manera, solo le llegaba a tocar unos pocos pelos, . Lo cual decidí empezar acariciarlo con una mano por su cabellera, le acariciaba las orejas, luego pase a hacer lo mismo por la cara. Pasaba mi dedo por la comisura de sus labios, por sus parpados y luego me atreví a acariciarlo los pezones, los dos y cada uno de ellos y por ultimo su ombligo. Me preguntaba porque me gustaba, yo no le contestaba. Me provoco una calentura bastante considerable, a pesar que sabía que a él también le estaba gustando termino por quedarse medio dormido en el sofá. Yo poco a poco empecé a quedarme en el mismo estado. Me quede adormilado muy cerquita de él. Al paso del rato me levante y lo lleve conmigo a la habitación para que durmiéramos en mi cama más cómodos y cuando ya estábamos los dos tumbados uno al lado de otro me dio ese beso que había deseado esa tarde, ese rico sabor de sus labios me llevaron a un magnifico estado durante esos segundos, luego se separo y se quedo dormido y yo junto a él termine por dormirme, quedándome abrazado a él sintiendo su calor.

Al levantarme, él todavía dormido con esa cara angelical me fui a la cocina con un nerviosismo pensando lo que había ocurrido la noche anterior. Realmente yo le gustaba o había sido solo imaginaciones mías. Lo que realmente me hacía dudar que tuviera una novia guapísima y estaban locamente enamorados. Al levantarse desayunamos los dos y él se fue a su casa, sin hablar de lo que había ocurrido. Los días posteriores tuvimos que estudiar en la biblioteca sin oportunidad de poder lanzarme y además con llegada de los exámenes se hizo imposible. Esos días no ocurrió nada mas, pero mi locura por él seguía aumentando y aun mas tras lo ocurrido semanas después que contare más adelante.

Cualquier sugerencia, crítica o comentario y  si os gusta colgare mas sobre la historia.

Muchas Gracias

Dani